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FILOSOFÍA INSTITUCIONAL

Hablar de Principios y Fundamentos Filosóficos de la Universidad La Gran


Colombia exige a quienes abalan dicho propósito viajar retrospectivamente en el
tiempo y ubicar en circunstancias específicas la figura quijotesca de JULIO CESAR
GARCIA VALENCIA, gran caballero que se aventuró a romper con los esquemas
de aquella sociedad excluyente, aparentemente cuerda, que sólo estaba atenta a
los estrujones que le estaba dando los recientes acontecimientos de finales de la
década de los cuarenta, cuando en cierta manera, vieron las clases privilegiadas,
que la violencia política les removía sus ya acostumbradas falsas seguridades.
Con mirada a lontananza y con profundo espíritu escrutador, un colombiano-
no del montón- empezó a romper los paradigmas acostumbrados para marcar un
nuevo hito hermenéutico en el ser y acontecer de la realidad histórica nacional, no
para pensar en intereses propios sino en los intereses y beneficios de los demás.
Fue un acto de ruptura de ese sentir egoíco, que caracteriza a todo ser humano,
para salir al encuentro y comunión con el otro, como muestra que caracteriza a todo
auténtico hombre, en el que se incuban los más sublimes valores de trascendencia
tejidos con hilos de sensible alteridad y probada espiritualidad cristiana.
1. ¿Sobre qué bases comenzó a edificar nuestro Quijote colombiano su gran
sueño que empezó a hacerse realidad en eso que hoy conocemos como
UNIVERSIDAD LA GRAN COLOMBIA? Hablar de bases CRISTIANAS,
HISPANICAS, BOLIVARIANAS Y SOLIDARIAS es sencillamente fácil
cuando estos conceptos solo responden a instrumentos grafémicos y
fonéticos que sirven para determinar ciertas denominaciones semióticas
que corresponden a experiencias religiosas, socio-culturales, históricas y
axiológicas. Creer que estas columnas sobre las que se sostiene este
proyecto sólo responde a intuiciones y propósitos meramente
empresariales es desconocer que el viaje que emprendió este navegante
sólo pretendía llevar el barco a un puerto seguro para llenar bodegas con
la apreciada carga y pasajeros que sólo disfrutaran de la aventura del
viaje marcado por experiencias anecdóticas que sólo se reducen a eso:
aventuras. No, ese no fue su propósito. Para alcanzar una lectura a
profundidad que trascienda visiones meramente inmanentistas es
necesario hacer el viaje, no fácil, hacia el corazón de este gran personaje.
2. ¿Por qué un pilar CRISTIANO en este gran proyecto? No fue una decisión
fortuita o simplemente un sentimiento religioso vaciado de sentido. El,
como tantos discípulos del Maestro Jesús, quiso leer el paso por el hoy
de su historia para encontrarle un sentido que llenase su vida, lo encontró
al ver la felicidad de los “nadies” colombianos, abandonados y
“ninguneados” por los prejuicios sociales.
No se puede olvidar que la génesis cultural de nuestro fundador echa sus
raíces en los más probados valores y genuinas costumbres y hábitos,
propios de la vida cristiana. Este gran hombre lactó la fe en el regazo de
matronas antioqueñas para quienes la experiencia de Dios no era
cuestión de saberes sino estilos de vida inspirados en el acontecer del
aquí y el ahora de la historia, para quienes Jesús sí que fue buena noticia.
Creemos que este principio y fundamento CRISTIANO no se puede mirar
de soslayo, ya que es el espíritu que debe permear el ser y quehacer de
nuestra alma mater. Pues el Evangelio en el maestro Valencia sí que se
concretizó como “buena noticia”, “buen mensaje”, “buen anuncio” para las
clases trabajadoras, hombres y mujeres, para quienes la sociedad sólo
veía fuerza de trabajo productora de bienes y servicios y no seres
humanos capaces de trascender la no la lógica de la historia de aquellos
que son condenados a continuar siendo los rezagados de la misma.
3. ¿Por qué un pilar HISPANICO? Porque la génesis de nuestro capitán es
