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Clínica y Salud

ISSN: 1130-5274
clin-salud@cop.es
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid
España

GODOY-IZQUIERDO, D.; GODOY, J. F.


La personalidad resistente: Una revisión de la conceptualización e investigación sobre la dureza
Clínica y Salud, vol. 13, núm. 2, 2002, pp. 135-162
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid
Madrid, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=180618085001

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Clínica y Salud, 2002, vol. 13 n°. 2 - Págs. 135-162

ARTICULOS
La personalidad resistente: Una
revisión de la conceptualización e
investigación sobre la dureza
The hardy personality: a review of
hardiness conceptualization
and research

D. GODOY-IZQUIERDO 1

J. F. GODOY 1

RESUMEN

Se presenta una revisión de la formulación teórica de un constructo de per -


sonalidad, la personalidad resistente o dureza (Kobasa, 1979a, 1979b), pro -
puesto como un recurso de resistencia y protección de la salud física y mental
en virtud de su efecto amortiguador, mitigador o anulador de las consecuen -
cias nocivas del estrés sobre el individuo. Asimismo, se presenta gran parte
de los resultados de la investigación sobre la relación entre este constructo y
la salud/enfermedad. El trabajo concluye con dos sugerencias fundamentales
a tomar en cuenta en la investigación en torno a la dureza: la utilización de la
estrategia estadística de la Obtención de Modelos mediante Ecuaciones
Estructurales (Structural Equation Modeling) y la determinación del papel de la
dimensión de desafío respecto a la estructura de la personalidad resistente y
a sus efectos sobre la asociación estrés-salud/enfermedad.

1 Depto. de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico. Facultad de Psicología. Universi-

dad de Granada.
Dirigir la correspondencia a Débora Godoy-Izquierdo. Depto. de Personalidad, Evaluación y Trata-
miento Psicológico. Facultad de Psicología. Universidad de Granada. Campus Universitario de Cartu-
ja. C.P. 18071. Granada, España. E-mail: deborag@ugr.es
Este trabajo ha sido financiado en parte con la ayuda de la Junta de Andalucía al grupo de investiga-
ción “Medicina Conductual/Psicología de la Salud” (CTS-0267). Los autores agradecen a los revisores
anónimos de la revista sus comentarios y sugerencias para la mejora de la versión final de este trabajo.

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La personalidad resistente: una revisión de la conceptualización e investigación sobre la dureza

ABSTRACT

This paper reviews the conceptualization of a personality construct, the


hardy personality or hardiness (Kobasa, 1979a, 1979b), suggested as a pro -
tection resource, both for physical and the mental health thanks to its buffe -
ring effect against stress. Also, evidence about relationship between this
construct and the health/illness is presented. Finally, a couple of recommen -
dations are given concerning research on hardiness, the use of structural
equation models and the need of determining the role of the challenge
dimension in the hardy personality and its effects on the stress-health/illness
relationship.

PALABRAS CLAVE

Personalidad resistente; dureza; estrés-enfermedad; salud.

KEY WORDS

Hardy personality; hardiness; stress-illness; health.

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D. Godoy-Izquierdo y J. F. Godoy

INTRODUCCIÓN LA PERSONALIDAD
RESISTENTE
Una vez demostrado el papel
del estrés como factor mediador El modelo de la Personalidad
en la predisposición, precipitación Resistente
o exacerbación de la enfermedad,
los investigadores en el campo de El constructo de la dureza, resis-
la sa lud c omenzaron a busca r tencia o personalidad resistente, fue
características biopsicosociales propuesto por Kobasa, Maddi y su
que pudieran, a su vez, moderar grupo de colaboradores a finales de
esta re lación actu ando como la década de 1970 y principios de la
recursos de protección o resisten- siguiente (Kobasa, 1977, 1979a,
cia ante el mismo. 1979b, 1982a; Kobasa et al., 1979;
Kobasa et al., 1981; Kobasa, Maddi
U n con si der abl e nú mero de y Kahn, 1982; Kobasa, Maddi y Puc-
variables, de naturaleza muy dis- cetti, 1982; Maddi y Kobasa, 1981,
tinta, que actúan eficazmente en 1984; Ouellette-Kobasa y Puccetti,
la protección y promoción de la 1983) para explicar los resultados de
salud, aún en circunstancias de diversas investigaciones en el marco
estrés, han sido planteadas en la de la salud, el estrés y la enferme-
literatura, entre ellas constru c t o s dad, incluidas las desarrolladas por
de personalidad. Entre éstos se ellos mismos, en las que algunas
encuentra la dureza o hardiness (o personas sufrían alteraciones en su
personalidad resistente o h a rd y estado de salud, tanto a nivel físico
personality) (Kobasa, 1977, 1979a, como psicológico, bajo condiciones
1979b, 1982a; Kobasa, Hilker y de alto estrés mientras otras, some-
Maddi, 1979; Kobasa, Maddi y tidas a las mismas circunstancias,
Courington, 1981; Kobasa, Maddi permanecían sanas.
y Kahn, 1982). En este trabajo
queremos hacer una revisión de la Este constructo surgió de la inte-
conceptualización teórica e inves- gración de varios conceptos teóri-
ti gac ión re al izada sob re es te cos y empíricos básicamente deriva-
c o n s t ructo de personalidad que dos de la Psicología Existencial y las
se ha mostrado como un factor de teorías existencialistas de la perso-
protección de la salud en esas cir- nalidad (Maddi, 1975; Kobasa y
cunstancias de estrés re l a c i o n a- Maddi, 1977) y las teorías psicoso-
das con la aparición y/o evolución ciales sobre el estrés más actuales
de enfermedad. en aquel momento, fundamental-
mente los modelos sobre el estrés (y
la enfermedad) de Antonovsky
(1974, 1979), Averill (1973), Selye

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(1956), Mischel (1968, 1973), Laza- cen a su alrededor, olvidándose, en


