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GOBIERNO DEL ESTADO DE NUEVO LEON SECRETARIA DE ADMINISTRACION ARCHIVO GENERAL DEL ESTADO EL (IMPACTO DE LA SANGRE La Sociedad Reinera Gerardo de Leén Monterrey, N.L., Septiembre de 1986, CUADERNOS DEL ARCHIVO No. 5 Primera Edicion Septiembre de 1986, Derechos Reservados conforme a la Ley 1986, Gobiarno de Nuevo Leén, Archivo General del Estado Juan Ignacio Ramon y Zaragoza 972.122 L579 LEON TORRES, Gerardo de El impacto de 1a sangre; In socieda Mty..N, L: A.G.E.N.L, 1986. 67 p. dernos del Archivo No. 6). reinera, is. (Cus INDICE Pag. Presentacion ...... 00.0... 8 cece eee eee 5 Introduccion... eee e eee eee cece eee 8 Antecedentes. 2.0... ccc eee eee eee eee W El Capitan Alberto del Canto .............. 16 La verdad sobre la Villade Cerralvo ......... 18 La Ciudad de Leon. . 22 Vida colonial.............2-02-. 0.00000. ~ 24 Problema socio-histdrico...............0., 29 El hermano resentido ...........2.....005 33 Disgrecion. 22.0... 36 El problema va hacia lacrisis............... 38 El futuro suegro se defiende ............... 40 Los conceptos sociales...............22... 46 El Gobernador Herrera y Leyva...........6+ Conclusiones.... PRESENTACION Transcribiendo partes de un documento que se encuentra en el Archivo Municipal de Monterrey, Gerardo de Leén intenta recrear algunas de las cos- tumbres y prejuicios que privaban durante la época colonial en fa villa de Cerralvo, la primera poblaci6n fundada por los espafioles en fo que posteriormente fue el Nuevo Reino de Leén, Como introduccién a la médula del trabajo se incluye un resumen de la serie de rectificaciones que se han hecho a fa historia regional durante las cuatro 0 cinco Ultimas décadas. Estas enmiendas se deben a historiadores como Vito Alessio Robles, Wigberto Jiménez Moreno, Eugenio del Hoyo, José de Jestis Davila Aguirre y Lino Gémez Canedo, quienes han ido eliminando a personajes que nunca existieron como Francisco de Urdifiola el Viejo, a quien fos historiadores de! siglo pasado /e habian atribuido multitud de hazafias. En cambio, se han revaluado individuos que en las historias antiguas figuraban 5 marginalmente y se les ha colocado en lugares prami- nentes, como Alberto del Canto, que fuera fundador de Saltillo, de Cerralvo y del primer establecimiento que estuvo en donde posteriormente se fundaria Monterrey. . La parte fundamental del trabajo que ahora se publica es una queja presentada a las autoriadades por un individuo cuyos parientes se oponian a su matrimonio, pues consideraban que la dama con la cual pretendia casarse no era de su misma categoria social. Lo mas probable es que la oposicién se de- biera a un pleito de familias, pues quien ha escudrifia- do un poco en Ios archivos, se da cuenta que en los pueblos estos conflictos eran constantes y que todos parecen haber estado enemistados con los demas. £/ documento publicado resulta también intere- sante porque en él figuran una serie de personajes importantes en fa historia regional. Don Simén de Herrera y Leyva, quien fue gobernador del Nuevo Reino de Leén desde 1795 hasta 1810, aunque los Ultimos cuatro afios, por haber estado comisionado en Texas, las funciones de gobernador las ejercié su hermano don Pedro como teniente de gobernador, sin haber dejado don Simén de ser el propietario. También se menciona en e/ documento al capitan 6 don Francisco Bruno Barrera, personaje igualmente importante en la historia regional, ya que fue alcalde de Monterrey y gobernador del Nuevo Reino de Leén en fos dltimos afios del gobierno espafiol, y alcalde de Monterrey después de 1a Independencia. Francisco Javier Victor de! Bosque y Ochoa, uno de los querellantes principales en e! documento que sé publica, fue subdelegado de Cerralvo, esto es, fa primera autoridad en los afios de fa Guerra de Independencia. Nuestros archivos se encuentran pletéricos de documentos que pueden servir para recrear fa vida cotidiana de la regién en tiempos pasados. Ojalé y la monografia de Gerardo de