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ISSN: 1666-1508
revistaprismas@gmail.com
Universidad Nacional de Quilmes
Argentina
Rilla, José
La otra revolución
Prismas - Revista de Historia Intelectual, vol. 15, núm. 2, julio-diciembre, 2011, pp. 175-180
Universidad Nacional de Quilmes
Bernal, Argentina
La otra revolución
José Rilla
Universidad de la República / claeh / sni
La primera tentación de lector a la que puede Litoral frente a Buenos Aires. Finalmente,
empujar Revolución y guerra es analógica. en su fracaso, serviría de fundamento a una
Pensado y escrito en la década de 1960 y pu- trayectoria que podía ser interpretada como
blicado en 1972, evoca la conexión que inau- nacional no bien lograra poner a su servicio
guró el siglo xx en Europa, con la guerra y la –décadas más tarde– los atributos del Estado
revolución en su pórtico. Ambos términos para la consolidación recíproca.
son también aquí, en la Argentina criolla y su
periferia, claves idóneas para sostener una re-
construcción histórica en la que se quebró un Sobre lecturas
orden, se fraguó y malogró uno nuevo y en el
que la experiencia de la guerra marcó decisi- Revolución y guerra fue leído en el Uruguay
vamente sus posibilidades de alcanzar estabi- en un momento de transición historiográfica.
lidad. El infatigable texto de Tulio Halperin Se abandonaba lentamente la pauta clásica de
Donghi no abandona en momento alguno esta la historia nacionalista; sin romper del todo
tensión constituyente de su interpretación; la con ella se ingresaba en los cánones del mar-
revolución es la guerra y no puede no serlo, xismo y el estructuralismo, se dialogaba con
pero la guerra ambienta un mundo que com- las construcciones conceptuales europeas y
promete a la revolución; produce y prepara especialmente francesas, se mantenía distante
recursos que no es capaz de controlar pero relación, sólo entonada cuando mediaba sin-
que culminarán por imponerle límites infran- tonía con el revisionismo, con las novedades
queables y rasgos de identificación. de la historiografía argentina. La empresa in-
Si se escapa aquí hasta una analogía casi telectual a la que nos invitaba Halperin –mi-
abusiva y universalista es porque pretendo rar las cosas desde ancha perspectiva y lejos
tomar un aspecto demasiado parcial de esta de dilemas perezosos– quedó a mitad del ca-
obra, que le aporta un argumento clave para mino. Se aprovechó de ella todo lo que servía
su comprensión general, pero que a la vez re- para afirmar la veta más particular, capaz de
mite al origen de una experiencia peculiar en consagrar una marginalidad específica y per-
el seno del ciclo revolucionario. Consagrada cibida como deseable hacia el pasado y hacia
como otredad por el mismo autor, la del ar- aquel presente. El saldo de haber quedado a
tiguismo es la otra revolución, portadora y medio camino ha supuesto un gravamen pe-
animadora de una disidencia más amplia del sado a la hora de comprender el artiguismo,
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Comisión Nacional “Archivo Artigas”, Montevideo, Ana Frega, Pueblos y soberanía en la revolución arti-
desde 1950. guista, Montevideo, Banda Oriental, 2007.