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Instituto Tecnológico

de Celaya Una
mirada a
nuestras
tradicione
s
Altar de muertos,
conchero –
chichimeca.

Concurso de altares de muerto 2010. Abraham López Jiménez


Asociación Estudiantil de Ingeniería
Mecatrónica.
“Nos da identidad aquello en lo que coincidimos”

Introducción:
La gran nación chichimeca, poco nombrada en la historia, fue la que ocasiono la guerra más
costosa para el ejército español, porque fueron 40 años de batallas constantes pues ellos no
fueron sometidos a través de las armas, y la religión no les fue impuesta a sangre y fuego, sino por
la convicción a una fe hacia un Dios omnipotente fue que ellos aceptaron vivir en paz.

El territorio comprendido por las tribus chichimecas comprende la parte de México denominada
Aridoamérica, sus territorios se extendían al norte desde Querétaro hasta Saltillo y de Guadalajara
hasta San Luis Potosí, vivían en comunidades sin delimitación fija, por lo que constantemente
entraban en conflicto con otros grupos, principalmente a causa de los alimentos.

Las tribus chichimecas se dividían en Guachichiles, Guaxabanes, Tecuexes, Jonazes, Copuces,


Zacatecos, Pames, Caxcanes y Guamares. Aunque algunas de estas tribus, conocían la agricultura y
tenían pueblos asentados, la gran mayoría de ellas vivían de la recolección y la casa, siendo
caracterizados por su carácter agresivo y guerrero.

El nacimiento de una tradición:


Fue el 25 de julio de 1531, cuando se llegó la fecha pactada por los grandes caciques Don Coyote y
Don Lobo, con Hernando de Tapia, Connin, del lado de los españoles, para realizar la batalla de
honor, en la cual los chichimecas dejaban las armas y reconocían la conquista española.

El pacto era simple, en lo que es el actual cerro del Sangremal, en la ciudad de Querétaro, se
libraría una batalla a mano limpia, para evitar más pérdidas por ambos bandos. La batalla se inicia,
todos cumplen su promesa de luchar sin armas, más los ánimos se encienden, a punto estaban de
hacer uso de ellas, cuando el día se oscurece, algo notorio sucede en el cielo que obliga a mirar la
bóveda celeste, una luz refulgente emana de algo que se mueve, que no está estático, de pronto,
ante la mirada atónita de todos se forma una gran Cruz, la mirada Chichimeca veía el símbolo del
Nahui Ollin; los Españoles veían a Santiago portando un estandarte con el símbolo de la Cruz, mas
para ambos bandos era un prodigio divino, cada cual en su lengua grita: "El Es Dios".

Es aquí donde los indios chichimecas fundan la tradición conchera, en acuerdos aún presentes de
Unión, Conquista y Conformidad, una gran tradición que ha perdurado en el tiempo, que está viva
desde ese lejano 25 de julio de 1531, con una serie de particularidades y conceptos que contienen
las antiguas formulas de sabiduría. Inclusive, la frase "Él es Dios", está vigente hoy en día como
saludo obligado de los miembros de la conformidad, se utiliza de forma polisémica, ya sea como
reverencia, exaltación, o bien confirmación de algo, e incluso como una llamada de atención.

La tradición y sus obligaciones:


Los grupos de danzantes concheros, están conformados por hombres y mujeres con distintas
actividades y profesiones, que constituyen una hermandad con un profundo sentido de
religiosidad, que a través del canto, la música y la danza, preservan y difunden la tradición de
venerar tanto a las ánimas de los danzantes muertos, las ánimas conquistadoras, gobernantes y
dioses prehispánicos, así como a Jesucristo, la virgen María y santos patronos, con la finalidad de
“conquistar” almas de manera voluntaria y pacífica.

Las obligaciones más importantes para un danzante conchero son, el estar presente en el mitote,
y asistir a las velaciones.

En este documento nos enfocaremos a explicar las velaciones, no por que estas sean más
importantes, sino que debido a la gran extensión en los significados de la tradición, es el punto en
el cual se centra esta investigación.

La velación, un ritual místico y ceremonioso:


La tradición conchera, es quizás la más sagrada de este místico país, pues en ella se conserva
intacto el pensamiento de nuestros antepasados. Ellos aprendieron y acataron la religión católica
de esta manera, así, de generación en generación, los concheros se entregan en cuerpo y alma a
cumplir con sus obligaciones, y a seguir difundiendo y “conquistando” almas para la iglesia
católica.

El centro de reunión más importante para una mesa es el oratorio. Este sagrado lugar se
encuentra en la casa del capitán general, y es ahí donde se resguardan las reliquias,
indumentarias, y la pasión. El oratorio es también donde se encuentran todos los santos a los
cuales venera la mesa, así como la imagen del santo patrón.

En el oratorio es donde se realizan las velaciones, las cuales son un ritual de adoración nocturna,
en el cual participan la mesa, los familiares, vecinos, compadritos de otras mesas, y el público en
general. Mediante la velación se purifica el alma del danzante.

