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Resiliencia

la resiliencia es la capacidad que tiene una persona o un grupo de recuperarse


frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro. En ocasiones, las
circunstancias difíciles o los traumas permiten desarrollar recursos que se
encontraban latentes y que el individuo desconocía hasta el momento.

La resiliencia es la capacidad de los seres humanos para adaptarse


positivamente a situaciones adversas. Sin embargo, el concepto ha
experimentado cambios importantes desde la década de los 60. En un
principio, se interpretó como una condición innata, luego se enfocó en los
factores no solo individuales, sino también familiares, comunitarios y,
actualmente, culturales. Los investigadores del siglo XXI entienden la
resiliencia como un proceso comunitario y cultural, que responde a tres
modelos que la explican: un modelo «compensatorio», otro «de protección» y
por último uno «de desafío».1 Asimismo, la resiliencia es la capacidad de tener
éxito de modo aceptable para la sociedad, a pesar de un estrés o de una
adversidad que implica normalmente un grave riesgo de resultados negativos.

El concepto resiliencia en el ámbito psicológico hace referencia a la capacidad


de los sujetos para superar situaciones críticas o periodos de dolor emocional.
El concepto proviene de la Física Cuántica que hace referencia a la
resistencia/elasticidad que presenta un cuerpo frente a un impacto, por
ejemplo, un vaso de cristal cuando cae al suelo se rompe en cientos de
pedazos, sin embargo una pelota de goma cuando cae no solo no se rompe
sino que se proimpulsa en el rebote.

ELEMENTOS

Autoconocimiento y autoestima.

Empatía.

Autonomía.

Afrontamiento positivo de la adversidad.

Conciencia de presente y optimismo.

Flexibilidad + perseverancia.

Tolerancia a la frustración y a la incertidumbre.

CARACTERISTICAS

En el libro El ser resiliente, los autores Steven and Sybil Wolin indican las 7
características clave de una persona resiliente:
1. La resiliencia requiere perspicacia

Necesitas desarrollar la habilidad de hacerte preguntas difíciles y responderte


con honestidad. Si tuviste algo que ver con ese duro momento en tu vida, sé
honesto y responsabilízate de ello.

2. La resiliencia es independiente

Como persona resiliente, puedes contar contigo mismo para recuperarte de los
duros momentos.

3. A pesar de que la resiliencia es independiente, también está ligada a otros

Cuanta más gente esté bajo tu responsabilidad, mayor será la motivación para
empezar de nuevo, más fuerte la razón, y más firme la acción.

4. La resiliencia exige iniciativa

Necesitas desarrollar la habilidad de hacerte cargo de la situación,


responsabilizarte del problema. Es necesario ponerse de pie y hacer lo que sea
necesario para retomar tu camino.

5. La resiliencia tiene un elemento de creatividad

Siendo resiliente eres capaz de observar una situación y determinar de manera


creativa la mejor manera de llevarla. Estás emprendiendo en tu enfoque hacia
empezar de nuevo.

6. Una persona resiliente tiene humor

El sentido del humor es tan importante cuando la vida da un giro. Tienes que
tomarte en serio tus objetivos y tienes que tomarte en serio a ti mismo. Pero a
veces también tienes que ser capaz de reírte de ti y de tu situación.

7. Una persona resiliente tiene un gran sentido moral


Cualquier cosa que hagas para volver a tu camino, asegúrate de que sea ética.
Asegúrate de que tu próximo éxito está en el servicio, y no a expensas de
otros. El éxito, si quieres mantenerlo, debe estar al servicio de los demás.

Cuanto más obstáculos enfrentes y superes, cuantas más veces falles y te


levantes, cuanto más difícil sean tus conquistas, mayor capacidad de resiliencia
desarrollarás. Si eres resiliente, no hay nada que te pueda machacar.

OTRAS

1. Son capaces de detectar la causa de los problemas

Las personas resilientes llevan a cabo las estrategias necesarias para evitar
que la situación problemática vuelva a repetirse nuevamente. Esto implica
también autoanalizarse, ya que a veces el detonante de un conflicto no
proviene del exterior, sino de nuestro interior.

2. Saben manejar sus emociones

Las personas resilientes son capaces de manejar sus pensamientos, ya que


cualquier emoción parte de aquí. Pensamos, luego sentimos. Las personas
resilientes controlan sus pensamientos para no dejarse llevar por los que tienen
una carga negativa y que, por ende, tienen capacidad para generar emociones
negativas.

Si nuestros pensamientos son negativos, se desencadenan emociones


negativas. Y por el contrario, si nuestros pensamientos son positivos, nuestro
estado de ánimo será más positivo. Si entrenamos nuestra capacidad de
resiliencia controlaremos mejor los pensamientos negativos y seremos capaces
de afrontar mucho mejor la adversidad.

