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) 2 ANGE be ABRs eCity Casrnceira UNL), * en “teonls SL Tentas VL TA tr Aw a Bd ete ey BS AS, eb AIA en, Pus [ ‘| CAPITULO PRIMBRO {QUE ES EL TEATRO? Demand element ‘bas reflexiones que aut eomionzan ban de girar en torvo del interrogante: jqné es el teatrot, de- tauda elemental y, al parécor, do inmediaia res. peste, segin se pienso en el recinto asi denomina- do, en Ins representaciones que en él se evan a ‘eabo o en Ia institucién teatral. ‘Pero semejantas rospuestas son meramente des. criptivas yuo transmitirén la esoncialidad de 10 ‘que constituye el teatro, sobre todo si se pretende ‘que en dicho eoneepto entre no sélo, parcial y su fesivamente, In meneién de algunos’elorrentos ex- ternos (edificio, esoenario, representacin, institu cid), sino su fatima y total razén de ser Tha indagacién sobre los quo cuentan eomo resor- tes fandamentales on Ia magia del teatro ha eons- titnide desde antiguo —y eada vex que una ci- Vilizacién -madura— motivo de expeculgeién filo- sities, objeto do andlicis por parte de pensadores y artistas, Ku las sitimas déeadss, por particular jnflajo de les cnltores franceses, las meditaciones fen tomo de Ia eseneia del teatro —eomo las eoneer- nientas a todas las artes— se han intensificado de 18 ae exsrveunee modo eapesial ¢ integran una diseiplina que no os Ja ereacién para Ia escena, ni su historia o erftiea, ni el enfoque parcial de algunos de sus ingredien- ts, sino lo que autdnticamente ha llamado Goubier: “Silosafia del teatro”. Bordemndo Tos eontornos de ‘sus aleances estétios, téenieas y filoséficas a0 in- tanta en estos planteas wna primera aprosimasién al interrogante del opigeate. asoresindspensadles Cuando se piense quo para el existir del teatro ‘son necesatios: sala donde albergar espeetadores y fesoenn; esconasio para la ropresemtacién ; pablieo ; fbr reproventables actores que la representen ; de forades, Ines, efector de miquinas; director que concierto y grade los distintos elementos; una 1e- fién de invisbles trabajadores. que, operon antes, durante y después de la roprotentaci6n, podria eon- cluirse que todos esos intograntes gon el teatro. Sin ‘embargo, si se analiza In funei6n de eada uno y el grado de impresoindibilidad ofvecide, In némina se reduee, pues, por gjemplo, de Ie sala puede pres- cindirse sin que ol hecho ‘teatval desaparezea. 10 ‘mismo del escenario, de lox efeetos téenicos, de los avcesorias, utensitios y operarios eonsiguientes. En fambio, son de presencia forgasa: texto, actor, pt- Dice. Com todo, en sf mismos y aisladaments, estos fae- ores indispensables uo eoustituyen el teatro. Co- io eseneia, el tentro es fusién de elementos, unidad intograda; nunea pluralidad, aewmulacién. TL he- cho teatral propiamente diho surge cuando tales constituyentas. se integran, ‘conciertan y amalga- ‘mam en sustaneial sintoss, Hse unidad se opera en ale iqul 29 uy vesiwot » uun erisol de magia y mavavilla doude los integran. tos aislados se transforman en el sor unitario Ia. mado teatro, Tal erisol os el juego teatral o repre- sontacion, ‘Una obra dramétiea, si no se representa, no “es; un actor, si no representa un texto, no ‘ea; que Ta obra teatral o el actor ‘gean', han de div ap a algnion que advierta e6ino la eviaturas y Ia a |cidn imaginarias, dispuesta por el autor en su obra, | van eobrando cusrpo dentro de um mundo que, au ‘sabiGndolo fieticio, ol espeetador admite eoime zeal ‘durante los minutos en que transeurre la represen- tacién, Teatro 9 tertore ‘Texto, intéeprotes, disposicién del piblico, son factores imprescindibles para que haya teatro, Y ellos se amalgaman dentro de un mnndo eonvencio- nal nasido en Ia representaeign. De allt la partieu- Jar situacién del teatro frento a Ia literatura, Bn los manuales de estétien o teoria literaria