You are on page 1of 16
BOLETIN DE CEDADE — APARTADO CORREOS 14.010 - BARCELONA (ESPANA) — ANO VIII. NUMERO 52 ~ MAYO-JUNIO 1974 APERTURA'74: Campatia demagegica de la-prensa capitalista contra GEDADE: “Guspensidn’:. del Congreso le duventudes Elropeas: = ee “GRRE oa so Sic S¥ado" 10a CEDHDE Presidente y Diector: JORGE MOTA Vicepresdente y Jefe de Prensa: Agustin Varzas Naiministrador: Ramon Bau Jefe de Secon: Antonio fedrano Sess Palacios Margarita Gumict Sond Marta Asenst BARCELONA. toga soca Teaciény aministecin cal Diecsion postal: Apartado de Coreos 14.010 MADRID. I. Palacios Local social calle Preciados, 37, 3° dcha,, Ey F Dizeceion portal Apartado de Correos 8.201 ALICANTE uel J. Vidal Apartado’ de Correos 630: CORDOBA Manuel Chacén-Calv, ‘Apartado de Correos 375 MURCIA eat Hemansaer Marqués dolor Vélez, 13 SEVILLA Felipe Mozo. ‘Apartado de Correos 8.089 VALLADOLID Javier Marti ‘Apartado de Correos 329 ‘Rémande Lesina ‘Apartado de Correos 3.122 ZARAGOZA dita: Cireulo Espatol de Amigos de Europa, CEDADE Registro Provincial de Asolaciones, secciin 18, ‘numero 163 (Barcelona) Registro. Provineal de Asociaciones, niimero Test (dna 'Exeneion de Director Perioisa Imprime; Planoprat. Aurora, 9. Baoclona, Dibpeat aero. CARTAS ABIERTAS Y COLABORACIONES Las cartas que tengan un interés general para ‘estresletores sean publicadas. Aquells que fe-envien eon tal fin, debevan leva la indies ‘iin "Parla seeciin Cartas e CED ADE" Tgualmente so aceptarin toda, las colabora: cones que versn sobre tomas tericos o de a: fualidad, siempre que estén en la linea de CEDADE au extlo sea correeto. Rogamos a huesiros colaboradores que adjunien a sus ex Crit el correspondiente material grafico (foto afi, grabado, dbulos etcetera). Pars ‘ambos eazos, CEDADE se reserva el de echo a no publica los trabajos que no Juzsue Binns Ja fetus coeciones deo jo que extime oportunas. Rogamos, por it mo, que earas y eolaboraciones so nos remitan etanogrfiada » doble espacio, Viejosinméviles (Soares, Cunha, Palma Carlos y Spinola). CEDADE ha sido noticia durante algunos dias y, para algunos perio- ddicos, noticia de primera plana. Una vez. més se ha puesto de manifiesto el odio, verdaderamente feroz, que sienten’ las fuerzas reaccionarias y derechistas, frente a cualquier inten- to de revolucién. Las fuerzas reaccio- narias siguen empefiadas en resucitar cadaveres muertos hace aiios 0 qui- 24s sighos, pero que son beneficiosos para ellos. Las fuerzas reaccionarias quieren una democracia liberal cadu- cay trasnochada, una democracia li eral que vive en ideas del siglo XVIII y que ignora que nos estamos acercando al XX1 {Por qué ese interés en caminar hacia el lberalismo? La razén es simple, El liberalismo es el paraiso del taimado, del bribén, del pillo, y es justo que los taimados, bribo- ies y pillos aboguen por su instaura- cion, Donde no existe el orden, ni la Gisciplina, aparecen los mercaderes ‘que engafan al pueblo, a los obre- ros y en definitiva alos que trabajan honradamente, con collares, bisute- ria u otras zarandajas, que tienen hoy formas distintas, pero que si guen siendo la misma cosa. Bl especticulo que hemos presen- ciado contra nosotros no ha dejado de ser sumamente ilustrativo. En un principio tres periodistas fueron los responsables de la prohibicion del Congreso; fue entonces cuando pu- dimos constatar que ni una sola plu- ma se levantaba en favor nuestro. Los periddicos hacfan largos comen- tarios sobre nosotros pero ni una so- la persona, ni un solo periodista, se hhabja personado en nuestro local so- cial para obtener informacién perti- nente; mejor dicho, si, uno se pre- sent, Fue Martin Prieto, quien di- ciendo ser de la antigua Joven Euro- pa, y sintiéndose identificado con nosotros en algunos puntos, queria ser el paladin de nuestra ‘defensa “esas fueron sus palabras—, pero aquello fue simplemente una manio- bra para poder volear su odio contra nosotros y asi, desde una revista co- mo “Gentleman” ha vertido sobre nosotros todo su odio contenido, y lo que es peor, disimulado. Por suerte esta revista, a 100 pesetas el niimero, no la lee el pueblo; la len los burgueses y capitalistas y éstos deseamos tenerlos en contra; su pro- ganda nos beneficia. Después del primer acto aclarativo celebrado en Madrid, un considera- ble ntimero de periodistas (no todos ‘menos uno, como pretende “Cam- bio 16”) abandonaron la sala. Algu- nos de ellos lo hicieron por solidari- dad con sus compafieros, pues por sus palabras y comentarios, no te- nian nada contra nosotros, pero los, mis politicos de entre ellos empeza- ron su campafia de odio. Sin embar- go algo habjamos ganado; no todas Jas eronicas eran desfavorables; timi- damente pero algunos profesionales dignos y conscientes ofrecfan a sus lectores informaciones objetivas, que contrastaban tanto unas con otras, ‘que algunas personas que no habjan asistido al acto, dudaban que se refi- riesen al mismo acto. Se ha dicho después que yo llamé perros a los periodistas y que esto no puede tolerarse, Falso, no s6lo no les lamé perros sino que cuando yo hi celacomparacién entre la pulga y el perro, nadie se molesté. Los perio- distas se levantaron indignados por haberles lamado ‘derechistas”; los que se sintieron “derechistas” aban- donaron la sala, mientras que los que no se sintieron aludidos —que fue- ron varios— permanecieron en ella. Descontando a los periodistas que se marcharon por solidaridad con CEDADE 52 Mayo-Junio 1974 por JORGE MOTA sus compafieros sin tener tiempo para pensarselo mejor, lo cierto es que los que huyeron, desde el pri- mer momento se sentfan desazona- dos. Ellos esperaban, como habian dicho algunos chistes, encontrar una reunién de venerables ancianos or- ganizando un Congreso de Juventu- des y ellos, mas j6venes, podrian reise todo’ cuanto quisieran. Pero ‘ocurrié que los viejos eran ellos, y Jos j6venes los organizadores. Por primera vez los grupos que ellos ca- lifican de “extrema derecha” no es- taban representados por viejos com- batientes. Ahora eran jévenes los que les gritaban a ellos que eran reaccionarios. Se cre6 entonces la confusion de saber si yo me referfa a los periodis- tas como personas individuales o a las empresas. Comuniqué en una no- ta que s6lo difundié “Logos” que mi postura no podia ser jamais contra todo un gremio de profesionales, si- no que me referia a las empresas en su casi totalidad y también, desde luego, a algunos periodistas concre- tos y determinados. Esto tuvo sus efectos; escribi también personal- mente a aquellos periodistas que pe- se a su indignacién al marcharse ha- bian sido mas o menos objetivos en las crénicas y les expuse mi postura convencido de que pese a las posibles discrepancias ideolégicas podri an comprenderlo y realizar una lucha cuanto menos noble. En el acto de Barcelona dejé bien ciara mi postura al respecto, manteniendo mis opinio- nes sobre las empresas, pero no so- bre los profesionales a los que se obliga a pensar de determinada ma- nera, Varios periodistas que tanto en un acto como en otro nos prome- tieron intentar una defensa, ‘si co- laba”, se habfan visto obligados a transigir. Un hecho era importante: CEDADE 52/ MayoJunio 1974 ‘ovenes que avanzan (I fa Nacional de CEDADE). mientras después del acto de Ma- rid todas las erénicas o la mayoria iban firmadas, después del acto de Bareelona s6l0 dos de las ocho cré- nicas aparecidas, llevaban firma. No eran los profesionales de la informa- cién, ante los cuales ya me justifi- qué, sino las empresas para con las que mantuve invariable mi postura, las que respondfan y atacaban casi en su totalidad. “Tele/exprés” de Barcelona apro- veché nuestro acto para un articulo de fondo puramente politico, en el que no se comentaba nada'de lo