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feo ea ff peceanconrien Seances | erro) | izquierda y al quieren ent em Arabia Saudi. Peto Zacas0 los rug dosqueentran en Europa no se ofrecen también come mano de obra precaria Y barata, en muchos casos reg de sears Hales ae eicconan g esta amenaza engrosando las filas de los populistas ce mgracio? Para muchos de ellos, Eta srg | vida al ver cumplido su suefio. DELAS GUERRAS CULTURALES A LA LUCHA DE CLASES... Y VICEVERSA Los refugiados no sélo huyen de sus paises asolados por la guerra; también les gufa un cierto suefio. No paramos de ver en nuestras pantallas refugiados que acaban de llegar al sur de Italia y dejan claro que no quieren quedarse alli: lo que quieren, sobre todo, es viviren los pafses escandinavos. Y son atin més los que ein nas en los Balcanes y quieren ir a Alema- =e de los millares que acampan en la Y que no se conforman con Francia, sino i ‘i i que estén dispuestos a arriesgar sus vidas para entrar en el Reino (RGD pe Podemos observar aqui la seveen una giao jepeamiente cuando la gente Gundouhoen pobreza, angustia y peligro» sperarfa que se conformaran con uM fim : debe! y bienestar, estalla la utopl® € que «Noru tualeccién que aprenden los refugiados 184 no existe», ni siquiera en Norueg* Q Tendrdn que aprender a censurar sus suefios: en lugar de petseguirlos en la realidad, deberian centrarse en cambiar la realidad. Los refugiados se toman en setio el principio, pro- clamado por la Unién Europea, de la libertad de movimiento para todos». Pero, de nuevo, aqui hay que ser especificos. Existe una «libertad de movimiento» en cl sentido de libertad para viajar, y la mds radical «li- bertad de movimiento» para instalarse en el pais que uno desee. El axioma en que se sustentan los refugiados de Calais no es sd el dela libertad de viajar, sino algo ‘parecido a «todo el mundo tiene derecho a instalarse en cualquier parte del mundo, y el pas al que se tras- “Europea garantiza (més o menos) este derecho a los Gitidadanos de sus paises miembros, y para eso esti (entre otras cosas); exigir la inmediata globalizacién de este derecho equivale a exigir que la Unién Europea se expanda a todo el mundo. El ejercicio de esta libertad pfesupone ni mas ni menos que una tevolucién so- cioeconémica radical. Por qué? En nuestro mundo global, las mercancias circulan libremente, pero no las personas, ya que estin surgien- do nuevas formas de apartheid. El tépico de los muros porosos, de la amenaza de que nos inunden los extran- jeros, es estrictamente inmanente al capitalismo global, ¥ constituye un indice de la falsedad de la globalizacién capitalista, Es como si los refugiados quisieran que la libre circulacién global se ampliara de las mercancfas a las personas. Desde el punto de vista marxista, hay que relacionar la slibertad de movimiento» con la necesidad 63 . ai eas de sus formas de vida ls pa poder encontrar empleo en fabricas dondes seas como oc hoy n da en China o Meg. ca), y también con la libertad realmente universal del pial aa moverse por codo el globo. La manera en tel nine del capital se relaciona con la liber de movimiento de los individuos es, por tant: rentemente contradictoria: necesita indivi como mano de obra barata, pero al mismo tiempo necesita controlar sus movimientos, pues no se pueden permit las mismas ibertades y derechos para todos, Puesto que hay que comenzar la lucha en alguna parte, significa esto que la exigencia de una libertad de movimiento radical, precisamente en la medida en que esimposible dentro del orden existente, puede ser un buen punto de arranque? El problema es que el suefto de los refugiados que prétenden llegar a Norue- ES un co paradigmatico de fantasia ideolégica,.0 defomacién de una fantasia que enmascara los anta- sGuanentes: una fantasfa que precisamente Giga it a (el término