You are on page 1of 31
CAPITULO 1 Introduccién a la Geologia La Geologia La Geclogi, el hombre y ol medio enbiens Algunas rescfas histéricas acerca de la Geologia Tiempo geolégico La datacin relativa y la escala de tiempo geol6gico ; La magnitud del tiempo geol6gico Naturaleza de la investigacion cientifica il metodo clentfico La tecténica de placas y Ia investigacién cientifies Una vision de fa Tierra Hidrosfera Aunésfera Biosfera ‘Tierra sélida La Tierra como un sistema La ciencia del sistema Tierra El sistema Tierra Evolucién temprana de la Tierra El origen del planeta Tierra Formacién de la estructura en capas de la ‘Tierra Estructura interna de la Tierra ‘Capas definidas por su composicién Capas definidas por sus propiedades fisicas @Cémo sabemos lo que sabemos? La superficie de la Tierra Principales caracteristicas de los continentes Principales caracteristicas del fondo ocednico Las rocas y el ciclo de las rocas Tipos de rocas basicos El ciclo de las rocas: uno de los subsistemas de la Tierra Z___ CAPITULO 1 ttrosxciin ala Gestogia @ espectacular erupcién de un volcan, el terror cous do por un terremoto, ef espléndide escenario de un valle de montafia y Ia destruccién causada por una avalancha son temas de estudio pare e! geélogo. H estudio dela Ceologis aborda muchas cuestiones fascinantes y prdc- {cas sobre nuestro entorno. ¢Qué fuerzas producen las mon- tafias?, zhabrd pronto otro gran terremoto en California?, 2cém0 fue el periodo glacial”, zhabré otro?, gcémo se for: ‘maron estos yecimientos?, ideberismos buscar agua aqui?, 465 Uti la explctacién a cielo abierto en esta zona?, {se en. Contraré petréleo si se perfora un pozo en este lugar? La Geologia El tema de este libro es la geologta, del griego geo, «Tie Fram, y logos, »discurso». Es la cicncia que persigne I> comprensicn del planeta Tierra. La ciencia de ka Geolo- ig sc ha dividido tradicionalmente en dos amplias areas: la fisica y Ia histérica. La Geologia fisica, sobre la que trata este libro, que componen fa “Tierra y busca comprender las diferentes procescs que ac- tan dcbsjo y encima de la superficie terrestre. El objet- vo de la Geologia histérica la Tierra y su evok procurar ordenar cronolégicarnente los multiples cam= bios fisicos y biolbgicos que han ocurrido en el paside geoligico. El estudio de la Geologia fisica precede kigi- camente al estudio de la historia de la Tierra, porque, an~ tes de intentar revelar su pasado, debemos comprender primero emo funciona la Tierra. Entender ta Terra constituye un reto, porque nves- tro planeta es un cuerpo dindmico con muchas partes que interaccionan y una historia larga y compleja. En el ‘transcurso de su larga existencia, Ia Tierra ha ido cam- biando. De hecho, esti cambiando mientras lee esta pigi- na y continuari haciéndolo en un futuro previsible. Algu- ras veces fos cambios son ripidos y violentos, como cuando se producen deslizamicntos 0 erupciones volcini- 2s. A menudo, los cambios Genen lugar de una manera tan lenta que no se aprecian durante toda una vida. Las cscalas de tamao y espacio también varian mucho entre los fendmenos que los gedlogos esrudian. Algunas veces ésmns deben concentrarse en fendimenos cos, mientras que en otras ocasiones deben tratar con ¢a= racteristicas de escala continental o global La Geologia se percibe como una ciencia que se re- aliza en el exterior, lo eval es correcto. Una gran parte de Ia Geologia se basa en observaciones y experimentos lle- vailos 2 eaby en el campo. Pero la Geologia también se realiza en el laboratorio donde, por ejemplo, el estudio de varios materiales terrestres permite co;mprender mu- chos proceses bisicos. Con frecvencia, la Geologia re- quiere una comprensién y una aplicaciéin del cei miento y los principios de la Fisica, la Quimica yb Bio- logia. La Geologia es una ciencia que pretende ampliar ruestro conocimiento del mundo natural y del lugar que ‘ocupamos en él. La Geologia, el hombre y el medio ambiente Ei objetivo principal de este fibro es desarrollar una corn cchos de los problemas y cuestiones tratades por la Geo- Jogia Genen un valor prictico para las personas. Los riesgos naturales son parte