la simbiosis de lo ibérico con lo amerindio. Lógicamente que no es solo la
connotación biológica y hereditaria, sino toda esa riqueza cultural que se
constituye en patrimonio articulador de un proyecto de vida. Lengua,
religión y cultura no son apéndices de la identidad de una persona o
sociedad, constituyen, bien si, la idiosincrasia que en cierta manera
determinan estilos de vida, caracterizados por costumbres y esquemas
de valores que se constituyen en referentes de un modo de ser y estar en
el mundo y en la historia de manera interrelaciónala y complementaria, tal
como lo presenta el profesor Morín en la “complejidad del conocimiento
humano” Morín, E.(2012)
4. ¿Por qué un pilar BOLIVARIANO? Porque no se reduce a un simple
patronímico, hilo conductor de un linaje determinado por razones de
familia o estirpe. Aquí nos referimos a ALGUIEN, en particular, que en
línea quijotesca asumió las andanzas de la caballería, no para devorar
paisajes de grandes montañas, valles o colinas, con espíritu aventurero,
sino más bien como aquel paladín de la libertad de pueblos que fueron
sometidos por el ansia del poder y el dominio, que allende el mar, no veían
sino oportunidades para seguir saqueando y sometiendo a la esclavitud
a aquellos hijos e hijas que sus progenitores habían dejado esparcidos
(as) en estas tierras del nuevo mundo de las indias occidentales.
5. ¿Por qué un pilar SOLIDARIO? Este distintivo característico del sueño
grancolombiano cierra como bisagra articuladora los anteriores pilares
como columnas fundamentales. Sin este pilar que amarra los tres
anteriores como viga que da resistencia a la edificación, ésta se viene al
piso. Pues lo que hace sólido, fuerte, consistente el proyecto es la
solidaridad como eje axial que permite dar un salto cualitativo de lo
homínido a lo humano, según el parecer de los estudiosos de la
etnoantropología cuando afirman que “el paso de los primates a lo
homínido se dio por un acto cualitativo de solidaridad”.. Determinados los
fundamentos que constituyen las bases de esta gran edificación debemos
darnos a la tarea de determinar todas las vigas de amarre que dan soporte
a este maravilloso proyecto que en palabras del Maestro Valencia
denominó “el dedo de Dios” para la sociedad colombiana trabajadora de
la segunda mitad del siglo XX.
Los PRINCIPIOS FILOSÓFICOS, como piedra angular de la
construcción, le dan toda la fuerza y sostienen esta construcción y la
finalidad con la cual se empezó a hacer realidad este gran sueño,
herencia maravillosa de un colombiano que quiso dejar su legado en esta
magna obra para bien de la educación de su amada Gran Colombia.
6. La VERDAD, en línea de continuidad y coherencia de alguien que tiene
claro el propósito para el cual se viene a este mundo, como tarea de
búsqueda para quien es consciente de la misma, amarró las columnas a
su proyecto educativo a sabiendas que este principio es constitutivo “sine
qua non” se puede construir un proyecto de educación superior.
La búsqueda de la verdad en el contexto actual y en la sociedad del
conocimiento o no conocimiento se torna más compleja y desafiante, ya
que los cambios en estos momentos son demasiado rápidos, profundos
y complejos, tal como lo afirma el Vaticano II en su Constitución Pastoral
Gaudium et Spes.
El pensador norteamericano, Thomas Kuhn, lo reafirma cuando dice que
en los tiempos actuales “lo único permanente es el cambio” (Kuhn, 1971)
En esta línea de pensamiento las instituciones de educación superior
están llamadas a asumir su papel protagónico en la historia de ser
dinamizadoras de esta búsqueda en todos los aspectos a los que
corresponde realizarla.
La academia debe trazar rutas para dar respuesta de la forma más
integral posible a muchos interrogantes, tales como: ¿cuál es la verdad
sobre el hombre?, ¿cuál es la verdad de la sociedad?, ¿cuál es la verdad
