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BTct Ni comwmiquern, ee en aUstTeces LIBRO I ‘Sonne 1 FELICIDAD 1. Introduccién: toda actividad humana tiene un fin queramos por si mismo, y las demas cosas por causa de él, y Io que elegimos no esté dete anifiestamente, la politica‘. En efecto, ella es la que regula qué ciencias son necesarias en las ciu- dades y cuales ha de aprender cada uno y hasta qué ure 1 BI nomia, la retSrics, Y puesto que la politica se sirve de ciencias y preseribe, ademas, qt debe evitar, el fin de ella ine! n de una persona es algo ‘eseable, pero es mas hermoso y divino conseguirlo pe. a un pueblo iades. tra Investigacion, que es 10 politica. Gada tno de nuestros razonamiento; porque es pono del hombre instruido buscar la exacitad en cade one fa en la medida en que la stuno; evidentemente, tan absurdo seria sceplat ane 2 ‘atemético empleara la persuasion como tugir de un Fetsrico demostraciones. 132 ‘Erica macomsavea como introduccién sobre 1 las ensetianzas y el objet 4. Divergencias acerca de la naturaleze de vamos de nuevo 2 plantearn: meta de la politica y cual es el as: si esté enferma, piensa que la 25 felicidad es la salud: si es pobre, la riqueza: los que yoque es la causa de gue to. Pero quizé es instil exami. siones, y basta con examinar ue parecen tener alguna razin. embargo, que los razonamientos 2» es el qué, y si esto esta ninguna necesidad de! El mejor de todos los hombres es el que por st mismo 10 comprende todas las cosas; es bueno, asimismo, el gue hace caso al que bien le acon, lsejas ero el que mi comprende por si mismo ni lo que eso. cha a otro retiene en su mente, ste, en cambio, es un hombre int de Petr qu etsten por st mismasy sn las cosas perticares 134 BrIeA nicomAoueA 5. Principales modos de vida 1s Pero sigamos hablando desde el punto en que nos desviamos. No es sin razén el que los hombres parecen idad partiendo de le 2 que es incompleta, ya que ler que el que posee la virtud esté dormido durante toda su vida, y, ademés, padezca les y los mayores infortunios; y nadie juzga de negocios, fs algo violento, y es evidente que la riqueza no es el cevidente que tampoco lo sox, aunque muchos argumen- tos han sido formulados sodre ellos. Dejémoslos, pues. 6 Refutacion de ta idea platénica del Bien (Quizé sea mejor examinar la nocién del bien univer: sal y preguntarnos qué aque esta Investigacién n idad (, por eso, no crearon una dea de los niimeros); pera el bien se dice en la sus- lo que existe por por naturaleza a cidn y accidente del ente), de modo que no podré haber una idea comin a ambas, No est claro sl se refer sexrtos de valgaiacée,o bien s verdadefos debates loedicn Quits, la xprsin neu canoe ‘mit antral india, simplements, que estaba en Steulacn, "o'Es de todos conocido aors provetbio qos ve eneentra eu a Vide de Aritteles: Amicus Pato, sed mais mica verias uno 1 137 ‘Se puede suscitar una éuda acerca de lo dicho, por que los argumentos (de los platénicos) no incluyen todos los bienes, sino que se dicen s 7 sas que son homénimas por azar. Aca $0 por proceder de un solo bien o por tender todas al S que el que dura un solo dia. ‘Los pitagoricos parece que dan una opinién més ve- rosimil sobre mismo nome designs realdades i ‘Ars ‘ittndo mas ese concepto expucs Jaen lo Topco, cisunguc ‘eles es tposdeequvoce gue sumerssumariameate Por sane: Psmeros principiog son Indsteminados ‘Been'y In Beleza aparecian one curso des mente uno, 0 algo separado que existe por . ss el hombre no potri adquitirlo; y lo que Dbuscames ahora turaleza, tud; pero parece estar en desa- todas, en efecto, aspiran a algtin bien, y buscando lo que les falta descuidan el conoch miento del bien mismo. Y, clertamente, no es razonabie ue todos los técticos desconozcan una ay im in para su arte el tejedor o el ‘carpintero de conocer el Bien sumo 1 139 7. El bien del hombre es un fin en si mismo, perfecto y suficiente| ny decisién es el fin, pue = hacen las demas cosas, De suerte ‘algsin fin de todos los actos, éste serd el i hay varios, seran éstos. Nuestro ra- F eausa de otra cosa, lo consi- deramos més perfecto que a los que se si mismos, ya por otra cos. Seneill