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Bz dager: gxF Apiald Ublebe y Yori nies Ap orlont” laménie wee Jame p ee vitove 0 A Alene « LA Mepenntite bb forGe eden I 5-157 i plicit Lop ' Ae onenetow Zemer Mrees, rit, pp? Leora 22 LA DOMINACION COLONIAL: LAS BASES DE LARGAS LINEAS DE CONTINUIDADES Y RUPTURAS Capitulo 2 El debate sobre las sociedades coloniales Como sc ha sefialado en el capitulo anterior, la conquista y la colonizacién del continente transformaron profundamente a as sociedades oviginarias y gene raton sociedades coloniales 0 soctedades implancadas.* Segiin el tipo de sociedades originarias, con su particular concentracién demogrifica y su grado de complejidad, y segiin el caricter de los conquistado res, se dieron tres diferentes situaciones geogeifico-saciales de colonizacién: 1) colonizacién de sociedades originarias ubicadas en reas montaiiosas y aledanias, con un alto grado de desarrollo social, ecordmico y politico, con un conocimien. tw cientifico y tecnoldgico avanzado y con ua alto grado de capacidad ciburaria (México, América Cencral, Andes centrale): 2) colonizacién de miiclens autdic- tonos seminémades, con cierto grado de organizacién social y pr nde, con una fterte resistencia a la conguista, en algunos casos hast siglo x1x (por ejemplo, el oeste de Estados Unidos, el sur de Chile, la Patagonia y ls Pampa en Argentina), y 3) colonizacién de (0 casi vacios), espacios vacic 1. Elconcepto “sociedades implontads” fue eloborado por ol Equipo soctohis ferice del Centro de Estuchios del Desirrlio (CENDES| dela Universidad Can tial de Veneavela, driido por Gorman Carrara Damas. Después fue acep a9 por Ia UNESCO para su Hslonia General de Amnenica Latin (1999/2008), los investigadores del CENDES sostuvioron que lar formaciones econdmi ‘cosocialas lattioamericanos se gestoron y Gescrvoloron en el curso ce Un fproceio Compiojo que lamaron de implantacian, ol cual comprendhé tres foxes: 1, estructuracion de los ndcleos pimeros y primarios ce implantacion, |-estructuracion, desarrollo y css delas formaciones sociales shnoomerica: ‘nas: It, confomacion capilasa de las sociedades implantadas. La calego- ‘fa “implontacion” sntatiza diolécticemente kes lyentes de determinacones bincipales los formaciones sociohislicas indigenas, el crecimiento de los ‘economia: europea: -dantro de Ia: suales se gesta y desowalia al capitals mo-y el desarrolo del proceso de ireplantacién en sirismo [CENDES. 1982) 961 W. ANSALDI Y V. GIORDANO bajo dominacién nominal, es decir, débilmente sujetos a la dominacién real de la corona (por ejemplo, Amazonia) La imporrancia de las culcuras latinoamericanas, en particular sus expresio- ines mas complejas (mayas, aztecas ¢ incas) radica en que cuvieron un desarrollo urdnomo (ain contacto clurles multiples como lon exsente entre Europa, Any Aa, so or gor domenica de pint animale ¥ 2 formas props de oganivacon socal. Dell a insitenia dl antoplog John : La a -s decir, dominadores tenon alas radiconeseluralesamericanan, yen mals "ongunadors™ stun se refer ala dominaion de sefiorios andinos por pare de vaio impe flor expansivos de los cuales el tina Fe ld on ine. Tit sociedad del sepundo tipo fueron en el caso de lax del Catibe~ lx Cras por lor ivasores Tan tmpran coma comiios dl igo X¥, et en dtet lo quedaban algunos clentos de pobladoresoriginaios, de donde l tevurrencia 2 sclavosaftcanos para repoblala y disponer de fuera de tabs Caplorble ace empo qu la isoriogralia a expicad que a casofe demo frafca de los pucblosallanos fae onsecuencia de tratanientosespanoso, rSbeceeplracion, hambre,pstesy falta decapacidal para produci excedents “Toivel eid, En cal coment de destccione que talon lo caras humans tis (Ancona de Montesins y lego Bartolome de Las Casi), ue encontaron Ue va pars remove a weal concencia en Espasa. Esta ocstn fue aprovehada por Corona par efor su poder ycomentar&inalr un contol etal robre las hues de conqustadovscuyasinvesiones habia ido pagada con a trasfrenci del but indigena deve ls Coronas ello, ahora devenidos enc tmcndero Es dire, muy tmprano y as laud” combinada con areal Murra en [a calificacién de los europeos como invasor conciencia”, comenzd a drs la injerencia estatal en busca del control seforal. "Aunque a menudo no es sefalado, en ese primer espacio que ocuparon, los invasores espafioles expetimentaron tin problema serio: el de la provision de alimentos necesarios para la reproduccién de la vida material. Los pobladores originarios de las isla del Caribe eran tecolectores, no disponian de excedentes ni acumulaban. Los conquisiadores importaron granos, cereales, ganado (de tivo y para alimentacién),cafta de azsicar, vides, amén de productos elaborados como el vino y el aceite, con resultados variados. Para superar la crisis de abastecimiento que en ocasiones provacé verdaderas hambrunas— la Corona dispuso, mediante las Leyes de Burgos (1512-1513), procedimiencos para que los indigenas, asigna- dos a estancias, produjesen alimentos, Desde ese espacio, entances, se produjo la expansidn hacia México y luego hacia Perti, esto es, hacia las zonas que corresponden a la primera de las tres situaciones sefaladas, las de mayor desarrollo y grandes productoras de alimen- tos. Paraddjicamence, fueron estas las que mis ripidamente sucumbieron a la dominacidn colonial. Es el caso de las civilizaciones azteca ¢ inea (la maya ya LA DOMINACION COLONIAL: LAS BASES DE LARGAS LINEAS... 197 habia encrado en crisis antes de la invasién europea). Alli, el grupo conquistador rinoritario pudo dominar a las sociedades aucéctonas sobte todo en virtud de sus conttadicciones incernas. Asi, se dieron sicuaciones en las que los grupos Jutdctonos pretendicron, evidentemence sin éxito, utilizar a los espafioles para {errocar an grupo opositor interno. Luego, los espanoles reforearon su domi- tacién sobre el conjunto a través de un elemento idcoldgico-culeural crucial: la Iglesia. La hipétesis de Hugo Burgos Guevara (1995: 12) respecto de la Sierra ccuatoriana bien puede extenderse 2 otras ércas: “Los colonizadores europcos tuvieron que utilizar el sistema politico conquistado, en la medida que les era convenience a sus intereses, para poder sustentar asi las diversas fases dela nucva empresa colonial. Dicho de otro modo, el sistema colonial hispanico estuve lejos de desteuir de un plumazo la organizacién bisica y cultura aborigen de Quito. Dentro del clima de extorsiones, ormentos, agravios y cuantos otros métodos de sujecibn que utilizaron los oficiales hispinicos, hubo un sentido de perspicacia enlos colonizadores, de manera que no trauron de destruir las instituciones que ‘mantenian una poblacin organizada para ls trabajos bisicos, compatibles con fa pequefia y gran empresa colonial”. Asi, si bien los espafioles desesteucturaron los mecanismos de poder locales en muy poco tiempo. las estructuras originatias persistiron, Sobre ellas escaban montados los aparatos imps tal como han demostrado los trabajos de Carlos S. Assadourian, Franklin Pease Garcia y John Murra, entre otros. El proceso de destruccién de las estructuras poliicas sefioriaes ~mediante mucho mds largo y complejo. En Beni, segiin Assadourian (1983b), ances de la organiacin definiiva dl sistema colonial, en la década de 1570, se dio un largo periodo de cansivisn iniciado con al derrumbe del ineario hacia 1539. si bien persist el Reino Neoinea de Vil- cabamba. Luego se produjeron los conflicts entre el poder real y los encomen: deros,conilictos en los cuales hubo participacién indigena, Fue en el Virreinato del Peri donde se dio el enfrentamicnto dela Corona (con funcionatios y cuas proindigenas) y los sefiores énicos con los encomenderos, Enete 1546 y 1548, se produjo a sublevacién de los encomenderos encabezada por Gonzalo Pizarro y, en 1553-1554, la de Francisco Hernnder Girda. Si bien ambas fueron derrota das, se traté de derrotas negociadas que pemmiticron a la Corona logear que sus Funcionarios casasen lo que los indigenas tenian que entregar al encomendero, ‘decir, control y asignacidn de la cuota de explotacidn sobre cada senorio. Esa alianza comenzé a romperse en la década siguiente por la accin de funcionarios bstiles alos indigenas, hasta que, finalmente, hacia 1570, Las Casas fue derro- tado en la Corte, imponiéndose la politica de utilidad econémica de Felipe Ul, icada en Peri por el vitrey Francisco de Toledo en la década de 1570, dando la transicién, La politica toledana mantuvo el proyecto imperial anterior de destruc el proyecto politico feudal e imponer el posler de la Corona a los enco- menderos: los indigenas ya no criburarian los encomenderos sino a las Reales foriales d debilitamiento y la transformacién~ 981 W, ANSALDI ¥ V. GIORDANO, Cajas, de donde saldria d dinero para pagatles entas a los encomenderos. En ccontrapartda, se produjo un incremento de la tasa de explotacién’de los in [genany la ofensiva contta el proyecto seaoral éinico (se quemaron tculos