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Dario PAccini."Fantaslas y vndades de amor en los wages dLMHA mujer Si a", na muta £a i! satedad..SocTuana- Lnés dela cruz una teapion i Ta Teaaduta bareca. Trad. Enlaculiuta y la (eatuia bared i Foti pantie A Madrid: Anaya K Mario Muchaik, 194G, M3-A2t. Capitulo cuarto Fantasfas y verdades de amor en los versos de una mujer sola Dos sonetos del amor decepcionado Laficcién contenida, el disftaz bien pergefiado yl artificio difuso, ristefio o apssionado: en suma, la alegoresis, ora puntual, ora matizads, ora oportunainente despersoneliza- dla; nos han ecompafado hasta aqui, tras las arduas pruebas del Primero suefo, alegorts sustanciosa de un viaje por el cas- mos y ef conocimiento humano. Este uso le venta 2 Sor Juana ditectamente de las costumbres de su tiempo (cue después se Hamarén “barzoco"), de la vida cortesana, del ambiente cizcunscrito y provinciano del Virreinato de la Nueva Espafia, de su condiciéa-de mansa teclusa y de su esplcitu de melancélice ydspera soledad. El disfraz pop mente dicho, tal y como aparece en escena en la co: Los empefias de una casa, se verifies, por ejemplo, Tea. fo, el scrvidor que se viste con prendas femeninas para cum. lis una orden recibida; disfraz : Siglo de Oro. ‘No es de asombrat. No siempre la persona que dice “yo” en un poem ~sea romance o soneio~ debe ser necesatia- mente el potta de carne y hueso; pero muchas veces ese “yo” coincide con la petsonalidad de Sor Juana; y entonces la obine cidencia tiene’un tono y un carécter orgulloso, y hasta pre- potente. (Como'se ha visto se ver.) En las funtasfas de amor, sean reflexivas, amasgas, alegres -_ ¥ por dkimo realmente personales o personalizadas que exa> mainacemos aqut, Sor Juana suele pagar también un tribure alas formas habituales de su tiempo: sobre los temas del desengaio, de la muerte, de la caducidad dela vida y dela ma esperanza al ado de os del amoro del “amos loco” (0 "mest flocon, « io Quevedo). Son temas ~donde ciertamence ella dejs hulls de su coraz6n~ que componen Je macera sud ‘oda de lor més graves ¥ penetrantes sonetos de Sor Jua In cual ~y es significative, como para conflrmar su asent tmiento ala poesia del iempo, no vaca en intercalar met foras sfenasy hasta versos enteros de otros en su obra poste ce. También lo veremos aqui suficientemente, "Algo seh vst ya: en Los versos de romance (octoslabos) Son Juana nos ha taostrado a menudo fy nos mostrsd a) vincraracapacidad para hacer estar su mecaforimo en bre- ves eaquielas relampagueantts, Pero es preciso afadis a vs oc divecsos ejemplos de metdforas:‘cenizas de disimulo Pradbran amuntes ardores; “ia locura de los ramos”s “bri; fade Bagimientos” (que secuerda el “edificio de quimerss” de Quevedo); as “informaciones de bronct’s "el verde tozn0 del tiempo’s “ayunar de tas noticias’: *yibrando laces el prado; sped con mentales grisos’s “en caracteres de ster~ fies conceptes de Luz produje”; 0, per timo, hablando de qe minas mecicanest “de sus abundantes venas / desangea os minerales", y asf sucesivamente.2*® 'Y cuando de los romances se pase a la compacta, perene cotiae ineludible arquitectara de Jos sohetos, veremos que ereas fuges o exageraciones de inteligencia vital y clereas foutmas radicalizadas de la expansidn barroca cuajan a veces eruna Icida apodietica poética, Es el caso del soneco “Deteare, sombra de mi bien esquivo”, cuyo delitio imagi- native examinaremos més adelante, y que sélo ¢s compara- bie con le mds desenfrenada modalidad de Quevedo. De voudas formas, para honrar el paso del octosllabo al endect- Sabo y dela estructura abierta del comvance a Ia estructura cerada de: soneto, tengo por significative a comparacion. cure el soneto que lleva por titulo “En que satisface un rece- Te con la recérica dei anto” y al romance “Con