cocurrido; simplemente se decfa que ‘yo, cosa que no habia hecho, apoya: ba'la quema de librerfas; lo demas eran insultos contra los asistentes y contra mi persona, Se me llamaba ais, ojeroso y otras cosas. El artfcu- Jo no iba firmado; asf pues supuse que la empresa, a través de su direc- tor, habia contestado ofendida por mis ataques. Quise pues conocer al director, pues esperaba que el que se habfa preocupado en hablar de mi aspecto fisico deberfa ser por lo menos un joven apolineo, pero he ahi que encontré a un venerable an- ciano, ofendido sin duda al compro- bar que la juventud no queria seguir- lealsiglo XVIII sino que pensaba en el XXI. Las empresas derechistas y capitalistas habian respondido ofen- didas; los profesionales no habjan tomado parte en ello y cuando lo habjan hecho, sus informaciones, a excepeién de una, habian sido obje- tivas; discrepantes, pero objetivas. Una vez mas se habia puesto de ‘manifiesto un hecho incuestionable. Los defensores del “establishment” no podian tolerar a unos revolucio. narios que no estaban bajo su con: trol. No querfamos hacer ‘‘su” re- volucion, sino la “nuestra” y esto era intolerable, Mirébamos hacia el mafiana y no querfamos oir hablar del pasado; nos querfan hablar de Azafa, de Alcala Zamora, de Largo Caballero y de tantos otros y les de- ccfamos que nos hablaban de momias de un tiempo pasado; nos argumen- taban con Rousseau y Marx y les de- cfamos que esto era arqueologia; se empefiaban en viajar al pasado y no- sotros les sefialbamos el porvenir. ‘Todo esto era intolerable; habia apa. recido alguien que lamaba a la cria- tura por su nombre, No eran los “re- volucionarios”” que pretendfan ser, eran los explotadores del obrero; no eran los progresistas que deefan, eran los conservadores del pasado; no stan los izquierdistas proletarios, si- no los derechistas burgueses reaccio- narios: por fin se les habia desen- mascarado. Durante muchos afios habfan querido engafar al pueblo y ahora vefan que no era posible y es- to les dolia; mientras gritaban “se ataca a la prensa” algunos profesio- nales pensaban “se ataca a las em- presas que nos explotan y nos obli- gan a decir lo que ellos quieren”. Es- tora demasiado, y todos sus esfuer- 208 se han voleado contra nosotros. Pero “ladran, luego cabalgamos”; estoves lo fundamental, Estamos en el camino, basta seguirlo hasta el fin, lo importante es no volver la ca- beza hacia atras; alli quedan todos estos marineros de agua dulce que quieren llevarnos al pasado, Nuestro ‘mar es embravecido, lleno de grandes olas y escollos, pero... zno es aqui donde se muestra el marinero? No queremos turistas en nuestra embar- cacién, necesitamos brazos fuertes y dispuestos, y los tenemos; asi ues la nave debe avanzar, siempre adelante. El ayer les pertenece. El mafiana es nuestro, SSS 3 Jorge Mota y el CEDADE siguen en sus tec Barcelona «Donde no llegue el brazo 1A CEDADE HUELE gar. expeden VA A FAS FASCISMO “Se noe prohibe tener un Congress mantras SE REUNIERON LOS AMIGOS DE EUROPE (fe, NUEVOS ATAQUES DEL IE CEDADE A LA PRENSA “CEDADE” ES LA PULGA): del “Congreso Fascista de Barcelona Veintioch perigdis nagan da sala ante la expresié . hed et ee comunistao” SIGUE LA OFENSIVA ww ane fs DE “CEDADE” Los periédicos es espatoles estén * _ oS por el comunismo” presidente de “Cedade” ar ‘© Los veintiocho periodis | Nota a5_ 258 by wade = 22ff24igs 2323 ,2555y823 SS Sesssee SSESLEsSS Fee eszeogszs ges8e2eei2 2225558 eastedesss 223 BEeSSeeSis eS swisseS ess Sess S2ES ace 2secssies SBSEESPENBSeeseh eS geese Psi Bivtsaeiiida! Sas sese=sseSgesese s8ee cs agers iseegss Wises SeesiSstslesergersselkssses5as S22 58585253 8SsSS2273 285555 sa SsES - na AVR ws “eroy9019 “soigyt ap. sauoroeyuDsoxd “sem "ep ond js onagein wepand seysode. sub 03) ‘qr ou anh sav someone TO 9pS9dT 2p aaa oi 0 ed wjofour ware “eon sadoma Seugt solapeio8 874 opti 9p ate ytiaod wy OwIs ansart 2p orfoutessp La ‘gjusmerua® epnyes ay uum Yerbuad upiouaaTa wun : ‘odooe sauasofs uaxquoueyne 9s sonuedispied 90 Eapes (9 savouoy Ty auataaidos weaudios ey ‘timyuots> ‘oganbed “un Sapanuasne 9p 082i8u09 ‘etl ap $F HP OpEsed 2 OOP aod wonow wt ap woxade wasdon ful awsatehe wa} SORT TOUS fou souasgl so] S's¥oineN Woxgny seicuansamucy sey "BE Oge [2 SOUDPIONAE DIOIsIY DID osnd oasis se souoroera0yn ti wepeadso sot wepond pet “edd set opnisd sp ¢ sovrmuoyne sousugar sor_¥ wpesoro: spanb siouaRimreniay epramiats atstzodie ef poy 100. Zod opuatixa. #8 vpia ap Sopow! k sme ayaa aor 3p HUN 19 ie opuats sestatn> ap OWU0D ¥plA ap aA BD sao SERGYELERL mee oun ege ene HHT wea wth ied wt yes a eo nso ssuouGnd 24033 souasofo uasquouotne 9 soundiajsed so] amb & ofaxtuog tm asIn31 erorin, inf or isnugs snes vny ef Mula eu WT us eto Srtiins cule ‘udu "Sa Nabe’ ahaa! Sea \SSnpo cms ie ap noni fond used ag '* HHO oP ometuag (Hun oF GAN oi oP § MD ML oa ee ap eases Te seedy sous -9ed ne ve WpANINN HHO w 9p aie wns ad edi ENS Toi ose aesuaoRas WT We Ove Ts pS tone 308 /PHOISIY DY D Osnd [DIpunu owsHsny 43,, a, 23 Shsz8 Sigeed BEG a alla PeEez Beez assess aueiee abees TEL Hane yeeede e284 ESi849 Poseae apgege eth Doses Bag8a2 Ee25a8 Bau aiite] Buel snags geee'e gaiey siete S5esy aeeage BUH Seale gebeas CEDADE 52 Mayo Junio 1974 @ GOBIERNO CIVIL T pes earcetone, 7 pRovINciA DE BARCELONA F is 08Ps 120 De 4 SECRETARIA GENERAL F tm _ Celebracién Congreso Juvenile des Europeas. iS 4 TO oeatte a Sr. D,. JORGE MOTA ARAS, Presidente del Circulo Es= atiol de Amigos de Europa. C.E.DeAsD Ee Aragon 138,12,28, . CIUDAD, Ss 4 El Ilmo. Sr. Director General de Politica Interior y Asistencia Social, en telegrama de fecha 13 de los corrientes me dice lo que s: guet "DE ORDEN EXCMO SR MINISTRO BE AUTORIZA CELEBRAR EN ESA CAPITAL BL 14 DE OCTUBRE PROXIMO EL CONGRESO DE JUVENTUDES EUROPEAS A QUE HA- CIA REFERENCIA SU ESCRITO NUMERO 2,048 DE FECHA 5 ACTUAL." Io que traslado a Vd., para su debido conocimiento y efectos. Dios guarde a Vd,, muchos afiose L GOBERNADOR CIVIL, DE ORZEN OF ae, SL SECRETATIO GENERA, CEDADE 52 Mayo-Junio 1974 | 908=°No civ DE x OVA 14 JUL 972 | REGIS/S0 GENGRAL Entrada nim. 14 de julio de 1978 Asunto: cambio fecha Congreso Intemacional. Su ref. OP. 12, 2190 EXCMO. SR. GOBERNADOR CIVIL Exemo. Sr. : En escrito de Sece. Gob. y Reg. Interior de fecha 19 de junio del presente aio ‘se nos comunicaba la autorizacién para la celebracién de un Congreso de Juventudes a celebrarse en Barcelona el préximo dfa 14 de octubre. Sin embargo, puestos en contacto con algunos de los previstos asistentes al men- _* ——~ a eens a suya, pero lo més sorprendente del caso era que aquella persona no s6lo era mal educada por fomar la palabra en una CEDADE 52 / Mayo-Junio 1974 conferencia organizada por personas totalmente ajenas a él, Sino que hallindose cumpliendo su trabajo, una mision infor” ‘ativa, era el menos indicado para interrumpir la conferencia, Hubiese sido tan sorprendente como si algun conserie, que s hhubiese podido sentir aludido por cualquier cuestion, hubiese apagado la luz de la sala en senal de protesta. Lo cierto es que {tes periodistas mostraron ostensiblemente su indignacion, mien- tras los demas no reaccionaban; fue entonces cuando el pu blico que ocupaba la sala les conmin6 a que abandonasen, an- te sus Intromisiones, el local, y algunos,rritados, se levantaron mientras otros por Solidaridad les seguian, permaneciendo en Ia sala el resto de los periodistas. Los que se fueron de la sala, Jo hicieron ante Ia alegria, aplausos y gritos de “ jfueral fue rat ” de los asistentes. Al liegara la calle, segun se inform6 lue- £80, la policfa los disolvio. Después de haberse marchado estos priodistas, Jorge Mo ‘ta continuo comentando la absurda afirmacion aparecida en ‘muchos periédicos sobre las