otor- fados de duques y marqueses, se deports a descendientes incas colaboradores, Se cjecuté al dltimo neoinca de Vileabamba, Tupaq Amaru). Los funcionaris ‘isitaron todos los sefiorios nummerando 2 sus indigenas y asindoles un eributo er edpita fagmentindoles la jefaeura (aduciendo legalmente que n0 les corres eels er sefres porque antes de lov ineas eran behets) reduces I Clatidad de tierras que antes tenian,? obligindolos a concentra [a vivienda en las casas de un pueblo de forma espafols, con capilla, dejando a un huraka de tango menor (por la eagmentacin antes dicha) coo la responsabilidad de pagar tlerbuto en conjunto y entregar tandas de mita (1/7 anual de hombres adultos Sjptos)! y conformando un primer cabikdo indigena (sin el Eun, cuyosalal- ds cenian algunas competeicias en materia penal y civil de menor cuanta Cema inuy resistco por los anciguos seniors) {lima media enehanca del experiencia de México, donde al con- formatse los ‘pueblos deindios” se produjo una sublevacidn de macehwales que Irabiau desplazado det gobierno de los cabildos a los sefores~ era una de las politcas que buscaban rantenct a los seiores yy al mismo riempo. generates bposiciones internas paca debliearlos y disponer de colaboradores mis files de conteolar Palomeque, 1996). Investigaciones recientes estin demostrando ly persinrencia, hasta la década de 1570, de parte de las estructuas series éi fo adccuadas a formas institucionales europeas. Fse eset origen de lo que sobre la hace aos Silvia Palomoque denomina “formas de gobierno indicecta mayor parte de la poblacién indigena: esta quedé sometida a la ominaci6n colo- nial en téeminos generales, pero su gobierno directo fue ¢jercido por jefaturas fas) lograron controlar la jurisdiceiin civil de menor cuan: rantiento de sangre, sobre los indigenas originarios de sus Exnicas que (por raras tia y crirminal sin dere “pueblos de indios" (Palomeque, 1996 y 1997). Sobre todos estos “pueblos de Indios”, en la zona rural se encontraba el Corregidor de indios, funcionario de tscasa dotacién de salario y con cargo pasible de compra, con jurisdiccién sobre todos ellos, y que pronto comenzé a hacer sus propios negocios para devengat su inversign. Es deci, ete es el espacio politico de una “repiiblica”, la de indies con control estaal via el Corregidor. Enel expacio de la economia -para adelancar problemas referidos a la hacienda aque se eratarin mis adclance—, las tierra expropiads los seniorios eenicos durante la década de 1570 fueron enceegadas en merced a espatioles que, en algunos casos 2. Se entiente que debido al derrumbe de la poblocién no hubo mayorst tesstoncios. Ms bion las hubo por lo busqueda de alejarios de huscas ¥ 3. Con gar de trabajo asignata por el virey {con preterencia de las minas)¥ Cn sao normed ¥ subvalvade, menos a sala Hore LA DOMINACION COLONIAL: LAS BASES DELARGAS LINEAS.... [99 ‘eran encomenderos recaudadores de rentas de tributos, pero en otros no lo eran, unque poscian dincro (por cjemplo, “soldidos enriquecidos, muchas veces con el omercio de la coca”). Al parecer, adem, en cercanias de las ciadades se formaron thacras con sectores més pobyres. Lo concreo es que estas unidades de produccin agraias, aplicando tecnologia y formas de cooperacién curopeas, se organizaron para abastecer principalmente ciudades y, sobre todo, el eenteo minero potosino, ‘Avecesrecibian del virey una dotacién de mitayos (casi siempre como ganaderos), pw en general sus tabajadores comenzaron 2 ser ls unilades domésticas de los eriginarios” que abandonaban sus “puctlos de indios”, buscando una menor tac de explotacion, recibiendo una parcela de subsistencia como parte del salatio. ls eran “indiosforasteros” que ya no se encontraban en su pueblo para entregar mia ya veces le pagaban el tibuto al kuraka. Habia otro tipo de trabajadores, los yanaconas de las “chacras de Chateas”, ermpadronados cuidadosamente por los fancionatios, puesto que ellos eran el resto del proyecto seioral en tanto pagaban poco tributo y se vendian con la tierra, como “adscriptos” a ella, Ambos grupos, pasados los siglos y luego del debilitamiento de los poderes centrale, serin deno- mminados “yanaconas”, “colonos”, “huasipungos”, et sas empresas agrarias (grandes, medianas y chicas) fueron las principa les abastecedoras del “mercado interno colonial” y. en segundo lugar, de los pueblos de indios”, que logearon vender sus productos en el mercado como una forma de pagar el eibuto en dinero y tatando de eludit la entrega de mita- yos, De liccho, era una manera de eransferie recursos (subsidios) de la economia indigena a la espafiola. Apelando a Claude Melliassoux (1979), se observa a los “pueblos de indios” como los lugares de reproduccién de la fuerza de trabajo, la cial, por ser originaria, estaba destinada a reproduc l territorio y, cuando eran adultos, entregar un salario subvaluado bajo forma de rita (en la mineria en su mayoria, sobre odo pocosina). Empiricamente habria aque investigar curinco hubo de explotacién y cuinto de sobreexplotacién.* En «sw el caso se diferenci6 del de México, donde los tibutos y el grado de explo- tacisn fuceon menores. Por otra part, si bien la poblacion indigena mexicana comenzé a recuperatse antes (segunda mitad del siglo xvi) que la anddina (pri- smera tad del xvi), también cuenta el hecho de que el derrumbe poblacional novohispano del siglo xv" fue mas brutal que el andino. las conclusiones a las cuales ha legado Assadourian respecto del mer- ‘ado externo y el mercado interno colonial la metrépot logs6 apropiarse, en el fuerza de trabajo en su 4 “Lo sobreexplotocién exile, se puede ofkmar, cuando la remuneracin del trabajo se $10 a rival inferior of dela reproduccion de Ia fuerza de trabajo, Eleslucio dea explotacian y de a sooeexplotaciin entrelaza los problemas {de la reproduccion de la fuerza de rabajo con aqua de la demograti. Y de Io produccién, en pariculor la produccion de bienes de subsistencia| ussto Que, en el organsmo, la ranstormacion de astos bienes por el meto olsmo produce la energia humana’ [Meliossoux. 1979: 11) 1001 W, ANSALDIY V. GIORDANO caso de Peni a fines del siglo x¥ty principios del xv1t, del 90% de la plata extrai- dda. El sistema combinaba la via fiscal (quinto, averia, almojarifargo, aleabala y ‘varios impuestos mas) con el monopolio comercial basado en precios exorbitan- tes para un mercado de colonos con harta plata pero escasamente abastecidos ‘Mediante la via ical y el monopolio comercial, la metrapoli logré hacerse de os metales de las colonias, expropiando en la base a los indigenas y en la cipula a todos los colonos. Dicho brevemente, ese sistema se vio afectado, a lo largo del medida que los colonos fucron romando fuerza y la Corona se debilicaba. Este periodo es muy importante porque fixe entonces cuando las empresas agrarias, {que logearon independizatse del poder estatal, trminaron convirtiéndose en hhaciendas, adquitiendo poder de policia dentro de su propio territorio, recor tando y usufructuando el poder del Estado metropolitano, Las otras unidades, Jos “pueblos de indios", se vieron perjudicadas por el nivel de presion para mer ‘cantilizarse en favor de los cortegiclores y por las constantes expropiaciones de dene que crn semedda por ls poder laces. La situaign se invetr tr Tosopunds iad dl siglo con esforamient del poder meropoliana potas eformas borbénies pon ts colonias portuguesas se caractetiraron por la escasa poblacién indigena, quehaba kena abs ido halo del ror La «Liz produccign que preJomind en l espacio colonial coneaade por Porc foc fmncion slvr on bens medida como consecuencia del fla de Macs dc wabaj doponible a as clonis pals en cambio, pedomind Sante y nde nde, sempre agrarias que —+ mea que se reforeaton ioc podrer caer en consonancia con et dbeamieno del Estado clooil=se fueron eansformande en haciendas y en sistemas de haciendas. Bajo la domina an indo s colons ex aonasespecalzada en a produccin y export an de ante pci (la princpalment), yo primer destino europey coe a pall lopala, Pa etvars metdpoli los metals precios ext te liad ce Espasay Ameria, en etminos ny desfavorable para su eens Fablation, ubcadnen ls dridos 4000 mets sobre el vel de mar de reed paliniane., la economia minera gener necesdades para la subsite eatnayors facto provi desde el amplo“espaci ptuano” que iba dele Bcal mosey las gobernaione del cumin ydel Paraguay, y Buenos Ais Seen igtandd un Sismo grado de autoabuteioninto. Alls productan 1 iene a cibayengordab as mul de tansporte del mineral. Los ober aaron intrurtentenyeeiles, esos mos fundamentamente uly ses erido, Desde sacra del expacio soll se imporaban el hiro, os elo LADOMINACION COLONIAL: LAS BASES DE LARGAS LINEAS.... | 101 yvaliosos textiles de ata calidad. Los productos que egaban a Potosi, a partic de la década de 1570, provenian de grandes y medianas unidades de produccién {que usaban recnologia europea, pero también de unidades de produccién cam- pesinas localizadas