de la tecno ciencia?, ¿cuál es la verdad de la religión en sentido general?,
amén de tantas otras búsquedas que no puede evadir la academia de
cara a una historia y educación con sentido.
Hoy se hace urgente en el campo de la búsqueda de la verdad el tratar
de dar respuesta a esta pregunta: ¿para qué me sirve todo aquello que
conozco? ¿Qué debo hacer con toda la ciencia y la tecnología?
Si hoy la Universidad no afina prácticas didáctico/pedagógicas que
ayuden a los estudiantes a responder estos interrogantes nada está
haciendo y al contrario está cerrando puertas para que ellos asuman
compromisos como ciudadanos para el cambio no sólo de localías sino
ciudadanos planetarios en la perspectiva de lo complejo, Morín ( 2010)
El fundador, JULIO CESAR GARCIA VALENCIA, podríamos decir que
tuvo la sutileza de amarrar la búsqueda de la VERDAD al ejercicio
responsable de la LIBERTAD, pero en coherencia no simplemente a esa
búsqueda objetiva en el campo epistemológico del que aborda la filosofía
clásica: “adequatio reí ad intellectus”, adecuación del sujeto que conoce
con el objeto conocido, sino esa verdad profunda a nivel religioso de la
que habla el evangelista San Juan: “ Conoceréis la verdad y la verdad os
hará libres” ( veritas liberabit vos), Jn 8,31-42.
Desde esta perspectiva el proyecto educativo grancolombiano echa sus
raíces en la visión cristiana del hombre, del mundo, de la sociedad, de la
ciencia, de la técnica y de la educación en general.
La educación en clave cristiana, debe recuperar su dimensión profética,
tal como lo ha manifestado otro colombiano convencido de la obra del
Maestro Valencia, nos referimos al Doctor José Galat, que en su ingente
producción bibliográfica reclama la dimensión social y de compromiso de
la Universidad de cara al cambio del país,(Galat, 2004)
7. La COMUNIDAD. Todo proyecto educativo que le apuesta al crecimiento
integral del ser humano como camino de plenitud sólo se da en la realidad
del encuentro, con el otro y con el planeta, como comunidad de vida. Ya
los grandes maestros de la filosofía personalista afirman que la persona
solo se constituye como tal cuando está abierta como ser de
interrelaciones, “es el yo abierto al tú lo que posibilita que haga conciencia
de lo que soy” (Buber, 1995).De esta realidad se puede deducir que la
auténtica vida humana es vida con los otros, para los otros y no contra los
otros. Es vida de convivencia. En esencia, no somos seres, resultado de
la soledad sino de convivencia. La Universidad debe despertar en cada
uno de sus integrantes el reto y desafío de construir proyectos de vida
con otros y para los otros. En la sociedad del “sálvese el que pueda” se
está abriendo una grieta, cuyas consecuencias se están viendo no sólo
en los viejos países sino en los nuevos países y culturas emergentes,
siendo la familia, como célula fundamental de la sociedad, la que está
pagando las consecuencias de esta profunda crisis. La educación en todo
centro educativo debe apuntarle a desarrollar aprendizajes básicos que
despierten no sólo habilidades a nivel de los conocimientos de ciencia y
tecnología, sino aprendizajes básicos para poder seguir apostándole a la
supervivencia planetaria. Los augurios que hacen los expertos en este
campo no son alentadores si la raza humana no aprende a comunicarse,
a decidir en grupo y otros aprendizajes como los puntualiza el maestro
José Bernardo Toro, ¡” Siete aprendizajes básicos para la convivencia
social” (Toro, 1992)
8. La ORGANICIDAD. Al analizar cada uno de los apartes de los
componentes filosóficos del PROYECTO EDUCATIVO INSTITUCIONAL
GRANCOLOMBIANO, se puede dar cuenta de la secuencia lógica
amarrada a los grandes principios y valores de los que ya hemos hablado
con anterioridad.
La ORGANICIDAD no responde a paradigmas meramente
administrativos, de gran valor, sin lugar a dudas, aquí este concepto está
agarrado de forma concomitante al anterior, es decir al COMUNITARIO,
