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or ln encoute Coen pines slbataecindos por encima eh ica de rene, is arcs entrar en el puerto cabeceando perezosas, apagados tos motores, plegadas las velas 0 quietos los remos. Bao el silencio amable de aquellape- mera hora en la mafiana, ls miradas de los hombres buscaron algo en las rangullas aguas atrapadas frente 2 sus ojos, escrutando arciba y abajo, contenida a respiracin, con ls sonisas [rests a dibujarse en unos rostros que ya las tenian preparadas y cinceladas en su Snimo, Superada la bocana,' el balanceo casi desapare: ‘i, se hte placides, y el conjunto de embarca ‘clones de todos los tamale, calados y clases se ‘esparcié por el espejo azul como si en lugar de ‘navegar por i flotaran por encima suyo. 2320 Thema, sou y Han «Aydin» LA A ENA DELA DISCORDIA — — see ene ‘Yen est mano un pez hizo centellear sus es ‘camas bajo los todavia bios rayos del sol speraron. De pronto, inesperadamente, lo mismo que ‘un yolcin marino en erupcién, expulsada de su interior a toda velocidad, Aydin sai6 vertical ‘mente debajo de la mano, Se elev6 los tres me- twos que la separaban de su presa, y con una deticadeza asombrosa, sin siqulera tocar los dedos, atrap6 el pez con su boca y eayé de ‘nuevo al agua con una flexible maniobra lena de plasticidad” en su gesto. Sélo entonces los pescadores de Gerze rom 2. plastid bid, Rend, ADUERATE DE ESTAS PALABRAS. contallea bri espe ryor deh. pero su silencio. Estallaron en gritos, rierony aaplaudieron, comentaron lo que ya era habit en os tikimos dias y ge abrazaron ante el.espee- culo que todavia les Henaba de maravilloso paso. “Tras ello, una docena de manos, sosteniendo tuna docena de peces, rept el gesto del pr. ‘mer pescador que, aquel is, habia tenido el hhonory el orgullo de ofrecer Ia primera comida asuballena. 1a ballena de los pescadores de Gerze. Godiae no se lana6 al gyn. No le importaba et fifo de la mafana, su cuerpo estaba habituado. ‘Tampoco lo hizo ninguno de los otros jévenes re [artidos en los ditintos barcos de la pequetia ota pesquera. Habian decile seguir nas nor ‘mas, No mezclr el momento de la alimentacion ‘con el de los juegos, y no jugar con Aydin todas las hora del cia, Laballena, tanto como ellos, ne- cesitaba descansar. Ademés, quedaba una retina por mantener y seguir evar las barcas al puerto, descargar sus captuas, prepara la vent. el ‘ual de la vida que ni siquiera la presencia exc ‘ante de su nueva vecina posi alterar. ‘Aydin esperaba su pez. Le miraba desde el ‘agua haciendo sus sonidos caricerisicos, Pare: ia rire, parecia apremiate,parecia querece, ‘Godar se puso la presa entre los dientes y ‘asomé la cabeza fuera de bt borda, Hubo mur ‘mulos de admiricién. Aydin subié despacio, Jentamente, impulseda por sus altas, y retire _Pez de os labios de Godar din apenas rzatl, Se prodiujo otra ovacién cuando se dej6 caer ‘agua, engullendo el pescato al mismo tiempo. —iBleat —grité Godar ‘evantando sus dos ‘manos al aie, ‘Tenia que ir a derra?jOh!, de verss tenia ‘que ira derra? ‘Mira —e dijo su primo dndote unos gol pecitos en el hombro. Sigui6 la direccién de su raza, apuntando a 1a playa En ella vio a su abuelo, ya otras perso- 2. ten Ear wae) como rome del obo deco Saver ue ioe teu excomn en Ep ‘as, aptando las manos. En extrio, Nunca lo hhacian, a menos que estuvieranlamindole. Y eso era precisamente lo que estaban haciendo. iGodart —escuchs sus distamtes voces batdas por la algarabia' desu