en las tierras de comunidad de los "pueblos de indios” participaban activamente de las relaciones mercantiles La cucstién clave del modo de producir en las sociedades coloniales am. canas ha sido objeto de importantes controversias, en especial durance las déca- das de 1960 y 1970. Entonces se polemizé fucrtemente ~cn particular entre cientificos sociales situados en el campo del materialismo histrico~ en corno dos posiciones polarizadas: América Latina colonial, feudal o capiealista. La conftontacién excedié largamente el ambito académico y se tit af initio de una cexplicita connotacién de lucha politica. En efecto, para decitlo muy sintética- mente, los partdarios del carécter feudal dela congquista y colonizacin de Amé- rica (latina) argumentaban que nuestras sociedades eran cerradas, tradicionales, resistentes al cambio, no integradas la economia capitalista. En consccuencia, al ser sociedades precapitalistas, de lo que se trataba era de desarvollar el capitalismo mediante una revolucién democritico-bueguesa que terminara con el feudalismo retandatario y liberara las fuerzas productivas. En ese context las fuereasrev0- lucionarias, socalistas, obreras debian aliarse con las burguesias nacionales cn tan Fente tinico antioligirquico, antiimperilista y procapitalists. Sola despues de desarrollarFuerzas capitalistas podia pensarse en una estracegia de revolucién. socialist, es decir, quienes pensaban de este modo adoptaban la reoria de la revolucin por etapas. En contraposicidn, quienes sostenian la proposicioa de tuna América Latina capitalsta desde sus origenes, en canto incegrada al mercado ‘mundial, argumentaban que esa pertenencia al capitalismo se habia efectuado en condiciones de dependencia, en una relacin entre metr6pois ysatéites ~segiin bn conocida expresién de André Gunder Frank, cl autor que expresé la posicin mis tadical dentro de la segunda corriente- que ocluyé la posibilidad de un desarrollo autSnomo y generé el subdesartolls, Al ser las sociedades latinoame. ricanas capicalstas, dependientes del imperialismo, no podia esperarse nada de las burgucsias aliadas a este y solo cabia la lucha por el socialismo, La revolucién no debia ser democriico-burguesa, sino socialsta, contra las burguesias (incluso las nacionales) y el imperialismo. Nos ocuparemos aqui de esa eonfrontacisn que, en el plano académico, se dio, ademas, en el contexto de cuestionamien:o, por parte de ciemtificos sociales lacinoamericanos, de las teorias de la modernizacion y del dualismo estructural, dels debates sobre la ceorias del desarollo> 5.£5 de rigor mencionar Ia pokémica entre ol argentine Rodolfo Puiggrés y el ‘getmano-norteamericano André G. Frark pubjicada on 1965. Frank despio: {96 largamente su argumentacion en su bye Capltalimoa y subcesarrafa an ‘America Lata (1970). La posicion dal feudaiismo fue expuesta pore! italiano Marcelo Carmagnari en Formacicn y crsis de un sistema feudal Américas 1024 W. ANSALDI Y V, GIORDANO ‘Alos efectos que aqui interesan, hemos de sefialar que América toda se cons- ctwyé como tal, segiin se ha indicado en el capitulo 1, partir dela conquista ya Colonizacién europeas. a través de un proceso que ocluyé las dialéticas constitui- das por los pucblosoriginatios e inaugur6 dialéricasconstiruyentes,colocando SVAmnérica, en el plano de la dialéctica externa, “como un momenco de la expan- sam ulteamarina de la Europa renacentista. En realidad, no puede entenderse nds que desde una dimensién arlintica, que incuya la interrelaciin conscante JF declsiva del vie con el nuevo mundo” (Sotelo, 1980: 62). Asi, parad6jic Jnente, Espafa concribuySal desarrollo de Europa hacia el captalisme, a costa diel suyo propio. al tiempo que América ~particularmente la muy extensa dtea Tuego detominada “latina” se constiuyé como parte fundamental del proceso de foemacidn del siatema economia-mundo (Wallerstein, 1979; 1984; 19982), ‘oe los origenes del orden econsmico mundial de a globalizacin (Ferrer, 1996 ¥, 2000) 0, sega la clisica explicacién de Marx, de la acumulacién originatia 1h capiraismo, América Larina fue, pues. parte del proceso de constitucion del ‘capitaismo iniciado en Europa, sin ser ella capitalists Tanpoco fue feudal. Los colonizadoresibéricos no easplantaron estructuras feudales, en buena medida porque las propias Coronas, en particular la espaiiola, tno las propiciaron ni tolerazon por razones politicas abvias: no quisieron abvlicar poder a favor de interessprivados, porque, precisamente, la conguista del cont- rete fue obra de esos intereses.y de ahi la posibilidad del eventual desarrollo de Tendenelas separatists, Fvorecidas por la distancia geogrifica entre la mere6poli v lis colonian, Lo afirmade no implica que no haya habido intentos feudalizances 1 incluso efectivas instautaciones de relaciones feudales. La encomienda es un thuen ejemplo de ello, pero su inicial caricter Feudal no prosperd. Al respecto, cl istoridor alemén Ginter Kahle ha argumencado, peestando atencida al caric- ter milivar de la cncomienda, que la feudalizacién de ta sociedad colonial fue frustrada por tres razones, que Ignacio Sotelo (1977: 7lvy 1980: 151-152) he Sineetizado asi 1) cl caricrer diferente de los ejércitos: en el de los encomenderos “americanos, los vasallos “los indigenas~ eran, smpo, los enemigos potenciales, por lo cual se les prohibié portar armas y el empleo en servicios livares, en conteaste con cl ejército Feudal, en el cual los vasallos no solo por aban armas sine que tenian la obligacién de combatic al Lado de su sefior: 2) tin ejército de sefores era inviable a largo plazo, toda vez que la indiscipina lo eraubs inserible, abligando a stt reemplazo por una tropa de mercenarios: 3) vo bien los encomenderes pretendicran vincular la propiedad de la tierra con fas relaciones personales de vasallje y “obtener derechos jurisdiccionales sobre in poblacign asencada en sus dominios (eforios)” ~dos componentes propios mismo Tatina del sao sw a nuestros dias (1976). Cabe senaar que ta cuestion dat se ooloy neta sido dbonada pot José ingenieros, Jose Carlos Maris Seer cone cove polticamente mos mitante, Rodolfo PukgarSy 4992 [Abalarcio Ramos. LA DOMINACION COLONIAL: LAS BASES DELARGAS LINEAS.... | 103 Jel feudalismo-, la Corona espaiola maneuvo “como principio inalterable, la Siparciéninaiuctonl dels rparos de ora os repartos de Indo’. Loe indigenas nunca fueron coneedidos a perpetudad, sno solo por tempo limitado (generalmence no mis de dos generaciones)en franco contraste con las relacio- nese vasallaj. “La jurisdiccion fue siempre incumbencia de la burocracia rel y dlesemperé un papel decisivo en el quebranto de los derechos casi seftorales de Jos encomenderos", hecho que convircié ala monarquia absoluta en “uno de los Factores que se opusieron a la feudalizacién” del espacio americano. ‘A su ver, Guillermo Céspedes del Castillo (1994: 91-93; ieicas del autor) precisa: “os indo fueron concedidos en encomienda alos conquistadores, ei dos en seires de vaallos como los de la Fad Media. Cada nuevo seior 0 enco- Imendero obtavo de sa antiguo jefe -ahora digno gobernador~ un buen méimero de indios con autoridad para gobernarlosy recibir de ellos un tributo en servicios yy mercancias", La siuacidn cambid con ls Leyes Nuevas, de 1542, que abolie ton las encomicndas y toda forma de escavieu y de servidumbre personal de losindigenas. “La encomienda sobrevivid,en algunas tegiones por largo tiempo, pa como unt inact prams edi ord dea on gue los indios pagaron el tibuto a los encomenderos en especie y en trabajo ado, crmiares por ser must por la olen te ibn co cl ee cra perceptible en metilico, sin que cl encomendero tuviera contacto con los indios ni sutoridad sobre ells. La institucién dseiada como base de un téyimen sefiorial acabaria siendo una mera renea mermada por impuestos y pagada por la ica el mbes For procedcwes dl iba lige Fate politico de los encomenderos-conquistadores Sergio Bags: (1949), en un libeo devenido un clisico de las ciencis socia les lacinoamericanas ~apelando a la comparacidn global de las sociedades de la regidn, a fin de mostea ice Fracaso. s como una estuccuta en movimiento, fue pionero en postular que la economia colonial concenia tanto configuraciones feudales como capitalistas, constcuyendo un expitalime colonial. Como ta prolongacién del a José Medina Echavarria (1964: 35) rechaz6 explicitamente considerar el sis- tema de hacienda como un orden feudal por ser "eéenicamente un disparate acotando que lo seria menos apelando al “éemino mucho mis amplio de so ta Afiag ms ade Céspdes del Casill (1994 220) conser ards cx impropio” calficar ala hacienda de semifeudal y, si bien la expresion semisenio- til mejoraa mucho le eamceizacin, "la imptopiedd no ces En el debate de la década de 1970, Emesto Laclau (1973: 43; iilicas del autor) seitalé que parte del problema resdia en el hecho de que “sus protago- Bar talbiln onfundido consanemerte, lo lrg de atmo, lox