ideologias vencidas, hablando de elas como cosas de otro siglo, cuando las auténticamente de ‘tro siglo eran las liberales y marxistas. Dijo: “Karl Marx fue luna persona que murié por un hecho biologico y desaparecio, fro tanto podriamos deci de Trotski, de Lenin —que actual: ‘mente esti embalsamado—, y de tantos otros jefes desapareci- ddos por un fendmeno natural, de vejez o de enfermedad, eran personas de otros siglos, y era logico que desaparecicran.. pero José Antonio todavia estaria vivo si no hubiera sido ase- sinado por esos mismos que hoy piden la prohibicion de nues- ‘ros congresos” (fuertes aplausos), “'y otro tanto podriamos decir de uno de los fundadores més antiguos del partido na- Cionalsocialista, uno de los hombres de confianza de Hitler, Rudolf Hess, encarcelado aun hoy por el dnico delito de haber ‘querido la paz" (nuevamente, fuertes aplausos). Para terminar, Jorge Mota recordo que inicamente habia hhablado en la Sala del Circulo de la Union Mercantil en dos ‘ocasiones: la primera habia sido para anunciar la celebracion del Congreso de Juventudes Europeas, y la segundapara comt ricar su prohibicion. En las dos ocasiones habia sido Europa el tema central, y por ello quiso hacer alusion al discurso que José Antonio pronunci6 en aquella misma sala el 3 de marzo 4e 1935, y que termind también hablando de Europa, al de- cir: “..en la més humilde de nuestras tareas diarias, estamos Sirviendo, al par que nuestro modesto destino individual, el destino de Espaha y de Europa y del mundo, el destino total y armonioso de la Creacién™. Anadi6 el camarada Mota que 61 ‘ho queria hablar en nombre de José Antonio ni decir 1o que ‘pensaria, que inmediatamente aparecerian personas que, es8r- miendo viejos carmets, asegurarian tener mis derecho que’ él para hablar de José Antonio, pero, concluy®, “lo que si puedo decir esque foot Antonio elaria con auestrd Europa y no con lade ellos” EL MIEDO A LA VERDAD O EL PENON SIN OROPELES Es muy corriente criticar a personas, 8 taciones, por motivos o'excuss les, cuando’ dichas personas o situa- clones son tremendamente vulnerables por ‘motives y razones trascendentales. Y es que existe ‘un pinico generalizado a la ‘Verdad, y ese pinico endémico tiene exce- lentes fundamentos: generalmente, no se “puede” decir la verdad, porque de hacer- Jo se correria el riesgo ‘de que se convir tiera en un boomerang que se volviera pprecisamente contra uno mismo, "Tomemos el caso de Gibraitar. Esun ‘caso de sencillez merdiana que todos. — “repito: todos han logrado embrolla, Con lo sencillo que seria decir: Nosotros {queremos Gibraltar porgue este teritorio forma parte de la Peninsula Ibérica, la cual constituye una unidad polftica, exceptuan- do Portugal que logr6 independizarse con la ayuda de Inglaterra, Gibraltar es una manchita en un mapa de Espana. Hasta un nifio de diez aflos comprenderfa que la ppertenencia del Pefén aotra nacién es una injusticia visual, es decir, algo que el niio puede comprender... practicamente lo ini- 0 que él puede comprender en Polftica Exterior. Eigualmente de sencillo le resul- faria a la parte contraria de argumentar: Nosotros queremos conservar Gibraltar ora desde que el mundo es mundo, ‘inalidad de la Politica ~de la vieja Po: Itica~ consiste en aumentar el Poder del ‘grupo humano que la practica, Y el Po- der aumenta con la adquisicion de territo- ios, y disminuye con su pérdida, Esto lo comprenderia también un nino de diez afios. Naturalmente, ambas partes podrian prolongar la discusion durante unos ‘minutos —como maximo— con un par de réplicas al estilo de: “No es justo que ‘ocupéis esa infima parte de tertitorio de nuestra zona geogrifica —y que ademas no 0s sirve ya para nada— y a vosotros os consta™... “En un mundo que se hace ca: da vez mis pequefo, las razones geosrafi- ‘eas no cuentan ya nada. :Por qué geosri- ficas ocupais vosotros Couta y Melilla? ” ‘contestaria la otra parte, “A vosotros Ceuta y ‘Melilla no os in- ‘Gamben para nada, Ahora estamos hablan- CCEDADE 52 MayoJunio 1974 do de Gibraltar, En todo caso, cuando Ceuta y' Melilla fueron conquistadas, no existia el Reino de Marruecos que las reclama, y ahora forman parte, respectiva- ‘mente, de las provincias de Cldiz'y Mala- a “Y a vosotros Gibraltar tampoco os in- Gambe nada, pues forma parte de la Commonwealth y, en todo caso, cuando fue conquistado, levaba 221 afos forman- do parte de la Corona de Castilla, y hace ya 261 que pertenece al Imperio Britani- ‘0. El Estado Espafol, fundado por el rey francés que cedio el Pénén, Felipe V. tam- poco existia en 1713, sino que Espaka era luna unién de reinos ~unién personificada por los sucesivos monarcas— cada uno de os cuales tenfa una amplisima libertad intema. La verdadera unidad de Espaha In logré Felipe V, que incorpor6 de hecho, 4 todos los reinos peninsulares, excepto Portugal, ala Corona de Castilla, nombran do al nuevo Estado, Espana”, Naturalmente, 1a parte espafiola po- drfa encontrar otros argumentos, y tam- bién Ja inglesa, sin duda. Unos y otros odrian estar horas y horas, dias y dias, aos y afios, dando vueltas alrededor del ozo de la Verdad, acercandose a él, pero sin decidirse a zambullire en el mismo. La imagen del pozo me parece la mis Justa: quien dijera la verdad no quedaria precisamente, muy bien. Quedaria, més bien, bastante mal, Porque la historia de la ocupacién de Gibraltar es una historia sin héroes ni villanos. Es una historia aleccionadora de la vieja politica nacionalista y antafiona: es una historia de golfillos. Una vez of a Federico Garcfa San chiz pronunciar una charla de tres horas ¥y cuarto sobre el tema gibraltarino, Cien- to noventa y cinco minutos invertidos en andarse por las ramas. Claro que Garcia Sanchiz tenfa la inmensa ventaja de estar ‘tes horas hablando aceptablemente bien, para no decir casi nada, cuando sus com- patriotas de la época gastaban tres horas or JOAQUIN BOCHACA Gn decir bobadas. Garcia Sanchiz, por Semplo, decia-que os nglesesviolron litutsdo de Utecht en vine ccaso- ‘es, por o.que se refire ala cesion do Grater Uap de esos veintig6sincumpl ftientos do refera al compromiso tomado por Ingaterr de no albergar en el Po- BBa in judfos nt monseos compromiso toe fe larumente,"vanerado ‘por tot Gritinicos, hasta el extrema. de que el Presidents del sedicents “cotado™ bale: {ino os un hebreo crusado de abe, lame. {fo Hazean, Uno es go ingenso, pero no isa el extromo’de‘creet que'auestros minlstros Lopes Bravo, Lipes Rod oaua- {ters ‘trode los lanumerables Lopes he discuten con ios inless desde hace 360 aos sobre este sobadiimo’ tema, haya ‘cometido la impradencia Je reso dares a Tos representantes de la perfida ‘Aibién® (1) precisamente este ingumpl iMiento ds paabr Pues no faltaria mae! [Ove opinsrian esos buenazoe dela rible AGftelimentia™ Ge. derechas, que. tanto valoan ia aportacién de la “cultura ire Serie pata Como 2 pong Descatores espandles hutspeves de'S. M. Fissan it? Tie dicho que la historia de a ocupa- cién de Gora ed una historia Sn Re foes ni vilanos: apenas ua historia de follis (3), Hela saui: Felipe IV. el pe- ultimo Habsburg que reinoen Espa, fe caso con isabel de Bourbon, ja ds Enrique IV’ de Francia, y ala muerte de {eta con mu propia sobiton y prima her: ‘mana, Marin de Atsza, De ext union ‘aio’ questo. Gitimo’Habsburgo, Carlos {el Hechirato" iota, malvado y esc. floso (2), que mine sn suceson, Mari nade (Atala Te" sucedio en el” trono, ‘eomiata‘por 4 vento $e fame ut Scerdote exluterano y exsesulta, el Ps dre Von Meithard. Tes soberanostentan fos ojos puestos en el trono de Espana Tis K1V‘de Francia, quelo quera pan su nloto Felipe de Anjou y de Boubon: el Emperador Leopoldo de, Aust, gus 10 deseaba bara hijo cl Archiduue Car u los,y el Principe de