que usa Lacan para inheemne co? ts del deseo) como el obstéculo Dos impide acceder a lo que deseamos- los To quieren todo: bésicamen Re, enalgun Smo conservar un modo de - sS2=Psctos, s incompatible con las bases “sao, “a pain Ag ab fe {que en inglés cambiér 64 ideolégicas del Estado del bienestar occidental, A Ale- mania le gusta recalcar la necesidad de integrar cultural y socialmente a los refugiados. Ahora bien, aqui tene- udntos quieren integrar- iculo a la integracién no es s6lo el racismo occidental? Deberiamos superar el cliché de que los refugiados son proletarios «sin nada que perder excepto sus cadenas» que invaden la Europa burguesa: en Europa existe una divisién de clases, igual que en Oriente Medio, y la cuestién fundamental es cémo interactuian estas distintas dindmicas de clase. Comencemos por los Estados Unidos. En su libro sobre el auge del fundamentalismo cristiano en los Estados Unidos, Thomas Frank™ describe de manera acertada la paradoja del conservadurismo populista de los Estados Unidos, cuya premisa bésica es la brecha entre los intereses econémicos y las cuestiones «mora- les». Es decir, la oposicién econémica de clases (gran- jeros pobres y obreros contra abogados, banqueros y grandes empresas) se traslada/codifica a la oposicién entre los verdaderos americanos, cristianos, honestos y esforzados trabajadores, y los liberales decadentes que beben caffé latte, conducen coches extranjeros, defien- den el aborto y la homosexualidad, se burlan del sacri- ficio patridtico y el modo de vida sencillo y «provincia no», etc. Segiin el conservadurismo populista, el enemigo es, asf, el wliberale, que a través de las inter- venciones estatales federales (desde el transporte escolar a ordenar que se ensefien en las aulas la evolucién darwinista y algunas précticas sexuales perversas) pre~ tende socavar el auténtico estilo de vida americano. La 65 waar mica que se deriva de este m, prin ide vaero consist on Librase fee Ee sets eado que grava a i esforzada poblacién trabajadora a fin de financiar sus intervenciones regu. res programa ecopomico dé MANOS se ye aoe menos impuests, menor reBulaciény, sum ede la perspectva de la busqueda racional del io interés, la inconsistencia de esta postura ideo- Iégica es evidente: lo que hacen los conservadores po- pulistases,literalmente, votar 4, 1 favor de su propia ruina ‘condmica, Menos impuestos y menor regulacién sig- nifica mis libertad para que las grandes compaiiias sigan arruinando a los granjeros pobres; menos intervencién estat significa menos ayuda federal para los pequefios jers, et. A ojos de los populistas evangélicos de Tos Estados Unidos, el Estado representa una potencia cextranjera, y, junto con las Naciones Unidas, es un agente del Anticristo: elimina la libertad del creyente cristiano y to libera de la responsabilidad moral de la Administracién, con lo que socava la moralidad indi- Vidualista ane convierte a cada uno de nosotros en el arquitecto de nuestra salvacién. No es de extrafiar que bas Brandes empresas acepten encantadas esos ataques ee al Estado, pues lo que éste pretende es re Alaris fone de meds de comunicacén, pone we ete cnergéticas, reforzar las ley edb atl la polucién atmosférica, proteger © iente y limitar la tala de drboles en los pat orth ft insatis ales, etc. {Cémo combinar todo esto CO" cla plieacin de aparatos esatales be dl le George W. Bush? La suprema ironfa de 1s 66 de justificacién ideolégica al poder ilimitado de lo que Ja gran mayoria de individuos experimentan como un inmenso sistema anénimo que, sin ningiin control publico y democratico, regula sus vidas. Por lo que se refiere al aspecto ideolégico de la lucha de los populistas, es més que evidente que éstos libran una guerra que simplemente no pueden ganar: si Jos republicanos prohibieran totalmente el aborto, si prohibieran