Leén sirva de esti- mulo para que otros investigadores emprendan tareas similares. Monterrey, N. L. Septiernbre de 1986. Isidro Vizcaya Canales INTRODUCCION Es muy frecuente que nos asombremos, o al me nos que nos Ilamen la atencién, determinados inci- dentes que suelen alterar el curso de la vida diaria; el correr de la vida cotidiana, como si ésta no estuviese supeditada a leyes implicitas de la convivencia huma- na de una sociedad establecida, circunscrita a una area geogréfica también sujeta a las mismas influencias. Maxime en la actualidad, cuando las vias de comuni- cacién moderna nos han estandarizado de tal manera, que ya se van perdiendo en cierta forma las carac- ter/sticas regionales, no digamos las locales. El costumbrismo es una particularidad que iden- tifica, adn a nivel restringido, la manera de ser y de comportarse de la sociedad, en una época determi- nada. En consecuencia, el analisis historico-socio- légico en diferentes etapas y zonas diversas, habra de manifestarse de maneras por demas contradicto- rias. Para un pueblo como el nuestro, el del noreste de México, ya a finales del siglo XX, habituado a un desenvolvimiento social con libertades a veces al pa- recer ilimitadas, no le cabria en la mente el compor- tamiento de las gentes de hace doscientos ajios, en esta misma regién, que se comportaban y actuaban en ese sentido, de manera totalmente incomprensible De allf por qué deberemos acudir al auxilio de la his- toria en general, o de la historia social en particular, Para darnos cuenta de las circunstancias que obraron en los grupos sociales. El hecho —o incidente social— que habremos de Manejar en esta ocasién, tuvo lugar en la villa de Ce- rralvo, a finales del siglo XVIII. Lo que significa que Pertenece atin a los menesteres de la vida colonial del Nuevo Reino de Leén, y a un pueblo de no poca im- portancia como centro minero, desde los inicios de la etapa exploradora de esta vasta zona, por parte de las hordas de mineros—aventureros, provenientes de la comarca zacatecana, desde la segunda mitad del siglo XVI, Una calle de! actual Cerralvo, en la que se aprecian al fondo algunas casas de la época colonial (Foto Felipe J. Garcfa Campuzano. Museo Regional de Nuevo Ledn). ANTECEDENTES La forma en que se Ilevé a cabo {fa conquista pri- mero, y el proceso de colonizacién del noreste de la Nueva Espafia inmediatamente después, van a confe- rir a sus pobladores, a sus futuros habitantes, una psi- cologia —por no decir que una morfologfa— muy par- ticular, que habrian de diferenciarlos de los que, des- de aquelios iejanos tiempos, habitaban las tierras de Mesoamérica. Dentro de esta etapa, las bases histéricas de Ce- rralvo han estado sujetas —y estan todavia— a falta de comprensién hist6érica, a desconocimiento de la reali- dad, desvirtuada muchas veces a favor de intereses particulares inexplicables, Pero, afortunadamente la historia esté basada siempre en testimonios; es decir, en comprobantes que hayan sido testigos, ya sean es- critos, orales o de cualquiera otra naturaleza. Ese es el caso que ahora nos interesa. A través de fos siglos han surgido crénicas, croni- 1 quillas y cronicones, que bordan fantas/as en torno a hechos pseudohistéricos, que escritores sin escripulos _ 0 descuidados, los van repitiendo de generacién en ge- neracién, hasta convertir aquello en auténticas made- jas de mentiras. Tal ha sido el caso que ha sufrido, lastimosamen- te, la historia de Cerralvo; por fortuna, gracias a es- fuerzos y auténticas investigaciones desapasionadas, han arrojado luz suficiente, como para advertir con claridad meridiana, la vida de aquelias gentes. Se sabfa legendariamente con certeza, por ejem- plo, de Ja existencia de una poblacién en las inmedia- ciones de Cerralvo, desde épocas muy tempranas, que se denominaba Minas de San Gregorio; alld {leq6, en primera instancia, Luis de Carvajal y de la Cueva, re- cién nombrado por el rey de Espafia como goberna- dor del Nuevo Reino de Leon, hacia el afio de 1582. Mencionaban