lo que siempre se slige por por otra cosa. fal parece ser, sobre todo, la felicidad ", pues la erm clegimos por ella misma y nunca por otra cosa, mien. lo mejor parece ser algo ido, pero, con todo, es deseable te €8 por naturaieza insctivo? £0 no es 39 mcjor admitir que asi como parece que hay alguna fun: cién propia del oo y de la mano y del pie, yen general de cada tno de los miembros, asi tambien perteneceria, al hombre alguna funcién ararte de éstas? ¢¥ cual, pre- cisamente, ser esta funcin? El vivir, en efecto, parece también coman a las plantas, y agui buscamos lo pro- pio. Debemos, pues, dejar de lado la vida de nutricion Y crecimiento. Seguiria después la sensitiva, pero pa- toma ese que también ésta es comtin al cab: 2 todos los animales. Resta, pues, ci pis del ente que tiene razén, Pe obedece a Ia razén, y por otra, la posee y piensa. ¥ co: mo esta vida racional tiene dos significados, hay que tomarla en sentido activo, pues parece que primordial: 5 mente se dice en esta acepcion. Si, entonces, Ia funcién, propia del hombre es una actividad del alma segin Ia TIC NicomAaves a la razén, y si, por otra parte, deci segin la materia que suby apropiado ala particular in sumto 1 143 ut €5 0 qu propiedades tiene, pues aspira a com telat la verdad. Lo misno sha de hacer on as de ti cosas y no permits que lo accesorio domiae lo pin Spal Tampoco se ha de exigt la causa por igual eh ots {odas las cuestones; pues en algunos casos es sufiiem ya que el heche es primero y pr e os principios, unos se contemplan por tienen gran importancia para lo que rece, pues, aque el principio es mas de la mitad del todo™, y que por él se hacen evidentes muchas de las cuestiones que fe buscan. 8, La felicidad es una actividad de acuerdo con la virtud Se ha de considerar, por tanto, la definicion (de la 10 felicidad, ) no solo desde la conclusion y las premisas, sino también a partir de lo que se pues con la verdad concuerdan todos los datos, pero ‘on lo falso pronto discrepan. Divididos, pues, los bie- nes en tres clases, los llamados exteriores, los del al- ‘ma y los del cuerpo, decimos que los del alma son los ‘mas importantes y los bienes por excelencia, y les ac- ciones y las actividades animicas las referimos al alma Asi nuestra definiciOn debe ser correcta, al menos eis onde abla elo de Bienes dal tina 144 fice IcoMAOUEA relacién con esta doctrina que es antigua y aceptada por los flésofos. Es también correcto decir que el fin Consiste en ciertas acciones y actividades, pues ast se esprende de los tienes del alma y no de los exteriores. 2 Concuerda también con nuestro razonamiento cl que el hhombre feliz vive bien y obra bien, pues a esto es, poco. ‘més o menos, a lo que se llama buena vida y buena, tun uso, en un mato de ser o en una actividad. Porque cl modo de ser puede estar presente sin producit nin- gin bien, como en el que duerme 5 més hermosos ni los més fuertes los que son corona nados, sino los que compiten (pues algunos de éstos ven- ve 1 145 tos es por si misma agradable. Porque el placer es ue pertenece al alma, placeres son objeto de disputa, porque no lo son por ‘naturaleza, mientras que las cosas que son por natura: Jeza agradables son agradatles a los que aman las co- bles. Tales son las aeciones de act , de suerte que son agradables para si mismas. Asi la vida de estos hombres no necesi yy nadie lamard justo al que no se complace ep la pric Tica de In justicia, ni libre al que no +e gova ea las ac. fgualment: en todo lo demés. Sesto 2 s de acuerdo con la virtud serin por s mismas agradables. ¥ también serdn bucaas y her: 7 ambas cosas en sumo grado, Lo més hermoso es lo mas justo; lo ud ero to més agradable es lograr To qu Bas sino que todas ellas pertenecen a 15 me- 30 Jores:y la mejor de todas éstas decimo: Ta felict cad. 2 iscripeén quest eocontraba en lot propos del templo de ‘toe Dos, y ues ners tabiln l prio Sn Ets Budo mo 100% de los bienes exteriore: 146 serica sacomsaues Pero es evidente qu en0$ atin aquel cuyos hijos © amigos fueran completamente malos, o, siendo bue. ros, hubiesen muerto. Entonces, como hemos dicho, la felicidad parece n ¥y por esta razén algune buena suerte, mientras Ja virwwd. 