qué, en sen tidoeafectos, prekideal dolor de una ausencia”, Tanto en eh foneto como en ef rornance el tema es el siguiente: fe mujer {la que dice "yo" en ambas composicioncs) tra de recobrar Glashiotinseguro (por celos 0 frialdad) det hombre, a través Go tGermostracion visible? de su llanto, confiemaciéa de st earifio y de su dolor ante las sospechas y dudes del hom- bre. . " ud ‘Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba, como en tu rostro y tus acciones via que con palabras so ce persuadla, que el corazdn me vieses deseaba; y Amor, que mis intentos ayudaba, vencid lo que imposible parecla: pues entree Ianto, que el dolor vertla, el coraxén.deshecho destlaba, Baste ya de rigores, mi bien, baste: ‘no te atormenten mis celos tiranos, niel vil ecclo tu quietad contraste con sombras necias, con indicios vanos, pues ya en lguido fiumor vite cocaste ai eorazbn deshecho entre tus manos. ‘Aun cuando las indicaciones de amor sean. muy sinilares en el romance, la sicuatida descrita es un poco distinea: mientras queen el soneto el dolor estd proyocacio por una lncomprensién momeatdnea pero localizada en el lempo (esta tarde”), tn el romance en cambio es fruto de la par- tida del amado. Y no sélo eso: el romance se configura como epistola escrita al “dulce idolatcado duefio” de su cora- én y se confla por ende "2 los tists rasgos’ “de mi wate plasm’, ragos “nunca /'con mas fasta causa negros” (donde i “negros” es sefial de duele y tristeza, as{ como, obvia- mente, dela tnta con que esta escrito), , sin embargo, de inmediato se pasa del escribir al “habla:”, al ofr y ‘al mirary - . Hablar me impiden mis ojos: yesque se anticipan ellos, ‘viendo lo que he de decire, adecirtelo primero, Oye la elocuentcia muda que hay en mi dolog sicviendo {os suspiros, de palabras, las légtimas, de conceptos, Mira la Bera borrasca {que pasa en el mar del pecho, donde 2ozobran, a mis confisos pensamientos.° us En summa, en el romance la mujer transmite al hombre arnado Jas mismas expresiones de dotor y emocién que en el sone- to, en cambio, se producen “en presencia” de él, Pero la co pacacién, creo, no serfa tan significativa si no implicase, tuna y otra composicién, la concrecién de los sentidos: la vis y elovdo en el romance, la vistay el tacto (“visre y toces ‘nel soneto, Y que en ambos se hable o de "retSrica del. to o de “elocuencia muda” de las ldgrimas, dando a los cdeminos un sentido doble, real y virtual, podtico y de p tica, metaliterario, en fin. . “También por ello (y vuelvo al soncto) me parece sinto- tico que en esos versos Sor Juana lleve alas times con- Secuencias una forma metaférica tomada de un dicho popu- lary por ende lexicalizada ("deshacerse en ldgrimas”, 0 “des- hacesse el corazén en lagrimas’, coma dicen jos dicciona- tos), en vistd sobre todo de los contactos que eile establece con Géngora y Herrera, Mientras que en Géngora, con “Sus- nos triste, grimas cansadas / que lanza el corazén Jos ojos [iever? 2" o bien, en versidn sutra, coa “Mientras Corin- wo, en égimas deshecho / a sangre desu pecho vierte en vyano",25" ja forma lexicalizada aparece o delicadamente alu- dida y transcendids o,direcra y toscamente asumida; en Herrera no sélo tenemos mds de.una vez. “triste humor” y “rises lagrimas’, sino versos corno “En ligeimas deshago el triste canto /y en elias ya debfa estar deshecho / el duro core- 26n, que sufve ante”. Sefal de que la forma prebatroca herre- tana y la forma ulerabarroca sorjuaniana acaban por aseme~ jase extrafiamence: Je primera porque es casi.anterior ala lexicalizacién; la segunda porque exagera y hasta sobrecarga tal lexicalzacidn, Por oxea parce, la fascinacién ~y en parte la debllidad de aquel “corazén deshecho”, ya anticipado en el octavo verso= de nuestro soneco esté cabalmente en le exes~ pezacién de los signos