que se ensefiara la cvolucién una regulacién federal en Hollywood y en cultura de masas, ello significaria no sdlo su derrota ideolégica inmediata, sino también una depresién econémica a gran escala en los Estados Unidos. El resultado es, por tanto, una simbiosis debilitante: aunque la «clase dii- gente» esté en desacuerdo con el programa moral po- pulista, tolera su «guerra moral» como medio para mantener a raya a las clases bajas; es decir, les permite expresar su furia sin que ello interfiera en sus intereses econémicos. Lo que esto signifi err tural es una ue no nos vengan mds con el cuento de ¢ que vivimos en wna s0- No obstante, con todo esto el enigma se hace aiin mds impenetrable: go6mo es posible este desplazamien- to? La «estupidez 0 la emanipulacién ideolégica» no son ninguna respuesta; no basta con decit que los aparatos ideol6gicos han lavado el cerebro alas primi- tivas clases bajas para que no sean capaces de identificar Sus auténticos intereses. Deberiamos recordar, cuando menos, que décadas atrés el estado de Kansas fue el 67 ciedad posclasista. 4 ulismo progresista en Estados Up; aie a emt 05a VO ms dos y desde me décadas. Y tampoco sitve aqui yn, en las UMpsicoanaliticay directa al viejo estilo aioe (a investidura libidinal de Ia ene impulsaa actuar contra SUS intereses tacionales), que ing panera demasiado directa economia, pidinal los deseos inconscientes~ con la economia prpamente dic, ¥ no consigue comprender sy mediacién. Tampoco suficiente proponer lasolucién a emeto Ladau: que no existe ningtin vinculo xna ej entre ura posicién socioeconémica dada y l ella quecorlleva, de manera que es absurd hablar de eengafir 0 «falsa conciencia», como si existiera un tnodelo de conciencia ideolSgica «apropiada» inscrito enlamismisima situaci6n socioeconémica «objetiva.® Para Ladau, toda construccién ideolégica es el resulta- do de una lucha econémica para establecer/imponer una cadena de equivalencias, una lucha cuyo resultado cs completamente contingente y no esté garantizado por ninguna referencia externa, como podria ser une ‘posiciénsocioecondmica objetivay. Una respuesta ta" general como és lo explica todo sin proporcionar ni guna expicacdn especifica: el enigma (de actuar contt® los propios intereses) no se desentrafia: simplement® Aesaparece, ‘lustrados, cuya politica se cent! h - 68 mo, ya favor de a tolerancia multicultural. La pregun- Gadlave es la siguiente: zpor qué la cultura se revela como la categorfa central de nuestro modo de vida (Lebenswelt)? Por lo que se refiere ala religidn, ya no ecreemos de verdad», sino que simplemente seguimos algunos rituales y convenciones religiosas como sefial de respeto por el «estilo de vida» de la comunidad a la que pertenecemos (los judios no creyentes obedecen las reglas kosher «por respeto a la tradicién», etc.). La idea de que «en realidad yo no creo en ello, sino que simplemente es parte de mi cultura» parece ser el esti- Jo predominante de la fe rechazada/desplazada carac- teristica de nuestros tiempos. Qué es un estilo de vida cultural sino el hecho de que, aunque no creamos en Santa Claus, todas las navidades veamos un arbol de Navidad en cada casa ¢ incluso en lugares puiblicos? Quiz4, por tanto, el concepto «no fundamentalista» de ecultura», que se diferencia de la religién y del arte ereales», etc., Sea, en su misma esencia, ¢| nombre del campo de las creencias rechazadas/impersonales. «Cul- turay es, de este modo, el nombre de todas las cosas que practicamos sin creer realmente en elas, sin «tomdr- noslas en seriox. , To segunda que hay que observar es como, al tiem- po que los liberal @ Tos Tiberales profesan su solidaridad con los pobres, codifican una de clase opuesto: Jo hal de la tolerancia multicul jeres indique una contraposicin a la supuesta intole: rancla, fundamentalismo y sexismo patriarcal