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Desertificación en el Perú

RESUMEN

«Las tierras secas abarcan una amplia gama de situaciones ambientales


comprendiendo desde los desiertos extremos (hiperáridos) hasta los
ecosistemas subhúmedos secos». (Como se cita en Desertificación en el Perú,
2011) El análisis ambiental de esta situación se debe al impacto que los
hombres generan sobre la tierra.

ABSTRACT

"The lands cover a wide range of environmental situations ranging from extreme
deserts (hyper-arid) to dry sub-humid ecosystems." (As mentioned in
Desertification in Peru, 2011). The environmental analysis of this situation is due
to the impact that men generate on the earth.

PALABRAS CLAVE

Desertificación Mundo Perú Economia Futuru

KEY WORDS

Desertification World Peru Economic Future

Las tierras áridas son zonas naturales que siempre han existido, esto quiere
decir que la desertificación es un proceso de degradación del medio físico y
biológico por medio del cual las tierras pueden ser áridas, subáridas y
subhúmedos secos, los cuales varían por factores climáticos, pero esto no
quiere decir que nosotros no tenemos la culpa de cómo se está produciendo
esta, si bien la desertificación es natural cuando la mano del hombre se
relaciona con este, el proceso acelera y se vuelve cada vez más irreversibles.

La exacerbada degradación del suelo, causada por las actividades humanas


está poniendo en riesgo el bienestar de dos quintos de la humanidad, causando
las extinciones de especies e intensificando el cambio climático. También, es
una de las causas principales de la emigración humana y aumento del conflicto,
según el primer informe integral de evaluación con base empírica del mundo
sobre la degradación y restauración del suelo.

La desertificación es la degradación persistente de los ecosistemas a zonas


secas que afecta a una gran cantidad de personas. En el año 2005 las tierras
áridas en América del sur eran del 5.69%, lo que significa que la desertificación
es amplia, por todo ello en la actualidad este es uno de los mayores desafíos
medioambientales, uno de los obstáculos a la hora de satisfacer las necesidades
básicas del hombre e las tierras secas, además de provocar un bajo bienestar
humano.

Sobre esta extensión de zonas áridas en América del Sur, según Reynolds
(2005), vivía alrededor del 30% de la población (cerca de 87 millones de
personas) asentada en esa región. “Con impactos negativos sobre el bienestar
de por lo menos 3200 millones de personas, la degradación de la superficie
terrestre de la Tierra a través de las actividades del hombre, está empujando al
planeta hacia la sexta extinción masiva de especies”, afirmó el Profesor Robert
Scholes (Sudáfrica), copresidente de la evaluación con el Dr. Luca Montanarella
(Italia). "Evitar, reducir y revertir este problema, además de restaurar el suelo
degradado, es una prioridad urgente para proteger la diversidad biológica y
servicios de los ecosistemas vitales para toda vida sobre la Tierra y para
garantizar el bienestar humano".

Las zonas áridas estan caracterizadas por una reducida precipitación pluvial y
elevadas tasas de evaporación, pese a su fragilidad, los ecosistemas estan
seguros y estables, por lo general estos son capaces de generar la falta total de
lluvias en la zona.

El daño se produce cuando estas tierras son sometidas a un uso indebido o


abusivo por parte del hombre, y se agrava si los cambios climáticos se hacen
más o menos permanentes, como es el caso de períodos prolongados de
sequía. Frente a estas tensiones añadidas, las áreas áridas, semiáridas y
subhúmedas muestran incapacidad de adaptación y es, entonces, cuando los
procesos de desertificación aparecen. La desertificación es, pues, un proceso de
alta complejidad que obedece a un doble estímulo: la presión de factores
naturales, y la de factores antrópicos (tanto sociales como económicos y
culturales), que se combinan en un proceso de sinergia negativa (Andaluz et al.,
2005).
Una vez que el proceso de desertificación se inicia, las medidas para regenerar
el suelo son costosas y no siempre dan resultados. Por ello se recomienda
acciones preventivas, que actúan sobre la agricultura y los recursos vegetales y
también sobre la utilización del agua dulce. Pero en muchos países la lucha
contra la desertificación es otro aspecto de la lucha contra la pobreza y la
ignorancia, ya que no puede exigirse a poblaciones que explotan hasta agotarlos
recursos no renovables que no lo hagan.

Un ejemplo de lo señalado es la región de Apurímac, en los Andes del sur del


país, que tiene uno de los menores índices de desarrollo humano y que se
encuentra muy afectada por la desertificación. De sus 80 distritos, 44 son
altamente vulnerables y 36 medianamente vulnerables. En ellos se encuentra
problemas como el sobrepastoreo, tala y quema de árboles; escasa
disponibilidad de agua, vulnerabilidad al cambio climático y poca capacidad de
gestión, así como pérdida de relaciones de interculturalidad.