metaféricos, tal y como se concentra fen los dos dltimos versos y como lo va preparando el verso “que el corazén me vieses deseaba’, en conjunto casi une ansposicién a oSdigo lingilsice y podtico de une pintura ‘o escultura dela época, en especial de las coloniales, con sus toques de hipesrealismo, rostros lacrimosos y corazoncs des- hechos, conseguidos com slave deestucos? codgulos de laca rojo sangre.2™ ; “ahora bien, sila exageractén de los datos metafbricos tra- |, acaba por resolverse, en cam- fo, en una mucho més honda cransfiguraci i legorizada en el soncto 165: Teuciin Fnisicsy Detente, sombca de mi bien esquivo, Jmagen del hechizo que mis quiero, bella ilusidn por quica alegre muero, dulce ficciSn por quien penosa vivo. Sil imdn de tus gracias, atcactivo, sieve mi pecho de obediente acero, apara qué me enantoraslisonjeco si has de buclasine juego fugitive? Mas blasonar no puedes, satisfecho se qu uta densa an que aunque dejas burlado el gue te fame fees cop? poco importa burlar brazd\Jecho site labra prisién mi fantasfa. aplora yluego, al final, reivindicael poder de suam deapisonar coals imaginacién asu hombre, ta esque ae grstende hur de cla ods cota, como un suténco Pe. este santo pertnect por ee a Sor juan, como ha phserido poidvamenre Pao, bee tod cn final donde a pots ele con un seapiago de dignded y orgullofeme- slot Bl que ella haya inventado semnejante'situacién, que sélo como situacién corresponde a la tradicién barzoca {la mma de Quevedoenelsene“A fugldvarsombras doy ab zof, recorded, con otos vatios puss exeldes de Calde- sin sales not de Méndes Hanan ales One comple ice sino conficmar| i it $ tolac spo copfraroanee dicho, pues en ninguna dees Por lo dems, ena rigurosa estrucruracién del soneto, bas- do enna serie de contraposiciones simples o compuestas am- See aan ection, bela ienalegr tr dee Tinponva seo, cc), que cer con a pelabra fea dadéro climax de la comy josicién,?>> asl como en las indica Renes de ‘paventeseo"ofteidss por Méndez Plancatt ( en Janota ya citada), se sevela coda Ja abierta litecarureidad de Sor Juana Y dea resulta mds evidente que: nunca alld donde reto- Jeane mnienvo del soneto e inicio de otra sonero ya conoci- aaa ee taie Marla dela Plaza, cayo primer versoes "Arman. cor et heade mibien equiv", Lo cual significa que Sor weya tela eich, bebe muy a menido en a poesia Feciones pata llegura otra posta y ote Se'dn. Q, mejor ds siempre est dispuesta a ‘vivir {a Ficcién hasta sus ultimas sonuencias ~teattal 0 dramséticamente consumada en su i Genus pofunde~a través de “excitacionesintelecrule fa puineo que atoll ( en esto tiene de nuevo razén Bl ‘Aguinaga) ls propio valores queen oras pares parece car eanquilemente y coropartr sustancialmente, senSco ole eoeapa aq al lector ateato una nora de con ants aunaque vigoross sensualldad en las expresionss aaraasor alla como ess repevicion dela palabrs “poche! Seen 7 be decbedidate sce” 9 "poce impos budat Me Mecho" Sensualidad y sentido axético que e halla~ ares remo en otros momentos de yerdad de su postla, ‘como bien ha sefialado en su libro Octavio Paz.256 "Algunge vesos comados aquly alld dejan incluso perple- jorllbetor -ora aualdo por In Sceién, ora por la probeble 30 Fd de losseatimientos, ora por el acificio y la alegora, Wig por frances onprsiones de amot.As{ocurre cuazido se adentra en la jectura del romance n° 3 (O.C, vol. I, pp. 9- Teer ap por entexo als eels, se dene en versos de este tipo, donde se habla de la “fiebre”-de los eelos: Dela fiebreardiente suya son dl delitio més certo que, como estn sin sentido, Sublican lo mis secreto. Y.eso mismo ocutre con.ui verso de un soneto donds del aaorse aflema "que dafia lo que fala y lo que sobra'™? 