9. La felicidad y la buena suerte tino divino o ineluso por suerte ™. Pues otra dadiva que los hombres reciban de los dioses, es Fazonable pensar que la felicidad sea un don de los dio. alguna ses, especialmente por ser la mejor de las cosas huma. ‘as. Pero quizas este problema sea propio de otra investigacién. Con todo, aun cuando la felicidad no sea enviada por los dioses, sin remio y el fin de la identemente, algo divino y ven- ume 1 147 turoso. Ademés, es compartide por muches hombres, pues por medio de cierto aprendizaje ia lo pue- Gen aleanzar todos los que no e nb que sea asa que las cosas que existen pot nat faleea st realizan siempre del mejor modo posible. € igualmente las cosas que proceden de un art, ode cua. ule eausa y prinipalmente, dela mejor: Pero con Tp més grande y lo mas hermoso la fortuna Seria una incongruencia a respuesta a nuestra bisqueda también es eviden- te por nuestra definicién: pues hemos dicho que (la felicidad) es una ciera actividad del alma de acuerdo conla virtud De los dem Benes unos son neceario, otros son por naturalesa suniliares y ules como ins trumentos. Todo esto tambien esté de acuerdo con To fue dijimos al principio, pues establecimos que el Bn dea politica es el mejor bien, y la polities pone el ‘mayor cuidado en hacer & os ciudadanos de una cerca ualidad, esto es, Buenos y capaces de acciones nobles De acuerdo con esto, es rzonable que no llamemos felt al buey, ai al eabllo i nigin otro animal, pues ninguno de ellos es capas de partiipar de tal actviaad, Por la misma causa, tampoco el nifo es felin pues no 8 capaz todavia de tales acciones por su eld: pero algunos de ellos son llamados felces poraue se espera ‘ue lo sean en el futuro, Pues I felicidad require, co. ‘ho dijimos, una virtad perfecta y una vida ener, y8.que muchos cambios J azaes de todo ginero oce. tena lo larg dela vida, 9 es posible que el mas pros pero sufra grandes calamidades en su vejez, como ae venta de Priamo en los aoemas troyanos®, 7 nadie ™ Eepndci rr de Toya ge sno que vera mene de ma cir a stony sine aby er ar os aC Rcpiiene, Bie haan, s 168 rica sacomsaues considera feliz al que ha sido vietima de tales percan- ces y ha acabado miserablemente, 10. La felicidad y los bienes exteriores caso feliz después de su ‘muerte? Pero cno es esto completa todo para nosotros que decimos que ‘no llamamos feliz al hombre muerto —tampoco Solén quiere decir esto, sino que séle entonces se podria considerar ventu- oso un hombre por ¢: pueden oct rir a sus descencientes, y asi algunos de ellos pueden ser buenos y aleanzar la vida que merecen, y otros al 25 contrario; porque es evidente que a los que se epartan de sus padres les puede pasar cualquier cosa, Seria, sin duda, absurdo sil muerto cambiara también con sus descendientes y fusra, ya feliz, ya desgraciado; pero tam 2% Hencnov 2038) aribaye eta fase a Sol, cuando este st- ovis a Cree rey de Lid el cual pests de sus fnbuloses ae. ‘sn crn considered feliz pore lpiadorstniense también Io que ahora rel fin y, entonces, con ero en modo algu- 5 mudes de Is fortuna, porque la bondad o maldad de un hombre no dependen de ellas, aunque, como dijimos, la vida humana las ne- rdades de acuerdo con Ia virtud de. 10 incipal en la felicidad, y las con Este razonamiento viene confirmado por lo que aho- ra discutiamos. En efecto, en ninguna obra humana hay bilidad como en as actividades virtuosas, que ie las ciencias; y las mas 15 Y ésta parece ser la razén por la cual Lo que bus ¥ soportard las vicisitudes de la 20 Vida lo més noblemente y con moderacién en toda circunstancia el que es verdaderamente bueno y «cua 150 eTIcA Nicoukoven drildteros sin tacha*. Pero, como hay muchos aconte- cimientos que ocurren por azares de fortuna y se dis. inguen por su grandeza o pequetez, es evidente que de pequeta importancia, favorables o adversos, no jenen mucha influencia en la vida, mientras que los grandes y numerosos harén por su naturaleza afiaden sontece lo contrario, opri- 1, porque traen penas e im- ‘Sin embargo, también en 4stos brilla Ia nobleza, cuando uno soporta con ealima ‘muchos y grandes infortunios, no