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Gabriel Garcia Marquez El otofio del patriarca PLAZA & JANES EDITORES, S. A. uosour 08:7 [9 ‘soxreuLse so] ud sepeuopurgr seuNTe sey ‘eani3ny erpren3 x] ap wapzosep ue upIeZ [9 sour 1A ezayeur vy op. vouvszzaigns uorsozd ve] & Oprpeo uelq -ey sesoppeq sedna ‘oned sound jap ofr] of y °e -idgzoap zny vy wa sayqista oquatenpse wex9 svso9 sey A‘onSnue spur via ofouapis [2 4 ‘iopod Jap wiprens ea ~sea e] ap soaquionss ap sozod so| ua anes seus ex9 ane Jp anbsod ‘voodg eno op onquiy Jo us senauad owros any sarduregy wren gy ap seprequioy sey e Opn -sisax uviqey ese9 ¥ ap Sodtos0y soduron soy uo anb sopepuyjq souciiod so] souz08 sns ud uvsorpoo anb ured vivinduio soy uam3pe anb woo gaseq sond ‘wera -odod Sono ows “edioud epexius vj sodong 9p sewn woo seiombsap 1a ‘soxjansoz spur soy weyianb owlos ‘eproymioy wapaid ap somnur sopruroaxes soy ANsoquie UIs renua ¥ soUMAaNE sou saruOIe O[Og ‘vzopues’ vpurpod ap A apurs$ ouianut ap vsisq eu -30n £ vigy vuN Uod sojSis ap o8ze19] ns ap oxzedsop pepmio v] souny Jap epeSnspeur vy we A Solroqur jo wo oproueise odwion jo see 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quién tenia la ficha del doble tres y se asomé al mirador para contemplar el reguero de islas hind ticas como caimanes dormidos en el estanque del mar, y contemplando las islas evood otra vez y vivid de nuevo el histérico viernes de octubre en que sa- li6 de su cuarto al amanecer y se encontré con que todo el mundo en la casa presidencial tenia puesto un bonete colorado, que las concubinas nuevas ba- rian los salones y cambiaban el agua de las jaulas con bonetes colorados, que los ordefiadores en los establos, los centinelas en sus puestos, los paraliticos en las escaleras y los leprosos en los rosales se pase- aban con bonetes colorados de domingo de carna- val, de modo que se dio a averiguar qué habfa ocu- rrido en el mundo mientras él dormia para que la gente de su casa y los habitantes de la ciudad andu- vieran luciendo bonetes colorados y arrastrando por todas partes una ristra de cascabeles, y por fin en- contr quién Je contara la verdad mi general, que habjan Ilegado unos forasteros que parloteaban en lengua ladina pues no decfan el mar sino la mar y lla- maban papagayos a las guacamayas, almadias a los cayucos y azagayas a los arpones, y que habiendo visto que saliamos a recibirlos nadando en torno de sus naves se encarapitaron en los palos de la arbola- dura y se gritaban unos a otros que mirad qué bien hechos, de muy fermosos cuerpos y muy buenas ca- ras, ¥ los cabellos gruesos y casi como sedas de ca- ballos, y habiendo visto que estabamos pintados pa- 48 ra no despellejarnos con el sol se alborotaron como cotorras mojadas gritando que mirad que de ellos se pintan de prieto, y ellos son de la color de los cana- tios, ni blancos ni negros, y dellos de lo que haya, y nosotros no entendiamos por qué carajo nos hacian tanta burla mi general si est4bamos tan naturales co- ‘mo nuestras madres nos parieron y en cambio ellos estaban vestidos como la sota de bastos a pesar del calor, que ellos dicen la calor como los contraban- distas holandeses, y tienen el pelo arreglado como mujeres aunque todos son hombres, que dellas no vimos ninguna, y gritaban que no cntendiamos en lengua de cristianos cuando eran ellos