Baviera que lo preten- dia como biznieto de Felipe IV. Dinisti- ‘camente, éste era quien detentaba titulos ‘mis justificados como futuro rey de Es- afta o —como se decia entonces— las Espafas, pero el escato peso expecitico, politicamente hablando, de Baviera, Ie Obligé a abandonar aquélla competicion, desistiéndose ~para usar el lenguaje pol {ico actual~ en favor de Carlos de Aus fria, Luis XIV mando a Madrid al Conde de Harcourt quien, “repartiendo dinero a manos llenas, sobornando a unos y a ‘otros” (5) logr6 atraerse al Cardenal Por- tocarrero, colega de Von Meithard, y al Inquisidor General Rocaberti. Entonces, on rara oportunidad, se dié @ conocer un festamento, arrancado in extremis por Portocarrero a Carlos Il, en su lecho' de muerte, por el que éste, cediendo a las presiones de su sobomado “entourage” (6) nombraba sucesor a Felipe, el nieto de Luis XIV. Este present6 a Felipe de An- jou y de Bourbon, como Rey de Espani en Versalles, proniinciando estas palabras, Plblicamente: “Sé buen espafol, pero ro" Cuerda siempre que has nacido’ francts, con objeto de que mantengas unidas a ambas coronas. No te dejes gobernar; s6 el amo siempre; no nombres primer ini- nistro™, "Naturalmente, lacasa de Austria pro- testo, EI Archiduque Carlos leg6 a Baree- ona en 1702, y fue proclamado Rey, en Denia, tres afios més tarde, Entretanto, hhabja’estallado una guerra civil. Felipe V; que trajo a Espa el despotismo y el centralismo francés, logr6 pronto las sim- patfas del Centro del pais, mientras toda la periferia se inclinaba del lado del Ar- chidugue, Ineluso en zonas del interior, como Arag6n y Rioja, se produjo una re~ ppulsa general contra lds franceses que, pa- Ta imponer a Felipe V, penetraron en Es aa. La guerra civil espafiola se doblo, asi, de una guerra internacional. Al lado de’ Austra, se puso Inglaterra, que no po- dia permitir ef excesivo engrandecimien- to de Francia con su nuevo satélite espa- fol, el cual, ademés, ya habia manifesta: do su intencion de ‘completar la unidad peninsular” es decir, liquidar 1a indepen- Gencia portuguesa, indispensable para los {ntereses britanicos en el Continente. La guerra tuvo diversas alternativas, ‘Cuando la victoria de las tropas del Archi- duque parecia inevitable, se produjo la ‘espectacular retirada inglésa, que arrastré Portugal, y dej6 a Austria sola con el Problema iberico, y con el —para ella Ids urgente que se le acababa de plantear ‘en sus fronteras orientales, donde los tur- os habfan rebasado los Cirpatos y se dirt fan hacia Budapest. La jugada de Inglaterra fue, desde su punto de vista, maestra. En 1713, el ‘Almirante O'Rourke se habia apoderado de Gibraltar, y luego de Menores. Dos afios antes, la'Armada Espafola, al servicio de Felipe de Borbén, habia sido aplastada ‘por la inglesa en. Vigo. Espafa habia su- frido un durisimo golpe, asf como Fran- cia. Austria, que pasaba a ser la potencia continental’ més fuerte, se encontraba Sibita e inesperadament’ con una guerra de dos frontes, Fl interés de Inglaterra, que apenas habia sufrido las consecuen- cias de la guerra, consistia en retirarse, haciéndose pagar por su enemigo, Felipe. He aquf el precio que pagé la nueva dinas- tia borbénica para insalarse en Espara por la paz de Utrecht, y a cambio del re Conocimiento delos “derechos” de Felipe de Anjou y de Bourbon aa Corona Espe- ola, Espatia cedia Menorca y Gibraltar Inglaterra Se tataba de una cesion “sine dize™. Soio si Gibraltar dejaba de se ine lesa, pasaria de nuevo a soberanfa espa. ola’ Austria se quedaba con fos temnito- ‘ios continentales que habla ocupado en Sl transourpo dela guerra, es deci: el Mile- fesado, Toscana’ y. Cerdena (que lucge {te cembiade por Sicila), asi como fas Yiejas osesionts espaolas de los Pafses Bajos, nis XIV le hizo pagar a su nieto Felipe V su ayuda ~sin la cual nunca ha- bria obtenido el Trono— con la renuncia al Franco Condado yal Rosell6n (co- ‘marca catalana de 3.000 kilometros cuira- dos, es deci, casi mil veees mayor que Gibraltar, y de is que todo ol mundo pe- rece haberse olvidado) (7) mientras que ‘edian ingentes teritorios en América Inglaterra y a Holanda, y se renunciaba offeialmente @ toda la expansion en Afr a, Siel precio que pagé Espana para tener Un rey franots an vere tenerioaustriacos para cambiar de dinastia en ver de contr far con la entroncada en Tos Reyes Ca- {olleos:¥ para tener un rey centralista en vez de muniipalistay fora, segim la anté [B tradicion nacional; sel precio fue, {odas luce, desaforado, mas grave aun fue Ia herida interna que dej6 abierta por mu- chisimo tiempo, ¥ que precpit6 la répida dlecadoncia expanols.Le estapida y vengat ‘varepresionllevadaacabo por Felipe V en los terrtorios del antiguo Reino de Ara- son, ¥ particularmente en Cataluna, hizo Slviar are intruso que el mundo conti- hnuaba existiendo, y, sin aparentemente ‘arse cuenta, so encontro en guerra con la Giadruple Alianza, solo cinco anos des- puts dela paz de Utrecht allanza formada or. Inglaterra , Holanda, Austria y.. TTERANCIAT !”, Nuevos roveses militares 4 pérdida. del esto de las posesiones espa- folas en Buropa. Pero no nos apartemos del Tratado de Utrecht, por el que Espaia, 0, més exactamente, la dinastia Bourbon (8) ce- fa, entre otros muchos territoros, el Pe- ‘én de Gibraltar a Inglaterra. Ya hemos dicho que las tropas borbonicas habian s- do militarmente vencidas en Europa, y n0 habfan conseguido imponerse en Espata, donde paulatinamente iban perdiendo sus scasos partidarios, que s6lo existian en CCastila,"En la situacion dada, y- ante la aparicin del peligro turco en Ii fronteras Grientales de" Austria obligando a ésta a ‘dedicat a ello su principal atencion, la gran Jugada de Inlatera fus "vender Ta veto- ‘ia militar a fa Dinastia Borbon, a cambi Se rena peas nar ings) Segiin sfirma el historador ingles Treve- ivan, aunque par ello “debiéramos entre- gar é nucstrog alisdos catalanes a Ta cruel venganza de Felipe de Borbén” (10). Gibraltar fe, pues, el precio que co- br6 Inglaterra por Su traicion a sus aliados peinsulares, en a guerra por imponer en Elrono expaitol aun rey intuso. El pre- fio lo Pago ese rey entrogando alegremen: {etersitorios a todos sus enemigos, incli- $0 asus allados, como Francia siguiendo {8{ os consejos de su abuelo, que le abju- Iabaide recordar sempre qué & ea tran. Esta,y no otra, es la historia —la tris te historia de la ocupacion (o la usurpa- cién, el coloniaje, el robo, 1a entrega, la eesién, el pampirolandio, jqué més da! ) CEDADE 52 / MayoJunio 1974 del PeBén de Gibraltar, Una historia de solfillos, he dicho ya. Me apresuro a hacer ‘onstar, por ser de Justicia, que esta feliz YYerifica expresion no es mia’ es nada me- hhos que de Amold J, Toynbee, el maestro Indiscutible de los historiadores ingleses contemporincos, “Gibraltar’s affair isan aifais of crooks" (11). Crook, es deci, gran, golfante, Toynbee tiene razon, Un granu, un goifante, ee el rey que, por obtener Una corona, se vende teritonios que costd docenas de aos y millones de iitros de sangre obtener... teritorios inf nitamente mis importantes que Gibraltar, Simple manchita, mil veces menor que el Roselion, por ejemplo, Y otto crook es el que traiciona a sus aliados, tras haberies Comprometido con seguridades pisoteadas én el momento oportuno, Claro que éste, por lo menos, podré aduci en su descargs uc ha actuad asi en defensa de los inte- feses de su pais. Peron. ,qué pudo aduciz ‘quel Bourbon nefasto? EI ‘iodo. la verdad escueta, sin oropeles del viejo plinacionalismo dé pa- é, ha pretendido tapar la realidad, fan poco sloross, de la transaccion anglo-bor- Donics de Gibraltar. Que, después del cam balache de Utrecht, ls ingles, amparan- dose en circunstancias del momiento, han {do