=
Agu Trot. =
Roald Dahl =
1 Quentin Blake
En a vida del setor Hoppy hay dos
Uno son las flores de su balcén. El otro
es su vecina, la seRora Silver. ;Pero es un
secretol Ella solo esta pendiente de su
tortuga Alfie, que crece muy despacio, El
seftor Hoppy quiere hacer feliz ala sefiora
Silver. Qué se le habré ocurrido?
Agu Trot
listraciones de Quentin Blake
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eta deat dnart neon
DAHL Sesasdtroudoa
08 de sor gnerados por
doar =
QLas obras de Roald Dahl
no solo ofrecen historias apasionantes
Sabias que un 10% de los derechos de autor* de este libro se destina a
exe naneiar la labor de las otganizaciones benéficas de Roald Dahl?
Pettvellous 1a Roald Dahl's Marvellous Children’s Charity
CMitren'scharity” existe para mejorar la vida de los nifios gravemente
enfermos porque todos los nifios tienen derecho a una
vida maravillosa. Esta maravillosa organizacién benéfica atiende a miles de
niftos con desordenes sanguineos y dafio cerebral adquirido ~cuestiones
todas ellas cercanas a Roald Dahl a lo largo de su vida~ mediante enfermeros
especializados, equipos o juguetes destinados a los nitios del Reino Unido, 0
ayudando a los niftos del futuro a través de investigaciones pioneras.
{Quieres hacer algo maravilloso para ayudar a los otros?
Mas informacién en: www.marvellouschildrenscharity.org
www.roalddahl.com/charity
‘The Roald Dahl Museum and Story Centre tiene su sede en
Great Missenden, localidaddeBuckinghamshirecercanaaLondres
donde Roald Dahl residié y escribio muchas de sus obras. El museo,
cuya intencién es fomentar el amor por la lectura y la escritura, alberga
el archivo tinico de cartas y manuscritos del autor. demas de dos galerias
biogréficas que ofrecen grandes dosis de diversién, el museo cuenta con
tun centro de relatos interactivo donde familias, profesores y alumnos pueden
explorar el emocionante mundo de la creatividad literaria.
www.roalddahlmuseum.org
Roald Dahl's Marvellous Children’s Charity (RDMCC) es una
organizacion benéfica registrada. Niimero: 1137409.
‘The Roald Dahl Museum and Story Centre (RDMSC) es una organizacion
benéfica registrada. Numero: 1085853.
‘The Roald Dahl Charitable Trust, organizacién benéfica recientemente
establecida, apoya la labor de RDMCC y RDMSC.
* Los derechos de autor donados son netos de comisiones.nal: ESIO TROT
ahl Nominee Ltd
Dela tradh
ign: 1977, Ramén Buckley
Santillana del Pacifico S.A. Ediciones
199 piso 10, oficinas 1001 y 1002
Providencia, Santiago de Chile
Fono: (56 2) 2384 30 00
‘Telefax: (56 2) 2384 30 60
781-1303
www santillana.c1/lij
és Bello 2
Cédigo Post:
ISBN: 978-956-15-2644-0
Printed in Chile. Impreso en Chile
Primera edicién: septiembre de 2015
Mas de 25 ediciones publicadas en el Grupo Santillana
Direccién de arte:
Crespoy Rosa Marin
Proyecto grafico:
Marisol del Burgo, Rubén Chumillas y Julia Ortega
Iustracién de cubierta:
‘Quentin Blake
‘Todos los derechos reservados.
Este publicacién no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni regis
tada en, o transtnitida por, un sistema de recuperacién de informacién,
en ninguna forma ni por ningiin medio, sea mecénico, fotoquimico, elec-
‘trénico, magnético, electrodptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el
ppermiso previo por escrito dela Editorial.
Agu Trot
Roald Dahl
Ilustraciones de Quentin Blake
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BPO
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Eye We eee nen
SANTILLANA Q)A Clover y LukeNota del autor
Hace algunos atios, cuando mis hijos eran pe-
quefios, soliamos tener una 0 dos tortugas en
el jardin. En aquellos tiempos era corriente ver
alguna tortuga doméstica arrastrandose por el
césped de la casa o en el patio de atrds. Se po-
dian comprar muy baratas en cualquier tienda
de animales y eran, probablemente, los menos
molestos de todos los animales favoritos de los
nifios, y completamente inofensivas.