se ineluye el estudio del género dramatieo. Bn. ellos aparceen notivias de e6mo naci6, de su evokueién historia; se consideran lus diversas especies dramé- teas y hasta, en algunos easos, xe protende estab. cor qué elementos integran la obra teatral. Pero en ‘ovlos eles queda sobreentendido el teatso como gé- nero dependicnte de Ia estética Titeraria, Sin Ingar a dudas, éate es un emeepto sumarcen- te diseutible. Il teatro eonstituye una expresién ar- tistica distinta de todas las dems, Su produeto no es ni un objeto, como la astatua o ol cuadro; ni un relate, como In novela o Ia epopeya, sino mis pro- 20 at, soto Diamente 1m pastiche de la ereuci6n diving”, Bn 1 teatro, eon In topresitacin, naeo algo de ln ma- 4a; nace materia, conerelamente, 11 hecho teatral se corpoifien ant lo ojos del espectaer Mientras que una obra literaria, enalquiera sea cl género, etimple sw destino en In intimidad con @l lector, la obra teatral no realiza el niyo eon la simple letra, HL llamado “teatro para lee”, een {lo por algunos literate, es um atentado contra su espociicided. Re ax rostracién. TEI teatro poeo tiene que hacer eon las eiencias y artes de Tiveratura. BI texto dramético presenta problemas propias que no preocupan a la lvien ni fla Gpien, i al poeta ni ala novela. Por otra par to, el texto dvamétio 8 s6lo un elemento en la en- tidad teatral. No es, en si el teats. ‘ste eonoepto que aparte el teatro dela litera za y cuenta sl texto Blo como tn elemento entre Ios vaties intograntas del heeho toatral mo c# unt imomente compartido y hay quienes afirman la texistenei do tn teatro literario, para ser leo. Bs ‘nfs, hasla ge da eleato de que un pensador de las sencias literarias tan agudo como Jean Flyer sos tenga que “el destino de ls grandes obras dramé ticas os volverse, tarde 0 temprano, itrepresenta- bles” (1). Tndudablemente puede ooamir el envajecimionto A Tas tGenien, el dexplezamiento hietrico del ine terGs por los texas, Ie renovecién de Tas seuelas; pero ol teatro siempre afrece una posibilidad extra- fia a otras formas literarias: sin allorarla esencil- rente, Is obra teatral puede sor nejuveneeid sien alla hay un minimo de mujancia dransities. 1 Pidloga do “Pence” a esenee he, do emt Gowmce (un), te a ue ms es mraenot a Frente al eriterio de Hytier, afirma Andeé Bel: Tessort, quo las bellas obras no envejecen jamés; ‘eon sélo tocar las tables de le escenn reeuperan su, vitalidad. Por el eontvario, las otras, las medioeres. Ts cireunstancials, Ins que gozaron de efimero éxi- to debido a motivos ajenos a la esencis del teatro, ras solo podrén ser exhumadas eomo curiosidad istiviea 0 eritien; el péblico las ignoraré. en. abso- Tuto (xit). Por si. parte, en apoyo de tal exiterio, Tinis Jouvet ha dado este eonsnjo, que no deberian Aesofr dizectores esofnieos y eomediantes: “181 em. pleo verdadero de una pieza de teatro consiste en eealentar en ella an enerpo y su eorazin”? (1x, pit, 26). Del eual se deduco eGo frente al texto {eatral hay otro factor de tanta 0 mayor importan- fn; Ta labor veereadora del mettenr en soéne, in- ceistonte para la obra Tieraria, eae diferencias ‘Ya no en el texto solamente, sino ademés en des- tinalatios ¢ insteumentos do expresién se prolo ‘gan las diferencias esenciales que mueven a separ teatro y Titeratara. ‘Si todo autor literario —novelista, por ejemplo— loga con su leetor, of watedgrafo queda fuera de feualquier contacto divecto, Exprosién, ideas, viven fas, son transmitidas a través de. personajes ma- terislmente presentes en In eseona frente al espec tador; no so trata do fantasmas imaginarios ual Jos de Ia novela. De allf que ol leetor de une obra teatral deba ver “como reprosentada’” Ia pieza que lee; si esta representacién interior no se logra no Ihabré posibilidad de captar los valores tentrales jeneoreados en el texto. 