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EL DUELO EN PADRES QUE HAN PERDIDO A

UN HIJO POR MUERTE VIOLENTA,

ACOMPAÑADO CON FLORES DE BACH

1
ÍNDICE

Páginas

Agradecimientos. . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

Justificación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

Marco teórico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6

Implicación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33

Conclusiones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42

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AGRADECIMIENTOS

A MIS PADRES

Que representan los cimientos de mi vida, las enseñanzas me recibí a través de su


ejemplo son las que ahora me guían.

A ti mamá Delfina Puerto Bobadilla (qepd). Tan sabía, amorosa y tolerante en tu forma
de actuar y de relacionarse con el mundo. Gracias por animarme siempre a seguir
adelante con mis sueños y deseos más profundos. Por enseñarme a no emitir juicios,
a perdonarme y a perdonar incondicionalmente.

A ti papá Francisco Ávila Muñoz (qepd). Tan honesto, solidario, recto, responsable, por
ser para mí el mejor padre, gracias por enseñarme que cuando uno quiere puede
aprender, avanzar y desarrollarse en la vida.

A MIS HERMANOS

María de Jesús, Francisco y Armando, que siempre han estado presentes a lo largo de
mi vida, Gracias por todo su cariño y apoyo incondicional.

A MI HERMANO JUAN KARLOS

Mientras vivió, me enseño a disfrutar de la vida con alegría y a perseguir mis sueños
como él lo hizo; y con su muerte, cambio totalmente la mi forma de ver la vida y la
muerte. El perderlo marco claramente un antes y un después

A MI HIJA, MI YERNO Y MIS NIETAS

Graciela, Santos, Ximena y Xasibe, gracias por ser mi familia, porque con su presencia
me trasmiten Amor, Aceptación, Comprensión y apoyo en todos los aspectos.

A MIS SOBRINOS

Por su cariño, presencia y apoyo. Por enseñarme mucho de lo que saben y por
animarme a seguir adelante.

A MI COMPAÑERO DE VIDA

Ángel, gracias por compartir tu vida conmigo, por tu amor y paciencia, y principalmente
por animarme y motivarme siempre para continuar preparándome en todo lo que me
apasiona.

A LOS PONENTES DEL DIPLOMADO

Gracias por todos sus conocimientos compartidos. 8

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JUSTIFICACIÓN

Todos sufrimos múltiples y diferentes pérdidas en la vida, y atravesamos por duelos en


ocasiones “relativamente” fáciles de vivir, aceptar y trascender; pero en muchas otras
complicados y por lo tanto largos y difíciles de superar.

Siempre han existido muertes violentas; pero últimamente todos los medios de
comunicación nos informan diariamente sobre personas que pierden la vida de esta
forma totalmente injusta e inesperada (en asaltos, secuestros, robo a casa habitación,
etc.). Hablan cada día de un número “X” de personas que murieron violentamente en
nuestro país. Tal parece que nos hemos acostumbrado a escuchar está información. La
realidad es que todas las personas que pierden la vida en forma violenta tienen
familiares, amigos conocidos, y ellos viven duelos muy complicados y llenos de
sufrimiento. Que se agravan por la falta de esclarecimiento y de justicia ante estos
eventos.

Por todo esto me parece de gran importancia profundizar sobre este tipo de duelos y
hablar un poco sobre la tanatología y el acompañamiento tanatológico.

Neimeyer dice:

“Aunque todos debemos intentar encontrar sentido a nuestras pérdidas y a la vida que
llevamos después de sufrirlas, no hay ningún motivo para hacerlo de manera heroica,
sin el apoyo, los consejos y las ayudas concretas de los demás”.

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INTRODUCCIÓN

En mi familia se vivió una muerte inesperada y violenta, todos y cada uno de los
integrantes de la misma, vivimos un duelo complicado, largo y en silencio. No sabíamos
cómo hablar del tema, ni como expresar lo que sentíamos. Sufrimos a solas, sin poder
compartir nuestro dolor. Aunque sabíamos que contábamos con el apoyo mutuo y eso
nos fortalecía, no queríamos lastimar al otro, nos sentíamos totalmente frágiles ante el
suceso. Tardamos mucho para llegar a la aceptación y a resignificar la perdida.

El menor de mis hermanos, a la edad de 21 años murió a consecuencia de recibir un


balazo en la cabeza.

En lo personal no expresé mis emociones porque no quería que me vieran vulnerable,


quería ser el apoyo de mis padres en el dolor más grande e impactante de sus vidas.
Fue difícil, muy difícil.

Está intensa, impactante y dolorosa experiencia es la que me llevó a elegir este tema.

Me parece excelente que ya se pueda recibir tratamiento tanatológico que ayude a las
personas aceptar y superar sus duelos, para que finalmente lleguen a encontrar el
sentido de su pérdida.

Como terapeuta floral (Flores de Bach) he tenido la oportunidad de acompañar este


tipo de duelo, por esto es que deseo compartir mis experiencias. Ahora con el enfoque
tanatológico que estoy integrando a mis conocimientos y práctica.

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MARCO TEÓRICO

¿Qué es el Duelo?

El duelo aunque se defina como una reacción adaptativa normal ante la pérdida de un
ser querido, objeto o acontecimiento significativo, es una experiencia vital estresante de
primera magnitud, que tarde o temprano hemos de afrontar casi todos los seres
humanos.

Las cinco etapas del duelo

De acuerdo con Elizabeth Kubler Ross

Negación, ira, negociación, depresión y aceptación

Son reacciones a la pérdida que muchas personas tienen, pero no hay una reacción a
la pérdida típica, ni tampoco existe una pérdida típica. Nuestro duelo es tan propio
como nuestra vida. Las cinco etapas —negación, ira, negociación, depresión y
aceptación— forman parte del marco en el que aprendemos a aceptar la pérdida de un
ser querido. Son instrumentos para ayudarnos a enmarcar e identificar lo que podemos
estar sintiendo. Pero no son paradas en ningún proceso de duelo lineal. No todo el
mundo atraviesa todas ni lo hace en un orden prescrito.

NEGACIÓN La negación en el duelo se ha malinterpretado con los años. Cuando la


etapa de la negación se introdujo por primera vez en Sobre la muerte y los moribundos,
se centraba en la persona que estaba agonizando. En este libro, Sobre el duelo y el
dolor, la persona que se encuentra en esta etapa está realizando el duelo por la
pérdida de un ser querido. En un moribundo, la negación puede parecer incredulidad.
La persona puede seguir viviendo y negar de hecho la existencia de una enfermedad
terminal. Para alguien que ha perdido a un ser querido, no obstante, la negación es
más simbólica que literal. Esto no significa que uno no sepa que la persona querida ha
muerto. Significa que regresa a casa y no puede creer que su mujer no vaya a entrar
por la puerta en cualquier momento o que su marido no esté únicamente en viaje de
negocios. Simplemente, no puede llegar a entender que la persona no va a volver a
cruzar esa puerta nunca más. Cuando estamos en la etapa de la negación, al principio
podemos quedarnos paralizados o refugiarnos en la insensibilidad. La negación no es
aún la negación de la muerte propiamente dicha, aunque alguien pueda decir: «No

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puedo creer que esté muerto». La persona lo está diciendo, de hecho, porque, al
principio, la realidad es excesiva para su psique.

IRA Esta etapa se manifiesta de muchas formas: ira contra un ser querido por no
haberse cuidado mejor o ira contra nosotros por no haber cuidado mejor de él. La ira no
tiene por qué ser lógica ni válida. Podemos estar enfadados por no haber visto que esto
iba a pasar y, cuando lo vemos, porque no se pueda hacer nada para evitarlo.
Podemos estar enfadados con los médicos por su incapacidad para salvar a alguien
tan importante para nosotros. Puede enojarnos que le haya podido pasar algo malo a
alguien que tanto significa para nosotros. También puede enfadarnos que la persona
nos haya abandonado y no haya pasado más tiempo con nosotros. Objetivamente,
sabemos que ella no quería morir. Pero, emocionalmente, lo único que sabemos es
que ha muerto. Esto no tenía que suceder, o al menos no ahora. Es importante
recordar que la ira sólo aflora cuando nos sentimos lo bastante seguros como para
saber que probablemente sobreviviremos, pase lo que pase.

Al principio, el hecho de haber sobrevivido a la pérdida nos resulta sorprendente. Luego


afloran más sentimientos y la ira suele situarse la primera de la cola conforme nos van
invadiendo también la tristeza, el pánico, el dolor y la soledad, con más intensidad que
nunca. Estos sentimientos a menudo desconciertan a nuestros seres queridos y
amigos, porque afloran justo cuando comenzábamos a funcionar otra vez a un nivel
básico.

La ira es una etapa necesaria del proceso curativo. Tienes que estar dispuesto a sentir
la ira, aunque pueda parecerte infinita. Cuanto más auténticamente la sientas, antes
comenzará a disiparse y antes te curarás. Hay muchas otras emociones bajo la ira, y
las abordarás a su debido tiempo, pero la ira es la emoción con la que estamos más
habituados a tratar. A menudo la elegimos para evitar los sentimientos más hondos
hasta estar preparados para afrontarlos. No sólo puede extenderse a nuestros amigos,
los médicos, la familia, nosotros mismos y la persona querida que ha muerto, sino
también a Dios. Podemos preguntarnos: ¿Dónde está Dios? ¿Dónde está su amor?
¿Su poder? ¿Su compasión? ¿Es ésta realmente su voluntad?».

La ira es una reacción natural a la injusticia de la pérdida. También podemos sentir


culpa, que es ira vuelta hacia uno mismo. Pero nosotros no tenemos la culpa. Si
pudiéramos cambiar las cosas, lo haríamos, pero no podemos. La ira afirma que
podemos sentir, que hemos amado y que hemos perdido.

NEGOCIACIÓN: Antes de una pérdida, parece que haríamos cualquier cosa con tal de
que no se lleven a la persona que queremos. «Por favor, Dios», pactamos, «no volveré
a enfadarme con mi mujer nunca más si permites que viva». Después de una pérdida,
la negociación puede adoptar la forma de una tregua temporal. ¿Y si dedico mi vida a

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ayudar al prójimo? ¿Podré entonces despertarme y descubrir que todo esto ha sido
sólo una pesadilla?

Nos extraviamos en un laberinto donde no hacemos más que repetirnos «ojalá...». O «


¿y si...?». Queremos que la vida vuelva a ser como era; queremos que nuestro ser
querido nos sea restituido. Queremos retroceder en el tiempo: encontrar antes el tumor,
reconocer la enfermedad con más rapidez; impedir que el accidente suceda... ojalá,
ojalá, ojalá. La negociación a menudo va acompañada de culpa. Los «ojalá» nos
inducen a criticarnos y a cuestionar lo que «creemos» que podríamos haber hecho de
otra forma. Es posible que incluso pactemos con el dolor. Haremos cualquier cosa por
no sentir el dolor de esta pérdida. Nos quedamos anclados en el pasado, intentando
pactar la forma de librarnos del dolor.