de las ‘tual es que su lucha en favor Ylos derechos de las mu- «Clases Bajas». La manera de desentrafiar este malen- 69 sre en centrarse en los téminos d, eid com ren otto PTOPESIEO Que embonren dics meas divisorias. La manera en que saved emodernizaci6n» en la reciente ofa” deem liberal resulta ejemplar: en prin, construye U2 oposicién abstracta entre cme, Peeador (aquellos que apoyan el capitalism al en todos sus aspectOs» desde el econdmico hasta e Ieural)y «tt ionalistas» (los que se resisten a |g sai), Deno del categoria de aquelos qu age van a para rodos, desde los conservadores cjonales hasta la derecha populista, pasando por Ja wieja inquierda» (aquellos que siguen defendiendo el Estado del bienestat, los sindicatos, etc.). Es eviden- te que esta categorizacién pasa por alto un aspecto de iaridad social: recordemos la coalicién entre Iglesia ysindicatos que, en la Alemania de principios de 2003, vité que las tiendas abrieran también los domingos. Sin embargo, no basta con decir que esta «diferencia caltuah recone todo el campo social, atravesando diferences estratos y clases; no basta con decir que est@ posicién se puede combinar de diferentes manetas com ots oposiciones (de modo que podamos tenet «valo- aoe cionales» conservadores que se resistan 4 a moe isn capitalista global, o conservador® tian) totalmente la globalizact ne ‘diferencia aaa no basta con decir ve que Opera en log le € otro antagonismo wfract 3 “a Op ens sociales de hoy en dia. E See le Posicién a la hora de convertirse en ¢ ‘a totalidad social no edlo significa que °° debe tomar en cuenta la compleja interaccién de todos Jos antagonismos sociales relevantes. Significa también que es «abstracta», y la apuesta del marxismo es que hay un antagonismo (la «lucha de clases») que sobredeter- mina todos los demés y que es el «universal concreto» del campo entero. El término «sobredeterminacién» se utiliza aqui en su exacto sentido althusseriano: no sig- nifica que la lucha de clases sea el referente definitivo y el horizonte de significado de todas las otras luchass significa que la lucha de clases es el principio estructu- rador que nos permite explicar las plurales e «incons! fentes» maneras en que otros antagonismos se-pueden_ articular en «cadenas de equivalenciass, Por ejemplo, > la lucha feminista se puede articular en una cadena con TaTucha progresista por la emancipacién, o puede fun- “Gioniar (y de hecho funciona) como una herra Ideolégica de las clases medias altas para afirmar su supetioridad sobre las clases bajas «patriarcales ¢ into— lerantes». ¥ la cuestién aqui no es sdlo que la lucha feminista se puede articular de diferentes maneras con el antagonismo de clase, sino que el antagonismo de clase se inscribe aqu{ de una manera doble: es la cons- telacién especifica de la propia lucha de clases lo que explica por qué las clases altas se apropiaron de la lucha femninista. (L6 mismo se puede decir del racismd3 es la dindmica de ia propia lucha de clases To que explica por qué el racismo directo es tan potente entre los trabaja- dotes blancos de las clases més bajas.) La lucha de clases es aqui la «universalidad concreta» en el sentido estricto hegeliano: al relacionarse con su otredad (otros antagonismos), se relaciona consigo misma, es decir, —_ Ja manera ef) Sm *S"8C1ONA co, in otras luchas- Pero lo que! spsulmén funciona Tos talibanes © prese e nos interesa aqui es que en el mun, do una dindmica de clase parecids ntan regularmente como un gru. samista fundamentalista que impone sus leyes po dante el TOE Sin embargo, cuando en la prima. os de 2009 se apoderaron del valle del Swat, en Pa. vee New York Times informé de que estaban le Hse Sabo ena revuelta de clases que explotaba ls profundas fisuras entre un pequefio grupo de acauda- Jados terratenientes y Sus arrendatarios sin tierras»; En