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Obras:
- Tractatus lógico-philosophicus (1921).- Existe una conexión entre el mundo y la lógica,
entre las proposiciones lógicas elementales y los hechos. El lenguaje lógicamente
perfecto y el mundo comparten una homogeneidad.
- Conferencia sobre ética (impartida en 1929)
- Investigaciones filosóficas (publicada póstumamente en 1923)
- Observaciones filosóficas sobre los principios de las matemáticas (publicada en 1956)
- Cuadernos azul y marrón (publicada en 1958).
La mayoría de las obras de Wittgenstein son obras que no fueron publicadas por él mismo
porque no consideraba que estuvieran preparadas para su publicación. La única obra que
publicó fue el Tractatus.
Tractatus lógico-philosophicus
En el Tractatus, Wittgenstein pretende explicar el funcionamiento de la lógica, tratando de
demostrar al mismo tiempo que la lógica es el andamiaje o la estructura sobre la cual se
levanta nuestro lenguaje descriptivo (nuestra ciencia) y nuestro mundo (que es aquello que
nuestro lenguaje o nuestra ciencia describe). La tesis fundamental del Tractatus es la estrecha
vinculación estructural (o formal) entre lenguaje y mundo, hasta tal punto que dice “los límites
de mi lenguaje son los límites de mi mundo" (prop. 5.6.).
Hechos y valores
La relación entre hecho y valor.- falacia naturalista
Falacia naturalista – George Edward Moore
Puesto que los errores se han producido, como ya hemos visto, debido a confusiones en el significado de los
conceptos (confusiones que los propios filósofos han introducido) lo que hay que hacer es analizar cuidadosamente el
significado que cada filósofo ha atribuido a los conceptos que usaba y cuál es el que verdaderamente se corresponde
con la realidad. En su obra Principia Ethica, de 1903, realiza el análisis del término "bueno". Se trata de un concepto
que no puede explicarse a alguien a menos que previamente lo conozca, como sucede, por poner un ejemplo, con el
concepto "amarillo". El término "bueno" es, al contrario que los conceptos que se refieren a objetos de la naturaleza,
un concepto sin partes, inanalizable, indefinible (puesto que definir, según Moore, es descomponer un objeto en las
distintas partes que contiene). Como consecuencia, Moore expondrá la famosa falacia naturalista que afirma que no
es posible identificar lo bueno con las cosas o con las propiedades de las cosas. Por ejemplo, afirmar "el placer es
bueno", como hacen los hedonistas o los epicureos, es un error porque el predicado "bueno" no es algo natural y
existente. Tales asociaciones de lo bueno con lo placentero, o con lo útil, no son sino el reflejo de una actividad
psicológica (si pretendemos analizar, por otra parte, el concepto de "deber", en último término nos encontramos con el
concepto de "bueno" y nos enfrentamos al mismo problema). Estas consideraciones por parte de Moore son una
reformulación de un problema del que Hume ya se había percatado, que no se puede legítimamente pasar del "ser" al
"deber ser", que nunca un conjunto de premisas descriptivas puede implicar una conclusión normativa.
Para no basar la ética en la metafísica, contra la cual siempre se sitúa (como puede verse, por ejemplo, en el hecho
de que siempre habla de "good", el adjetivo "bueno", en lugar de "goodness", el sustantivo "bien") Moore defiende,
como alternativa, el denominado intuicionismo ético: la afirmación de que hay verdades morales que conocemos por
intuición, considerando la bondad o la rectitud como una propiedad que pertenece a determinados estados de cosas.
El problema que se plantea aquí es qué tipo de conocimiento es esa "intuición" y la cuestión no se resuelve apelando
a un conocimiento alternativo. Dicho de otra manera, el que considera que determinada acción es mala y afirma que lo
sabe por intuición no está afirmando que sabe algo que, de tener más información o de hacer un mejor análisis de la
cuestión, se mostraría efectivamente cierto, sino que se trata de un modo alternativo de conocer, aunque sus
peculiaridades quedan sin definir de una forma clara.
