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INSTRUMENTOS PSICOMETRICOS DE EVALUACION DE MIEDOS INFANTILES Inmaculada MORENO GARCIA, Alfonso BLANCO PICABIA, José Manuel RODRIGUEZ GONZALEZ. Evaluacisin y Tratamiento Psicologicos Departamento de Psiquiatria, Personalidad, Universidad de Sevilla EL presente estudio pretende analizar los procedimicntos Auto y Hetero-uplicados que se emplean en Ia evaluaci6n de las respuestas de miedo infantil, En este sentido se han revi- sado distintos tipos de Cuestionarios, Inventarios y Escalas de Calific ra esta fi wado, haciendo especial hincapié en los datos psicométricos, ventajas y Ti- jones asociadas a las distintas técnicas estudiadas. Palabras clave: Evaluacién; Instrumentos psicométricos; Miedos infantiles cién que nalidad se hun dis Psychomesrical instruments for assessing children’s fears. This paper analizes both the auto-applicd and hetero-applied procedures used when evaluating the responses to children's fears, In this sense different kinds of questionnaires, inventories and scales of assessment de- signed for this purpose have been reviewed. Psychometric data, advantages and limitations associated with the different techniques studies have been specially stressed Kewy words: Assessment; Psychometrical instruments; Children’s fears. Si el estudio de reacciones conductua- les observadas en poblaciones infantiles se ha constituido en un foco de interés en los Liltimos afios, no es menos cierto que parte de esta atencién se ha centrado en los mie- dos y fobias que aparecen en las primeras edades y, en consecuencia, en la evaluacién de los mismos, como lo demuestran fas re- visiones de Johnson y Melamed (1979): Ba- rrios, Hartmann y Shigetomi (1981), Morris y Kratchwill (1983), Pelechano (1984) y Lopez, Rodriguez y Ballesteros (1988), Psicothema, 1992, val. 4, n® 2, pp. 385-396 ISSN 0214-9815 CODEN PSOTEG En general, las técnicas usadas para analizar las respuestas de miedo infantil (s guiendo a Nietzel y Bernstein, 1981 ya Ollendick y Hersen, 1984) se centran, por frecuencia de empleo en: Entrevista, Auto informes ¢ Inventarios, Escalas de Observa- cién y Calificacién, Auto-observacién, Ob- servacion y Registro Directo y, finalmente Técnicas Psicofisiolgicas. A nuestro juicio, estos sistemas de and- lisis enumerados son susceptibles de subdi- vidirse a su vez (siguiendo un planteamiento ya clisico en Evaluacién) en Procedimientos 385 INMACULADA MORENO GARCIA, ALFONSO BLANCO PICABIA Y JOSE MANUEL RODRIGUEZ GONZALEZ Auto-aplicados (Autoinformes, Auto-obser- vacién) y Procedimientos Hetero-aplicados (Entrevista, Observacién y Registro Directo y Técnicas Psicofisiolégicas), considerando como criterio diferenciador las fuentes de informacién consultadas. Resulta evidente que la sistematica de aplicacién es una cuestién importante, puesto que en el primer caso, atin cuando es preciso contar con la aparicién de ses- gos, existe una mayor proximidad entre la variable a conocer y la persona que la pose. De otro lado, en la segunda opcién van a desaparecer varios de los menciona- dos sesgos, lo que no evitard que sean sus- lituidos por otros diferentes, a la vez que la j6n entre variable objeto de estudio ba convirtiendo en un separa y observador se a hecho destacado. Son por tanto, estos planteamientos los que nos inclinan a realizar nuestra revision haciendo una distincién genérica entre Tée- nicas Hetero y Auto-Aplicadas, clasifi }6n que ain cuando no resulta ser nove- dosa en Evaluacién, nos permite hacer un andlisis desde una dimensién distinta a la que hasta ahora se ha venido siguiendo en este Ambito, asf como a la vez mds com- prensiva. Asimismo, y debido a la diversidad técnica e instrumental que caracteriza este sector de la investigacién, hemos optado por centrarnos, en este primer acerca- miento, en las pruebas de cardeter psicomé- trico que mayor atencién parecen merecer por parte de los estudiosos del tema. TECNICAS AUTO-APLICADAS Autoinformes La frecuencia de su uso se ha visto en ocasiones limitada por dificultades aprecia- das en los contenidos y diseito de los instru- mentos especificos. Asi, se han planteado problemas de sesgo en las respuestas (Ro- 3x6 