de la vida en la Tie~ Fra. Cade dia afeccan de forma adversa literalmente a mi- Hones de personasen todo e! mundo y son responsables de dlahes asombrosos. Entre los procesos terrestres pelig0sos cestudiados por los gedlogos, se cuentan los voleanes, la in- undaciones, los terremotos y los deslizamientos. Por su- puesto, los riesgos geokégicos son simplemente procesos raturale. Silo se vuclven peligrosos cuando las personas iorena vse donde sto prossns ceden (Fgura », Los recursos representan otro importante foco de la Geologia, que es de gran valor prictico para las perso- nas, Estos recursos son cl agua y el suelo, una gran varie~ dad de minerales metilicos y no metilicun, y la encrgia. En conjunto, forman Ia Weusen base de ie civilizacién moderna. La Geologia abords no sdlo ba farmacién y la ‘existencia de estos recursos vitales, sino también el man- tenimiento de sus existencias y el impacto ambiental de su extracci6n y su uso. complicando todas las cvestiones ambientales. Cada allo la poblaciGn terresere aumenta en cien millones de per- sonas, lo cual significa una demands cada vez mayor de recursos y una presiin creciente para que las personas habiten en ambientes con peligros geokigicos significa~ tivos, No sélo los procesos geolgicos tienen un impacto sobre las personas, sino que nosotros, los scres humanos, podemos influir de forma norable en los procesas geo- Jégicos también. Por. ciemplo, las crecidas de los ri0s-son algo natural, pero las actividades humanas, como aclara- miento de bosques, construccién de ciudades y construc cién de embalses, pyeden cambiar su magnitud y fre- ‘cvencia. Por desgracia, los sistemas naturales no se ajustan ‘seanpre a los cambios artificiales de mancras que podamos prever. Asi, una alteracién en el medio ambiente que se preveia beneficiosa para la sociedad a menudo tiene el efecto opuesto, > Figura 1.1. Imagen del Monte Vesuvio, en Italia, en septiembre de 2000. Este gran volcén esté rodeado por la ciudad de Napoles y la Bahia de Népoles. El afio 70 a.C. el Vesuvio ents en erupcion de una manera explosiva y centerr6 las poblaciones de Pompeya y Herculano en cenizas volcénicas {Nolverd a ocurtir? Los riesgos ‘geol6gicos son procesos naturales. Sélo se convierten en riesgos cuando las personas intentan vivir donde estos ;procesos tienen lugar. (Imagen cortesia de la NASA.) En determinados puntos de este libro, tendrin la oportunidad de examinar distintos aspectos de nuestra relaci6n con el medio fisico. Sera raro encontrar un ca- pitulo que no se refiera a algdn aspecto de los riesgos naturales, las cuestiones ambientales o los recursos. Par- tes importantes de algunos capitulos proporcionan el co- nocimiento geolégico bisico y los principios necesarios para comprender los problemas ambientales. Ademés, al- gunos recuadros de especial interés del libro se concen- tran en la Geologia, las personas y el medio ambiente ex- poniendo estudios de casos o destacando una cuestién de actualidad. Algunas resefias histéricas acerca de la Geologia La naturaleza de nuestro planeta (sus materiales y proce- 303) ha sido objeto de estudio durante siglos. Los escritos sobre temas como los fésiles, las gemas, los terremotos y los volcanes se remontan a los griegos, hace mas de 2.300 ailos. Sin duda, el fildsofo griego més influyente fue Aris- tételes. Por desgracia, las explicaciones de Aristételes so- bre la naturaleza del mundo no se basaron en observacio- nes y experimentos sagaces. Antes bien, fueron opiniones arbitrarias. Aristdteles crefa que las rocas habian sido cre- adas bajo la «influencia» de las estrellas y que los terre- motos se producfan cuando el aire entraba con fuerza en la tierra, se calentaba por los fuegos centrales y escapaba de manera explosiva. Cuando se enfrentaba a un pez fé- sil, explicaba que «muchos peces viven en la tierra inmé- viles y se encuentran cuando se excava». Aunque las explicaciones de Aristételes pudieran ser adecuadas para su época, por desgracia se las siguié La Geologia 3 aceptando durante muchos siglos, impidiendo asi la ela- boracién de explicaciones més racionales. Frank D. Adams afirma en The Bird and