concep- tos de modo de producciin capitalita y de partcipacian en el sistema capitalista amandial’, ienttas que para Agustin Cueva (1977: 44) era cenusal eealizar un -0 ciclo Feudal iberico, sino parte del ciclo del capicalismo 04) W. ANSALDIY V. GIORDANO. anaiss que padee comprendercoretamente le atcuacin del made de pro- sna pte con Lo mous de prdueconprecpitalias, "Pues obv0 Ne Sreelteno nace desl aqui sere un vaio socal que sn embargo, por Soares nil a da lamada ‘expan aca fcr’ fae abn aa tamene la ta de desarrollo “hacia aden en la que el proceso de ee ign siginais mare Ia pau fundamental derlain ente ls di eos a praduceén, Cueva (977 67-68) enfaiaba la evstion de rose region origina Mientras en Baropa el proces se complements y nes con el cedente cxaid de ls eas colonials] en Ametica Latina we tube ona slo po ealizasesobee una Boe interna lo ques Foard dade cl principio pot lx sucion consent ques mets Theron depose po idl amb dil apres de te peatanins steko pilaje puro y simple en lon ples neocoloinls eer gabe de bear bicamtes y acelerae de ese modo ot desl ial sino de consieir una economia prinario-exporadra ‘complemen tai del apis nda hyve, Atsdounan (1973: 7475: ds dl aor) formu prop sicién misma erin acts fatore: 1) lincoeporacion del expat sionals neconomis mundoy 2 la dominion epi de en espacio calo- sees eigen ej 8 aida “product, merado, circulckn” Ie sa la catchy que durante lon sglos mv, xv yt, Ameria Latina sino ee uc delanems dla economia-rnundocuyo espacio desaralldo 0 earn eetoinates paufel por un period de waren, vale dec lfc 14) mas os tertovios acupadas an Canad, jos ubicados of este dal tsissipply al oaste de los Apalaches [salvo Nueva ‘Griears[y ios blas conbenas de Dominica, Granado, San Vicante y Tobe: (99. En compenracien, Francia fecuparé as blas antilanas de Guadeloupe Yonartincn, y conservé los derechos de pesca an Terranova. Los bitanicos Lombioron o los sapanioles lo Flora y el derecho de libre navegacion por ft Misbsipp’ por lo Gevolucien de Filpinas y La Habana. Esparia obtuvo de los francesesio Lousona, at hampo que abandoné el norte de Portuga!y 1a Colonia cel Sacramento, en 1 Rio de fa Plata, que habia ccupado dura fe la quero. 8 Potodo de Hubarkbug fallicé a Siesa como femtorio de Prune La Lousiana vaivie efimoramnerity Francia on 1801. y en 1803 pa:0.9 Ertados Unidos. que al compra a Napoleda Bonaparte. Cabe salar que el Emplismo lenitrio de la Lovbiana colonial aborcaba lor actuotes estacdos noleamericanos oe Arkansas, Missou", lowa, Okdahoma, Kansas. Nebrase Rinnesota [al sur de rio Missssipp), busne parte de Dakota cel Norte as todo Dakota de Sur el narerta de Nuevo Mexico. el norte de Texas. y 38 Giones de Montana, Wyoming, Colarado, ademas de Lovsiona, @ omibos adios dal ro Misisippl. Era superficie equivale a casi un cuarto de! actus tattoo estorounicianse, La compra inelvyo tambxén partes de las octusles provincias Conadierza: de Alberta y Saskatchewan. LA DOMINACION COLONIAL: LAS BASES DE LARGAS LINEAS.... [197 1778 se dicts el Reglamento y aranceles reales para el comercia libre de Espa ¢ Jadias. La medida habilitaba el incercambio sin trabas entre 13 puertos espatioles "22 americans, sin hacerse extensivo a terceros paises. En palabras de Calvo (1996: 248), se wats solo “de una generalizacin del monopolio comercial anda- Juzen el conjunto de los puertos espatioles”. EL Reglamento de 1778 no puso fina los problemas del comercio colonial, menos aun al del conteabando, La Corona procurd nuevas soluciones con suce- ‘sivas Reales Ordenes: la de febrero de 1789 extendié el comercio de esclavos a Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico y Venezuela (ampliado en 1791, 1795 y 1804); la de 1795 (una consecuencia de la guerra franco-espafiola) autorizé el comercio con colonias extranjeras; y la de noviembre de 1797 petmitis comer- iar en barcos neutrales. Por fin parecia rcalizase ese primitivo objetivo de convertic a las colonias cn potenciales mercados consumidores. En realidad, el libre comercio no fuc foto una idea impuesta desde afuera, fue cambién el corolario esperable del sut gimienro de economias de exportacidn al margen de la mineria, como en el caso del azicar y cl tabaco en Cuba, el eacao en Venezuela y Quito y los cueros en el Rio de la Plata. Fl libre comercio en el interior del imperio espariol (pucsto que to se autorizaron operaciones mercantiles con otros palses), sum de las importaciones en la cegidn, increment la actividad de las rwtas ocednicas de Veracruz y Buenos Aires, cambiando dl centro de gravitaciin dela ciudad de México y Lima hacia extos nuevos ges En cl antiguo eipacio peruano ~en evsis desde fines del siglo xvut y comienizos del xvut- las reformas borbénicas provecaron un fuerte impacto." De hecho, alla lo desincegraron visiblemente con la exeacidn de los Virreinatos de Nueva Granada (1717-1724) y del Rio de la Plata (1776) (particularmente este, que le sascajo el control del vital Ako Pert y sus mina). Surgio, asi, cin espacio roplatense —una vasta area que comprendia ol Alto Peni, Cuyo (que dejé de pertenccer a la gobernacién de Chile), el Tucummén, Liroral, la Banda Oriental y Paraguay, complejo y contradictorio, La complej dad y ls contradicciones no fueron solo econdmicas: se ape lacomposicidn social (en la dstribucién étnica de a poblacidn y en su papel en proceso productive). Como bien lo advieié Halperin Donghi (1969: 39), un sxuilibrio rico en desigualdades tendié a ser desplazado por otro que. sin elim nals, creé nuevas. Tal situacién derivé de una unificaci6n terricorial adminis trativa, ccondmica y social definida por una resolucin politico-admin lo al aumento jaron tambien en 22, “Espacio peruano" @s la denominacién dada por Assadourian (19830: por ficularmento can, IV} 0.una vaste extention geogratica comprencita en at \Virainato del Perd y en la que coincidian las dimensiones econémica y pot fica, amén de lainfegracion regional. Con fodos los resguaros del caso "los limita: paiticar de entonces no conciden exactamente con los actuoles ‘aboreaa lo que hoy son Ecuador, Pars, Bolivia, Chile, Argentina y Paraguay 1401 W. ANSALDI Y V, GIORDANO tun verdadero artificio dispuesto por la Corona, atendiendo, en buena medida, un cfimulo de razones de distinea indole entec las cuales se desta la deci de coartare poderio de la aristocracia lima, Ahi esta su “pecado original histéricamente, varias de las regiones del espacio rioplatense tendian mis ala separacion que ala unifieacién (Cuyo, por ejemplo, estaba més ligado a Chile que a Buenos Aires, mientras que Cérdoba, a su vez, tenia una notoria y nada nueva bifacialidad: una cic atoperuana y ota roplatense). Fue es lgics iter nna la que lleva ha disgregacin durance las guerras de independencia yciviles, Buenos Aites, la capital del Viereinato rioplatense, adquitié una notable imporancia como centro de distribucidn comercial, amén det manejo de unas Finanzas eibucarias dela mineria potosina y muy pronto de h exportacin de eue- ros, tecientemente demandados por la industria briténica. La que el histotiadr chileno Sergio Villalobos Im, hace tiempo, “a revancha de Buenos Aires” sabie Lima lew aparcjados dessjustesy reajustes en el incevior del espacio rioplaense, cuyasregiones consteuyenses no legarian a iguales o sq a incorporacin del Alto Perla juisdicidn de Buenos Aires no hizo, en rigor, mas que legalizar ns sieuacion de hecho, al aucorizar el erifico de metilico el puerto rioplatcase yl inverso de mereancias. En este campo, el pro bblema del transporte y los fletes tenia una dimension econdmica fundamental: sicuada unas 550 leguas de Buenos Aires va poco mis de 400 de Lima, Poros podia, por la geografia, proveerse de mercanciasa menor precio si llegaban desde Buewos Aires. Ello eta posible por dos razones Fundamentales: flere maritime desde puceos espafoles hasta Buenos Aites era menor que hasta Lima otea l costo del let erresere también era menor para el eavecto Buenos Aires-Potosi que para el cue unis ala ciudad altoperuana con Lima, pesca la nor distancia entre estas dos. Este hecho derivaba de la geografa: las mercan- cias reansportadas desde el puerto rioplacense se desplazaban en st mayor tramo “hasta Jujuy, unas 430 leguas— en carreta, mientras que las provenientes de Lima Viajaban cargadas en mula, un medio mis oneroso. Ello permite comprender papel del contrabando, Tambien ayuda a entender como y por que las reforms galearon fueetemence los comer cllos, generaron una fuerte y larga eivalidad econdmica y politica enere Lima y Buenos Aires. 