PEDRO FERNANDEZ BARBADILLO
ETERNAMENTE
FRANCO
Prélogo
FERNANDO PAZ
__ Edicion
KIKO MENDEZMONASTERIO
| HOMO
LEGENSBIBLIOTHECAHOMOLEGENS
12 Pedro Fermsndes Barbadilo
‘2 Homo Lagens, 2038
Calle Mona tere de las S3tueeae, 21
28049 Mas
Del prdioge:& Fernando
ISON: 976-267407-6-8
Maguetalén y diseho de cublet: Ignacio Carejero Carros
Io por eutquier medio. imieno, comprendios la reproaral,INDICE
PROLOGO, POR FERNANDO PAZ 13
Elucaso Franco» 15
ENTERREMOS A FRANCO DE UNA VEZ 21
LA DECISION 29
«No se puede esperar mas» 31
LA GUERRA 4
La oportuna muerte del general Balmes 51
Azaha destituy6 a Unamuno antes que Franco. 63
‘Cambé y March pusieron sus fortunas al servicio de los militares 69
Paracuellos: el bulo dela «quinta columnay 77
‘«Alferez provisional, cadaver efectivoy 8s
‘Judios en los dos bandos de la guerra 81
{Dej6 Franco morit-a José Antonio? 101
Alfonso XUI, soldado del Caudillo 105
El duque de Alba, embajador de Franco 111
Guernica, la mentira invencible 117
Elfavor del PNV alos «facciosos» 123,
Asi acabé la guerra: un golpe de Estado socialista 131
Vicente Rojo: Franco vencié porque era mejor 139INDICE
LOS ANOS MAS DUROS 145
La cartilla de racionamiento, herencia dela izquierda 147
{Quién nos «rob6 una hora? 155
Franco, mas valioso para Londres que Stalin 161
Elusimio» de Franco enfada a Hiller en Hendaya 167
El regreso de la Dama de Elche y dela Inmaculada de Murillo 183
{Qué gobernante democritico europeo elogié la Division Azul? 189
{iAdonde fue el dinero de los sobornos britanicos? 193
Los juanistas pactaron con los ingleses ocupar Canarias 199
Elprimer sueldo de Franco 205
Qué fue de las planchas alemanas de billetes espatioles? 208
EN LA PAZ
{Cuando empez6 «a tradicional amistad» con los arabes? 2
Una legion anticomunista para Hungria 233
{ual fue la primera operacién dela CIA en Espafia? 239
Elfavor que le pidié Kennedy a Franco 245
‘Una peluqueria estropea el viaje de Peron 251
Militares espatioles en Vietnam 257
Espafia avis6 a EEUU de la invasion de Checoslovaquia 263,
LA SOCIEDAD 267
Lavreformica» de una feminista olvidada 269
Elbikinien Benidorm 277
{Qué pensaba el «Papa Bueno» de Franco? 281ETERNAMENTE FRANCO
Franco, ol jugador nimero 12 del Barga_ 287
Elperd6n de Franco a Carrillo 295
La Ley de Vagos y Maleantes, invento republicano 299
Lareina pedigtiena 305
LOS ANTIFRANQUISTAS on.
Carvillo, el ogro que comia comunistas 313
Bl intérprete antifranquista de Franco. 321
Blorigen franquista del PSOE 327
1a oposicin wesde dentro» a la dictadura:Tos God6 y Cebrién 24
ELFIN 25
Blatentado contra Carrero, gun magnicidio ind? sev
Franco salvé la «Revolucién delos Claveles» 278
BISahara: «{Qué mas es da austedes?» 389
Por qué se enterr6 a Franco en el Valle de os Caidos? $97
Elluto ordenado por Fidel Castro 401
{Dénde esté el testamento de Franco? 407
FRANCO NUNCA MUERE 413
San Roque se rinde a Gibraltar 18
Los nifios robados, verdad o mito? 423
La guerra del callejero 435EL «CASO FRANCO»ETERNAMENTE FRANCO
Fue con motivo de la entrada «Franco» en el Diccionario Biogréfico
de la Real Academia de la Historia, La manifestacion agitaba la calle
mostrando su indignacién porque un celebrado historiador —larga-
mente laureado, y con toda justicia—se habia atrevido a clasificar
el régimen de quien fuera Caudillo de Espaiia, como «autoritarion,
en lugar de «totalitarion, segin demanda de la airada multitud.