rus (1966) y Moss (1973). Desde la gran medida, de las posibilidades
Psicología Existencialista, los dos de iniciativa y resistencia del hom-
postulados más relevantes en la bre en su cara a cara con las situa-
conceptualización de la dureza son ciones y acontecimientos incluso
los siguientes: a) la personalidad se más aversivos. Teniendo en cuenta
construye activamente a través de además la noción central introduci-
procesos dinámicos; y b) aunque la da por algunas de estas teorías de
vida es estresante porque está la transacción individuo-ambiente
constantemente cambiando, las en la definición del estrés, según la
personas pueden transformar este cual los acontecimientos vitales
estrés introducido por el riesgo y el pueden conceptualizarse como
cambio en oportunidades de desa- comp onentes del ambiente en
rrollo y crecimiento personal (Koba- necesaria interrelación con predis-
sa, 1979a, 1979b, 1982a). posiciones personales para pensar,
sentir y actuar de un modo particu-
La mayoría de las teorías psico- lar (Lazarus, 1966; Mischel, 1968;
sociales del estrés existentes en Lazarus y Lounier, 1978), el interés
esos momentos, y en especial el de Kobasa y su equipo se centró
modelo de Holmes y Masuda en determinar las características
(1974) y Holmes y Rahe (1967) y individuales, en concreto de perso-
las estrategias de evaluación deri- nalidad, que generan resistencia y
vadas, contaban, a juicio de Koba- protección del individuo al estrés
sa (1979b), con importantes limita- en la interacción individuo-medio.
ciones. En primer lugar, ignoraban Según Kobasa, la determ i n a c i ó n
las diferencias individuales en la de las características individuales
respuesta al estrés: por una parte, que contribuyen a mantener a las
no explicaban de forma integral y personas sanas bajo situaciones
adecuada las relacion es entre de estrés ayudaría a entender las
acontecimientos vitales estresan- bases del desarrollo y del bienestar
tes y enfermedad, y, por otra, aún humano, y permitiría incrementar-
explicaban menos, los mecanis- los a través de la modificación de
mos de resistencia que poseían las esas variables personales, algo
personas que no enfermaban en más fácil que la modificación de
situaciones de estrés elevado. Y, los acontecimientos vitales, la
en segundo lugar, partían de una mayoría de los cuales son comple-
concepción del ser humano como tamente impredecibles e inaltera-
meramente receptivo, víctima, y de bles. Y, más interesante, porq u e
su conducta como pasiva y reacti- e n t renando a las personas para
va, ante los cambios que aconte- hacerlas resistentes al estrés “no

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tendrían que evitar el estrés nunca so de resistencia frente a la enfer-


más por miedo a enfermar” por medad.
causa de éste (Kobasa, Maddi y
Kahn, 1982, p. 176). Como proponen Kobasa, Maddi
y sus colaboradores (Kobasa,
En sus primeras investigaciones, 1979a, 1979b; Kobasa et al., 1981;
Kobasa y su grupo de colaborado- Kobasa, Maddi y Kahn, 1982) este
res (Kobasa, 1977, 1979a, 1979b; factor protector podría actuar junto
K o b a s a e t al., 1981; Kobasa, con otras variables mediadoras
Maddi y Kahn, 1982; Kob asa, biológicas (p.e. pre d i s p o s i c i ó n
Maddi y Puccetti, 1982) encontra- fisiológica, recursos de protección
ron que “los individuos sometidos biológica, historia familiar de salud,
a altos niveles de estrés que desa- estado de salud), psicológicas (p.e.
rrollaban posteriormente enferme- otros constructos de personalidad,
dades y alteraciones psicosomáti- experiencias de aprendizaje tem-
cas se distinguían de aquéllos que pranas, estilos de vida y hábitos
permanecían sanos bajo las mis- saludables) y socioambientales
mas circunstancias de estrés en la (p.e. relaciones interpersonales,
e s t ructur a de la personalidad” apoyo social y recursos sociales)
(Kobasa, 1979b, p. 3). En concreto, que actuarían también como recur-
Kobasa (1979b) encontró que los sos de resistencia para anular o
individuos que sufrían altos niveles mitigar el impacto negativo del
de estrés pero no desarro l l a b a n estrés sobre el individuo.
enfermedades físicas y/o psicológi-
ca s com o consecuencia eran La dureza sería “una constela-
aquéllos que mostraban altos nive- ción de características de persona-
les de dureza. Por contra, las per- lidad” aprendidas en las etapas
sonas con altos niveles de estrés más tempranas de la vida a partir
que posteriormente padecían tras- de la vivencia de ex periencias
tornos psicosomáticos eran aqué- ricas, variadas y re f o rzadas en
llos con una dureza baja. Así pues, estos momentos (Maddi y Kobasa,
concluyeron, la personalidad resis- 1984; Maddi, 1988) (y no un rasgo
tente hace menos probable la apa- i n h e rente y estático), “que actúa
rición de trastornos somáticos y/o como un recurso unitario de resis-
psicológicos asociados al estrés tencia frente a los eventos vitales
en situaciones de elevada tensión. e s t resantes” (Kobasa, Maddi y
La dureza se propone así como un Kahn, 1982, p. 169), en el sentido
constructo de personalidad media- de que, como proponen Maddi y
dor en la relación estrés-enferme- Khoshaba (1994), transforma a
dad protector de la salud, un recur- éstos en experiencias personales

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La personalidad resistente: una revisión de la conceptualización e investigación sobre la dureza

de desarrollo y crecimiento, en vez sobre la salud en cualquiera de sus


de resultar amenazantes y debili- dimensiones.
tantes. Las disposiciones de per-
sonalidad que caracterizan al estilo El componente compro m i s o
de funcionamiento resistente al (Kobasa, 1979a, 1979b, 1982a;
estrés de la personalidad resistente Kobasa et al., 1981; Kobasa, Maddi
son (Kobasa, 1977, 1979a, 1979b, y Kahn, 1982) hace referencia a la
1982a; Kobasa et al., 1979; Koba- tendencia a implicarse plenamente
s a et al., 1981; Maddi y Kobasa, o comprometerse en todas las acti-
1981, 1984; Kobasa, Maddi y vidades que uno lleva a cabo en las
Kahn, 1982; Ouellette-Kobasa y diversas áreas de la vida: trabajo,
Puccetti, 1983): compromiso (com - instituciones sociales, re l a c i o n e s
mitment), control (control) y desafío interpersonales, familia y uno
(c h a l l e n g e). La combinación de mismo. Esta actitud de compromi-
altos niveles de estos tres compo- so hace que la persona convierta
nentes es lo que daría lugar a la todo lo que hace en algo interesan-
d u reza, y, juntos, compro m i s o , te e importante para ella. El com-
control y desafío suponen positivi- promiso generalizado con todo lo
dad y resistencia en la realización que uno hace en los difere n t e s
de y en la respuesta a las activida- ámbitos de la vida se relaciona con
des y responsabilidades cotidia- un estilo de identificación con y de
nas. Hacen así a la persona más encontrar sentido a todos los even-
resistente al estrés y a sus efectos tos, personas y cosas del ambiente
negativos sobre la salud en virtud que rodea a la persona, así como
de, como veremos más adelante, con un sistema de creencias que
el estilo especial que genera de minimiza la amenaza percibida de
procesamiento e interpretación de cualquier suceso vital estresante y
los eventos estresantes, así como le previene de renunciar o darse
de afrontamiento y solución de los por vencido bajo situaciones de
mismos y a las demandas de la gran presión. Este sentimiento de
situación. Un estilo eficaz, funcio- compromiso se refiere, además, a
nal y competente que asegura ade- un compromiso social, en el senti-
más la reducción del uso de estra- do de poseer la habilidad de recu-
tegias de evaluación y afro n t a- rrir a los demás en momentos de
miento del estrés ineficaces o ina- necesidad de ayuda, apoyo o rea-
decuadas. Este estilo especial de juste personal. Aunque es el com-
funcionamiento reduce o anula p romiso en todas las áreas de la
completamente su impacto negati- vida lo que mitiga el impacto nega-
vo sobre la persona y, así, el efecto tivo del estrés sobre la persona, el
nocivo de sus consecue ncias c o m p romiso con uno mismo e s