driguez Tomé y Zlotowicz, 1972; Martinez y Monreal, 1982), también han preocupado aquellas otras dificultades que se relacionan con la clasificacién y agrupamiento de los items que integran los cuestionarios. En este sentido, durante las ltimas décadas han aparecido en la bibliografia sobre el tema, extensas listas de enunciados de miedo que han sido agrupados y clasifi- cados en categorias (Scherer y Nakamura, 1968: Rodriguez Tomé y Zlotowicz, Op. Pelechano, 1981; Martinez y Monreal, Op. cit y Ollendick, 1983), El sistema em- pleado para configurar estas ordenaciones ha sido el denominado Andlisis Légico, consistente en la elaboracién de niveles de miedo a partir de lo que el propio investi- gador considera como agrupaciones Iégicas de items. En otras ocasiones, dichas agru- paciones se han basado en las semejanzas manifiestas que a nivel de lenguaje mantie- nen los distintos enunciados de miedo Estos métodos de clasificacién han deri- vado en multiples propuestas, variables de unos autores a otros, dificultando cualquier intento por comparar los estudios realiza- dos. El procedimiento de “Clasificacién Légica” de los enunciados no se encuentra exento de ciertos problemas, entre los que abe citar, por un lado, que las categorias de miedo establecidas aparecen integradas por un numero desigual de items y, por otro, el que se refiere a la determinacién de los ftems “mas comunes", “mas populares" y “més intensos” Otro aspecto criticado ha sido que el factor comin de los cuestionarios de miedo disefiados inicialmente radicaba en que éstos evaluaban s6lo la frecuencia de apari- cidn de las respuestas de temor, dejando de lado el estudio y 1a valoracién de ta intensi- dad y duracién de dichas respuestas (Cro- ake y Hinkle, 1976). De esta forma, se su- ponia que la estimacién de un s6lo parame- tro era indicador suficiente de los demé Psicothema, 1992 INSTRUMENTOS PSIGOMETRICOS DE EVALUACION DE MIEDOS INFANTILES Como solucién (a su vez, no exenta de c ticas), se han ido elaborando instrumentos concebidos para evaluar también la citada intensidad, en este caso a través de Excalas de Intervatos. Scherer y Nakamura (1968); Croake y Hinekle (Op. eit); Miller, Barrett, Hampe y Noble (1972); Pelechano (1981) y Orton (1982), pueden ser identificados como algunos de los autores que han efec- tuado aportaciones mds significativas en este sentido. Una alternativa mediante la cual se han intentado superar la mayoria de los dé- ficits antedichos, ha sido el Andlisis Facto- rial, (destacan entre los mas conocidos, los estudios realizados por Scherer y Naka- mura, 1968: Miller, Barret, Hampe y Noble (1972; Guarnaccia y Weiss, 1974 y Ollen- dick, 1983). Centrindonos en 1a evaluacién de las respuestas de miedo en el nifio, 1a biblio- graffa sobre el tema (Johnson y Melamed, 1979; Morris y Kratochwill, 1983 y Pele- chano, 1984, entre otros) secuencia dos for- mas de abordaje: medidas del estado de an- siedad ¢ instrumentos especificos de eva- luacién del miedo infantil. Atin asi, a nues- ro juicio, la diferenciaci6n establecida de- beria incorporar aquellos otros instrumentos destinados a analizar las reac! miedo emitidas ante estimulos y situa especificamente delimitadas jones de ciones A.- Medidas del Estado de Ansiedad Se han utilizado a causa de la similitud de correlatos comportamentales, cognitivos y biolégicos que detinen, en principio, a las respuestas de miedo y ansiedad, De entre el material disponible podemos resaltar: * Children’s Manifest Anxiety Scale (CMAS) Es una adaptacién de la tradicional Manifiest Anxiety Scale (MAS) de Taylor Psicothema, 1992 (1953), siendo elaborada por Castaneda, McCandless y Palermo en 1956. Se consti- tuyd en uno de los primeros instrumentos dedicados a estudiar la ansiedad en el ém- bito infantil Los datos relacionados con la fiabili- dad de la prueba empleando la técnica de Test-Retest (Castaneda, McCandless y Pa- lermo, Op.cit), en poblaciones normales, mostraban un coeficiente de estabilidad que oscilaba entre .70 y .94. Afios mas tarde, Finch, Montgomery y Deardorff (1974, a, b) replicaron el estudio pero en nifios que presentaban problemas emocionales, consi- guiendo unos valores de covariacién