DEPRESIÓN Tras la negociación, nuestra atención se dirige al presente. Aparece la


sensación de vacío, y el duelo entra en nuestra vida a un nivel más profundo, mucho
más de lo que nos hubiéramos imaginado. Nos parece que esta etapa depresiva va a
durar para siempre. Es importante comprender que esta depresión no es un síntoma de
enfermedad mental, sino la respuesta adecuada ante una gran pérdida. Nos apeamos
del tren de la vida, permanecemos entre una niebla de intensa tristeza y nos
preguntamos si tiene sentido seguir adelante solos. ¿Por qué tengo que seguir
adelante? Se hace de día, pero a ti no te importa. Una voz en tu interior te dice que ha
llegado la hora de levantarse, pero no te apetece hacerlo. Quizá no tengas una razón
concreta. La vida parece no tener sentido. Salir de la cama puede suponer el mismo
esfuerzo que escalar una montaña. Te sientes pesado y la acción de ponerse en pie
requiere un esfuerzo del que tú careces.

Si consigues ponerte en marcha y cumplir con las actividades diarias, cada una de ellas
parece tan vacía e inútil como la anterior. ¿Por qué comer? ¿Por qué dejar de comer?
No te importa lo bastante como para que te importe. Si te importara lo que pasa,
podrías sentir miedo, así que no quieres que te importe nada. Las personas que te
rodean ven este letargo y quieren ayudarte a salir de tu «depresión». A menudo, la
depresión tras una pérdida se considera algo no natural: un estado que hay que
solventar, algo que se debe desechar. Lo primero que debes preguntarte es si la
situación en la que te encuentras es realmente depresiva. La pérdida de un ser querido
es una situación depresiva, y la depresión es una respuesta normal y adecuada. Lo
raro sería no sentirse deprimido tras perder a un ser querido. Cuando el alma toma
plena conciencia de la pérdida, cuando nos damos cuenta de que nuestro ser querido
no logró recuperarse esta vez y no va a volver, es normal deprimirse.

En el duelo, la depresión es un recurso de la naturaleza para protegernos. Bloquea el


sistema nervioso para que podamos adaptarnos a algo que sentimos que no podremos
superar.

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ACEPTACIÓN La aceptación suele confundirse con la noción de que nos sentimos
bien o estamos de acuerdo con lo que ha pasado. No es eso. La mayoría de la gente
no se siente bien o de acuerdo con la pérdida de un ser querido. En esta etapa, se
acepta la realidad de que nuestro ser querido se ha ido físicamente y se reconoce que
dicha realidad es la realidad permanente. Nunca nos gustará esta realidad ni
estaremos de acuerdo con ella pero, al final, la aceptamos. Aprendemos a vivir con
ella. Es la nueva norma con la que debemos aprender a vivir. Ahora es cuando nuestra
readaptación y curación final pueden afianzarse con firmeza, a pesar de que, a
menudo, vemos y sentimos la curación como algo inalcanzable. La curación se refleja
en las acciones de recordar, recomponerse y reorganizarse. Es posible que dejemos de
estar enfadados con Dios; es posible que lleguemos a ser conscientes de las razones
objetivas de nuestra pérdida, aunque nunca lleguemos a entenderlas.

Los supervivientes empezamos a darnos cuenta, con gran pena, de que le había
llegado la hora a nuestro ser querido. Por supuesto que era demasiado pronto para
nosotros, y es probable que también lo fuera para él. Quizá era muy mayor ya o sufría
grandes dolores o una enfermedad grave. Quizá su cuerpo se había consumido y
estaba preparado para llegar al final de su viaje. Pero nuestro viaje continúa. Nuestra
hora de partir todavía no ha llegado, de hecho, es la hora de curarnos. Ahora, debemos
intentar vivir en un mundo en el que falta nuestro ser querido. Es probable que al
principio nos resistamos a esta nueva situación y queramos mantener la vida tal como
era antes de la desaparición de nuestro ser querido. Sin embargo, con el tiempo, a
través de pequeños pasos de aceptación, vemos que no podemos mantener intacto el
pasado. Las cosas han cambiado para siempre y debemos readaptarnos. Debemos
aprender a reorganizar roles, reasignándolos a otras personas o adoptándolos nosotros
mismos. Cuanto mayor fue el grado de conexión con tu ser querido, más difícil será
conseguirlo.

A medida que nos curamos, aprendemos quiénes somos y quién era nuestro ser
querido en vida. De una extraña forma, a medida que avanzamos en el duelo, la
curación nos acerca a la persona que amábamos. Comienza una nueva relación.
Aprendemos a vivir con el ser querido que hemos perdido. Empezamos el proceso de
reintegración, en el que intentamos recomponer las piezas que se han fragmentado.

https://www.primercapitulo.com/leer/sobre-el-duelo-y-el-dolor-elisabeth-kublerross.html

Fases del duelo de acuerdo a Robert A. Neimeyer en su libro “Aprender de la


pérdida”

EVITACIÓN. Especialmente en los casos de muertes acompañadas por un «duelo


intenso». Que violan nuestras expectativas sobre la continuidad de la vida de un ser

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querido, la realidad de la pérdida puede ser imposible de asimilar y podemos sentirnos
conmocionados, aturdidos, presos del pánico o confusos en un primer momento, lo que
puede dificultar o evitar la plena conciencia de una realidad que resulta demasiado
dolorosa para asumirla. Al enfrentarnos a la dureza de la noticia de la muerte podemos
reaccionar con un: ¡Dios mío! ¡No puede ser verdad! Tiene que haber algún error. ¡Pero
si hace unas horas estaba hablando con él tranquilamente!». Cuando las circunstancias
que rodean a la muerte son ambiguas (como cuando se supone que la persona ha
muerto en un accidente aéreo pero no se ha encontrado su cuerpo), los supervivientes
suelen aferrarse a la esperanza de que su ser querido haya sobrevivido contra todo
pronóstico, hasta que se hace inevitable la aceptación de la triste realidad. Incluso
cuando la muerte es obvia y se reconoce desde un principio, seguimos
comportándonos como si la persona aún estuviera viva, creyendo en ocasiones que
vemos su cara entre la multitud, para volver a sentir la punzada del dolor cuando nos
damos cuenta de que se trata de otra persona. A pesar de lo confusas que pueden ser
estas experiencias, son reacciones normales ante la pérdida y ponen de manifiesto
nuestras dificultades para asimilar plenamente la noticia de una pérdida traumática que
nos cambia y empobrece irremediablemente.

Físicamente, un individuo que se encuentra en la fase de evitación puede tener


sensaciones de aturdimiento o «irrealidad », oír las voces de los demás como si
estuvieran muy lejos y sentirse distanciado o separado de su entorno más cercano. A
nivel conductual, puede parecer desorganizado y distraído, incapaz de llevar a cabo las
actividades más rutinarias de la vida cotidiana, desde hacer la lista de la compra hasta
pagar las facturas. Por ello, además del apoyo emocional al que haremos referencia
más adelante, en esta fase suelen ser muy útiles las ayudas concretas en tareas
necesarias para la vida cotidiana. A medida que vamos siendo más conscientes de la
realidad de la pérdida, empiezan a emerger las reacciones emocionales más vividas,
que a menudo incluyen protestas airadas contra quienes creemos responsables de la
muerte: los médicos, el conductor borracho que provocó el accidente, el propio difunto
o incluso Dios. En muchos de los supervivientes a la muerte de un ser querido, este
tumulto de emociones es evidente para quienes les rodean, provocando en ocasiones
incomprensión y distanciamiento cuando dirigen su irritabilidad o resentimiento hacia
aquellos que creen «más afortunados». En otros, el caos de emociones que emerge
cuando la evitación se deteriora constituye un drama privado que sólo ellos conocen,
ya que intentan controlar sus expresiones emocionales en presencia de otras personas.
En la mayor parte de nosotros la punzante conciencia del dolor, público o privado, va
acompañada por una aparente negación de la realidad de la muerte; en un
determinado momento nos comportamos como si la pérdida nunca hubiera sucedido y
una hora después nos vemos invadidos por el dolor y la angustia. En cierto modo,
centrarse constantemente en la realidad de la pérdida sería como mirar fijamente al sol;
nos quedaríamos ciegos si lo hiciéramos demasiado tiempo. Lo que solemos hacer es

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empezar a acostumbrarnos a la pérdida de manera gradual, contemplándola y mirando
después hacia otro lado, hasta que se convierte en algo innegablemente real y
empezamos a entender las implicaciones emocionales que tiene para nuestro propio
futuro.

ASIMILACIÓN. A medida que vamos absorbiendo gradualmente el impacto de la


pérdida en los días y semanas que siguen a su aparición, empezamos a preguntarnos:
¿Cómo voy a poder seguir viviendo sin esta persona a la que tanto quería?. Después
de quedar desprotegidos por la conmoción y una vez externalizadas nuestra ira y
evitación, empezamos a experimentar la soledad y la tristeza con toda su intensidad,
aprendiendo las duras lecciones de la ausencia de nuestro ser querido en miles de los
contextos de nuestra vida cotidiana.

Dos veces al día, ponemos un plato menos en la mesa. Dormimos solos cada noche.
No encontramos a nadie con quien entablar una conversación casual y hablar de cómo
nos ha ido el día después de volver a casa del trabajo. Compramos juguetes para el
hijo de otra persona después de haber perdido al nuestro. Cuando el difunto ha sufrido
mucho antes de morir, por ejemplo, después de una larga lucha contra el cáncer, la
añoranza y el dolor que sentimos pueden verse moderados por una sensación de
alivio, pero también pueden ser matizados por el sentimiento de culpa que acompaña al
hecho de haber «deseado» inconscientemente su muerte para mitigar su dolor y
nuestro propio agotamiento.

Ante esta profunda desesperación, solemos limitar nuestra atención y nuestras


actividades, distanciándonos del mundo social más amplio y dedicando cada vez mayor
atención a la absorbente «elaboración del duelo» que debemos hacer para adaptarnos
a la pérdida. Aparecen imágenes intrusivas o reflexiones sobre la persona
desaparecida, combinadas con pesadillas sobre su muerte o sueños sobre su regreso,
sólo para que nuestras esperanzas inconscientes de reencuentro acaben estrellándose
contra la cruda realidad de otro día en soledad.6 Esta etapa suele ir acompañada
frecuentemente de síntomas depresivos, que incluyen la tristeza invasiva, los períodos
de llanto impredecible, los trastornos persistentes del sueño y del apetito, la pérdida de
motivación, la incapacidad para concentrarse o disfrutar con el trabajo o la diversión y
la desesperanza respecto al futuro. Tampoco son raras la ansiedad y las sensaciones
de irrealidad, que pueden llegar a manifestarse en forma de experiencias
«alucinatorias» de la presencia del ser querido.

El estrés prolongado característico de esta fase también puede pasarle factura a


nuestra salud física. Son frecuentes el nerviosismo, las sensaciones de embotamiento,
las náuseas y los trastornos digestivos, así como las quejas corporales difusas de dolor
que pueden venir en «oleadas» de varios minutos o incluso horas de duración. Algo
más preocupante es el hecho de que el estrés constante de los sistemas inmunológico

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y cardiovascular del superviviente puede acentuar su susceptibilidad a las
enfermedades o provocar fallos cardíacos en casos extremos, lo que daría una
explicación al aumento de la mortalidad en los años posteriores a la pérdida. Sin
embargo, afortunadamente, la mayoría de las personas que han sufrido una pérdida
superan este estrés fisiológico a medida que van asimilando gradualmente la realidad
de su pérdida y encuentran maneras de seguir adelante con sus vidas.

