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Este libro est organizado bajo la forma de un triptico, En ja primera parte se recogen, tal y como se presentaron en su momento, algunos de los andlisis que a principios dela dé- cada de 1990 pusierona discusién|as tematicas dela“apro- piacién del proceso productivo” y de la “apropiacién de vida social’, nudos problematicos en los que se movié en- tonces uno de los ejes mas significativos del movimiento campesino nacional. La segunda parte se instala en el anali- sis de los procesos de patrimonializacién, tanto en su nivel tedrico mas general como en el estudio de casos particu- lares. La tercera parte entra al tema de la economia social y de los procesos de patrimonializacién desde la vision y perspectiva, primero, de una experiencia especifica del go- bierno del estado de Michoacan y, segundo, desde la que marcé, en fechas precisas del calendario de 2010, la pre- sentacién de sendas iniciativas de Ley en el Senado dela Republica. ‘THIERRY LINCK, JULIO MOGUEL ‘ALFREDO RAMIREZ ‘coonoINADORES Thierry Linck, Julio Moguel Alfredo Ramirez (coordinadores) Economia popular y procesos de patrimonializacién Biblioteca Dantel Costo Villega EL COLEGIO DE MEXICO, A.C. Juan Pablos Editor Fundacién México Social Siglo Xx México, 2011 ECONOMIA POPULAR Y PROCESOS DE PATRIMONIALIZACION de Thierry Linck, Julio Moguel y Alfredo Ramirez (coordinadores) Primera edicién, 2011 DR. ©2011 Thierry Linck Julio Moguel, Alfredo Ramirez D.R.© 2011 Juan Pablos Editor, S.A, 2a. Cerrada de Belisario Dominguez 19, Col. del Carmen Del. Coyoacan, México 04100, DF D.R. © 2010, Fundacion México Social Siglo XI, A.C. Monterrey 242, Col. Roma Norte, Del. Cuauhtemoc México, 06700, D.F. En coedicién con Secretaria de Desarrollo Econémico del Gobierno del Estado de Michoacan Grupo Parlamentario del FRD, Senado de la Republica, LXI Legislatura Diseno de portada: José Luis Lugo ISBN 978.-607-711-000-2 Impreso en México Reservados los derechos Nota introductoria De la lucha por la tierra a la lucha por la patrimonializacién (a manera de presentacién) Julio Moguel PRIMERA PARTE DE LA “APROPIACION DEL PROCESO PRODUCTIVO” ALA “APROPIACION DE LA VIDA SOCIAL” Pros, contras y asegunes de la “apropiacién del proceso productivo” Armando Bartra Crisis del capital y reorganizacién productiva en el medio rural (notas para la discusion sobre los pros, contras y asegunes de la “apropiaci6n del proceso productive”) Julio Moguel (7 ECONOMIA POPULAR Y PROCESOS DE PATRIMONIALIZACION La lucha por la “apropiacién de la vida social” en la economia cafetalera: la experiencia de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras, 1990-1991 Julio Moguel SEGUNDA PARTE ECONOMIA POPULAR Y PROCESOS DE PATRIMONIALIZACION Del patrimonio a la patrimonializacién (refundar el campo epistemologico de la economia) Thierry Linck De la propiedad intelectual a la calificacion de los territorios: lo que cuentan los quesos tradicionales Thierry Linck y Esteban Barragdn ¢Retrégrados 0 vanguardistas?: los productos tradicionales y el desarrollo rural en México Thomas Poméon Los sistemas agroalimentarios locales: calidad, territorio y accién colectiva Jawier Sanz Caftada Proteger los alimentos y las bebidas tradicionales Maria Cristina Renerd Los cafés de origen y su certificacion en México Fernando Célis Callejas La batalla del queso Cotija Esteban Barragdnt TERCERA PARTE POLITICAS PUBLICAS ¥ LEGISLACION DE CARA ALA ECONOMIA POPULAR Politicas piblicas y economia popular: la experiencia de Michoaca Alfredo Ramirez Bedolla La economia popular y solidaria: una propuesta viable frente al desastre neoliberal (en torno ala Iniciativa de Ley para crear el Instituto Nacional de Desarrollo del Sector Social de la economia en México) Enrique Veldzquez Zarate Indicaciones geograficas, denominaciones de origen 'y marcas colectivas: retos una de reforma legislativa ‘Alfredo Ramirez y Enrique Veldzquez Anexo: legislacién internacional en “las creaciones del intelecto humano” Nota introductoria de encuentros de escritores, académicos, Iideres de movi- mientos sociales y activistas que no forman un grupo 0 na corriente teGrica, ideolégica o politica en particular. De he- cho, valga decirlo, algunos de ellos no se conocen entre sf. Lo que define la particularidad de los sujetos que ahora escriben es- te libro tiene sin embargo un obvio y explicito denominador co- main: su haber estado 0 su estar actual en el campo real y/o en el campo te6rico de la economia popular en diferentes momentos de la historia del México contempordneo. Valga esta referencia para dejar claro que, més allé de las significativas convergencias que el lector encuentre entre los diferentes textos, cada uno de cellos corresponde a la responsabilidad exclusiva de su autor, No obstante, cabe mencionar que la idea de integrar un libro de estas caracteristicas surgié de diversos encuentros que algu- nos de los autores de este libro