0 18 i \ 1 donde describe a una perso: “ done descbe a ua pong pret del amor come “Toda Poemas dé amor sin velos Nadie puede creerlo, Nadie puede creer que imaginacin se nuttan de ide Sou bea i ate se crusasy més “iaventadss” Fantaslas amozosas de Sor Juana se apoyan en un oculzo aunque imperuoso exorismao. Que eimpero ala luz tiene aud Parma través de forts ind dase indicectas, basacas en el neoplatonismo de ral r centista, donde el amor suele asumir rostros diverscs menucos embiguos, oblicuos, ambivalentes, con ramifi cfnes quelle ara horton es a. gph demons portent queslos vena ya aque Hay cosi como saber que ya dapendo de nadie, que he de moriemey vivieme cuando & mf se me antojare? Que yo soy toda mi especie yquea nadie he de inclinarme, ues cualquiera debe solo amara su semejante? ‘vetsos que son una respuesta a ua “caballero det Pert” I x r a er” ega- cehact a poco a ue Eipat, el eulleesponde asm vw para usar en ambos sexo de versos bermaftodits...3? donde se capra uno de los caracteres del amor ostentativa- meate ‘neutro" o asexuado, aunque en realidad cargado de ror erotic eC zt fen cus, como es el que surge en ciesta poesta de Sor Y¥ que ora se configura de este modo: 4119 Ser mujes, ni estar ausente, ‘no es de amarte impedimentos ‘pues sabes vi que fas almas distancia ignoran y sexo ons de este otzo, mucho mis vehemente (donde ya est impl- Gada sa fuerte amistad amorosa cos la virrein Yaunque en los Prfnacipes todos ce costumbre tan used dat por Pascuas libeivad alos que en prisi6n se hellan: yo, que en as dulces cadenas de vuestias luces sagradas, adonde, siendo precisa, es la prisién voluataria (donde es oro Ie cadena que adorna a.un tiempo y enlaza y joyeles de diamnanses fos candados que la guardan), vivo; no quiero, Sefora, . que con piedad inhumana she despojéis de las joyas on que se enriquece el alma, sno que engi pret que yo, de mi bella gracis, oF ¥0s atzojaré mi Ebezad por la ventana 2 O bien, lamersindose porque # causa desis obligaciones le resulta imposible vera, se silge con estos vers0s: {Que no he de ver ta semblante, . gue no he de escuchar cus ecos, gue no he de gozar tus brazos | - ime ha de animar ta alientot*™ ‘Acrodas las voces de la pasibn Sor Juana ~prolija y sobrea- bundantey no pocas veres también desordenadamente flue yente les ba puesto un filtro (0 una mascara) de pure yer inacién, confundiendo no en vano los “religiosos incen- 120 dios” con los laicos (como Fura de cescate), como oBsecva Paz en el titulo del capfeulo citado, y en los versos y en el romance (uno de las més encendidos de amor ala viereiaa - ‘Macla Laisa, condesa de Paredes, a quien llama ora Lysi, ora Fis, ora Liserda) donde aparece cabalmente esa expresisn.2% Hla sido decisiva, en este dmbito, la intervenciéa de Antonio ‘Alasorre, quizés el pritaero en indicat la anomalfa de esa “Advertenela que extrafiameate precede ~como nota precau- ‘ora, 101 petite a una see de romances dedicados ala belle- za de Ja vitveina y a los homengjes que le inde Soz Juana en nflamados versos. Y ha sido el primero en sefialar como “poema erdtico” el romance dodecasflabo (n° G1) que se ini- cia con los versos: . Lamina sicva el Cielo al retrato sida, de tu angélica forma. y que se situa "Pinca le proporcién hermosa dela Bxccien- disiina Condesa de Paredes’, usando la ya citual (@ partir de Petrarca, o antes de éste) “panorémica” del cuezpo femeni- no, partiendo del cabello para llegar alos piesde aquel cuer- po tan soberbiamente "venerado" y dorado, . Es suficiente con reproducie aqul sélo-algunos de los ver- sos sobrecargades y desbordances —sensuales, en suman, donde la primera palabra de cada verso, esdrijla, impone tun temo p:ecioso y amanezado, capaz de producit conjun- clones atrevidas e inéditas (que no podfan por menos de agra- dara Geratdo Diego, al cual lo eligid para su Antologls pot- aa en honor de Géngora de 1927). ‘Chtedras del Abril, tus mejillas, disicas dan a