ACOMODACIÓN. Finalmente, la angustia y la tensión características de la fase de


asimilación empiezan a ceder en la dirección de una aceptación resignada de la
realidad de la muerte a medida que empezamos a preguntarnos: «¿Qué va a ser de mi
vida ahora?». Aunque en la mayoría de nosotros la añoranza y la tristeza siguen
presentes meses o años después de la muerte, nuestra concentración y
funcionamiento suelen mejorar. De manera gradual, vamos recuperando un mayor nivel
de autocontrol emocional y nuestros hábitos de alimentación y descanso vuelven a la
normalidad. Al igual que sucede en todas las fases del ciclo del duelo, en ésta tampoco
se avanza de manera regular, sino que más bien se dan «dos pasos adelante y un
paso atrás», y los lentos esfuerzos por reorganizarse se ven salpicados por la dolorosa
conciencia de la pérdida.

A medida que van desapareciendo los síntomas físicos, vamos recuperando nuestra
energía en cortas explosiones, que van seguidas de períodos más largos de
actividades dirigidas al logro de objetivos. Esto nos permite empezar el largo proceso
de reconstrucción del mundo social que ha quedado destrozado tras la pérdida no
«reemplazando» a la persona fallecida, sino ampliando y fortaleciendo un círculo de
relaciones que encajen con la nueva vida a la que tenemos que adaptarnos. A lo largo
de este período podemos sentir las punzadas de la tristeza y de los sentimientos de
culpa, como cuando una joven viuda explora las relaciones con otros hombres o
cuando una pareja decide «volver a intentarlo » después de que su hijo haya muerto al
nacer. En muchos casos, es necesario mantener este difícil equilibrio entre el recuerdo
del pasado y la inversión en el futuro durante el resto de nuestras vidas, cosa que exige
la realización de continuos reajustes que exploraremos con más detalle en el siguiente
capítulo. De todos modos, puede ser útil examinar antes brevemente el curso que suele
seguir la adaptación en los dos primeros años que siguen a una muerte o pérdida
significativa como forma de normalizar la experiencia y permitir una anticipación más
realista de su duración.

TIPOS DE DUELO

Duelo patológico

El duelo anormal aparece en varias formas y se le han dado diferentes nombres. Se le


llama patológico, no resuelto, complicado, crónico, retrasado o exagerado.

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En la versión más reciente del Manual Diagnóstico y Estadístico de la Asociación
Psiquiátrica Americana se hace referencia a las reacciones anormales de duelo como
“duelo complicado”.

Como sea que se llame, es la intensificación del duelo al nivel en que la persona está
desbordada, recurre a conductas desadaptativas o permanece en este estado sin
avanzar en el proceso del duelo hacia su resolución. Esto implica procesos que llevan a
repeticiones estereotipadas o a interrupciones frecuentes de la curación. Se tiende a
considerar que hay riesgo de duelo patológico cuando el dolor moral se prolonga
considerablemente en el tiempo; cuando su intensidad no coincide con la personalidad
previa del deudo; cuando impide amar a otras personas o interesarse por ellas y
cuando el sujeto se ve invalidado en su vida diaria, sin más ocupación que la
rememoración del muerto.

Duelo anticipado

El duelo no comienza en el momento de la muerte, sino mucho tiempo antes. Cuando


se emite un pronóstico de incurabilidad, se produce tristeza en el familiar, pero también
una adaptación más o menos inconsciente a la nueva situación que se acaba de crear.
A partir de ese momento se crea lo que se ha llamado el duelo anticipado, que ofrece a
las personas involucradas la oportunidad de compartir sus sentimientos y prepararse
para la despedida.

Pre-duelo

Es un duelo completo en sí mismo que consiste en creer que el ser querido ha muerto
definitivamente “en estado de salud”. El que está ahora a nuestro lado ha sido
transformado por la enfermedad a tal punto, que en algunos casos no se le reconoce
más.

Duelo inhibido o negado

Se niega la expresión del duelo porque la persona no afronta la realidad de la pérdida.


Puede prevalecer una falsa euforia, que sugiere la tendencia patológica de la aflicción.

Duelo crónico

Es el que tiene una duración excesiva y nunca llega a una conclusión satisfactoria. Un
duelo crónico puede llegar a ocupar toda una vida. Cobo Medina5 dice que existen
personas estructuradas existencialmente por el duelo, en las que éste determina el
núcleo constitutivo de su existencia.

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INTERVENCIÓN Y APOYO A LAS PERSONAS EN DUELO

Sea cual fuere la relación de los deudos con el difunto, sólo puede lograrse una
recuperación si aquéllos llevan a cabo el trabajo de duelo. Esto exige que un deudo se
desprenda de la relación e interacción con el difunto, con el fin de liberarse de ellas
para desarrollar relaciones por otro lado.

Los objetivos de la intervención con las personas en duelo pueden esquematizarse en


cinco puntos:

1. Mejorar la calidad de vida del sufriente

2. Disminuir el aislamiento social

3. Aumentar la autoestima

4. Disminuir el estrés

5. Mejorar la salud mental (prevención de enfermedades)

¿Qué es la perdida?

Robert A. Neimeyer en su libro “Aprender de la pérdida” nos dice:

Para entender la experiencia de la pérdida, suele ser útil reconocer su omnipresencia


en la vida humana. En cierto modo, perdemos algo con cada paso que avanzamos en
el viaje de la vida, cosas que van desde las más concretas, como las personas, lugares
u objetos, hasta las más inmateriales, pero no por ello menos significativas, como la
juventud o los sueños e ideales que se desvanecen cuando nos enfrentamos a las
duras «realidades» de la vida. Ni siquiera las transiciones más positivas están libres de
la experiencia de la pérdida, ya que cada ascenso en nuestro trabajo comporta la
aparición de cierta tensión con las amistades que habíamos establecido, el nacimiento
de un hijo priva a sus padres de una serie de libertades que habían dado por
supuestas, la admisión de un hijo en la universidad que ha escogido enfrenta a sus
padres a la soledad de un «hogar vacío» y la disolución deseada de una relación sin
amor hace necesarios complejos ajustes en la vida social. Y lo que es aún más
revelador, aunque raramente nos paremos a pensarlo, la vida nos obliga a renunciar a
todas las relaciones que apreciamos, ya sea a raíz de separaciones, cambios de
domicilio o de las muertes de otras personas o de nosotros mismos. Cada una de estas
pérdidas inevitables va acompañada de su propio dolor y nos afecta de una manera
particular. Y, sin embargo, la única alternativa a sentir el profundo vacío que dejan es
llevar una vida superficial y carente de compromisos, evitando establecer apegos
genuinos con otras personas para intentar mitigar el dolor de su inevitable pérdida.

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Las inevitables transiciones por las que pasamos desde nuestra infancia hasta que
alcanzamos la edad adulta nos empobrecen al mismo tiempo que nos enriquecen, por
lo que es importante reconocer que todo cambio implica una pérdida, del mismo modo
que cualquier pérdida es imposible sin el cambio. Mi objetivo en este capítulo es
exponer algunas características comunes de la respuesta humana a las pérdidas más
significativas, examinando los desafíos que plantean a corto y largo plazo a quienes las
experimentan. Los teóricos e investigadores del duelo han prestado tradicionalmente
mayor atención a los procesos de duelo que provocan las muertes de seres queridos,
por lo que me centraré en primer lugar en los procesos de duelo más comunes y en
cómo podemos adaptarnos al dolor que los acompaña. En posteriores capítulos
exploraré algunas de las características únicas propias de otras pérdidas,
especialmente de las que provocan la disolución de relaciones y de las pérdidas
«simbólicas » de trabajos y estatus social que provocan otros cambios sociales.

“Todo cambio implica una pérdida, del mismo modo que cualquier pérdida es
imposible sin el cambio”.

¿Qué es la tanatología?

El conocimiento científico de la muerte, sus ritos y significado concebido como


disciplina profesional, que integra a la persona como un ser biológico, social y espiritual
para vivir en plenitud, es así como se define a la tanatología. Una definición más
concreta es considerarla como “el estudio de la vida que incluye a la muerte”. Del
origen griego thanatos (muerte) y logos (estudio o tratado) el objetivo de la tanatología
es proporcionar ayuda profesional al paciente con una enfermedad en etapa terminal y
a sus familias.

¿Qué es la muerte?

CAPITULO IV Pérdida de la Vida LEY GENERAL DE SALUD CÁMARA DE


DIPUTADOS DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN Secretaría General Secretaría de
Servicios Parlamentarios Última Reforma DOF 27-01-2017 125 de 271 Artículo 343.

Para efectos de este Título, la pérdida de la vida ocurre cuando se presentan la muerte
encefálica o el paro cardíaco irreversible.

La muerte encefálica se determina cuando se verifican los siguientes signos:

I. Ausencia completa y permanente de conciencia;

II. Ausencia permanente de respiración espontánea, y

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III. Ausencia de los reflejos del tallo cerebral, manifestado por arreflexia pupilar,
ausencia de movimientos oculares en pruebas vestibulares y ausencia de respuesta a
estímulos nocioceptivos.

Se deberá descartar que dichos signos sean producto de intoxicación aguda por
narcóticos, sedantes, barbitúricos o sustancias neurotrópicas.

Artículo 344. Los signos clínicos de la muerte encefálica deberán corroborarse por
cualquiera de las siguientes pruebas:

I. Electroencefalograma que demuestre ausencia total de actividad eléctrica,


corroborado por un médico especialista;

II. Cualquier otro estudio de gabinete que demuestre en forma documental la ausencia
permanente de flujo encefálico arterial.

Artículo 345. No existirá impedimento alguno para que a solicitud y con la autorización
de las siguientes personas: el o la cónyuge, el concubinario o la concubina, los
descendientes, los ascendientes, los hermanos, el adoptado o el adoptante; conforme
al orden expresado; se prescinda de los medios artificiales cuando se presente la
muerte encefálica comprobada y se manifiesten los demás signos de muerte a que se
refiere el artículo 343.

https://legalzone.com.mx/wp-content/uploads/2017/02/Ley-General-de-Salud-
Legalzone-Mx.pdf

Tipos de muerte:

Concepto de Muerte, del Latín mors, mortis: cesación definitiva de la vida, legalmente
se considera que una persona ha perdido la vida cuando se presenta la ausencia
completa y permanente de conciencia, la carencia de reflejos en el tallo cerebral, la
falta total de respiración espontánea y un paro cardiaco irreversible, o bien cuando se
manifiesta la muerte cerebral. Medicamente la vida depende del funcionamiento de la
circulación, la respiración y el sistema nervioso central, cuyo objetivo último es la
oxigenación de los tejido

Tipos Médico Legal de Muerte Esta distinción de los diferentes tipos de muerte le
corresponde al Médico Legista.

Muerte Cerebral: Es la pérdida de funcionamiento del cerebro, declarado por los


médicos, se le conoce como vida vegetativa, existe una pérdida permanente e
irreversible de conciencia y de respuesta a los estímulos sensoriales, cuando se
confirme la existencia de la muerte cerebral, el familiar puede solicitar o autorizar que

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se prescinda de cualquier medio artificial que permita que los demás signos vitales,
como la actividad cardiaca continúe manifestándose.