Swat, fo que nos relatan aquellos que han huido deja claro que los talibanes se hicieron con el control expulsando a una cincuentena de terratenien- tes que ostentaban casi todo el poder. Para ello, los militantes organizaron a los campesinos en grupos armados que se convirtieron en sus tropas de choque. (..) La capacidad de los talibanes para explotar la divisidn de clases afiade una nueva dimensién a la insurgencia y sitve de voz de alarma acerca de los Yiesgos que corre Pakistdn, que en gran medida sigue siendo un pais feudal. Mahboob Mahmood, un abogado american” Pian angio compafiero de clase del presidente ama, dio: cLa poblacién de Pakistén est psicolé fess prepara pra una revolucién. La mi Sunita aprovecha la profunda divisién de clases ‘we lleva mucho tiempo agudizéndose en €! P™ Seg, Los mil ipo agudizandos: algo itantes, por su parte, promete! nd mds que simplemente prohibir la musicay la ensefian- za», dijo. «También prometen justicia islémica, un gobierno eficaz y una redistribucién econémica.»* E] tedlogo radical Thomas Altizer explicé las im- plicaciones y consecuencias de estas nuevas informa- ciones (nuevas para nuestros ofdos occidentales) acerca del contenido de clase que tiene el atractivo que ejercen Jos talibanes: Ahora se revela por fin que los talibanes son una auténtica fuerza liberadora que ataca la antigua jerar- aqu{a feudal de Pakistén y libera a la inmensa mayoria de campesinos de ese dominio. (...) Es de esperar que ahora emprendamos una verdadera critica de la Ad- ministracién Obama, que es mucho més peligrosa que la Administracién Bush, primero porque ha te- nido carta blanca, y segundo porque es una Admi- nistracién mucho més fuerte.” La consecuencia politica de esta paradoja es la ten- sign debidamente dialéctica entre la estrategia a largo plazo y las alianzas tdcticas a corto plazo: aunque a largo plazo el éxito de la lucha radical-emancipadora depende de que se movilicen las clases bajas, que hoy en dia a menudo estan atin sometidas al populismo fundamentalista, no deberia haber ningiin problema a lahora de tejeralianzas a corto plazo con liberales igua- litarios como parte de la lucha antisexista y antirracista. En Europa y en los Estados Unidos, la critica al fandamentalismo religioso es un tema antiguo con 73 jaciones. La insistencia con que imesminables wares de si mismos, se butlan 7 sta ensombrece el auténtico proble, finan cult. Y lo mismo se fuck. ida sentimental de esta burla: |y decir de la contrapart Ios refugiados y | : jdaridad con los retugiacos y "a no menos falsay panetica manera con que nos humillamos como a cate fuéramos pot definicién culpables del eseencuentran. La tarea es construir puen- wuestta» clase trabajad fora y la «suya», para a. 1 en_umna lucha solidaria. Sin esta unidad (que incluye la critica y ja autocritica por ambas partes) {a lucha de clases propiamente dicha se convierte de nuevo en un choque de civilizaciones. Por eso, otro tabit que hay que abandonar es el de seguir viendo la intanguildad que los refugiados provocan en la asi llamada «gente normal» como una expresién de los prejuicios racistas, cuando no directamente de neofas- cismo, zDe verdad hemos de permitir que PEGIDA (Patriotas Europeos contra la Islamizacién de Occiden- ‘) y grupos afnes sean el tinico recurso que les queda? Es interesante observar que el mismo motivo subyace alana habitual de los izquierdistas «radicales» cine Sake tal como ha mostrado William Kaul ot a molesta.a sus criticos es precisamente “ ntacto con pequefios granjeros y dem: soleedit fee de Vermont, que son el electorado etd, Ciuetine eetpidoecs republicanos: Sandes tudes, ¥ no ‘cuchar sus preocupaciones € inqu! racg,) "18 Fechaza tachéndolos de basura blan@ {DE DONDE PROCEDE LA AMENAZA? Por supuesto, escuchar las inquietudes de la gente corriente no implica de ninguna