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(/EXCAVACIONES RECIBNTES EN EA VILLARIGA DE LA’ VERACRUZ. a Judith Homdndles Aranda La Villa Rica de Ja Veracruz es uy sitio de particular impors~ tancia para la historia de México; en ella se generaron decisiones y se consumaron hechos trascendentales capdces de cambiar el deati- no de una nacién. Sus ruinas se mantuvieron en el olvido hasta 1951, afio en que el arquedélogo Alfonso Medellin Zenil, realizara-la exca- | vacién de los ‘cimientos’ de la fortaleza para "levantar! el plano -~ respectivo, asi como localizar algin depésito cerémico que ratifica | réo rectificara el hallazgo sobre la eacalinata del ‘Palacio en ~ : el cementerio central de Quiahuiztlan" (Medellin 2, 1951:4), Ea de-- cir, con el propésito de corroborar per medig de 1és materiales, la convivencia de! espafioles y totonacos (Pig/ 1). Posterioxmente, en 1984, Brueggemann encontré que los cimientos de ia fortaleza’ se ha- bfan vuelto a cubrir de tierra-y maleza, en esa ocasién, se excavéd, Liberé y consoliaé Ye porcién oeste de ia construceién, con 1a fina lidad -entre otros propésitos-, de obtener materiales que ampliaran la informacién relacionada con los espacios y tiempos de ocupacién de les asentamientos que en ja costa ‘central de Veracruz han exis~ tido (Pigs 2 y 3 y 3A). : En el presente afio, como parte.de ese proyecto se continuardn las investigaciones, con la intencién de encontrar los restos de ~: 4 otros: inmuebles gue formaron parte de la villa-y de los cuales se - a FIGURAS Fortaleza: cimiontos on la porcisn este, conolidads, por Bricg- oman on 1984, PLANO DE LOGALIZACION SePnENERE “26 sca Figure 34 SetSieasaalt” 220 tiene noticia a través de las crénicas de Bernal Diaz del castillo, Francisco Lépez de Gémara y las Cartas de Relacién de wexndn Cor~ tés. Al leer las crénicas de la conquista de México se evdda el an | biente de las novelas medievales de caballéria, llenas de relatos fantdsticos, leyendas y mitos en las cuales el caballero por fer-~ | vor a su Dios, a eu rey y a su dama, ofrece sus mayores esfuerzos para-logzar la victoria en las empresas. que le fueron encomenda-~ das; con la diferencia que las crénicas histéricas de nuestro pats contienen lo amargo de una realidad que no se~aceptid y los nombres de Dios, el rey o 1a dama, solo sirvieron*para encubrir lo que por | ambicién se hacia; lae aéciones, de Cortés’ y de algunos de sus nom bres ‘son claro ejempla"de éllo. Una vez .que Cortés hubo calculado las riquezas, que’ podia es~ 4 conder el suelo americano, mediante la simple evaluacién de los re galo& y objetos, que logré ‘obtener ‘en el trayecto de su explora: cién por las costas de Yucatén y Tabasco, ~asi como por les consa- bidos presentes que le envid. Moctezuma al puerto de San Juan de -- Ulia-, decidié quedarse a descubrix y poblar aquellos territorios, || x que a pesar de gus hostilidades, le ofrecian 1a posibilidad de con” vertirse en un gran sefior, duefio de tierras y'vasallos. Para: lo-~ grarlo necesitaba de les favores del rey de Espafia, de tal manera, que puso en marcha un plan, con-el cual casi de inmediato: logré ius objetivos, Puede decirse que la astucia, una recia determinacién y! una excepcional suerte fueron partes integrantes del temperamento de Cortés. Asi,-no es de extrafiar que una de las, primeras resolu- ciones por él tomadas, fuese desconocer la autoridad de Diego ve- ldzquez, gobernador de la dla de Cuba, quien Jo habfa enviado a--/ realizar los fruct{feros "rescates" (intercambios de pedreria en -) vidrios y otras chucherfas espafiolas por oro, plata'y joyas indige nas), que podian efectuarse con los indigenas de las tierras reciés descubiertas durante las exploraciones, patrocinadas en gran parte | 8 dc be er Be ce er 221 y Juan de