Development of the Geolog ‘al Sciences (Nueva York: Dover, 1938) (El nacimiento y desarrollo de las Ciencias Geolégicas) que «a lo largo de toda la Edad Media Aristételes fue considerado el princi pal fil6sofo, aquél cuya opinién sobre cualquier tema era la definitiva y més autorizada». Catastrofismo. A mediados del siglo xv, James Uss- her, arzobispo anglicano de Armagh, primado de Irlanda, publicé un importante trabajo que tuvo influencias inme- diatas y profundas. Afamado estudioso de la Biblia, Uss- her construyé una cronologia de Ia historia humana y de Ja Tierra en la que determiné que la Tierra tenia s6lo unos pocos miles de afios, ya que habfa sido creada en el 4004 a.C. El tratado de Ussher consiguié aceptacién ge~ neralizada entre los lideres cientificos y religiosos de Eu- ropa, y su cronologia acabé figurando impresa en los margenes de la misma Biblia. Durante los siglos xvn y xvii la doctrina del catas- trofismo influy6 con gran fuerza en el pensamiento so- bre la dindmica de la tierra. Dicho brevemente, los catas- trofistas crefan que los paisajes de la Tierra habian sido formados inicialmente por grandes catastrofes. Por ejem- plo, las montafias o los cafiones, cuya formacién hoy sa~ bemos que requiere mucho tiempo, se explicaban como si fueran el resultado de desastres stibitos y a menudo a escala planetaria, producidos por causas desconocidas que ya no actian. Esta filosofia era un intento por enca- jar la velocidad de los procesos terrestres con las ideas en- tonces reinantes sobre la antigiiedad de la Ticrra. La relacién entre el catastrofismo y la edad de la ‘Tierra se puede resumir como sigue: 4 CAPITULO 1_Introduccién ala Geolagia Que la Tierra habia suftido grandes y extraordina- rios cambios durante su oscuro pasido era clara- mente evidente para cualquier ojo inquisitivos pero concentrar esos cambios en unos pocos y breves milenios precisaba una filosofia hecha a medida, tuna filosofia cuya base era el cambio stibito y vio- lento*. Nacimiento de la Geologia moderna. La Geologia mo- derna se inici6 en los afios finales del siglo xvi, cuando James Hutton, médieo y terrateniente escoces, plies st ‘Theory of the Earth (Teoréa de la Tierra). En su trabajo, Hutton estableci6 un principio que constituye el pilar de | Geologfa actual: el uniformismo. Establece simple- mente que las eyes fiscas, quémicas y bivlbgicas que actian boy, lo ban echo también en el pasado geoligico. Esto signifi- ca que las fuerzas y los procesos que en la actualidad ob- servamos que dan forma a nuestro planeta actuaron tam- bin en el pasado. Por tanto, part comprender las rocas antiguas, debemos entender primero los procesos pe~ trogenéticos y sus resultados en la actualidad. Esta idea suele expresarse diciendo que «el presente es la clave del pasado», Antes de la Theory ofthe Earth de Hutton, nadie ha- ba demostrado de manera eficaz que los procesos geol6- gicos se producian a lo largo de perfodos extremadamen- te largos. Sin embargo, Hutton sostuvo con persuasién que fuerzas que parecen pequefias producen, a lo largo de lapsos prolongados de tiempo, efectos exactamente igual de grandes que los derivados de acontecimientos catas- tréficos stibitos. A diferencia de sus predecesores, Flut- ton cité con sumo cuidado observaciones verificables para apoyar sus ideas. Por ejemplo, cuando sostenfa que las montafias eran esculpidas , en siltima instancia, destruidas por Ia meteo- rizacién y la acci6n de las aguas superficiales, y que sus res- tos eran llevados a los océanos por procesos observables, Hutton dice: «Tenemos una cadena de hechos que de- muestran claramente (.) que los materiales de las monta~ fas destruidas han viajado a través de los rios»; y ademas: «No hay un solo paso en toda esta sucesién de aconteci- :ientos (..) que no se perciba en la actualidad». Pas6 a continuaci6n a resumir este pensamiento planteando una pregunta y proporcionando inmediatamente la respuesta «Qué mis podemos necesitar? Nada, salvo tiempo.» En muestros das, los principios basicos del unifor- ‘mismo son tan viables como en época de Hutton. De he- cho, nos damos cuenta con més fuerza que nunca de que el presente