Era como una imagen lisérgica. Al parecer, nos habiamos
convertido —inadvertidamente y contra todo pronéstico— en el
pueblo mas culto del mundo, el tinico en el que la gente se echaba a
lacalle por una cuesti6n taxonémica referida a un régimen politico
desaparecido cuarenta afios atras, Era como regresar a la antigua
Bizancio, donde las discrepancias teologicas se dilucidaban a pu-
faladas en las plazas y mercados, como regresar a la Roma rena-
centista, cuando los estudiantes salian a gritar «(Por Dios y por la
Virgen, habladnos de Platén!»; sno estariamos, acaso, ad portas de
una nueva edad dorada en la que la cultura ensefiorearia nuestras
vidas, en la que volveria a ser mas importante la filosofia que una
licencia municipal?
Claro, que también me acudia a las mientes aquella cinica
reflexién de Bertolt Brecht, al saber de las persecuciones contra los
escritores en la URSS, de la desaparicién de Babel, de los rifiones
de Bulgakov, del bueno de Mandelstam y del pobre Pasternak: «En
qué otro pais del mundo se toman tan en serio la literatura?».
Enel sentido que le daba Brecht, no creo que en ninguna otra
parte del mundo se tomen tan en serio la historia como en Espana.
Sobre todo desde que cierto presidente de gobierno, que no tenia de
ella mas que unas epidérmicas nociones, la us6 para talibanizarnos.
15EL «CASO FRANCO»
Una década mas tarde hemos avanzado tanto en ese sendero, que el
horizonte de Cuelgamuros empieza a recordarnos a Bamiyan. Un
proceso de talibanizacién que comenzé con un Parlamento arrogan-
dose el derecho a determinar el deber ser de la historia via BOE, y
que contintia hoy, secundado por la establecitla clase «intelectual»
que, se comprendera, tiene todo el interés del mundo en sostener el
paradigma sobre el que se ha aupadoa las catedras, los departamen-
tos y las estancias de investigacién.
Por supuesto, no es la historia en si el objeto de su atenci6n;
es la historia en cuanto a creacién de un relato que permite man-
tener una hegemonia ideologica. Idéntico proceso al que observa-
‘mos en Jas comunidades autonomas en manos del nacionalismo: la
historia al servicio de una causa sagrada, se lame democracia, se
ame socialismo, o se Ilame nacién; una historia que, en lugar de
servir ala verdad, se ha convertido en arma de combate y que, como
tal, es una falsificacion,
A nadie escapa que parte esencial de esa falsificacion esta
especializada en Franco, al punto de que la simple defensa de los
més elementales mimbres histéricos le conducen a uno al averno
del «revisionismo»,
Siempre sucede que la represion sea tanto mayor cuanto mas
hay que ocultar. Ya cuestién es que hay mucho que esconder, acep-
tado el principio de privar a Franco de mérito alguno: empezando
por la victoria en una guerra civil, siguiendo por el mantenimiento
de Espaiia fuera de la Segunda Guerra Mundial, continuando por la
ayuda que presté a los judios perseguidos por los alemanes, y ter-
minando con una transformacién social y econémica de Espafia sin
precedentes, propiciando la transicion.
Bien, pues el apriorismo oficial asegura que el platillo po:
sitivo de la balanza no guarda relacién alguna con Franco, quien
no resulta ser mas que el compendio de todos los errores posibles,
de todas las carencias imaginables, de todas las taras existentes:
16ETERNAMENTE FRANCO
mientras, el platillo negativo no es mas que légica consecuencia
de la naturaleza del régimen y de su titular. De este modo, el «caso
Franco» —permitanme que lo exprese en sus adecuados términos
clinicos—escapa a toda comprension,
Asi, la imputacién de una aptitud militar muy inferior ala
de su principal adversario —al que gan6 todas las batallas— exi-
ge explicar la victoria en la guerra en funcién de otros factores: el
apoyo extranjero, la crueldad, una malévola astucia de campesino
gallego... Ninguno susceptible de mejorar su valoracién
Lo mismo cabe sefialar al respecto de la neutralidad espa-
fiola durante la Segunda Guerra Mundial. La doctrina oficial sos-
tiene que si Espaiia logré evitar la guerra, ello no se debié ala
previsién o a la prudencia de Franco, sino al desinterés de Hitler
por la participacién de Espafia, pese a que Franco le insistia, he-
chizado por la perspectiva de un imperio norteafricano, Por ese
imperio, arguyen, hubiera pagado cualquier precio, incluido el
de la autodestruccién: Franco no ignoraba —al contrario, asi era
como él mismo argumentaba ante Hitler— que Gran Bretaiia no
estaba muerta, y que al final la guerra la ganarian los inagotables
antes que los invencibles, en brillante imagen ninguneada preci-
samente por ser de Franco.