3. Mantienen la calma en situaciones de mucha presión

Mujer haciendo meditación junto al mar

Todos atravesamos momentos difíciles a lo largo de nuestra vida y lo


importante es saber mantener la calma cuando estos se presentan. Las
personas resilientes son capaces de estar centradas y tranquilas cuando se
encuentran en una situación de caos y confusión momentáneas.

4. Son realistas
Mucho y mal se ha hablado sobre el optimismo, generando la idea global de
que ser positivo implica negar ciertos aspectos de la realidad que son
inevitables y están presentes en la vida de muchas personas. Son realistas
pero esperan siempre lo mejor, es la mejor manera de describir el optimismo
característico de las personas resilientes.

Esperar siempre lo mejor no significa necesariamente que ocurra siempre el


resultado óptimo esperado, sino que pase lo que pase la persona resiliente
aprenderá una lección que le ayudará a crecer. Convierte la adversidad en una
oportunidad de aprendizaje y crecimiento personal.

5. Confían en sí mismas

Las personas resilientes tienen confianza en su valía y en su competencia para


superar las adversidades. Lo que nos decimos es lo que termina formando
nuestra realidad, así que si creemos que no somos capaces de superar un
obstáculo, desde luego no lo seremos.

6. Son empáticas

Mujer con diente deleón representando a personas resilientes

Las personas con mayor capacidad para afrontar los problemas de una forma
correcta saben leer las emociones de los demás, comprender lo que sucede a
su alrededor y actuar en consecuencia.

Según una investigación de Fenández, Márzque-González y López (2008) las


personas que se muestran más felices son capaces de empatizar más con los
demás. Por otro lado, las que presentan depresión se centran en sus propias
necesidades de un modo defensivo. Esta teoría encaja en el hecho de que las
personas resilientes sean más empáticas. Al tomarse la vida de otro modo y
afrontarlo todo como un aprendizaje su forma de ver la vida es más positiva,
optimista y esto la convierte en una persona más feliz.

7. Son capaces de automotivarse

No todas las personas somos iguales. A algunas nos motivan los retos y a
otras las oportunidades de cambio. Las personas resilientes saben buscar
nuevas formas de obtener satisfacción de la vida. Mantienen la motivación
siempre alta y son capaces de detectar y atraer cosas positivas a sus vidas.
8. No se preguntan por qué, sino cómo

Una de las características de las personas que tienden a derrumbarse ante los
problemas es que se dejan llevar por pensamientos de reproche, donde se
cuestionan constantemente por qué la situación negativa que les angustia les
ha sucedido a ellos.

DIMENSIONES

a) Autoestima

La autoestima es una variable central de la resiliencia. Una autoestima


adecuada permite afrontar y recuperarse de las dificultades, debido a que la
noción clara y consistente de la propia valía permite clarificar la dolorosa
confusión que suelen generar las situaciones de fracaso u otras situaciones
que amenazan a la persona (Citado por Panez, 2002).

b) Empatía

Es la habilidad que posee un individuo de inferir los pensamientos y


sentimientos de otros, lo que genera sentimientos de simpatía, comprensión y
ternura (Citado por Batson, et. al. 1997).

c) Autonomía

Es definida como la capacidad de la persona de decidir y realizar


independientemente acciones que guarden consonancia con sus intereses y
posibilidades de acuerdo a su momento de desarrollo (Citado por Panez,
2002).

d) Humor

Según Wolin y Wolin (1993) se refiere a la disposición del espíritu a la alegría,


permite alejarse del foco de tensión, relativizar, positivizar, elaborar de un modo
lúdico, encontrar lo cómico entre la tragedia (Citado por Lara, et.al. 2000).

e) Creatividad

Según Wolin y Wolin (1993) se define como expresión de la capacidad de crear


orden, belleza y fines o metas a partir del caos y el desorden (Citado por Borda,
2001).
10 FACTORES

1. La conexión emocional con otras personas, es decir, el arraigo de amistad,


amor, compañerismo o cariño con los demás es una protección muy positiva
frente a esa sensación de desarraigo y soledad. En positivo, conviene
puntualizar que gracias al auge de las nuevas tecnologías también es posible
establecer conexiones sociales a través de este medio.

2. La serenidad es uno de los principales sentimientos de felicidad. Estar en


paz contigo mismo es el principal impulso de resiliencia. Durante el verano,
intenta reflexionar sobre tus hábitos frecuentes durante el año y cómo el ritmo
del curso de los acontecimientos te impulsa hacia el estrés. Elabora un plan de
acción para que, a partir del próximo mes de septiembre, tengas espacios para
desactivarte.