nos permite una percepcién del pasado y que las leyes fsicas, quimicas y biol6gicas que gobiernan los pro- * HE. Brown, V. B. Monnet y J. W: Stovall, Jnoducion 10 Geology (Nueva Yorke Baisdel, 1959), ccesos geolégicos se mantienen invariables a lo largo del tiempo. Sin embargo, también entendemos que esta doc- trina no deberia tomarse demasiado al pie de Ia letra. ‘Cuando se dice que en el pasado los procesos geolégicos fueron los mismos que los que operan en la actualidad no se pretende sugerir que tuvieran siempre la misma impor- tancia relativa o que actuaran precisamente a la misma ve- locidad. Ademis, algunos procesos geolégicos importan- tes no pueden observarse en la actualidad, pero hay pruebas fehacientes de que suceden. Por ejemplo, sabemos que le Tierra ha sufrido impactos de grandes meteoritos sunque no haya testigos humanos. Acontecimientos como estos alteraron la corteza de la Tierra, modificaron su cli- ‘ma ¢ influyeron enormemente en la vida sobre el planeta La aceptacién del uniformismo significs la acepta- cin de una historia muy larga para Ja Tierra. Aunque la intensidad de los procesos terrestres varfa, estos siguen tardando mucho en crear y destruir los principales acci- dentes geograficos del paisa. Por ejemplo, los gedlogos han llegado a la conclu- sién de que en el pasado existieron montafias en zonas de las actuales Minnesota, Wisconsin y Michigan, En la ac- tualidad, la regién consiste en colinas bajas y lanuras. La erosion (proceso que desgasta la Tierra) destruys de for- ‘ma gradual esos picos. Los eélculos indican que el conti- nente norteamericano esta siendo rebajado a un ritmo de unos 3 centimetros cada 1.000 afios. A este ritmo, el agua, el viento y el hielo tardarian 100 millones de afios en re- bajar unas montafies cuya altitud fuera de 3.000 metros. Pero incluso este lapso de tiempo es relativamente pequelio en la escala temporal de la historia de la Tierra; el registro rocoso contiene pruebas de que la Tierra ha ex perimentado muchos ciclos de formacién y erosion de montafas. En lo referente a la naturaleza en continuo cambio de la Tierra através de grandes perfodos de tiem- po, Hutton hizo una afirmacidn que se convertirfa en una cita clisica. En la conclusién de su famoso articulo publi- ‘cado en 1788 en las Trumsactions of the Royal Society of Pdin- burgh, afirmé: «Por consiguiente, el resultado de nuestra presente investigacién es que no encontramos vestigios de ‘un principio; ni perspectivas de un fin». Una cita de Wi- lliam L. Stokes resume la importancia del concepto bisi- co de Hutton: Enel sentido de que el uniformismo requiere la ac- ‘macidn de leyes o principios intemporales ¢ inva- tables, podemos decir que nada de nuestro conoci- miento, incompleto, pero extenso, discrepa de él. En los capitulos siguientes examinaremos los mate- rales que componen nuestro planeta y los procesos que 5 noi of Erb Hier Engewoot Ci, New Jersey Premice Sal Tt) ee, Jo modifican. Es importante recordar que, si bien mu- chos rasgos de los paisajes de nuestro entorno parecen no cambiar durante los decenios que nosotros los observa- ‘mos, sin embargo, sf estin cambiando, pero a escalas temporales del orden de centenares, millares o incluso muchos millones de afios. ‘Tiempo geolégico Aunque Hutton y otros reconocieron que el tiempo geo- légico es extremadamente largo, no tuvieron métodos para determinar con precision la edad de la ‘Tierra. Sin ‘embargo, en 1896 se descubrié la radiactividad. La uti zacién de la radiactividad para datacién se intent6. por primera vez en 1905 y se ha perfeccionado desde entoi ces. Los gedlogos pueden ahora asignar fechas bastante cexactas a acontecimientos de la historia de la Tierra". Por ejemplo, sabemos que los dinosaurios se extinguieron hace alrededor de 65 millones de afios. En la actualidad se sittia Ia edad de la Tierra en unos 4.500 millones de aifos. La datacién relativa y la escala de tiempo geolégico Durante el siglo x1x, mucho antes del advenimiento de la datacién radiométrica, se desarroll6 una escala de tiempo geol6gico utilizando los principios de la datacién relati- va, Datacién relativa significa que los