inerementando, metro a metro, fa ba- 2 del Ped, extendiéndose por el itsmo jue no ae les cedio en 1714, 08 evidente, "esto no es Sbice para reconocer que, gil fondo dein manoseada cetion no hay mis que un sordido “affaire” comer Gal: el intercambio de unas toneladas de foca y arena por unos gramos del oro de tina corona. Todo lo demis son peinets. Devers, ‘Que en Europa, en 1974, subsista la inglesa de Gibraltar’es un ana- ‘ronismo, din algunos, ¥ tendrin raza Ethecho de que estos mismos defenderian con ufas y dientes una hipotética presen- ia espaviola en las rocas de Dover si el ca- 0 se presentara a la inverea, no significa nada, Seguirfa siendo un anacronismo co- de este articulo, dde prOxima apar Para poder io de Ia compleja cuestién racal,es indis- pensable aclarar primero el significado del concepto “raza”, en tomo al cual van a girar todas nuestras reflexiones. Ello es introducimos en el estu- {Tanto més necesario en cuanto que, en el confuso mundo de hoy, no existen ideas claras sobre esta cuestion, debido en gran fe al peso de cierta propaganda y al Ingente niimero de opiniones que sobre ella se han emitido; opiniones no siempre el todo cualificadas ni aceptables. Por lun lado los fandticos del antiracismo han Negado incluso a afirmar que no existen las razas; por otro lado, el uso inadecuado de términos, como “raza latina”, “raza ‘ido origen’ de confusiones y dé errores, ae oscurecen el estudio de as realidades ‘aciales. Para poder caminar sobre terreno firme, hemos de dejar, pues, bien claro el concepto bisico sobre el cual se va a asen- {ar todo el sistema. ‘Antes que nada, es necesario hacer (CEDADE 52 / Mayosunio 1974 INC Ofrecemos a continuacién, como primicia, la primera parte jue os un resumen del capitulo | de la obra in “Espiritu y sangre (Sintesis de smo, sin dude, Jo parecerin a otros ext- dos Hong-Kong, las islas anglo-normandas, Cabinda, Guanténamo, Macao, y un largo ceteétera en el cual no incluimos a Melilla ¥y Ceuta por diversas razones, la principal Ge elas porque son itiles a los intereses de Opa. ‘Una de las itimas bobaditas a propé- sito de Gibraltar la publicd hace poco tiempo la prensa madrilefia. El muy catd- igo diario “Ya” —que desde 1939 hasta 1944 fue mis germandfilo, sin duda, que muchos millones de alemanes, y tan anti- comunista como cualquier miembro, de CEDADE hoy~ encontré “generosa” la iniciativa de los paises del Este, portavo- ces de Moset,, de convocar la pantomima pseudo-pacifista de Helsinki, en la que se ie el reconocimiento “sine diae” de las ronteres ‘actuals Jeuropeas, tal como quedaron delimitadas en Yalta... pero, aiade el picante comentarista Bartolomé ‘Mostaza, a condicién de que nose reconoz- ca el “statu quo ante” en el caso de Gi- braltar. ‘De manera que lo que le quita el sueio Don Bartolomé, y a otros muchos miles de Bartolomés, por desgracia, no es la presencia armada de los soviéticos a las puertas de Viena, nila esclavizacion de ccien millones de europeos. jNo! Lo preo- ‘cupante para estos fosiles del viejo nacio- nalismo, es que, tras habérseles parado el ‘eloj, y perdido el calendario, el baston, la bufanda, las gafas negras’ y el petro acompaiiante, una forma de Helsinki sin Jas debidas matizaciones pueda impedirles continuar discutiendo, mientras toman el sol junto al estanque del Retiro, sobre la perfidia inglesa y el Pefion de Gibraltar. (Esa expueién a inventaron los fancoses con Inglaterra... para olvidala cuando se allaban Son ell Entgices spaecan ls oches abe ‘ar cuadradas lor “fanchutes de Napoladron", PT (1 ) tuna serie de puntualizaciones, dstinguien- do ~desde un punto de vista puramente cientifico— el concepto “raza” de otra serie de realidades, con las cuales suele ‘confundirse. En primer tugs, no debep conn disse los conceptos “raza” y. “pueblo”. No existe una “raza alomana”, una “ra” za italiana” o una “taza rusa”, Un pueblo fest integrado por diversas razas, que le dan una fisonomfa y una mayor coheren- cia segtn la homogencidad o heterogenei- dad de las mismas. No hay, como dice George Montandon refiriéndose a Francia, una raza ; hay una etnia francesa, gn i ual etran cementossomaticos de varias razas (1), ‘Se habla también muy a menudo de “raza germana”, “raza eslava” 0 “raza la- tina”, En estos’ casos se trata de grupos linguisticos y no de grupos raciales. Como ddice Giinther, un negro americano de ha- bia inglesa, tiene menos en comin, racial ‘mente hablando, con un campesino ale- Joe “espagnols t8te de vache”, los “macarroni Haliano®", ote, Deiaidamenteel nacionslizmo de papa eta algo delicioso. (GE sean no ene ‘nada que ver con el 2, a Fe. or voto contin @) Aa aia ipercia mental general, ard constar que amo “polfilos” a los indivi duos que, en ambos bandos, y no solamente en el inglés intorinieron en ese poco reluciente ‘santo. Es evidente que fos pusblos invlucrar ‘dosno tienen culpa ana y su honor debe que- sees Bowe “Histo de France, , (6) Creo que hasta el més desaforado purista de 1 Lengua Castellana extra do ven que, al menos en eta orseon, el “se mpe? (7) El Rolibn to codié la Cort de Madrid aa ‘Se Pars, como dote levada por Marfa Teresa, hla de Palipe V2 su matrimonio con Luis 31V de Franca, tras el tatado de Tos Pirinees en 11659. El primer acto miltar evado a cabo por Is Gonoralitat de Cataluna en la guerra de sace- in, fue larecuperacion del Rosella. a suprinido la U, ¥ ahora los Bourbon Eerceesert on ees ee Sr ey cae senor arama Ertan cata, ee ny Scena’ signe pea ere Stee eet ii gents eae Sia pales 0 a Bat oh “t Rge sy da apis poral ane Sorting sca wht Se do Vi, wing 13 anos y muro en la locura. Su ‘madre’ era Marfa Luin de Saboya, Tras Feran- GOV ata tons hermano Caro i ue fntragb las rendas del Gobierno a sus Sues alano), Wat and) y alpen 2 Flordablanea. De Carlos I su espoea, Mar ‘Amelia de Sajonia, nacio Carlos IV, queso casS on Marfa Lutsa de Austria, amante dal favorito medio portugués, Godoy, y probable padre de Fernando Vif, sogén numerowos eutoreu Como se ve, son de feciaestipe castellana, y descen- dni dP History of GM Troan 0.498. 10) GAC rebrand iy # Gn Ammeid I Foyatee’: "Fie Treaty of Utrecht, p. 221, E RAZA por ANTONIO MEDRANO mén, que habla también un idioma germé- rico, que un escocts,altu, rubio y de ojos azulés, pero que habla una lengua cética, Hay “Hatinos” (espatioles, italianos etc.) rublos, altos y de ojos azules, al igual que hay alemanes (de habla germinica) de as- page mur dierent (sorency, bose) 2). Qué es, pues, Ia raza? De ella so han digo muliind ‘de definicione, que, Como veremos, sesponden a distince mo. Seo ge tina coneapeion de Ia rza que se apta on el puro campo fsio,somatco, fates entopotgeion ba dl pesse ep, {dios antropolggcos én : fe hcfa hincapié en los careteres fincas Shuno elementos constitutvos y define: fo do ln raza, Los eiteros empleadonpa- ‘log estudios racaies eran los merameat Zoolbgicos, emplesdes por in antropole- iar ature color de la Ps, Sndice eta >, color de los ojos, te. Aquellas cao. {etisseas que dison con uns mayor B frecuencia en un grupo de individuos cons- titufan los elementos distintivos de la ra- Definiciones de este tipo son suma- mente abundantes en Jos actuales estudios sobre la cuestion racial, efectuados bajo tun punto de vista casi exclusivamente antropolégico. As{, por cjemplo, para ‘Coon, Ia raza “es un Concepto zoolégico que significa division de una especie”.