Grijalba entre los afics.1517 y 1518. * utilizando artimafias Cortés logré salir de Cuba, haciendo gran~ des promesas a su gobernador y con las mismas argucias £né capaz ~ de convencer @ los soldados que vinieron con 61, -en su mayoria ~~ simpatigantes de Diego velézquez-, que era mejor quedarse a poblay, que rogresar a 14 Isla Fernandina (1), en donde tendrian que dar - cuentas al gobernador del oro rescatado hasta aquellos momentos, ~ tal como habia sucedido con la expedicién de Juan de Grijalba. To~ do ocurrié de tal suerte, que terminaron siendo los propios solda-~ dos quienes solicitaron a Cortés comenzar a poblar, pidiéndole que aceptara el cargo de capitdn General y Justicia Mayor del primer - asentamiento hispano en tierra firme del Continente Americand: la yilla Rica de’ la Veracruz, por ‘ser. lo que mds “convenfa al servi-- cio de Dios y del Rey de Fspafia”. Debé recordarse que Cortés Llegé.a San Juan de Ulta el jueves santo de 1519, en época de nortes (2); desembarcé al dia ‘siguiente y fas recibido por embajadores de,Moctezuma, siendo agasajado en ~ dos ocasionés con grandes presentes y su ejército’ sustentade con buenos bastinentos, hasta que los mexicanos decidieron abandenarlo | -en aquellos inhéspitos arenales,ante su insissiencia de entievistar se con Moctezuia. Mientras eso sucedia, Cortés consideré que no pod{an permane~ cer lejos de poblaciones y decidié mandar a Francisco de Montejo, @ los pilotos Antén de Alaminos y Juan Alvarez con una embarcacién” aéxplorar la costa al norte durante diex'dfas, para buscar un -~ puerto més seguro,en donde, pudieron proteger las naves de los vien tos del norte, Aunque en aquella ocasién llegason hasta Panuco, ~ juagaron que el Gnice puerto seguro, préxime a alguna poblacién, ~ era uno cercana al cerro de Quiahuiztlan, a unas, doce: leguas de San Juan de Ulia., (Diaz del Castillo, 1968189). cortés,sin mAs prioridad que asentar sus reales en aquellos ~ ~@" Compafifa de muchos de sus soldados, proviste lugares, acordé recorrer por tierra el trayecto de armas y caba. Mos, en tanto sus naves, pilotes y capitanes 16 hactan por mar, Bn el camino de Quiahuiztlan tuvo oportunidad de hacer amistad con | ios zempoaltecas y con los pieblos de habla totonaca, que’ Bernal - Diaz (op. cit.: 99-100), calculé en més de treinta, mientras Cor- | tés (cartas de Relacién 1970134), habla de cincuenta villas y forta. ‘lezas y hasta cincuenta mil hombres. Bn las pldticas (3) que'tuvo Cortés con el Cacique Gordo de ~ Zempoala y con los hombres principales de aquella provineia,. pudo bpercatarse de la gran enemistad y rivalidades que tenfan con los - mexiganos, de quienes exsin tributaries. aproveché dicha situacién: @ favor de. sus planes para ir a Tenochtitlan, Y en pocos dias for- | mé una’alianza con 14s: puebloa totonacas y utilizande algunas tre-~ | tas, consiguid liberar a egtos pueblos del tributo alos mexi- ca, asi como-que los totonacas se declarasen leales vasallos del * vey de Repafia,y al mismo tiempo, que los mexicanos le confirmaran su amistad. asi, i Ghia Tegua del pueblo, questaba como en fortaloza, ques ge dice Quiavistian, y trazada iglesia y plaza y ataras fanas y todas las cosas que convenfa para ser villa, « picinos una fortaleza, y desde los cimientos, y en door balla de tener‘alta para enmaderar y hechas cxenecac y cubos y barbacanas dimos tanta prissa, que desde Cortéq Leipeom todos Los capitanes y soldados.., trabajanoa — scabar presto, los ‘unos en los cimientos, y otros on ha gen jas tapias, y otros en acarrear agua, y en laa eae galeras, en hacer ladrillos y tejas, y en buscar conte Ga; otros en la madera, los herreros en la clavazon s,, ¥,jos indlos que nos ayudaban? de manera que ya estaba hecha iglesia e casas e.casi la fortaleza’.. (pins aol pigeiite: op. eft: 103)..." y diré como se puso una = Picota en Ia plaza y fuera de la villa une horeay y se- falaron por capitanés para la entrada a Pedro de Aivas Fado, yimaestre de campo a Cristobal de Oli, y alguacil Bayer jo Joan de Escalante y tesorero a Gonzdlo Medias y contador Alonso de Avila (idem: 95)..." y fuerén los’ — primeros alcaides Alonso Herndndez, Puerto Carrero y Prancisco de Monte/jo* (Tb Por su parte, Gémara relata como Cortés fué a ver los navios que estaban detrds. del pefiol acompafiado por zempoaltecas y quia-- ; chuiztecas, ",+,con los cuales se corté muchas ramas y madeva, y se trajo con alguna piedra, para haver casas en el’ 1u gan quetrazo, a quien llamé la Villa Rica de la Vera cruz, como hab{an acordado cuando se nombré e! cabil do en San Juande V1éa. Repartiéronse solares a los vecinos y xegimiento, y Sefialéndose la iglesia, la plaza, las casas de cabildo, cércel, atavazanas, des cargadero, carniceria y otros. lugares ptiblicos y ne= cesarios al buen gobierno y policia de la vilia.... Trdzose asimismo una fortaleza sobre el puerto, eh sitio que paxecié conveniente, y comenzése luego ella y log dems: edificios a labrar de tapieria, que es da tierra de alli buena para ello". (Gémara,’ =-— 1979764). : Se quiso inclufr estas dos largas citas,para-ofrecer una sem- blanza de odno aexia el asentamdentohispano y el gran némero de in muebles que debieron constituirlo, pues con frecuencia, se piensa que la Villa Rica sélo fué una fortaleza. Sin embargo, poco a poco gon 1a ayuda, de las excavaciones arqueolégicas, ge-ha podido compro bar la existencia de algunas de esas construcciones; tal cotio ceu~ rrié en la reciente temporada de campo, reaiizada entre mediados — de los meses de julio y agoste de 1988, por quien esto suscribe. -. Durante estos’ trabajos se localizaron y exploraron los cimientos ~ de una construccién dé planta rectangular, de 19,30 metros de lar~ go por 4.70 de ancho, a 1a ‘cual se denominé Estructura 2, “asi como un horne de, cal, que Medellin (op. gitis4) denotiiné como una “espe cie de brocal de un pozo cegado", debido a’ que nunca lo excavé. Bl.trazo general de la planta arquitecténica-de ‘los cimientos mencionados y algunos detalles del sistema constructivo, se pudie-~ ron obtener, combinando, excavaciones perimetrales poco profundas, = Pero suficientes para determinar 1a alineacién de los muros (30cm poesia. ‘| | | I { | | 1 i i [ PIG. 4 aebRR oS > Ee aee FIGURA 6 Estructura 5 para In fiousion de les mt ros, con poeos slle- ros apicouados 0 ca reados utilizedos en los remates de la es: quinas. FIGUKA 5 Estructura 2: plantie Wa de cimieato en la coguina suracet, low Iurlos mueetran ua ‘comodo en aparojo do tind. - 24 en promedio), con algunos pozos de sondeo hasta la capa estéril. ~ | gn las partes excavadae no se‘pudieron lodalizar los accesos, pero | existen elementos, que pexmiten suponer que éstos se encuentran en) la parte central de la pared sur. Se habla de accesos porque el in mueble cuenta con un muro ~hecho casi exclusivamente de argamasa~ con direccién norte-sur, que lo divide en dos a lo ancho (Figura 4), y @ ttenos gue -este-muro no haya tenido una escalinata, que’ sir viera' para.comunicar los dos cuartos, se debe pensar que éstos te- nian entradas independientes. No se terminé de excavar la estructy ra,por falta de recursos para consolidarla y dado el gran deterio- ro que presenta, se opté por no liberarla, a fin de no acelerar su destruccién. : En corte, el cimiento tiene una forma escalonada y’al parecer caxecié de cepa (figura 4.), la plantilla, de 1.10 a 1.20 em de < | “anche y 15 de peralte, aproximadamentes Bs de picdras peauefias y ~ juinteadas con lédo, sobre ella descansa 1a‘otra parte del fundamen to, que es més angosta, 63 cm de ancho, y fungié como rodapié