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LECCIÓN 1.1.

CONCEPTOS FUNDAMENTALES: POSICIÓN


OCCIDENTAL DEL SUJETO TEÓRICO, TENSIONES SOBRE LA IDEA
BIOLOGICISTA DE LA MUJER
En la primera lección del curso, la profesora María Elena Acuña revisará los
conceptos más comunes que se utilizan actualmente para opinar y generar
debate en torno a la situación social de las mujeres en Chile, Latinoamérica y
el mundo occidental. Además, invitará a utilizar estos conceptos como
una caja de herramientas, para nutrir las conversaciones y discusiones al
respecto.

Lección 1.1 - Conceptos fundamentales

Les doy la bienvenida a la primera


lección del curso tIntroducción a las Teorías Feministas. Para comenzar,
revisaremos los conceptos que, más comúnmente, se utilizan en la actualidad
para opinar y reflexionar sobre la situación social de las mujeres. Estos
conceptos son usados tanto en los medios de comunicación, en discusiones
en sus espacios de trabajo y de estudio entre amigos y amigas.
Hablamos de conceptos como Feminismo, Patriarcado, Género, Violencia de
Género, Androcentrismo, Equidad de Género y otros, que revisaremos en
estas clases iniciales. Les invitamos a pensar en ellos, como una caja de
herramientas que les permitirá analizar situaciones sociales; aclarar, en
conversaciones, malos entendidos y estereotipos y prejuicios sobre el
Feminismo y las y los feministas. ¡Comencemos!

Primero. Feminismo, ¿Qué es el Feminismo?


Para responder esta pregunta recojo las reflexiones de la filósofa feminista
española Celia Amorós: el feminismo es la lucha por la igualdad entre
mujeres y hombres, en tanto seres genéricamente humanos. Se articula en
las vindicaciones que las mujeres hicieran hacia fines del siglo XVIII, en
Francia, demandando para sí aquellos principios y derechos que los hombres
definieran como esenciales a la condición humana. No se trataba de
demandas sobre la identidad, ni la posición masculina; sino sobre lo
genéricamente humano. Aquello definido como genéricamente humano surge
en la ilustración, con conceptos como el de sujeto, el de individuo y el de
ciudadanía.

Las feministas de aquellos años, instalan la idea de vindicación. Es decir,


pedir para sí, para las mujeres, estos mismos derechos y transformaciones
sociales que se definieron para los hombres, en tanto canon de lo humano.

En las lecturas del curso pueden encontrar el texto de Mary


Wollstonecraft: Vindicación de los derechos de la mujer, publicado ya en
el año 1792. Este documento es uno de los primeros libros de filosofía y
política feminista y donde se demanda la inclusión de las mujeres a los
principios universales de la ilustración; como la igualdad, la educación y el
derecho a vivir libre de prejuicios.
El Feminismo, entonces, es tanto una práctica política, como un pensamiento
político y filosófico. En ambas dimensiones; es decir, en la práctica política,
como en su dimensión teórica, presenta gran diversidad.

Hay transformaciones históricas, horizontes culturales que han ido


determinando el debate y las demandas de igualdad. O, por decirlo de
otra manera, el modo en que se expresan las desigualdades y cómo estas
afectan la vida de las mujeres.

Hablemos ahora del Feminismo en Chile.


En Chile, las primeras manifestaciones feministas, entendidas como la lucha
por la igualdad entre mujeres y hombres, se produjeron en la segunda mitad
del siglo XIX, con demandas por una educación igualitaria y por el derecho a
voto.

El conocido decreto Amunátegui, promulgado en 1877, permitió a las


mujeres seguir estudios universitarios.

Las primeras mujeres universitarios en Chile, fueron Eloísa Díaz y Justicia


Acuña.

Con respecto a los derechos políticos, en 1875, siendo de nacionalidad


chilena, mayores de 21 años y sabiendo leer y escribir, tal como lo indicaba la
ley, mujeres concurrieron a inscribirse al Registro Electoral y no pudieron por
ser mujeres. Una condición que no estaba indicada en la ley, pero sí en la
costumbre. A mediados del siglo XX y, después de un largo movimiento
social, las mujeres consiguieron derechos políticos; pero, la historia de las
desigualdades y discriminaciones no terminó ahí. Y, en la actualidad, se
sigue luchando por la igualdad entre mujeres y hombres. El año 2019 se
conmemoran setenta años, desde que se promulgó la ley que dio derecho a
voto a las mujeres.

No debemos olvidar esto.

Patriarcado. Otro de los conceptos muy usados en el debate por la igualdad


es el de Patriarcado.

Literalmente, Patriarcado significa gobernado por el hombre jefe de la unidad


social como la familia, por ejemplo.

Sin embargo, muy tempranamente, en el siglo XX, pensadoras feministas


empezaron a utilizar el concepto para referirse al sistema social de
dominación masculina sobre las mujeres. Este concepto es clave en
numerosas discusiones que intentan desentrañar e identificar las bases de la
subordinación de las mujeres. Y, nuevamente, nos encontramos con
diferentes reflexiones al respecto.

Para algunas corrientes del feminismo, el Patriarcado se expresa en la


organización de la familia, con la división sexual del trabajo.
Para otras, en el control que los hombres tienen sobre el cuerpo de las
mujeres, a través de la violencia.

Para otras, el verdadero problema y expresión del Patriarcado, se produce


con el capitalismo. Este concepto enfrentó algunas críticas en la década de
1980; no tanto por su definición, sino por su uso. Aunque había
sido útil para enunciar una forma de organización y un tipo específico de
dominación y control social sobre las mujeres, también ha recibido críticas.

Primero, por su carácter universalista.