3. Las aficiones y hobbies también son un motor de resiliencia. Son una forma
de evasión muy constructiva. Por ejemplo, un amante de la lectura puede viajar
con su imaginación en solo unas páginas. Curiosamente, muchas personas
descuidan sus aficiones al anteponer otras obligaciones más inmediatas.
Comienza por valorar los placeres más sencillos, esos que puedes disfrutar en
tu propia casa: escuchar música, escribir cuentos, realizar sopas de letras,
pintar cuadros…

4. Evita etiquetarte a ti mismo. Generalmente, las etiquetas resultan limitantes.


Por ejemplo, aquella persona que se repite constantemente a sí misma que es
tímida, se encasilla en actitudes de timidez. Recuerda que tu esencia no se
reduce a un rasgo de carácter y cada día puedes descubrir una nuevas
características de ti mismo.

5. El trabajo también es un medio de resiliencia en tanto que aporta un medio


de estabilidad económica. Pero es mucho más que eso. El trabajo también es
un entorno de desarrollo personal y de relación social. Cuando una persona
tiene un alto nivel de satisfacción en el puesto que desempeña es más
resiliente frente a las dificultades.

6. Desde mi punto de vista, la edad también es un factor que en muchos casos,


va acompañado del crecimiento interior gracias a experiencias vividas y
superadas. Generalmente, la evolución que acompaña a la madurez también
aporta el aprendizaje de la aceptación que es clave para vivir.

7. Una escapada de fin de semana o una excursión es una buena terapia para
desconectar de la rutina habitual y volver a casa con esa agradable sensación
de haber descubierto un universo nuevo. Los viajes en los que puedes
deleitarte en la belleza de paisajes infinitos, alimentan tu mente y tu corazón
con la perfección de la bondad. Además, la naturaleza también nos inspira
metáforas de resiliencia. Por ejemplo, recuerda que en tu vida, también florece
el sol después del invierno.

8. Elige pensar en positivo como una actitud que te beneficia en primera


persona. No se trata de ser un soñador que nunca pisa sobre suelo firme. Sino
de ser capaz de observar la bondad en el vivir.

9. Fomenta el altruismo Puedes colaborar como voluntario con una entidad de


ayuda social. Conviene puntualizar que el voluntariado cultural también es muy
valioso. El altruismo te aleja del ego y te fortalece al darte cuenta de que la
clave de la felicidad parte de la colaboración.

10. El aprendizaje constante y la formación también son recursos de resiliencia


que nos permiten aprender de los mejores. Me gustaría recomendarte la lectura
del libro «Superar la adversidad. El poder de la resiliencia» escrito por Luis
Rojas Marcos.

IMPORTANCIA

Importancia de la Resiliencia

Resiliencia El término resiliencia es aquel que se utiliza para describir a la


actitud, forma de pensar o de actuar que supone una buena respuesta frente a
las adversidades cotidianas que hacen que una persona, en condiciones
normales sufra. La resiliencia es parte de la forma de ser de una persona pero
hay teorías psicológicas, como las conductistas y positivistas, que consideran
que la misma puede lograrse a partir del desarrollo de ciertas actitudes que a
largo plazo sirven para sentirse más cómodo con uno mismo y de ahí la
importancia de esta actitud.
Conclusión

En definitiva, la resiliencia está constituida por una serie de recursos que


actúan como factores protectores de la salud mental. Un trabajador de riesgo
como puede ser un enfermero de urgencias y emergencias que lleve una vida
saludable, que presente una autoestima consistente, que se conozca a sí
mismo y se relacione con los demás de forma conveniente, que presente
iniciativa, humor, creatividad y moralidad, y que mantenga una distancia
suficiente con el medio crítico tendrá menos posibilidades de sufrir cualquier
problema de salud mental que otro profesional que no cuente con estos
recursos.

1. EnseñanzaLa esencia de la enseñanza está en la transmisión de información


mediante la comunicación directa o apoyada en la utilización de medios
auxiliares, de mayor o menor grado de complejidad y costo. Tiene como
objetivo lograr que en los individuos quede, como huella de tales acciones
combinadas, un reflejo de la realidad objetiva de su mundo circundante que, en
forma de conocimiento del mismo, habilidades y capacidades, lo faculten y, por
lo tanto, le permitan enfrentar situaciones nuevas de manera adaptativa, de
apropiación y creadora de la situación particular aparecida en su entorno.El
proceso de enseñanza consiste, fundamentalmente, en un conjunto de
transformaciones sistemáticas de los fenómenos en general, sometidos éstos a
una serie de cambios graduales cuyas etapas se producen y suceden en orden
ascendente, de aquí que se la deba considerar como un proceso progresivo y
en constante movimiento, con un desarrollo dinámico en su transformación
continua.como consecuencia del proceso de enseñanza tiene lugar cambios
sucesivos e ininterrumpidos en la actividad cognoscitiva del individuo (alumno)
con la participación de la ayuda del maestro o profesor en su labor conductora
u orientadora hacia el dominio de los conocimientos, de las habilidades, los
hábitos y conductas acordes con su concepción científica del mundo, que lo
llevaran en su práctica existencia a un enfoque consecuente de la realidad
material y social, todo lo cual implica necesariamente la transformación
escalonada, paso a paso, de los procesos y características psicológicas que
identifican al individuo como personalidad.