de .77 Estos autores, sin embargo, encontraron que la validez de criterio (de tipo concurrente) reducidos (.38 y 47), empleando para tal fin ef cuestionario STAIC (Spielberger, 1973). Son también Finch, Montgomery y Deurdortf (Op. cit) quienes Hevan a cabo un andlisis de la estructura factorial de la escala, cuyos resultados mostraban la exis- tencia de tres factores primarios: Inquic- tud/Preocupacién, Ansiedad Fisiolégi poseia unos valores ma Ansiedad Concentracién. Previamente, Scherer y Nakamura (1968), en un trabajo comparativo del Cuestionario FSS-FC con esta escala de ansiedad, habian obtenido dos factores denominados Ansiedad-In- quictud, de ticas similares al pri- mero de los factores encontrados por Finch y colaboradores y Ansiedad-Neurosis (cquiparable al segundo y tercer factor enunciado por los autores citados), Poste- riormente, Reynolds y Paget (1981) facto- rializan de nuevo la prueba, contirmando la distribucisn factorial especificada ya en 1974. El uso frecuente en la prictica cl infantil, junto con la deteccién de limita- ciones a nivel psicométrico (puestas de ma- nifiesto ya en 1969 por Flanigan, Peters y Conry), acabé demostrando ta necesidad de evar a cabo cambios y modificacion a es en 387 INWACULADA MORENO GARCIA, ALFONSO BLANCO PICABIA Y JOSE MANUEL RODRIGUEZ GONZALEZ el test. Fruto de ello fue la Revised Chil- dren's Manifiest Anxiety Scale (RCMAS), debida a Reynolds y Richmond (1978) No ha sido hasta fechas reciemtes cuando esta prueba se ha adaptado a la po- blacién espafiola, siendo conocida con el nombre de Escala Revisada de Ansiedad Manifiesta para Ninos (ERAMN), debién- dose la adaptacién a Sosa, Capafons y Lépez (1990), No obstante, si cabe resefiar que en el caso espaiol los items pertene- cientes a la escala de sinceridad original han sido eliminados, quedando el test atin més reducido, En cuanto a los datos relati- vos a fiabilidad (test-retest, consistencia in- tera y coeficiente alfa), los resultados na- cionales coinciden en lineas generales con los alcanzados en otros paises por Boehnke, Silbereisen, Richmond y Reynolds (1986) y Wisniewsky, Mullich, Genshaft y Coury (1987), entre otros. * Test Anxiety Scale for Children (TASC) Sarason, Davidson, Lightall, Waite y Ruebush (1960) delimitaban como principal objetivo de su prueba la evaluacién de un Ambito mas amplio que abarcase desde in- quietudes especificas hasta preocupaciones més generales relacionadas con ansiedad en el colegio. La consistencia interna oscilaba entre 8 y .90, siendo .67 el coeficiente de esta- bilidad (Sarason, Davidson, Lightall, Waite y Ruebush (Op.cit). La vatidez de criterio, establecida a partir de la relacién del TASC con una escala de calificacién de profeso- res, aleanzaba un valor reducido .20. El TASC es conceptualizado como una escala multidimensional, asi se deduce de los trabajos, entre otros, de Feld y Lewis (1967), quienes realizaron un andlisis facto- rial de la misma quedando establecidos los cuatro factores siguientes: Preocupacién Es- colar Futura, Escasa Autoevaluacion, Sig- nos Somaticos y Ansiedad 388 * Children’s School Questionnaire (CSQ) Aunque desarrollado por Phillips en 1966, este cuestionario fue construido a partir de pruebas ya existentes, de esta ma- nera se incluyeron items procedentes de la TASC, Sarason, Davidson, Lightall, Waite y Ruebush (1960), Avoidance Anxiety Scale, (Paivio, Baldwin y Berger, 1961), Achie- venment Anxiety Scale, (Standord, Dember y Stanford, 1963), Defensiveness Scale for Children, (Lighthall, 1963) y el Children's Personality Questionnaire (Porter y Catell, 1963). Junto a éstos el autor integra cues- tiones destinadas a evaluar aspectos de logro, estrés social, ete. Como caracteristica a destacar resefiamos el hecho de que la ad- ministracion de los items tiene lugar de ma- nera verbal por parte det evaluador. En 1978 Phillips aportaba datos acerca de la consistencia interna (.75) y fiabilidad test-retest (oscilando entre .50 y .67). Los es- tudios factoriales han evidenciado la existen- cia de cuatro factores : Miedo de Asercién y Autoexpresién, Ansiedad generada por el test (en este caso debemos pensar en la situ; cidn de evaluacién y las cuestiones