Aspecto particularmente incémodo resulta el del rescate de
varios miles de judios bajo jurisdiccién alemana durante la Segun-
da Guerra Mundial. Un hecho que rompe el discurso del dictador
genocida que desprecia la vida humana, al salvar a miles de lejanas
personas con las que no mantiene vinculo alguno.
Pero como lo esencial es que la narrativa sobre la brutal re.
presion de posguerra no flaquee —y esos miles de judios salvados
de la hoguera resultan ser una maldita incomodidad—, se impone el
relato de que la simultaneidad de las iniciativas humanitarias que
estaban teniendo lugar en Budapest, Sofia, Bucarest y Atenas, nada
tuvo que ver con las érdenes de Madrid, Por supuesto, no hacen al
WwEL «CASO FRANCO»
caso nila extrema improbabilidad de tales hechos, nila documenta.
cién, ni siquiera las declaraciones de los propios interesados.
En cuanto a la etapa del desarrollismo, la pretendida in.
solvencia de Franco en materia econémica —extensible a cuales-
quiera otros terrenos—lo explica todo. Si bien el desarrollo fue el
causante del surgimiento de la clase media, y de un proceso indus-
trializador que ansiaba Espaia desde hacia un siglo, fue el factor
esencial que permitié la transicién de un sistema autoritario a
uno democratico, no cabe sino colegir que el proceso tuve lugar a
espaldas de Franco,
Cabe admitir, todo lo mas, que aquella Espaia se benefici6 de
una situaci6n internacional favorable, aunque se omite que el mila-
gro espafiol tuvo lugar sin un plan Marshall que levarse a la boca,
y que le fuera generosamente ofrecido a los paises comunistas, pero
dol que se excluyé a Espaia.
‘Todo lo anterior, reflejo de la transformacion de Franco en ca-
ricatura, le hace sencillamente incomprensible; al haberle elevado
ala categoria de mal por excelencia, de mal metafisico, le han saca-
do dela historia. Nada de lo que Franco fue, 0 hizo, puede explicarse
en términos histéricos racionales, como mas arriba apuntamos.
Ante la clocuencia de los hechos y de 1a documentacién exis:
tente, solo cabe la taumaturgia. Cierto profesor que padeci en la
Universidad —y disculpen ustedes lo que esto tiene de autobiogré-
fico— sostenia que los aparentes éxitos de Espaiia durante el fran-
quismo —dada la imposibilidad de negarlos alla por los finales de
los 80, todavia demasiado frescos— se debian a la suerte; tnicamen.
te a eso, No existia otra explicacién, {Cémo admitir virtud alguna
en quien asistia bovinamente al suceder de acontecimientos, con la
mirada perdida a través de los ventanales de El Pardo?
Hasta ese dia, uno habia creido que la baraka atribuida por
Jos rifefios a aquel oficial al que tantas veces quisieron matar en los
pedregales africanos, no era mas que la supersticiosa explicacin
18ETERNAMENTE FRANCO
de unos pueblos ajenos a la tradicién racionalista occidental; pero
hoy sé —doy fe de ello— que, en la cientifica universidad espatio.
la —madrileita y complutense—, profesan idénticas seguridades
numénicas,
Bl «caso Franco» es un sintoma paradigmatico de que un signo
basico de nuestro tiempo es la servidumbre ideol6gica a la que se
somete a la verdad. Quienes atin conservan la cabeza sobre los hom
bros no pueden dejar de reparar con creciente claridad que la bata
lla de nuestra generacién es la del derecho a decir la verdad; que la
batalla de nuestra generacién no es otra sino la que libra la libertad
frente al mortal y poderoso Leviatan de la correccion politica,
‘Viene a terciar en esta batalla Pedro Fernandez Barbadillo
con el libro que tiene usted entre las manos, esgrima de alta escuela
en medio centenar de estocadas incontestables, que seran mas bien
incontestadas, porque la censura del discurso imperante exigira el
silencio.