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especialmente importante, propo- cunstancias”. Por tanto, el concep-


niéndose como la principal fuente to de control se refiere a la tenden-
de resistencia en la relación estrés- cia a pensar y a actuar con la con-
e n f e rmedad: “La habilidad para vicción de la influencia personal
reconocer los valores, metas y prio- sobre el curso de los acontecimien-
ridades personales y la interpreta- tos. El concepto de control incluye
ción de la propia capacidad para tres componentes (Kobasa, 1979b,
establecer el compromiso y tomar p. 3): “a) control cognitivo, o habili-
decisiones” (Kobasa, 1979b, p. 4) dad para interpre t a r, valorar, dar
proporciona una manera muy salu- significado e incorporar varios tipos
dable de evaluar la situación, los de eventos estresantes en un plan
cambios que introduce y las nuevas continuo de vida y actuar en conse-
demandas que plantea, así como la cuencia con ello, así como de
necesidad de reajuste y readapta- desactivar sus efectos negativos; b)
ción. Y, como consecuencia, des- control decisional, o capacidad de
pués de evaluar los recursos de elegir autónomamente entre una
enfrentamiento y solución de que gran variedad de posibilidades de
dispone la persona (personales, acción para manejar el estrés; y c)
ambientales, sociales) y su poten- habilidades de afrontamiento, refe-
cia, de enfrentarse a ello de una ridas a un gran repertorio de res-
manera eficaz y competente. puestas apropiadas al estrés desa-
rrolladas a través de una motiva-
El componente de control (Koba- ción característica para el éxito en
sa, 1979a, 1979b, 1982a; Kobasa todas las situaciones”. El senti-
et al., 1981; Kobasa, Maddi y Kahn, miento de control sobre lo que uno
1982) se refiere al sentimiento de vive intensifica la resistencia al
controlabilidad o influencia perso- estrés a través de un aumento en la
nal en los acontecimientos que uno p robabilidad de experimentar los
experimenta en su vida. Ello no sig- acontecimientos que tienen lugar
nifica que uno ejerza una completa como si éstos fueran una conse-
d e t e rminación sobre todos los cuencia natural y predecible de las
acontecimientos que tienen lugar y acciones desarrolladas por uno
sus consecuencias, sino, más bien, mismo, en vez de externos, inespe-
que las personas, mediante su rados y arrolladores. Como conse-
e s f u e rzo activo, ejercen una cuencia, la persona pondrá en mar-
influencia definitiva en el curso de cha acciones encaminadas a inte-
su vida a través de su conocimien- grar los acontecimientos en un plan
to, habilidades, decisiones y elec- de vida continuo, y, por tanto, los
ciones, en vez de ser meros agen- hará menos negativos, así como
tes pasivos o “víctimas de las cir- desarrollará una amplia diversidad

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La personalidad resistente: una revisión de la conceptualización e investigación sobre la dureza

de estrategias de afrontamiento al de reto es la presunción de que la


estrés que podrá poner en práctica satisfacción o realización personal
incluso en las circunstancias más se basa en un continuo crecimiento
aversivas. a través de lo que uno aprende a
partir de su experiencia, y no en un
El componente de reto o desafío confort fácil de seguridad y rutina.
(Kobasa, 1979a, 1979b, 1982a; De esta forma, la interpretación de
Kobasa et al., 1981; Kobasa, Maddi todo lo que ocurre en nuestras
y Kahn, 1982) se refiere a la creen- vidas, incluido el cambio, como
cia de que es el cambio, y no la algo positivo e interesante de lo
estabilidad, una característica habi- que se puede aprender, como un
tual, importante y necesaria en la desafío cuya resolución nos aporta-
vida, de forma que se reducirá el rá más conocimiento, permitirá a la
impacto negativo de la aparición de persona ser resistente a los efectos
un evento estresante y se amorti- nocivos de experimentar un acon-
guarán así sus consecuencias noci- tecimiento estresante. Este compo-
vas para el individuo si se interpreta nente hace a la persona más abier-
ese cambio como un reto positivo, ta y “flexible cognitiva mente”
como una oportunidad y un incenti- (Kobasa, 1979b, p. 4), pues le per-
vo novedoso para el cre c i m i e n t o mite percibir, interpretar e integrar
personal, y no como alienante, de manera eficaz la amenaza inhe-
aplastante e indeseable por consti- rente a la experimentación de situa-
tuir una amenaza para la pro p i a ciones novedosas, a la vez que le
seguridad. Gracias a esta visión del capacita para enfrentarse a las
cambio como fuente de nuevas e situaciones nuevas de forma gene-
i n t e resantes experiencias en la ral de una manera positiva, efectiva
vida, los esfuerzos del individuo se y provechosa.
centrarán ahora en cómo hacer
f rente de manera eficaz a dicho
cambio para conseguir, a corto y Mecanismos de actuación de la
medio plazo, el reajuste a la nueva personalidad resistente
situación, y, más a la larga, un
aumento del conocimiento sobre Diversas vías han sido postula-
las posibilidades y limitaciones per- das para explicar el efecto media-
sonales y ambientales, y lograr así d o r, protector de la salud, de la
el crecimiento personal y el conoci- d u reza en la asociación estrés-
miento necesarios para enfrentarse enfermedad:
exitosamente a las nuevas expe-
riencias de cambio y readaptación. 1 ) La personalidad re s i s t e n t e
Así pues, la base del componente contribuye a modificar las percep-

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ciones que se tienen de los estímu- mática se han llevado a cabo estu-
los estresantes, haciéndolos, cog- dios de tipo prospectivo (p.e.
nitivamente, menos estresantes, es Banks y Gannon, 1988; Wi e b e ,
decir, menos carentes de significa- 1991), encontrando que, en conso-
do, indeseables y arro l l a d o re s nancia con la hipótesis de Kobasa
(Kobasa, 1979b; Kobasa, Maddi y y sus colaboradores, los individuos
Kahn, 1982). La respue sta de más resistentes hacen interpreta-
estrés queda así reducida, y, en ciones más positivas y menos ame-
consecuencia, la enfermedad aso- nazantes de los estre s o res y, en
ciada. Diversos estudios se han consonancia, muestran respuestas
centrado en el estilo de procesa- afectivas y psicofisiológicas menos
miento de la información de indivi- negativas y disfuncionales, así
duos con altos niveles de dureza, como un nivel mayor de esfuerzo y
encontrándose que estas personas perseverancia y tolerancia a la frus-
tienden a percibir los estímulos tración (p.e. Wiebe, 1991). Parece
estresantes como más positivos y que los responsables de este estilo
controlables que las personas con cognitivo especial son, más con-
bajos niveles de dureza (p.e. Rho- c retamente, los componentes de
dewalt y Agustsdottir, 1984; Wiebe, c o m p romiso y control (Wi e b e ,
1988; Allred y Smith, 1989; Rhode- 1991; Florian, Mikulincer y Ta u b-
walt y Zone, 1989; Roth, Wi e b e , man, 1995).
Fillingim y Shay, 1989; Pagana,
1990; Clark y Hartman, 1996; Nat- 2 ) La personalidad re s i s t e n t e
hawat y Joshi, 1997). Sin embargo, induce a un determinado estilo de
el apoyo experimental a esta hipó- a f rontamiento (Kobasa, Maddi y
tesis proviene, sobre todo, de estu- Kahn, 1982), llamado afrontamien -
dios de tipo retrospectivo, de forma to transform a c i o n a l ( K o b a s a ,
que se hace problemática la inter- 1979a, 1982b; Gentry y Kobasa,
pretación de la direccionalidad de 1984; Maddi y Kobasa, 1984). Una
los resultados. Dado que los indivi- vez que el estímulo estresante ha
duos recuerdan los acontecimien- sido interpretado por la persona
tos una vez que éstos se han pro- como tal, las características de la
ducido, resulta imposible determi- personalidad resistente pueden
nar si realmente es la personalidad moderar sus efectos sobre el orga-
resistente la que altera la percep- nismo facilitando la pue sta en
ción de los acontecimientos, o si el marcha de estrategias de afronta-
estrés producido por éstos hace miento efectivas, competentes y
que el individuo parezca menos adaptativas e inhibiendo el uso de
resistente (Wiebe, 1991; Funk, estrategias poco funcionales (Orr y
1992). Para solucionar esta proble- Westman, 1990; Williams, Wiebe y