que con- forman la prueba), Falta de Contianza para desarrollar y cumplir las expectativas de los otros y Reactividad Fisiolégica asociada con escasa tolerancia al estrés. * State-Trait Anxiety, Inventory for Chil- dren. (STAIC) El instrumento disefiado por Spielber- ger (1973) ha sido empleado en el contexto que nos ocupa por Finch, Kendall y Montgo- mery, en una serie de trabajos sucesivos (1975, 1976). Los datos obtenidos indican que la fiabilidad test-retest puede oscilar desde valores de .65 para el rasgo (obtenidos en el mismo dia), a valores de 63 y 44 para el estado y rasgo respectivamente, cuando el intervalo entre la aplicacién de las pruebas asciende a 3 meses. En cuanto a su consis- Psicotnema, 1992 INSTRUMENTOS PSICOMETRICOS DE EVALUACION DE MIEOOS INFANTILES ja interna, esta alcanza un nivel de .85. n Pozo y Polaino (1988). tene segtin recd Se trata de una prueba de adaptacién relativamente reciente a nuestro pais (TEA, 1988) y en la que el estudio de la fiabilidad mediante Test-Retest ha facilitado unos co- eficientes de estabilidad superiores a los ex- puestos en lineas anteriores, concretamente entre .83 y .93. B.- Instrumentos Especificos de Evalua- cidn del Miedo Infunil La revisi6n de la bibliografia existente permite considerar que las pruebas més fre cuentemente utilizadas son las que a conti- nuacién relacionamos: * Fear Survey Schedule for Children (F: FC) Scherer y Nakamura (1968), como creadores de esta escala, incluyeron esti- mulos especificos de miedo procedentes del inventario desarrollado por Wolpe y Lang (1964) y de las aportaciones realiza das por profesionales familiarizados con el estudio, evaluacién y tratamiento del miedo infantil El objetivo pretendido a través de este instrumento, con el que se valoraba el com- portamiento de los nifios en distintos ambi tos (colegio, medio familiar, social y viajes, relacién con animales, fobias ckis cas y miscelineas), era el de evaluar las di- ferencias interindividuales, emplearlo como medida pre y post-tratamiento y/o conce- birlo como un inventario ptimo para valo- rar determinadas sensibilidades de los nifios a ciertos estimulos aversivos, Scherer y Nakamura (Op. cit) realiza- ron un andlisis factorial que les permitio de- terminar la existencia de un total de ocho factores entre ellos, Miedo al fracaso y erf- tica, Miedos Principales, Sccundarios y Via- jes, Miedos Médicos, Muerte, Oscuridad, Psicothema, 1992 Miedos vinculados al Hogar y Colegio y por Ultimo, Miedos Miscekinesos. Asimismo, Jos autores informaban de una elevada con- sistencia interna (.94) y de unos reducidos valores (.49) en cuanto a validez de criterio, siendo utilizada como tal la ya mencionada Escala de Ansiedad Manifiesta (Castaneda. McCandless y Palermo 1956). Por su parte, Ryall y Dietiker (1979), Hevaron a cabo una depuracién y reduccién de la escala inicial, facilitando en este caso unos coeficientes, en el estudio de la tiabilidad test-retest, que os- cilaban entre .79 y .91 A pesar de todo ello, en ocasiones posteriores no ha sido extraiio que se haya cuestionado la pureza psicomé- trica de esta cédula Johnson y Melamed, 1979 y Ollendick, 1983). Precisamente este tiltimo autor (Olen dick, Op. cit), revisé la FSS-FC con el ob- jetivo de adaptarla para su ap! nifios con edades inferiores para tas que ini- cialmente habia sido pensada, motivo por el cual efecto un exhaustivo aniilisis psico- métrico. Los resultados obtenidos en rela- cién a los coeticientes de consistencia in- terna fueron de .94 y .95 (para dos muestras. distintas), mientras que los relativos a la fiabilidad (calculada mediante la técnica de Test-Retest) aleanzaron unos coeficientes de .82 y .55. No obstante, el propio Ollen- dick, puntualiz6 que el instrumento emple- ado era moderadamente fiable cuando transcurria un intervalo temporal entre apli- caciones, igual o superior a tres meses. cién a Por otro lado, la validez de criterio, es tudiada mediante la correlacion con las es- calas: Trait-Scale of State-Trait Anxiety In ventory for Children (Spielberger, 1973) Piers-Harris Self-Concept Scale (Piers y Harris, 1969. citado por Ollendick, 1983) y Nowicki-Strickland Locus of Control Scale. (Nowicki