Mayo, estudiosas: mérodos a jazmines nevados, formula rubicunda alas rosas. mas del Aurora congela, bricaro de fragancias, eu boca, ribrica con catinines escrita, dldusala de:coral y de aljsfac2® Porlkimo en otra compoticibn, inspicada e iénicaes0 dice al ticulo-a Jacinto Polo (le composicidn es el poco used = 121 Ugo), donde “pines en jocoso numen una bellesa’, que es a inolvidable Lisardat 2s, pues, blanca y hermosa con exces0, porque es de carne y hueso, pode soar ai plac: que es quimers, que a una estatua servi sdlo pudicra.26° Dos sonetos escritos al margen de dos retratos En dl ovillejo recién. ciao Set Jane, como sha visto, pare de acinto Polo, el cual wtlizaba en diversas composiciones eee cous ostcicas (por ejemplo en la Fable buclesca dt Apolo y Dafise, citada en nota por ‘Méndez Plancarte) y que; ‘in Cosslo7 fiece varios cemplos de cémno una esol sicavse caricatutiza a s{ misma’ Sor Juana, ¢n suma, no vac inen aduetiarse de versos eaeres de otros ages Lo habla , explicitamente, en el romance n° 3, “Sies causa areca rerordando ene ticulo el nombre de Jost Pérez Be Montoro, “uno de los més célebres poctas de este siglo" (0), Yahors, apart de inspirarse en Jacinto Polo, repite dos famo- gos veaos de Garcllaso, sustieyendo la palabra "prendas” por Ja palabea “luces", come si citase: de memotia: Oh dulees luces, por mi mal halladas, ulees y alegtes cuando Dios querla..# “También en los sonetos que me dispongo 2 transcribir y comentat, Sor Juana s¢ apoya palmariamente en dos versos qjenos, uno como veremoe~ bastante oflebre y ot0 to wrenos, aunque igualmente revelador y felizmente elegico, Los des sonetos, como se dice en el tfculo, estén suscitados pot la isin desu zeratoy se incuyen n ls diverse come posielones que en la ép0ce dedicaban los poetas al desengae yea la desiusion (vital y amozosa) y 2 las apariencias engar fosas ¢ lusozias de les imagenes pictéricas. He aqui el primer soneto (n° 145): Este, que ves, engefio colorido, que del arte ostentanto los primores, 422 con falsos silogismos de colores es cauteloso eagafio del sensida; éte, en quien Ia lisonja ha pretendido exeusar de los afios os horrores y venciendo del tempo los rigozes triunfar de la vejex y del olvic lo, es un vano artificio del culdado es una flor al viento delicada, es un resguardo inti! para el hado: es.una necia diligencia exrada, es un afin caduco y, bien mirado, es caddver, és polvo, es sombra, es nada. El verso casi enteramente recuperado 0 citado es este tiltimo, puesto ya por Géngora al final de un soneto famoso, el que empiezacon Mientras por competir cons tus cabellosytezmina justamente con el verso: en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada? Pero mienteas que el soficio gongorino, preclaro ejemplo de Un juego de cottons de cit tino (cto tae dos dela naturalera y cuatro del cuerpo dela mujer) se cetra- ba con cuatco tétminos y el conclusive (y decisive) nada, el de Sor Juana se basa no sélo sobre una cotrelacién (los cinea ss analéricos al principio de los versos se cozresponden con Jos cuatro ¢s del verso final -siempre con ese nadat con una auténtica funcién de “aniquitacién”), sino también en una serie de ox{moros, aquf anticipados al cuarto verso, (“es cau- teloso engafio del sentido”), que en parte debilica el belisi- mo crescendo final, La sustitucién del término “tierra” (que estaba en Géngota) por el vocablo, muy caro a Sor Juana, “cadiver’, con su acento levemente anémalo (para un ende- castlabo) hace que se rompa, con un afiadido que podrlamos denoriinar ulerabarroco, dl secomo del imo cuarteto que corre hacia su cimax27? Con todo, me patece mucho, pero mucho mds indicati- vva (por diversos indicios) esta teadencia de Sor Juana ~entre el narcsismo y la soledad~de consteuir un soneto del deser- rao tomando como pretexto un cuadro que la