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Problewes, & Lingdisticg Genera Penveniste, Emile omoT Siglo XL cariruto 1 NATURALEZA DEL SIGNO LINGUISTICO* Es de F. de Saussure de quien procede la teorla del signo lingiis ‘mente afirmada o implicada en la mayorta de los trabajos as Linglstien general. Y es como una verdad evidente, no explicla fodavi, pero no obstante incontestada de hecho, que Saussure, Seno quetianaturaleza del signo es axbirari La, formula se SaDa® El principio es de alcanc: Neflenten Tete Cualquier parte de | ecesidad, Que sea invocado por doquier y siempre tenido por Eridente son dos razones para tratar cuando de comprender gx que sentido Saussure lo considerd y 12 naturaleza de Tas prucbas que lo manifiesten es moti- fer de Sur Jacién interior @ la sucesién de sonidos sér que le inte; podria ser representady igual de bien pot no iy tra: lo prucban las diferencias ‘Sire las lengues y la existencia misma de lenguas diferentes: el sg- nificado “boeuf” (= buey ignificante b-Sf a un lado de ja frontera y os (Ochs) al 102). Esto debe* establecer te al significado ¢s arbi ° de que jeado, con el cual no tiene nexo ninguno ruatural en Ja realidad” (p. 103), Este cardcter debe pues explicar Tr hecho mismo por el que se verifica: saber que, para una noci6n, 2 Acta ingustica, 1 Copentague. 2 Gitaremes siguendo la primera-edicién, Lausana-Paris, 1916 ®) Consustanciali ‘onomatopeyas y palabras expres as crown 3 Fe Pc eae rads 9 eae Sate transitory que, aqui también, intada por la onomatopeya © la ‘palabra expre- idad en la mayoria ‘de los casos no €S In or una_convencién simbél "gniFicante y el signifi i gnificado asegura la unidad estructural del signo lingtistico. ‘Tam: bién aqui es os al propio Saussure a quien apelamos cuando dice de la lengua es también comparable a una hoja de papel: el es el anverso y €l soni oni ; ater el sonido el everso; no se puede cortar que sea la realidad na est sera, Ba alu loga a iempo el reverso; igualmente, en la Vv del_sistema. racteres validos para todo relacién con. “i a constitucion 7 Saussure dice aqui de la lengua vz que tampoco aquf sino en i lengua vale ante todo para el signo linguis- no interviene en tico en el cual se afirman indiscutiblemente los caracteres ia del signo. ‘ Prop aes av que considerar brevemente algunas de las consecute fo del principio discutido aq) . Por ejemplo, muestra admiral "de la inmutabilidad y de 1a mutab’ ssiendo arbitrario, no puede ser je una norma razonable; muta- que cias que Saussure ha ext tienen extensas repercus te que puede hablarse a la ve rmutabilidad porque, nombre d y 08 para. dar 2 io por cl mo- ni mash ; i menos, que del famoso zoe idirse por decreto, Tis, en efecto, twspuesto problema meta Indo arbitrario, siempre es susceptible de alterar- tra wgaa es radicalmente impotente para defenderse c ores que mueven, instante tras instante, la relacién ficante. Es una de las consecuencias de Ja at . El mérito de este anilisis no ai fica mejor la relaciOn a eins Linguist expinitu y el mundo, problema que acaso | condiciones de abordar con frto, pero que deje. Sentar la relacién como at i manera de defenderse contra esta cues luciéa que el sujeto parlante le porta | ge perants hay entte la lengua y Ia realidad adecuacién igno cubre_y rigé la~realictad; mejor: es “esta. | “a Fealiine-meior: es @sts_rea omen, tabies verbales, poder migico del Fe ee ‘antes aumenta, si se especi No es entre significante y significado donde la rela Gn al mismo tiempo se modifica y permanece inmutable, sino en- % tros términos, la motivacién obj le la diversos factores siendo cierto, pero— que se ay intivamente. Para el su: 32 LA COMUNICACION NATURALEZA DEL SIGNO LINGUISTIC 3 . riedad del signo” contra la objeciéa que podria derivate de las omatopey 9 ‘Saussure, pp. 103-104), no sélo tre signo y ob designacibn, sometida, como tal, @ Ta accion gos. Lo que Saussure demuestra sigue a punto de vista del sujeto y el de linguist es al del son tan diferentes venicaci j macion del lin or acerea de la signiicecién, no 0. > LA | celpedioned a atfen ol ecients mete id ‘Stro. problemas inenos importante, Gue e: afectado director to hablante. Pero, sea como fuere la naturale del sgno ling mente por la definicién del signo, es el del valor, donde ingi