y Strickland, 1973), mostraron unos resultados mediocres, puesto que los coeficientes de covariacién resultantes, en. el caso de nifios con fobia escolar, eran res- pectivamente de .51, .23 y .36, mientras que 389) INMACULADA MORENO GARCIA, ALFONSO BLANCO PICABIA Y JOSE MANUEL RODRIGUEZ GONZALEZ en niftos normales los valores conseguidos fueron .46, .69 y .60. El andlisis factorial Nevado a cabo por el autor revelé la existencia de cinco facto- res, a saber: Miedo al Fracaso y Critica, a Situaciones Desconocidas, Miedo al dato corporal y Enfermedades, asi como al Peli- gro Fisico, Muerte, y Médicos. * Louisville Fear Survey for Children Disefiada y perfeccionada a lo largo de los afios (Miller, 1967 y Miller, Barrett, Hampe y Noble, 1971), esta prueba preten- dfa abarcar mediante sus ftems un gran ni- mero de situaciones o elementos que provo- caban miedo a nifios y adolescentes. Cabe destacar su versatilidad, puesto que se trata de un instrumento susceptible de ser aplicado bien como autoinforme bien como escala de calificacién tanto a los, padres, los profesores y los compaiieros. Los items que la integran se extrajeron de fuentes diversas tales como la literatura clinica infantil, inventarios de ansiedad para nifios y otros varios, destinados a evaluar el miedo en adultos (Wolpe y Lang, 1964: Geer, 1965, etc) En 1972 Miller, Barrett, Hampe y Noble, realizaron un estudio factorial, deri- vandose del mismo una estructura caracte- rizada por tres factores: Miedo al Dafio Fi- sico, Peligros Naturales y Estrés Psfquico. * Inventario de Miedos Para su construccién Sosa (1985) se basé en el Inventario de Miedos de Pele- chano (1981) y en el Fear Inventory de Cautela, Cautela y Esonis (1983). Se trata de una prueba de la que, aunque podemos aportar escasos datos debido a su reducida difusidn, es posible secuenciar las siguien- tes escalas que la conforman: Miedo a tuaciones Inhabituales y Alarmantes, a la Muerte, Reprobacién Social, Soledad-Fan- 300 tasfa, Caricias, Enfermedad y Miedosidad, las cuales son el resultado del estudio facto- rial llevado a cabo por la propia autora (Sosa, Alcantud y Lopez, 1986). - Instrumentos de Evaluacién del Miedo Infantil en Situaciones Especificas Una tercera categoria de instrumentos (de la que nos ocuparemos de una manera breve) utilizados, viene configurada por aquellos que se han creado para evaluar las respuestas de miedo infantil ante situacio- nes 0 eventos especifico: Posiblemente uno de los contextos en los que con mayor frecuencia suelen desen- cadenarse las respuestas que aqui nos inte- resan lo constituyen los sectores médicos y hospitalarios. Es este hecho el causante de que los estudios se hayan orientado hacia éstos ambitos de una forma prioritaria. En este nuevo apartado es posible in- cluir, entre otro, al Hospital Fear Rating Scale (Melamed y Siegel, 1975), el cual consta de ocho items que evalian miedos médicos y que originalmente pertenecfan a una subescala del Fear Survey for Children (Scherer y Nakamura, 1968). Otro instrumento ideado para evaluar idénticas reacciones en el Ambito hospitala- rio es el Hospital Fear Questionnaire (HFQ) de Roberts, Wurtele, Boone, Gint- her y Elkins (1981). Se cre6 este cuestiona- rio (que dispone de un total de cinco items) de una manera puramente experimental con el fin de aplicarlo en un trabajo encam nado a reducir los miedos médicos infanti- les mediante técnicas de modelado. Poste- riormente, fue empleado por Elkins y Ro- berts (1985) en una investigacién cuyos objetivos eran evaluar la eficacia de tres procedimientos de modelado en un con- texto preventivo sobre los miedos vincula- dos a la hospitalizacién infantil. El Children’ s Medical Fears Ques- tionnaire (Aho y Erickson, 1985), creado Psicothema, 1992 INSTRUMENTOS PSICONETAICOS DE EVALUACION DE MIEDOS INFANTILES con un fines similares a los restantes instru- mentos que hasta ahora hemos expuesto, se encuentra estructurado por 51 items suscep- tibles de ser agrupados en las siguientes temiiticas: sentirse enfermo. ir a vi rea tar al médico ¢ ir al hospital. Los datos acerca de la fiabilidad test- restes, vienen dados a través de la estabili- dad de la puntuaciones en