por insensibilidad, si- noble y magnénimo. las actividades: rigen la vida, como dijimos, wmbre venturoso legars a ser desgraciado, pues inca hard lo que es odioso y vil. Nosotros creemos, ies, que el hombre verdaderamente bueno y prudente soports dignamenie todas las vicisitudes de la fortuna uuoie y actia siempre de la mejor manera posible, en cual tampoco vent {infortunios de Priamo. Pero no sera incons- ‘ante ni tornadizo, pues no se apartard fécilmente de la felicidad, ni por los infortunios que sobrevengan, er grandes y muchos, después de los cuales no volverd a ser felizen breve tiempo, sino, en todo caso, ‘ras un periodo largo y duradero, en el que se haya he- cho dueio de grandes y hermosos bienes. 2Qué nos impice, pues, 1s acuerdo con la vida perfect 7 Espresdasacade de un poems tae y elacutids por Raven en Prosdgoras suo 1 1st visto de bienes externos no por algsin perfodo fortuito, sino durante toda la vida? 20 hay que aftadir que ha Ge continuar viviendo de esia manera y acabar su vida fo andlogo, hombres. Y sobre estas cuestiones baste con lo dicho, 11, La felicidad de los muertos y 1a buena o mala suer te de los descendientes En cuanto a que la suerte de Jos descendientes y de todas los amigos no contribuya en ni den, y unas nos tocan mas de cerea que cada una de ellas seria una tarea larga © y quiz sea suficiente tratarlo en general y esqueméti- camente. Ahora bien, de la misma manera que de los 50 infortunios propios unos tienen peso e influencia en la vida, mientras que otros parecen més ligeros, asi tam- bi tan a los muertos, mucho més que los delitos ¥y terribles acciones que suceden en la escena difieren 4e los que se presuponen en las tragedias, se ha de con- 3s cluir que existe esta diferencia, o quiad, més bien, que Como puede aptecia el lets, Ariettele no quire opnerse shiecamente ls crenciaspopalares aera dela uate de oe ac 152 Erick mIcoMAQUEA de los contrarios. Parece, pues bien o su contraro llega hast gia {indole y por tener cierta referencia algo; ‘mos al justo y al vril,y en general al bueno tud por sus acciones y sus obras, y al robusto y al ys cada uno de los demés por tener cie natural y servir para algo bueno y virtuoso. dente tambies uno 1 153 YY asi también respecto de los bienes, porque nadie elo- 25 gia la felicidad como elogia lo justo, sino que la ensalza come algo mis divino y mejor. 'Y parece que Eudoxo ", con razén, sostuvo la exce- placer, pues pensaba que el hecho de no ser ‘animicas. Pero, qui2é, la precision materias 35 tes mis propia de los que se dedican a los encomios; pero, para nosotros, es evidente, por lo que se ha dicho, gue la felicidad perfecta y digna de ser alabada. Yel principio y la, 5 bienes lo consideramos algo digno de honor y 13. El alma, sus partes 5 sus virtudes Puesto que la felicidad es una actividad del alma 5 de acuerdo con la virtud perfecta, debemos ocuparnos irtud, pues tal vez investigaremos mejor lo refe la felicidad. ¥ parece también que el de Creta y de Lacedemonia y los otros se- s que puedan haber existido. Y si esta investiga. 2 Discipulo de Plain que ceasigrabs el placer como un fs ex bie pra el hombre. Auroras hace tna Far con vistas @ estas cosas y en la medida pertinente 25 a lo que buscamos, pues una mayor precisién en nues- to examen es acaso demasiado penoso para lo que nos roponemos. porta para esta cuestion si partes del cuerpo y todo unto 185 Ja razén pero naturalmente inseparables, cunferencia lo convexo y le céneavo. De vida. Esto es normal que inactividad del alma en jemos también de lado la parte nutritiva ya que su nay turaleza no pertenece a la virtud humana. ‘Pero parece que hay también otra naturaleza del al- sma que es irracional, pero que participa, de alguna ma- razén, Pues elogiamos la razén y la parte i$ ene razén, tarto en el hombre continente como en el incontinente, ya que le exhorta rectamente hacer lo que es mejor. Pero también aparece en estos hombres algo que por su naturaleza viola la razon, y esta parte ‘2 la razén. Pues, de la misma 20 ven en sentido contrario™. Pero, mientras que em los RA Guumae y JY. Sour somentan ast ete pase «EL sé ‘io hora, que periecce al