acontecimientos se colocan en su secuencia u orden apropiados sin cono- cer su edad en afios. Esto se hace aplicando principios coino la ley de superposicion (super = sobre, psitum situar), que establece que en las capas de rocas sedimen- tarias 0 de coladas de lava, la capa mis joven se encuen- tra en la parte superior y la més antigua, en la inferior (en cel supuesto de que nada haya volcado las capas, lo cual a veces sucede). El Gran Caitén de Arizona proporciona tun buen ejemplo, en el que las rocas més antiguas se si= ‘rian en el interior del desfiladero y las rocas més jévenes se hallan en el borde. Ast, la ley de superposicién esta- blece el orden de las capas de roca (pero no, por supues- to, sus edades numéricas). En nuestros dias, esta propo- sicin parece elemental, pero hace 300 afi, significé wn gran avance en el razonamiento cientifico al establecer tuna base racional para las determinaciones del tiempo relativo. Los fosiles, restos o impresiones de vida prehistéri- ca, focron también esenciales para el desarrollo de la es- cala de tiempo geolégico. Los fésiles son la base del principio de sucesién bidtica, que establece que Jos = * Tin el Capitulo 9 hay una discus més completa sobre esta cuestion, Tiempo geolégico 5 _ganismas fsiles se sucedieron tas a otros en ten orden definido 1y determinable, y, por tanto, cualquier periado geoligico puede ‘reconocerse por su contenido en fésiles. Este principio se dlesa~ rrollé con gran laboriosidad durante decenios recogien- do fésiles de incontables capas de rocas por todo el mun- do. Una vez establecido, este principio permiti6 a los geélogos identificar rocas de la misma edad en lugares completamente separados y construir la escala de tiempo geol6gico mostrada en la Figura 1.2. Obsérvese que las unidades en que se divide el tiem- po geoldgico no comprenden necesariamente el mismo iiimero de afios. Por ejemplo, el perfodo Cémbrico duré unos 50 millones de afios, mientras que el Sifiico abarc6 s6lo 26 millones. Como destacaremos de nuevo en el Ca- pftulo 9, esta situaciOn existe porque la base para el esta- Dlecimiento de la escala de tiempo no fue el ritmo regular de un reloj, sino el cardcter variable de las formas de vida a lo largo del tiempo. Las fechas absolutas se afiadieron mucho después del establecimiento de la escala temporal Un vistazo a la Figura 1.2 revela también que el e6n fane- rozoico se divide en muchas mas unidades que los eones anteriores aun cuando abarque sélo alrededor del 12 por ciento de la historia de la Tierra. El escaso registro fosil de ‘sos primeros cones es la principal razén de la falta de de- talle en esta porcién de la escala, Sin fosiles abundantes, los gedlogos pierden su principal herramienta para subdi- vidir el tiempo geol6gico. La magnitud del tiempo geolégico E] concepto de tiempo geolégico es nuevo para muchos no gedlogos. T.as personas estamos acostumbradas a tra- tar con incrementos de tiempo que se miden en horas, dias, semanas y afios, Nuestros libros de Historia suelen examinar acontecimientos que transcurren a lo largo de siglos; ahora bien incluso un siglo es dificil de apreciar por completo. Para la mayoria de nosotros, algo o al- guien que tenga 90 afios es muy vieja, y un artefacto de 1.000 afios es antigua. Por el contrario, quienes estudian la Geologia de- ben tratar a diario con enormes periods temporales: mi- Ilones o miles de millones de afios. Cuando se contempla en el contexto de 4.500 millones de afios de antigiiedad de la Tierra, un acontecimiento geol6gico que ocurrié hace 10 millones de afios puede ser calificado de «recien- te» por un gedlogo, y una muestra de roca que haya sido fechada en 10 millones de aiios puede denominarse joven». En clestudio de la Geologfa, es importante la apre~ ciacién de la magnitud del tiempo geol6gico, porque ‘muchos procesos son tan graduales que se necesitan enormes lapsos de tiempo antes de que se produzcan resultados significativos. 