Es decir, por explicar la subordinación de las mujeres en todo tipo de
sociedades; esto quiere decir, que cuando se apela al Patriarcado como
causa de estas discriminaciones, homologamos sociedades tan disímiles,
como sociedades altamente industrializadas y desarrolladas, como las
europeas y norteamericanas. Sociedades latinoamericanas o en vías de
desarrollo o sociedades que son altamente impactadas por procesos
coloniales.

Segundo, por su carácter ahistórico; esto quiere decir que, también, el


concepto de Patriarcado homologaba la discriminación de las mujeres y la
subordinación de esta, en sociedades de distintos tiempos y periodos
históricos. Sociedades de hace 10.000 años, de hace 5.000 años. Tanto
como sociedades actuales que, evidentemente, enfrentan situaciones muy
diferentes y muy disímiles.

Tercero, por reducir el problema de la subordinación de las mujeres, solo


a una dimensión. Es decir, al problema de las relaciones de poder entre
hombres y mujeres, sin integrar una serie de otros factores que, hoy día,
consideramos muy importantes.

En la actualidad, se habla de la teoría dual, Capitalismo- Patriarcado;


entendidos como dos sistemas de opresión estructurados, que se benefician
de la subordinación de las mujeres. Por ejemplo, a través de la división
sexual del trabajo, que legitima las relaciones de poder. Donde los varones
quedan a la cabeza de este orden social, siendo las mujeres quienes tienen
la posición subordinada.

Machismo.
¿Quien no ha escuchado hablar del machismo? El machismo puede ser
definido como un fenómeno cultural, que consiste, básicamente, en el énfasis
o exageración de las características masculinas y las creencias en la
superioridad de los hombres.

Además de esta exageración, el machismo incluye otras características


peculiares, atribuidas al concepto de hombría. Como el uso de la violencia; la
creencia de que las mujeres son propiedad de los hombres; la exacerbación
de la virilidad y apego a la noción de que, la heterosexualidad es la norma
aceptada.
Lo que denominamos el macho; es decir, aquel que encaja en las nociones
de heteronormatividad dominantes.

Antes de seguir avanzando, hagamos un paréntesis en el concepto de


heteronormatividad.
Esta, alude a una ideología social, que plantea que la única forma válida de
expresión de la sexualidad y la afectividad, así como de la propia identidad,
es la heterosexualidad.

Volvamos al machismo: este, entonces, hace referencia a un conjunto de


prácticas que, podríamos decir, hasta prepotentes, que promueven la
superioridad masculina, la cosificación de las mujeres y la negación de las
mujeres como sujetos.

Estas prácticas están en todas partes: en los chistes, en la violencia, en el


acoso sexual, en el menosprecio de las capacidades de las mujeres, en las
leyes, entre otros ámbitos de la sociedad.

Es muy importante que usted no considere el Machismo como una


ideología opuesta al Feminismo. Ya hemos dicho que el Feminismo lucha
por la igualdad y no quiere menospreciar a los hombres; sino transformar las
sociedades.

Sexismo. El sexismo se refiere a todas aquellas prácticas y actitudes que


promueven el trato diferenciado de las personas en razón de su sexo
biológico, del cual se asumen características y comportamientos
que se esperan de las mujeres y hombres actúen cotidianamente. Las
prácticas sexistas afectan, principalmente, a las mujeres, dada la
vigencia de creencias culturales que las consideran inferiores o desiguales a
los hombres por naturaleza.

Por ejemplo, nuestra sociedad asume que las mujeres tienen menos
capacidad para tomar decisiones, para participar en la política, ser líderes
empresariales o profesionales competentes, por méritos propios.

La forma como dichas creencias se reflejan en el lenguaje y en las prácticas


cotidianas, da lugar al sexismo.

En esta lección, hemos revisado los conceptos de Feminismo, Patriarcado,


Machismo y Sexismo. Lo importante ahora, es pensar cómo los podemos
usar para evidenciar situaciones de discriminación y proponer cambios
sociales. En la actualidad, son comunes las demandas por una educación
no sexista. Es decir, erradicar el sexismo del sistema escolar.
Esto significa diagnosticar y conocer de qué modo en los procesos de
enseñanza-aprendizaje, se enseña a las mujeres, a aceptar sus posiciones
de subordinación en la sociedad. O, se discrimina a todo aquel que no
encaja, según el sistema, en las nociones dominantes de hombre y mujer. Y,
no se apegan al modelo heteronormativo.
Por último, es muy importante que notemos que, muchas de las formas de
discriminación de las mujeres y de todas las personas que no adhieren
a los modelos, heteronormativos del Patriarcado, están naturalizadas.
Es decir, su sustento se debe a que no socializamos con las creencias de
que estas son naturales; se legitiman a través de argumentos, que aluden a
la biología u otras fuentes que gozan de legitimidad entre diferentes grupos
de la población. Todo esto se puede transformar y ese es el desafío del
Feminismo.

La clase de hoy día se puede sintetizar en la letra de la canción Corazones


rojos de los prisioneros, que usted encontrar en los ejercicios del curso.
Le proponemos escuchar esta canción y que la analice, ocupando los
conceptos vistos en esta videoclase. Hasta la próxima!

Corazones rojos, corazones fuerte


espaldas débiles de mujer
Mil insultos como mil latigazos,
mil latigazos, dame de comer.
De comer cordura,
De comer comida,
yo sabe como traicionar,
traicionar y jamás pagar porque yo soy
un hombre y no te puedo mirar

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Haz click aquí para acceder al documento escrito

Ejercicio: escucha la canción y analiza ocupando los conceptos utilizados en


esta videoclase

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