(3) Gioacchino Sera define la raza como “un sgrupo de individues que presentan en la forma corporea una particular combing- clén de caracteres normals, transmisibles {variables dentro de ciertos limites” (4). Para Deniker la raza es “un conjunto de cardcteres somatolbgicos que en otro tiem= po se encontraba en una reunion real de Inuividuos hoy dispersos en nlimero varia- ble en diversos “grupos étnicos”, de los ‘ales no se les puede desprender inis que por medio del andlisis delicado” (5). No Fads distant de esta lines se eneuntia a ‘efinicion de la en spasa, que, a eatos efectos, resulta signficativamente lara: “Grupo humano, que se distingue por sus rasgos fisicos hereditarios con he- rencia fisiologica” (6). giffnma ladon son paramente 20015 os; as{ Pues, al Considerar la raza s6lo pueden seF tomados en cuenta carieteres isioos externos ¢ internos, o incluso hasta cierto. punto caracteristicas fisiol6gicas” (7), Las razas son para la antropologia “afirman Bosch-Gimperi y Alberto del Castillo~ “agrupaciones de orden fisico 'y natural; Los problemas de afinidad ra- Gal —dioen repitiendo la opinion de Had- don— son de orden zoologico". Y mis adelante aladen: estas “razas antropol6gi- eas” son “las tnicas que existen y pueden existir” (8). ‘En. todas ellas la misma limitacion a los earacteresfisicos, al puro aspecto 200- logico. Esta fue, como decimos, la tenden- cia undnime en los primeros tiempos de los estudios racials. 'No tard6, sin embargo, en observar- se que Ta raza 'no era un mero conjunto de caracteres fisicos, sino que también se ‘manifestaba en una’ serie de propiedades s{quicas, mentales y de comportamiento, Como dice Wilmot Robertson, “race goes far beyond the realm of the physical” (La azar ns del fru de To feo) (9). La realidad racial, sefala Madison Grant, abarea tant “los eaactres som ticos 0 corporales” como, “los impulsos ¥ predisposieiones siquicas”. Laraza~afa- ‘e~ os “la estructura fisica y siquica dei hombre” (10).Asi, por eemplo, Woltmann definfa la raza como “una unidad viviente 4e individuos de comin origen, con igua- les caracteristicas corporeas y' espiritua- les” (11), Para Georg Pile, una raza es un “grupo sefialado por caracteristicasfisicas y’mentales marcadamente definidas, que Droducen seres semejantes en cada genera ei6n” (12). La importancia de estos caracteres configuradores de la raza es tal que Fritz Lenz: afirma que “las diferencias siquicas son en la préctica de una importancia milcho mayor que las corporales”. “Los ‘caracteres hereditarios (erbanlagen) ~afa- e— son caracteres raciales (Rassenanla- {gen); esto vale también para las caracte- ‘isticas hereditarias espirituales” (13). Pa- ra Gnther la raza “es un grupo humano ue, por la union —propia al mismo— de caracteres corporales y propiedades siqui- fas, 50 distingue de cualquier otro grupo hhumano, produciendo elementos siempre semejantes a s{ mismo” (14). “ Con esta vision la raza adquiere una dimension més completa que comienza a adquirir importancia, a efectos de una am- lia consideracion ideolégica. Una con- ‘epeibn de raza que no tome en cuenta es- ‘as fundamentales diferencias mentales y siquicas, resulta incompleta, superficial y ‘de todo punto inservible para un estudio ‘dela realidad humana. “* * Sin embargo, aunque pueda parecer increfble, gran parte de las concepciones fetunes dei raza queda limitada ce nivel puramente zool6pico, fisicoa que an- ‘tos nos hemos referido, como puede apre- clarse por las siguientes palabras, escritas or una antropéloes ‘actual: “La raza cos, La raza es un hecho biologico, una uunidad zoologica... La nocibn de raza, tal ¥ como la conciben los antropélogos, slo fe apoya en consideraciones fisicas” (13). En la reiteracion de este punto de vista ciertamente muy estrecho y por com- pleto deficiente y superado, han desempe ado no pequefio papel los'actuales mitos Y propagandas antiraistas (véanse las ex Gusas que da Paulette Marquer, a conti uacion de las lineas que acabamos de ‘ranscribir, para no ser acusada de caer en el horrendo pecado del racismo).. Pero el conocimiento dela raza debia ascender alin algunos grados, para integra se en una perfecta y elevada postura ideo- Tgica de dimensiones trascendentes, 'Ya el eélebre pensador portugués Antonio Sardinha habia dicho que la Re- za tenfa “como el cuerpo humano, un al- ‘ma, que es el genio de la raza” (16). AI fred Rosenberg afirma que la raza no debe ‘concebirse on un sentido materalista; que “al aspecto externo del hombre va unido un determinado caricter, una actitud es piritual perfectamente determinada” (17) En sus escritos aparece continuamente la idea de, la “unidad de cuerpo, alma y cespiritu”. “Sangre y carécter, raza y alma =proclama el, gran pensador alemin— no son més que distintas denominaciones pa- ra un mismo ser” (18). Las teorias de Rosenberg spuntan ya hacia una decidida superacion de la eoncepcion zoologica estrecha y materia lista, de la realidad racial. Sus concepcio- nes no dejan de conteer cieros matics judosos, pero no se le puede negar lo clarividente, profundo y genial de su pen- sumiento. E 6nfasis que Rosenberg pone fen el alma de la raza, en la raza en cuanto fuerza eonfiguradors y portadora de una tura, de un espiritu, de una concepcién del mundo, de un modo de ser, tiene una importancia decisiva en la construccion dela doctrina racist “Cada raza —expone Rosenberg—tie- ne su alma y cada alma su raza, su propia arquitectura interior y exterior, su aspecto ccaracteristico y gestos que revelan su esti- 1o de vida, su propia relacion entre las fuerzas dea voluntad y de la raz6n” (19). En el mismo orden de ideas se express =siguiendo toda una corriente— Hermann Schwarz, cuando afirma que la Rassense>- Xs (ol alma de Ia raza) es “una toaidad ‘animica supraindividual”, que va ligada al patrimonio genético (Keimplasma) de los ‘més remotos antepasados (Urahnen). El ‘alma racial —dice ‘Schwarz— es “un ser total y unitario (cin einheitliches Gesam- ‘wesen) que, desde su origen, anima de un modo invisible, inmortal e inalterable toda la “sangre” dé los descendientes, corres: pondiendo en cierto modo a su aspecto spiritual interno” (20). La Rassensecle ‘contiene en el interior de su envoltura Jos valores “honor y libertad” y todos los ‘demés valores cuya luz se enciende en ‘nosotros, Asi, pues, no resplandecen estos ‘alores en lo ‘iimitado e indefinido , sino Que estén insertos en el cireulo de la san- ‘Be, cuyo aliento contiene en s{ misma el ‘ma racial” (21). Sia embarto ls ideas de Rosenberg iin siendo un paso importante en la cons- ‘truccién del pensamiento racista, adole- ‘cen de ciertas confusiones, que han de ser ‘aclaradas y superadas para poder legar a uuna perfecta formulacion de la doctrina de Ia raza, Suairmacion de que “entre l ‘mundo espirtualy el mundo tsi no hay ninguna frontera clara: ambos constituyen ‘un todo indiviso inseparable"; su “sinte- sis mistica” entre sangre y alma, entre he- rencia biologica y espiritu, resultan poco laras y peligrosas, pues en ellas yace esa confusion inadmisible, totémica -como bien dice Evola— entre dos realidades que, si bien estén unidas en un todo arménico, ‘no dejan de estar en planos diversos. De ‘aqui, aun recaer en una nueva postura ‘materialista, en la cual se haga depender Ia parte superior, espiritual, suprabiol6gi- cca del hombre, de st parte material, bio- Hbsica, no hay’ més que un pag. En esta confusa postura, como dice Evola, se da un fenomeno peralclo al degradado mistici- mo tribal de la sangre, propio de los pue- blos salvajes y_primitivos, en los cuales encontramos una promiscua confusion en- tte el alma del individuo y el alma dela ‘tibu —el totem (considerado en tal ma- terialidad que Hega a estar entroncado con algiin ser animal), asf como entre cuer- oy espiritu. ‘Una concepeién superior de la raza, propia de una gran tradiciOn milenaria, nd puede contentarse con esta postura. Es ‘ecesario acentuar més la tendencia yal tente en las ideas de Rosenberg y otros tebricos nacionalsocialistas, para, estable- ciendo claras y precisas delimitaciones, lle ‘gar a.un racismo espiritual