wecabulaio cadence, erro ea is ‘ize Nomdgueey no tiene valor esi, ina que pose age, 156 ‘rica sacomcavEn que se desvia, en el alma no lo vernos; nen el alma debemos considerar no algo contrario a la razén, que as que lo apetitivo, y en general lo desiderativo, participa de algiin modo, en cuanto que so la escucha y obed ‘También la virtud se divide de acuerdo con esta di- ferencia, pues decimos que unas son dianoéticas y otras é Didurf, la inteligencia y la prudencia ticas, mientras que la liberalidad y la mode- unto 157 racién son éticas. De este modo, cuando hablamos del so tun hombre, no decimos que es sabio o inte- ligente, sino que es manso o moderado; y también elo- giamos al sabio por su modo de ser, y lamamos virtu des a los modos de ser elogiables. LIBRO III ACCIONES VOLUNTARIAS E INVOLUNTARAS 1. Responsabitidad moral: acto voluntario e involunte- {que por su propia salvacion y la de 10 cen todos los sensatos, 2 Fr Swen. bir, ry de Ags ou pan 20 tomar dare tenet sot Teka Tnccnade pr fe ce Sa No es facil, sin embargo, establecer cual ativas ha de elegirse, porque se dan mu- do externas nos compelen), todo serd, forzoso para él, ya que por esta causa todos hacen to- das las cosas. ¥ aquellos que actdan por la fuerza y contra su voluntad lo hacen dolorosamente, y los que actdan a causa de lo agradable y hermoso, lo hacen con placer; y es ridicalo culpar a la causa externa, y no a nosotros mismos, cuando hemos sido tan fécilmente ‘mosas, pero imputar las vergonzosas al placer. Parece, fentonces, que lo forzoso es aquello cuyo principio es fexterno, sin que el hombre forzado intervenga en nada, ‘odo lo que se hace por ignorancia es no Voluntario, pero, si causa dolor y pesar, es invaluntario. En efecto, et que partir y pees e a lucha, Shilo Aerie ats a st ‘madre, para no iscurir en i maldlones pateras, meo a 181 1 que por ignorancia hace algo, cualquier cosa que ello 20 sa, sin sentir el menor desagrado por su accién, no ha obrado voluntariamente, puesto que no lgnorar todas estas circuns- {ancias, a no ser que estuviera loco, ni tampoco, que sa propio hijo sue la punta de hie- ro de la lanza tenia un botdn; o que una piedra cual- ‘uiera era piedra pémez; 0 dando una bebida a alguien 1s para salvarlo, matarlo por el contrario; o queriendo a uno darle una palm: i6n hecha segiin se dice 2» involuntariamente, por causa de esta clase de ignoran- cia debe ir seguida de pesar y arrepentimiento. Siendo involuntario lo que se hace por fuerza y por Jgnorancia, lo voluntario podria parecer que es aquello ‘cuyo principio esté en el mismo agente que conace las circunstancias concretas en las que radica la accién, Pues, quizé, no esta bien decir que son involuntarias 2% las cosas que se Lacen por coraje 0 apetito. En efecto, primero, ninguno de los otros animales haria nada vo. luntariamente ni tampoco los nifios; segundo, gno reali: zamos voluntariamente ninguna de las acciones por cat apetito 0 del coraje, o es que realizamos las buenas voluntariamente y las vergonzosas involuntaria- ums 183 serfa la altemativa ridfcula slendo una 10 Pero seria, igualmente, absurdo llamar 3guen, siendo involuntarios, los ye- ebidos al coraje? Ambos deben 11118 Ja ira y el apetito tambien son propias del hombre. En tonces es absurdo considerarlas involuntarias. 2 Naturaleza de le elecci6n Habiendo definido lo voluntario y o involuntario, de- s ‘bemos tratar ahora de la eleccion, ya que parece ser més apropiado a la virtud y mejor juzgar los caracteres es pasta critica las teoias de ut predeceseres so adel ler: In dlclen 0 e i nde ue ‘ino ‘un jucin fato de una previa delberaccn cién, pero no To agradable o| lo otro. La eleccién menos aiin es un impulso, pues lo que se hace por impulso en modo alguno parece hecho por cleceién. Tampoco, ciertamente, es un deseo, a pesar 20 de su manifiesta proximidad; pues no hay eleccion de a de cosas que das de ningun modo por uno deseo de que un cierto actor fleccién) puede ser una opinion. En arece referirse a todo, a cosas exter- tenemos un cierto cardcter por elegir Io bueno o malo, pero no por opinar. ¥ elegimos tomar o evitar algo de amo 185 Entonces, cqué es o de qué