ya que habla de la Universidad como un ORGANISMO, referido a la parte
físico/ biológica y sistémica del cuerpo humano. Además se pondera de
manera cuidadosa la función que debe desempeñar cada órgano como
parte fundamental de un organismo vivo. Esta presentación con su
consiguiente interpretación apunta a señalar que el funcionamiento de un
cuerpo organizado es el resultado del ejercicio serio y responsable de
cada uno de los miembros de ese cuerpo. Que las funciones están dadas
a la identidad propia de cada uno de los sujetos que hacen parte de ese
cuerpo organizado.
9. La PARTICIPACION. Lo peculiar de la comunidad y la organicidad de la
misma imbrica profunda y sustancialmente el carácter participativo de sus
miembros. Ese carácter se constituye en impronta del talante activo y
dinámico de quienes hacen parte de la comunidad universitaria. Nadie se
puede eximir, como se dijo, en los dos principios anteriores a la
responsabilidad y papel protagónico en el organismo universitario, Ya que
ésta como cuerpo que se va construyendo a partir de la funcionalidad de
sus miembros requiere el que se asuma con responsabilidad corporativas
los respectivos roles de acuerdo a las capacidades o carismas de cada
uno de sus integrantes.
La genuina participación exige que todos aprendan en ejercicio la magia
de la colaboración, es decir el trabajo juntos, a tomar decisiones que
reflejen la participación de todos para que quienes están en la cabeza del
poder decisorio puedan contar con la ponderada e inteligente
participación de todos sus miembros: estudiantes, docentes, directivos,
personal administrativo y de demás personas que engrandecen la
identidad universitaria. Una participación de calidad prohíja una vida en la
que dignidad de sus integrantes no es solo retórica sino experiencia de
vida, tal como lo proclaman los nuevos capitales del barco gran
colombiano, Doctor Santiago Castro A. y el vicerrector Rodrigo Lupercio
Riaño P.
10. La AUTENTICIDAD. “No se puede educar para darle sentido a la vida
cuando la sociedad, inmersa en la cultura globalizada, está enceguecida
a los valores que realmente humanizan” (Quintaz, 2006)
Este principio está relacionado en proporción directa a la realidad de
transparencia de un objeto o sujeto, es decir a una realidad de tipo
ontológico. Ya en la filosofía clásica de corte aristotélico/ tomista se dice
que “las cosas son lo que son”. Se puede parafrasear esta máxima
diciendo que la Universidad es lo que es de acuerdo a unos principios,
valores y propósitos que identifican a la institución como tal.
No se puede decir que la Universidad, como estructura que responde a
una organicidad sistémica es auténtica, ya que eso no es posible. Los
juicios de valor se hacen a las personas en sus diferentes funciones y
compromisos institucionales. La teoría que sustenta un plan de trabajo o
proyecto puede ser perfecto en todos sus elementos, pero eso no
garantiza que las cosas funcionen como están planeadas y propuestas.
Las evaluaciones se hacen a partir de los juicios que se realizan a las
personas y a sus roles como se afirmó anteriormente. La transparencia
de una institución es el espejo en el que se refleja la imagen de quienes
hacen parte de esa institución y el compromiso que asumen de acuerdo
a sus roles y al ejercicio serio y ético de sus funciones.
11. La FORMACION INTEGRAL PERMANENTE.
Quienes ejercemos la vocación de educadores hacemos el papel de
parteros, ya que como afirma el pedagogo Antonio Pérez Esclarín, en uno
de sus escritos “las madres dan la vida y nosotros los docentes estamos
llamados a ayudarles a dar sentido a la misma” (Esclarín, 2005)
Formación integral en educación se entiende como totalidad de una
experiencia que abarca no la parte sino el todo y en nuestro caso el sujeto
como principio y fin de todo acto educativo. Sin embargo en el cotidiano
