El Empirismo, la vivencia y su praxis en nuestros días cotidianos:

Tratado por Pedro Reynaldo Basteres Martinez

El empirismo suele definirse como aquella corriente filosófica para la cual es posible
conocer a través de los sentidos. Deleuze plantea que esa definición traiciona el espíritu de
los empiristas: primero porque para ellos lo más importante no era el conocimiento sino la
experimentación; y luego porque le asignaban un valor mayor a la imaginación que a los
sentidos. Deleuze postula que el principal mérito de los empiristas fue ser pioneros en dejar
de preguntarse por las esencias de las cosas y empezar a pensar en las relaciones entre
las cosas. (Deleuze para principiantes, p.19)
Empecé mi discurso con estas palabras para poder dar cuenta de la importancia de la
base empírica en nuestros días. Las personas experimentamos muchas cosas de forma
directa e indirecta, como protagonistas y coprotagonistas pero siempre en la base de las
relaciones que se establecen desde el yo con la otredad.
La Psicología Social también puede definirse desde este panorama: la psicología de las
relaciones por lo que su objeto de estudio es un nivel al que los seres humanos estamos
expuestos día a dia, desde la relación que formamos con la madre, el padre, los hermanos,
los amigos, los profesores, los amantes, los enamorados, el trabajo, el ocio, el deporte y
hasta la relación que guardamos con nosotros mismos en la soledad y la conciencia.
Mientras nos relacionamos también conectamos y debelamos nuestro ser en el mundo,
aspectos que de otra manera no serían posible ya que necesitamos de un objeto exterior
para movilizarnos desde nuestras necesidades e intenciones. Me descubro en la medida
en que descubro al mundo, y al transformarlo, si es que logro hacerlo, me transformo yo
mismo.
Lograr transformar mi realidad no es posible con solo razonar y pensar en las mejores
opciones, la acción es el eslabón más pequeño de las transformaciones; he aquí la
importancia del empirismo en nuestros días, quizá no en el sentido de guardar los principios
por los que se estableció en aquel entonces pero si en la forma de abordar la realidad
presente que nos ha tocado vivir, un mundo tecnológico, virtual, de inmediatez y velocidad
ciega para los que consumimos de ella.
La experimentación no es un culmen por si solo, sino solo un nexo entre lo que se aspira
a conseguir: LA VIVENCIA. La vivencia representa la unidad entre lo objetivo de la
experimentación y lo subjetivo de quien lo experimenta; está teñida y constreñida con la
personalidad y con la concepción del mundo, es por medio de estas vivencias que es
posible formular hipótesis sobre las leyes que rigen todos los fenómenos de la naturaleza
biológica, social, psicológica, antropológica, etc.
La vivencia, tomando el concepto de Vygotski, como la unidad de conciencia refiere a la
superación de ver como objetos de estudio justamente eso, solo objetos, para pasar a
estudiar los procesos dinámicos, cambiantes, de interacción constante entre las relaciones
humanas; porque es allí, sin temor a equivocarme, donde se encierran las respuestas a
muchas cuestiones de las ciencias sociales que aun divagan en dar conclusiones con las
que se produzca un germen de interpretación cualitativamente superior y de engranaje con
los demás aspectos de la vida.
Es mi intención a invitar a las personas que leen este pequeño ensayo a despertar la
curiosidad por saber qué es lo que acontece en su vida, analizar estos acontecimientos,
procesarlos, entenderlos, manejarlos y dirigirlos a la consecución de sus metas y objetivos,
porque de esta manera uno se convierte en el agente activo de la superación individual,
colectiva y social de la realidad; una realidad diversa y compleja como la nuestra que
demanda un despertar critico lejos del conformismo y pesimismo que solo puede estar
presente cuando la situación termina por superarnos y nos convierte en víctimas y meros
receptores de lo que otros, con un poco más de suerte aparente, nos intentan vender o
convencer.
Por ultimo; y termino con una frase de Humberto Eco: El primer trabajo de una persona
cultivada es estar preparado para reescribir y reconsiderar lo aprendido; pues como
practicantes de la Psicología son gajes del oficio estar en constante autoexaminación y
reflexión sobre nuestra historia, nuestra sociedad, nuestro ser y nuestro contexto.