6 ___ CAPITULO 1 _Introduccién ala Geologia ‘A Figura 1.2 Escala de tiempo geolégico. Las cifras indicadas en la escala vertical representan el tiempo en millones de afios antes del presente, Estas fechas fueron aftadidas mucho después de que se hubiera establecido la escala de tiempo utilizando técnicas de datacién relativa. El Precimbrico representa més del 88 por ciento del tiempo geolégico. (Datos procedentes de la Sociedad Geolégica cde América.) {Qué representan 4.500 millones de afios? Si em- Pezdramos a contar a un ritmo de un néimero por segun- do y continuaramos 24 horas al da, siete dias a la semana y. nunca paréramos, ;tardarfamos aproximadamente dos vidas (150 afios) en alcanzar los 4.500 millones! Otra in- teresante base de comparacién es la siguiente: Comprimamos, por ejemplo, los 4.500 millones de afios de tiempo geol6gico en un solo afio. A esa es- cala, las rocas mas antiguas que conocemos tienen fecha de mediados de marzo. Los seres vives apa- recieron en el mar por primera vez en.mayp. Las plantas y los animales terrestres emergieron a fiz nales de noviembre y las amplias cignagas que for- fos depésitas de carbén florecieron aproxi- madamenté durante cuatro dias a principios de diciem inosaurios dominaron la Tierra a iembre, pero desaparecieron el dia a laver que se levantaron por pri mera vez las Montaias Rocosas. Criaturas de as- ecto humano aparecieron en algiin momento de la tarde del 31 de diciembre y los casquetes polares mis recientes empezaron a retroceder desde el rea de los Grandes Lagos y el norte de Evropa alrede- dor deLsminuto y:15 segundos anies dela media no- che del.31. Rema goberné el mundo occidental du- rante cinca segundos, desde las 11 h 59,45 hasta las 11h 59,50. Colén descubrié América, antes de la medianoche, y la ciencia de la Geologia nacié con los escritos de James Hutton pasado un poco el tiJtimo segundo del final de nuestro memo- rable afio*. Lo anterior no es més que una de las muchas analo- arias que se han concebido en un intento por comunicar la magnitud del tiempo geolégico. Aunque stiles, todas ellzs, por muy inteligentes que sean, s6lo empiezan a ayudarnos a comprender la vasta extensién de la historia de la Tierra. Naturaleza de la investig: ‘Toda la ciencia se basa en Ja suposicién de que el mundo natural se comporta de una manera constante y predeci- ble que puede comprenderse mediante el estudio atento y sistemdtico. Rl objetivo general de la ciencia es descu- brir los modelos subyacentes en la naturaleza y luego uti- lizar ese conocimiento para hacer predicciones sobre lo que cabria o no cabria esperar que ocurriera dados cier= n cientifica * Don L. Fiche, Geli Tie, segunds eticin (Englewood Cif, ‘New Jersey: Prentice Hal, 1978), pigs 18-19. Reimpreso con permiso. Una ver recogi Naturaleza de la investigacién cientifiea 7 tos hechos y circunstancias. Por ejemplo, sabiendo cémo se forman los depésitos de petréleo, los gedlogos pueden predecir los sitios més favorables para la exploracién y, quizé igual de importante, cémo evitar las regiones con esesgo 0 nul poten ? El desarrollo de nuevos conocimientos cientificos implica algunos procesos l6gicos basicos que son univer- salmente aceptados. Para determinar qué esti ocurriendo en el mundo natural, los cientificos recogen «datos» ientificos a través de la observacién y la medida, Como elerror es inevitable, Ia exactitud de una medida o una observacin particulares es siempre euestionable. No cobstante, esos datos son esenciales para la ciencia y sirven como trampolin para el desarrollo de las teorias cientifi- cas (véase Recuadro 1.1), Hipétesis Jos datos y formulados los principios que describen un fenémeno natural, los investigadores intentan explicar cémo o por qué las cosas suceden de la manera observada. Lo hacen elaborando una explicacién Provisional (0 no probada), que denominamos una hip6- tesis cientifica o modelo. (El término modelo, aunque a menudo se utiliza como sindnimo de hipotesis, es un tér- ‘mino menos preciso, ya que también se emplea a veces para describir una teoria cientifica,) Es mejor que un in- vestigador pueda formular mds de una hipotesis para ex- pli mnjunto determinado de observaciones. $i un solo investigador no puede idear miltiples modelos, los otros miembros de la comunidad cientifica desarrollarin ‘asi siempre explicaciones alternativas. Con