ejercicio del acto educativo se puede percibir la ruptura que hay entre el
acto educativo y la vida. Toda esta situación porque simplemente la
educación no responde a las intencionalidades de los sujetos sino a los
propósitos de políticas o intereses económicos, produciendo en el acto
educativo una ruptura o divorcio con los problemas reales de la vida.
Hablar hoy de FORMACION INTEGRAL en la Universidad La Gran
Colombia debe ser una expresión no vaciada de sentido sino de una
fuerza vital que ayude a transformar la irracionalidad de los profundos
vacíos éticos que se tipifican en la ausencia de valores humanos,
morales, éticos y espirituales en esta sociedad colombiana.
12. La FUNCION INVESTIGATIVA. La palabra investigación en su acepción
etimológica significa ir detrás de la huella o el vestigio de algo. Papel
preponderante que enaltece el ser y el quehacer de la academia. La
grandeza de la Universidad se mide por su capacidad como instancia
crítica de búsqueda de la verdad en todos sus aspectos. La realidad como
el lugar epistemológico del cual debe partir la investigación se constituye
en el terreno al que la Universidad debe dedicarle todos los esfuerzos y
recursos posibles para transformarla o adecuarla a los propósitos de la
vida y felicidad que buscan todos los seres humanos.
Una investigación que no responda a la solución de los problemas que
padece el ser humano inmerso en las diferentes estructuras sociales, no
tiene sentido. En la ruta de una sana autonomía universitaria, nuestra
Gran Colombia debe convertirse en una fuerza que marque la innovación,
la recreación permanente de todas sus propuestas a nivel académico,
administrativo y evaluativo, solo así podrá ser reconocida en el andar de
este siglo XXI y en los siglos por venir.. De ahí que hoy debe mantenerse
firme y valiente como una Universidad donde la EXPERIENCIA DE VIDA
no es un simple slogan sino una ruta que se va caminando entre
directivos, comunidad docente y estudiantil y demás personas que hacen
parte de esta utopía que se va construyendo en aquí y el ahora del viaje
emprendido hace largos 66 años.
13. La FUNCION DOCENTE. Siguiendo el hilo conductor de cada uno de los
principios que constituyen la identidad de la Universidad La Gran
Colombia como un ORGANISMO VIVO, la función DOCENTE está a la
base de esta identidad, pues no se trata única y exclusivamente de poner
en práctica una idoneidad profesional en la multiplicidad de saberes y en
el desarrollo del discurso de ciencia, tecnología y visiones de tipo ético,
humanístico y espiritual. En la matriz del discurso grancolombiano hay
una realidad docente más profunda que tiene implicaciones mucho más
exigentes en el proyecto de vida profesional.
En la realidad cultural y coyuntural de nuestro pueblo colombiano hoy son
pocos los que le apuestan a vivir la vida con honestidad y responsabilidad.
Se cree que vivir es seguir rutinariamente los pasos que marca una
sociedad acostumbrada a aquel dicho tan superficial y contaminante de
mediocridad “viva y deje vivir”. Este tipo de sofismas inmorales no deben
tener cabida en el cerebro y el corazón de un docente grancolombiano,
pues él debe ser aquel adalid que sea capaz de ir en contravía de este
tipo de percepciones socio-culturales.
La CONCIENCIA CRÍTICA DEL PUEBLO. Para cerrar esta reflexión en
torno a los PILARES Y PRINCIPIOS FILOSOFICOS que le dan la
identidad a nuestra Universidad La Gran Colombia, quisiera transcribir
este aparte que me parece encierra todo el ESPÍRITU y la RAZON DE
SER de la GRAN COLOMBIA. He aquí lo que se dice:
“ La comunidad universitaria no puede encerrarse en sus propias fronteras
sino que por el contrario debe proyectarse hacia el país insertándose en el
proceso de cambio para luchar por una Colombia comunitaria, compartida,
auténtica, autónoma, autosuficiente, segura, democrática, integrada, pacífica,
ecológica y cristiana”.