Muerte Clínica: Ausencia de signos vitales, cesa la actividad cardiaca y la respiratoria,


los reflejos, y la vida de relación.

Muerte Aparente: Consiste en la pérdida de la conciencia e inmovilidad con actividad


mínima o suspensión temporal de la circulación y de la respiración, se puede recuperar
la persona a través de técnicas de reanimación como en el caso de asfixias, como la
sumersión, sincope, la intoxicación por barbitúricos, apoplejía, electrocución e
hipotermia. O mejor conocido como catatónica, es un episodio psicótico en el que el
paciente aparenta estar muerto anteriormente se le conocía como catalepsia y para los
fines médico legales no tiene valides, ya que compete a la psiquiatría. Aunque desde el
punto de vista legal, la muerte aparente puede tener repercusiones en el médico, ya
que este certifica una defunción en un caso como este.

Muerte Verdadera: Es el cese irreversible de la circulación, la respiración y el sistema


nervioso central, no siempre este cese de la vida es simultáneo en los tres sistemas.

Muerte Súbita No se espera, llega de improviso sin síntomas previos y puede ser:
Muerte Natural.- Es aquella que se produce por enfermedad, es el fallecimiento de una
persona sin la intervención de agentes extraños o terceros, en este caso solo se
necesita el parte médico en el que conste que la muerte se debió a una causa natural,
los familiares podrán solicitar o no al médico se dispense la autopsia, en este tipo de
muerte, también puede suceder como consecuencia de algo físico, pero sin ningún
tiempo previo de preparación como un infarto cardiaco, un paro respiratorio.

Muerte Accidental.- Es el fallecimiento de una persona originado por un agente


externo, sin que exista el dolor (voluntad) de dicho agente en ocasionar la muerte,
Ejemplo: Accidente de tráfico, la muerte en la vía pública, accidente en casa, en el
trabajo, en la escuela. Muerte Violenta.- Es aquella que se produce con violencia y es
cuando un agente externo o tercero ocasiona la privación de la vida a una persona, un
homicidio.

Muerte Inesperada.- De un ser querido o conocido es una trágica experiencia, no se


espera llega de improviso, sin síntomas previos.

Muerte Ocasionada Es una autoagresión, suicidio.

Homicidio

Delito consistente en la privación de la vida realizada por una o varias personas contra
otra u otras y puede ser homicidio simple u homicidio complicado.

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FLORES DE BACH

Se llama flores de Bach a la serie de 38 esencias naturales extraídas de flores


silvestres de la región de Gales y la Inglaterra contigua (con la excepción de agua de
roca, que es agua de manantial). Sus propiedades curativas fueron descubiertas por el
doctor Edward Bach entre los años de 1926 a 1934.

Las flores de Bach son preparados naturales no farmacológicos, símil-homeopáticos


que son almacenados en frascos gotero de vidrio opaco o plástico para medicamento
homeopático.

Edward Bach definía la enfermedad como un desequilibrio emocional que se produce


en el campo energético del ser vivo. Si este desequilibrio continúa por cierto tiempo sin
tratamiento, se produce la enfermedad en el cuerpo físico. Escribiéndole a un colega
definía: “La enfermedad es una suerte de consolidación de una actitud mental y solo es
necesario tratar la actitud mental y la enfermedad desaparecerá”.

Los remedios florales de Bach están reconocidos y son recomendados por la


Organización Mundial de la Salud desde 1976.

BREVE BIOGRAFÍA DEL DOCTOR EDWARD BACH

http://www.floresbach.com/bc_flores/dr_edward_bach.php

Sus inicios y carrera médica

El Dr. Edward Bach (que poseía numerosos títulos académicos) fue un especialista en
patología, bacteriología y homeopatía. Nació en 1886 en Moseley, en las afueras de
Birmingham, aunque los orígenes de la familia se encuentren probablemente en Gales.
Empezó sus estudios de medicina en 1906 en la Birmingham University, para
trasladarse más tarde al University College de Londres, donde completó sus estudios
en 1912.

Se libró de luchar en la Primera Guerra Mundial por su falta de salud, pese a lo cual se
encargó de muchos trabajos durante la guerra, como ayudar a los heridos. Esta
responsabilidad, a parte de sus investigaciones, le llevaron a sufrir un colapso por una
severa hemorragia en 1917. Los cirujanos que le operaron dijeron que sólo le
quedaban tres meses de vida, de modo que volvió a su trabajo en cuanto pudo con el
ánimo que le proporcionaba la idea de hacer al menos una última contribución a la
medicina antes de morir. Pero con el paso de los meses se iba sintiendo cada vez más
fuerte y llegó a la conclusión de que se debía a que su trabajo le hacía feliz y le
inspiraba.

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Para Bach, la creencia de que el estado mental podía tener un efecto directo y muy
poderoso sobre la salud física, se confirmó con la experiencia. Cuando descubrió los
escritos de Hahnemann sobre homeopatía pensó que al fin estaba bien encaminado
hacia el tipo de tratamiento natural que buscaba.

Investigación Homeopática

Su investigación sobre las vacunas iba bien, pero a pesar de ello el Dr. Bach se sentía
insatisfecho con la forma en que se espera que los médicos se concentren en las
enfermedades y hagan caso omiso de la persona en su totalidad. Aspiraba a un
enfoque más holístico de la medicina. Tal vez por esto se explique cómo, no siendo
homeópata, haya aceptado la oferta de un puesto vacante en el Hospital Homeopático
de Londres.

Una vez ahí, pronto se dio cuenta del paralelismo entre su trabajo sobre las vacunas y
los principios de la homeopatía. Adaptó sus vacunas para producir una serie de siete
nosodes homeopáticos. Este trabajo y su posterior publicación le trajeron la fama en los
círculos homeopáticos. La gente empezó a referirse a él como 'el segundo
Hahnemann'.

LOS REMEDIOS FLORALES

Bach había estado trabajando hasta ahora con las bacterias, pero quería encontrar
remedios más puros y menos dependientes de los productos de la enfermedad.
Empezó a recolectar plantas y en particular las flores -la parte más desarrollada de una
planta - con la esperanza de reemplazar los nosodes con una serie de remedios más
suaves.

En 1930 estaba tan entusiasmado con la dirección que había tomado su trabajo, que
decidió abandonar su lucrativa consulta de Harley Street y se marchó de Londres con
la determinación de dedicar el resto de su vida a un nuevo sistema de medicina, que
estaba seguro de poder encontrar en la naturaleza. Se llevó consigo a su asistente, una
radióloga llamada, Nora Weeks.

Así como había abandonado su hogar, oficina y trabajo, El Dr. Bach también empezó a
descartar los métodos científicos y su dependencia de los laboratorios y reduccionismo.
En cambio se dejó llevar por sus dones naturales como sanador y poco a poco permitió
que su intuición le guiara a las plantas correctas.

Después de años de ensayos y errores, que implicaban la preparación y las respectivas


pruebas de miles de plantas, encontró en una el remedio que buscaba. Cada uno
estaba enfocado a un estado mental o anímico específico. Se dio cuenta de que al
tratar las personalidades y sentimientos de sus pacientes, sus desdichas y sufrimientos

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físicos se aliviaban de manera natural, al desbloquearse el potencial de curación de sus
cuerpos, permitiendo que volviese a funcionar nuevamente.

Su vida siguió un patrón estacional del año 1930 a 1934: de primavera a verano
dedicado a buscar y preparar los remedios y en el invierno ayudando y asesorando a
los que vinieran en su búsqueda. La mayoría de los inviernos los pasó en la ciudad
costera de Cromer. Allí fue donde conoció y entabló amistad con Víctor Bullen, un
constructor y sanador local.

El Centro Bach

En 1934 el Dr. Bach y Nora Weeks se mudaron a una casa llamada Mount Vernon en
el pueblo Brightwell-cum-Sotwell de Oxfordshire. En los caminos y en los campos
encontró los remedios restantes que necesitaba para completar las series. Por aquel
entonces su cuerpo y su mente estaban en tal grado de sincronía con su obra, que
sufriría el estado emocional que necesitaba curar y probaría las plantas y flores hasta
encontrar la que le ayudaría. De esta manera, a través de un gran sufrimiento y
sacrificio personal, completó la obra de su vida.

Un año después de anunciar que su investigación sobre los remedios había concluido,
falleció en paz una noche del 27 de noviembre de 1936. Tenía tan sólo 50 años, pero
logró sobrevivir al pronóstico de sus médicos por casi 20 años. Dejó atrás una vida de
experiencia y esfuerzo y un sistema de medicina que se utiliza en todo el mundo.

Dejó su trabajo en manos de sus amigos y colegas Nora Weeks y Víctor Bullen, con
instrucciones de continuar con su trabajo y de mantenerse fiel a la sencillez esencial de
lo que había hecho. En una carta a Víctor, fechada 26 de Octubre de 1936, un mes
antes de su fallecimiento, escribió:

“La gente como nosotros que ha saboreado la gloria del sacrificio, la gloria de ayudar a
nuestros hermanos, una vez que se nos ha dado una joya de tal magnitud, nada puede
apartarnos de nuestro camino de amor y de deber para mostrar al mundo su brillo puro
y sin adornos”.

Nora y Víctor se mantuvieron fieles a esos ideales de sencillez y de compartir, como lo


hace el Bach Centre hoy en día.

¿CÓMO ACTÚAN LAS ESENCIAS FLORALES?

No operan por medio de la acción bioquímica, biológica o física. Son remedios


vibracionales, patrones de energía vital que al entrar en contacto con cualquier ser
viviente penetran por sus meridianos energéticos, también llamados líneas de
condensación y expansión de la energía vital, y transforman la falta de armonía en un
flujo firme y parejo de energía.

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Cuando las tomamos, su perfecta frecuencia energética entra en resonancia con la
nuestra y estimula el proceso curativo: amplían la capacidad de auto observación, lo
que facilita el desarrollo de nuestras potencialidades y recursos. Bach afirma que la
función primordial de las esencias es la de ayudar a las personas a generar en su
interior la virtud opuesta al desequilibrio productor del mal. (Tratado completo de
terapia floral, Susana Veilati, 1999, editorial Edaf).

Cada esencia floral se corresponde con determinados rasgos de personalidad,


actitudes y emociones del ser humano. Sus enunciados nos hablan de respuestas
puntuales o modos de ser característicos cuyo exceso enferman al individuo. Una vez
que nos damos cuenta de cuáles son esos modos enfermos y recurrentes de pensar,
sentir o obrar que son cause de la no-armonía psicofísica, se buscan las esencia/s
floral/es que cubren esos desequilibrios y se prepara la fórmula floral apropiada a cada
caso en particular. Como remedios se dirigen a los conflictos internos, tensiones
bloqueos emocionales y problemas físicos resultantes. Ayudan a superar las
dificultades yendo directamente a la raíz del desequilibrio. ( tratado completo de terapia
floral, Susana Veilati, 1999, editorial Edaf).

Las esencias florales actúan de manera principal sobre la esfera psíquica, cuyas
alteraciones pueden mostrarse de las formas más diversas. También pueden actuar
sobre las disfunciones físicas, pero en este caso como consecuencia de haber
solucionado o curado el problema o causa emocional, que al no haber sido resuelto,
produjo con el correr de los años la consecuencia física. Ayudan a recuperar la armonía
psico-física del organismo.