Las tortugas solian llegar a Inglaterra a mi-
llares, embaladas en cajas, y procedian casi
siempre del norte de Africa. Pero no hace mu-
chos arios se promulgé una ley que declaré ile-
gal traer tortugas al pais. Eso no se hizo para10
protegernos. Las tortuguitas no representaban
un peligro para nadie. Se hizo simplemente por
én hacia las propias tortugas. Lo que
consider
pasaba era que los comerciantes que las tratan
lian meterlas a la fuerza, a centenares, en las
cajas de embalaje, sin comida ni bebiday en con-
tones tan horribles que muchisimas de ellas
se morian durante el viaje por mar. De modo
que, para impedir que aquella crueldad conti-
nuara, el Gobierno prohibio todo el negocio.
Lo que van a leer en este cuente ocurrié en
los tiempos en que cualquiera podia ir y com-
prar una tortuguita preciosa en una tienda de
animales.
El sefior Hoppy vivia en un pisito en lo alto
de un elevado edificio de cemento. Vivia
solo. Siempre habia sido un hombre solita-
tio, y ahora que estaba jubilado se encontra-
ba ms solo que nunca.
En la vida del sefior Hoppy habia dos
amores. Uno eran las flores que cultivaba en
su balc6n. Crecian en macetas, cajas y ces-
tos, y el balconcito se convertia en verano
en un derroche de colores,
El segundo amor del sefior Hoppy era un
Secreto que solo él sabia.12
El balcon que habia inmediatamente de-
bajo del balcén del sefior Hoppy sobresalia
del edificio bastante mas que el suyo, de
forma que podia ver siempre muy bien lo
que pasaba alli debajo. Aquel balcon per-
tenecia a una atractiva sefiora de mediana
edad llamada sefiora Silver. Era viuda y vi-
via también sola. Y, aunque ella no lo sabia,
era objeto del secreto amor del sefior Hoppy.
Este llevaba muchos afios amandola desde
su balcén, pero era un hombre muy timido
y nunca se habia atrevido a hacerle la menor
insinuacién de su amor.14
Todas las mananas, el sefior Hoppy yla
seniora Silver sostenian una educada con-
versacién, él mirando hacia abajo desde
arriba y ella mirando hacia arriba desde
abajo, pero eso era lo tinico que pasaba. Es
posible que la distancia entre sus balcones
no fuera mas que de unos metros, pero al
sefior Hoppy le parecia de millones de ki-
lometros. Tenia muchas ganas de invitar a
la sefiora Silver a tomar un té con galletas,
pero le faltaba el valor.
Como ya he dicho, era un hombre muy
timido.
«Ay, si por lo menos —solia decirse—, si
por lo menos pudiera hacer algo estupen-
do como salvarle la vida o rescata
pandilla de maleantes a
menos pudiera
me convirtiera
menos...»,caparaz6n todas las majianas, susurrandole
palabras carifiosas.
Alfie Hevaba afios con la sefiora Silver y
vivia en su balcén verano e invierno. Habia
tablas en los lados del balcén, para que Al-
fie pudiera andar por alli sin caerse por el
borde, y en una esquina habia una casitaen 17
la que podia meterse todas las noches para
estar calentita.
Lo malo de la sefiora Silver era que daba
todo su amor a otro, y ese otro era una tor-
tuguita llamada Alfie. Todos los dias, cuan-
do el sevior Hoppy se a il bal
veia s a18
Cuando en noviembre llegaba el tiempo
mas frio, la sefiora Silver llenaba la casa de
Alfie de heno seco, y la tortuga se metia
dentro y se enterraba profundamente en
el heno para dormir durante meses de un
tirén, sin comida ni bebida. Eso se llama
hibernar,
A principios de primavera, cuando Alfie
sentia a través de su caparazén que el tiempo
era mas cAlido, se despertaba y salia muy des-
pacio de su casa al balcén. Y la sefiora Silver
palmoteaba de jubilo, gritando: «jBienvenida,
carifio! ;Cudnto te he echado de menos!».
En momentos como ese el sefior Hoppy de-
seaba mds que nunca poder cambiarse por
Alfie y convertirse en tortuga.
1920
Y ahora llega- ei
mos a una her- ox a
mosamafiana < ‘4 MG
de mayo en “2
que ocurrié
algo que
cambié y lle-
né realmente
de excitaci6n
la vida del sefior
Hoppy. Fue cuando
estaba inclinado sobre la
barandilla del balcén viendo ala
sefiora Silver dar de desayunar a Alfie.