intensidad y fre- cuencia. Los coeficientes de correlacién en este tiltimo pardmetro ascienden a .78, .95 y 89, para las edades de 7, 10 y 13 afios res- pectivamente. Las correlaciones obtenidas en cuanto a la variable intensidad se distri- buyen de acuerdo con los siguientes valo- res: .85, 92 y .93. No obstante, hay que destacar que los autores no aportan datos acerca de la validez del cuestionario. Finalmente, no podemos olvidar otra situacién o acontecimiento que si bien pro- voca rechazo en los adultos, no por ello deja de susi jones similares en las edades infantiles, nos referimos al tema de la muerte. En este dmbito cabe destacar la Templer Mc Mordie Scale de Mc Mordie (1979) y la Multidimensional Fear of Death Scale (MFDOS) debida a Hoelter (1979) AGn cuando el primero de los instru- mentos citados se centra de forma especial en el estudio y andlisis de la ansiedad pro- ducida ante el fenémeno muerte, la se- gunda, por el contrario, se ocupa por entero de detectar el peso de distintos factores que pueden integrarse incrementando asf las respuestas de miedo en el infante. tar reac CUESTIONARIOS Y ESCALAS DE CALIFICACION HETERO-APLICADAS Aunque no son muy numerosos, exis- ten algunos instrumentos psicométricos concretos destinados a evaluar el miedo in- fantil, a través de los informes y el parecer de otras personas (padres, maestros, compa- eros, etc), entre ellos hemos de destacar Psicothema, 1902 los siguientes: Teacher Rating Scale (Sara- son, Davidson, Lightall, Waite y Ruebush (1960), Louisville Fear Survey for Children (Miller, 1967) y el Inventario de Miedos para Padres (Pelechano, 1981-1984). De otro lado, cabe citar otras pruebas orienta- das a la medida de la ansiedad y que tienen una aplicacién usual en este contexto, ha- blamos concretamente del Posthospital Be- havior Questionnaire (Vernon, Schulman y Foley, 1966), Teacher’ s Separation Anxiety Scale, (Doris, Meintyre, Kelsey y Lehman, 1971) y Parent Anxiety Rating Scale (Glen- non y Weisz, 1978). Con respecto a las escalas Teacher’ s Separation Anxiety Scale, (Doris, Mcintyre, Kelsey y Lehman, Op.cit) y Parent Anxiety Rating Scale (Op.cit)., s6lo destacar que se centran en el estudio de la ansiedad de se- paracién. En cuanto a la Teacher Rating Scale (Sarason, Davidson, Lightall, Waite y Rue- bush, Op.cit), indicar que se trata de una prueba en la que mediante 17 items se ana- lizan los componentes motores de la ansie- dad infantil. En este caso nos hallamos ante un hecho bastante frecuente en este ambito, es decir, la clasica dificultad a la hora de diferenciar entre fenémenos que comparten correlatos similares como son Miedo, Fobia y Ansiedad, aunque sea ésta una cuestion en la que no vamos a entrar aqui y ahora, En nuestro pais es posible destacar la existencia de una prueba destinada a eva- luar especificamente los miedos infantiles, nos referimos al Inventario de Miedos para Padres, (1981-1984). El analisis factorial realizado puso de manifiesto la existencia de once Factores empiricos, siete de los cua- les se identifican con los previamente aisla- dos por el autor a través de un andlisis 16- gico, siendo los cuatro restantes: Miedo a la sangre, Miedo social (a ta gente descono- cida y a las muchedumbres), Miedo a la muerte y pérdida de seres queridos, Miedo 391 INMACULADA MORENO GARCIA, ALFONSO BLANCO PICABIA Y JOSE MANUEL RODRIGUEZ GONZALEZ social relacionado con situaciones de vio- lencia entre personas. La consistencia in- terna de los once factores, estudiada me- diante el cdlculo del coeficiente Alfa de Cronback, oscilaba entre .69 y .91. Una modificacién realizada en los alti- mos afios es la de Moreno, Parraga y Rodri- guez (1987), en la que se opt6 por aplicar el instrumento en la modalidad de autoin- forme, en lugar de escala de calificacién y observacidn propuesta por su creador. Por otro lado, un grupo importante de instrumentos lo componen aquellos destina dos a realizar evaluaciones de los niveles de ansiedad en contextos especificos, especial- mente los vinculados a sectores médicos y hospitalarios. En este sentido, destacamos el Posthospital Behavior Questionnaire (Vernon, Schulman y Foley, 1966), que me- diante 27 items, los