frecuencia, a todo ello le sigue un debate encendido. Como conse- cuencia, quienes proponen modelos opuestos Hevan a cabo una investigacidn extensa y los resultados se ponen a disposiciGn del resto de la comunidad cientifica a través de las publicaciones cientificas. Antes de que una hip6tesis sea aceptada como parte del conocimiento cientfico, debe someterse a pruebas y. analisis objetivos. (Si una hipétesis no puede probarse, no ¢s cientificamente dtil, por muy interesante que pueda pa- recer:) El proceso de verificacidn requiere que las predieco nes se hagan segiin el modelo que se esté considerando y qué lis prediccionés se prueben comparindolas con ob- szrvaciones objetivas de la naturales En ots palabras, las hipotests deben poder aplicarse a observaciones distin- tas de las utilizadas para formolarlas en primer lugar. A la larga, las hipétesis que suspenden esta prucha se descar- tun. La historia de la ciencia esti repleta de hipstesis des- ccartadas. Una de las mejor conocidas es Ia idea de que la ‘Tierra_era el centro del universo, una propuesta que se sustentaba en el aparente movimiento diario del Sol, la Luna y las estrellas alrededor de la Tierra. Como afirmé con tanta habilidad el matemstico Jacob Bronowski: «La 8 CAPITULO 1 Introduccién ala Geologia El estudio de la Tierra desde el espacio Los datos cientificos se recogen de mu- chas maneras, como en los extudios de la- boratorios y en las observaciones y medi- amarillas, verdes, moradas y rosas, indi- cando la presencia de carbonatos, sulfatos y cloruros. Las Montafias Panamint al coeste (izquierda) y las Montaiias Black al ficas. En las zonas de color rojo brillante domina el cuarzo, que se encuentra en la arenisca; las zonas de color verde son cali ciones de campo. Las imagenes ¢ como la que muestra la Figura ‘ra fuente de datos iil. Estas imagenes proporcionan perspectivas dificiles de ob- tener mediante otras fuentes mas tradi- cionales, Ademés, los instrumentos de alta tecnologia instalados a bordo de muchos satélites permiten alos cientificos recoger informacién de regiones remotas cuyos datos serfan escasos de otro moda. En Ja imagen de Ia Figura 1.A se ha empleado el Radiémetro Espacial de Emisi6n y Reflexién Térmica Avanzado (ASTER). Puesto que los dstintos mat riales reflejan y emiten la energia de ma- neras diferentes, ASTER puede propor- cionar informacién detallada sobre la composicién de la superficie de la'Tierra. La Figura L.A es una imagen tridimen- sional enfocada hacia el norte del Valle de la Muerte, en California. Los datos han sido realzados por computador para exagerar las variaciones de color que des- tacan las diferencias en los tipos de mate- riales de la superficie. Los depésitos de sal del fondo del Va- Ie de la Muerte aparecen como sombras ciencia es muchas cosas, pero al final todos vuelven a esto: Ja ciencia es la aceptacién de lo que funciona y el rechazo de lo que no lo hace: Teoria Cuando ha sobrevivido a una comprobacién cuando se han eliminado los modelos comp. hipdtesis puede ser elevada al estatus de teoria cientifica. En el lenguaje cotidian: teoria». Pero una_teor solemos decir «eso es s6lo una ica es_una vision. bien cient comprobada y ampliamente aceptada que, en opinién de la comunidad cientifi hechos observ Las teorias muy documentadas se sostienen con un elevado grado de confianza. Las teorias de esta talla con un gran alcance tienen un estatus especial. Se denominan paradigmas, porque explican una gran cantidad de as- pectos interrelacionados del mundo natural. Por i .