1 parecidos resultados, 1el costo del es monopolistaslimerios y, mis alli de rey Pedro de Cevalllos en noviembre de 1777 y un decteto anterior prohibiendo el envio de oro y platz 4 Lima golpearon fuertemence a esa ciudad. De igual modo, el mismo auto susteajo a Cuyo al exclusivo interés de los comerciances chilenos, aunque en concrapartida también pe:micia la entrada poe puertos chilenos de mercancias para comercializar en el Viereinaro rioplatense. En Brasil, en el plano administrativ las reformas pombalinas acrecentaron, cl atimero de capitanias generales (nucve en 1776), organizadas sobre la base de las mencionadas Junzas da Fazend, sometidas al dominio del virtey. y sobre la ade por ef vi EI auto de libre internaciéa fi LA DOMINACION COLONIAL: LAS BASES DE LARGAS LINEAS.... [141 tase de una cancidad mulriplicada de represencantes del poder de lt Corona en fos imbitos locales: oxidore, que eran jueces de distrto, y jutzes da fora, esca- infin mis bajo del Poder Judicial. Estos funcionarios tenian potestad sobre las ‘imaras municipales, ya fuera de control (ouwidors)o de deliberacin (juizs da ). Como ya se ha dicho, las reformas de Pornbal dedicaron un gran esfuerzo {Th profesionalizacién de la administracin mediante una tarca minuciosa de gnodemizacién de la Universidad de Coimbra. La cencralizacin de la formacin tnivesicaria euvo claros efectos sobre la independencia y dejé al frente de los suntos del Estado, en momentos de crisis, a una burocracia civil homogénea y rada para enfrentar los nuevos desafios. Prov pate, Espafa cabin dio picid ala educaciin con cl objetivo de aportat mejores conocimientos y asi Fivorecer la transformacién de la econom 77de la sociedad en su conjunc. Como es obvio, el control del conocimiento, ¥ én eta epoca sobte todo del conocimiento del mundo natural, fue sin duda un inecanismo de poder politico y orientacién ideokigica de la dominacidn, Pero en Espa, a diferencia de Portugal, la educzcidn universiaria no fue centelizada yel conocimiento, de Fuerte filiacién cxdlica, se elabors e impartis desde la Real Universidad de Salamanca, la Universidad de Alcaléy los centeos creados ens distintas unidades coloniales. com conscctencias diecas sobre la faccio- tulizacién de la etapa posterior, en la que la lie lusteada localmente enconted nu cducacién un elemento mis de arcsigo localista, El caso mis extremo de tt localism Fue quizas cl del dictador paraguayo educado en la Universidad de Cérdoba, Gaspar Rodrigue de Francia, ys singular polis aislacionista, que lepermitié estabilizar el pais de la “anarqaia” Ya se ha dicho que las cefocmas del Estado proyectadas por el marqueés de Pombal incluian una dimensidn social, © iis peecisamente demogratica, que tampoco llegé a concretarse. Con gran audacia, Pombal habia proyectado la incorporacidn de los indigenas amazénicos, de los de ls misiones paraguayas y delos hombres libres de colora través de uniones con europeos ycciollos afin de provera Brasil de una masa humana en disponibilidad de la que tanto catecia. En la mente del reformador, la politica indigena de los jesuitas consticuia verdadero obsticulo. Fue asi que ordené la expulsién de la Compaia de Jess £0 1759. Los antecedentes histiricos de exe sceso son, cs cierto, ests impetus pobladores, pero tambign la resistencia indigena a la rectificacin de frontcras ‘ens misiones oricnraes del Uruguay (en 1750, cuando Espa las intercambio por la posesidn del fuerte de Colonia del Sacramento) y la oposicin jesuita 3 bs reformas en Maranhio (1755), donde ls jesuitas tenian concretos interess ‘conémicos que la creacidn de la compasia de privilegi afectaba seriamiente. En Esparia, los jesuitas fueron expulsados en 1767 y, aunque los motives ‘ocasionals variaron,existia una posiciéa comin: defender las monarquias abso- lutsas nacionals frente la pretension jesuita de crear uns monarquia univer Laculminacign de esa sevie de hechos diverss fue la disolucion de la Compatiia 142] W. ANSALDIY V. GIORDANO de Jestis por orden del Sumo Pontifice en 1773. En Brasil, mucho mis que en Hispanoamérica, las reformas constituyeron el inicio de un verdadero proceso de desacralizaci6n del poder politico, tal como indicaba Macchiavelli en I! Principe 'A partie de la muerte del marqués de Pombal, las companias de privilegio fueron desmanteladas, aunque sus ben posi tacidn del oro brasilefio, que tantos bencficios le habia producido a Portugal (y subsidiariamente a Gran Brecafia) durante su corto auge. Practicamente al mismo tiempo, en el territorio colonial espafil esaban inicidndose las reformas “adruiniseeativas. En este plano, las reformas borbénicas implemencaron, ademis del mencionado sistema de intendencias, la division del territorio en nuevos EI nuevo mapa colonial espafiol quedé conformado de este modo: el Virtei- rato de Nueva Espafia, con capital en México, que abarcaba los actiales Méxi- £0, los estados norteamericanos de California, Nevada, Colorado, Texas, Utah, Arizona, Oregon, Washington y partes de Idaho, Montana, Wyoming, Kansas y Oklahoma, y en Canada, el suroeste de British Columbia y,lucgo, la isla Filip nas y Guam en el Océane Pacifico asiéico; el de Nueva Granada, con capital en Santa Fe de Bogoti, que acupaba Venezuela (antes Capitania General), Colom bia, Panamé, Ecuador, Guayana ¢ islas de Margarita, Trinidad y Tabaco (luego Tobago); el de Peri, con capital en Lima y jurisdiccién sobre Pera y parce de la Amazonia (hoy Brasil), yel del Rio de la Plata, con capital en Buenos Aires, que ficiarios continuaton detentando na \én econdmica favorable. Esto coincidié con la declinacién de la explo- ‘comprendia los actuales Uruguay, Argentina, Paraguay, Bolivia y sur de Brasil Ademis, existieron las Capitanias Gencrales de Guatemala (actuales Guatemala, Belice, El Salvador, Horduras, Nicaragua y Cosca Rica): Cuba (con jucisdie cidn también sobfe Louisiana y Florida); Santo Domingo (Don Rico, dependientes del Viercinato de Nueva Espana, y Chile (también Hamada Reino de Chile), que tedricamente estaba subordinada al Virreinaro peruano. ‘Como se ha dicho, un abjetive primordial de las reformas era atectar el poder de la aristocracia limeta, acrecentado politicamente en viroud de su rique- ‘aa proveniente del oro y de la plata, y por el cual burlaba sisterticamente las 1 el Virveinato del Rio de la Plata y se quité a los menos su histiviea jurisiecién sobre las minas del Ako nicana)s Puerto tributaciones al rey.'* Con este objetivo fue que se 33.7 1797. en el comvexlo de los lamadas guetras napoledricas, tos bitanicos cuporon trinidad y Tabac. Blas que Espana ced al Reino Unido por Ia Pade Amiens en 1802, 34. Sobre Ia arislocrocia Emefa, sigue siendo imprescindlible Fores Gotindo (1984), Este excelente Ico, que comoina Ia historiograia y a soctologia. 85 Efave para entender la consitucian de lo estructura soc dal Paco colonic. ho s0!9 no abolida pot lo Mcepandancia, sino consolkdada en 5c Fisticar fundlamentoles durante la Repdbica, LA DOMINACION COLONIAL: LAS BASES DE LARGASLINEAS.... | 143 pent. La comparativamence reducida extersién del Virreinaro del Pert acusa el ado de esta reforma. En cérminos generale, la nueva divisiin politica aseguraba la centralizacin del poder y el monopolio de ka percepcin triburaria, con una relacidn més fuida ence las colonias y el rey en cuanto a la administracién de esos poderes Fr cada virreinato funcioné una estructura piramidal en la quec et gobernador yrelimcendente dependian directamente del vierey, yen fa que el Poder Judicial Zaba separado de la competencia militar, En todos los casos, la Corona espa- fola envid fancionatios civiles y milicares peninsulares, que reemplazaron a los de origen local afin de asegurar una ordenada excraccidn de las reas fiscales y tina mejor custodiada defensa de la fronteras. En el plano miliar, las reforms borbénicas implementaron la creacién de fortalezas monumentales: La Habana, Senco Domingo, Cartagena de Indias, San Juan de Puerto Rico, Santa Teresa (Uruguay) y la de Colonia del Sacramento (en realidad, como se ha dicho, Fun- dada por los portugueses y cedida a Espatia por el Tratado de Madrid en 1750). Todo esto perseguia el objetivo de contolar la posible penctracién de floras, cenemigas, pero también, y en igual medida, la cada ver: mas usual depredac por contrabando o apropiaciones vandilicas de cargamento, [Las reformas fracasaron rotundamente: las pombalinas porque munca alcan~ ‘aon el nivel de ceneralizacién deseado y as borbénicas porque, aun habiendo logrado un alto grado de centralizacion (primordialmente, en virtud del sistema de intendencias), se vieron abruptamente interrumpidas por la guerra en Europa, No es el caso analizar con decal las caus y el desarrollo de este fracaso. Inte- rea. sien cambio, raster cl peso del centralismo en la cultura politica que las feformascarolinas y pombalinas legaron alos Futuros Estados independientes. V, ‘enrelaciSn con esto, identificar el conjuneo de interesesen tensién que st fracaso lleva la superficie y que pronto fueron «je de los conflictos entre centralistas y faderales (y confedcrales) del period independentista, En este sentido, es sil analitca y explicativamente, la observacion de Manfied Kossok de la necesidad dedistinguir encte centraliimo y unidad, dos fendmenos no nevesariamente idér tics. “Del cencralismo del sistema colonial esult6 una tendencia