e integral pro- pio dela gran tradicion europea. ‘Una contribucion capital en este sen- tido con las ideas aportadas por Ludwig Ferdinand Clauss, fundador de la Rassen- seelenkunde (sicoraciologia). Clauss va. 8 dar un paso decisivo hacia una concepcién ‘spiritual y totalitaria del fenémeno raza. Para Gi, la raza no es un mero conjunto de caracteres fisicos 0 siquicos. La raza fs, ante todo y fundamentalmente, un ex filo; un estilo interno que se manifiesta fen una multiplicidad de caracteres, ya sean de tipo fisico 0 siquico, todos los cuales 0m expresion de ese estilo. Asi, por ejem= plo, en la raza nérdica, un deteriminado es lilo, que Clauss conceptia bajo la denomi- nacion de Leistungsmensch (hombre de fcci6n), se manifiesta en un tipo alto, de (fos vivos y elaros, cabeza dolicocéfala,n iz recta, miembros proporcionados y fuer- tes; conjunto todo é que parece estar pronto a enfrentarse,a configurar, a domi- har el mundo eizcundante. ara Clauss, la esencia de la raza es lest, un particular mode dest, efor ‘ma, La faza es ley formatriz (Formgesetz), estilo, ley de la conducta, modo de la vi vencia; es forma (Gestalt), que se expresa fen el cuerpo, en las actitudes. en todo el ser de-un individuo, “Stil” (estilo), "Ges fetz des Verhaltens” (ley de la actitud; an- te el, medio ambiente); “Weise des Erle- bens” (modo de la vivencia), “seelischer SUP to animico), ee; son otras deno- ‘minaciones que Clauss apiica a esta ley in- terna conformadora de la raza y que nos ayudan 3 captar mejor. su contenido, La +aza es “un grupo definido no por la pose- ‘én de estas o aquellas caracteristicas es pirituales © corporeas, sino por el estilo CEDADE 52 MayoJunio 1974 que se manifiesta a través de las mismas”. La ciencia racial naturalista, afade Clauss, © fija exclusivamente en los caracteres {individualizados (forma del erineo, nariz, ojo, pelo, ete.), perdiendo de vista el fon do, que da vida y sentido a estos caracte- res: la forma, el estilo. Serfa como una Persona que, al contemplar un cuadro ‘iera s6lo rojo, negro, azul etc., sin perc bir el estilo de'conjunto que constituye la verdadera esencia de la obra, “Por una ra- Za —ahade— entendemos, no un montén (Kaimpen) de “propiedades” o “rasgos”, sino un estilo de vida (Stil des Erlebens}, que abarca la totalidad de una forma vi viente” (22). ‘Las razas no se diferencian tanto por las facultades o rasgos que poseen, sino por el modo peculiar,por el estilo con que éstas se presentan (n0 por ejemplo por ser ‘omerciante 0 no; sino por como se es co- ‘merciante), Las diferencias entre las razas ‘firma Clauss— son diferencias de esti- to, no diferencias‘ las euaidaes. Asi, por ejemplo, un wikingo nérdico y un Guino del desierto pueden tener el mismo aprecio al valor; pero poseen distintas Formas de ser valientes: “tienen un estilo distinto de valor”. Palabra éeta estilo que ha de entenderse aqui en un sentido semejante al empleado en el arte, “El esti- Jo permea, gobierna, inspira el alma y su expresion; inspira los ‘rasgos del. alma (por ejem. sus aptitudes) y las vivencias de a misma, asi como la expresion de estas vivencias y la escena, esto es el cuerpo, en ‘dl que se manifiestan”, Por ello puede ha- blarse de un estilo arquitecténico del cuer- Po, que adquiere formas claramente dife- renciadas en la mujer bosquimana y la ‘mujer nérdica, por ejemplo. Lo que impor- ta e¢ la raza; fo que hay que observar es, pues, el “orden metédico” de “sus ras- {0s ¥ Ia relacion plena de sentido, de éstos ‘con la ley de estilo” (23). ‘La raza aparece as{ concebida, lejos de toda postura materialista, como una uunidad “fisico-animica hereditaria, en la que el cuerpo es “campo de expresion del alma” (Ausdrucksfeld der Seele). Como di ce Ludwig Klages: “El alma es el sentido del cuerpo y el cuerpo es la manifesta. cia del alma”. Herencia biolbgica y principio animico (animico-espiritual, co- ‘mo veremos mas adelante), se encuentran fn la rolacién de materia a forma, en el sentido aristotélico. La primera es vehica- Jo de expresion, manifestacion del segun- do, del estilo que conforma su ser. Sangre y ser animico, materia y alma raciales, se presentan en virtud del “paralelismo psi Corfisico” —escribe Dare como “dos ‘modos distintos de contemplar la misma realidad” (24), “El alma, como parte de luna fuerza originaria (Urkraft) divina, en si pura y perfecta ~aflade el mencionado fautor— tiene como campo de expresion ‘en este mundo el cuerpo humano, ael cual durante la existencia terrena del’ alma es- {i sometido a las leyes de la materia, he- ‘cho que hay que aceptar como provenien- te de Dios. Un alma sélo puede manifes- tarse den mode puro y pleno en un cuer ppo perfecto, pues todo cuerpo incomple- {fo turba la ‘manifestacion del alma, 0 la refrena de algiin modo en su posibilidad de oxpresion”. Un alma ~dice Friedrich Withelm Prinz zu Lippe— “solo puede actuar plenamente en y a través de un ‘cuerpo que corresponda a su propia natu- raleza” (25). "Nos encontramos ya en camino ha- cia una perfecta vision en profundidad de la raza. Los ojos de los investigadores co- ‘mienzan a estar orientados cada vez mis CCEDADE 52 / MayoJunio 1974 hacia el aspecto espiritual. Nos acercamos cada vez més a un concepto més perfecto y elevado de la raza, aquél que ha de par- fir una profunda posturaideolgica rac ta: la raza es espiritu; espiritu que se ma- niet 6 un fzanmo compio, acu ja unidad y del cual constituye la fuerza vitalizadora y unificante. Desde este punto de vista, quedan superadas las acusaciones de materialismo {que siempre se han dado al racismo, Para expresar las ideas expuestas de un modo claro y sencillo, diremos que no son sino la aplicacion ala raza de Ta verdad que encierra el sabio dicho espafiol: “la cara es el espejo del alma”. Pero no s6lo en el rostro se expresa el alma, sino en todos Jos rasgos del hombre: en las dimensiones del cuerpo, en la forma de los misculos y ‘del crdneo, en el orden o desorden de los cabellos, ela proporcion delos miembros, ‘en el color de los ojos, etc. Ottmar Spann conceptiia a la raza como objetivacion del espinitu en la esfera de lo biolégico. Para el fil6sofo alemin, “la raza viene a ser un estilo, una manera peculiar de las creaciones del espiritu y luna objetivacién de rasgos sucesivemente fijados, tanto en lo fisico como en lo ant ico, por via de la herencia” (26). Para Ortega y Gasset, a raza es, antes que un conjunto de caracteristicas somaticas, un “estilo de vida”, Mis que “diferencias del ipo corporal”, ias razas son “diferencias itimas espiritiales” (27). En una postura similar se sitta Eugenio D'Or al afirmar ue los caracteres de una raza correspon- jen “a clortas notas culturales, mas bien ‘que alas fisicas”(28),Sumamenté acertadas fen este sentido sus palabras cuando escri- ‘be: “la raza aria deberd verse definida por Ta presencia de ciertos elementos morales": EV reactivo que detecta la existencia dela razaes ~para D'Ors~ la “pureza™, en cuan= to fuerza moral; no como purezade hecho, sino “la pureza’que lamariamos de dere- cho o, dicho de otro modo, la voluntad de pureza de pureza que, en algunos grupos hhumanos, adquiere un carécter jerdrquico, presentindose mas bien como “voluntad de nobleza” (29). Teas semejantes encontramos en el gran pensador norteamericano Francis Par- Ker Yockey. “El elemento mis impor tante en el significado objetivo de la raza ~escribe en su monumental obra “Impe- fium”— os ol epiitual”. La materia es “el mero vehiculo de la éxpresion espisi- tual” (30). " Para Yockey existen dos formas de consi erat la raza: una objetiva y otra subjtiva La faza, consderada objetivamente, “sla comuni- dad espsitual biol6gca de un grupo”. Er el r0- Aejo del sto eésmico on ol hombre, La antro. pologia