€s la que mejor explica ciertos zas, En la parte central inferior de la in agen aparece Badwater, el punto més bajo de Norteamérica. A Figura 1.4. Esta imagen de satélite muestra informacién detalada sobre la composicién ‘de los materiales de la superficie en el Valle de la Muerte, California. Se realizé superponiendo Jos datos del infrarojo térmico nocturno, adquiridos e! 7 de abril de 2000, a los datos topagréficos del Servicio Geolégico de los Estados Unidos. (Imagen cortesia de la NASA.) plo, Ia te las ciencias geolégicas que proporciona un marco para la comprensién del origen de las montafas, los terremotos y la actividad volednica. Ademis, la tectonica de placas explica la evolucién de los continentes y las cuencas oce- Anicas a lo largo del tiempo (tema que consideraremos mis adelante en este capitulo). El método cientifico EI proceso que se acaba de describir, en el cual los inv tigadores recogen datos a través de observaciones y for- mulan hipétesis y teorfas cientificas, se denomina método cientifico. Al contrario de la creencia popular, el método cientifico no es una receta estindar que los cientificos aplican de una manera rutinaria para desenmarafiar los secretos de nuestro mundo natural, Antes bien, es una rividad ¢ intuicién, Rutherford Inventar hipéte- mpresa que implica cr y Ahlgren lo express on de esta for UnavisiéndelaTiera 9 sis 0 teorfas para imaginar cémo funciona el mundo y luego apafidrselas para ponerlas a prueba con los hechos reales es tan creativo como escribir poesia, componer iiisica 0 disefar rascaciclos»*. ‘No hay un camino fijo que los cientifieos puedan seguir siempre y les conduzca infaliblemente al conoci- miento cientifico. No obstante, en muchas investigacio- nes cientificas intervienen las siguientes etapas: (I) reco- gida de datos cientificos a través de la observacién y la medida; (2) desarrollo de uns o varias hipstesis de traba- jo que expliquen esos datos; (3) desarrollo de observacio- nes y experimentos para probar la hip6tesis; y (4) acepta- cién, modificacién 0 rechazo de las hipdtesis sobre la base'de extensas pruebas (oéase Recuadro 1.2). A VECES LOS ALUMNOS PREGUNTAN En clase, se comparé una hipotesis con una teorra. En qué se diferencian cada una ellas de una ley ientifica? Una fey cientfica es un principio hisico que describe un com= portamiento particular dela naturaleza que, en general, tiene ‘un aleance reducido y se puede exponer brevemente, a me~ sudo como una eeuncién matemtica simple, Dada que se ha sdemostrado una y ora vez que las leyescientficas coincide con las observaciones y las medidas, se descartan en muy’ pocas ocasiones, Sin embargo, puede ser necesario modifi- cars leyes para ajustarls 2 los nuevos descubrimientos. Por cjemplo, las Ieyes del movimiento de Newton son todavia “Gules para ls aplicaciones cotidianas (a NASA las wtliza para caleulir ls trayectorias de los satélites), pero no funcionan a velocidades préximas a Ia velocidad de la luz, Por ello, han sido sustituias por la teoria de la relatvidad de Finstein. Otros descubrimientos cientiicos pueden proceder de ideas simplemente te6ricas, que se enfrentan resuelta- mente 2 un extenso examen. Algunos investigadores uti- lizan computadores de gran velocidad para simular lo que sucede en el mundo «teal». Estos modelos som titles para tratar los procesos naturales que suceden en escalas de tiempo muy largas o que se producen en lugares extre~ mos 0 inaccesibles, También, otros avances eientificos tienen lugar después de un suceso totalmente inesperado . ~F James Rutherford y Androw Ahlgren, Scene fr All coericne (Nueva York: Oxford University ress, 1990), pig 7 El conocimiento cientifico se adquiere a través de varias vias, de modo que quieé sea mejor describir la na- turaleza de la investigacién cientifica como métodos de la ciencia y no como el método cientifico. Ademis, debe re- cordarse siempre que incluso las teorias cientificas més convincentes siguen siendo s6lo explicaciones simplifica- das del mundo natural La tecténica de placas y la investigacién cientifica En las piginas de este libro tendré muchas oportunidades para desarrollar y reforzar su comprension sobre el fun Siunisusienuy de fa ciencia y en par icuta, sobre el funcio namiento de la Geologia. Aprenderé los métodos de reco- gida de datos y desarrollard un sentido de las téenicas de ‘bservacién y los procesos de razonamiento que utiizan Jos gedlogos. El Capitulo 2, «Tecténica de placas: el desa- srollo una revolucion cientiica», es un ejemplo excelente. En las tiltimas décadas, se ha aprendido mucho so- bre Ia dinémica de nuestro planeta. Este periodo ha constituido una revolucién sin igual en nuestra com- prensién de la Tierra. La revolucion empez6 a principios

You might also like