En la enseñanza se sintetizan conocimientos. Se va desde el no saber hasta el


saber; desde el saber imperfecto, inacabado e insuficiente hasta el saber
perfeccionado, suficiente y que sin llegar a ser del todo perfecto se acerca
bastante a la realidad objetiva de la representación que con la misma se
persigue
La enseñanza persigue agrupar a los hechos, clasificarlos, comparándolos y
descubriendo sus regularidades, sus necesarias interdependencias tanto
aquellas de carácter general como las internas.Cuando se recorre el camino de
la enseñanza, al final, como una consecuencia obligada, el neuroreflejo de la
realidad habrá cambiado, tendrá características cuanti-cualitativas diferentes,
no se limita al plano de lo abstracto solamente sino que continúa elevándose
más y más hacia lo concreto intelectual, o lo que es lo mismo, hacia niveles
más altos de concretización, donde sin dejar de incluirse lo teórico se logra un
mayor grado de entendimiento del proceso real.4Todo proceso de enseñanza
científica será como un motor impulsor del desarrollo que, subsiguientemente, y
en un mecanismo de retroalimentación positiva, favorecerá su propio desarrollo
futuro, en el instante en que las exigencias aparecidas se encuentren en la
llamada "zona de desarrollo próximo" del individuo al cual se enseñanza, es
decir, todo proceso de enseñanza científica deviene en una poderosa fuerza
desarrolladora, promotora de la apropiación del conocimiento necesario para
asegurar la transformación continua, sostenible, del entorno del individuo en
aras de su propio beneficio como ente biológico y de la colectividad de la cual
es él un componente inseparable.La enseñanza se la ha de considerar
estrecha e inseparablemente vinculada a la educación y, por lo tanto, a la
formación de una concepción determinada del mundo y también de la vida.No
debe olvidarse que los contenidos de la propia enseñanza determinan, en gran
medida, su efecto educativo; que la enseñanza está de manera necesaria,
sujeta a los cambios condicionados por el desarrollo histórico-social, de las
necesidades materiales y espirituales de las colectividades; que su objetivo
supremo ha de ser siempre tratar de alcanzar el dominio de todos los
conocimientos acumulados por la experiencia cultural.La enseñanza existe
para el aprendizaje, sin ella no se alcanza el segundo en la medida y cualidad
requeridas; mediante la misma el aprendizaje estimula, lo que posibilita a su
vez que estos dos aspectos integrantes del proceso enseñanza-aprendizaje
conserven, cada uno por separado sus particularidades y peculiaridades y al
mismo tiempo conformen una unidad entre el papel orientador del maestro o
profesor y la actividad del educando. La enseñanza es siempre un complejo
proceso dialéctico y su movimiento evolutivo está condicionado por las
contradicciones internas,, las cuales constituyen y devienen indetenibles
fuerzas motrices de su propio desarrollo, regido por leyes objetivas además de
las condiciones fundamentales que hacen posible su concreción.El proceso de
enseñanza, de todos sus componentes asociados se debe considerar como un
sistema estrechamente vinculado con la actividad práctica del hombre la cual,
en definitiva, condiciona sus posibilidades de conocer, de comprender y
transformar la realidad objetiva que lo circunda. Este proceso se perfecciona
constantemente como una consecuencia obligada del quehacer cognoscitivo
del hombre, respecto al cual el mismo debe ser organizado y dirigido. En su
esencia, tal quehacer consiste en la actividad dirigida al proceso de obtención
de los conocimientos y a su aplicación creadora en la práctica social.La
enseñanza tiene un punto de partida y una gran premisa pedagógica general
en los objetivos de la misma. Estos desempeñan la importante función de
determinar los contenidos, los métodos y las formas organizativas de su
desarrollo, en consecuencia con las transformaciones planificadas que se
desean alcanzar en el individuo al cual se enseña. Tales objetivos sirven
además para orientar el trabajo tanto de los maestros como de los educandos
en el proceso de enseñanza, constituyendo, al mismo tiempo, un indicador
valorativo de primera clase de la eficacia de la enseñanza, medida esta
eficacia, a punto de partida de la evaluación de los resultados alcanzados con
su desarrollo.

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