o 26 calo, con una altura promedio de 60 cm, aobre el cual descansaban los muros de madera, Tanto el zécalo, como la plantilla estaban re) cubiertes por uh aplanado de. cal de mala calidad, con demasiada arena y poco mortero, volviéndola deleznable (Fig. 4 Corte Aral). La forma del rodapié indica,qua en su parte media y a lo lar-. go de au superficie, se dejé un hueco en el que se encastraron los He muros dé madera, mismos que crap asegurados a 1a obra ‘con ripios - | junteagos con mezcla. Al ser los murog mAs angostos que. la superfi ie donde descansaban, los espacios lateralés que quedaban libres, | “tanto en la £achada como en el. interior, daban origen a un pretil © parapeto identificable, con lo que Diaz del Castillo denominé co mo barbacanas.. Por otro lado, ‘las troneras que mentiona el mismo - te mis baja’ del muro,.que descansan sobre el parapeto, Estos ele-j wentos arquitecténicos fueron muy comunes en las-construcciones mi 228 litares, por su utilidad para "disparar armas a cublerto del enemi; go" (Hernandez Velasco 1984: 14). Respecto’al concepto "labrar de tapieria, que la tierra ah{ es buena pata ello, mencionado por 6-) mara, debe sefialarse que la definicién de.tapia tiené varias acep-f Glories, a saber: "cada uno de los trozos de.pared que de una sola | vez se hacen con tierra amasada y apisonada en una horma" "muro dé cerca"; albén, tapia real, "pared que ‘se forma mezclando la tierra -/4 Gon alguna parte de cal". (Die. Hine. Hachette castell,.v, 11:2077) 4 Herndndez Velasco (op. cit.: 72) la define como muro de adobes. Del! ‘a cita de Gémara-se deduce, que la tierra de la Villa Rica era -! buena para fabricar ‘adohes y ladrillos y que algunos iuros fueron / veonstrufdos con esos elementos, pero el muro de mezcla qua diviae en dos al edificto que se esté describiendo; .séguramente fué mol- deado "in situ", de manera similar’ a los colados de castillos. que los ladrillos, al parecer, unieamente se utilizaron pard deli- | -mitar la superficie de las esquinas y el arranque del zécalo. Los Jadrillos estén hechos de tierra del lugar (4), con medidas muy + “Similates a los actudles: 29 x 14.5 x 4.5 cm, y se encontraron aco 26n y a soga), para facilitar 14 trabazén. En la esquina suroeste jos tnicos vestigios que quedan de. la’ plantilla de ladriilos pre- Sentan acomodo en aparejd de tigdn (Figs: 5,6,7,8). : Existen algunas partes, en donde.el ciitiento fue arrasado’ por el arado, con anterioridad el sitio fué sembrado con maiz y ajonja li, quedando los sillares removidos y parte de los aparejos des- truidos. (5) i: Debe aclararse, que hasta no.conclyir la -excavacién y andlisis de,los materiales arqueolégicos, no podré determinarse la if, FIGURAS estooeste, durante roceso, de exeavae Ls . FIGURAT Bitructure.2: Bordo do la planilla dal c= rwieato rocubierte ‘eon argamace do cal 228 funcién especifica del iamueble en cuestidn; Su-disefio arguitecténico, aunado a los éscaso: Pues la simpleza de -} 6 materiales muebles “4 que de él se han rescatado, no. permiten establecerla con exacti-- ‘tud. Sin embargo, después de reviear en las Fuentes todo lo relat clonado con las actividades desarrolladas por los habitantes y de ‘examinar los restos preservados, se puede plantear de manera pre= sliminar, que existen tres posibilidades de utilizacién a saber: - iglesia, casas de cabildos o atarazdnas. Discutiendo & continua‘ ¢ién cada una de estas probabilidades. La primera posibilidad y - Ja m4s factible es su funcién como iglesia, aebido a las milti-~ ples cuentas de barro de unos dos centimetros de didmetro, locali | “jo jaadas al interior del edificio, que bien pudieron sex parte de un “Woo xosario. Se encontrazon también fragmentos, de lo que probablemen te fu una copa yuna damajuana o vinajera de vidrio verdoso, =~ | vtransparente.y sumamente'delgado, utilizades tal vez, como elemen | (Row propios a 1a iglesia en el’ rito de la consagracién, ya que -| vies dif{cil gué un soldado o.un marinere trajesa consigo piezas “- .eambios, se Goneretaban generalmente a cuentas y espejos féciles detransportar y menos delicados. puede creersé que el edificio - dela iglesia haya sido de construccién sencilla, debido a que =~ % Gnicamente dos sacerdotes acompafiaron a’ Cortés en su primera: ex~ “bedicién por Nueva Bspafia: el clérigo Juan Diaz y Fray Bartolomé de Olmedo. De hecho, sélo Juan Diaz permanecié en la Villa Rica, ... Porque Olmedo continué con Cortés el camino a México, de tal mane ‘ra que ui sdlo sacerdote no requeria de grandes aposentos y, para oficiar la misa bien-pudo utilizar el portico de dicha construc-- cién como altar y los pocos devotos, que habitaban de manera per~ manente la Villa, escuchar’ el sermén al’ aire libre. -, Al comparar la planta arquitecténica del Edificio 2 de vilia Rica, con algunas iglesias de la Sierra Alta, Estado de Hidalgo pu é @o cbservarse que también en aquella régién, que cuehta con abun- ‘dantes ejemplos de arquitectura del siglo XVI, las igledias de los conjuntos menores(6) no siguen un patrén constructivo en particu- lar, pero comparten ciertas caracter{sticas como son: dimensiones muy reducidas, una sola nave, carecen de crucero-y el presbiterio ho se sefiala de manera especial (victoria, op. cit.; 107-110). Bn ja Figura 9, se incluyen plantas'de capillas de la Sierra Altay. ~ Hidalgo, para ser comparadas con el edificio-2 de Villa Rica, ‘tteniendo en cuenta jo anterior, dificiimente se puede imagi~ nar la posibilidad de encontrar restos de las cimentaciones carac’ teristicas de los conjuntos conventuales del siglo XVI; constitul= dos en au mayorfa por cuatro partes fundamentales: atrio, iglesia, convento y huerta (1bid:19). Asimismo, tainpoco debe esperarse que Jas caracter{sticas arquitecténicas de las construcciones de Villa’. Rica, correspondan de manera ‘ortodoxa, a formas dictadas por c&no~ nes de,construccién espafiola o a dimensiones especificas;.ya que al parecer no exist{a éntre los 450-espafioles que llegaron con ==" Cortés a fundar 1a villa, ninguno que se reconociése como alarité oficial (7) y como el objetivo inicial de construir una’ fortaleza era protegerse de posibles atiques ‘Ind{genas, las cuestiones est ticas serian relegadas a Ultimo término; conservando. solamenté las caracteristicas de estilo prevaleciente en aquellos momentos on = Espafia. Otra cuestién que debe-sefialarse es, que el cardcter de - fortaleza de las construcciones, posiblemente dunca se pusd a prue ba, porque se han haliado juntos materiales indigenas y espafioles,’ distribuides de manera indistinta, tanto en la fortaleza, como en as otras dos construcciones excavadas, lo cual muestra’ claramente’ la convivencia paoffica de totonacos e hispanos. . Otra de las posibilidades de uso de 1a construcciéa excavada;’. que por cierto, se encuentra distante, unos 150 metros de la fort: leza,-e8 como galén de cabildos (8), como se sabe, en esos recin-~ tos, sesionaban los regidores de un ayuntamiento (Encicl, de Méx., 1977, V-11:115). Asi, el hehco de encontrarse separada de la forta’ leza, puede interpretarse como um recurso estratégico, porque po-: niendo un guardia que xondase y vigilase, que nadie se acercard: du. Stitiry METAOS PLANO EL CONJUNTO DE MALILA PLANO OE LA LESIA DE ZOQUZOQIPAN 12, 14 wernos Seen eee PLANO Y ELEVACION OG LA TERCENA DE METZTITLAW. CATALOGO... HIDALGO. TeRads de Kubler, p.225 oNoAi.co | Fante las sesiones, diticilmente podrian los soldados enterarse de” las resoluctones 811i tomadas. tos raegos arquitecténicos tan simples de este edificio, re~ cuerdan la planta de uno de Meztitlén, denominado como La Tercena, «*: en cuyo nombre va implicito el funcionamiente: como almacén o-bo- | dega, que’ sin embargo, hasta la fecha tampoco ha’ podido determi-' arse, ei fue realmente utilizade para ese fin. Victoria (op okt i'2" 121), expresa le posibilidad que se trate de un edificio de cardc-. ter administrativo o de tipo habitacional, mientras que Kubler’ ($j (1982:225), sdlo lo ineluye en su libro. como ejemplo de arquitec-. tura civil. (Pig.