La terapia floral es en la actualidad, uno de los métodos de ayuda más usado en


América y Europa. El tomar esencias florales no tiene absolutamente ningún riesgo
para la salud, debido a que no ejercen ninguna acción bioquímica, por lo tanto, con las
dosis recomendadas por el Médico, Psicólogo o Terapeuta Floral no son posibles las
sobredosis, ni los efectos secundarios, ni las dependencias.

Las esencias son perfectamente compatibles con cualquier medicamento o remedio, ya


sea natural, no natural o químico. En muchos casos la toma simultanea de ambos
preparados, acelerará y mejorará el proceso de curación.

Pero conviene señalar que en ningún caso el preparado floral debe sustituir parcial o
por completo un tratamiento o prescripción médica si no es con el consentimiento y
conocimiento del médico tratante.

Cuando usamos la Terapia Floral conectamos con el invisible mundo de las emociones
y los sentimientos, los temores, anhelos, inseguridades y desconfianza.

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La Terapia Floral, al equilibrar psíquica y emocionalmente al enfermo, constituye una
herramienta del cuidado del enfermo como método natural y preventivo, facilitando los
procesos curativos en caso de enfermedad.

La Terapia Floral no es considerada una Medicina ni una Psicoterapia, si bien,


comparte zonas en común. Es importante tener esto presente porque:

a) Permite situar el particular ámbito de actuación de la Terapia Floral y enriquecer las


experiencias acumuladas de estas otras vías de sanación; y b) es un punto de partida
para diferenciar y auto-limitarse con un enfoque terapéutico propio.

3. La toma de los remedios florales

La frecuencia varía según la situación, la esencia, la sensibilidad y la receptividad de la


persona, cada toma es de 3 a 5 gotas del remedio bajo la lengua, donde la absorción
es máxima y ahí se les deja unos instantes antes de tragarlas. (Maschmann De Ringe
Friederike, El Ramo de Flores de Bach, 2005, Argentina, Kier)

Algunas veces se utilizan también en aplicaciones externas sobre la piel en forma


tópica como crema, loción, vaporizadas, en el baño, como colirio, en compresas… ero
es recomendable consultar a un profesional del tema si se quiere explorar estas u otras
modalidades. (Seflor B. 19, 2007).

Frascos de tratamiento:

Un frasco de tratamiento es una botella con cuentagotas de 30 mililitros que contiene la


mezcla de flores (7 máximo) disuelta en agua y una parte de brandy.

4. Frecuencia

La frecuencia la indicará el Terapeuta Floral o Profesional tratante en función del


cuadro a resolver. Para las Flores de Bach, la dosificación tradicional es de 4 gotas 4
veces por día. A veces en el primer y segundo día se puede indicar la toma más
seguida para realizar lo que se denomina impregnación, primero cada hora, luego cada
2 horas. La dosificación se determina de acuerdo con el desequilibrio que cada persona
presenta y lo agudo del mismo.

Edward Bach concluye que solo existen dos trasgresiones que tienen como
consecuencia enfermedad o problemas

1) La disociación entre nuestra alma y personalidad, y

2) La crueldad o el agravio hacía los demás

Estos se consolidan en siete formas distintas que dan lugar a los siguientes grupos.

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LOS 38 REMEDIOS y las razones para cada uno (Barnard Julian, 2013, Obras
Completas Del Doctor Bach, Océano-Ambar)

Marcados con asterisco los doce remedios originales.

GRUPOS

1) Para El Temor

2) Para La Incertidumbre

3) Para Los Que No Sienten Suficiente Interés Por Sus Presentes Circunstancias

4) Para La Soledad

5) Para Los Excesivamente Sensibles A Influencias Y Opiniones

6) Para El Desaliento O La Desesperación

7) Para La Preocupación Excesiva Por El Bienestar De Los Demás

1) PARA LOS QUE SIENTEN MIEDO

Rock Rose (Heliantemo)

El remedio de emergencia. Es el remedio de emergencia para los casos en que parece


ya no haber esperanzas. En accidentes o enfermedades repentinas, o cuando el
paciente está muy asustado o aterrorizado, o cuando su condición es lo
suficientemente grave como para causar gran temor a quienes lo rodean. Si el paciente
no está consciente se le pueden humedecer los labios con el remedio. También se
puede agregar otros remedios si se lo considera necesario, como por ejemplo,
Clematis, si hay inconciencia, es decir un estado de sueño profundo; Agrimony si hay
tormentos mentales, y así sucesivamente.

Palabras Clave: terror, pánico.

* Mimulus (Mímulo)

Para el miedo a las cosas del mundo: la enfermedad, el dolor, los accidentes, la
pobreza, la oscuridad, la soledad, las desgracias. Los temores de la vida cotidiana.
Estas personas soportan sus miedos en silencio y secretamente, sin hablar de ellos
libremente con los demás.

Palabras clave: Miedo de origen conocido.

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Cherry Plum (Cerasífera)

Para los que tienen miedo a sufrir una excesiva tensión mental, a perder la razón,
hacer cosas horribles y espantosas, que no desean y saben incorrectas y, sin embargo,
aparecen la idea y el impulso de hacerlas.

Palabras clave: Desesperación – Miedo a la pérdida de control – Miedo a hacer cosas


Terribles.

Aspen (Álamo)

Temores vagos y desconocidos para los que no hay explicación ni razón. No obstante,
el paciente puede estar aterrorizado por algo terrible que va a suceder y que no sabe
que será. Estos temores vagos e inexplicables pueden obsesionar de noche y de día.
Los que los padecen a menudo temen contar su preocupación a los demás.

Palabras clave: Miedo de origen desconocido – Aprehensión – Presagio

Castaño Rojo (Red Chestnut)

Para quienes encuentran difícil no preocuparse por los demás. Con frecuencia han
dejado de preocuparse por sí mismos, pero pueden sufrir mucho por los seres
queridos, anticipando con frecuencia alguna desgracia que pudiera ocurrirles.

Palabras clave: Miedo excesivo por los otros.

2) PARA QUIENES SUFREN DE INCERTIDUMBRE

* Cerato (Ceratostigma)

Para quienes no tienen suficiente confianza en sí mismos para tomar sus propias
decisiones. Constantemente buscan el consejo de los demás, y con frecuencia son mal
aconsejados.

Palabras clave: Falta de confianza en su propio juicio – Siempre en búsqueda de


consejo.

* Scleranthus (Escleranto)

Para quienes sufren mucho por ser incapaces de decidir entre dos cosas, primero les
parece bien una, luego la otra. Suelen ser personas calladas que sobrellevan solas su
dificultad, ya que no se sienten inclinadas a comentarla con otros.

Palabras clave: Indecisión entre dos cosas – Inestabilidad.

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* Gentian (Genciana)

Para los que se desalientan fácilmente. Pueden estar progresando bien de una
enfermedad o de los asuntos de la vida cotidiana, pero ante cualquier retraso u
obstáculo en su progreso dudan y se desaniman pronto.

Palabras clave: Depresión por causa conocida. Duda de sí mismo.

Aulaga (Gorse)

Para quienes sufren una gran desesperanza y han perdido toda la fe en que se pueda
hacer algo por ellos. Pueden probar diferentes tratamientos sólo bajo persuasión o para
complacer a los otros, pero al mismo tiempo asegurar a todos que hay poca esperanza
de alivio.

Palabras clave: Desesperanza.

Hornbeam (Hojarazo)

Para los que sienten que carecen de fuerzas suficientes, mentales o físicas, para
sobrellevar la carga de la vida; los asuntos cotidianos les parecen demasiado pesados,
si bien suelen cumplir con su tarea en forma satisfactoria. Para los que creen que
alguna parte de la mente o el cuerpo necesita fortalecerse para poder realizar
fácilmente su trabajo.

Palabras clave: Cansancio mental y físico.

Wild Oat (Avena Silvestre)

Para los que ambicionan hacer algo importante en la vida, que quieren adquirir mucha
experiencia, y disfrutar todo cuanto les sea posible, viviendo con plenitud. Su dificultad
consiste en determinar qué ocupación han de seguir, pues si bien sus ambiciones son
fuertes, no tienen una vocación que les atraiga por encima de las demás. Esto les
puede causar pérdidas de tiempo e insatisfacción.

Palabras clave: Insatisfacción por vocación dudosa.

3) FALTA DE INTERES POR LAS PRESENTES CIRCUNSTANCIAS

* Clematis (Clemátide)

Para los soñadores, los soñadores que nunca están totalmente despiertos y no sienten
gran interés por la vida. Gente tranquila, no muy feliz en sus actuales circunstancias y
que vive más en el futuro que en el presente; viven a la espera de tiempos más felices,
cuando sus ideales se conviertan en realidad. En la enfermedad algunos hacen muy
pocos esfuerzos o ninguno por recuperar la salud, y en algunos casos incluso llegan a

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desear la muerte con la esperanza de una vida mejor; o quizá, con la esperanza de
reencontrarse con algún ser querido al que han perdido.

Palabras clave: Soñadores – Falta de interés en el presente – Inconciencia

Honeysuckle (Madreselva)

Para los que viven demasiado en el pasado, que quizá fue una época de gran felicidad,
o en los recuerdos de un amigo perdido, o de ambiciones que no se han convertido en
realidad. No esperan encontrar nuevamente una felicidad como la que tuvieron.

Palabras clave: Nostalgia – Persistencia en vivir en el pasado.

Wild Rose Rosa Silvestre

Para quienes, sin una razón aparentemente suficiente, se resignan a todo lo que les
ocurre, y apenas se deslizan por la vida, tomándola como viene, sin hacer ningún
esfuerzo por mejorar las cosas y encontrar un poco de felicidad. Han abandonado la
lucha por la vida sin lamentarse.

Palabras clave: Resignación – Apatía.

Olive (Olivo)

Para los que han sufrido mucho mental o físicamente y se encuentran tan exhaustos y
agotados que se sienten sin fuerzas para realizar el menor esfuerzo. La vida cotidiana
les representa un duro esfuerzo y no les proporciona ningún placer.

Palabras clave: Agotamiento físico y mental extremo.

White Chestnut (Castaño Blanco)

Para los que no pueden evitar que penetren en su mente pensamientos, ideas o
argumentos que no desean. Suele darse esta circunstancia en momentos en los que el
interés por el presente no es lo bastante fuerte como para mantener la mente ocupada.
Los pensamientos que preocupan pueden permanecer, o ser desechados por un
momento, pero siempre retornan. Parecen dar más y más vueltas y causar un tormento
mental. La presencia de tales pensamientos desagradables quita la paz e interfiere con
la capacidad de concentrarse sólo en el trabajo o el placer cotidiano.

Palabras clave: Pensamientos persistentes indeseados – Diálogo interno torturante.

Mustard (Mostaza)

Para quienes están expuestos a temporadas de tristeza o desesperación, como si los


cubriera una fría nube oscura que les ocultase la luz y la alegría de vivir. No se puede

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encontrar una razón o explicación para estos ataques. En estas condiciones es casi
imposible mostrarse feliz o alegre.