Wittgenstein, también habla de que en el mundo de los hechos no existen valores. Los
valores derivan de la acción humana y no de los hechos. Moore, había planteado que los
valores no se pueden derivar de los hechos (falacia naturalista), y Wittgenstein la asume. ¿En
qué sentido esto es así? Evidentemente no se pueden derivar en un sentido lógico matemático,
pero en este caso entraríamos en el terreno de la contraposición entre la lógica y la ética. No
obstante, en la lógica también, aparte de la deducción, existe la argumentación. En la lógica, si
la deducción es correcta, la conclusión es inapelable. No obstante, también utilizamos procesos
argumentativos que nos llevan a lo verosímil, a lo probable, y no a lo incuestionable. Así pues,
cuestionar la falacia naturalista desde el punto de vista lógico, es decir, por métodos
deductivos, sería absurdo. Sin embargo, sí puede cuestionarse el hecho de que sea la única
forma de cuestionar nuestros valores; nuestros valores también podrían cuestionarse de forma
racional argumentativa (por ejemplo, en el proceso forense o en una sentencia continuamente
se está argumentando, pero no se utiliza un argumento lógico formal deductivo que arroje un
resultado incuestionable, pero esto no significa que no se deba argumentar con un
fundamento).
Esto cuestiona esta idea de Wittgenstein según la cual el mundo de los valores debe
quedar fuera del mundo de los hechos.
El sentido del mundo es algo que no puede conocerse como un elemento más de la
realidad en la que estamos. (Hegel, sin embargo, cree que es suficiente con la mediación del
pensamiento para encontrar el sentido del mundo).
Debemos tener en cuenta el principio de causalidad. Wittgenstein dice que no podemos
intentar buscar una causa, pero Hume dice que todo tiene una causa y un efecto, pero hay un
fondo de indeterminismo en el mundo que hace que el azar sea el núcleo mismo de la realidad.
Wittgenstein dice que el que suceda una cosa u otra tiene como sustrato último el azar.
La invención del determinismo es tan antigua como el pensamiento mismo del hombre. En
la filosofía aparece esta concepción desde los inicios (Parménides). Heráclito sí cree en el azar.
Este dice que lo que el mundo es como niño jugando a los dados.
Por tanto, la interpretación de Wittgenstein no puede entenderse desde una perspectiva
reduccionista. En el propio Tratactus hay ideas que apuntan en dirección diferente.
A este respecto, hay dos principios importantes: causalidad y razón suficiente. Leibniz cree
que nada existe sin que haya una razón suficiente para ello. En cambio, Wittgenstein dice que
hay muchas cosas de las que no podemos dar razón. Hay un fondo inexplicable en la naturaleza
humana. También hay otro principio, el “principio de no contradicción” que, junto con los otros
dos, constituyen la estructura mínima a todo intento de conocer el mundo desde tiempos de la
cultura clásica. Wittgenstein disocia estos principios.
Trascendencia y acción
Wittgenstein no renuncia a la acción, pero considera que es de ilusos actuar de una
determinada manera pensando que va a cambiar el mundo. Sin embargo, sí puede hacer que
ciertas personas del mundo sean más felices o desgraciadas en función de una acción
determinada.
6.42. “Por lo tanto, tampoco puede haber proposiciones de ética. Las proposiciones no
pueden expresar nada más alto”.
6.421. “Es claro que la ética no se puede expresar. La ética es trascendental. (Ética y
estética son lo mismo)”.
La ética es acción. Se puede estar toda una vida hablando de ética, pero esto no expresaría
la ética.
En Wittgenstein siempre estamos jugando con aspectos que condicionan o coaccionan
nuestra acción. Todos estamos en libertad bajo fianza.
Determinación y sentido de la acción
En clara contraposición con la ética kantiana, Wittgenstein distingue el valor de algunas
facetas de nuestro psiquismo (p. ej., la voluntad).
Wittgentsein es una persona minimalista, da una importancia enorme a cada detalle de la
vida cotidiana. Además, tiene una gran mente científica y una gran sensibilidad a las cuestiones
éticas.
6.423 “De la voluntad del sujeto de la ética no se puede hablar. Y la voluntad como
fenómeno solo interesa a la psicología”.
Kant considera que la piedra angular de la ética está en la voluntad. Sin embargo,
Wittgenstein dice que la voluntad es algo que podemos estudiar desde el punto de vista
psicológico (disciplina), pero no desde el punto de vista de la ética.
Proposición 6.4.3.- “Si la voluntad buena o mala voluntad cambian el mundo, solo
pueden cambiar los límites del mundo, no los hechos; no lo que puede expresarse por medio
del lenguaje. Dicho brevemente: el mundo tiene que convertirse entonces en otro
completamente distinto. Tiene que, por así decirlo, disminuir o aumentar como un todo. El
mundo del que es feliz es diferente del de aquel que es infeliz”.
Wittgenstein considera que el ser humano está condicionado siempre por los hechos y no
puede responder globalmente por los hechos. Según él, el mundo tiene unos determinismos
que no hay voluntad humana que pueda cambiar, pero sí puede actuarse. “El mundo de los
felices es distinto del mundo de los infelices”. La manera de vivir el mundo de las personas
felices es diferente de los que no lo son. Por tanto, el sentido de la acción está en la acción
misma.