Ante este alarmante escenario, el Ministerio del Ambiente (MINAM) ha puesto en


marcha diversas estrategias que combaten las prácticas inadecuadas de cultivo,
de manejo forestal y ganadero. El objetivo es concentrarse en valorizar los
servicios ecosistémicos hidrológicos y de fertilidad del suelo, así como en
propiciar espacios participativos para la definición de políticas de lucha contra la
degradación de la tierra, la desertificación y la mitigación de los efectos de la
sequía.

El Perú, a pesar de ser un país fuertemente vinculado social, económica y


culturalmente al agro, tener una agroexportación creciente, carece de un marco
legal integrador que regule la protección y el adecuado aprovechamiento de las
tierras, las normas y políticas que existen son insuficientes y muy retrasadas.

Es muy importante recordar que uno de los factores antrópicos causantes de la


desertificación corresponden principalmente a decisiones de manejo productivo
inadecuado, tales como prácticas agrícolas, agropecuarias, forestales y mineras
no sostenibles, actividades que se han desarrollado sobre la base de un cambio
de uso del suelo, avanzando sobre los ecosistemas naturales.
En conclusión, la desertificación en sí misma es una crisis climática, una crisis
ecológica y una crisis social, desencadenante de la degradación ambiental que
dificulta e incluso puede impedir la conservación de la base de recursos
naturales imprescindibles para lograr desarrollo sostenible. Ello está ligado a la
pérdida de productividad, reducción de las posibilidades de desarrollo sostenible
y la disminución de vida útil de captación de agua dulce en las nacientes de los
ríos de la vertiente del Pacífico. Incorporar el componente de manejo sostenible
de la tierra en los programas, políticas públicas y proyectos de alivio a la pobreza
en zonas áridas del ámbito rural, dada la estrecha relación entre pobreza y áreas
desertificadas.

La desertificación es el resultado de una falla de larga data en el logro del


equilibrio entre la demanda y el suministro de los servicios de los ecosistemas en
las tierras secas. La presión está aumentando sobre los ecosistemas de las
tierras secas para la provisión de servicios tales como alimento, forraje,
combustible, materiales de construcción y agua para los seres humanos y el
ganado, para la irrigación y para el saneamiento. Este aumento se atribuye a
una combinación de factores humanos y factores climáticos. Los primeros
incluyen factores indirectos como la presión de la población, los factores
socioeconómicos y de políticas y fenómenos de la globalización como las
distorsiones en los mercados internacionales de alimentos, y factores directos
como los patrones y las prácticas de uso de la tierra y los procesos relacionados
con el clima. Los factores climáticos de consideración incluyen sequías y la
reducción proyectada en la disponibilidad de agua dulce debido al calentamiento
global. Mientras que la interacción a escala mundial y regional de estos factores
es compleja.

Las acciones contra la desertificación brinda muchos beneficios ya sean globales


o locales, además de atenuar la pérdida de biodiversidad, esta actividad prevé
los efectos y el cambio climático producido por el mismo ser humano. Los
enfoques que se tomaran en cuenta son 3, el manejo ambiental, el cambio
climático y la conservación de la biodiversidad.

El tratamiento eficaz de la desertificación llevará a una reducción de la pobreza


mundial. El tratamiento de la desertificación es fundamental y esencial para
alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio de manera exitosa. Se deben
proporcionar alternativas viables a los habitantes de las tierras secas para que
mantengan sus medios de subsistencia sin causar desertificación. Estas
alternativas deben estar inmersas en las estrategias nacionales de reducción de
la pobreza y en los programas de acción nacionales de lucha contra la
desertificación.

Incorporar el componente de manejo sostenible de la tierra en los programas,


políticas públicas y proyectos de alivio a la pobreza en zonas áridas del ámbito
rural, dada la estrecha relación entre pobreza y áreas desertificadas.

La lucha eficaz contra la desertificación es importante a la hora de cumplir con


los Objetivos de Desarrollo actual y contribuirá a reducir la pobreza mundial. Las
poblaciones de las tierras secas deben contar con alternativas viables de
sustento para que sus medios de vida no provoquen más desertificación.

BIBLIOGRAFIA

- ANDALUZ, C. y TORRES, J. 2005. Perfil temático en desertificación y


sequía. Proyecto Autoevaluación de Capacidades Nacionales para la
Gestión del Medio Ambiente Mundial. CONAM, Lima.
- FAO. 2007a. La Lucha contra la desertificación. "Disponible
en: http://www.fao.org/forestry/foris/pdf/infonotes/Infofaospanishluchacontr
aladesertificacion.pdf”
- Gómez, Rosario (2009). Desertificación en el Perú: retos y oportunidades.
Lima: Universidad del Pacífico.

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