-9), La tercera posibilidad de uso-del edificis es el de atarazanas, pero no en su acepeién de astillero, sino de arsenal, ya que se asienta aproximadamente a unos 250 metrog dis-. tante de la playa y a una altura de 17 M.8.n.m., lo cual dificul~ tarfa.los trabajos de construceién. Entonces, es mis factible su 480 Come arsenal 0: dépésito de armas, de utensilios de guerra y tal vez como sitio para quarddr los objetos aprovechables’de las. naves desmanteladas, que Juan de Escalante se encargé de hundiz, - Por mandato de Cortés para evitar posibles intentos de fuga, Algu= nos de esos objetos, menclonades por Diaz del Castillo (op. cits; 120) son anclas, cables, véelas, que muy bien pudieron ‘guardarse én” el edificio.en cuestién. Sin embargo, tambiéy és diffeil encoptrar evidencias arqueolégicas de elle, porque el mismo autor (Ibid; --:5 narra: : “cuando Cortés envio a Gonzdlo de Sandoval a la Villa Rica por teniente y capitan y alguacil mayor, le mandd que ‘asi como lleyase le enviase dos herreros con to. dos sus aparejos de fuelles y herramientas y-macho - hierro de lo de los navios que dimos al través, y -las dos cadenas grandes de hierro ‘que egtaban ya hechas, ¥ que enviase velas y jarcias, y pez y estopa, y und aguja de marear, y todo otro Gualguier aparej6 para hacer dos bergantines para andar en la laguna do Né- jico: lo cual “luego se lo envié Sandoval muy cumpli- damente segtin y de la manera que lo mandé". Con le anterior, se puede entender muy bien porque en las exy cavaciones de la Villa, Rica, se encuentren tan pocos fragmentos de’, metal o ingtruméntos de trabajo espafioles. Los que se han hallado hasta ahora, pertenecieron seguramente a los herrajes y clavazone: ‘de los’ muros y otros enitaderamientoa, Por’ otro lado, la tayor Parte, ide -los restos corresponden a cornice tanto inaigena fiz '; deBido: aque L 1 t 2 | 6 en. 1523, a uolicitud de Cortés, a una-nueva villa a orilles de: ¥i0),al cual-denominaron Banderas (San Juan Chalchicuecén), conoc ae “abtualnente cono La Antigua Veractuz. Este lugar, en opinién ‘Yy@el sohquistador,. tenfa 1a ventaja de ser mejor puerto porque po-~" Ficadan. navegar los barcos por el rio, guarecerse de los vientos dei “ec merte y descargar, directamente en el Puerto junto a las casas. En! cuna-carta enviada por Cortés al rey y fechada en octubre de 1524, Yeda noticias de céme’ se. habfa.ido poblando aquella villa, anun- ‘eibidole ew cexteza Ge "que aquel puerto ha de ear, después desta “iGiudad (México), ¢1 mejor gue hubiere en Nueva Bepafia... y con ea- he to; Habré, mejor despacho en: las mercaderias que hasta’ aqui, porque | . | @s.mejor camino y se ataja una Jornada", (Cortés, op. cit.1221). Simultanea a la excavacién del edificio 2, se explord un hor-73 RO “de cal (0), cuyos vestigios afloraban-a la superficie como un ~ {pimple montén-de piedras (Pig,10). Para la exéavacién, se traié == ‘Una. Eetfoula’de 8 x 8 m., sybdividida en unidades de 4 x 4 m, que att “abarcaba, toda el drea cubierta por piedras. E1 terreno presentaba van-declive en direccién eate ceste, de aproximadamente un metro,» Ge tal manera que, se'eligieron los cuadros m4g bajos para iniciar’! “la @xploracién, utilizando el cuadro 1-B como pozo de sondeo, pos: ja.serrania, que se encuentran al oeste de la villa. Algunas dé - “elas fueron canteadas butdamente en alguna ‘de ‘sus .caras, ‘para ma: FIGURA10 Homo de cal: aspceto de los festos del horno antes dl oxcavacién, 18. 