2 sade 1. exertoxns0 Casi todos los autores que se han oeupado del me- ‘eanisio de la leetura de obras teatrales coineiden ‘en estos conceptos. Basta, para rofirmar lo antedi- ‘cho eon el testimonio de antoridades, eitar dos tjemples. Hl primero, dem hombre eonsagrado al {eatro: Pierre-Aimé ‘Touchard; ol sogundo, de un luombre de letras, oeasionslmente aecreado al arte Aramitico: Emile Paguet. Kl primero se pregunta en ‘Danatour du thiitre: "Os bx ocurido leer pietss eontemporineas de gran ésito sin compronder las razones del mismo? ‘Pes s0 debe a que ia llis mal 0, por lo menos in- ‘completamente, TE Gita de la. peen qvizk mo pro venga dal taxto etevito, sino del drama no esto inerprelado por los eomedinntes que Ta represontan. Det ego Gu im i ae tc vito tuviers también eu calidad las que se engnian feaciar al concurvo de los comediantes flewen el peo- Jicio de no considevae sino une parte de la totali- ‘ad que consltuye Ia obra, Pero el espeetador ine fexpar de imagine el movimento demnétion que mana ‘denn texto en sparioneiainignificante es igualmente tin casi lego, Semeja al espeetador de un partido {be fithol que oflorigniors el movimiento dele paola tin preceuparse de los despleaamientos do los jugade- es du, eonstantemente, se preparan para recibil.” (ors, pfs. 21) _Y, antes de Touchard, ya Paguet mis earn y ter minantomente, habia expresado en BL arte de lee: “Para poder ler una pieza hay que haber ido con Sreayendia a teatro, pues al ler une pies hay que ‘ert, vera eon Toe ojos de Is nmginnoida tal somo fla vexin en el teatro.» Wed: aeoetumbraas a ver. Tne de Ins costs que dstnguen una pia bien hocks de -una nal hecha, wna pera viviete do une ain ove ee me rexmeor Py vie, es que & la psimera se la ve y a In sua no Del imisno node earn el buen dramatargo ha eserito tana obra riéadoa, ast buon Tetor Tee In pez, v= resmatindosela ane los oj...” (xu, ples. 61, 72) ented fantanwat y realidad corpérea ‘La relaciGn texto-lectuva-representacién obliga a prolongar las consideraciones sobre teatro y Titera- fiura en otro plano. Si el Ieetor de un libro tiene frente a si ideas, coneeptos, imégenes, transfigura- ‘cones, emanadas de le letra impresa, pode resti- tuirlag por ua geto conjunto do inteligencia e ima- ginacién a ne realidad fantasmal: Ia realidad det testo literasio, del mundo flotante de Ia fiecién li- teraria. TL lector do un toxto dramitico eonserra sn virtnd, pero no eondieionfiudols « una realidad fantasmal, sino a la 6ptiea del tentro “ teategrafo piensa por medio de personajes y de eseenas, 0 sea: dilogo y aesién. No reflexiona 0 fargomenta ditectamente, como le es factible al no- ‘velista, Do modo quo si su texto eae bajo Ta mirada de un lector ha de resignarse a quedar postergndo por las ereaturas, por la accidn, por los Ingares, ‘ane serdn, dese el texto y on Ja escena, entes de cxistencia veal y no fautasinal como los novelesees. ‘Los seres ereads por Ia fantasia del dramaturgo cexisten eorpSreamente y slo cuando logran tal existeneia el tontro ecomienza a realizar su event lidad. Mientras twa obra dramitiea permanece en cl libro carece de vide toatral. Paul Arnold have notar que “oualquiera gen In definieion que se for- mule de la esencia del teatzo, no se podré negar aque es, on primer término, el arte de encarnar se- 3h ad a. onsracme0 08, fieticiog, pero individuales, por una figuraeiém viviente” (rv, eap. mt, pég. 51). [ia obra de teatro es ta, tinieamente, enando se ‘corporifiea on las tres dimensiones del espacio ese nico y transeurre en la cnarta dimensién del tiem- po. Hspacio y tiempo, en la realidad o en la fieoién artista, iniegran su atmésfora vital. También en esto difiero de otras formas literarias @ las que, pa- xe dar prucbas existonciales feonto a los loetores, Dastan idea, emocién y fantasia; os decir, pueden