alrededor. ‘Suabuelo sostenia algo entre las manos. Agu diz6 la vista y descubri6 que se trataba de un pperiddico. Primero sontié. Aydin se estaba ha- iendo famosa desde que aquel periodista habia hablado de ela. Ahora, aquella pigina con su fotografia presidia Ia cabecera de st ‘cama, claveteada a la pared, Aydin y él, juntos ‘en el agua. Era una estupenda imagen. Sin embargo, No, no podia tratarse de algo habitual, otro reporiaie, otra fotografia. No le lamarian desde la playa. No agitarfan sus brazos dando urgen cia su reclamo. Sucedia algo ‘Una seal de alarma se dsparé en su mente, Se senté a los remos y su primo le secunds* sin necesidad de hablar. Los dos se apartaron del grueso de barcas situado ahora casi en el ‘centro del puerto, e inicaron la maniobra de sproximacion ala playa. Otros pescadores los imitaron, por inercia y porque el grupo que daba voces aumentaba, se hacia mis y mis ‘denso, con mujeres y nis alertando las barcas de los suyos, abuelos, padres, hermanos, mar os, js, Godar fue el primero en Megas. Salta a ort ta cuando todavia la barca se Hallaba en plena ‘carrer, antes de que su quia rozara contra arena del fondo. Su abuelo le esperaba con el periddico entre las manos, No le gusté lo que vio en sus ojo, 4: slr contin de woes, 5 ode ci osu ADUERATE DE ESTAS PALABRAS ppasmo m:seambro ‘Engullendo, de engl rape coma depin, ‘Avo 321 —iQué sucede? Qué pasa? —quiso saber slarmado al detenerse frente a. Empezaron a hablar casi todos al mismo tiempo, y algunas mujeres, alfios y nifas se apartaron para recibir alas otras bareas que se aproximaban y darles la notiela. Godar fue ince ‘pz de escuchsisis, Mirabaa su abuelo, que era ‘eliinico que-no hablaba. Las palabras le envol: vian, zumbaban por sa cerebro como avispas ‘enloquecidas. Eran palabras que no compren- «dia, pero que lealertaban més y mis. ‘Badur le puso el periddico en las manos. Le cost6 centrarse en él, leet los tisulares, Uno se referia ala préxima Olimpiada de Burce- Jona y hacia referencia alos atltas turcos ya ‘preparades para competr en ella; oto debatia ‘el habitual problema del Kurdistin; un tercero ‘comentaba la guerra de los Balcanes. ‘Aydin era el tema del cuarto, el ms pequetio de los articulos. HL utular rezaba expresiva: ‘mente: «Guerra por Aydin, laballena de Gerzes. Levant6 los ojos, incapaz de seguir leyendo, —Abuelo, ‘Se encontré con su hermetisma, us 0s pro- fundos, su reflexiva serenidad, y entonces vol vi6 al artculo, y reuni las suicentes fuerzas para leerlo, primero de forma ripida y convul Siva, después més sosegadamente, para permitir (que las palabras penetraran en su rz6n, «Aydin, la ballena beluga macho de 500 kilos que vive trnguilamente desde hace unos das en Gerze, al culdado de los pescadores locales, se ha convertido en un inesperado problema internacional en is sims hors ‘Acaba de siberse, porque los responsa- bis asi lo han anunciado, que Aylin se es capé et pasado mes de febrero de un laboratorio ueraniano del mar Negro, donde era sometida a diversos experimentos clen- tileos que no han sido revelados. Aydin loge escapar de su encierro a rompers las redes que la retenian a causa de una tor ‘menta, La Repéblica de Ucrania ha recla ‘mado de forma ofcial al gobierno turco ta . ‘—Ios hombres consumen historias cuando Jas suyas no Jes reportan demasiade —habia se guido hablando su abuelo—. Necesitan evs disse, y necesitan reir y Hora, recordar de vez en cuando que ellos tambign quieren huie y no pueden. Aydin