You are on page 1of 2

KEILA CAICEDO TOVAR.

SECCIÓN 6.
EL SINDROME DEL CUIDADOR QUEMADO.
El foco central de este trabajo va a estar puesto en los cuidadores no
profesionales que atienden a un familiar en situación de dependencia ya que, bien
a causa de enfermedades graves o bien al deterioro cognitivo propio de la edad,
estas personas están incapacitadas o muy limitadas para hacer por sí mismas
todas las tareas necesarias para su propio cuidado y para su vida diaria. Las
personas cuidadas pueden ser niños, jóvenes, adultos, o personas mayores.
Este término Fue mencionado por primera vez por Freudenberger (1974) para
describir cómo se sentían un grupo de voluntarios que colaboraban en una clínica
con personas en proceso de abandonar las drogas.
Se le llama síndrome cuando este llega a su punto máximo, como lo había
descrito anteriormente, hay un desgaste en todos sus aspectos, pero esto también
produce sentimientos negativos hacia la persona que se está cuidando, no es
bueno.
Chistina Maslach quién dio a conocer públicamente el término en 1977, en el
Congreso anual de la Asociación Americana de Psicólogos (APA), este fenómeno
explica el proceso de deterioro en los cuidados y atención profesional a los
usuarios, por el que acababan quemándose tras meses o años de actividad
laboral
El síndrome del cuidador quemado aparece cuando este cuidador llega al
agotamiento y desgaste físico y emocional ante las exigencias demasiado intensas
de la persona necesitada de cuidados. Consiste en el deterioro tanto físico como
emocional que experimenta la persona que convive y cuida a un familiar con una
enfermedad crónica.
Si bien, en muchas ocasiones cuidar a un familiar dependiente nos conecta con
emociones agradables como el afecto, la ternura, dedicación, constancia,
generosidad, altruismo, podemos ver cómo estas emociones pueden cambiar al
extremo opuesto: enfado, irritación, rechazo, cuando los cuidados se alargan
mucho en el tiempo.
Cuando el cuidado de una persona que no puede valerse por sí misma, es
asumido por los familiares más cercanos, es habitual que sea una persona
concreta la que se hace cargo en mayor medida de la persona dependiente.
En muchas ocasiones el cuidado y atención a personas dependientes no produce
sobrecarga ni física, ni psicológica, debido a las características personales tanto
del enfermo como del cuidador principal, su situación social y económica de la
familia.
El hecho de tener una persona con una discapacidad crónica altera la rutina y la
estabilidad familiar. El estrés que tiene que soportar el cuidador principal puede
afectar incluso a su capacidad para cuidar al paciente.

Por otra parte, la mayor parte de los cuidadores suelen ser mujeres ¿por qué?
Porque ellas suelen ser un poco más sensibles y tienen un poco más de tacto
cuando se trata de cuidar o estar allí con alguien. Pero esto no impide que ellas
sufran en silencio, son mujeres, y a pesar de que por muy buena obra hagan
pues se cansa y también tienen un desgaste; además de ello pueden contraer
alguna enfermedad, tal vez no cercana al paciente, pero si debido a todo el
estrés que causa atender todas las necesidades del mismo.
En conclusión, hay q tener en cuenta a estas personas ya q puedes sufrir
síntomas tales como emocionales como físicos los cuales son:
• Trastorno del sueño: por exceso o por defecto.
• Pérdida de energía, fatiga crónica, sensación de cansancio continuo, etc.
• Aumento o disminución del apetito.
• Problemas de memoria y dificultad para concentrarse.
• Cambios frecuentes de humor o de estado de ánimo.
• Agresividad constante contra los demás, porque siguen su vida, porque son
capaces de ser felices a pesar del problema que hay en casa.
• Gran tensión contra los cuidadores auxiliares porque "todo lo hacen mal", no
saben mover al enfermo, no le han dado a la hora correcta la medicación, etc.

You might also like