1A wets NL le MAL oe 2 By ren ssroen son core ces a ices anerces suctTa care ctano 2B oe, bo canton mer cow SE aa evra poe. ys _ye eo nome PROYECTO: HISTORIA DEL ASENTAINENTO | HUMAND EN LA COSTA CENTRAL DE VERACRUZ, ‘STio: VILLA mica HORNO DE CAL, ‘Pein or went ‘ener a plomo la pared y darle 1a curvatura requerida; el cementan tante utilizado £ué Lodo, pero por efecto del calor del horno, el recubrimianto interno del muro se cocié, aparentando bajarequa. Por el tipo de aglutinante, pojo de piearas, jas fuertes Lluvias y el constante des que los habitantes de la r yidn Utilizan pare construir los cimientos de sus casas, la parte supérficial de 1a construccién se encuentra en muy malas condiciones y es poco resis tente, Entonces para localizar la.cdmara de combustion £ué niecesa~ rio bajar mis de tres metros y se tuvo que consolidar previamente, la porcién superior del muro del cuadro 1-, para evitar eu° derrum- be (Li). Bl trabajo se dificulté ‘mucho por las intersas ‘lluvias de la primera quincena’ de agosto, sobre todo porque, a pesar que el subsuelo de la regién ¢s muy permeable, el fondo.de la construc-~ cién estaba cubierto dé una gruesa capa de cal y carbén, que favo- recfa la inundacién de las partes excavadas. (Pig, ll, 12, 13). + Resulta dificil, creer que los espafioles hayan querido fabri- car cal para edificar sus construcciones en la Villa Rica, cuando ellos mismos reconocieron desde su llegada a Nueva Espafia, la exoe lente calidad de la cal y los morteros de fabricacién indigena, m4 ime £4 se considera, que para el momento de la fyundacién.de la Vi “ila, los totonacas ya se habian manifestado ante Cortés como fie~ ies servidores del rey de Espafia y confirmado su amistad a los -- conquistadores, a’ través de regalos en especie y mano de obra. Bn el pdrrafo de Bernal Diaz del Castillo, citado con ante~ rioxidad, se da a entender que algunos. hombres se dedicaron a tra- bajax en las caleras; sin embargo es probable que estos hombres, - abandonaron muy pronto esa tarea, pues la baja cantidad de dese- chos del horno indica que fué poco utilizado. Yal vez porque en - lugar de utilizar moluscos como lo hacian los indigenas, prefirte- xon las piedras calizas,que son escasas en la regién y quizds no tehgan 1a calidad apropiada para fabricar cal, por contener pox vIGURA 12 Hosno de cal: purnmonto intetior eu of ‘que se pueden aprociar quo el lodo wtii- awlo como comentante ¥ reed 1» eoui6 y las plod eevcanas 2 Ia eémara do combustion so derriticron y vitrifien- 101 por efgeto del calor. 236 siblemente, mayored cantidades. de carbonatos de magnesio, que de cal cio, Por otto lado, 1a mala calidad de 1a cal, obtenida por lose | pafioles nose puede atribuir a un mal.funcionamiento del herno, e: to queda manifiesto en las-piedras del pretil que se foxma en ja parte baja, las cudles por accién del calor se encuentran vidria- das y derretidas, a tal grado que en algunos sectores se formaxon ae bloaues, euya superficie, se aseneja mucho a las paredes de pexiores @ los 1200° ¢ y, para dseconponer las carbonates del cal- cio-de Jas piedras-calizas en éxidos de calcio (cal viva), se re~ quieren sélo entre 850° y 1000° c. ra, cocer ladrillos. janto en el fuerte, como en la Estructura 2, se encontraron - recubrimientos hechos, con gal de manufactura espafiola, de mala ca-_ Lidad; de baja capacidad de cementacién y cohesién por la excesiva cantidad de arena con la’ que era mezclada, Hasta donde puede apre- Giarséy la argamasa o mortero, estuve compuesta por cal, arena de rio y de médano, tierra arcillosa y agua, Hasta ahora, no se han — identificado fragmentos, de-moluscos en las mezclas espaficlas. Las medidas de longitud gue pudieron ser utilizadas por los - espafioles, pueden ser Ja vara castellana, equivalente a 83.8 om y-~ el real,igual a 61 cm, con miltiplos y submiltiplos, que concuer- dan bastante bien con las medidas de los elementos arquitecténicos exeavadog. (Vér Pig, 9'y Il). MORNOS BUROPEOS PARA CERAMICA HQRMO. MEDIEVAL Eapagos, (REODRS, 1981155) PLANTA DB RORNO ROMANO Minde los auchos que han eido excavados en varios sitios de rea,.