es un simbolo y un suefio. Por eso ahora a aman y se muestran interesados en su historia. Cuando ese caro se converts en nvidia, yen indiferenca, y en olvid, todo vol verd alk calma, nosotros y ela, 2 abrumade: mole, recipe 324 Tanna, sou y Han Los hombres devorabaa la vida que los devo. ‘aba si mismos. —iGodart Alguien le cogio por un brazo, le retuvo, yal pirat pelmero la cabeza y después el cuerpo, se fencontré frente a una ciman de televisiGn, junto a una mujer de exquisiabellera que son- reia de forma equitativa, primero a ly luego al oj circularde Ia eémara. Con su mano libre sosteniatn’micr6fono en el que podian leerse fas siglas' de su emisora. No sabia siaquello era luna grabacién © una emisién en directo, asi ‘que no se atrevié a movers. “Ante nosotros, uno de los protagonistas de esta maravillosa aventura, sin duds uno de los personajes més buscados y deseados a lo largo de estos das en Gerze,aemis de la pro- pila Aydin, Se trata de Goda, ef machacho de quince afos que fue el primero en vera la bar llena y que hoy es uno de sus mejores amigos. Dime, Godar, qué sentiste la primera vez ante algo tan insGlito como ver aparecer una ballena aqui, en este rincén tan apartado del mundo? ‘Rincon apartado? A veces no entendia las ‘expresiones ai los matices® de Ios periodistas. {Apartado para quién? Para él, Gera era el cen tro del mundo, del universo. “rats de ser amabl, respondi6 = as pregun- tas, lampoco era diet. Ea unos das hp ubia respondido un centenar de veces sempre as Imismas. Al comien20 se sint6 importante. Pero de eso hacia mucho. Ahora estaba can- sso, tan cansado como aturdido. "= 2Qué opinas de ess dos ell quinientas le bras reunidas por los ecologistas de Gran Bre- taf y que van a serve para allmentara Aydin? Nosotros ya Ia allmentibames —respon- 16-con gravedad—. No pasaba hambre, in embargo, es una ayuda extraoedinati, pieba del interés que este case ha desper- tado, Nolo crees as? 3 equate en proper ESS ncie utc wun como area ‘5 maces Sento de a pate, 326 Tuna, sou man cal vez (Quer tse, pero la mano de la mujerle rete. nia, Olia bien. Era lo tinico agradable de ig situaci6n, = Qué haris cuando se leven a Aydin? Se olvidé de In cimara y la miré directa. mente, alos ojos. Algo debié de ver ella ea los suyos, porque dejé de sujetarte y parpades lige ramente perplej. Iba a repetir la pregunta ane la tardanza de Godar en responder. No se la llevarin —dijo de promto el me cchacho—. ¥ no porgue sea nuestra, sino por. {que se pertenece asf misma, es libre. {Por qué fo la dejan en paz para que decida su futuro? lla argues las ces. Slo eso. Ya n0 le res: pondi6, Bajé el micrdfono y, drigiéadose al hombre que sujetabala ciara, le dijo: —Esth bien, corta {Crees que servri st Ia ‘montamos de alguna forma y suprimimos el ‘nal? —agregé en un tone hastiado.* Godar se alej6 de alli tratando de pasar de- sapercibido hasta llegar su cxsa. CAPITULO 9 Godar vo sli l Sol por la linea del horizonte ‘marino y, apoyado en su barca, con la cabezt ‘entre as manos, permanecié unos segundos en silencio, viendo el nacimiento de un nuevo di, mientras a su alrededor el veloz desplaz siento de Aydin mecia la embarcacién con un suave oleae. ‘Otra jornada envuelta en el suspenso y lt inceridumbre. Dej6 de mitar ef Sol barriendo las sombras dela noche que aia se extendian a su espalds. ‘mis alt del pueblo, La raz6n fue que la baller sacé la cabeza fuera del agua y se interpuso en su visién, Le lanz6 una serie de sus habicuales sonidos. 