piensa encontrar una confirmacién de sus puntos de vista: fleccién que recurre a tal segmento acistico para tal idea es per- fectamente arbitraria. Si no fuera éte el caso, la nocién de valor "igo de su cardeter, puesto que contendria un elemento 10 desde fuera. Pero de hecho Jo: wanecen ente- te relativos, y he aqui por qué el (p. 163). Vale Ja pena repasar hhace Saussure, ya : significado. abitraio es relegado asf fuera de la comprehensiSn del signo in | ico. Es bastante vano entonces defender el principio de la “arbitra. la. Ya q claridad su cariruto sav LA NATURA ‘A DE LOS PRONOMBRES: En el debate siempre abi bres, es costumbre maran una bierto acerca de la naturaleza de Jos pronom- iderar dichas formas lingtisticas com si for personales, demostrativos, ¥ de estas nociones conduce ‘bres es a la vez un problem: nocién de “persona” y falta en él. Esta diferencia esen- de yo. icra a una nocidn Iéxica, no hay s formales, muy variables, que impone la ca y sintactica de I wlares. Hay proceso mismo de is naturaleza mis general y iene yo pertenece a ee nivel 0 + Extraido de For Roman Jakobson, Mouton & Co, La Hays, 1956. un} LA NATURALEZA DE LOS PRONOMBRES 173 Morris llama pragmitico, que inclu san. Puede imaginarse un texto ling tratado cientffico, por ejempl una vez; ala fen que no fuesen empleados. repattirian indiferentemente entre estos do: con los signos, a quienes lo ico de gran extensién —un en que yo y €d no apareciesen ni concebir un corto texto hablado que pudieran rem: Cuando yo tie ne sui referencia propia, y corresponde cada vez. un ser tnico, plan- la “realidad” a la que se tefiere yo 0 ti? Tan s6lo a “realidad de discurso”, que es cosa muy singular. Yo no puede ser definido mis que en téminos de “locucién”, como lo es vlida nada mds en su unicidad. Si percibo dos instancias sucesivas de discurso que contengan yo, misma voz, nada me garan discurso narrado, una cita en la vale en la instancia en que e producido, Pero, paralelamen también en tanto que instancia de forma yo como debe ser tomado; Ja forma yo no tiene existencia lingiistica més que en el acto de palabra que la profiere. Hay pues, en este proceso, una doble ins- fancia conjugada: instancia de_yo como referente, ¢ instancia de discurso que contiené'yo, como referido. La definicién puede entonces ser precisada iduo que enuncia la presente instan- cia de discurso que contiene la instancia lingistica yo". Por const introduciendo la situacién de “alocucién”, se obtiene una individuo al que se dirige la alocucién en la presente instancia de discurso que contiene la ins- tancia lingiistica ¢d”. Estas definiciones apuntan a yo y fi como EN LA LENGUA €l lenguaje. No poco importa que es en © puedan permanccerle impl neia constante y necesaria reel rasgo que une a yo/td una serie de cipantes, por su forma y sus aptitudes combinatonas, de clases di rentes, pronombres los unos, adverbios otros, otros més locuciones n primeramente los demostrativos: cen que estén organizados correlativamente a los indicadores de perso- de sién concomitante a cador de persona ase, pero én el mismo plano y lamos los adverbios aguf y coextensiva y contempordnea de discurso que contiene yo. Esta serie no se in embargo; crece merced a gran nimero d de Ia misma relacién: hoy, ayer, mafand, ive definir estos términos y los como se hace, de no agregarse ncia de discurso que porta que es Ja unidad de Ia instancia ‘es la relacién entre cl indicador (de De modo que lo. esenci y la presente mma, de tiempo, de lugar, de objeto mastrado, et del discurso. Pues en cuanto no se apunta idor a lai LA NATUI tratado sujeto Se despoja de cl rasgo por con todo, un h jetivas” en r tiniea, que las contiene jmportancia de su func que sit intersubj ns junto de signos “vacio ad”, siempre disponibles, Tocutor Ios asume en cad: ‘De suerte que este signo esta Ngado fa al locutor como tal. fda entre el lenguaje como sistema nguaje asumido como ejercicio por 1 individuo. {duo se lo apropia, el lenguaje se convierte en instan- surso, caracterizadas por ese sistema de referencias internas \dividuo por Ia construccién I jo se enuncia como lo aueentel Cuando el cias de clave es yo, ¥ que define el ica particular de que se EL HOMBRE EN LA LENGUA luso sumario, de las formas clasificadas indistinta- mente