Con esa vocacién que tiene el autor de niiio impertinente gri
tando en la plaza publica, desinhibido, la desnudez del emperador,
verdn como no se arredra ante las cuestiones mas incémodas, desde
Ia represi6n de la oposicién hasta la implicacisn de la CIA y los ser:
vicios de informacién del régimen en la gestacion del PSOE; desde
los «nitios robados», hasta el hambre de posguerra como herencia del
desastre republicano, 0 los cambios en la condicién legal dela mujer.
Ordenado en amenisimos capitulos monograficos, les asegu:
ro que les va a resultar dificil encontrar un andlisis racional y ra-
zonable de Franco y su tiempo como el que en estas paginas tiene
acogida, De entre los del pasado, hallara pocos; de los del futuro,
dependera de qué lado caiga el triunfo en la batalla por el derecho a
la verdad. Si de Pedro Fernandez Barbadillo dependiese, el resulta
do no seria dudoso.
FERNANDO PAZ
19ENTERREMOS A FRANCO
DE UNA VEZETERNAMENTE FRANCO
A mediados de 2009, el Gobierno socialista de Rodriguez Zapatero
discutia si cerrar o ampliar el plazo de mantenimiento de la cen-
tral nuclear de Santa Maria de Garofa. Todavia se negaba la crisis
econémica, pero Obama habia sido elegido presidente y se acercaba
el acontecimiento planetario de la reunion entre los dos caudillos
progresistas de los Estados Unidos y del Estado espatiol, por lo que
el debate giraba no sobre los empleos creados por la central, sino
sobre los asuntos en que se entretienen las sociedades opulentas
para sentirse més satisfechas: el modelo productivo, las energias re-
novables, el cambio climatico, la sostenibilidad, el turismo rural.
En un telediario de TVE se emitia un reportaje sobre Garofia y, de
pronto, como el haz del faro en mitad de la noche, surgieron unas
imagenes en blanco y negro de Francisco Franco, vestido de civil y
con sus andares y su calva de abuelo, inaugurando la instalaci6n.
Ni un comentario al respecto de los locutores. Hacia ya mas de un
afio que las Cortes habian aprobado y el rey Juan Carlos I promul.
gado, la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen
y amplian derechos y se establecen medidas en favor de quienes
padecieron persecucion o violencia durante la guerra civil y la dic-
tadura, que todos conocemos como «ey de la memoria histérica».
Desde entonces, Franco solo aparecia de uniforme, hablando con
Adolf Hitler en Hendaya, en la guerra, presidiendo desfiles o salu-
dando con el brazo alzado, junto a comentarios que le calificaban
de wfascista», «aliado de los nazis» o «responsable de un genocidio».
Asi que la repentina aparicion en ese telediario no podia ser para
alabarle por haber introducido una nueva energia en Espatia, pais
deficitario en ella, o mostrar a los espectadores la importancia de
23ENTERREMOS A FRANCO DE UNA VE
que los Gobiernos desarrollen politicas continuistas en asuntos
como la industria, ala manera de Brasil, donde el izquierdista Lula
de Silva promovia Petrobras, la petrolera fundada por el populista y
anticomunista Getulio Vargas. {Cual era la finalidad? Porque cues.
ta aceptar que se debiera a un error involuntario de los técnicos de
‘TVE. Pues, sencillamente, asociar, de manera subliminal la energia
nuclear al franquismo, de modo que, si el Gobierno decidia el cierre
de la central, aportar al debate el argumento definitivo de nuestro
tiempo: bien hecho, porque la radioactividad la trajo Franco,
Franco, su régimen y los simbolos de este se ha convertido en.