los que no en- tendfan lo que gritébamos, y después vinieron hacia nosotros con sus cayucos que ellos llaman almadias, como dicho tenemos, y se admiraban de que nues- tros arpones tuvieran en la punta una espina de s4- balo que ellos llaman diente de pece, y nos cambia- ban todo lo que tenfamos por estos bonetes ‘colorados y estas sartas de pepitas de vidrio que nos colgébamos en el pescuezo por hacerles gracia, y también por estas sonajas de latn de las que valen un maravedi y por bacinetas y espejuelos y otras mercerias de Flandes, de las mas baratas mi general, ¥y como vimos que eran buenos servidores y de buen ingenio nos los fuimos Ilevando hacia la ‘playa sin que se dieran cuenta, pero la vaina fue que entre el cdmbieme esto por aquello y le cambio esto por es- to otro se formé un cambalache de la puta madre y al cabo rato todo el mundo estaba cambalachando sus loros, su tabaco, sus bolas de chocolate, sus hue- vos de iguana, cuanto Dios crid, pues de todo to- maban y daban de aquello que tenian de buena vo- luntad, y hasta querian cambiar a uno de nosotros 49 ap seajana 4 010 ap seumbs.uoo phere un o1iaias ap seuzond sey zod aysourrpaur v opriour wiqey staf tux uoSany un anb ‘opersay ofnomsea [> oasond equa -aqy anb ey ua. vorpadorso eypuaues vun ap epne vos seus epod ojos A sommeoatu op souoroura eae ~ue aj enod ey arquistorp ap vosaxy x] U9 anb ‘toss -1od ns sod of seo oto odzono Jo opor sod ojeqes ap svureaso opuarjes ueqeise 9] anb ‘eqriqey anb 18 -ury exed seums09 se] ap spmep sorsondsen sono -uda efuaa £ JeTqQeY OIE) op EPqey J>-oprpsad erqey anb ‘vo0q vy sod jary ap eumdsa opurypa A souorsyn A, -U09 ap Opio402 seQUaIPNe se] ap OsiNd JP Us CON PPeqrquinizep as 4 visax99 ap opensod eqrasa anb. oypoy sod opep eiquy as sa99a seypnus anbiod ‘se9 ~upprede se] 409 soureggurroyuos sou sozuapnad sou aut so eramnbis tN{“peps94 Pf ap sestap peprea eno vigey oxduiois sond ‘squeurunias vio ouonur ns. op eiuapia vunSuru anb soursqes oxod ‘zon vxowutid B{ OuANIO anb of sepsosas vied fst suerseq BI. sonosou ap ounSure ‘rorsisod wurstar xy ue £ vdor pulstu &] Woo ‘vuLYo PuistUE Y] Ua sozeUTT|eS so] 10d opnuoors uornuosus 0] anb zo vpunBas vy “sepaquses son st] Ot ‘osozqouar eur [2 tue sepeopuioy ‘opezesooe [op P]pe svur £ ‘9]]onU jo UO opeuopurge ueiqey erreur ap sorueyur soy anb ard -wiols 2p oprzexoor Ja Ora 4 ‘Oprauos wesqey a] onb oyforquio Jo zopuoaus esed esonu zny eun eAIqnosap oseoe 1s sod seur Jap eUEIIDA v] OUIE ‘oLrOMTUIOP [P o1Afoa anb opowr ap ‘ousoiqo8 ns ap viousquin> ut U[ ap e19 sosnpun} ap owunse janbe 1s 19purasd ~uio9 ¥ 91208 ou anb oprpunguios ue vquise jp osed ‘siopedsop onb ‘Tesous8 tui poisn asourSeun ‘sedomg se] Ho sousensou exed ofadororen ap ugqnl un sod La danza de ta Gran Conquista oe — formas los pueblos nahuas siguieron dando s 9 a ee te fay 7 eu a a eee en los hombres de Castilla. Una forma, de resonancia popular, fue através de Fercuentaciaiee ce 2 Sonacompafamiento de misica y danza. Existe,y ha sido objets eat el que see lamarse“entrode la Conga i en anmucsir de estas composiciones se siguié cepresentando = cn ndhoatl hasta fines dl sgl xx en el pueblo de Xicontepeg vill Juirez) en el estado de Puebla. En la plaza principal del pu Plo aperecian Cortés y Motecuhzoma teniendo a Malin ne rprete. Si i id pee en ndhuatl dejan ervencién de