Suele decirse que conciencia es la ciencia de sí mismo (a). De acuerdo


a esta percepción es entonces la dimensión más profunda de su propia
interioridad y del nervio de todo aquello que lo o la identifica como tal.
Esto tiene profundas consecuencias en todos los aspectos. La Gran
Colombia para ser fiel a los principios y valores institucionales debe
mostrar y demostrar su autenticidad encarnando el ser, quehacer,
compartir y participar de todo lo que es con aquellos que son y hacen la
Universidad. No puede convertirse, como muchos centros de educación
superior, en una simple empresa de oferta y demanda de “educación”. Si
esa fuera su orientación se pone del lado de los grandes emporios en los
que la educación perdió su razón de ser y se la somete única y
exclusivamente a las leyes del mercado.
La AUTOSUFICIENCIA de la Universidad la Gran Colombia debe ser el
distintivo de aquellas instituciones en los que los recursos son reinvertidos
para el bienestar de toda la comunidad universitaria. Esto la hace distinta
a todas las demás. Es SEGURA porque no defrauda los sueños de sus
estudiantes y demás personas que hacen parte de este cuerpo
universitario. DEMOCRATICA porque ella es el estudiante, el directivo, el
docente el administrativo y el personal de servicios varios que en la
cotidianidad de su trabajo contribuye a la organicidad de la misma.
Es PACIFICA porque sus aulas y otros lugares de la planta física son
laboratorios de paz que deben replicarse en la familia, en el barrio y en
cualquier ambiente de nuestro territorio nacional. ECOLOGICA, porque
se hace consciente y responsable que la tierra como comunidad de vida
y como madre que nos alberga para construir los sueños hay que cuidarla
y no seguirla asesinando como se está haciendo en la actualidad por esa
ausencia de la ética del cuidado y de la responsabilidad para con cada
uno de los seres vivos de la misma.
14. Los OBJETIVOS DE LA UNIVERSIDAD. Cada uno y todos en general se
constituyen en vectores que indican la ruta que se debe seguir para hacer
vida todo lo que está contenida en cada uno de sus objetivos, propósito y
finalidad. Ellos, unidos a los criterios de acción y a las actividades
específicas son parte constitutiva del SER y HACER de la Universidad.
Su puesta en acción es responsabilidad de todos y cada uno de los
integrantes de la comunidad universitaria gran colombiana.
15. Los PILARES FUNDAMENTALES y los PRINCIPIOS FILOSOFICOS de
la Universidad La Gran Colombia en línea de concomitancia de formación
para la vida fundamenta articuladamente la propuesta de una ETICA
LIBERADORA, que hace concreto en el aquí y el ahora el pensar, querer,
decidir y actuar de JULIO CESAR GARCIA VALENCIA como gran
visionario y profeta de la educación colombiana.
Pues esta ética parte de un presupuesto que permeó el espíritu inquieto
y nada conforme de nuestro fundador, ya que el quiso que la educación
fuera, no un privilegio de unos pocos sino que favoreciera a los obreros y
trabajadores que la sociedad de aquel entonces les había cerrado las
puertas y oportunidades y no veía en ellos sino fuerza de producción. Al
darles posibilidad de cualificar su trabajo esto redundaría en más y
mejores alimentos para sus familias, techo, salud, trabajo mejor
remunerado, educación y libertad. Con esta orientación se ve claramente
que trabaja con prioridad la supervivencia Sico biológica sobre la calidad
de vida.
Para un estudiante cristiano convencido de su misión como colaborador
en la construcción del Reinado de Dios, la vida o la muerte de los seres
humanos puede constituirse en un criterio ineludible para ser instancia
crítica y analítica de sistemas sociales, económicos y políticos que
sobreponen este tipo de intereses al valor sagrado y fundamental de la
dignidad de todo ser humanos, creado a imagen y semejanza de Dios. La
ETICA LIBERADORA que está a la base de este sueño del fundador
articula una tesis, que podríamos decir que es irrebatible, en la que un
sistema o institución se valida como bueno sólo si ofrece posibilidades de
una vida de calidad. Quienes por razones históricas han sido privados de
este derecho a lo largo y ancho de la geografía nacional se constituyen
en un lugar que valida una propuesta ética y filosófica que le apuesta a la
integralidad del ser humano, como marco de referencia educativa.
El criterio de bondad de una FORMACION ÉTICA LIBERADORA es que
abra caminos reales y concretos a la consecución de la FELICIDAD
PLENA de todo hombre en sus estudios, trabajos, creaciones y relaciones
en general.
Es buena toda propuesta educativa que despierte en sus educandos un
espíritu crítico del estar ATENTOS a lo que pasa en la cotidianidad, que
los lleve a profundizar, con la ayuda de los expertos, en las causas de los
desajustes sociales, para que desde esta perspectiva, genere en ellos
una actitud de compromiso como respuesta ética de responsabilidad
frente a los cambios que exige la sociedad.
El espíritu de una ETICA LIBERADORA debe iluminar de manera
desapasionada el conocimiento de los contextos en que se generan los
grandes males de la sociedad, liderados por aquellos que cuentas la
historia de los otros, pero cierran puertas para que narren su propia
historia para que al ser conscientes de estas causas y desajustes
sociales se comprometan a tomar las riendas de la sociedad con sólidos
principios y valores éticos para derribar de los pedestales a quienes han
sacralizado infamemente el devenir histórico para provecho propio o de
sus familias. Una ETICA LIBERADORA se teje con hilos de CULTURA
SOLIDARIA donde es el bien de los otros, como expresión máxima de la
ALTERIDAD lo que cuenta y no simplemente la conciencia egoica que es
la antítesis de una ETICA DEL AMOR o ETICA CRISTIANA, que en
esencia, ésta, no es más que una ETICA LIBERADORA.

Buber, M. (1995). Yo y Tú. Madrid: Caparros Editores.

Esclarín, A. P. (2005). Educar Para Humanizar. Madrid: Narcea.

Galat, J. (2004). ¿ Qué es la Empresa Comunitaria? Y algo de su historia. Bogotá: Ugc.

Kuhn, T. (1971). La estructura de las revoluciones científicas. Madrid: Casa del libro.

Quintaz, A. L. (2006). El humanismo pedagógico en el debate pedagógico contemporáneo. Buenos


Aires: Dunken.

Toro, J. B. (1992). Siete aprendizajes básicos para la convivencia social. Bogota: Cinep.

Autor: Profesor Marco E. Muñoz M.

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