Delly Beller
Es Psicoanal
cia Buenos
2, Licenciada en Psicologia (UBA). Mi
femio Bleger 2002,
‘como coautora del
lacién posible entre psicoanalistas y
la Aso-
educadores". Ha sido docente y supervisora de la
vada de Psicologia Social fundada por el Dr. Enrique Pichén Riviere
(1971-1999),
2
Acerca de las herencias
Delly Beller
sater que no hay deuda que se pague sin reso,
que no hay completud posible, que venimos siempre
de oto lado, Falladoty falids.Filiados
Encadenados.
La cadena es, entonces, eslabin que liga 0 lazn que
ahora y apresa. Cadena de geeracones 0 grille
de prsonero en la caverna Via de transmisién 0
candena a las sombras.
Diana Sperling
Introduccién
‘que interroga sobre la continuidad. Nos pone
marcas que recibimos y con aquellas que —lo se-46 Beiter
pamos 0 no, nos guste o no—habremos de dejar. Nos seriala que
formamas parte de una cadena y suscita consideraciones xcerea
de
transmisin entre las generaciones.
Pensar acerca de las herencias es una tare
ca, En ella se anudan el trabajo clinico,
una brisqueda personal,
Por eso me pregunto: squé dest
rega a la siguiente, con frecue
jolégico por el cual
racteres a los descendientes; otras aluden a las i
propiedades o temperamento que se heredan; también a lo
que se recibe de los padres a través de las generaciones prece-
(es, como la herencia cultural
Desde el punto de vista de la ley civil la
un derecho por el cual se recibe el conjunto de todos los bie-
(0s y obligaciones de una persona que no se extingan
abajo
de en algin punto convertirse e1
pacientes
ica que, con ci
ser vividas como cargas, como una
ncia de bienes mat
‘entretejido” con los bienes: mandatos, valores, creencias, silen-
s, que a veces pueden consti
cios, secretos, relato se
Acerca de las herencias a7
cen un pesado laste. En fin, todas aquellas “pertenencias” ante las
‘quales el sujeto corre el riesgo de quedar “adherido’
La herencia se convierte en patrimonio propio s6lo una vez
que ha sido aceptada por la persona. Fs decir que el sujeto pue-
de aceptatta o repudiarla, pero alguna respuesta ha de d
« posici6n ha de tomar. {Qué consecuencias trae la aceptacion
pasiva” de la herencia, tanto material como
"quello que has heredado de tus padres conquistalo para po
seerlo"? retoma Freud del poeta en Totem y tabi. La cita co
diciendo: “Lo que no se utiliza es una carga pesada”. Las pal
de Goethe invitan a pensar que no alcanza con sabernos
to de llegada, siempre es
indible un trabajo psiqu
herencia implicara siempre algiin grado de tansformacién, ele re-
creacién en la recepcién. Trabajo psiquico que es nei
rar con el fin de poder subjeuvar lo heredado. Sélo a
posbilidad de que la herencia no quede alienaday que no a
al sujeto. Aquellas herencias que no hayan sido con
bablemente permanecerdn enquistadas. Yesto te
el sujeto; efectos que abren interrogantes
euda y lac
relacionadas .con
Herencia y filiacién
Las herencias no se eligen; ms bien nos eligen. A veces h
rusiva ¢ inesperada, convirti
imponen de maneraa
nos, y genieran una deuda si
Mabel: “No sé qué pretenden. Yo no elegi nacer. No fue mi de
sion, decidieron por mi. Todo lo que hice lo hice por n
Xo no les debo nada”. Intento de renegacién del lazo filiatorio y
a usin de que es posible quedar por
deuda, en cambio, borra la
iento, de pertenecerse s6lo a si mismo.
iedad es estar inscripto en ella con rela-
¢ de los antepasados. Lo
co. Recibic
de portarlo. Se d
ura y desligadura le s
I de soportar ysoste
jctiva que
'erente al lazo: la apuesta al autoengendi
las marcas que Oto, y la
'9 apego a las marcas, pero en el sentido
|
Acerca de las herencias
49
to pueda enconti
tun modo ideal de resolucién de esta tensi6n; depe
dera de cada uno, de su historia, de sus fantasias, de los modos
were
Papa de Marisa, ella hereda sus bienes y se
to arrojada.a la necesidad de administrarlos, area que
ivamente con mucha responsabilidad, El hacerse ¢:
tudes por las que atraviesa se entrete-
los avatares dle la elaboraci6n del duelo,
Junto con ta herencia mater ”
recla” también viejas ren-
das como engaiio y traiciéi
el padre una secuela de profunda desconfianza
esta herencia®;
Vivo? ¢Tendria quie se
'n de los problemas? Si el padi
desplicgue de estos interrogantes se encuentra con
wn padre, su padre. Con sus dones, sus aciertos, con a
"ORGS TATERERTRERerteagegesaacececaanaceso Delly Beller
que valora y agradece. Y también con sus errores, con sus fax
xs y imitaciones. :Debia hacerse cargo de ellas? ¢Debia ser
la encargada de corregirlas? ¢Qué hacer con las faltas del pa-
dre, con sus descuidos, con.su inconsistencia?