predominante- mence vertical, orientada hacia la Corona y sus instituciones centrales de poder (1 El sistema colonial [espafol] no conocia sino dos instituciones “unitarias cn toda la region: el Consejo de Indias y a Casa de Contrataci6n ambas tenian sasede en la metr6pol ...] Con Carlos Illy su pléyade de ministrosilustrados, la politica de centralizacion aleanz6 su p ‘Gulminance. No obseance, seria infundado sacar la conclusién de que se haya fortalecido Ia ‘unidad! del imperio colonial en un grado equivalente” (Kossck, 1989: 256-257 y 260) Federica Morelli (2008) ofece una sugerente explicacién de las reformas borbsnicas y su fracaso. Recuerda que en 1783, en la Exposicin al Rey TH (conocida tambign como Memorial de Paris), el Conde Aranda, presidente del Consejo de Casilla le aconsejaba “despojarse de todos sus dominios en las 141 W.ANSALDI Y V. GIORDANO ddos Américas”, manteniendo solo los de Cuba y Puerto Rico como bases para el comercio espafol. Su aude propuesta era convertr alos virrsinatos en serdos reinos independientes, cada uno de ellos eon un infante al frente, acompaa. ddos de sus propias Cortes, instaladas, espectivamente en México, Lima y Costa Firme. Los tes reinos consticuirian una laxafederacién gobernada por el rey de Espana con el titulo de Emperador (una resticucién del utilizado por Carlos V), considerandose ~argumeniaba el Conde “las cuatro naciones como unidas por la mds estecha alianza ofensiva y defensiva para su conservaciin y prosperidad’ La muy kicida propuesta apuntaba, estratégicamente, a prevenir un futuro peli gro, que Pedro Pablo Abarca de Bolea, el Conde de Aranda, advieis primero que ‘nadie: la expansién de los nacientes Estados Unidos de América Esta repibbica federal nacio pigmea por deco oxi, yha necestado del apoyo Y Tuerzas Ge dos estados tan poderosos como Espara y Francia para conse, Quicla independiencia. UegarG un dio en que crezca y se Tome gigante y avn Coloso lemible en oquellas repiones, Entones olvidar los banetieios Que he Fecibido de las dos potencias y solo pensara on su engrandecimiento, La liber. fad de conciencia, lo faciidad de establecer une pablocion nvava Be terenos inmensos, asi como Ios ventajas de un gobiero nacionte, les aktaors ogrieu- Joras y artesanos de todas las naciones. y dentro de pocos afios veremos con verdactero dolor la exstancia Hranica de este coloso de que voy hablando. Elprimer paso de esta potencio, cuando haya logradd su engrancecmients Ferd ol apodorarse elas Floidas, @ fin do dommar al golfa da Meiico [c), DBespues de molestornas asi y nuestos retaciones con Ia Nueva spare, arp rard a la conquista de aste vasto imporio. qua na padremos defender conta luna potencia formidable, eslablecida en el mismo continent y vecina Suva sAsombra la clarividencia del Conde! Sostiene Morelli que el proyecto reformador idea de imperio a ambos lados del ALintico, Si bien los gobiernos de la crisis “quisieron hacer cfectivo el principio de igualdad entre las distincas provincias dé la monarquia", {ell incento de los constituyentes gaditanos de refundar la monarquia sobre la idea de soberania nacional, transformando el impetio en nacién, fracasé justa- mente porque chocaba con la idea de federacisn del imperio que los discursos reformistas habian evocado" ‘A juicio de Morell, el problema “no residia tanto en la inadaptacién de los territarios de la Monarquira la modernidad”, segdin ana hipstesis largamente sostenida por la historiogrfia, sino, més bien, en los limites del iberalismo para “resolver la relacién auconomnia/independencia", una cuestién que no surgis con la crisis de 1808 puesto “que ya habia empezado a aparecer, en términos moder- ansformé la 35. La Exposicion de 1763 25 un texto muy conocido por los estudiosos det perio 10. Puede vane, 201 ejemplo, en Alfonso Garcia-Galo, Mania! de Historia {el Derecho Espanol, Madd, Artes Graticas y Ediciones, 3 ocicion, 1967.1 Pp. 718-721. También esié disponible en linea en varios sitios LA DOMINACION COLONIAL: LAS BASES DE LARGAS LINEAS.... | 145 nosy no de puro retorno al pasado-, en la segunda mitad del siglo xvi, con el proyecto reformista y el debate sobre la reforma del imperio”. Las reformas imperiales agudizaron conflictos internos en las colonias, entre los grupos dominantes nuevos surgidos del impulso centraista ilustrado (en Bra- sil, mis atin, surgidos de la presencia misma del monarca en el terrtorio colo- rial), y los viej0s,largamente favorecidos por la colonizacién y ahora devenidos subalternos. A estos conflictos expresidos en el plano de la administracién del Estado colonial hay que sumar aquellos provenientes del funcionamiento de ka economia, en la que productores y mercaderes tenian una larga trayectoria de recelos mutuos. Pero si bien los Factores econémicos tuvieron su peso, no hay aque soslayar las tensiones creadas entre la voluntad centralisea de las coronas y tuna prictica colonial muy asencada en “La ley se-acata pero no se cumple” ‘Ya ha sido refucada la tesis sobre el libre comercio y los intereses de una supucsta clase de burgueses comerciantes en ascenso como causa del proceso abierto en 1810; sobre esto, Claudio Veli (1984) oftece explicaciones muy con sincentes. En Kineas generals, fueron los productotes y duerios de la tierra quie nes se favorecieron con la liberalizacién, pudiendo asi colocar sus productos en rercados més amplios, y no los mercadetes, para quienes el fin del monopolio y del mis rentable contrabando, significaba una verdadera amenara El ibre comercio fue establecido en 1808 en Brasil por orden del principe regente y furuto rey Joao VI de Portugal, que toms tal decisidn ante la deses- perance realidad de unos puertos europeos bloqueados por la guerra: y en 1809 en el Rio de la Plata, donde el Virrey Baltasar de Cisneros vio en la libertad de comercio con nacionesaliadas y neuerales una forma de apaciguar los dnimos bri tinicos después de las invasiones inglesas de 1806 y 1807, a la ver.que un modo de asegurarseingresos para solventar un eército de crollos cada vex mas fuertes politicamente, todo esto en un contexto revolucionario en el que las penutias se acentuaron por la interrupcién de la euta de la plata del aliplano sin que las rminas de Famatina, en La Rioja, se convirtieran en las esperadas sucedneas de las potosinas. Fueron entonces fa Corona y la ala burocracia las que impulsaron la medida liberalizadora, en firme linea con el proyecto centralista dela Mlustracién, que buscaba financiar con estos recursos sus abjetivos de modernizacion y central zacién, y més tarde la guerta contra Napoledn. Como se ha dicho, lo que ivi tunos intereses locales ya crispados fue la acefalia del sistema metropolitan y el bloqueo de los puertos, que hacia que la mercaderia se aplara y estancara en las costa dl rerrtorio colonial. Los funcionarios peninsulases leas ala Corona se vieron de pronto desprotegidos a la ver que amenazados, puesto que debian su lugar de privilegio a un Lazo colonial cada vee mis aparente. Por afadidua, los ctiollos desplazados de las funciones puiblicas encontraron eco en los mercaderes descontentos por una liberalizacién que les oorgaba margenes de ganancia muy Por debajo de los obtenidos hasta exe momento. Vat W. ANSALDI ¥ V. GIORDANO. Enure las clases mas subalternas ya habia habido protestas contra el renova. do centralismo de las Corenas, pero ellas evieron un caricter local y limitado, Durante el dominio colonial se produjeron numerosasrebeliones indigenas en el territorio hispanoamericano, algunas de ellas de gran magnitud. Fueron expre- sidin del antagonismo entre la republica de indiosy la replica de expaoles. Asi por ejemplo, Manco Inka, hermano de Atahualpa, se puso tempranamente al frente de la resistencia contea los esparioles, liderando el Estado Inka de Vilea bbamba (1537-1572), lucha que concluyé cuando su tltimo jefe, Tupag Amaru, hijo de Manico Inka, ftc apresado y decapitade por los espatioles. También en los Andes pertianos se prodlujo, entre 1560 y 1572, el movimiento no violento de Taki Unquy (u Ongoy). catalogado como “rabiosamente ancicatsico y anti hispano” y a cuyo frente estuvo Juan Chocne, acompafiado por dos mujeres, Mama Ocllo y Mama Wako. Entre 1562 y 1667 se desarrollaron las llamadas Guerras Calchaquies en ef actual noroeste argentino. protagonizadas por los diaguitas. Durante la breve Primera Guerra, los pueblos originarios fueron comandados por el cacique Juan Calchaqui y los kurakas Quipildor y Viltipoco, quienes destruyeron tres de las ciudades fundadas por los espaitoles. Fue por ello que la Corona decidis suman de la jurisdiceién de Chi del virrey de Pera, La Segunda Guerra se extendis entre 1630 y 1637. Dirigidos por el kuraka Chalamin, quien fue apresado \yeron nuevamente ciudades adores. Los vencidos fueron deportadas ylo esclaviza separar la region del T y convertirla en gobernacién dependien |jecutado por los espatioles, los diaguitas dest rigidas por los conqt