decimongnica —afima~ “fue como méximo mera anatomfa de grupo, pero no #© acere6 aa za” 3D). La raza, en sentido subjetivo ela fuerza 4elespirtu racial. Un hombre puede ser de raza ‘ono ser de raza. “Raza esl facultad do ser fel ‘uno mismo” 32). “ia fz algo mucho més profund, mi- cho mis trascendente, que una simple subespe- ‘ie zool6gea. La raza es una unidad espiital, ‘una unidad total de ser humano; una fuerza ia: tera que se manifesta on las maltples y vari das facetas del hombre, constituyendo una amm- nice unidad de manifestaciones diversas. Podemos conchir, pues, que existe una :aza en sentido objetivo, omo comunidad exp ‘tua bolégia (ax hablaremos, por eemplo, de raza ala); raza que puede dazee mubjetivamente ‘© no en cada individuo, En cada individvo en particular esta raza puede estar viva‘ aletarea- a “Lae Faas humanas actus: Jes" (tad, esp) Madrid 1969, , 20 (@) MEneielopediaYliana” Ea. 1949, T. XVI stfealo rar (8), Deniker: “Ley races et les peubles de la ‘Term", Pare 1929, p16. {@ Encilopodia Espas,artculo “Raza’ (ALC. Haddon: "The races of man", Cam fide are 2 Seat ye te can cae emigre thc eat tes (hanes Beieatinais yale ie men ssl a ba 2 Sta mae sou Sane cea te Seer trate encase Na = asin Hollywood, (13) -"Mensciiche Reblchkeitslehre und Ras- ‘gzhveene", Minch, 1927, Tome pas a (4) Ti PK, Glgther: “Rassenkunde des Seatichen Vales, Mnchen 1928, , 15 Kehmvally Zaksison defen una rata Como ‘Nin"grupo de lndivius. com una ciara onsite soi” Ste fay que comprander tanto cratees eos {sing tnicon (Soecth ach nope gi Steckhoim, 1961p. 18y 8) (asf ante Mauer *Uas Ras humans” Made 1968, pag 22, (16) ,ado pi ests abi, en "La Revol mn Portugues 7) hited Rosenbere: “Blut und Ene", ‘Manche 1939, . 242, s (18), Aire Rowen: “Gestalt dor Ide”, ‘uncon 1943, p35. (a9) Aires Rogers: “Der Mythus des 20 ‘ander Munchen, 1938, p. 116. (20)""Hermann Schwarz: rmeinsthalt” Lees oe cr tCeamndhe Sati, Feared ers (21) Hermann Schwarz: “Das metaphysuscge ‘ean cto cee sae cant Sastre ans, (22) "i. F, Clauss: “Die nordische Seele”, Ber is isvnge i Can Bs tase und Sea", Mu aes, sas pg BBY on Whe an Atl a lt vd bok ar 30 e158 2s er GB GPE AP AE, we toot “ere ni ica eb Mc fe, BI Y 8, ca ein, Lara Acta: “a ents iste Madrid ps 6S 29) ge Bp ca de cata lad 1964, ls. 2707 a a ites: tmpet ids 1969, pies 273°) Be. G1)" wid, pie. TY ss 3} TB pa 393 = (23) thle Sted orsins ate Raza” Iba, par ay onus it pr ua edczione J. Evol indi aadiale, Népoles 1941, p. 11 1s Le formulaciin més completa y perfecta ela doctrina dots raza la debemos a Julius Eyor Ja, autor de una profundidad que dificiments halla parangén, y de unos conocimiontos exten- sfsimos en todos los campos y que ha dedicado varias obras al tema rail. ara Eyols, no hay un concepto nico de raza, “Ede “raza” es un conoepto que tom ig- nificados bien distintos spin I categoria de ae ses alos cuales se refiee; y no sélo no sgn 210 mismo en el caso de una espcie animal @ 4el hombre, sino que tambign con respect alas ‘mismnas variedades de I humanidad dene un vor lor diverso, no pudiendo desgnar la misma cosa en una tru salvaje que en una “supraraza”, ‘La concepeién que se tenga dela raza de- pende estrechamente de a teoria general que © ‘Posea sobre el ser humano. Si esta teorfa et materialist, la concepeién de a zaza sor mate- “init; ket expritual, la concepein dela raza sr asimismo expzitual. EL hombre, en cuanto tal, no puede rodu- cits a determinismos puramenie Fisicos, bol6- 0s, hereditaros, nstndvos, naturalists, El Serhumano se distingue del animal precisamente Porque participa de una realidad sobrenaturl, suprabiolgica, sélo on virtud de la cual puede ser libre y realizar asf mismo, Es necesario dstinguir en el sor humano ues relidades, que estinendistintos plano el ‘cuerpo, el alma y el espsita. Tal dstinién Ia fencontiamos en la triada helénica do soma, ‘yohe y nous en la romana d= mens, anima y ‘Corpus, en Ia indo-aria de stholeeaira,ingaea- Siray Kiraanaarir, y en la medieval escolistica elma vogetativa, senstiva e intelectual. El ‘apiitu “en la concepeién tradicional, ha signi ‘cado siempre algo de superracionaly superio- ‘dividual; no tiene nada que ver con al pé lido mundo de los pensadores y Tos itera: tos; es més bien el elemento sobre el que descanse toda ascésis vir y toda elevacion heroica, todo esfuerzo por realizar, en 1a ida, aquello que es “més que vida” mien- fas’ que el alma “pertenece ya inds al ‘mundo del deveni que adel ser; el etd iad la acre vil a somo fod fr caltad ‘perceptva y a toda pasionali Gon su amifiestiones inconsclenes est Slecela conexion entre eapcts ¥ cuerpo". Estos te clementos gue enter: tran presentes en todo hombre no es fn tolos on ia ism selacen, Em conde lones normales han de estar integrados monicamente y en una subordinasionj- Hirguica, corespondiente el primado al es pinta, “A través de las leyes del cuerpo se ‘atifiesta una realidad anfmica osiguice, inual ue, expresign de una rel dad espisitual™ ‘Be los tres principios expuestos (cuerpo, almay espinta) resulta exstene tia de tres tipos o formas de presentarse Inraza, Se puede hablar, pues, de una raza del cuerpo, de una raza del alma y de una taza del expire, A la primera cotespon- Geo que Evola denomina racismo de pre mer gredo, ala segunda fo que califica de Tacimo dé segundo grado, ¥ a la tecers, Elsie super, ase acme dete: oer grado Siguiendo la Iinea de Clauss, Evola afima que la raza es "una especie de I fea constante, que se express no solo través de las caracteristoas fsa, s0 {fambign en el modo. de uss las diversas Gaalidades 0 dotcsfisicas.. Sobre la base de ests eatlo él mismo hereditario= se define un grupo dado de Indiviuos, grupo ‘que, frente a otros grupos de estilo diver 5, Sorresponde e una “raza”, ‘Evol indica que no debe confundir- se la raza en sentido superior con low ine Hintos biolgicos, “Raza significa superio- "dad, plenitady sguridad Ge vid, Eston Sexes vulgare, ¥ existen ls sre "de ra “Las fuerzas de las que se habla, los instintos del “hombre de raza”, lejos de serun apéndice de los instintos animales, 8 menudo van dirigidos 2 contradecitlos, & xt a a oa gt, ‘sre lth i aemaatete goat sim gente eons doe am oe ae afirmacion” (34). ‘Como antes vefamos, la antropolo- sa materialista del siglo XIX con criterio stadistico, cuantitativo, para el estudio ‘del factor Tacial, consideraba caracteri ‘cas de raza aquéllas que se daban con ui ‘mayor frecuencia en un grupo de indivi- ‘duos. De la concepeion integral, espiritual, de la raza, que acabamos de ver, se deriva ‘que el exiterio ha de ser forzosamente el ‘Opueste: son individuos representatives de J raza aquéllos en que se dan de modo ‘mag puro, completo y perfecto posible, el ‘estilo propio de la raza. Criterio pues, res- {tictivo, aristocritico, 'Podemos concluir, pues, intentando entrar y simplificar in poco las ideas expuestas, que una raza es un grupo hu ‘mano con un origen comin y con caracte- risticas fisicas, siquicas y espirituales se- ‘mejantes y transmisibles por herencia. La faz, en sentido eminente, es una fuerza cpio gus me expt ttm sina 6 lun cuerpo, y que queda plasmada en una hherencia histonica. ‘Nuestro concepto de raza, concepto completo, profundo, integral, fotalitario, festa, puss, muy por encima del mero 200 Togismo o’ antropologismo cientifista. La nuestra es una concepeibn espiritual que barca al hombre entero. Toma nota de los escubrimientos y de los avances en los es- tudios biolbeicos, antropologicos, raciolO- 4icos, sicologicos, etc., pero no se detiene shi;se eleva a una esfera muy superior, que integra las anteriores en una verdadera concepeién ideoldgica, en una vision tota- litaria'y espiritual de la Vida y de la His- toria. ANTONIO MEDRANO_

You might also like