algGn fraile en su composicion hhay una patte que denota la admiracibn de los indigenas oat Cuauhtémoc que también entra en excen: see Es cierto que en esta pieza teatral bay eva veatral hay obvios anacronis moi, como el que. Cuauhtémoc llame a Mosteruhoen "hen perador, gran telor, mozarce, como eres liner tierra aueva aconteceres fic 36088 es llamado en est ie se nombra América”. No faltan tampoce sealers s como el de un mortal combate entre Motecuhzoma y Cuaubtémoc en el que éte pierde la vida, De cualir forma son clocventes para los ofdos nahuas las ie duro reproche ¥ desprecio que dirige éexe Motscukzoma por sa actitnd de sién ‘ate Cobiy nt son las palabras atribuidas a Cuavhtémoe wee Emperador Motecuhzoma, gran sefior, monarea como gees llamado aqui en la tierra que se nombra América Impropiamente ers llamado as porque ya no debes seguir levando la corona, porque tt has perdido el valor y tienes sniedo [..] Dime, si te atreves a hablar a esta gran ciudad? Puedes darles algo 2 estos flos hombres de Castilla] que estin abajo y fuera del pais del que han venide? Han Hlegado para burlarse de ti. Todos fos que han ve- nido aqut son espafioles de bajo rango, que se han perdido, hevinen deci queen su palshay grands cruades, que hablan de otto rey que estd a la cabeza del Imperio de Castilla, el nombrado Carlos V, y de una religign catSlica. 182 » Esas son meras historias, mentiras. Yo no creo en «ros libros, aparte de los nuestros. Pienso que las palabras de estos extranjeros son slo como suefis. Te fo tienes valor, pero yo si lo tengo y voy a hacetles guetta y a poner 2 prueba [a fuerza que dicen tener. Lo Soy a ver'y muchas artes que causan miedo habrin de practicarse, Alli estén los pedernales, las flechas, las piedras. Los pedernales que llevarin consigo quienes farchen a la guerra, guerreros dignos de ser temidos, también chichimecas, como bestias salvajes que mantie-~ nen su bravura, Ellos hacen que confiemos ante nuestros doses, ellos me dan gran conocimiento y saber. Yo seré gu capitén, Yo les daré valor, a todas los que vengan juntos, y sus ¢jércitos mostearin todas las formas de guerra. Ta perderés tu reino, tu corona y tu cetro, Te perderts toda la estimacién que te tenfa porque ya te has eniregado. Yo te buscaré en tu reino y ti sufriras a estos perdidos que estin aqui presentes, estos bandidos esp2- foles, que han venido a presentarse. Vienen ellos a cngafiarie porgue ya no mereces continuar teniendo el mando, el gobierno. Lo merezco yo. Me pertenece porque soy fuerte de corazén, valiente. No quiero que la honra de los dioses venga a parar ext nada, Tu verds, experimentaris, quién es el que se llama a s{ mismo, el que ¢s nombrado principe Cuauhtémoc, Tengo en mis manos fuego, estrépito, relimpagos y rayos, humo, arena, polvo, vientos, remo- linos con los que yo los haré retroceder. Si no quieren motir ellos, déjalos que regresen a su pais. Pero si no aceptan, perecerin sin que importe lo que v4 hagas para tratar de impedirlo.§ © Una copia con el texto en nfhuotl de esta "Danza" fae sransrita por la etnéloga Bodil Christensen en Xiuhtepes, estado de Puebla y publicads por Byron McAfee en Tlalocen, revista de fuentes pene el conociaionto de las culturas indigenes del México, vol. 1982, ném. 3, p. 246-273. 183

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