(0) lo que se transmite en el seno de la familia y de padres
jos, no son solamente los bienes, sino que también se trans:
iten los males, con lo que los padres cargan, y sin saberlo, pa-
san asus hijos."®
Herencia y duelo
Tada herencia se tramita sobre el fondo de una pérdida y conlleva
un trabajo de duel.
Esto es claro —casi obvio— si
tiva de un ser querido que enluta al sujeto.
in embargo, otras “herencias” tienen lugar sin que necesa-
mente medie una muerte concreta; sera necesario elucidarlas.
hablamos de la muerte efec-
nos. Herenc
nor medida por puntos oscuros; herencias de lo dicho pero
in de lo silenciado, de discursos ambiguos quie despiertan
quietud, de medias palabras por donde a veces asoma el horror.
raciones que heredamos y cuyo reconocimiento trae apare]
do también un proceso de duelo. Duelo por las fallas, ervores, lt
aciones de aquellos «te nos precedieron; por lo que no s-
pieron, por lo que no pudie ser humano busca sostener la
lusion de que el Otro es consistente, en una incesante basque-
da de garantias. Soportar la castracién del Otro, su inconsisten
ciae incompletud nos enfrenta con momentos de orfandad.
Freud, en Duelo y melancolia, habla de las vicisitudes por las
{que pasa el sujeto en el trabajo de dueto. Ante la realidad de la
pérdida se vaa ir produciendo en el duelo normal un desasimien-
to de la libido, que se ejecuta muy lentamente, pieza por pieza,
por medio del recuerdo y la rememoracin. Esto ¢
st
Acerca de las herenclas
gran gasto de tiempo y de energia de
tarea muy dolorosa. Realizado el trabajo de duelo el sujeto se
encontratia libre para investi libidi
Sostiene que la melancolia puede ser la reac
pérdida de un ser amado, aunque también puede tratarse de una
pérdida de naturaleza mas ideal. Por ejemplo, cuando el objeto
tal vez no esta realmente muerto, pero se perdid ct
amor, como en el caso de una novia abandonada. “Yen otras ci
10s peu
de apresar en la conciencia lo que ha perdido. (.) cuando él sa:
be a quién perdio, pero no lo que pentié con él."? Habria
pérdida de objeto sustraida a Ia conciencia
Si bien Freud lo plantea en relaci6n con la mel
sidero que algo de esto puede jugarse en todo duelo.
tor) fa otra duellum (desafio), (..) po~
Dolor y desaffo. Padecimiento pero también oportunidad
de transformacién de la relacién del sujeto con el objeto fan
tasmatico. La autora destaca el viraje entre Ip que
tea como trabajo de duelo y lo que Lacan llama funcién del due-
tb, La culminacién del trabajo de duclo sera la sustitucién del
objeto. La fancin det duelo“atafve a un cambio de posicion sub-
jetiva, a una reorganizaciOn de la carga libidinal respecto de!
“objeto fantasmatico” Esto permitiria transformar la paralisisy
ibicidn a la que la persona estaba sometida por el doto
cen la posibilidad de seguir adelante con anhelos propiosAcerca de las herencias 33
52 belly
padre, esos que no estaba dispuesta a cargar sobre sus
ramitar una herencia conlleva momentos de dolor y pro-
aioe gee hombros; esas fallas que al mismo tiempo lo mostraban
safio. Im} mbién, ala manera del duelo, un
acion con ella un lugar deseante propio. Ya que las desavenencias familiares sobre la que se interrogaba
ral dedi de G I no se utiliza, es decir, lo que si deseaba que formara parte de su patrimonio. Yestaban
woe cana ih dei ear pena carga. los bienes materiales que requerian de su atencién y de
ates importante dilucidar quées lo que entra en la he- cada una requeria de un trabajo particular.
rencia, junto con la herencia manifiesta. Qué de la herencia es-
ta sustraido a la conciencia y necesita ser apalabrado. Se
pone encontrar las palabras que nombren la falta a cuyo l- sin vaivenes—le fue permitiendo sentirse unida pero no atada
sélo asi podra el sujeto en- a la historia familiar, ser parte de la cadena p
ta de lade rehén, un lugar denada. Marisa se debate por encontrar su singular modo de
itar la herencia,
Este trabajo de reconocimiento y apropiacién —lento y no
‘0 no estar enca-
herencia. Pienso qu
jcién que sea dist
en ef que no quede cautivo, sino que pueda disponer de lo he-
redado por via de un deseo y un estilo propios.