la medida del Mal. La reductio ad Hitlerum que corta todo debate
en las universidades, las tertulias o las redes sociales con el efecto
de la guillotina revolucionaria, en Espaiia es una reductio ad Fran-
cum. Todo lo malo se atribuye a Franco y todo lo relacionado con
Franco es malo, Se trata de un mecanismo mental utilisimo para
quienes saben manejarlo, pues les evita en la catedra, los tribunales
y los medios de comunicacion embarazos del estilo de preguntar
por la familia a alguien a quien cuya madre acaba de fallecer. Unos
concejales morados del Ayuntamiento de Sevilla quieren podar el
escudo de la ciudad de simbolos monoculturales, religiosos, anti-
domocraticos y, por supuesto, franquistas. En la pagina web de El
Pais, donde se supone que hay requisitos de entrada mas estrictos
que a los circulos de Podemos, alguien titulé el 24 de enero de 2017
una noticia sobre la sequia «Pueblos inundados por el franquismo
afloran por la ins6lita sequia en Galiciav, Una victima de la LOGSE
que leyera el titular podria afiadir otro crimen contra la humani-
dad a los ya perpetrados por el franguismo: inundar pueblos galle-
gos. Resulta que la construccién de pantanos en los afios 50, 60 y
70 del siglo XX no se hacia para evar agua a las ciudades para
dar beber a sus habitantes o a los campos para regarlos o a las in-
ustrias, sino para borrar del mapa pequefias aldeas, aunque no se
sabe con qué fin, porque en esos lugares remotos no podian darse
24ETERNAMENTE FRANCO
«pelotazos» urbanisticos ni plantar eucaliptos. Hasta la popular pa-
labra «chiringuito» esta manchada porque su difusor, César Gon-
zAlez-Ruano, escribié a favor de Franco y hasta le han acusado de
haber colaborado en Francia con los alemanes. Hay que eliminar
de los diccionarios chairman por machista y chiringuito por nazi.
‘Y ademés, el académico Antonio Mufioz Molina dicta sentencia en
El Pais: “Si hay un ejemplo que no nos hace ninguna falta seguir a
estas alturas es el de César Gonzélez-Ruano”. Bl franquismo inclu-
y6 a Federico Garcia Lorca y a Miguel Hernandez en sus libros de
texto de los que excluyé a Rafael Sanchez Mazas, Agustin de Foxa y
‘Manuel Machado—. Muitoz Molina, curita de la iglesia progresista,
condena a quien lea a Gonzalez-Ruano en su casa, {Menos mal que
los periédicos de papel, incluso El Pais, ya no dan miedo, sino risa!
Un personaje de la pelicula de Clint Eastwood El fuera de la ley nos
advierte de que “hacer el bien no tiene final” (“Doin’ right ain't got
no end”), porque detras de un supuesto crimen franquista apare-
cera otro, y otro, y otro. Ahora son los «muertos de las cunetas» —
los de un solo bando, por supuesto, que los otros parece que fueron
bien muertos—y los anifios robados»; dentro de poco, se les pasara
Ia cuenta a los descendientes de los que financiaron el alzamiento 0
hicieron negocios en el franquismo.
Como blindaje o como instrumento de poder, algunos siguen.
mostrando su certificado de victimas del franquismo igual que los
veteranos de Enrique V ensefiarian en la taberna sus cicatrices ga-
nadas en la batalla de Azincourt. Los mas atrevidos lo renuevan
antes de que caduque para las nuevas generaciones, El académico
Juan Luis Cebrian volvié a incluirse recientemente entre los repri-
midos: “Para las gentes de mi generacion, que padecimos los rigo-
res dela dictadura franquista...”. En una divertida novela titulada
De Madrid a Oviedo pasando por las Azores, José Maria Peman —
otro depurado por la «memoria histérican— describia a los politi-
cos que habian medrado en el turno entre conservadores y liberales
25ENTERREMOS A FRANCO DE UNA VE
acudiendo, en visperas de la caida de la Monarquia, a las comisa-
fas para inculparse de conspiradores a fin de hacerse con unas cre-
donciales de conspirador o de represaliado con las que ascender en
el nuevo régimen,
En noviembre de 1975, con diez afios de edad, veia en televi
sion las honras finebres dedicadas a Franco —no habia colegio, los
nifios estabamos en casa y fueron los tinicos dias en muchos afios en
que TVE emitié por las maftanas— con esas inmensas colas pasan-
do ante su cadaver, en un espectaculo fascinante, propio del fin del
Ancien Régime. Si entonces me hubiera dicho mi abuelo que, reba-
sados ya los cincuenta, no s6lo seguiria oyendo hablar de Franco,
sino que participaria en el debate sobre su figura, no le habria cret-
do. Pues a él, que nacié en la primera década del siglo XX apenas le
habia escuchado hablar de acontecimientos que habia vivido a los
diez afios, como la Primera Guerra Mundial, la caida de los impe-
rios europeos, o la gripe de 1918. Gracias a sus enemigos —ic6mo se
puede ser enemigo de un muerto enterrado bajo una losa de cientos
de kilos y cuyo nombre sélo se pronuncia para execrarlo?—, Franco
hha dejado de ser mortal, ha superado incluso la potencia de los mi-
ticos reyes bajo las montafias y se acerca a la categoria del Logos,
sin principio ni fin, Y, como los dioses del Olimpo, segtin Homero,
nos contempla mientras los espaiioles invocamos su nombre como
antes agitabamos hachas y mazas.