como pionominales, conduce, pues, a reconocer en de naturaleza harto diferente parte, y, por otra, la lengua como actividad mani ias de discurso que son caracterizadas como talés por indices ropios. cartruvo xv (DE LA SUBpsIIVIDAD PY #1 =NGUATE Si el lenguaje es, como dicen, instrumento de comunicacién, 2a qué debe semejante propiedad? La pregunta acaso sorprenda, como todo ‘quello que tengs aire de poner en tela de juicio la ‘Yeces es il pedir a la evidencia que se justfique. Se ocurren enton- ces, sucesivamente, dos razones. La una seria que el lenguaje aparece de hecho asi empieado, sin duda porque los hombres no han dado ‘con medio mejor ni siquiera tan eficaz para comunicarse. Esto equi- vale a verificar lo que desedbamos comprender. Podria también pen- fase que el lenguaje presenta disposiciones tales que lo tornan apto para servir de instrumento; se presta a trasmitir lo que le confio, una Orden, tna pregunta, un aviso, y provoca en el interlocutor un com- portamiento adecuado 2 cada ocgsig ta idea desde de vista mis técnico, fe donde se conciuy fe. zPero es de veras del lenguaje de lo que se habla aqui? {No se lo confunde con el discurso? Si aceptamos que 4 discurso es Tenguaje puesto en accién, y necesariam tes, hacemos que asome, bajo la confusidn, una peti pio, puesto que la naturaleza de este “instrumento” es explicada por su situacién como “instrumento”. En cuanto al papel de trasmision que desempefia el lenguaje, no hay que dejar de observar por una parte que este papel puede ser confiado a medios no linguist gestos, mimica, y por otra parte, que nos dejamos equivocar aqui, hablando de un “instrumento”, por ciertos procesos de trasmision que, en las sociedades humanas, son sin excepcién posteri Seaies, comple = En realidad la comparacién iguaje con un instrumento —y con un instrumento material ha de ser, por cierto, para que ly com- + Joumal de Peychologe,juiosept. 1958, P. U. F. 179) 180 paracién sea senc EL HOMBRE EN LA LENGUA =— debe hacemos desconfiar Siempre pro- wa de un periodo original en que un lun semejante no menos completo, y ia claborando el lenguaje. Esto es pura iombre separado del lenguaje ni jamas ‘uncaalcanzamos el hombre reducido a si Para concebir la existencia del otro. Es un gue encontramos_en el mundo, un hombre hombre completo se descubriria ‘entre ambos, poco a poco, se ficcién, Nunca egamos’al Jo_vemos faventarl, ‘mismo, ingenizndose hombre hablante hablando a otro, 2 fenguaje, su na imal funcionamiento simbélico, su ajuste articulado, el hec lo, bastan ya para tornar sospechosa jue tiende a disociar del hombre la lenguaje. Ni duda cabe que en la prictica cotidiana 1h palabra sugiere un intercambio, y por tanto una “cosa” que int cambiariamos; la palabra parece asi asumir una funcién instrumental © vehicular que estamos prontos a hipostatizar en “objeto”. Pero, una ‘vez més, tal papel toca a la palabra. Una vez devuelta a la palabra esta funcién, isponia a aquélla a garanti yuede_preguntarse fecto, es en el lenguaje donde 10s buscar la condicién de esta aptitud. Reside, nos parece, en ‘una propiedad del Ienguaje, poco visible bajo la evidencia que la disimul ¥ que todavia no’ podemos caracterizar sino es sumaria- jetividad® de ‘tratamos es la capacidad del lo- cutor dé plantearse como _“sujeto”. Ge define no por el sentimiento ue cada quien experimentaie SF tismo (sentimiento que, en medida en que es posible considerarlo, no es sino un reflejo), sino mo la unidad psiquica que trasciende la totalidad de las experien- ias vividas que reine, y que asegura ues bien, sostenemos que esta “subj DE LA SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE 188 penonas, tal & en el lenguaje la condicion f €l proceso de comunicacién, que nos sirvio de pi pasa de ser una consecuencia del todo prag y singular en si, ¥ que snte no aparece en Parte algun polaridad no dad ni posicion de de los dos términos es cor una oposicién “int . Basquese un par del hombre en el lenguaje. se desploman las viejas antinomias di la sociedad. Dualidad que es y &te el “yo”, que debiera para abrirse entonces dos términos y descubre el fundamento iene que ser lenguaje para EL HOMBRE EN LA LENGUA te de lenguas particulares. Pero los hechos de las lenguas particulares, concordantes, testimonian por