indole, ya que no es nin- sas mencionadas? Evidentemente, es algo is Pero no todo lo voluntario es objeto de elec xidn, y hasta su mismo nombre parece sugerit que co algo elegido antes que otras cosas 3. Le deliberacion que ocurren sien idad, 0 por natura: ejemplo, sobre los 25 ni sobre las cosas que bre io que sucede at, por ejemplo, sobre el hallango de un tesore: Teen Aelberamos sobre todos los asuntos humanos, por Sem lacedemonio delibera sobre como los es claro y de aquellas en que smamos 2 clertos consejeros en 10 materia de impomtancia, porque no estamos convenc- dos de poseer la idecuada informact hay més que uno para vés de éste, y este, a sa mo at 187 hasta legar a la causa primera que es la ultima en el descubrimiento. Pues el que delibera parece que inves- 20 tiga y analiza de la manera que hemos diche, como 1 wratara de una figura geométrica nosotros, ya que el principio de la accion estd en nose. f ‘que investigamos son los instrumentos, lizacién; y lo mismo en los demi ‘buscamos el medio, otras el como, agente. Parece, pues, como queda dicho, que el hombre es io de las acciones, y la deiberacidn versa sobre 1 mismo puede hat jeto de deliberacién en- 11150 nado, ya que se elig la deliberacién, Pues 8 ‘cuando claro de los antiguos regimenes politicos que Homero ‘os describe: los reyes anunciaban al pueblo lo que ha 188 ‘rick mcoutouEn 10 bian decidido. Y como el objeto de la eleccién es algo (que esta en nuestro poder y es deliberadamente desea 0, la ci6n, sobre qué relatives a los 4. Objeto de la voluntad 1s __ Hemos dicho ya que la voluntad tiene por objeto un fin, pero unos piensan qi 2» pero, asi, sucederia que seria un mall; en cambio, para los que dicen que el abjeto de la voluntad es cosas, y en todas ellas se le 30 Pues, para cada modo de ser, hay cosas, sono mr 189 bles, y, sin duda, en lo que més se distingue el hombre bueno es en ver la verdad en todas lat 5. La virtud y et vicio son voluntarios ‘Siendo, pues, objeto de Ia voluntad el fin, mientras aque de la deliberacién y la eleccién lo son los medies para el fin, las acciones relativas a éstos estarén en com $ cordancia con la eleccién y seran voluntarias, y tam, bien se refiere alos medios el ejercicio de las virrudes, Y, ‘asi, tanto Ia virtud como el viio estén en nuestro porier, ‘turoso sin querer, pero la perversidad es algo volunta. io. 0, de otro modo, deberia discutirse lo que acaba, ‘mos de decir, y decir que el hombre no es principio ai sgenerador de sus acciones como lo es de sus hijos, Pero 5 evidente y no tenemos otros principios para que los que estén en nosotros mismos, entom 20 acciones cuyos princinios estén en nosotros de. enderén también de nosotros y serdn voluntarias, ¢l delincuente parece respon sable de la ignorarcia; impone doble castigo: Driaguer fue la causa de su ignorant bien a los que igroran ciertas ‘casos en los que la ignorancia parece tener por causa la negligencia, porque estaba en st poder no ser igno- vea, indole, que no presta atencién. s Pero desenfrenadamente, son Tos ca es decir, de ser injus- ‘mal, otros pasando el © cual in 1 caso de los que se entrenan para algin certamen 0 actividad, pues se ve ejercitan sin parar. Asi, desconocer que los modos de ser se adquieren por las correspondient do pensar que el injusto no quiera ser injusto 0 el que vive licenciosaments, licencioso, Si comete acciones por las cuales se hard injusto, seré ine ame 191 justo voluntariamente; pero no por la simple voluntad Gejard de ser injusto y se ce ciego de naci ‘medad 0 un golpe, sino que, més bien, lo compadeceria; pero al que lo es por embriaguer 0 por otro exceso todo el mundo lo censuraria, Asi, pues, de los vieios del ever. po se censuran los que dependen de nosotros: pero los 99 que no dependen de nosotros, no. Si esto es ae, tame bign en las demas cosas los vicios censurados depende, rin de nosotros. Uno podria decir que todos aspiran a lo que les Parece bueno, pero que no pueden controlar la imaging ign, sino que, segin la indole de eada uno, asi le sare. ce el fin. Ahora, si cada uno es, en cierto modo, cau, 110 sante de su modo de ser, también lo seré, en clerta -ausantes de