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La personalidad resistente: una revisión de la conceptualización e investigación sobre la dureza

Smith, 1992; Parkes, 1994; Solko- la misma, y de afrontamiento, que


vá y Tomanek, 1994). De acuerdo le capacitarían para encontrar
con Kobasa y Maddi, las personas soluciones adecuadas a la situa-
con alta personalidad re s i s t e n t e ci ón estresa nte pro b l e m á t i c a ,
hacen uso del afrontamiento trans - resultados en consonancia con los
f o rm a c i o n a l, es decir, interpre t a n hallados por Williams et al. (1992).
los acontecimientos potencialmen- Shamai (1999) encontró que el
te estresantes como oport u n i d a- componente de compromiso era el
des de aprendizaje y crecimiento más fuertemente relacionado con
personal y, como resultado, inte- la puesta en marcha de estrategias
ractúan con y se enfrentan a ellos de afrontamiento adaptativas en
de forma optimista y activa, incor- una situación de gran estrés per-
porando el manejo de los estímu- sonal y la boral. En di fe re n t e s
los y las estrategias de enfrenta- investigaciones se han encontrado
miento en un plan vital general de c o rrelaciones inversas entre la
desarrollo personal. De esta forma, dureza o alguno de sus tres com-
los acontecimientos estre s a n t e s ponentes y el uso de estrategias
p i e rden parte de su poder estre- de afrontamiento de tipo regresivo
sante. En contraste, los individuos o in efica z (Blane y y Ga nel len,
poco resistentes utilizan el afronta - 199 0; Boyle, Gra p, Younger y
miento regresivo (Kobasa, 1979a, T h o rn b y, 1991; Wi l l i a m s et al.,
1982b; Gentry y Kobasa, 1984; 1992). Asimismo, se han encontra-
Maddi y Kobasa, 1984), consisten- do correlaciones positivas entre
te en l a pu esta en ma rcha de bajos niveles de dureza, evitación
estrategias de evitación y escape y/o separación del estímulo estre-
del acontecimiento estre s a n t e . sante como estrategias de afronta-
Diversos estudios apoyan esta miento al mismo y enfermedad en
hipóte sis. N owac k (1989) ha situaciones de estrés, y altos nive-
encontrado correlaciones positivas les de dureza, estrategias funcio-
e n t re personalidad resistente y nales y positivas de enfrentamien-
estrategias de afrontamiento foca- to al estrés y salud (Bartone, 1989;
lizadas en el problema. Florian et Pierce y Molloy, 1990; Williams et
al. (1995) encontraron correlacio- a l ., 1992), ejerciendo las estrate-
nes directas entre dos componen- gias de afrontamiento eficaces un
tes de la dureza, el compromiso y papel mediador entre la dureza y la
el control, y el uso de estrategias e n f e rmedad /salud, tanto física
eficaces de valoración, que permi- como mental (Williams et al., 1992;
tirían al individuo permanecer en la Florian et al., 1995). Estos resulta-
situación estresante e impedirían dos han sido replicados por otros
la evitación o distanciamiento de a u t o res (p.e. Rhodewalt y Agust-

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dottir, 1984; Pagana, 1990; Shar- fomentar el componente de com-


pley, et al., 1995). promiso.

3) La dureza puede afectar a las 4) La dureza favorece cambios


estrategias de afrontamiento tam- hacia determinados estilos de vida
bién de forma indirecta a través de y hábitos saludables que reducen
su influencia sobre el apoyo social la probabilidad de aparición de la
(Kobasa, Maddi y Kahn, 1982). De e n f e rmedad y aumentan el nivel
a c u e rdo con Maddi y Kobasa de salud del individuo (Kobasa,
(1984), los efectos de la dure z a Mad di y Ka hn, 19 82 ; Ma ddi y
s o b re las estrategias de afro n t a- Ko bas a, 1 984). As í, la dure z a
miento pueden establecerse a tra- podría llevar a implicarse en deter-
vés de la relación entre la dureza y minadas prácticas saludables,
la búsqueda y utilización del apoyo como el ejercicio físico, el descan-
y ayuda que solicitamos a otros y/o so , la di et a co rre cta y el us o
éstos nos ofrecen en situaciones moderado de sustancias (Kobasa,
de presión y grandes demandas (en Maddi y Kahn, 1982). Otros auto-
sí una estrategia de afrontamiento res (Kobasa et al., 1985; Nagy y
tanto a los eventos estre s a n t e s Nix, 1989; Clarke, 1995) han apo-
como al estrés en sí mismo). Aun- yado esta hipótesis, encontrándo-
que no existen estudios específica- se efectos de la dureza sobre la
mente diseñados para comprobar salud tanto directos como indirec-
esta hipótesis, sí se han encontra- tos a tra vés d e l a práct ica de
do relaciones directas entre la dure- h ábi to s sa ludab les (Wi eb e y
za y el apoyo social percibido y el McCallum, 1986). Recientemente,
uso de éste y otros recursos socia- Maddi, Wadhwa y Haier (1996)
les (Ouellette-Kobasa y Puccetti, han encontrado que la dureza pre-
1983; Gentry y Kobasa, 1984; dice el consumo pasado y actual
Kobasa, et al., 1985; Pagana, 1990) de sustancias psicoactivas. Sin
o entre componentes concretos de embargo, existen datos contradic-
la dureza, como el compromiso y el torios en cuanto al ejercicio físico:
reto, y el apoyo social (Ganellen y en algunos estudios se ha encon-
B l a n e y, 1984; Blaney y Ganellen, trado que esta práctica saludable
1990; Boyle et al., 1991; Sharpley no está asociada, al menos direc-
et al., 1995). También es posible la tamente, a la dureza, sino que
relación inversa, esto es, que el ambos ejercen efectos indepen-
apoyo social potencie la personali- dien tes pero aditivos sobre la
dad resistente, como pro p o n e n salud (Kobasa, Maddi y Puccetti,
Oman y Duncan (1995), quienes 1982; Nagy y Nix, 1989; Roth e t
e n c o n t r a ron que éste pare c í a al., 1989; Oman y Duncan, 1995).