Palabras clave: Depresión profunda que aparece y desaparece sin causa conocida.

Chestnut Bud (Brote de Castaño)

Para quienes no sacan todo el provecho de la observación y la experiencia, y que


tardan más tiempo que otros en aprender las lecciones de la vida cotidiana. Mientras
una sola experiencia sería suficiente para algunos, estas personas necesitan más, a
veces varias, para aprender la lección. Por tanto, muy a pesar suyo, cometen el mismo
error en diferentes ocasiones, cuando una sola vez hubiera sido suficiente, o bien
cuando la observación de los otros hubiera podido evitar incluso ese primer error.

Palabras clave: No aprender de la experiencia – Falta de observación – Repite


errores.

4) SOLEDAD

* Water Violet (Violeta de Agua)

Para quienes, en la salud o en la enfermedad, prefieren estar solos. Son personas muy
tranquilas, que se desplazan sin hacer ruido, hablan poco y suavemente. Son muy
independientes, capaces y seguros de sí mismos. Casi no se dejan llevar por las
opiniones de los demás. Se mantienen apartados, dejan a la gente sola y siguen su
propio camino. Con frecuencia son inteligentes y talentosos. Su paz y serenidad es una
bendición para quienes les rodean.

Palabras clave: Orgullo – Reserva – Soledad – No interferencia en asuntos ajenos.

* Impatiens (Impaciencia)

Para los que son rápidos en el pensamiento y la acción, y que quieren que todo se
haga sin vacilación ni retraso. Cuando están enfermos quieren recuperarse pronto. Les
resulta muy difícil tener paciencia con las personas lentas, pues les parece un error y
una pérdida de tiempo, y se esforzarán por que éstas sean más rápidas en todos los
aspectos. Con frecuencia prefieren trabajar y pensar solos, para poder hacer todo a su
propio ritmo.

Palabras clave: Impaciencia – Irritabilidad – intolerancia al ritmo der los demás.

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Heather (Brezo)

Para aquellos que siempre buscan la compañía de alguien disponible, pues necesitan
discutir sus propios asuntos con los demás sin importarles quienes sean. Son muy
infelices si tienen que estar solos durante un tiempo.

Palabras clave: Centrado en sí mismo – Locuaz y pobre escucha – No soporta la


soledad.

5) EXCESIVA SENSIBILIDAD A INFLUENCIAS Y OPINIONES

*Agrimony (Agrimonia)

Para las personas alegres, joviales y de buen humor, que aman la paz y les disgustan
las discusiones o peleas hasta el punto de renunciar a muchas cosas con tal de
evitarlas. Aunque generalmente tienen problemas y se sienten atormentados,
preocupados e inquietos en la mente o el cuerpo, ocultan sus inquietudes detrás de su
buen humor y las bromas; suelen ser considerados muy buenos amigos. Con
frecuencia toman alcohol o drogas en exceso para estimularse y ayudarse a soportar
sus problemas con buen talante. *

Palabras clave: Ansiedad y tormento enmascarado por alegría y cortesía.

Centaury (Centaura)

Para personas bondadosas, tranquilas y suaves que se desviven por servir a los
demás. En su ansia por lograrlo sobrestiman sus fuerzas. Su necesidad de agradar
crece de tal modo en ellos que se convierten en sirvientes en lugar de ayudantes
voluntarios. Su buena naturaleza les conduce a trabajar más de lo que les corresponde
y, al hacerlo así, pueden descuidar su propia misión particular en la vida.

Palabras clave: Sometimiento.

Walnut (Nogal)

Para los que tienen ideales y ambiciones bien definidos en la vida y los llevan a cabo,
pero que algunas veces se ven tentados a apartarse de sus propias ideas, propósitos y
trabajo llevados por el entusiasmo, las convicciones o las sólidas opiniones de los
demás. El remedio brinda constancia y protección a las influencias externas.

Palabras clave: Protege de la influencia exterior y ayuda en grandes cambios.

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Holly (Acebo)

Para quienes se ven frecuentemente atados por pensamientos de envidia, celos,


venganza o sospecha. Para las diferentes formas de vejación. Por dentro pueden sufrir
mucho, sin que a menudo exista una causa real para su desdicha.

Palabras clave: Odio – Envidia – Celos – Sospecha.

6) PARA EL DESALIENTO O LA DESESPERACIÓN

Larch (Alerce)

Para los que no se consideran tan buenos ni tan capaces como los que los rodean,
que esperan el fracaso, que sienten que nunca alcanzarán el éxito, y por eso nunca se
arriesgan, ni hacen un esfuerzo suficiente para lograrlo. PINE Para quienes se culpan a
sí mismos. Incluso cuando algo les sale bien piensan que podrían haberlo hecho mejor
y nunca están satisfechos de sus esfuerzos o resultados. Son grandes trabajadores y
sufren mucho por los errores que se atribuyen. A veces los errores se deben a otros,
pero ellos se los adjudican también en este caso.

Palabras clave: Sentimiento de inferioridad – Anticipo al fracaso.

Elm (Olmo)

Para los que están haciendo un buen trabajo, siguiendo la vocación de su vida y
esperan hacer algo importante, con frecuencia en bien de la humanidad. A veces
suelen tener períodos de depresión, cuando sienten que la tarea emprendida es
demasiado difícil y sobrepasa el poder de un ser humano.

Palabras clave: Sentimiento ocasional de incapacidad – Abrumado por las


responsabilidades.

Pine (Pino)

Para quienes se culpan a sí mismos. Incluso cuando han tenido éxito piensan que
podrían haberlo hecho mejor y nunca están satisfechos de sus esfuerzos o de sus
resultados. Son grandes trabajadores y sufren mucho por los errores que se atribuyen.
A veces, cuando hay un error, éste se debe a otra persona y sin embargo ellos se los
adjudican también en este caso.

Palabras clave: Sentimiento de culpa – Autorreproche

Sweet Chestnut (Castaño Dulce)

Para esos momentos que tienen algunas personas, cuando la angustia es tan grande
que parece insoportable. Cuando la mente o el cuerpo se sienten al límite de sus

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fuerzas y ya no pueden más. Cuando parece que ya sólo queda por enfrentar la
destrucción y el aniquilamiento.

Palabras clave: Angustia extrema – Al límite de la resistencia – Desolación.

Star Of Bethlehem (Estrella de Belén)

Para los que sufren un gran malestar debido a acontecimientos que les han producido
una gran infelicidad. El shock causado por graves noticias, la pérdida de un ser
querido, el susto que sigue a un accidente o cosas parecidas. Alivia a quienes por un
tiempo se niegan a aceptar consuelo.

Palabras clave: Para toda clase de shocks y sus secuelas.

Willow (Sauce)

Para quienes han sufrido una adversidad o una desgracia y les resulta difícil aceptarla
sin quejas ni resentimiento, pues juzgan la vida de acuerdo al éxito que aporta. Sienten
que no han merecido una prueba tan grande, que es injusto, y se vuelven amargados.
Suelen perder interés y mostrarse menos activos en aquellas cosas de la vida que
antes les gustaban.

Palabras clave: Amargura – Resentimiento.

Oak (Roble)

Para quienes se debaten y luchan denodadamente por su bienestar o en relación a los


asuntos de su vida cotidiana. Intentarán una cosa tras otra, aunque su caso pueda
parecer sin esperanzas. Seguirán luchando. Están descontentos con ellos mismos si la
enfermedad interfiere con sus deberes o les impide ayudar a los demás. Son personas
valientes que luchan contra grandes dificultades, sin perder la esperanza ni abandonar
el esfuerzo.

Palabras clave: Luchador pese al desaliento y las dificultades – Alto sentido del deber

Crab Apple (Manzano Silvestre)

Este es el remedio de la limpieza. Para quienes sienten que hay algo no muy limpio en
ellos. Con frecuencia se trata algo aparentemente poco importante: otras veces puede
ser un trastorno más serio que casi pasa desapercibido comparado con aquello en lo
que se concentran. En ambos casos el individuo está ansioso de verse libre de una
cosa en particular que en su mente es muy importante y le parece esencial que sea
curada. Se desalientan si el tratamiento fracasa. Como este remedio es un agente
limpiador, purifica las heridas cuando el paciente tiene motivos para creer que le ha
entrado un veneno que es necesario eliminar.

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Palabras clave: Depurativo para mente y cuerpo – Para quien se siente sucio y
avergonzado.

7) PREOCUPACIÓN EXCESIVA POR EL BIENESTAR DE LOS DEMÁS

Chicory (Achicoria)

Para los que están muy atentos a las necesidades de los otros; tienden a cuidar con
exceso a los niños, a sus familiares, amigos, y siempre encuentran algo que enmendar.
Están continuamente corrigiendo lo que consideran erróneo y disfrutan haciéndolo.
Quieren que aquellos por los que se preocupan permanezcan cerca de ellos.

Palabras clave: Posesividad – Lástima de sí mismos – Exigen atención.

Vervain (Verbena)

Para los que tienen ideas o principios fijos, están seguros de tener razón y los cambian
rara vez. Tienen un gran deseo de convertir a sus opiniones a cuantos les rodean.
Tienen una gran fuerza de voluntad y mucho valor cuando están convencidos de las
cosas que quieren enseñar. En la enfermedad siguen luchando mucho tiempo después
que muchos habrían abandonado sus obligaciones.

Palabras clave: Exceso de entusiasmo – Fanatismo – Exasperado por injusticias –


tensión.

Vine (Vid)

Gente muy capaz, segura de su habilidad y con fe en el éxito. Como tienen tanta
seguridad, creen que sería bueno para los demás dejarse persuadir para hacer las
cosas como ellos mismos las hacen, o en la forma que consideran la correcta. Incluso
en la enfermedad dirigen su propio tratamiento. Pueden ser muy valiosos en casos de
emergencia.

Palabras clave: Dominantes – Inflexibles – Líderes.

Beech (Haya)

Para quienes sienten la necesidad de ver más bondad y belleza en todo lo que les
rodea. Y, aunque a veces hay cosas que parecen estar equivocadas, tienen la
capacidad ver lo bueno que surge dentro de ellos. Así podrán ser más tolerantes,
indulgentes y comprensivos de los diferentes caminos que cada individuo y todas las
cosas recorren en su propia perfección final.

Palabras clave: Intolerancia – Crítica – Arrogancia.

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Rock Water (Agua de Roca)

Para quienes son muy estrictos en su forma de vivir; se niegan a sí mismos muchas de
las alegrías y placeres de la vida porque consideran que podrían interferir con su
trabajo. Son severos maestros de sí mismos. Desean estar bien, fuertes y activos, y
harán lo que crean conveniente para mantenerse así. Esperan ser ejemplos para atraer
a otros que, siguiendo sus ideas, resultarán mejores.

Palabras claves: Autorrepresión – Rigidez moral – Deseo de ser tomado como


ejemplo.

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IMPLICACIÓN

En México “nos reímos de la muerte”, durante la celebración de los días 1 y 2 de


noviembre se regalan calaveritas de azúcar o chocolate, en las que se pone el nombre
de la persona que las va a recibir, se escriben versos sobre la muerte dedicados a una
persona en especial, etcétera. En diferentes puntos del país existe la tradición de poner
altares para nuestros muertos, y se hacen rituales celebrando y reconociendo a los que
ya murieron y a la muerte misma. Pero cuando se trata de hablar seriamente sobre el
tema todo mundo rehúye la conversación y trata de desviar la atención hacía otros
tópicos.