prescindir de la espaciatidad; ls aleanza Ta dimen- sidn temporal. bon instinto de totaled li pies de teatro, al visualizar ‘hochos? y cor- porifiearsituaciones, sustituye parte de Io que el lee. tor, ante el libro, pone do sx imaginacién para “ver” Y¥ epresentarse los sucesos narrades. Adomés fa eilita —al ponerlas en aecién-— el esfuerzo inte gents para la exptacin do ideas. Do allf que, mi {tas toda obra literaria busea al lector, pues ha sido conesbida para 61 y a él se dirige, In obra teateal reclama al piblico, al eonglomerado espestador. El piibli os parto del teatro. Kn este seatido, Char- Jes Dullin manifestaba en un testinonio reeogido por Henri Goubier: “I teatro —y esto so olvida 4 menudo-lesté hecho para ol pablo. So pueden ‘suprimir el tablado, los deeorados, los mucbles; no es posible prescindir del piiblieo. Tes nocesavio es- ceibir para €.”, ‘La proseneia fundamental del piiblioo hace del twatro arte de eommnidad y gsta es le reeipiendaria 1 Bogando tetinonto ex Leesence de titre (314). sou os mn mmumot 6 el hecho teatral porque en sus miombros exists, ‘con antevioridad & lo estético teatral, el instinto de Ta teatralidad ?, Mucho antes de saber que existe tun arto dramético, el hombre "hace teatro”. He explicada en el ensayo 4Qué os literatura? (xxv) ‘e6mo en toda mente hunana, eapacitada 0 no pa- va Ie ereaeién literaria, hay un ejereieio anterior a I Titeratuen que Alfonso Reyes llama lo literario. ‘Ana sin saberlo, tada monte opera literariamente, eatro, arto consnitaris Gon el teatro ocurre algo semejante. Doat (2a0un) he intentado probar que en todo ser existe ol instinto preastétioo de Ia teatralidad; mar tural y espontinetmente el hombre tiende a Ia ex- resin teatral y el teatro es encaminamiento esté- tico y_perfectivo que hace genérion In toatralidad individual, 1o cual comporta una idea que eonsti- tuye ol oje de la teoria de Doat, quien entiende et arto dramétion en funeién eomunitaria, Hse instin- to preestético de teatralidad estaria relacionado eon Tormas primitivas de expresin, propias del per hu- ‘mano, con un lenguaje de gestas y ademanes, con Tormas pantomfmieas, las euales, en époeas de ma- ‘yor evolucién intelestual, habrian reaparecido eo- ‘mo simbolos, cargadas. do magia y traseondoncia ‘oon arreglo a modalidades de expresividad religiose. Algunas historias del teatro suclon dar ragones religiosas para expliear su nasimiento, Pero, en 2 Rigi Pome (E21) tome wa sed go ben 4a pura fon ete cones, pero to To dunia ny rai isc Su satchel ante tee (een) do Brno (ts Past io cap, atin! tet). 6 sae 1. oasraowne lla, lo religioso es efecto, no eausa. Obras To jus tifican por razones psicolégicas: un desdoblamien- ‘dstintas pereonalidades que Tova en sto do individuo. Hay también quien 1o expliea por ‘uma expacidad natural de imitaeién, subyacente en el ser humano, euyas primeras manifestaciones se flan en el juego infantil quo es otra etapa de pxi- nitivismo, A todas estas razones, afinde Doat alga nas de exrcter grogario: “Bl teatro —eseribe— ha nacido de Ia novesidad do expresarse que tenia ume ‘comunidad frente a sf misma’? (xxi, pée. 90) eat: aolo de juatiia ‘tal necesidad de expresarse y verse expresado, propia de lo eomunitarie, leva al teatro el desfite permanente del hombre, como juz, r#0 0 abogat, fen todas las formas en que lo ¥e Ia comunidad. TE ‘teaizo se transforma asf en una esposie de instru mento expiatorio, en um simbélieo acto de justicia, Bn ello coincide Jean-Louis Barraull (vu), ‘quion ha hallado en sus bisquedas, luego de ennver: ‘aciones eon Sartre, que el teatro es un acto de jas- ticia, No hay tama de esoncia dramiétien que no com- pporte una cuestién do derechos, de fuerzas antagé- nieas, cai una do las cuales expone sus argun tos y'aspiraciones. Bl espectador espera In justicia, ‘que llega con ol desenlaco, ¥ Barrault, al explicar ‘ina presunta divisa para su compa teatral — sobre el hombze, para el hombre, por el hom bre...””