manera que uno deba aceptar la premisa bdsica de su punto de vista: la idea de que la amenaza a su modo de vida procede del ex- terior, de los extranjeros, Nuestra tarea deberfa ser ensefiarles a reconocer su propia responsabilidad ante la perspectiva de su destruccién. Para explicar este punto, tomemos un ejemplo de otra parte del mundo. La nueva pelicula de Udi Aloni, Junction 48, abor- dala dificil situacidn de los jévenes «palestinos israeltes» (palestinos descendientes de las familias que permane- cieron dentro de Israel después de la guerra de 1948), cuya vida cotidiana conlleva una lucha continua en dos frentes: contra la opresién del estado israeli y contra las presiones fundamentalistas que surgen en el interior de su propia comunidad. El papel protagonista lo inter- preta Tamer Nafar, el conocido rapero palestino-israeli que, en sus canciones, se burla también de la tradicién de los chomicidios por motivos de honor de las chicas pertenecientes a familias palestinas. Durante una re- ciente visita a los Estados Unidos, 2 Nafar le ocurrié algo extrafio: después de interpretar su cancién en la que protesta contra los chomicidios por motivos de honor» en el campus de la UCLA, algunos estudiantes antisionistas le atacaron por abordar este tema. Su re- 75 NOCHE re as, ee MC! pi de que los palestinos eran unos barbaros P u ueafiadfan que, si se dan todavia hom: ae de honor, Israel es responsable de oe que la ocupacién mantiene a los palestings o Pndiciones primicivas e impide su modernizacigy) fra fue la elegante respuesta de Nafar: «Cuandg me iticds, citicdis mi comunidad en inglés Para impre- sionar a vuestros profesores radicales. Yo canto en dtabe para proteger a las mujeres de mi vecindad.» Lo que Nafar hace como artista en la vida real coincide aqu{ con las acciones del protagonista de la pelicula: ninguno de los dos esté protegiendo a las chicas paletinas del terror familiar de una manera condescendiente; més bien, les estén permitiendo lu- char por sf mismas; asumir el riesgo. (Al final de la pelicula de Aloni, después de que la chica decida actuar cn un concierto en contra de los deseos de su familia, los dos hermanos la esperan en un coche frente a su SB llevar a cabo el homicidio. Aunque la pel 4 no muestra lo que sucederd, da la impresion de ‘lca assinada) under el lapetcala de Spike Lee, encontrames dere tina charla en una universidad, una est Para as seleacerca y le pregunta qué puede hacer < {a causa de los negros. La respuesta d¢ SUteSPuesta ny ‘WNada» Lo que quiere dar a entender o” 10 priterd qu. dU 10s blancos no deban hacer nad 108 negtos a tbetan aceptar es que la liberaci6n de i ‘SMe ser obra de los propios negros:° un regalo de los blancos buenos y liberales, y sdlo si aceptan esto pueden hacer algo para ayudar a los negros. Y a eso apunta también Nafar: los palestinos no necesi- tan la ayuda condescendiente de los liberales occidenta- les, y menos atin necesitan que se silencien los chomici- dios por motivos de honor» como parte del «respeto» que los izquierdistas occidentales sienten hacia el modo de vida palestino. Estos dos aspectos -la imposicién de valores occidentales como derechos humanos universales yeel respeto a las diferentes culturas independientemen- te de los horrores que puedan albergar- son los dos lados~ de la misma mistificacién ideolégica. Mucho se ha es- crito acerca de la visién sesgada de la universalidad de los derechos humanos, sobre cémo en secreto da prefe- rencia a los valores y normas culturales occidentales (la prioridad del individuo sobre su comunidad, etc.).” Pero también deberfamos afiadir que la defensa anticolonia- lista y multiculturalista de la multiplicidad de «modos de vida» también es falsa: encubre los antagonismos que hay dentro de cada uno de esos modos de vida en con- creto, y justifica actos de