Aunque actualmente hay más escritores que abordan el tema de la muerte y de la


pérdida; aún hay pocos libros escritos sobre sobre el mismo. Así que cuando vivimos
un duelo por la muerte de un ser querido no es fácil encontrar la literatura adecuada.
Afortunadamente la tanatología tiene cada día más difusión y aceptación, lo que nos
brinda la gran oportunidad de poder contar con acompañamiento tanatológico durante
el duelo.

“Que todos vamos a morir, es seguro, lo que hace que las muertes se vivan de forma
diferente son la causa y la edad en la que ocurren”.

Cuando hablamos de la muerte de un hijo, estamos abordando el tema de una muerte,


considerada antinatural. Se califica como la pérdida más dolorosa, ya que es contra
toda lógica que los padres vean morir a sus hijos. Siempre se piensa que esto no
puede suceder, que lo normal es que sea lo contrario. A quién pierde un padre se le
dice huérfano/a, si muere el esposo o esposa el sobreviviente es llamado viudo/a; pero
no existe ninguna palabra para quien pierde a un hijo. Y si a todo esto le agregamos el
que la muerte fue en forma violenta; estamos hablando de un duelo muy complicado.

Aunque para morir lo único que necesitamos es estar vivos; cuando ocurre la muerte
siempre nos sorprende, nunca estamos lo suficientemente preparados para aceptar la
muerte con naturalidad. Aún después de una enfermedad prolongada de un ser querido
que ha tenido una vida larga y plena, nos sentimos impactados ante su muerte, nos
mueve en todos los aspectos de nuestra vida, nos enfrenta a nuestra propia finitud, y
nos lleva a revaluar la propia existencia.

Una muerte violenta nos toma por sorpresa, no nos permite decir adiós con un te amo,
gracias, perdóname, te perdono. Nos imposibilita para volver a abrazar a ese ser
querido, nos sume en una gran desolación, dejándonos en un sin sentido profundo.
Nos produce la sensación de estar indefensos, vulnerando nuestra seguridad personal,
familiar, social y nos deja sin entender el significado de lo acontecido.

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Una muerte violenta nos toma por sorpresa, nos parte el corazón, nos impacta en
forma física, emocional, psíquica, espiritual. Nos deja indefensos ante el dolor. Genera
enojo, ira, odio, impotencia, culpa, deseos de venganza, auto-reproche, incertidumbre,
miedo y un gran dolor que en la mayoría de los casos nos lleva al sufrimiento. Nos aleja
de los demás sobrevivientes, ya que en ocasiones nos lleva a culpar también a los
demás miembros de la familia, por no haberse dado cuenta, por no hacer algo (aunque
esto no tenga ninguna lógica). Nos hace cuestionar nuestras creencias religiosas, la
existencia de Dios, el significado de la vida, etcétera. Es un golpe tan fuerte que nos
sume en una profunda tristeza y soledad.

A veces, el dolor por la pérdida de un hijo es tan fuerte, que los padres desean morir ya
sea para reunirse con su hijo, o porque consideran que no pueden o no tienen derecho
a seguir viviendo si su hijo ya no está.

La víctima no es solamente la persona que murió, también lo son los familiares, amigos
y conocidos. Es como una nube negra que oscurece la vida de todos los que lo
conocieron; por lo sorpresivo y porque la muerte acaeció por la decisión de otra
persona, fue otro ser humano el que acabo con su vida ¿Cómo aceptar esto?, ¿cómo
entenderlo?; y así surgen preguntas sin respuesta. ¿Por qué a él o ella?, ¿por qué a
nosotros?, ¿Por qué a sus padres? ¿POR QUÉ?...

La muerte violenta trunca una vida, y cambia el rumbo de los que lo sobreviven,
afectando el proyecto personal de la persona muerta; pero también el proyecto que su
familia y amigos tenían con él/ella. Deja inconclusos los sueños, se acaba el tiempo, ya
no hay futuro, ya no es posible hacer nada, no existe otra oportunidad, todo terminó. Es
un cierre sin cierre. Un adiós sin adiós.

Como lo menciona Eduardo Grecco en su libro “Muertes Inesperadas” aparece la


depresión esencialmente como la falta o el déficit de la energía psíquica. Se muestra
como una serie de rasgos entre los que se destacan:

- Pérdida de interés o placer por las actividades habituales.

- Pérdida de apetito o de peso

- Fatigabilidad y cansancio

- Trastornos del sueño

- Disminución o pérdida del interés sexual

- Dificultad para concentrarse y razonar

- Sentimientos de culpa y/o ruina

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- Perdida de la autoestima y sentimientos de incapacidad e impotencia

También pueden aparecer trastornos de conducta

Como son las adicciones (a las drogas, al alcohol a los medicamentos, al trabajo, al
sexo, al juego). Aparece la intolerancia, irritabilidad, crueldad, abandono, auto-
destrucción, etc. En las muertes inesperadas esto es muy frecuente. La reacción ante
un hecho traumático, súbito y violento, puede generar como respuesta toda una gama
de conductas defensivas. La persona siente que si se permite vivir con toda la
intensidad el dolor que la embarga, muere. Entonces recurre a todo tipo de caminos
sustitutivos.

Desapego y amor

Cuanto más estrecho es el vínculo, existe mayor apego y dependencia, y por lo tanto
es mayor la posibilidad de ser dominados ante la muerte inesperada de un ser amado.
Por la sensación de orfandad y vacío que provoca.

El apego es un estancamiento, es quedar detenido en el proceso de la evolución de la


vida. Es truncar las potencialidades que viven dentro de cada uno, dispuestas a
realizarse. Es vivir una vida inauténtica en función de lo que el otro anhelaba o que
hubiera querido. Es justificar la pena y el dolor y no querer superarlos. Y en recuerdo
del hijo muerto no seguir avanzando en la propia vida.

No hay nada mejor para curar el apego que el amor. El amor que implica la aceptación
de que el otro no es mío, que solo en la libertad existe el amor, y que debo aprender a
dejar partir, tanto como a no permanecer mirando la partida. El amor es, no se inventa,
es una disposición no un impedimento.

Aprender a decir adiós

Dice Anthony de Mello:


Es peligroso vivir de la memoria del pasado.
Solo el presente está vivo. Es el ahora lo que importa.
Porque ahora es la vida, ahora es todo posible,
Ahora es la realidad.

Cuando se pierde a un ser querido, tenemos que aprender a decir adiós, a soltar, a
cerrar lo inconcluso a liberarnos del dolor. Todo esto no significa olvidar. Es romper las
amarras que nos tienen detenidos. Es aprender a vivir el presente, sin huir del futuro ni

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escapar del pasado. Conocer lo sucedido y aceptarlo como fue, no quisiéramos que
hubiese sido, y. Perdonarse y perdonar.

EL DUELO POR LA MUERTE VIOLENTA DE UN HIJO ACOMPAÑADO POR


FLORES DE BACH.

En el capítulo anterior se habló sobre las flores de Bach y su aplicación en general. En


este punto abordaremos la aplicación directa en el tema de muerte que estamos
analizando.

Presentaré a continuación un caso atendido con Flores de Bach.

Caso 1

(Información obtenida durante la primera entrevista)

Martha 45 años

Se presentó a consulta exponiendo lo siguiente:

- Necesito ayuda, mi hijo de 23 años murió hace tres semanas. Lo asesinaron, salió el
sábado por la tarde, me dijo que iba a salir con su novia al cine y no regresó; pensé
que se había quedado en casa de ella y me dormí tranquila.

- El domingo por la mañana recibí una llamada de mi ex esposo y me dijo que


necesitaba hablar conmigo. Llegó a mi departamento y empezó a hablar, lo único que
entendí es que mi hijo estaba muerto y que teníamos que acudir a reconocer su cuerpo
y hacer todos los trámites necesarios para poder recogerlo. Recuerdo que las piernas
se me doblaron y volví el estómago.

- No pude acompañarlo, me llevó con mis padres y él fue con sus hermanos a hacer lo
necesario para recuperarlo.

- Más tarde supe que mi hijo no salió con su novia, que tuvieron un disgusto y él se fue
con un amigo, algunos que los conocían los vieron tomando en un antro. El domingo
muy temprano algunas personas vieron dos cuerpos a la orilla de un rio, llamarón a la
policía y eran ellos. Estaban muertos les habían disparado. Llegó el ministerio público,
se los llevaron y después les avisaron a los familiares.

- Mientras duraron los rosarios, me sentí más o menos tranquila. Al terminar, sentí que
no podía con el dolor, cada día era más cierta la muerte de mi hijo, ya no lo volvería a
ver más.

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- No puedo dejar de pensar en lo que en lo que le sucedió. A la fecha no sabemos
cómo sucedió ni por qué, solo sé que ya no está. Por las noches, me imagino como les
ponían las pistolas en la cabeza y después les dispararon. Es horrible, no puedo vivir
más con esto, siento que me estoy volviendo loca de tanto dolor.

- Pienso que tal vez si le hubiera llamado para confirmar dónde estaba, todo hubiera
sido diferente. Me siento tan culpable de estar durmiendo tranquila mientras mataban a
mi hijo. Estoy enojada con su novia por discutir con él y también con mi hijo por no
cuidarse.

- Siento tanto odio contra quienes lo mataron y también contra las autoridades que no
hacen nada por protegernos. Quisiera saber quiénes fueron y verlos muertos. No es
justo que suceda todo esto.

- Estoy divorciada, él era mi hijo único y vivía conmigo, estaba por terminar su carrera
de administración de empresas, tenía muchos sueños por cumplir y cosas por hacer.
No entiendo por qué Dios permitió esto.

- No he podido regresar a mi departamento, tengo miedo de estar sola, sigo en casa de


mis padres. Tampoco he podido volver al trabajo, soy agente de bienes raíces, no
puedo atender a los clientes, ya que lloro en cualquier momento y no puedo borrar la
tristeza de mi cara.

No tengo deseos de hacer nada, tengo que esforzarme mucho para levantarme, no
tengo un motivo para hacerlo. Lo hago por mis padres que me insisten cada día en me
ponga de pie, me bañe y coma. Veo su preocupación y lo hago por ellos. Pienso que
no tengo más que hacer en esta vida. He llegado a pensar que morir para mí sería lo
mejor.

Me recomendaron que viniera con usted para que me diera Flores de Bach, y aquí
estoy.

Flores de Bach seleccionadas:

Remedio de Rescate:

Formula Personal:

Estrella de Belén. Para sanar el impacto del shock por la noticia recibida. Sirve
también para poder elaborar el duelo en forma consciente.

Castaño Dulce: Para salir del estado en el que se encuentra, al límite de sus fuerzas y
del sufrimiento. Expresa que ya no puede más.

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Castaño Blanco: para las imágenes mentales que se hace de la muerte del hijo, y para
los pensamientos repetitivos torturantes que la invaden.

Rosa Silvestre: para los sentimientos de apatía en relación con levantarse, arreglarse,
comer y trabajar. Y para que además encuentre la motivación que necesita.

Sauce: Para superar el odio y resentimiento que siente hacía los asesinos de su hijo y
hacía las autoridades que no hacen nada por encontrarlos.