nuestros modos de ‘de una ciersa indole, nos propo- ‘emos un fin determinado), también los vicios lo sera, modo esquemé- tico, el género de las virtudes, que son términos me- ios y modes de ser que, por s{ mismos, tienden a prac- ticar las acciones que las producen, que dependen de nosotros y son voluntarias, y que actan como dirigidas por la recta razén. Con todo, las acciones no son volun: {arias del mismo modo que los modos de ser, pues de ‘ouestras acciones somos dueios desde el principio has- so ta el fin, si conocemos las circunstancias particulares amo at 193 en cambio, de nuestros modes de ser somos duefios s6- Jo del principio, pero su incremento no es perceptible, como en el caso de las dolercias. Sin embargo, ya que i115 fest en nuestro poder comportarnos de una manera a otra, son, por ello, voluntarios ™ 6 Examen acerca de varias virtdes: la valentia ‘Tomando ahora las virtudes una por una, digamos qué son, @ qué cosas se refieren y cémo. Al mismo s tiempo se dilucidaré el aspecto de cudntas ‘Vamos a empezar con Ja valentia. Ya ha quedado de to que es un término medio entre el miedo y smeridad. Esté claro que tememos las cosas, ‘i que algunos llaman a éste ue tiene algo semejante al valiente, pues el is Desputs de esta larga dacusion stre el proceso del dear: ts del seo humano, uno puede preuntarse ai heaves crete bee 194 BTICA sIcoMQUEA valiente es un hombre que no teme. Quizé no se deberia, temer la pobreza ni la enfermedad ni, en general, los 1. Continuacion del examen sobre le valentia: cobarda y temerided eae no es para todos lo mismo, pero habla- sin por encima de las fuer. 196 {rica macoukouea Bl que se excede en audacia respecto de las co: fodas las otras lo més manifesto en é es su exceso de temor en fas situaciones dolorosas, El cobarde es, pues, tun de- sua sesperanzado, purs lo teme todo. Contrario es el caso del valiente, pues la audacia es la earacteristica de un hombre esperanzado. El cobarde, el temerario, el vie lente, entonces, estan en relacién con las mismas co. sas, pero se comportan de diferente manera frente a 5 ellas. Pues los dos primeros pecan por exceso 0 por de- fecto, mientras que el tercero mantiene el justo medio y como es debido. Los temerarios son, ante el peligro, recipitades y lo desean, pero ceden cuando llega; los vo valientes, en cambio, son ardientes en la-accién, pero ko ut 197 lentes hon- rados. Homero considera valientes a hombres tales co. smo Diomedes y Héctor Polidamante serd el primero en echarme reproches Y Diomedes: Héctor un dia diré arengando @ los troyanos: [ee Tideo hays de Este género de valentia es la que mis se parece a Ja descrita amteriormente, porque nace de uns virtud, es, en efecto, resultado del pudor y del deseo de gloria (esto es, del honon), y de rehuir la infamia, por ser vee ‘Bonzosa, En la misma categoria se podrian colocar tary 90 bien los que son obligados por sus gobemnantes; pero son inferiores, por cuanto no obran por vergienza sino por miedo, y no rehtiyen lo vergonzoso, sino lo penne, Pues los sefiores los obligan, como Héctor: en yo encuentre safandose de la batalla rd esperanza de escapar a los perros. tid, 3912. Las palabras om de Apamenén, peo, en! 844-49, Homer as pone cot igerar modicacones co bres 198 mica wacoMsOUEA =e i 4s Lo mismo hacer los que colocan sus tropas y szotan Bl coraje también se toma por valentia, - ‘los que abandonan los puestos, los que sitian a sus, cen, asimiamo,valientes los que arrebatadamnente se Ins. ‘bres delante de trincheras 0 cosas anslogas: todos lament Gad, sino porque es hermoso. ‘corae es lo mas audae frente alos peligros), forces TLaexperienea de las cosas particulares también pa: : peligros), Por eso ahi que a sngres "Todas ect expresie 30 Indica In enitacion y pao en os hombres valientes bras gracias a su experiencia, son staque y en la defensa, ya que saben tiadas por el dolor 3s ‘tharos en tense ss sme pe ‘Mearns cadnnee Gueen enna semen ct eemplo de Hermes, pore part elos SPS Sete y a murs cs peter oseme Sunt wl Lar potnoalen, en aba, ware sar ffvcn cyea ser mls rte, peo condo Sichfenay nen hayen:porue een noe ak" She la teptenn pov ehalente noe de