La razon de este libro es oponerse a la que Hermann Tertsch
ha denominado «da mentira antifranguistay con elementos tan
modestos, pero tan poderosos, como la verdad, la curiosidad y la
discusién. Esa «mentira antifranquista» nos esta corroyendo y
destruyendo. En su origen, prosigue Tertsch, ha constituido “la
operacién politico-cultural més eficaz y brillante de la izquierda
espafiola”; ha paralizado a la derecha espafiola, tan avergonzada
de si misma que corre detras de las etiquetas politicas centrista,
reformista, liberal, europefsta, moderado, apol!
0, profesional
26ETERNAMENTE FRANCO
como algunas mujeres que acumulan dietas, Esa derechona ya es
derechocha. Asi tenemos una politica hemipléjica, ala que le falta
medio cuerpo. El Parlamento espafiol es el tinico del mundo en el
que no hay un partido que se califique de derecha.
Por otro lado, el nihilismo que siempre late en la izquierda,
se ampara en el antifranquismo para arremeter contra virtudes im-
prescindibles para la vida colectiva, desde el honor ala responsabili-
ad, Una de las decisiones mas reveladoras de los nuevos principios
que se estaban imponiendo en Espafia desde el Poder fue para mi la
supresién en 1982, el aito de la victoria arrolladora del PSOE icémo
me gustaria saber cuantos de los que desfilaron ante el cadaver de
Franco votaron a Felipe Gonzalez!, de la Operacién Plus Ultra, un
programa que premiaba a nifios por sus sacrificios, su valor o su ab-
negacién, Lo conocia con suficiente detalle porque mi padre traba-
Jaba en una caja de ahorros, ya que uno de los organizadores era la
Confederacion Espatiola de Cajas de Ahorros, junto con Iberia y la
cadena SER. Afios después, Iberia dejé de ser una empresa publica y
la linea aérea de bandera de Espafa para convertirse en parte de una
multinacional; la SER pas6 de dar reconocimiento a nifios a sefialar
a los disidentes del Imperio Progre y azuzar a sus oyentes contra el
Gobierno por un oscuro atentado terrorista; y las cajas de ahorros
desaparecieron por culpa de los politicos, que se apoderaron de sus
fondos con la misma lujuria que los romanos de las sabinas. Nos de-
cfan que ya no iban a ser necesarias nila caridad, nila beneficencia,
porque iban a ser sustituidas por la justicia. Menudo engafio!
Por Ultimo, sefiala Tertsch, la «mentira antifranquistay hace
omnipresente la cobardia. En el ejercicio del periodismo, a mi me
ha ocurrido como a él, que compaiteros y figurones de la vida social
y econémica te decian una cosa amparados en el off the record 0
la sobremesa y 1a contraria en puiblico. Como los sindicalistas que
en el estrado, delante de los micr6fonos, repiten una y otra vez las.
muletillas politicamente correctas de «compaiieros y compafieras»
27ENTERREMOS A FRANCO DE UNA VE
y trabajadores y trabajadoras», hasta que, concluida la rueda de
prensa y mezclados con los «plumillas», recuperan la gramatica.
La exposicién de lo que fue en verdad el régimen franquista,
de su origen y de su extincién, sin adornos ni insultos, con objeti
vidad y desapasionamiento, creo que son imprescindibles para que
dejemos de ser «diferentes» como proclamaba ese genial eslogan
turistico del franguismo y que tanto irritaba antes a los progres y
nos volvamos una nacién normal, En el vestibulo de la embajada de
Rusia en Madrid, hay una serie de frescos que resumen la historia
del pais, una de las mas brutales de entre las europeas, y en ellos
aparecian tanto el zar Nicolés como Lenin. Semejante aceptacion
del pasado es un ejemplo que deberiamos imitar.
Si algunos lectores descubren en este libro cosas nuevas, si
otros se rien con alguna anécdota, si unos mas reflexionan, para mi
sera suficiente. Pero Franco merece el mismo lugar que este libro
una vez acabado: colocarlo en una estanteria y empezar a leer otro.
Enterremos a Franco ya. Por sensatez. Por racionalidad.
Por la paz.
28