* (Rhodes) 3.981327) */ INTHATOR. RRFORZADO CON ARCIELA Rae HORNO ESPANOL DE HEDIADOS bus» 8xGLO Xv, DEL TIPO DE RO LEVANTADO ¥. REMATE ABIERTO. (POHADO DE RHODES, 1962¢19). Figura 14 FIGUILA 13 Toxo de cal: intvir visto desde Ja pate superior. RECONSTRUCCION DEL HORNO DE CAL DE VILLA RICA; 88 UPILIZ0 cod LO EL ILYSTRADD POR RHODES, 1981:19, ” pigtra 15 239 los restos de los cubos o aljibes, laé casas y-otras construcé nes, que dardn la oportunidad de conocer el patrén de asenta-~ nto de la primera poblacién Hispana de América con! nentaly asi BIBLIOGRAFIA 1985 "Relacién de la Ciudad de la veractuz y su Comarca" en Relaciones Geogrdficas '~ dol Siglo Xvi: Tlaxcala: T. Ir Edicién René Acufia.. Instituto de Investigaciones i Antropolégicas; Universidad Nacional Au> ténoma de México, México. irieggemanh 8, Juergen y Pereyra Q. Axmando, 1985 la Primera. Temporada decampo ica, Ver. Archive de la Direc- i cién de Monumentos Prehispdnicos del INAtt ' MExicd, .D. 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Rectérdése, que la comunicacién entre los, indigenas y Cortés, sé efecitié mediante las traducciones, ue Matentzin hacia del, Aahuatl al maya a Gerénimo de Aguilar y éste a su vez, del - ‘maya ‘al éspafiol a Cortés y viceversa. ‘8e, compaxayon ladrillos moderhos de tabiqueras cercanas a Vi- ‘ila ‘Rica y aparentomente la composiciér. de la pasta es muy si milara los, de manufactura espafiola. Tos restos de algunos clavos, pequefios sunados a manchitas de” arbén y tierra cafetosa clara, hacen pensar que el cuarto de “Ye porcién este de, 1a construccién, tuvo piso de madera: qui~ ‘34 también, sean restos de la clavazén de el techo que debid sér @e-palita’ y madera, pues hasta la fecha: no se encuentran las tejas mencionadas por Diaz del Castillo. Victoria la@ denomina como capillas, construidas tanto en las Visitas como en las Estancias (1985;87). #1 alarife Alonso Garcia Bravo, a quien.se le encomendé la traza de lp Ciudad de México en 1523, Ilegé a Nueva Espafia en la expedicién’ de’ Francisco Garay en,1$20, cuando la Villa Ri~ ga ya habfa sido fundada. : No‘ Gohfundif con Sala Capitular o de Cabildos, destinada a altos \diatatarios y canénigos eclesigsticos. Rubier’menciona asimiamo: “ha tradicién iccal 1a identifica con 1a tesorerfa donde se recibfa.el pago de tributes y diez ahd" (KUbier 1982223). .EL_horno ‘de ‘cal. comenzé a: ser explorado en, enero de 1988, al ‘Zinai dena corta temporada de campo en los sitios Punta Vi- la Rica y el Viején. En los diez dias que duré el trabjo en Ya calera, se hizo el levantamiento de los restos en superfi- ‘ele; se! tra ; la reticula y 6 comenzé a-bajar’ estratigfafi- eeiterel-cuadro’ 1-B. . Para consolidar se limpiaron y numeraron las piedras dexrum= badas, o se desprendieron dos hileras de ellas, segin fuera el caso, juntedndose con el sistema de hueso aparente y pro- curando que volvieran a quedar en su mismo Lugar, para lo - gual se utilizé una mexela que guardé las siguientes propor- ciones: 7 6 latas de arena Linpia de rio (aprox. 25 kg. ¢/u) 1 bulto de cal 1/2 bulto de cemento gris. ha superficie. del muro se enrripié con’ fragmentos de barro quemade de 1a misma construecién. Nota: La Fig. 3A es reduccién del plano-elaborado por Moisés Valadez en 1986. Se rarvuersoae

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