dos. La Tercera Guerra Calchaqui, 1658-1667, tuvo como prin rarero andaluz Pedro Bohorquez, qui aleanzé a organizar un importante ejército indigena y a controlar la regién, el jefe rebelde rermind entregindose a las autoridad ejecutaron en Li 1 jefe al aven: se hacia llamar Inca Hualpa, Aungue coloniales, quienes lo 1. Los pueblos continuaron la guerra bajo la conduccidn de José Henriquer, peto al se: derrotado cl seiorio de los Quilmes, la resistencia entrd en su fase final. Los quilmes fueron desarcaigados por los espaioles, y deportados a las proximidades de la ciudad de Buenos Aires, en el paraje donde hoy se levanta, precisamente, la ciudad que lleva su nombre. Cuando el dleimo de los sei cluyd, La represién fue te cexclavizar a los pucblos diaguitas. En el norte de México, los cascanes se sublevaron —guerra del Mixcon entre os resistentes, el Acalianes 0 Calianos, fue vencido, la guerra con: ble y los esparioles decidieron dividir, deportar y 1541 y 1542. Quemaron iglesias y cruces, ejecutaron a misioneros y castigaron con rigor a los indigenas que habian abardonade su celigién originatia y adop- tado el Dentro del recorte efectuado para ejemplificar, atadamos la rebelion de los Anis, indomable pucblo de la Amazonia que lo largo de 33 afios (1742-1775) cenfrenté a los conquistadozes con la conduccién de Juan Santos Atahualpa, reci- LA DOMINACION COLONIAL: LAS BASES DE LARGAS LINEAS.... [147 tiendo incluso el apoyo de los quechuas de la sierra central pean. Y lade los aucanos, en la frontera de guerra del sur de Chile en 1723 El punco mis alco dela resistencia de los pueblos originarios fueron as rebe tones encabezadas por Tupaq Amaru I y Tupag Karri en el espacio sur perua oy aktoperuano entre 1780 y 1782. Este ltima fue una procetaliderada por ‘Tequechua José Gabriel Condorcanqui, kuraka de Tinea (en Cusco), amén de Sea propictario (tenia més de 350 mulas) ycomerciante, quien adopts el nom- rede Tupag Amaru Il (en homenaje al de larebeién del siglo xvi). De modo Jilar cn los mismos aos, el lider de la evuelta que sts la ciudad de La Paz, laymara Julién Apaza, com el nombre de Tupag Katari El origen ancestral y lt fabidad politica les valieron para encoluranar tras de i fueras campesinas con- ta las presiones fscales de los reormistas borbnicos. Tupaq Aman I levants frandcras de justicia para los dominados y explotados del regimen colonial: indi fgenas, mestizos, crollos postergados, demanda que inclu cambios en la adi isracién de justicia y la creacién de una Audiencia Real en Cusco; reclamé el fin de los abusos tributarios y la reduccién de la carga imposiivay el reemplazo dels cortegidores poralcales mayores, como también mejoras en las condicio- tes de trabajo en minas y obrajes. El rechazo a las peticiones ~acompafadas de [Gevccio de a violencia contra autoridadescoloniales, como en el ajusticiamiento “cleorregidor de Tinta convirts la protsta social en una protesta politica, que fnclayé la demanda de un gobierno de indigenas y mestizos {Lr insurgencia indigena se extendid, desde el Cusco, en el sir peruano, por todo el altiplano alcoperuano (boliviano), proyectindose incluso hacia el nore, fasta Huarochiti, en la siecra central peruana, y por el sur hasta el noroeste argentino (actuales provincias de Sala y Jujuy) y Tarapaci (tersirorio chileno desde el final de la Guerra del Pacifico), [a movilizacin alcanzd asi dimensiones intolerable para el poder monée- quico el miedo a los indigenas se insalé fuertemente entte los espafioles furopeos y americanos-y fue duramence reprimida, apelando cl poder a “la tnayor movilizacin de los ejécivs colorialesen el Peri desde los tiempos dela onguista”(Serulnikov, 2006: 310-311, recurtiendo incluso a ls del reciente Virreinato del Rio de la Plata. Ambos Tupaq fueron apresados y cjecutados en 1781 (Amaru en mayo, Karat en noviembre). Condorcanqui —lucgo de ser dbligado a presenciar la ejecucién de toda su familia fue decapitado y luego ddesmembrado, exponiéndose su cabeza en Cusco y Tanto; sus brazos en Tunge suca y Carabaya, y sus piemnas en Levitaca y Santa Rosa. 4 todos se les corto la lengua ances de matarlos, A Micaela Bastidas, la esposa de Amaru, no puieron cjecutarla con el garre por la delicadeaa de su cuell, por lo cual La enlzzaron 26, Tinta era un impottanta centro comercial en al cual se vendian las mulas ‘proverientes de Satta, que £0 dtibuion lwego por todo el vireinato. La Feria {de fata, acota Scarat! O'Pholon (1988). lena gran importancia regional 148 W. ANSALDI ¥ V. GIORDANO de este, tirando los verdugos para todos lados y rematindola con golpes en el ‘estémago y los sens. Apaza también fue descuartizade con exposicién de lg «cabeza en el cerro de K'ii Kili (La Paz) las manos en Ayo Ayo y Achacachiy ln picnas en Chulummani y Caguiaviri. Su esposa Bartolina Sisa mutié estranguladg por los mismos verdugos. Segin la tradicin oral, ances de morie, Tupaq Kara habria expresado “a mi solo me macaréis, pero mariana volveré y seré millones” Adicionalmente, la epresin se extendi en el plano simbélico: prohibicién del uso de los idiomas y la vestimenta originarios, y dela lectura de los Comentarios Reales, de Garcilaso de la Vega, La Gran Rebelién habia sido precedida, en realidad, por una serie de 132 revucleas en el espacio andino pertiano iniciadas en 1730. De ellas, 117 tavieron lugar a partir de 1750, cuando comenzaron las reformas borbdnicas (66 entre 1770 y 1779). Fueron tebeliones indescifrables si no se roman en consideracién los repartos, del mismo medo que estos no se entienden sin las rebeliones, seuin argumenta Jiirgen Golee (1980). Adin en condiciones de severa debilidad del poder central imperial, en medio de una coyuntura internacional que le ena cada vex menos favorable, las rebeliones no afectaron la continuidad del lazo colonial. Asi, para Bonilla (en el prélogo a Spalding, 1974: 17), ellas fueron contra el “extranjcro”, enemigo definido en términos culcurales, no de origen, » cargadas de ambigiiedad: “revolucionarias” en tanto procuraron romper el pacto colonial; “profundamente conservadoras, incluso reaccionarias, por st esteuet Fy su proyecto”, en tanto nunea discutieron la naruraleza del orden colonial interno. El historiador francés Pierre Chaunu (1973: 15) fue atin mas lejos: la rebelidn de Condorcanqui-Amaru terming siendo “una de las causas esenciales dela lealead del Perd, en vivo contraste con el compromisa pacriora de Venezucls y la ambigitedad fundamental de México” y solo “por una verdadera abertacién’ se la puede incluir entre los movimientos precursores de la independencia. A su ‘urno, el historiador inglés fohn Fisher (2000) sostavo una hipotesis divergence: los levancamientos de 1780-1782, en particular ol de Tupag Amaru Tl, y luego, mas atin, el de 1814, fueron rebeliones ancicentralistas ditigidas mucho més contra el poder de Lima que conera el de Esp: Scarlett O'Phelan (1988) ha llamado la atencidn sobre el earicter dinimico aque tuvieron las luchas sociales en ef mundo andina durante el siglo xvi. Para sta historiadora, la larga conllictividad debe analizarse en términos de coyun tras, de las cuales ha derectado tres: 1726-1737; 1751-1756, desde 1777 en adelante. En la tercera, lo que acelers el contlicto fie la aplicacidn de las reformas, borbénicas por parte del visitador José Antonio de Areche. Fueron particular- mente las medidas fiscales lis que, por el increment de la carga tibutaria sobre {a produccién y el comercio, afectaron a la mayoria de la sociedad. También des tempenié su papel la creacién del Virreinato del Rio de la Plata, el cual intcodujo fronteras comerciales donde antes no las habia, lo que, empet ppara que la rebelién se extendiera por el Bajo y el Alto Pert 10 fue obsiculo LA DOMINACION COLONIAL: LAS BASES DE LARGAS LINEAS.... | 149 ‘OPhelan considera erréneo caracterizar los levantamientos del siglo xvut andino solo como rebelioner indigenas, toda ver que, como su libro demuestra, ‘ila primera y en la cercera de las coyuncuras, las mas importantes, hubo par- fiipacion y profundo compromiso de mestizos y criollos. Asimismo, aunque Iadirigencia estuvo compucsta basicamente por mestizos, kurakas (es deci, ba ate indigena) y curascriollos, la presencia de las masas indigenas fue “pese ast ‘aricrer marginal en la eGpula dirigente— decisiva, pucs “sin ella, las rebeliones fo hubieran ocurrido”. Kurakas y curas demostraron habilidad para “movilizar los indigenas desde sus respectivas posiciones de autoridad secular yespiritual (Phelan, 1988: 293). Lina historadora a detacado eros dos rags: 1) la porns de lazos de parentesco en la organizacién, no solo de las revuelas locales, sino ocbtn de hs ns amplas cbs 2) el papel menos sigicnve del dx ‘contento agrario en esos levantamientos, a su juicio explicable por el caricter indistineo que cuvieron los problemas agratis y ls fiscales, logrando estos opa- cara los primeros (O'Phelan, 1988: 294), Para Lynch (2003: 45), la insurreecién