CLÍNICA Y SALUD 145


La personalidad resistente: una revisión de la conceptualización e investigación sobre la dureza

5 ) La personalidad re s i s t e n t e (1995) han encontrado que la dure-


e j e rce efectos positivos de tipo za, y más específicamente su
fisiológico (Kobasa, 1979b), dismi- dimensión de control, se relaciona
nuyendo la reactividad psicofisioló- con una disminución en la tasa car-
gica del individuo al estrés, vía la díaca y de su variabilidad tanto
valoración positiva del potencial durante la realización de una tarea
estresor y el afrontamiento eficaz al e s t resante como en reposo. Sin
mismo que implica (Gentry y Koba- embargo, Van Treuren y Hull (1987)
sa, 1984; Kobasa et al., 1985). Esta encontraron altos niveles de con-
hipótesis era consistente con ductancia eléctrica en la piel, altos
n u m e rosos estudios que habían niveles de tasa cardíaca y alta pre-
encontrado que la evaluación posi- sión arterial en las personas con
tiva de los estímulos a los que tiene alta dureza en comparación con las
que enfrentarse el individuo reduce de baja dureza, Allred y Smith
la activación característica de la (1989) hallaron mayores niveles de
respuesta de estrés (Lazarus, et al., presión arterial sistólica durante la
1965; Holmes y Houston, 1974; realización de la tarea experimental
Houston y Holmes, 1974; Bennett y Solková y Sýkora (1995) encontra-
Holmes, 1975). En consonancia, ron que, en algunos individuos, el
Lawler y Smith (1987) encontraron componente de control correlacio-
que, en una muestra de mujeres en naba con mayores niveles de la
las que el componente de control tasa cardíaca y su variabilidad
era el más relacionado con la salud durante la tarea experimental,
(y la enfermedad) (Schmied y Law- resultados que han sido encontra-
ler, 1986), este mismo componente dos también para otros índices psi-
p a recía ser el responsable de su cofisiológicos (Zorrilla, DeRubeis y
menor activación psicofisiológica Redei, 1995). Estos autores expli-
ante el estímulo estresante. Contra- can sus resultados argumentando
da (1989) encontró que la dureza, y que las personas resistentes se
en concreto el componente de enfrentarían a los estímulos estre-
desafío, se asociaba con una reac- santes de forma activa y sería
tividad reducida de la presión arte- necesaria cierta activación psicofi-
rial diastólica, Wiebe (1991) com- siológica para energizar al organis-
probó que en los hombres, a dife- mo y permitir así la puesta en mar-
rencia de las mujeres, en las que la cha de mecanismos de afro n t a-
dureza no parecía mediar la activa- miento activos, en consonancia
ción del organismo, ésta correlacio- con la hipótesis de la activación
naba con una menor tasa cardíaca simpática acompañante a esfuer-
durante la realización de la tare a zos activos de afrontamiento al
experimental. Y Solková y Sýkora estrés planteada en diversos estu-

146 CLÍNICA Y SALUD


D. Godoy-Izquierdo y J. F. Godoy

dios coetáneos (Manuck, et al, estresantes o, incluso, neutros. El


1978; Light y Obrist, 1980; Solo- individuo con personalidad resis-
mon, Holmes y McCaul, 1980; tente ve las situaciones potencial-
Smith, Houston y Stucky, 1985). mente estresantes como interesan-
Otro efecto fisiológico saludable de tes y con significado personal
la dureza frente al estrés, por otra (compromiso), como modificables y
p a rte, pudiera estar re l a c i o n a d o bajo su control (control), y como
con la potenciación de la inmuno- algo normal en la vida y una opor-
competencia, resultado al que han tunidad de cambio y cre c i m i e n t o
llegado diversas investigaciones (desafío), en vez de amenazantes,
(Okun, Zautra y Robinson, 1988; destructivas, negativas, incontrola-
Dillon y Totten, 1989; Wiebe y bles, etc., amortiguando así esta
Williams, 1992). t r a n s f o rmación cognitiva de los
estímulos el impacto de los eventos
Quizás resulta todavía prematuro vitales estresantes. En el nivel de
a la luz de los datos con que conta- actuación, dada la particular per-
mos establecer el/los mecanismo/s cepción e interpretación de los
de actuación, tanto directos como acontecimientos, tales disposicio-
i n d i rectos, por los que la dure z a nes energizan un conjunto de estra-
actúa como un recurso de resisten- tegias de afrontamiento apropiadas
cia al estrés protector de la salud. y eficaces que los hacen todavía
Lo que sí parece claro es que la menos estresantes. El ambiente, el
dureza está constituida por un con- mundo y la vida se han convertido
junto de disposiciones tanto cogni- en algo interesante y satisfactorio,
tivas de evaluación y valoración de lleno de retos que resolver y de
uno mismo y el entorno, como con- posibilidades de autocrecimiento,
ductuales de puesta en marcha de de forma que se han de aprender y
acciones específicas. Como ya poner en marcha recursos, estrate-
plantearan Kobasa, Maddi y Kahn gias y habilidades competentes y
(1982), a nivel cognitivo, estas dis- eficaces para conseguir tales obje-
posiciones constituyen la base para tivos. Se garantiza así no sólo el
experimentar los estímulos de una afrontamiento correcto a los even-
manera part i c u l a r, dotándolos de tos estresantes, sino también el
un significado concreto, a partir de d e s a rrollo personal a partir del
la percepción y evaluación de los aprendizaje continuo de nuevas for-
estímulos o eventos estre s a n t e s mas de enfrentamiento y solución a
como positivos, deseables y con- los obstáculos y problemas de la
trolables, de forma que esta parti- vida diaria. Por ello, las personas
cular forma de interpretar tales estí- con estas disposiciones de perso-
mulos los convierte en menos nalidad poseen una ayuda conside-