Hay tres tipos diferentes de velaciones, las cuales son a los santos patronos, levanta cruz, y la
velación de las ánimas. Pero todas ellas se realizan en un oratorio, y contienen algunos elementos
coincidentes.

Velaciones a los santos patronos:


Este ritual de adoración nocturna, por lo regular comienza desde las 7 de la noche, terminando al
día siguiente a las 6 o 7 de la mañana.

Por lo regular, se realizan para festejar la fiesta del santo patrón así como agradecer y pedirle
favores. Se realiza en la casa donde este santo se venere, por lo regular los gastos los cubre la
familia, y es una tradición que realizan año con año.

Anunciando con cohetes el comienzo de la velación, los vecinos así como familiares y personas
invitadas van llegando poco a poco al lugar de encuentro. Cuando las personas pasan primero a
persignarse con la imagen, y le ofrecen ya sea una veladora, comida, o dinero. Al mismo tiempo, el
grupo de concheros se encuentra ya cantando los pedimentos de permiso, así como las
salutaciones al santo patrón. Acto seguido algún familiar o una persona delegada por la familia
comienza a rezar el santo rosario, mientras los concheros “glorian” el rosario, el coro se encuentra
afuera cantando alabanzas. Acabado el rosario, la casa le ofrece a los asistentes una “reliquia” o
algo de comer, ya sea atole o café con tamales o pan.
Mientras los asistentes esperan la parte más importante del ritual, los concheros continúan
cantando, pero ahora comienzan a cantar las “pasiones”, las cuales relatan la pasión y muerte de
Jesucristo.

Cuando el demandante da la señal, las personas se reúnen frente al altar, para dar comienzo al
ritual o petición de favores, comenzando con la petición de permiso a la cruz del santo calvario, lo
cual consiste en un pequeño recorrido en procesión hacia la cruz, para pedir permiso de continuar
con la velación. Acto seguido regresan los asistentes al altar, para continuar la siguiente parte del
ritual, lo cual consiste en cantar el santo fuerte a los cuatro vientos, aunado a las peticiones de
cada persona. Después de realizar esto, el “demandante” comienza a realizar el Santo Xúchitl o
enrrosado, el cual representa cuando es bajado de su cruz el cuerpo de Cristo, formando una cruz
tendida en el suelo, hecha de rosas, flores, e hinojos, con la inscripción de INRI formada por
cigarros, los cuales representan el compadrazgo. Todo esto con los aromas de las flores e
inciensos, así como el toque de pasión que ejecutan los concheros, se ofrecen al santo patrón
como ofrenda de gratitud por los favores concedidos.

Los concheros continúan cantando alabanzas, marchas y pasiones. Antes de que den las 12 de la
noche se procede a levantar el enrrosado, para formar los bastones con las mismas flores, que
después son colocados en la cruz del calvario. La velación continúa el resto de la noche, cantando
albanzas a diferentes santos patrones, que los asistentes se disponen a escuchar y meditar. Para
terminar la velación los concheros cantan mañanas tipo alabanza, y así dar por terminado el ritual
de velación, esperando cumplir para el próximo año nuevamente su obligación.

Levanta Cruz
El “levanta cruz” se realiza al terminar de rezar los nueve días cuando fallece una persona. Este
consiste en levantar del suelo la cruz que es puesta cuando fallece la persona. Este ritual por lo
general se realiza en la casa del fallecido. Los concheros cantan alabanzas y pasiones, antes de
comenzar a rezar el santo rosario, y después “glorian” el rosario cuando este es rezado. Cuando la
familia comienza a levantar la cruz, los concheros ejecutan el toque de pasión. Al finalizar se
adorna una cruz con flores, la cual al día siguiente se lleva al panteón junto con la cal o tierra de la
cual fue hecha la cruz.

Algunas personas hacen este tipo de velaciones para recordar al difunto cada año, en su fecha de
muerte, o el día de los muertos.

Velación de las ánimas


Esta velación es un ritual que hacen los jefes de danza en su oratorio cada año el día 1ro de
noviembre para amanecer el 2, En esta ceremonia, se recuerdan y rinde tributo a los danzantes
muertos, así como a las ánimas conquistadoras, mediante una velación en la cual se concentran
los danzantes y sus familiares. El rito comienza de manera similar al de la velación a un santo
patrón, pero antes de elaborar el Santo Xúchitl, se procede a hacer los nombramientos, lo cual
consiste en nombrar una vela de cebo con el ánima de la persona a recordar, mientras los
concheros tocan pasión. Estas velas se forman en cruz y se encienden, la luz de estas es para que
el ánima de la persona encuentre su camino, y se presente en la velación. Al terminarse las velas,
se procede a terminar la velación.

Fuentes de consulta:
Prof. Pablo Centeno Pérez, Cronista municipal de Juventino Rosas.

Mtro. Carmelo Ramírez, Jefe de la Mesa de Señor San Pedro, y capitán de capillas de altos y bajíos.

La Guerra Chichimeca, Philip W. Powell.

Historias para compartir, los concheros, CONACULTA.

¡Él es Dios!, INHA, 1965

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