cuales deben ser cum- plimentados por las madres, intenta realizar una contrastacién en la conducta de ansie- dad de los nifios en las fases de pre y post hospitalizacién. a Observer Rating Scale (ORSA) fue elaborada por Melamed y Siegel (1975), con la pretensién de estudiar el componente motor de la ansiedad anticipatoria a las in- tervenciones quirirgicas. De otra parte, Peterson y Shigetomi (1980), emplearon Medical Laboratory Ob servation Scale, Child Behavioral Observa tional Rating Scale y Child Behavior Chee: Klist, en un trabajo destinado a evaluat la eficacia diferencial de procesos de mode- lado y autocontrol en la prevencién de an- siedades vinculadas a la hospitalizacién y posibles operaciones quirtrgicas. En la faceta dental de la practica mé- dica, observamos cémo ha sido un tema que ha merecido especial atencién. En este sen- tido, destacamos los instrumentos disefiados por Frankl, Shiere y Fogels (1962) especial- mente la Frankl's Behavior Rating Scale, utilizada para explorar los miedos y ansie- dad experimentados por los nifios en rela 392 cidn al tratamiento dental, secuenciindose curiosamente en cinco situaciones, a saber, durante la separacién de los padres, el exa- men oral, profilaxis, rayos X y al finalizar la intervencién, En cuanto a los datos psi- cométricos, la fiabilidad inter-observadores es de .90. Con fines similares a los de los auto- res precedentes Melamed, Weinstein, Hawes y Katin-Borland (1975). construye- ron la Behavior Profile Rating Scale (BPRS), \a cual debja ser cumplimentada por el dentista quien a su vez, era el encar- gado de registrar en intervalos sucesivos, alguna de las 27 conductas reflejadas en la prueba. El estudio de la fiabilidad inter-ob- servadores alcanz6 un coeficiente de .97 (Winer, 1982). El comportamiento infantil en relacién a los dentistas también puede ser analizado a juicio de Winer, (Op. cit), por dos escalas Anxiety Rating Scale y Behavior Rating Scale estructuradas en cinco categorias de respuesta. Las correlaciones interjueces eran elevadas, oscilando entre .78 y .96, asimismo, la correlacién entre medidas de ansiedad y conductas de rechazo no coope- rativas, ascendi6 a .80. Los datos aportados por los instrumen- tos precedentes levaron, en distintas oca- siones, a los diversos autores a plantearse la necesidad de idear sistemas 0 procedimien- tos que permitiesen estudios de las respues- tas de miedo en contextos naturales mas amplios, es el caso de los creados por Glen- non y Weisz en 1978 (Preschool Observa- tion Scale for Anxiety, (POSA) y Katz, Ke- Herman y Siegel (1980) y su Procedure Be- havioral Rating Scale (PBRS) En cuanto a los sistemas utilizados para la construccién de los instrumentos, resulta evidente que uno de los procedi- mientos que mas criticas ha sufrido es el denominado Andlisis Légico. Asi, se ha ar- gumentado que un posible déficit resultante era la posibilidad real de que ciertos items Psicothema, 1992 INSTRUMENTOS PSICOMETRICOS DE EVALUACION DE MIEDOS INFANTILES aparecieran con mds frecuencia que otros en los mencionados cuestionarios. Como consecuencia se excluyeron items conside- rados “extrafios” 0 poco frecuentes, cir- cunstancia que alteraba la relevancia eva luadora de las pruebas disefiadas (Miller, Barret, Hampe y Noble, 1972 y Pelechano, 1981, entre otros). La solucién a este pro- blema consistié en asignar “pesos relati- vos” a los items que reunfan tales caracte- risticas. Otro problema planteado en torno a los cuestionarios afectaba a los ftems “mas co- munes”, “mas populares” y “mas intensos”, denominacién ésta que ha sido empleada indistintamente aunque, como es sabido, se trata de aspectos diferentes y que hacen re~ ferencia a cuestiones que divergen de ma nera marcada entre sf. Una alternativa que se ha venido bara- jando para dar solucién a los problemas an- teriores, ha sido el uso en la construccién de estos instrumentos de “Escalas de Inter- valo”. A pesar de las ventajas manifiestas de las mismas, algunos autores entre ellos Croake y Hinkle (1976), han puesto en duda su utilidad, aunque sin negar su val dez para agrupar los ftems seleccionados. No obstante, los autores mencionados, ar- gumentan que