los historiadores que para esa época, estaba fundada la villa de Santiago del Saltillo, de donde habian provenido los pobladores iniciales de San Gregorio; mientras que aquelia se hab/a estableci- do desde afios atrés; e inclusive se atribufa su creacién al conquistador vasco Francisco de Urdifiola; asi co- mo Ilegaba a precisarse la fecha de su establecimiento 12 en el afio de 1575. A finales del siglo-XVIII, un cura de Saltillo, el bachiller Pedro Fuentes, redacto una Historia de la villa de Saltillo, cuyo manuscrito se encuentra en la biblioteca del Instituto Tecnolégico de Monterrey. A ella se refieren no pocos escritores y repiten sus leyen- das y fantasfas como verdades incontrovertibles; has- ta que en la tercera década de este siglo, el historiador coahuilense Vito Alessio Robles los destruye con ar- gumentos convincentes,' Don Vito Alessio, para poder dar crédito a sus aseveraciones, presenta fas pruebas pertinentes. Y asi perfila fa verdadera personalidad de algunos de los participantes de los sucesos histéricos de los primeros afios de la-vida de su terrufio, como por ejemplo, del mismo Francisco de Urdifiola y de sus familiares, de quienes el bachiller Fuentes hab/a urdido una autén- tica telenovela,” S6lo que de entre estos personajes, se le escapaba adn al investigador Alessio Robles la calidad de la fi- gura de Alberto del Canto, quien al parecer tomaba una participacién muy importante en algunos acon- tecimientos de esa época. No serfa sino hasta 1951, cuando un historiador capitalino, el profesor Wigberto Jiménez Moreno, des- cubrié en el Archivo de Parral en el estado de Chihua- hua, unos documentos que vinieron a darnos luz en todos estos asuntos, hasta entonces por demés oscu- ros. De estos papeles tan trascendentes, ahora recono- cidos como “El Documento del Parral’’, Eugenio del Hoyo nos explica en su obra sobre la historia del Nue- vo Reino de Leén:? que se trata de un “litigio entre los gobernadores don Martin de Zavala del Nuevo Reino de Ledn y don Luis de Valdés, del reino de la Nueva Vizcaya, por la jurisdiecién de las minas de Almadén, Afio 1643; Archivo del Ayuntamiento del Parral, Exp. 22. Este importantisimo documento ha desaparecido, probablemente fue robado; ya no figu- ra entre las copias de microfilm de dicho archivo saca- das por Charles C. del Peso en 1960. Afortunadamen- te la Biblioteca del Instituto Tecnolégico de Monte- rrey habia adquirido en 1951 una fotocopia que tene- mos paliografiada cuidadosamente y que es la que aqui utilizamos.’’4 La parte del documento que nos interesa, dice: “Habiendo asimismo visto y reconocido los archivos de mi 14 gobierno desde tiempo antiguo {dice don Luis de Valdés a don Martin de Zavala), y vista la fundacion de la villa de Santiago del Saltillo, que fue hecha afio de mil qui- nientos setenta y siete por el capitan Alberto del Canto, alcalde mayor de las Minas de San Gregorio y valle de Ex- tremadura, que todo era y es jurisdiccién de esta Nueva Vizcaya, el cual poblé las dichas minas de San Gregorio con comisién del sefior Martin Lopez de Ibarra, Gober- nador que fue de este reino, y fa dicha ereccidn y funda- cidn de fa villa del Saltillo la confirmé y aprobé dicho go- bernador Martin Lopez de Ibarra como términos que eran de su fundaci6n y distrito de su gobierno, dichas minas de San Gregorio y nueva poblacién de la villa del Saltillo. Por su méndamiento despachado en Durango en seis de julio de mil y quinientos achenta afios. . .“°. Por lo que debemos concluir de esta documenta- cién, irrefutable por su originalidad, la fecha de fun- dacién de Saltillo, hasta 1951 ignorada, y el hecho in- controvertible de la anterioridad de! poblamiento de la zona de Cerralvo; es decir que ya para 1577 éste te- nia alcalde mayor, como Minas de San Gregorio, y lo era Alberto del Canto. Lo que viene a echar por tie- rra el mito de celebrar en 1977 ei cuarto centenario de la fundacién de ta actual cabecera municipal de Cerralvo.

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