CLÍNICA Y SALUD 147


La personalidad resistente: una revisión de la conceptualización e investigación sobre la dureza

rable en la mitigación y anulación actual y futura. Algunas otras inves-


de los efectos nocivos sobre la tigaciones de estos autores sobre
salud asociados al estrés, hacién- la personalidad resistente como un
dose así resistentes a éste y a sus constructo saludable son Kobasa
consecuencias. (1982a, 1982b), Kobasa et al.
(1979), Kobasa, Maddi y Puccetti
(1982), Kobasa, Maddi y Zola
La personalidad resistente (1983), Kobasa et al. (1985), Koba-
y la salud sa, Maddi, Puccetti y Zola (1994),
Ouellette-Kobasa y Puccetti (1983),
Son múltiples las investigaciones Ouellette (1993), Gentry y Kobasa
que relacionan la dureza y la salud, (1984), Maddi (1987, 1999), Maddi y
tanto física como mental, en cir- Khoshaba (1994), Maddi, Kahn y
cunstancias de estrés. Como ya Maddi (1998) y Maddi y Hightower
hemos comentado, en su primer (1999), con poblaciones diversas.
estudio Kobasa (1979b), utilizando Los resultados a los que han llega-
un diseño retrospectivo, encontró do estos autores sobre la dureza
que los ejecutivos sometidos a como un constructo de personali-
altos niveles de estrés que no dad protector de la salud física y
desarrollaban trastornos y enferme- psicológica y del bienestar personal
dades psicosomáticas eran aqué- han sido replicados por otros auto-
llos que mostraban altos niveles de res, tanto en estudios de tipo
dureza, en sus tres componentes. retrospectivo como prospectivo.
P o s t e r i o rmente, Kobasa et al.
(1981) y Kobasa, Maddi y Kahn Algunas investigaciones sobre la
(1982), utilizando un diseño pros- relación entre dureza y salud se han
pectivo, encontraron que tanto la centrado en aspectos concretos de
dureza como la experimentación de la salud física, como la reactividad
eventos vitales estresantes ejercían psicofisiológica, en concreto la
una influencia significativa sobre el reactividad cardiovascular en situa-
padecimiento de enfermedades y ciones de estrés (Van Tre u ren y
alteraciones asociadas al estrés, Hull, 1987; Contrada, 1989; Wiebe,
actuando la primera como un factor 1991; Dane 1992, citado en Solko-
protector y la segunda como una vá y S ýkora, 1995; Solk ová y
variable precipitante, encontrando S ýkora, 1995), la presión art e r i a l
también un efecto de interacción (p.e. Maddi, 1987; Allred y Smith,
entre ambas. En virtud de los resul- 1989; Contrada, 1989) o los niveles
tados de estas investigaciones, se de cortisol en sangre (Zorrilla et al.,
p ropuso la dureza como variable 1995), la potenciación de la inmu-
explicativa y predictora de la salud nocompetencia (Okun et al., 1988;

148 CLÍNICA Y SALUD


D. Godoy-Izquierdo y J. F. Godoy

Dillon y Totten, 1989), el uso de ser- ( Westman, 1990; Maddi y Hess,


vicios de salud (Manning y Fusilier, 1992).
1999), nivel de actividad en la vejez
(Magnani, 1990), calidad de vida y Por otra parte, también se han
adaptación a la enfermedad en realizado estudios en los que se ha
e n f e rmos crónicos (Okun et al. , relacionado la dureza con otras
1988; Pollock, 1989a, 1989b; variables moderadoras en la rela-
Pollock, Christian y Sands, 1990; ción estrés-enfermedad para expli-
Pollock y Duffy, 1990), o el número car sus efectos pro t e c t o res con-
y la severidad de los síntomas físi- juntos en la mitigación de las con-
cos y funcionalidad cuando existe secuencias nocivas del estrés para
enfermedad (Pollock, 1986, 1989a; la salud, tanto física como psicoló-
Okun et al., 1988; Hills y Norwell, gica. Estos estudios utilizan varia-
1991). bles de personalidad, como, entre
otras, el patrón de conducta tipo B
Con respecto a la salud mental, asociado a un perfil de reactividad
también son múltiples las investi- psicofisiológica bajo (Rhodewalt y
gaciones publicadas a nivel de Agustsdottir, 1984; Nowack, 1986;
aspectos concretos, como sínto- Contrada, 1989; Lawler y Sch-
mas depresivos o ansiosos y otros mied, 1992; Sharpley et al., 1995;
síntomas psiquiátricos (Ganellen y Nathawat y Joshi, 1997), dimen-
B l a n e y, 1984; Funk y Houston, siones del modelo de personalidad
1987; Hull, Van Treuren y Vi rn e l l i , de Eysenck (Eysenck y Eysenck,
1987; Rhodewalt y Zone, 1989; 1975), entre ellas Extraversión
D ro ry y Flo rian, 1990; Cl ar k y (Parkes y Rendall, 1988), o del
H a rtman, 1996; Brookings y Bol- modelo de los Cinco Factores de
ton, 1997; Bartone, 1999), síndro- Costa y McCrae (19 85), como
me de burnout (Keane, Ducette y Extraversión, Apertura, Agradabili-
Adler, 1985; McCranie, Lambert y dad y Conciencia (Korotkov y Han-
Lambert, 1987; Rich y Rich, 1987; nah, 1994; Bern a rd, Hutchison,
Topf, 1989; Pierce y Molloy, 1990; Lavin y Pennington, 1996), la auto-
Boyle et al., 1991; Hills y Norwell, est ima (Ber n a rd e t al ., 199 6;
1991; Tarolli-Jager, 1994; Thomp- Compton, Smith, Cornish y Qualls,
son y Wendt, 1995), d i s t re s s psi- 1996), la autoeficacia (Oman y
cológico (Nowack, 1986; Rhode- Dunc an , 1995; Ber n a rd e t al. ,
walt y Zone, 1989; Clark y Hart- 1996), el locus de control (Lawler y
man, 1996), pensamientos intrusi- Sc hm ie d, 19 92; Cla rke, 199 5;
vos (Nowack, 1989), consumo de Oman y Duncan, 1995), el optimis-
drogas (Maddi et al., 1996) o efi- mo (Korotkov y Hannah, 1994;
cacia de la ejecución personal B e rn a rd et al., 1996; Compton et

CLÍNICA Y SALUD 149


La personalidad resistente: una revisión de la conceptualización e investigación sobre la dureza

a l., 1996), el humor (Korotkov y 1991; Oman y Duncan, 1995; Shar-


Hannah, 1994), el sentido de cohe- pley et al., 1995; Nathawat y Ratho-
renci a ( Ant onovsky, 1 987 ) re, 1996; Brookings y Bolton, 1997;
( Williams, 1990; Korotkov y Han- Manning y Fusilier, 1999).
nah, 1994; Compton et al., 1996) y
otras variables de personalidad Por último, también se han inclui-
(Bernard et al., 1996; Compton et do e strategias de valoración y
al., 1996). DeNeve y Cooper (1998) afrontamiento del estrés específi-
han realizado recientemente un cas (Kobasa, 1982b; Rich y Rich,
meta-análisis con 137 variables de 1987; Nowack, 1989, 1991; Paga-
personalidad, incluyendo muchas na, 1990; Boyle et al., 1991;
de las mencionadas previamente, Williams et al., 1992; Parkes, 1994;
concluyendo que, junto con otros Solková y Tomaneck, 1994; Florian
8 constructos, la dureza se ha et al., 1995; Sharpley et al., 1995;
venido mostrando a lo largo de la Benishek y Lopez, 1997; Maddi y
literatura como una variable estre- Hightower, 1999).
chamente asociada al bienestar Sin embargo, pese a haberse
subjetivo. encontrado una asociación positiva
También se han estudiado hábi- entre la personalidad resistente y la
tos conductuales saludables y pre- salud, tanto física como psicológi-
ventivos de la enfermedad (Kobasa, ca, son varios los autores que han
Maddi y Puccetti, 1982; Kobasa et propuesto que los efectos protec-
al., 1985, 1994; Wiebe y McCallum, tores de la dureza no son vía sus
1986; Nagy y Nix, 1989; Nowack, efectos amortiguadores o anulado-
1989, 1991; Clarke, 1995; Oman y res sobre el estrés (efecto media-
Duncan, 1995; Schwirian, Schwi- cional), sino más bien que la pro-
rian y Weiss, 1995; Manning y Fusi- tección de la salud de la personali-
l i e r, 1999) y preocupación por la dad resistente es independiente de
salud (Hannah, 1988). su relación con el estrés, o, incluso,
que la dureza no ejerce ningún
Asimismo, se han estudiado efecto positivo directo sobre la
variables psicosociales, como salud (Ganellen y Blaney, 1984;
apoyo social (Ouellette-Kobasa y Schmied y Lawler, 1986; Wiebe y
Puccetti, 1983; Ganellen y Blaney, McCallum, 1986; Funk y Houston,
1984; Gentry y Kobasa, 1984; 1987; Hull et al., 1987; McCranie et
Kobasa et al., 1985, 1994; Bartone, a l., 1987; Manning, William s y
Ursano, Wright e Ingraham, 1989; Wolfe, 1988; Roth et al., 1989;
Blaney y Ganellen, 1990; Pagana, Williams, 1990; Wiebe, 1991; Funk,
1990; Boyle et al., 1991; Nowack, 1992; Greene y Nowack, 1995;