el lenguaje. Nos confor: maremos con citar los mis aparentes. Gee de que nos servimos aqui, figuras sino com: Tos signs de una lengua, del época o segién que sea, no falten nunca los “ pronombres personalé ‘Una lengua sin expresién mma no se concibe. Lo mas que puede ocurir es que, en ciertas lenguas, en ciertas circunstancias, estos “pronombres” s¢ omitan deliberadamente; tal ocurre en la ma- yorla de las sociedades del Extremo Oriente, donde una convencién de cortesia impone el empleo Sees de formas especiales entre determinados grupos de indivighf0s,para remplazar las referencias Pero estos usos no hacen sino sut das, pues es Ja eristencia nombres la que da su valor social y cultural tos por las relaciones de cla hora bien, estes pronombres se distingnen en esto de eae Gesignaciones que la lengua articula: no remiten mi g.un concepto i-e-un_individuo. =e No hay concept yar el valor ue englobe todos los yo que se enuncian boca, de todos Tos locutors, en cl sentido en gue po ident labras, los “pronombres ps ‘xcapan al estatuto de todos los dems signos del lenge se-refire? A algo muy singular, que es exc ‘yo se refiere al acto de disey Taio yam tos ante una case de o 1a realidad ala ca de dis. Tocutor donde éte se enuincia como, “sujeto”, ede la letra, que el fundamento de la subjetividad DE LA SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE vos, adverbios, adj temporales en tomo ahora”, y mumerosas ¢o Tienen por rasgo por relacin a la instancia de discurso en q ajo la dependencia del yo que en aqu Fécil es ver que el dominio de tiene que anexarse la expresién de sca el tipo npo en que se esta’ Es éste el momento EL HOMBRE EN LA LENGUA "acias” que cada | refiere a su “ tc isment lass spueney © ®Y*#P™® ¥ ~creemos— Fuera de él también, 3 lo demés efectos frece algunos ejemplos eém cuando empleo el presente de un vero en Personas (sepin la nomenclatura tadcnel), pacar ein ia de pesona no acanease ningin camo Ge ceria forma verbl conjugnda. Entre yo comm, td uomes dl ae en comén y de constante que la forma ver t sca tin de una ae parecidamente en comin la devcipeisn 0 a la deicripeiin de un mismo estado. Es Eine a ech oo mal en el paradigma de la conjugacién » 20 pocos verbos escapan a esta permanencia del ‘cambio de las personas. Los que vamos 2 tocar deno- oriciones u operaciones mentale. Diciendo yo sufto descibo Fe etate presente. Diciendo yo siento (gue el tiempo va a cambiar) deeote un imprein gue me afta, Pero equ pasar si en logue el tiempo va a cambiar), digo: yo creo iempo 1% cambiar} Es completa la smetia tonal ene 96 ante ee 185 iderar este yo ereo como que yo siento? zAcaso me De seguro que no. to del DE LA SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE creo. {Lo e en el sentido? Pued una descripcién de mi mismo a igual describo creyendo cuando digo yo creo (que. ‘La operacién de pensamiento no cs en modo alguno enunciado; yo creo (que...) equivale a una asercién mit ciendo yo creo (que. ..), convierto en una enunciacién subj hecho afirmado impersonalmente, a saber, el tiempo va a cambiar, 10) * también Tos enunciados siguientes: “Usted es, su pongo yo, el sefior X... —Presumo que Juan habré recibido mi Carta, —Ha salido del hospital, de lo cual concluyo que esta curado. ienen verbos de operacién: suponer, presumis, con- fas operaciones légicas. Pero suponer, presumir, sona, no se conducen como lo hacen, lo, razonar, reflexionar, que sin embargo parecen vecinos Las formas yo razono, yo reflexiono me describen razo- nando, reflesionando, Muy ota éosa es yo supongo, yo presumo, yo luyo. Diciendo yo concluyo (que. ..), no me descr én légica Ta que es sonal. Lo mismo yo supongo, yo presumo pongo, yo resummo. En yo supongo, yo presum cada, no una operacion d ‘pongo, yo presumo, impli el enunciado que sigue. verbos citados van seguidos de que y verdadero emunciado, no la Pero esta forma personal, © de subjetividad. festacion de la subjetividad mo adquiere su refi Prinea,penona Es imaginar semejantes verbos en la. se- nda persona, como no sea para reanular verbatim una argumenta. Gidn: ti supon no ¢s sino una manera de repetir lo que “t6” acaba de decir: “Supor se ha ido.” Pero la expresi6n de la persona y no se deje mis que: df supone

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