6 indo dag, despazamiento m: mevininea, Arc O€ ESTAS PALABRAS —Sélo me quedan tres —le dijo Godar tras echar una ojeada al cubo det pescado—. ZEs ‘que slempre tienes hambre? ‘Aydin pareci6 responderle. Ni siquera se movie. =16mo lo haces? —le pregunié el _muchacho. No esperé a que volviers 2 sumerginse lag una mano, cogié un pescado y lo pasé al ‘otro lado de l'borda. Aydin agit la cabeza y abrié la boca. Godar se Jo lev6 hasta el ‘Cuando la ballena lo hubo aprisionado entre ‘sus fauces, desaparecié survemente, sin si Aulera levantar una slpicadurs. ‘Eres increible —la despidié momentines smente Godar. [No tardaria en volver. Nose iia astz que le ensefiase el cubo vacio. Era el animal mis inteligente que jamais habia conocido. Mis ain ‘que Jail el perro de Isa. Se preguntabasl todo quello era natural, producto de su insinto, 0 se o habrian ensefiado los hombres de abo- ratorio, a otro lado del mar Negro. ¥siera asi, eebmo? ‘Los hombres del laboratoio. 1a ley decia que Aydin les pertenecia, que exade ellos [issiquiera sabia que ley era ésa [No esperé a que el animal se lo pidien. Bn esta ocasi6n, agarr6 el peniikimo pez ¥ s2c6 la mano més alli de la amura,' sin mo- verse, con la cabeza apoyads en el otre braz. Mentalmente cont hasta diez ‘Al llegar a siete, Aydin apareci6 ante, sin “hacer ru, y le cog6 e pez de os dedos —1Cémo lo ves? —le pregunté—. ;Acaso ‘puedes olerlo desde ahi abajo? Desde que los medios informatives habian ‘perdido interés en el caso, ln paz y Ia cama re- Tornaban de forma gradual a Gerze, pero in- ‘luso asi, siempre aparecia alguien: un Jotégrafo, un curioso, un representante de aqui 2, amurs ado de un bie donde ese empl Saron formas pot (0 un uniformada hombre de alli. Hablaban y Ihablaban, ¥ a ellos les tocaba esperar. Se decia {que el fin estaba proximo. La ley. S6lo la res ‘cencia de lor pescadores de Gerze y la cada dia mis débil del gobierno mantenian las cosas como exaban, ‘Aydin —llamé Godar Hl iltimo pescado Cada dia al amanecer, se levantaba en silea: io, cogia la bare y sala para estar un tiempo solts con it ballena. Ahora sus amaneceres fran as, aunque muy pronto volveian a salir a scar, todas as barcas, igual que antes de la ‘conmociGn, La vida recuperaba lentamente su plo en Gerze, Para ellos, el animal era ya tan familiar como el minarete’ dela menquita. Uno estaba en tiera y el oto, en el mar. Sacé It mano con el pez, pero no alargé et brazo. ‘De nuevo coats hasta diez y en est ocasién ‘Aydin surgi frene a al egar a neve. Esper. Sus ojilos parecian mirar su comida, pero tam biga a Godar. El muchacho apart6 su otro brazo ‘dela bora y fo v6 hasta la cabeza de a balla. La searicis, ‘Ti quieres quedarte aqui, verdad? Le respondi6. Fueron una suerte de sonidos enos de cadencia, leves chasquidos, tonos agudos. Decian que estaba habituada al trato hue ‘mano, ¥ que por esa rén era tan pacifica, tan cordial tan alegre. Decian que ya habia nacido prisionera, y que por la misma raz6n era tan Amigablemente feliz con las personas Pero él sabia que era mucho mis que eso, y que la ballena blanca era Ia suma de todos los prodigios de Ia madre nanuralera 2, minaret eee ane ia os usalnanes ADUEWATE DE ESTAS PALABRAS reticencia f:resena, descorfan, {adenca /sordos que rele con requis ‘vow 327 Ledio et iimo pescado. Y en el momento en que Aydin se hundlia ‘una ver mis en las aguas del puerto, tan sen ‘losamente como las otras ocasiones, Godar es: ‘cuché su nombre, marcado