150 CLÍNICA Y SALUD


D. Godoy-Izquierdo y J. F. Godoy

Benishek y Lopez, 1997; Brookings regla” y se muestra “resistente” en


y Bolton, 1997). su estudio, de forma que son muy
fuertes y serias las críticas que se
han lanzado en contra tanto de la
COMENTARIOS FINALES p ropia conceptualización de la
dureza como de las estrategias de
En este trabajo se ha presentado investigación utilizadas y los resul-
una revisión de la conceptualiza- tados conseguidos.
ción e investigación en torno a un
c o n s t ructo de personalidad, la Sin embargo, hemos presentado
dureza, propuesta como un recurso evidencias que justifican la conve-
de resistencia o protector de la niencia y necesidad de seguir tra-
salud en circunstancias de elevado bajando en este tema, eso sí,
estrés en virtud del estilo especial dando respuestas a las incógnitas
que genera de evaluación e inter- que aún siguen abiertas, solucio-
pretación y afrontamiento del estrés nando los problemas existentes y
y la respuesta afectiva y psicofisio- p rofundizando en lo que ya está
lógica asociada, pero que no se más claramente establecido. Así,
muestra así de forma generalizada Funk y Houston (1987; Funk, 1992)
y evidente a lo largo de los 25 años y Hull et al. (1987) plantean que una
de trabajo que este constructo ha revisión y reconceptualización más
generado (por ejemplo, algunos profunda y crítica acerca de qué es
autores sí han encontrado un efec- realmente la personalidad resisten-
to protector directo de la personali- te y qué características de perso-
dad resistente sobre la salud mien- nalidad engloba, qué característi-
tras otros no; en algunos estudios cas de la dureza, si no toda ella,
se ha encontrado el efecto amorti- son fundamentales como variables
guador de la dureza mediacional p rotectoras y promotoras de la
sobre el estrés, que explicaría su salud, en qué consiste el efecto
efecto protector y de promoción de protector de la personalidad resis-
la salud, mientras que en otros no; tente exactamente y cuál/es es/son
o, incluso, algunos investigadores el/los mecanismo/s de actuación
han encontrado este efecto amorti- de la misma, especialmente en cir-
guador y protector en el caso de la cunstancias de estrés real, deben
salud física pero no psicológica o al empezar a tener respuestas claras
revés, o se han encontrado diferen- y respaldadas con una evidencia
cias en función del género de los empírica obtenida con instrumen-
individuos). Siguie ndo a Funk tos de evaluación adecuados, dise-
(1992), dicho efecto protector pare- ños experimentales correctos y téc-
ce “más una excepción que una nicas de análisis de los datos apro-

CLÍNICA Y SALUD 151


La personalidad resistente: una revisión de la conceptualización e investigación sobre la dureza

piadas, de forma que el cuerpo teó- faceta, incluida la realizada en


rico sea más consistente con los general sobre la dureza, aunque
datos hallados sobre la misma y son útiles en el estudio de los dos
viceversa. primeros efectos, no informan del
efecto interactivo. Hull y cols.
Estamos de acuerdo en que dos (1991) proponen una estrategia
de las principales causas de estas metodológica alternativa más acor-
c o n t roversias se re f i e ren, por un de y útil en el caso de constructos
lado, a los diseños metodológicos multicomponente: La estrategia
y estrategias y técnicas estadísti- basada en la obtención de mode-
cas de análisis utilizadas, tanto en los por ecuaciones estru c t u r a l e s
lo que se refiere a la conveniencia (s t ructural equation modeling,
de utilizar estudios longitudinales SEM), que incluiría muchas de las
prospectivos frente a retrospecti- ventajas de las estrategias tradicio-
vos como en lo referente al uso de nalmente utilizadas (Hull et al. ,
apropiados diseños experimentales 1991, pp. 935-936) con pocas des-
y técnicas de análisis de los resul- ventajas (de hecho, tan sólo la
tados, y, por otro, al comport a- necesidad de saber utilizarla e
miento anómalo que el componen- interpretarla correctamente). Con la
te de desafío viene mostrando a lo SEM, los componentes del cons-
largo de la literatura de forma siste- t ructo son evaluados separada-
má tica. Respecto a la prim era mente pero también se evalúa si se
cuestión, Carver (1989) y Hull, relacionan entre sí porque son
Lehn y Tedlie (1991) proponen que, dimensiones de un constru c t o
en el caso de constructos com- superior global, de forma que per-
puestos por más de un componen- mite estudiar a la vez los efectos
te o dimensión, como es el caso de específicos de los componentes, el
la dureza, interesa estudiar no sólo efecto general –sumativo- de la
el efecto directo de cada una de variable global latente que los une
sus dimensiones componentes y el efecto interactivo –sinérgico-
(efecto específico) y el efecto del de los componentes, además de
constructo global (efecto aditivo), p e rm itir evaluar la bondad del
si no también el efecto q ue de modelo teórico resultante tanto en
forma interactiva tienen los compo- lo referente a la composición de la
nentes de la variable global (efecto variable latente como a los efectos
sinérgico), y, como plantean Hull y predichos sobre la variable depen-
cols. (1991), las estrategias meto- diente de interés (Hull et al., 1991).
dológicas y estadísticas que se Puede comprobarse, y lo recomen-
han utilizado tradicionalmente en la damos, la utilidad de la SEM en un
investigación de constructos multi- i n t e resante análisis realizado por

