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Descripción: El cocodrilo del Nilo (Crocodilus Niloticus) es el mayor de los reptiles y el único superviviente de los grandes

reptiles que en eras anteriores poblaron la tierra. Cabeza plana con un hocico muy prolongado provisto de dientes blancos y
cónicos, capaces de partir en dos a un ser humano. Tronco alargado y cola bastante más larga que el cuerpo, adornada por
una doble cresta de escamas. Mide cinco o seis metros, aunque pueden verse algunos ejemplares de diez metros.

Hábitat-Distribución: Lagos, lagunas y ríos, prefiriendo las aguas mansas y profundas. Es abundante entre las cataratas
de Murchison y el lago Alberto, en Uganda.

Reproducción: Se reproducen por huevos, de cáscara dura y blanca, depositados en un hoyo en la arena de unos
cincuenta centímetros de profundidad. Ponen de veinte a cien huevos, que son incubados durante tres meses mediante el
calor del sol. Llegan a vivir noventa años, aunque la mortalidad de los pequeños es muy alta.

Naturaleza: Posee los orificios nasales, los ojos y el sistema auditivo dispuestos en la parte superior de la cabeza. De esta
manera pueden permanecer sumergidos casi completamente. Las extremidades delanteras tienen cinco dedos libres cada
una y las traseras cuatro dedos unidos parcial o totalmente por membranas. Es un animal lento y perezoso en tierra, pero
muy ágil en el agua, donde nada con rapidez sirviéndose de la cola y las extremidades traseras.

Las hembras desentierran los huevos para que los recién nacidos puedan salir al exterıor. Pocos reptiles llegarán a la edad de
su madre. Su peor enemigo es el varano del Nilo, enorme lagarto semiacuático. El marabú también es un gran enemigo de
los cocodrilos. Los que, fínalmente llegan al agua, son devorados en su mayor parte por los cocodrilos adultos.

Vida cotidiana: Las actitudes amenazadoras de los machos contra los intrusos que cruzan su zona territorial son muy
frecuentes. Defienden zonas más o menos extensas del río y de sus orillas. La lucha entre cocodrilos son más bien rituales,
destinadas más a probar la fuerza, que a provocar la muerte del contrario.

Es amante del sol y hacia mediodía sale del agua para calentarse y dormir, permaneciendo horas y horas completamente
inmóvil. Al ser animales de temperatura variable, desarrollan un sistema de exposiciones al sol e inmersiones, que les
permiten mantener una temperatura interna de modo constante. Tendidos al sol abren la boca, momentos que aprovochan
los pluviales para introducirse en su interior y librar al cocodrilo de parásitos.

Alimentación: Durante los primeros años se alimentan de insectos y pequeños crustáceos. Más tarde se convierten en
expertos cazadores de peces. Algunos cazan antílopes que acuden a beber al río. Lo atrapan por el hocico sumergiéndole en
el agua hasta ahogarlo. Lo dejan en el fondo para que su carne se pudra y ablande para despedazarla y tragarla, pues el
cocodrilo no mastica.

Relación con el hombre: Los cazadores implacables, impulsados unas veces por glorias deportivas y muchas veces por la
codiciada piel, han terminado con todas las grandes colonias de cocodrilos. Sin embargo, hoy existen florecientes reservas
protegidas por la ley en parques naturales, que se reproducen de una manera rápida.

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