por la urgencla ¥ ‘atido por un nervioso tono de desesperaci6n, ‘Sa nombre repetido una y otra vez ‘Miré hacia la orlla. Reconoci6 a su primo ‘Takshir, dando saltos, agitando los brezos, re- ‘lamando si atencién, Eran tan fucrtes sus grt {08 y el imperioso corte de su voz, que por las ‘puertas de las casas empezaron a salir sus habi- ‘antes, probablemente ya despiertos oa punto ‘de hacerlo como eada di al alba. Pero Takshir ‘lo le bablaba a él. ‘= iVienen por ela jLo han dicho porla idiot {Sellevana Aydin, Goda Sl evan hoy! ‘Se puso en ple, mientras las palabrasiban pe- retrando despacio, una a una, por los vericue- tos colapsados de su cerebro, reclamando una atencién que se desvanecia al mismo tiempo (que su fuerza y su valor. Takshir continu ha blindole a gritos desde la ola, pero lyz no le fescuch6, Sostenido por sus plemnat firme: ‘mente sujetas al fondo de la bamtoleante barca, miré el agua y, como si su mente ya fuese tuna con la de Aydin, la ballena emergié de nuevo frente ai La verdad se hizo presencia en la zén de Godan —Vete.., jetel —le dijo al animel—, Se acabé, jentlendes? (Has de irc! (Si quieres ser bre has de it! iVete, Aydint abballena blanca volviéa responder —iNo hay mis pescado! :Lo ves? —se aga: hd, copié el cubo vacioy se lo ensefid—. i¥a 1 lo habe nis! Vere! Tamis crey6 que pudiera hacerlo, pero le arroj6 el cubo. Ia pallena lo esquivé facil. mente. Tras ello dio un salto. —iNo es un juego! —se sitio desesperado. 1a tensién emocional, mantenida casi en ' verevetot cannot porlos que edie anda, rows 329 estado larvado a lo largo de los titimos diss, stallabafinalmente, ye arartaba con ella Noes un juega! 2s que nolo ves? Escaps, ‘Aydin, mira ese mac... jmialol (Es tayo! Por favor. a ballena se sumerg:6. Apenas si permaneci6 cinco segundos fuera de su vista. SllS majes fuosa, como una flecta blanca apuntando al cielo antes de doblarse ligeramente y volver a ‘caer al xgua, La desesperacin se agolp6 en los jos de Godar en form de Iigrimas. Cogi6 uno {deos remos lo separé de I argolla que lo man tenia junto a la barca. Después lo levant6 con todas sus fuerz28intentando goipear al animal ‘Aydin saltS una vex mAs, lan26 un agudo sonido, provecé una inmeasa ola al caer al Agua. Godar ya no pido levantar por segunda verel remo, No es un juego... —repitié muy debit _mente-. Malaita testaruda... Noes un juego. ete, Aydin, Vetey & bre. ‘Le cay6 una sibita luvia encima cuando la cola de la ballena a20%6 el agua igual que CoNOCE AL ESCRITOR Jordi Slrrat Fabra(I947— acd en fareclona, Epa, Aunque comenzé ests- ios de aruitectr, sea dacicao pine. falmence alms yal earauure Alo hirgo desu carrera, a digo programas de ray ta escrito umeroaosaruls para revsas de mise. Eure sus obras de tema trials inupen a eccoped Hitoria de lamsica Rack y el Diconari de es Beats. Desde 1971 fecha en aque empezd a decicarse aa eratira nfly rei, Slrra {Fabra a ganado varios premicseearos, terre lose Premio Gran Angular de Lier 330 Themes, soLy ma YY aunque con pesar, cwvo que sonret. Después de todo, aquél era uno de sue mejores trucos. NSE ESCAPA AYDIN VEZ Y VUELVE ATURQUIA ‘ura ven (1980) por su libro El cazador. Se levolvé a conceder este premio dos veces iz, en 1982 yen 1990 Aydin, novela que pertenecen los apftulos que acabas de leer, tané el Premio Edebé de Literatura Infanel Y jen (1994). Site gue Ay, ule ae ‘le te guste ler Los tires del ale, Ibo de lamisma serie.

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