indigena andina, con una “ideologia reoinca y de renacimiento cultural”, fue “mas radical que los movimiencos sus- citados por los criollos", tal como lo mueseran los ataques al trabajo forzado, los brajes, los repartos y la esclavitud, los cuales terminaron generando la reaccién concraria de los grupos criollos. ‘Assa turno, Nelson Manrique (2003: 352) encuentra dos Factores derermi- nantes dela derrota indigenas 1) (lla incompatibilidad entre el programa cedrico dela dirigencia indigena (multiracial y pluriclasista) y el programa prictico dela smovilizacin de los “indios del comin’ (éeico y racial)”, y 2) el posicionamiento contrario a la rebelin de oteosjefesindigenas, tal como habia ocurrido durante fa conquista espariola, y lucgo también durante las guertas de independencia. No han faltado entce los historiadores las hipotesis que asignan a la Gran Rebelién ~“una revolucidn” prefera lamarla Alberto Flores Galindo (1993)—una intencién independentista, Boleslao Lewin (1987: 101) considers la rebelién de ‘Tupaq Amatu “uno de los jalones mas importantes en el camino hacia la indepen: dencia de Hispanoamérica”. Fsa condicién de precursora ya habia sido expucsta por el célebre historiador peruano Carlos Daniel Valeitcel. También se ha soste~ ido que la participacidn de los indigenas campesinos en este tipo de acciones de resistencia estuvo mis igada a a stistace a de una necesidad urgente sen otro plano, a la comunién con valores milenaristas 0 mesiénicos. Dentro del amplio repertorio de explicaciones cinterpretaciones propuesta, es bien interesante la sofisticada hipétesis de Xavier Albé, elaborada cruzando dos variables que expresan sendas diadas contradictorias: |) criollos/mestizos zenus espafoles; 2) indigenas versus no indigenas 0, lo que es igual, explocados tersus explotadores. Albé sostiene que en la formacién social andina del tiempo de las sublevaciones existian esas dos contradicciones fundamentaes, endo la 150) W. ANSALDI ¥ V. GIORDANO primera expresién de una linea que sugitié llamar nacionalista, que desemboos cn la independencia, y la segunda, una linea de corte énico. Pero si se inttoduce tuna tercera variable, la clase, distinguiendo entre quienes vivian de su trabajo y quienes lo hacian de ajeno, la situacién se complica: es que, no solo habia 1) “una indiscutible clase alta” conscituida por “los espaioles de la eipula” que detentaba el control global de la economia, sino también: 2) una clase media que viviaigualmence del trabsjo ajeno, directa o indirectamente, ala eual pertenecia la gran mayoria (mas no todos) de los crollos y mestizos, y 3) un signiFicativo sector de kuratas, sci integrante de esta clase (Alb deja afore ney sas orm enor inporaicla olsun de ble vacién). De este modo, “la conttadiccién casista fundamental cruzaba los grupos sociales de una tereera manera distinta” (Alb6, 1984: 80) ae En el desarrollo del conflicto, esas conttadicciones oftecieron, en tanto clave de la sublevacidn, tres alanzas distinas: 1) crillos (sobre todo comerciantss) ‘que buscaron el apoyo de los indigenas (casos de Oruro y Tupiza, tal ver en ‘otros lugares), pero, cuando lo obruvicton y los observacon llenando las calles, se anurtaon eminaon jon a bs edpsles, Ee dec, "eps no hes In contadicin Enis” (epaolesycrells vena ndigenat, snlleacin abel de mies amputated pn agar salou 2 fava cus buscar apy eiolo-mesno eta qu nets Topag Asian yt snlag roe a pleats Smet tone steer pad spre Gs uo: Al dirs cp ete te uaa oe Stes Sondcones de levees de the ne cenanionts wungaais per sfc pegs sr vcore icdy Maes tng tos ys equal apyates, coer oe obo il acto dee Aig de sablsacin, Hara aymara Toms Karri, No buscabin semen dellberadimenc ol apiyo de los ellos 6 extn, pre lo deechaben& sa peecans bs 2 una posiién de cls" bienprimd el conenidafelco“y con aperaia de cgi Albs, esta tercera posicidn era "la mis cercana principio a aquellos individuos (no grupos sociales) de otros sectores y clases [ou] dispuestos a apoyar” (Albs, 1984: 81-86), Cabe sefialar ~con Albé~el fundamental papel desempefiado por las mujeres ‘quechuas yaymaras en toda la sublevacion ‘casos se destacaron notoriamente: las ya citadas Micaela Bastidas y Bartolina Sisa, y cambién Gregoria Apaza, hermana de Juliin (Tupaq Kacari), y Tomas Tita Condemaita, célebte por defender heroicamente un pueate con un grupo exclusivamente femenine. Un corolario de la gran rebelién andina fue el reforzamiento del miedo como componente de la vida eotidiana, incluida la politica. Fue primero el miedo de ‘espatioles y criollos al potencial disruptivo de los indigenas, que la rebelién con: virei6 en acto, y tas su derrora, el miedo de los indigenas a alzarse otra vez contra cel poder del rey. El miedo de “los de arriba” genera represion; el miedo de “los de incluso ejerciendo liderazgo. Algunos LA DOMINACION COLONIAL: LAS BASES DE LARGAS LINEAS.... | 151 { lo comprobaron jo", parilisis. Los cjércitoslibertadores de Pent y el Alto Pe a al respecto: “La step nos mis ade Monique (2003: 352) es muy’ enti rin ayer se moscaria a adelante mix dspuesaaWegar aun arreglo aera qu a corter el es de abi el cauce a una moviliacién ind jc puieadeserbocaren uns nucta ‘gota de asta saan com ots ctacterisias, ln Corona tambien enconec obstculs anos neato reformistas en Nueva Granada, evando puso en marcha un plan son ral rennet dea produc dl agar, elec yf ree Eat simade ala pest fiscal ya aumento de previs de consumo ado, provocd una tuacin de dcontent que no evo ls diensio- se ert pean, pero que fd una ela profanda en f laiSn to ala mtrdpoliy la colonia’ Signiicnivamente, dexpués del levanaiento eo acopranadine de 178, la Corona devi de a creain de na inten ama ce tenor (Halperin Donghi 1985: 61. Los etoloseneaberaron ser elon que Lynch considera proto dela rebelion colonial en provesta eral nuevas poles fcal y de nombrasintos del reformismo Borbsn, juvieron ausentes la asuncidn de los agravios contra mestizos € aunque n0 indigenas. Fl apoyo de las clases populates. argumenta el historiador britinico, increments el peso numérico de la protest y, al mismo tiempo, asust tanto 2 has auroridades como a los criollos, que se amedrentaron y cesaron la lucha. No facun hecho excepeional sino “un modelo caracerstco” dela protesca crolla de Fine dl siglo xvii las revuclas eran ancireeformistas,anifiscales y contra cic tor abusos y, para los crollos, “no debian ser otra cost: se producian dentro del ‘nden colonial y no ponian en rela de juicio el orden social” (Lynch, 2003: 45), También suele itarse como un antecedente importante en la lucha coners Ia dominacidn colonial espafoa la revudla encabezada por el platero mestizo cochabambino Alejo Calatayud. Como en otros casos el detonante fue la pesada Carga tibutara impuesta por la Corona sobre indigenas y mestizos mediance la ontrbucin territorial ye reparco de mereaderias. Fl levantamiento ocurri en 1730 ylevantaron la consigna“;Abajo los Guampos ;Muera el mal Gobierno!” \Vievima de una celadaurdid por otros erillos,Calatayud ~a quien suce Hamie~ sele el primer insurgente y procomartir de la independencia~ fue apressdo por 37. La rebeidn de los comuneros de Nueva Granada comené con reaccio hes populares conta la aplicacién de las roformas borbonicas en materia fied cuyo grado do exaccion fue conaiderado sxeesivo. La consigna de lo> rebelde: ora "Viva ei Rey! Abajo el mal Gobierno!” . También en este caso lo epresian dl pore colonial ue brutal. Eljete comunero neogranadine Joss ‘antonio Gotin, un mestizo. fue ahorcado. 38. Guampos, chapetones. cotenses, gachupines, godos.y en el munclo anci ho pucdcunco fen avechva: pescuezo colerado). fueron algunas de kas tontas denominacianes empleados por los ctiolos ~con desprecio- para: Taterrse a lor espaniolesy. cuando los guertas Ge Independencia, también a los amenicanos leaes al ey. 1521 W. ANSALDI Y V, GIORDANO las auroridades y ejecutado mediante aplicacién del garrot, y luego su cue fie descuartizado, i a ee En las sociedades de planacin esclavista dominadas por las Coronas the. ricas, las reformas borbsnicas y pombalinas no hicieron mas que acentuar tna contradiccin mucho mis evidente que en ol caso de las sociedades de hacienda puesto que los exlavos ern piezs de comerco no sujetox de dominacisn coms los indigenas. Ante el descenso demogrifico, entre otras cosas provocado por ta cazay la esclavitud de aborigenes destinados al trabajo intensivo y el serve cio doméstico, hacia 1520 se decidié la imporeactn de exclavos africans. Las sewueltas comenzaron bien pronto: en 1522, en Santo Domingo; en 1529, en Santa Marta (Colombia) y en 1531, en Panamé. En 1537, acuctis to mismo cn la ciudad de México, sucedida lucgo por otras dos revucltas hacia 1540, En Brasil, en 1580 aparecieron los primeros quilombor el mas importante fue el de Palmares durante el siglo xv. Los esclavos tambin pariciparon de revue en ef contexto de centealiza-

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