152 CLÍNICA Y SALUD


D. Godoy-Izquierdo y J. F. Godoy

Hull y cols. (1991) sobre la capaci- dos y a la dureza compuesta. Ade-


dad explicativa y predictiva de la más, se encuentra sistemáticamen-
dureza y sus componentes sobre la te apoyo respecto a la capacidad
aparición de psicopatología afecti- protectora de los componentes de
va. Curiosamente, sin embarg o , c o m p romiso y/o control pero no
utilizando esta estrategia Bro o- para la de desafío (p.e.; Hull et al.,
kings y Bolton (1997), King, King, 1987; Okun et al., 1988; Shepperd y
Fairbank, Keane y Adams (1998) y Kashani, 1991; Williams et al., 1992;
Roth et al. (1989) no han encontra- Florian et al., 1995; Solková y
do el efecto mediador amortigua- Sýkora, 1995; Shamai, 1999; Ghor-
dor del estrés postulado en la teo- bani, Watson y Morris, 2000). Esto
ría de la dureza, aunque sí un efec- ha llevado a diversos investigadores
to directo protector de ésta sobre (Hull et al., 1987; Funk, 1992; Flo-
la salud en el caso de las dos pri- rian et al., 1995) a plantearse si
meras e indirecto, vía la evaluación resulta adecuado incluir este com-
especial positiva de los eventos ponente, al menos tal y como está
e s t resantes o la influencia en la formulado en la teoría de la perso-
o c u rrencia de los mismos, en la nalidad resistente, en el concepto
tercera. global de dureza, y, de forma alter-
nativa o complementaria, evaluarlo
En segundo lugar, nos hemos tal y como se está haciendo hasta
referido el comportamiento anómalo este momento. De hecho, numero-
que el componente de desafío pre- sos autores (Funk y Houston, 1987;
senta de forma consistente en la Hull et al., 1987; Orr y We s t m a n ,
investigación sobre dureza, mos- 1990; Funk, 1992) se cuestionan si
trando en todos los estudios los la dureza ha de ser tratada como un
índices más bajos tanto de fiabili- constructo unidimensional o unita-
dad de la subescala en todos los rio, es decir, un conjunto de carac-
instrumentos de evaluación de este terísticas de la personalidad -con-
constructo como de correlaciones t rol, compromiso y desafío-, que
con los otros dos componentes y unidas darían lugar a una poderosa
con la dureza total, así como meno- arma protectora de la salud, o si,
res asociaciones con las variables por el contrario, ha de ser conside-
resultado utilizadas. Así, en algunas rada como un concepto multidi-
investigaciones (Hull et al., 1987) se mensional, entendiendo por tal tres
ha mostrado como no relacionado cualidades diferentes -control, com-
con las otras dos dimensiones de la promiso y desafío-, cada una de las
dureza e incluso (Hull et al., 1987; cuales ejerce su efecto específico e
Shepperd y Kashani, 1991) como independiente, aunque aditivo,
negativamente asociado a los otros sobre la protección de la salud, a

CLÍNICA Y SALUD 153


La personalidad resistente: una revisión de la conceptualización e investigación sobre la dureza

través de un mecanismo de actua- medida desarrollados para la eva-


ción único para cada una de ellas. luación de la personalidad resistente
(puede consultarse Hull y cols.,
Ante la problemática que este 1987; Funk y Houston, 1987; Funk,
componente genera tres son las 1992; Peñacova y Moreno, 1998)
cuestiones que se plantean de han mejorado en gran medida la
forma inmediata: cuestión del comportamiento anó-
malo de este componente debido a
— O bien el componente de
que lo evalúan de una manera más
reto es un componente importante
adecuada que instrumentos anterio-
en la estructura de la personalidad
res, esta cuestión no está resuelta
resistente y los efectos sobre la
completamente, y dicho componen-
salud de ésta, pero no se muestra
te sigue mostrando en general
así en la literatura porque no está
menores valores de fiabilidad y aso-
siendo correctamente evaluado
ciación con el resto de los compo-
(Hull et al., 1987).
nentes y con la dureza global; y si
— o n o se e stá e studi ando de un concepto unitario se tratara,
c o rrectamente su papel sobre la estas asociaciones y los resultados
salud porque no se están inclu- de los análisis factoriales deberían
ye ndo en las i nv es tig acion es evidenciar dicha naturaleza unitaria.
aspectos que están re a l m e n t e En Godoy-Izquierdo y Godoy (en
relacionados con esta dimensión y p rensa) pueden consultarse los
que pudieran explicar su efecto resultados de un estudio sobre las
mediacional (Williams et al., 1992), características psicométricas de una
versión española de la PVS desarro-
— o bien es necesario excluir a llada por los autores de dicho traba-
dicho componente definitivamente jo, en el que, si bien este compo-
del constructo superior dure z a nente muestra unos aceptables índi-
porque, realmente, no es un com- ces de fiabilidad y asociación con el
ponente importante dentro de ésta resto de los componentes y con la
(Hull et al., 1987) (aunque pudiera d u reza en general, éstos son los
serlo de forma aislada). más bajos de todos, confirmando
así en gran medida la problemática
Respecto a la primera posibilidad, asociada al componente de desafío.
si bien las llamadas escalas de ter - Existe la posibilidad de que la utili-
cera generación (Personal Vi e w s zación de instrumentos alternativos
Survey, PVS, del Hardiness Institute, que incluyan indicadores más acer-
1985; Dispositional Resilience Scale, tados para la evaluación de dicho
DRS, de Bartone et al., 1989) (para componente resuelva esta cuestión
una revisión de los instrumentos de de manera definitiva.

154 CLÍNICA Y SALUD


D. Godoy-Izquierdo y J. F. Godoy

Respecto a la segunda posibili- incluir en las investigaciones


dad, y teniendo en cuenta la inade- aspectos o procesos que pudieran
cuación en la medida de este com- estar asociados a este componen-
ponente, es posible que no se esté te, y, en virtud de los resultados,
estudiando correctamente el efecto continuar con la investigación en
del componente de reto al no incluir este sentido o no.
en los estudios variables depen-
dientes con él relacionadas. Una Si ni los resultados respecto a las
manera de comprobar el papel real p ropiedades psicométricas del
de este componente dentro de la componente de desafío, con esca-
personalidad resistente es compa- las refinadas, y al poder explicativo
rar el efecto de la dureza global y predictivo sobre variables resulta-
sobre alguna variable dependiente do con él teóricamente relaciona-
(Carver, 1989) (indicadores de salud das comienzan a ser más fuerte y
o enfermedad o estrategias concre- unánimemente respaldados, ten-
tas de evaluación y afrontamiento) dremos que seguir la propuesta de
con el efecto de cada una de sus diversos autores (Hull et al., 1987)
dimensiones. En este sentido, Con- sobre la necesidad de excluir este
trada (1989) encontró que la dimen- componente del constructo global
sión de desafío, frente a las demás dureza (aunque, de forma indepen-
dimensiones, cualquier combina- diente, sí sea un constructo de inte-
ción entre todas o la dureza global, rés), y determinar las contribucio-
tenía mayor poder explicativo y nes de los otros dos componentes
predictivo de la disminución de la sin la contaminación de un compo-
activación fisiológica durante una nente que no comparte con ellos
t a rea experimental estresante, y poder explicativo y predictivo y
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162 CLÍNICA Y SALUD

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