represenca la indicacida estén el titulo del soneto, donde se habla de 123 (Cun texcato de la poetisa”) y por tanto casi a costa de su misma persona. . La misma consideracién, zunque el centro de la desile- sidn sn aq la Eoperaneafrostada ooboe a ate cel esi, “A la Baperatiaa, escrito al margen de uno de sus zettatos”) se puede extraer de otro soneto que posee caracteres muy esti Imulantes y en ciertos aspectos hasta reveladores. Este es: Verde emmbeleso de la vide humana, loca esperanza, frenes! dorado, suefio de los despiestos intrincado, como de suetios, de tesoros vanas alma del mundo, senectud lozans, decréglto verdor imaginado; el hoy de los dichosos esperado de les desdichados ol mafienat sigan ta sombra en busca de tu dla los qus, con verdes vidrios por anteojos, todo I> ven pintado a su deseo; que yo, mis cuerda en a fortuna mia, tengo cn entrambas manos ambos ojos * yy solamente lo que toco veo. Ances de ninguna otra observacidn, me interesa sefialar que cambién en esta composicién Sor Juana toma ua verso de Herrera casi entero, En efecto, donde escriber que yo, mds cuerda en le fortuna malay Herveca habla aeuftado el verso: : Yo ms dichoso en la fortuna mafa.27 De todas formas este soneto, ahors incluido en todas las edie cones, nunca fe recogido en las obras de Soc Juana, ni siquie- raen ef volumen péstumo, Se lee, en cambio, en tuna ins cripcién que aparece en el retrato que pinté en 1713 0) Juan deMiranda, deduciéndolo quizd de otros retratos y fecuer- dos de Sor Juana para el convento de San Jerénimo.7* Debo a una nota de insdlica precipitacién de Paoli ("la lectura teansmitida del v. 4—como de suefos, de esoros vana~ 14 Ap gear? : ‘ethan pala f ates reasieer on ue vinta Ficuna 1, Optsculo del Sern det Mandate dal ‘Antonio Vieka 5081699), (Vaaep 31 een ee LIBRO PRIMERO DE LOS BNULEMAS DE Dee aetna rie go lee ‘Delin be 9 eeede Froura 2, ilusceacién del Libro de lor emble- ‘mas (1522), de Andrea Alciato. (Vaaie p. 98 del rexto,) figum a. Bebe queaparee ena line plier (1618), de Jacob Bruck, (Véatep. 238 0. 279 del texto.) WEI ser te Ser cettidambre de ta vida humana : . Dixo Epicermo, Mira la prudente Meno evn jes, Por ereer ki gve ve tan solunenis, Mira cl-Polso, sefal de la onciana TFeweplensa, con el qual apirear’ pada ° Herdetice det ido, Ficuna 4, Emblema dela oculara manua de Ait Eguye Emblem dels ele manus de Alito, (Vite p. 238 Ficus 3b, Ou de los emblemas de Bracy qu Sor Juana ove presente en sus esritos, (Véasep. 238 n. 279 del texto.) 1 necio no diffier’ si-esta callando De aquel en quien est toda cordura. La lengua y vor. descubren en hablando (Como sefial del pecho) su locura. Luego encubtirse su boca certendo Al necio cosa es cierta y muy segura, ‘Tomando la figura de aquel sabio ' Que’ a callar muestea con el dedo af [abio. Figura 5. Emblema de Aleiato donde se retcata al sabio egipsio HlarpSeraice sncado ante ra esctanka con el dedo en los abiow (Vaase p. 132 del vxto,) Ficuaa 6. Neptuno y Anfiiee Frontapicio del bro Le amar Pere re ety ac Vines Cara Ode 1A A Mast 1570, te Vin Cat oe FicuRa 8. cro emblema de Alciato utiliado por Sor Juana. (Vee p. 134 del texto.) eeagd, Fe anges romera erneras roakanewarepane, Ficura 9. Emblems del ciervo herido extraldo de los Emblemar arn Faragors, 1600), de Sanita ds Cova, (Vane p. 135 exte, std seguramente corrompida porque no tiene ua sentido racional, Ei verso eamendado por nasouos, etc"), la refle- xién sobre este pasaje y por ende la comprensién completa del soneto, donde los versos 3 y 4 juegan con las distineas acepciones de la palabra suelo (como ya advertla Paz, en un faseys cdo enla p90) No cca! ademés quete zal Za aparezca la segunda vez en plural (coma de mefies) paca cotifirmar su uso mds frecuente en el sentido de “ilusiones, quimeras, etc.". Un suefe-vacto de suefos... hay