Pino: Para la culpa que tanto la tortura.

Aulaga: Para recuperar la esperanza y la fe y que pueda seguir viviendo a pesar del
gran dolor que experimenta.

Nogal: Para adaptarse al cambio que implica seguir viviendo sin su hijo.

Madreselva: Para ir sanando poco a poco la gran añoranza que siente.

Clemátide: Para ubicarse poco a poco en la realidad.

Cerasífera: Para la sensación de estar volviéndose loca de dolor.

Mímulo: Para superar el miedo de ir a trabajar y de regresar a su departamento.

Alerce: Ayuda en la sensación de impotencia y falta de confianza en ella misma.

Acebo: Trabaja sobre el enojo y la ira que experimenta contra las autoridades, la novia
de su hijo y su propio hijo.

Olivo: Para recuperar la energía después de un gran sufrimiento mental y físico.

La fórmula personal solo puede incluir siete Flores diferentes para trabajar esos siete
aspectos. En este caso en particular se seleccionaron las primeras siete y se dejaron
las siguientes para utilizarse en la segunda preparación. Se hará después de terminado
el primer frasco. Durante una nueva entrevista se platicará con el paciente y se
evaluaran los avances que ha experimentado.

En este caso seleccioné las siete primeras de la lista y después de que la persona
terminó la toma del primer preparado se celebró otra entrevista, para evaluar el
progreso y determinar una nueva fórmula.

La toma se indicó de la manera siguiente:

Rescate: Tomar cuatro gotas cada hora durante una semana, para ayudar a equilibrar
el impacto recibido. Suspenderlo y reservarlo. Cuándo se sienta en crisis lo toma
nuevamente hasta sentirse mejor. Continuar con la…

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Fórmula personal: tomando 4 gotas cada dos otras hasta terminar con el contenido
del frasco.

Se celebraron entrevistas cada 15 días para platicar con el paciente y juntos evaluar su
avance.

En estas sesiones se determinaron las nuevas fórmulas, retirando las flores que ya
habían cumplido con su propósito, dejando las que aún no habían terminado su trabajo
y agregando otras más al preparado.

Caso 2

(Información obtenida durante la primera entrevista)

Guadalupe 50 años

- Su hijo de 30 años, padre de dos niños, manejaba un tráiler. Lo asesinaron con arma
de fuego, robaron el tráiler y la mercancía y su cuerpo apareció en una carretera
cercana a Morelia Michoacán.

- La esposa de su hijo llamó para darles la noticia de lo ocurrido. A ella le avisaron de la


empresa donde él trabajaba. Su esposo contesto el teléfono, ella notó que él se puso
muy pálido, se sentó y le dijo mataron a mi hijo. Sintió que se hundía en un abismo y
empezó a llorar y a gritar no, no es cierto.

- No comprende por qué le paso a su hijo, por qué a ellos, si son personas de bien, no
le hacen daño a nadie. Ella siempre tuvo miedo de que algo así sucediera. Asistía a la
iglesia a pedirle a San Judas Tadeo que protegiera a su hijo, que lo cuidara, le prendía
una veladora todas las semanas. Está muy enojada con el santo y con Dios por no
cuidarlo, por permitir que eso sucediera. Ya no va a la iglesia.

- Aunque ya pasaron tres meses de la muerte de su hijo ella no se resigna, se pasa el


día acostada, casi no se baña y come muy poco. No quiere hablar ni ver a nadie; solo
quiere morirse y piensa cada día como quitarse la vida, pero le faltan fuerzas para
hacerlo.

- Cuando se levanta se marea mucho y se vuelve a acostar. Las pocas veces que ha
salido de su casa siente mucho miedo y el corazón le palpita muy rápido, camina
pegada a la pared y aunque siempre la acompañan su hija o su esposo no se siente
segura.

- Le preocupan mucho por sus nietos, ¿qué va a pasar con ellos?, tienen 6 y 8 años.
Piensa que su nuera es muy joven y puede encontrar otra pareja; pero sus nietos

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jamás tendrán otro padre. Le duele mucho pensar que su padre no estará con ellos
en todos los momentos importantes de sus vidas.

- Si tuviera frente a los que asesinaron a su hijo, les haría lo mismo. No comprende
como su esposo puede seguir saliendo cada día al trabajo y continuar con todo lo que
hacía antes. Parece que no le duele ni afecta tanto lo que pasó. Ella quiere que
vendan su casa y ofrezcan ese dinero para que localicen a los culpables. Cuando lo
platica con su esposo no contesta, no hace nada por vengar la muerte de su hijo.
Siente que lo odia por esto, ya no lo tolera cerca, en cuanto se sienta mejor piensa
pedirle que se vaya de su casa.

Flores de Bach Seleccionadas:

Remedio de Rescate:

Tomarlo cada hora durante una semana, para ayudar a equilibrar el impacto recibido.

Formula personal:

Estrella de Belén. Para sanar el impacto del shock por la noticia recibida. Sirve
también para poder elaborar el duelo en forma consciente.

Aulaga: Para recuperar la esperanza y la fe y que pueda seguir viviendo a pesar del
gran dolor que experimenta.

Cerasífera: Para dejar de sentir el deseo de matar a los que mataron a su hijo y para
no seguir pensando en quitarse la vida.

Castaño Banco: Para calmar sus pensamientos repetitivos torturantes y dejar de


hacerse tanto daño a sí misma.

Acebo: Para trabajar el enojo y la ira que experimenta contra Dios, San Judas Tadeo,
su esposo y los asesinos de su hijo. Para no seguir pensando en la venganza.

Sauce: Para perdonar y liberarse de la amargura y el resentimiento.

Castaño Dulce: Para superar la sensación de encontrarse al límite del sufrimiento.

Nogal: Para adaptarse a vivir después de perder a su hijo y para que lo que los otros
hacen no la dañe.

Mímulo: Para superar el miedo que le provoca salir a la calle y hablar con las demás
personas.

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Castaño Rojo: Para disminuir la preocupación que siente por sus nietos y mejorar ella
primero, para poder convivir con ellos desde su propio bienestar y así poder apoyarlos
en lo que sí esté a su alcance.

Escleranto: Para quitar el mareo que siente y lograr llegar al equilibrio emocional.

Rosa Silvestre: Para encontrar la motivación suficiente para continuar con su propia
vida y poder seguir viviendo y disfrutando de la vida aunque su hijo esté muerto.

Avena Silvestre: Para encontrar algo lo suficientemente importante para ella misma,
que la ayuda a resignificar su pérdida.

Madreselva: Para poder acostumbrarse a seguir viviendo con la añoranza de su hijo


muerto, y poder disfrutar nuevamente de las alegrías de cada día.

Se le dieron dos preparaciones, Remedio de Rescate y su fórmula personal.

En este caso la primera fórmula personal incluyo las siguientes flores: Estrella de
Belén, Aulaga, Sauce, Castaño Blanco, Cerasífera, Castaño Dulce y Nogal.

La toma se indicó de la manera siguiente:

Rescate: Tomar cuatro gotas cada hora durante una semana, para ayudar a equilibrar
el impacto recibido. Suspenderlo y reservarlo. Cuándo se sienta en crisis lo toma
nuevamente hasta sentirse mejor. Continuar con la…

Fórmula personal: tomando 4 gotas cada dos otras hasta terminar con el contenido
del frasco.

Se celebraron entrevistas cada 15 días para platicar con el paciente y juntos evaluar su
avance.

En estas sesiones se determinaron las nuevas fórmulas, retirando las flores que ya
habían cumplido con su propósito, dejando las que aún no habían terminado su trabajo
y agregando otras más al preparado.

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CONCLUSIONES

Después de perder a un hijo por muerte violenta, el duelo que se vive es complicado y
muy doloroso, tiene una duración incierta, con características personales, de acuerdo
con la relación que se tenía con el hijo fallecido, la personalidad del padre y/o de la
madre, sus creencias y a su historia de vida.

En los casos expuestos que fueron tratados con Flores de Bach, observé que las
personas fueron equilibrando sus emociones poco a poco. Reportaron sentirse mejor
después de la primera semana tomando Rescate, y mucho mejor al concluir la toma
de la primera fórmula personal (aproximadamente un mes).

En las entrevistas posteriores además de evaluar los avances logrados, se


seleccionaron nuevas fórmulas personales, hasta que ellas mismas consideraban
estar en la etapa de aceptación, en la que consideraban haber cambiado las
emociones que tanto les habían dañado.

En el primer caso, Martha volvió a trabajar a los 15 días de iniciar su tratamiento Floral,
y fue recuperando el deseo de vivir, aprendió a estar sin su hijo y encontró nuevas
actividades que la motivaron para seguir creciendo personalmente. Estuvo en
tratamiento con Flores de Bach aproximadamente durante cuatro meses. Regresó
después de dos años para atender una situación diferente.

En el segundo caso, Guadalupe empezó a reportar mejoría en el mareo, y la


inseguridad para salir a la calle a los quince días de iniciada la toma de Flores de Bach.
Tardó más tiempo en perdonar y aceptar la muerte de su hijo y en mejorar la relación
con su esposo. Cambio la forma de vivir su religión. Su tratamiento tuvo una duración
de 6 meses aproximadamente.

Las dos madre, aprendieron a vivir con la perdida, queriendo decir con esto que
pudieron volver poco a poco a ser funcionales y a realizar sus actividades normales.
Lograron continuar amando a sus hijos aunque estén muertos.

Por último quiero compartir estás reflexiones del libro: “Como Sanar Un Corazón Triste”
escrito por Doreen Virtue y James Van Praagh. Editorial Tomo.

“Hubiera…” y otros arrepentimientos.

Por favor, no te atormentes mentalmente reprendiéndote por lo que crees debiste


hacer. Sí, quizá pudiste visitarlo más, hablar con él, decirle que lo amabas, ir a verlo
ese día y hacer una infinidad de cosas; pero el arrepentimiento no te devuelve a la
persona amada. Acepta que hiciste lo que pudiste en cada momento, con lo que sabías
en ese instante, dales una dirección positiva a los arrepentimientos enseñando a los
demás lo que sabes.

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Entre más difíciles son los desafíos, más debemos luchar para vencerlos

Al principio el duelo es una experiencia desgarradora. Como nuestro mundo se vuelve


de cabeza completamente, queremos sujetarnos a lo que sea para salir adelante.
Cuando estamos en los momentos más oscuros de la vida, nos vemos obligados a ir al
centro de nuestro ser para encontrar una fortaleza que no habíamos descubierto. En tu
interior se encuentra la llave que abre hasta las partes más duras del drama humano.
Dentro de tu corazón descansan las experiencias del alma para que recurras a ellas en
los desafíos más fuertes que te presenta la vida.

El Perdón Siempre Está Al Alcance De La Mano

Muchas veces, cuando perdemos a alguien nos vemos obligados a perdonar a la


persona, a los demás, e incluso a las circunstancias en las que se fue. El perdón es un
regalo que te das a ti mismo, pues mediante esa acción liberas resentimientos e ideas
de venganza. Desde luego, nunca olvidarás la experiencia, pero al perdonar por lo
menos no te controlará y podrás comenzar a concentrarte en aspectos más positivos
de tu vida.

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