tienden a complicar ain mas, el enfoque I6gico adoptado con frecuencia en el disefio y elaboracién de los cuestiona rios de miedo, dado que estas escalas, en re- alidad, pueden emplearse como un criterio Iogico més. Por diltimo, otra limitacién relacionada con las pruebas que nos ocupan, hace refe- rencia a la validez y fiabilidad de las mis- mas, hecho que se puede constatar a partir de la pobreza y variabilidad de algunos de los distintos indices conseguidos y que re- cogemos en este trabajo. La explicacién, en este caso, viene dada por los relativamente inadecuados procedimientos utilizados en su construccién y a los que mas arriba nos referimos. Psicothema, 1992 CONSIDERACIONES FINALES A partir de las paginas anteriores hemos podido ir poniendo de manitiesto cl relativamente amplio arsenal de técnicas e instrumentos auto y hetero-aplicados utili- zados en el dmbito de evaluacién de Los miedos infantiles. A la luz de estos datos resultan evidentes vari Por una parte, se trata de unos procedi- mientos caracterizados de manera simulté- nea por la indiferenciacién y la concrecién. Dicho de otra manera, en mas de un caso es factible dudar sobre si realmente se intenta poner de manifiesto el miedo, o por el con- trario, ansiedades y fobias (como se sabe, esta es una de las clisicas discusiones sobre el tema). Bs decir, hacemos referencia a la falta de especificidad que en cierto sentido, puede llegar a distorsionar los resultado: De otro lado, en cuanto a la concrecin es evidente la elaboracién de instrumentos que se focalizan en contextos especificos: En este sentido, diversas fuentes entre ellas, informes de los padres, datos epidemiolégi- cos, ete. ponen de manifiesto que los médi- cos, dentistas, hospitales ¢ intervenciones quirirgicas, etc resultan muy temidas por los nifios, luego parece Iégico que como hemos expuesto, mas de una escala se cen- tre en estos campos. Siendo asimismo, este Liltimo tipo de pruebas las que han mostrado unos mejores valores en cuanto al estudio de su fiabilidad y validez, posiblemente a causa de lo especifico de los temas que es- tudian. En cuanto a los resultados extrafdos de los diferentes andlisis factoriales realizados una vez administradas las pruebas menciona- das, cabe afiadir una conclusiones general re- lacionada con Jos hechos y situaciones temi- das por los nifios, Al parecer, los temores in- fantiles se asocian por un lado, a eventos que representan amenazas fisicas para los sujetos, como lo indican los miedos al daiio fisico, he- ridas, enfermedades, etc. Por otro lado, estas s cuestiones. 304 INMACULADA MORENO GARCIA, ALFONSO BLANCO PICABIA Y JOSE MANUEL RODRIGUEZ GONZALEZ reacciones son provocadas por acontecimien- tos que resultan un peligro para la propia inte- gridad psicolégica, asf se deduce de los temo- res vinculados a separacién, muerte de perso- nas queridas ¢ incluso al rechazo social Finalmente, [lamamos la atencién en cuanto a que los datos referidos proceden en su gran mayorfa de experiencias no na- cionales, lo cual es comprensible dado que en nuestro pais las investigaciones al res- pecto no han sido excesivamente abundan- tes. Todo ello nos abre un interesante campo de investigacién a corto plazo en el que las cuestiones a tratar se convierten en algo esencial para la Salud Mental de las generaciones futuras. Es por lo que pode- mos cuestionarnos acerca de si estas inves- tigaciones deben convertirse “en una cues- tidn de principios” o por el contrario “en el principio de una cuestién”. REFERENCIAS Aho, A.C. y Erickson, M, T. (1985).: Effects of grade, gender and hospitalization on chil- dren’s medical fears. Journal of Develop mental and Behavioral Pediatrics. 6. 146-153 Barrios, B. A.; Hartmann, D. P. Y Shigetomi C. C. (1981).: Fears and anxieties in chil- dren, In Mash, E. J. y TerdalL, L. G (Eds) Behavioral assessment of child- hood disorders, New York: Guilford Press. Boehnke, K., Silbereisen, R. K., Richmony B. 0. y Reynolds, C, R. (1986). Whalt I think and feel. German experience with the re- vised form of the childrens manifiest an- xiety scale. Personality and Individual Differences. 4, 553-560. 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