—Toma este cogollito de lechuga, amor
—decia ella—. Y esta rodajita de tomate
fresco y esta ramita de apio tierno.
—Buenos dias, sefiora Silver —dijo el
seior Hoppy—. Alfie tiene muy buen aspecto
esta mafiana.22
—jA que es preciosa! —dijo ella, miran-
dola con expresi6n radiante.
—Preciosisima —dijo el senor Hoppy sin
conviccién. Y luego, observando el rostro
sonriente de la sefiora Silver que lo miraba a
su vez, pens6 por milésima vez en lo guapa
que ella era, lo encantadora y bondadosa y
amable, y el corazén le dolid de tanto amor.
—Me gustaria tanto que creciera un poco
mas deprisa —decia la sefiora Silver—.
Todas las primave-
ras, cuando se des-
pierta de su suefio
invernal, la peso <
en la bascula de la
cocina. jY en estos
once afios que la tengo no ha ganado mas
que cien gramos! jNo es casi nada!
—sCudnto pesa ahora? —pregunto el se-
for Hoppy.
—Solo cuatrocientos —respondi ella—.
Casi como un pomelo.
—Bueno, las tortugas crecen muy despa-
cio —dijo el sefior Hoppy solemnemente—.
Pero viven cien afios.
o sé —dijo la sefiora Silver—. Pero me
nto que se hiciera un poquito ma-
iquitaja.
ece muy bien tal como es—jQué va, nada de muy bien! —exclamé
la sefiora Silver—. jImaginese cémo debe
de sentirse siendo tan poquita cosa! Todo el
mundo quiere crecer.
—Le gustaria realmente que se hiciera
mayor, gno? —dijo él y, mientras lo decia,
24 su cerebro hizo de pronto «clic» y una idea —Seiiora Silver —dijo—. La verdad es
se precipité en su cabeza. | que sé como hacer que las tortugas crez-
—jClaro que me gustaria! —exclamé la se- can mas deprisa, si eso es lo que realmente
fiora Silver—. jDaria cualquier cosa porquecre- quiere.
—¢De veras? —exclamé ella—. jDigame-
tes tan enormes que la gente Jo, por favor! 3A lo mejor es que no le doy
se puede subir encima! (Si de comer las cosas que le convienen?
Alfie las viera se a —Hace tiempo trabajé en el norte de
Elce A onté él—. De alli es de donde
V las tortugas de Inglaterra, y
» una tribu me revelé su se-
Giera! [Pero si he visto fotos de tortugas gigan-
&
¥
25Al oir las palabras «seré siempre su escla-
va», el sefior Hoppy sintié un escalofrio de
excitacion.
—Espere —dijo—. Voy a entrar para es-
cribirle algo.
Al cabo de unos minutos, el sefior Hoppy
estaba de vuelta en el balcén con un papel 27
en la mano.
—Se lo bajaré con una cuerda —dijo—
para que no se vuele. Ahi va.
___ La sefiora Silver cogi¢ el papel y lo sostu-
‘sus ojos. Lo que leyé fue esto.28
AGU TROT, AGU TROT,
jETZAH ROYAM, ROYAM!
jECERC, ETAHCNIH, EBUS!
jETATNAVEL! |ETALENI! |EDNEICSA!
jELLUGNE! j|APMAZ! |ETARROF! jAGART!
iADROGNE, AGU TROT, ADROGNE!
jETALLORRASED, ETALLORRASED!
jEMOC NU NOTNOM!
—éQué significa esto? —pregunté ella—.
éEs otro lenguaje?
—Es lenguaje de tortuga —dijo el sefior
Hoppy—. Las tortugas son animales aay
enrevesados. Por eso solo
labras focutas al r
—Es verdad —dijo ella.
—También las demas palabras estan es-
critas al revés —dijo el sefior Hoppy—. Si
se les da la vuelta para ponerlas en lenguaje
humano, no dicen mas que:
TORTUGA, TORTUGA, 29
j{HAZTE MAYOR, MAYOR!
jCRECE, HINCHATE, SUBE!
| jLEVANTATE! jINELATE! ;ASCIENDE!
jENGULLE! ZAMPA! |FORRATE! ;TRAGA!
ENGORDA, TORTUGA, ENGORDA!30
—Creo que tiene raz6n —dijo—. Qué in-
teligente. Pero hay muchas palabras que co-
mienzan por «eta». ;Quieren decir algo?
—