7.- “De lo que no se puede hablar, mejor es callarse”.
Hay ciertos temas sobre los que no podemos construir un discurso coherente, por lo que es
mejor callarse, aunque ello no implica no adentrarse en ellos (pone como ejemplo la ética y la
estética). No es que diga que la ética o estética no tienen sentido, sino que no se puede hablar
de ellas, sino practicarlas.
En relación con esto aparece una fundamental distinción entre “decir” y “mostrar” que el
propio Wittgenstein consideraba el núcleo de la filosofía. Así, la forma lógica y la lógica en
general no puede expresarse, quiere decir, no se puede crear una proposición con sentido en
que se describa la lógica porque la lógica se muestra en las proposiciones con sentido (que
expresan el darse o no darse de un estado de cosas). La lógica está presente en todas las
proposiciones, pero no es dicha por ninguna de ellas. En este sentido: "La lógica es
trascendental" (prop. 6.3.).
Significado y realidad
Aparece la idea de la autolimitación propia del lenguaje científico contrapuesta a la idea
del desbordamiento que se da en otras formas expresivas.
“Nuestras palabras, usadas tal como lo hacemos en la ciencia, son recipientes capaces
solamente de contener y transmitir significado y sentido, significado y sentido naturales. La
ética, de ser algo, es sobrenatural y nuestras palabras solo expresan hechos, del mismo modo
que una taza de te solo podrá contener el volumen de agua propio de una taza de te por más
que se vierta un litro en ella” (Conferencia de ética).
Esto está relacionado con el lenguaje científico. No obstante, Wittgenstein cambia su visión
y se da cuenta de que los juegos del lenguaje permiten el desbordamiento, estos tienen una
capacidad expresiva superior a la del uso recto o habitual de los elementos que los componen.
Según Wittgenstein, el lenguaje natural funciona mediante una serie de juegos que es muy
difícil representar. Los juegos del lenguaje amplían exponencialmente las capacidades de
expresión del lenguaje (p. ej., chiste).
También hay otra serie de enfoques sobre la aproximación a los problemas filosóficos a
través del lenguaje (Derrida), que buscan percepciones que no hemos captado.
Moore, en los Principia Ética, parte de un objeto que interesa a la ética como investigación
general de lo bueno. A continuación de esto, Wittgenstein se plantea cómo entender esta
definición. A partir de aquí, hay un procedimiento de abstracción. Wittgenstein dice que la
ética se ocupa de lo valioso, de la forma correcta de vivir, etc., pero luego analiza estos
términos y dice que, por una parte, tienen un sentido trivial y, por otra parte, un sentido
trascendente. Según Wittgenstein, el significado trivial no tiene nada que ver con el significado
que tienen los términos cuando se emplean en un sentido ético ya que en el discurso ético
estos términos adquieren un significado absoluto. Wittgenstein cree que cuando hablamos de
ética siempre tenemos que hablar de términos absolutos (es decir, incondicional, válido para
cualquier situación). Wittgenstein cree que para que una afirmación ética tenga justificación
tiene que estar respaldada por un absoluto, no por un relativo, pero llega a la conclusión de
que es imposible proporcionar un absoluto, lo que nos llevaría a renunciar a la ética por la
imposibilidad de aportar un valor o punto de referencia absoluto para lo bueno.
No obstante, si defendiéramos esto, tendríamos que defender la idea de una realidad
absoluta (por ejemplo, Dios), pero la realidad es que los valores se presentan sin estar ligados a
una realidad absoluta. Los valores son cuestionables y cuestionados, pero necesarios. Por
tanto, el concepto relativista debe emplearse no como algo que desprestigia, sino como algo
que nos lleva a lo real. Los valores son objeto de una confrontación constante con la realidad.
Hay una ilusión que tiene que ver con el espíritu cientista (primer cuarto del siglo XX) que lleva
a desprestigiar todo lo que no puede expresarse mediante la ciencia. El espíritu cientista lleva a
una negación de la filosofía y a la negación de muchas cosas que son radicalmente humanas.
Podríamos cuestionar si el ser humano tiene que desarrollar necesariamente la ciencia porque
antropológicamente hay muchas sociedades que no han desarrollado la ciencia, pero no hay
ninguna que no haya desarrollado la ética. Por tanto, hay algo intrínsecamente humano en la
ética.
Rudolf Carnap va moderándose en su pensamiento dado que su concepción neopositivista
radical actúa finalmente en contra de las bases de la filosofía, esta quedaría reducida
finalmente a ser una criada de la ciencia.