En este camino se encontraba Marisa. <
Para ello fue importante:
Herencia y superyé
Al retomar el pensamiento de Freud y de Lacan, Marta
erec Ambertin!™ sostiene que la Ley presenta una faz legis-
inte y simbélica, una cara organizadora de la subjetividad,
ibe via Metifora Paterna y regula los intercam-
bios, La Ley marca que no todo es posible; nos pone en fal-
ta y asi posibilita el acceso al deseo. No es posible pensar al
jeto por fuera de la relacién que establece con la Ley. Al
mo tiempo la Ley tiene otro restro, una cara insensata, fe-
roz, desregulante, que es la Ley del Supery6, que hostiga al
1 Sostener la tensién entre continuidad y ruptura que toda
filiacién —y el trabajo acerca de las herencias— acarrea.
a un riesgo subjetivo, el de quedar alienada en los de-
so db pera de) fnctuet Ge ea: Lean sujeto con sus tnperativoshoutles —seyin Freudey ou
los det su propia trama, mandato de goce —segtin Lacan—.
n camino en el que distinguir las diferentes Esta instancia puede devenir extremadamente cruel y “se
abate con furia inmisericorde sobre el yo, como si se hubiera a
herencias” en juego, ya que nunca es una sola: por una ate a : ~
Ft ba et doc tal per geverodorea dead derado de todo el sadismo dsponibe ene induc"
‘ los valores que le transmiti6, aquellos ras- ‘Cuando se ve impedido el trabajo simbolizante en relacién
. hherencia, cuando ia lenta tarea de apropiacion y de re-
del padre de los que se enorgullecia, y que a veces re abe
ERO ern Meee significacin de lo recibido nd es llevada a cabo, probablemen-.
BERETS
54 belly 8
te seri el superyé con su voz imperativa quien tome la del
a. En muchas ocasiones la culpa inconsciente y la necesidad de
la “destruccién de las herencias","? que
‘nan siendo dilapidadas en malas inversiones, en acciones
pulsivas, imprudentes 0 transgresoras de Ia ley. O bien nos
acontramos, en el otro polo, con la imposibilidad de racer uso
con la necesidad de dejarla congelada, como si
tra forma de sacarla de circulacién. Es-
castigo conducen ha
no existiera; lo cual es 01
nica me he encontrado con algunas situacio-
nes ligadas a lo que podtiamos nombrar como “repartir Ia he-
rencia en vida", Quisiera detenerme en aquellas que prese
la siguiente particularidad: el padre decide repartit Ia
ja de modo desigual a favor de uno de los hijos y 10 ha-
itamente— un acuerdo se-
wer
her
ce proponiendo —explicita o imp!
creto que el hijo acepta sin ponerlo en cuestion. Estos 3
a legal:
embargo, responden a un “codigo dé trastienda”, a una ley
bitraria e insensata encarnada por un padre que no represen-
la Ley, sino que se arroga ser la Ley.
> Laherencia es la marca del Oro. La culty
n nos hum
Somos herederos
nem
Leyyellen-
jizan. Nos
guaje nos preceden. Nos sujetan y tam
posibilitan y al mismo tiempo nos restringe:
de lacultura y del lenguaje. Somos herederos de la Ley.
bargo sabemos que el lenguaje no puede decitlo todo... fa Ley
ino es perfecta, viene mezclada de impurezas... Siempre hay fal
taeniaestructura,
Marta Gerez Ambertin seftala"® que
Ley que nos leg cual es impensable la subjeti
mbién sus agujeros, sus nde la Ley no
sera sin falas, Sin embargo,
Acerca de las herencias 55
Las fallas en ta transmisiin de la Ley del
ws cjecicio de formas tramposas ena transinisin de la Ley.
acon el
Las fallas en la transmisién de la Ley estan en rela
hecho de que la Ley necesita siempre de un intérprete; por lo
tanto, no todo se transmite con precision o con “pureza”, La
terpretacion de la Ley puede poner cle manifiesto cierta arr
bigGiedad o revelar contradicciones. Todos estamos expuestos
guna adecer 0 s fallas en la
‘anstnisién; sin embargo, también podemos detectarlas y de-
iarlas.
En cambio, en el gjercici de formas tramposas en la transmision
dela Ley se busca explicitamente la complicidad del sujeto y se
propician pactos de silencio. Cuando Ia persona queda apne
tada en las redes de esta maniobra, atrapada en un sometimien:
to acritico, queda como objeto a merced det capricho del Ouro.
En las situaciones antes mencionadas las personas queda-
ivas de estas formas tramposas. A veces parecian no (e
ner registro de falta ni de culpabilidad. Acataban la vor p:
na sin interrogarse. zCuales son los riesgos cuando un padre
alienta —y obtiene— la complicidad del hijo?