—; afiade estas eoneeptes donde se abarca integralmente 1a realidad § 1a esencia del teatro: “BL hombre y tado Jo que et 0 parece humauo en Ja naturaleza (animismo) os toma del teatro. La roe es m weameot or materia del teatro es el hombre; el teatro debe hae ‘erse para ol hombre (mimetisme) y ol objeto a0- cial del teatro es también el hombre...” (vit). tres respustas Consordes con esta materia, eabo aceptar otras respuiestas al interrogante. 4qué ex el teatrot, Tas tales lo sitfan en el eentro de lo humano, Una, 1a formulada por Bellessort: ‘Hl teatro, en un mun- do simplifieado, desembarazado de muchas de nues- tras contingeneias, es la puesta en acciGn de les vi ‘iualidades humanas"” (3x, oap. 4, pag. 18). Or la de Jan Doat, quien define el teatro eouo “un arte eoleetive, inmediato, fugitive, sintesis de todos los anedion de expresién en el tiompo y en el espa- cio” (soa, pag. 26). ‘Precisamente tno do los sfntomas de decadencia cobservado por este evitien en el teatro contempord- neo, es In pérdida do su papel de expresiGu social. Y¥ sefiala wn divoreio entre ol teatro y Ia masa, ceuya teatralidad instintiva aparces servida por otros vehicules: deporte, meotings, cultos, eine, ote. I teatto abandona a Ie colectividad por las dlitess aaquélls, a su ver, abandona al teatro por ersalas ‘Wse distaneiamiento se comprueba, por ejemplo, cen al menor niimero do éxitos resonantes que hoy enuucia el teatro, Sieronia y sinfronia entre abra ¥ piiblico es eondicién para el éxito, el cual brota fen el teatro misteriosamente y por ‘cireuustancias totalmente distintas de las del triunfo literario. teatro: et to Souvet ha observado en Réflerions dw comédien (ui9) e6mo “en el teatro no hay problemas; s6l0 hay ‘wn problema: el dol Gxito. Sin éxito no hay teatro”, Hsta observacién marea otra de las dife- rrencias del arte teatral frente a toda forma do ex- presin artistiea: el libro puedo ser un fraeaso, pe> zo permanece en ol anaquel ; Io mismo el cuadro, 1a ‘status, HI teatro, si no Iogra éxito ante el ptblion, ‘nore irromediebiomonto. ‘Segsin Jonvet el éxito teatral tee wm primer in- dicio en el agrado producide al espectader. “EL arte de agradar —anota en Ja obra antes citada— ‘eel arte de eseribir piezas; en soguide, aunque por debajo de esta cima, ol do presontar’y represen tarlas”” (trv, pfig. 141). No so piense que este arte de agradar os ol hacer fécites casquillas en Ta epidermis del piblico. Sus resortes son tan comple- {jos que decir en qué consiste agradar y toner éxito ‘en el teatro os tan diffeil como en la vida. Tgual- ‘mente ex dificil predecir wn Grito teatral. 101 teatro ofsese en ello uno de sus mistarios mis deseonceriantes, Sin embargo, a yooos un texto anuneia a gritos su destino. Cuenta Jouvet que, cuando ensayaban Knock, do Tules Romains, reeie ian del texto “la pulsacién primaria, més riguro- ‘sn, que procura una obsa dramitica verdadera, tex- to’nounético, en ol eusl el flujo pulmonar estable- co inmediatamento en quien lo diee, sin buscar ex- plieaciones 0 exigesis, un estado fTsico eategdrien, ‘un estado nervioso eoneomitunte y eonseenente que ‘engendra ritmo y movimiento y, sin otra preoeupa- cid por el sontido y sus aleances, haco aproximar ul x5 ma masmeot » al astor al tono del personaje. Por su impetiosa po- toncia el texto leva y eonduce al actor” (ax, pf ‘einas 102-108), Con todo, en estos testimonies, Jouvet da cuenta de im toxto que se revela como dvamiétieo, Basta allo para considerarlo un éxitot Evidentemente, no. El teatro une a Io preeavio de sus eseneias el enigma do su existencialidad que se materializa en avin. directa del éxito. Por oso ha acsvtado Karel Chapek al escribir humorfsticamente en Cémo so