algo més Barroco que este "juego” de Sor Juana? Dirigido ala esperanca} inmediatamente definida “loca”, y“embeleso”, “Frenes!", “suefio", “seneceud’, etc. ¥ cons truido en la arcada de un solo y largo peciodo,?” el soneto aparece sumamente sencillo incisivoy, en los tercetos, hasta carnado y crudo, También equi, hasta e inicio del segun- do terceto, la habitual Jinea conceptual del “desengatio” bartoco parece eaperda y.sepuld: ys penin quel con clusiga no puede sino serla de siempre: [a colizaria y herci- ce del implicito reconocimieato de la falacia de la esperan- 2a, de la sobreentendida certera de una vida sobsenatural 0 de la arnarga constataci6n de la inutilidad de todo esfuerzo ‘humano, Pero a partir del segundo terceto (“que yo..") s¢ produce algo que es infrecuente ver en una poesfa expatiola del siglo 0/0 (ai siquiera en ciertos desesperados desiertos de Quevedo): . gica de erna mis ther. (Véanse pp. 82 y 140 a3 s85 suk bag que yo, mis cuerda en la fortuna mala, en entrambas manos ambos ojos y solamente fo que toco veo, No sélo Sor Juans usaa su modo en el primer terceto la frase de Gracidn “ni hay anteojos de colo:es que asf akceren los objetos como Jos afectos",*” sino que transforma también clemblema de la ocwlate manus, credent in quad vider de Aleiato, tantas veces citado por Gracidn,27%en la afiemacin nica de una directa percepcién sensible y concreramente visual: no dice “creo en lo que t0c0", sino “veo lo que taco", Invertido aqul, casi con espiritu blasfemo, el fumeso mite ma de Santo Tomés, y superando todos los /mpossbilia de la ortodoxia carblice, Sor Juana reafizma en los tltimos versos el poder de la personalidad humana, incluso contra la volun- t i i q25 radde la “fortuna” (y de I providenci), la validez dela expe- riencia sensible, ere, Sor Juana expresa y esboza ea tlio ‘extiemo algo que se asemejaa la “duda metédica", Se com- prende, pues, que el soneto no aparezca en las obras impre- sasen vida ni en las péstumas! Esto ya se intufa en los replie- ues del romance “Finjamos que soy feliz! 277 En dicho romance se leen versos como éstos (vv. 41-44): Paea todo se halla prueba yrizén en que fundarlo; y no hay razdn para nada, de haber razén para tanto. ~ ‘Veisos que Rivers comienta ast “Escepticismo sadical, expre- sado con la ingensidad tlpica del conceptistno escoldstico espatiol’.27 Pero véanse también ls endechas que se inician con {os versos: ‘Ya, desengafio mio, llegasteis al extremo . que pudo en vuescro ser verificar el serlo, Por lo dems, que en el soneto se definaa la esperanza como “alma del mundo” no me parece det todo cortecto desde el punto de vista teologal. Se da, pues, el caso de que en "Verde embeleso’ hemos ascendido a las cimas dela alegorfa transfigurante de la poesta de Sor juana, En el soneto se hia derramado de nuevo ea poe- ~’ sla toda la carga simbélice y figural del emblema, peio ésca también ha dado. lugar dos opciones slo en apariencia con- tradictorias: por un Tedo, a una desconflanza hacia cuento no * seasensiblemente verifiable, contra toda ilusién y toda som- bra sin esperanza del probable dla; por ot¢a, 2 una confianza cn las posibllidades de la fantaslacreativa, concentrada en su enezgfa visual. La zona del libre albedrfo se dilara también en dos ditecciones diversas y divergentes, aunque no contra puestas ni que se anulen [a wna a fa otra, A una fe enteramen- te humana responde un extzemado desencanto, igualmente hrumano y nada més que humano, Llegados a estes cimas, advertimos en pocas palabras~ que se han derrumbsdo los ltimos esquemas y obstéculos Gativa personal y tertena. Y tam sién podtica algo sea resquebrajado, se germen ha hallado, su camino, Ys hu, ue se intespontan ancels n= im en el campo de le expae. ha roto, y el nuevo

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