Forwuesmtor tn iutgldse seh the saat ssn po ie sont aes dean er Porter que son os mi faces ¥ gues ed Em Coronel curso dels guerra saprada B53 2 ile snereeonioehoytan los iudadaoe de Crane, en comble. ress ‘on as fs ues cles ct d memoria y algunas expres. texto actual de Houano lade Xt “70 XV BBR Obes XaIV 31H) Mile XE 200 ‘rick sacousouEr 1s nada, (Ast actian también los que se emborrachan, pues se vuelven animosos) Pero, cuando las cosas no suce- Gen como esperaban, huyen; en cambio, es propio del ‘temibles para un hombre, porque es honroso hacerlo p vista de ello, parece 2 mientras que los cue fo sospechan que las circunstancias son otras. Es lo que 22 Elvalor tiene relaciéa con pero no se refiere a ambos d pporsar lo que re Is Heliices OV £30, Pues, valientes ‘penoso, como he- sno at 201 mos dicho. De ahi que la valentia sea algo penoso y, ‘con razbn, se la alabe, pues es més dificil soportar podria parecer que el fin de la valentia es agradat ‘unque queda oscurecido porlo que le radea: tal ocurre #1176 cen los certémenes gimnésticos, pues el fin de la lucha, ‘quello por lo que se lucha, es agradable —la corona, y los honores—; pero recibir los golpes es doloroso y jpenoso —son hombres de eare—, y asi todo el esfuer. 20; ¥ como’ estas cosas son muchas, y aquello por lo 5 que s lucha pequefio, no parece ésta tener en si ningin placer. Asi, si tal es el caso del valor, Ia muerte y las beridas serin penosas para el valiente y contra su vo. luntad, pero las soportard porque es hermoso, y es ver~ onscientemente, se privara de los mayores 0 €s doloroso. Sin embargo, no es menos 15 uizis, més, porque en la guerra prefer’. los otros bienes. Asi pues, no en todas fe una actividad agradable, sino en la medida en que se aleanza el fin. Los mejores soldados no son, por tanto, los hombres con tales cualidades, si 1no los que son menos valientes, pero que no poseen ain ‘gin otro bien: pues éstos estin dispuestos a afrontar 20 10. La moderacién Después de esto, vamos a hablar de la moderacién, ado que éstas parecen ser las virtudes de las partes tra, demas que, cuando tienen hambre, se deleitan con el uno 203 olor de Is comida: pero deletarse con estas cosas es 15 propio del licencioso, porque, para él, son objeto deseo. En los demés animales, tampoco hay placer en estas sensaciones, excepto por accidente, pues los pertos no ‘que su gamate se volviera més largo arulla, creyendo que experimentaba ¢1 placer con el contacto. Asi pues, el ms comin de los sentidos es el que define l desenfreno, y con razén se le censura, porgue lo poseemos no en cuanto hombres, sino en cusaco cut males. El complacerse con estas cosas y amarlas sobre ‘medida es propio de bestias; se exceptiian los mas no. 5 bles de los placeres del tacto, como los que se prodiicen 208 frien scomskouea esto por lo que el apetito parece ser algo nuestro. Sin 1s embargo, tiene también algo de natural, porque unas cosas son agradables a unos y otras a otros, y todavia hay algunas que son més agradables a todos que las Mas, acerca de los placeres peculiares, muchos son los que yerran de muchas maneras. Pues, mientras los ‘que se ilaman aficionados a tal o cual cosa yerran, 0 por encontrar placer en lo que no se debe o més que debe uno compl © ‘complacen més deo debido y mas que la mayoria. Cla- Bid, HY continencia y resulta censurable, En cuanto a los do-30 sdo —como en no hubiera nada 10 ferencia alguna entre una cosa u otra, lun hombre. Tal persona no tiene cilmente existe. El moderado ocupa el término medio entre estos ex ‘emos, porque no se complace en lo que més se com: place el licencioso, sino que, més bien, le disgusta, ni © complace, en general, con lo que no debe, ni'en nada con exceso, y cuando estas casas faltan no se aflige ni las desea, 0 s6lo moderadamente, y no més de lo que 1s debe o cuando no debe, ni, en general, ninguna de tstas cosas: y cuantas cosas agradables conducen a la salud Posicién ama mds esos placeves que la dignidad, y el ™oderado no es asi, sino que su guia es la recta Tazén 206 ‘mica sicomsouEa 12, La intemperancia La intemperancis parece més voluntar

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