ha: 2 wna comedia (xxx1): "No doseamos (en dicho ‘ensayo) haoor creer falazmento que entendomos el ‘Teatro; en realidad no hay quien Io entienda, ni ‘quiere aquellos que han envojecido sobre las tablas, ni Ios direstores mis aneianos, ni aun los propios ceritieas..."” En el teatro no hay profetas, ‘palpi- ts, ojo avizor, HI teatro es una ineéignita que s6lo muestra Ia solucién en el momento en que ene el ‘elon final sobre el estreno de una pieza. Con ra- 26n —a peaar del tono burleseo— hs podido afiadiz Chapek: “Hl tostre, como In guerra, es un arte y tan juago de azar, como la rulota; nnnea so sabe por nntieipado qué resultaré "7 1B estreso ‘Bea impronostioabilidad esta relucionada, ademés, con el proceso natural que desemboea en ol hecho ‘eatral, cuya realidad comienza con ol estreno de Ia piesa, Tntre la primers representasion de una obra, y Ia aparicidn de un nuevo libro hay una similitod e situaciones en lo conecrniente a perfeeciones do Ia mista, estado de émimo del antor y acogimiento por parte del piblico y erftia. Ya el viejo Horacio aconsejaba a los povtas demorar el lanzamiento de » a0 at hernia sus versos: “Guarda nuove afios Ios wranuseritos en ‘i eartera —esoribia n log Pisones--. Podrés corve- gir lo que no hayas dado a lus, pero la palabra pronunciada no puede ya corregirse”” + Hl estreno, también, es lo ineomediable. Humorfstia, pero exac- tanente, los Chapek observan en la obea antedicha: Destro eonsitaye el momento fatal en que wa amis go conveate en un aconteciniento, Tlasta el Y supriniolos era ‘un trabajo que te habia emprendido, wn mando x sus fomienses, un ao que stein del onea. BI eatreno ts finalent, Ia expeesin de una decisin devspes da para dejar que In cosa sign si propio euro, sionia lo que sucediere, Bx el instante ea que ol ‘aor y el dieetor artistizo entrepan ol esunto a otras nanos; sia poder ya infarvanis para ayaderles. "Ni el autor nial divestor legam jams & sentir La sntietaceién, por ejemplo, de wn macieo ebanists, que ‘ede dejar que se seqve como dbido une mesa Aeabada de hacer, y_ pasar, luego, profesionalnente, ft dedo por los bores y eussmbladeras, feotar oon I tiano’ le supenfieis, daria vin golpoete, miverla deade Iejoe y desir... Bueno, jie parece que no ha salido mal! JOM! | se pudins, por lo menos, hacer otro ensayo” (Gxxxs, plge 150, 151) AL abrie el enpftulo prometf tuna primera apro- ximacién al interrogante jqué os el featrot A tra- ‘véa de la linea zigzagueante entre lo que es y 10 que no es el teatro, hasta. aqut seguida, se compren- tit hg a am, ail ratte Bae ie ‘ou Son onl nt ror i re i tamen olin 2908 x8 xe mamv0t 2 doré (con el refrendo de Chapek al proclamar que el teatro no hay quien lo entionda) por qué s6lo era posible ofrooer una aproximacion, asedio, y no respuesta definitiva ‘Gorno en el anélisis esencial de cualquier manifes- tacién esttiea, también on Ia del arte dramétieo hay tuna serie de planteos estrictsmente individuales y e muy dificil arribar a la explieacién tien y gené- ni siquiera en el enfoque de los aspectos més simples, Pero, sogtin se habré verifieado, a con- secuencia del asedio mltiple, quedan abiertas bro- has a través do las cuales sv intentaré, no definir el teatro pues seria ener en dogmatianto ingenuo, sino vislumbrar un camino para examinar sw mate: ria y reeonover Jos elementos eonstitativos. Ete derrotero pueden tratarlo los eoneeptos que entienden el teatro como representaci6n y lo niegan ‘como literatura; los que lo afirman en euanto pro- sencia de sores ficticias y arto do expacio y tiempo; aquellos que lo proclaman acto de justieia y expre: sin comnitaria; 0 bien los que identifican teatro ¥ Gxito, aunque al final de tales eaminos haya de rdmitirse que el teatro, arte de sintesi, permancs- ea como un enigma,

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