brutalidad, sexismo y racismo como expresién de un modo de vida concreto que no tenemos derecho a medir con «valores occidentales» extranjeros, He aqui una tipica defensa anticolonialista de modos de vida especificos utilizada como justificacién de una homofobia brutal, Se trata de una alocucién de Robert Mugabe en la Asamblea General de las Naciones Unidas del 28 de septiembre de 2015: Respetar y apoyar los derechos humanos es la obli- gacién de todos los estados, algo que consagra la 7 Jas Naciones Unidas. A la jo, cumplircon est obligacién universal, la declan cen enningin momento cl deecho de ‘len nosajuagar’ Jos demés. Aeeste tespecto, rechazamg, rm poitzacion deste importante tema y la aplicacg, lp ble moral para dscriminar @ aquellos gy, searreven a pensar y actuar de manera independien. redelos: autoprociamados prefectos de nuestro tiem. po. Del mismo modo rechazamos cualquier intento deimponer «nuevos derechos» que sean contrarios nuestros valores, normas, tradiciones y creencias. No somos gays! La cooperacién y el respeto mutuos ha- veraramzarla causa delos derechos humanos en todo dl mundo, La confrontacién, el insulto y la doble moral, no." (Un par de meses antes, Mugabe habfa descrito a loshomosemuales como speores que los cerdos, las cabras ylos pros)" {Qué puede significar la enfatica excl macién de Mugabe de «No somos gays!» en. relacién a haya tantos gays en Zimbabue? Lo ea } naturalmente, es que los gays se Ver redu- eter un nora oprimida cuyos actos 2 menudo puede ente criminalizados. Pero también s€ eeperceco la ligica subyacente: el movimient a anime consecuencia del impacto cut foray secon Capitalista y de cémo ésta socava lua curate tradicionales, pot le qt anticolonial, n Bays surge como un aspecto de la 0 de Boke Nose podria decir lo mismo, por Se. Born jem fundamentalist@ * 3 mico de Nigeria, la liberacién de las mujeres constituye el rasgo mds visible del impacto cultural destructor de Ja modernizacién capitalista; de ah{ que Boko Haram (nombre que podria traducitse de manera gréfica como «La educacién occidental es pecado», sobre todo la de Jas mujeres) se vea a s{ mismo como un agente que combate el impacto destructor de la modernizacién imponiendo la regulacién jerdrquica de las relaciones entre los dos sexos. El enigma es el siguiente: gpor qué Jos musulmanes, que sin duda se vieron expuestos a la explotacién, la dominacién y otros aspectos destructivos y humillantes del colonialismo, escogieron como obje- tivo de su hostilidad lo que es (al menos para nosotros) la mejor parte del legado occidental, nuestro igualita- rismo y libertades personales, incluyendo una saludable dosis de ironfa y de burla hacia todas las autoridades? La respuesta obvia habria sido que su objetivo esté bien legido: lo que convierte al Occidente liberal en algo tan insoportable a sus ojos es que no s6lo practica la explotacién y la dominacién violenta, sino ques part colmo, presenta esta realidad brutal disfrazada de lo puesto, de libertad, igualdad y democracia. La defensa retrégrada que lleva a cabo Mugabe de tun estilo concreto de vida encuentra su imagen espe- cular en lo que esté haciendo Viktor Orban, el primer ministro derechista de Hungtfa. En abril de 2015 justificé el cierre de la frontera con Serbia como un acto ‘Ne defenea de la Europa ctistiana contra [a invasiGn de los muculmanes, El mismo Orban que, en cl verano de 2012, dijo que habla que construir un nuevo sistema econémico en Europa central: 79 peemos que Dios nos ayude yno te yer un auc tipo de sistema politico ggg ticuya la democracia y cuya introduccién, sea impre, Tindible para nuestra supervivencia econdmica [a omperacion es una cuestién de fuerza, no de tencién. Quizd haya paises donde las cosas no 7 Tonen de ese modo. Por ejemplo, en los paises ¢.

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