tuvieron entre 2009 y 2010, bajo lacobertura y part 1n del Instituto de Investigaciones Eco- nomicas de la UNAM, diversas instancias del gobierno del es- tado de Michoacén y miembros de la fraccién perredista del Senado de la Reptblica, en los que fue posible discutir temas re- lativosa las politicas piblicas y a los requerimientos especificos FE: libro constituye el resultado de una larga experiencia fm) 12 _ECONOMIA POPULAR Y PROCESOS DE PATRIMONIALIZACION de legistaci6n relacionados con el desarrollo regional, la econo mia social, solidaria o popular, y los procesos de patrimonia- lizacién, No de menor importancia fue, en el impulso de la presente publicacién, el encuentro nacional-internacional que sobre “economia populer y marcas colectivas” se realiz6 hacia finales de mayo de 2010 en la ciudad de Morelia organizado por la Secretaria cle Desarrollo Econémico del gobierno del es- tado de Michoacan. Ellibro est organizado bajo la forma de un triptico, En la pri- ‘mera parte se recogen, tal y como se presentaron en sti momen: to, algunos de los andlisis que a principios de la década de 1990 pusieron a discusién las tematicas dela “apropiacién del proce so productive” y de la “apropiacién de vida social”, nudos pro- blematicos en torno a los que se movié entonces uno de los temas més significativos del movimiento campesino nacional. La segunda parte se instala en el analisis de los procesos de pa- trimonializacién, tanto en su nivel teérico mas general como en el estudio de casos particulares. La tercera parte entra al te- ma de la economfa social y de los procesos de patrimonializa- cién desde la vision y perspectiva, primero, de una experienc’ especifica del gobierno del estado de Michoacén y, segundo, desde la que marc6, en fechas precisas del calendario de 2010, la presentacién de sendas iniciativas de ley en el Senado de la Republica Los coordinadores De la lucha por la tierra ala lucha por la patrimonializacion (a manera de presentacién) Julio Moguel cho ha lovido desde que los movimientos campesi- M: en México establecieron como linea basica de su cexigencia el reparto —o la restitucion (de tierras co jnunales), en no pocos casos— de tierras. Y no estamos hablando dela oleada revolucionaria que quebré la espina dorsal del lati- fundismo porfiriano en el amanecer del siglo XX, sino de las Iuchas que en la década de 1970 escenificaron miles de producto- res rurales que por una u otra via se apropiaron o reapropiaron de terrenos para producir. “Hoy luchamos por la tierra, mafia~ na por el poder”. Asi rezaba la consigna més socorrida de los movimientos rurales de ese tiempo. En los afios que siguieron se hizo cada vez mas evidente que luchar “por la tierra” era necesario, pero en definitiva insufi ciente para sustentar cualquier proceso efectivo de producci6n- reproduccion. {De qué servia tener la tierra si el capitalismo ‘mantenia sus estrategias de desposesiGn por otros medios? De qué servia tener un medio de produccién como la tierra si no se contaba con créditos, maquinaria o insumos? ¢Y de qué ser- |, Una variante de la referida consigna que emergio en esos anos fue Hoy Iichamos por la tierra también por el poder” 3) u jut MOGUEL via en definitiva tener una porcién de tierra si se carecia ade. més de canales propios o amigables de comercializacién? (Los apoyos estatales, recordemos, empezaron en esos afios su his- torica retirada en los espacios productivos y de comercializa- cién de los pequenos y medianos productores rurales). Elciclo de “luchas por la tierra” de los afios setenta del siglo pasado entr6 en su fase descendente en la segunda mitad de a década, porque el nivel de confrontacién que generaba ago- 16 las energias movilizadoras; o porque se colmé en determi- nada medida la demanda, con algunos importantes procesos “expropiatorios” que se dirigieron contra la gran propiedad? Elcaso fue que se dio un “cambio de terreno” (asi se nombré en- tonces el viraje) que llevé a las vertientes dominantes dle los mo- vimientos rurales de “Ia lucha por la tierra” a “a lucha por la apropiacién del proceso productivo” El cambio de acentos en la caracterizacién de la “nueva” lu- cha (encabezada por lo que se autodenominé un “nuevo movi miento campesino”) implicé toda una revoluci6n conceptual. Con ello se reafirmaba la ya aiteja conviccién de que la tierra esa maravillosa tangibilidad— s6lo seria un bien positivo si se lograba hacerla producir, manteniéndola en el proceso de produccién-reproduccién —en una perspectiva ampliada~ co- mo un bien propio, colectivo, dentro de un esquema de domi- nio o de apropiacién que también fuera ampliado y colectivo. 2 Recordemos el caso de las “expropiaciones” del periodo echeverti ta, una buena parte de ellis concentradas en el ano 1976, Sobre el mov tiento campesino del periodo: Julio Moguel y Lorena Paz Paredes, Saft Gertrudis:testimonios de una lucha campesina, México, Era, 1979, Serie Pott Jar ndim, 69; Julio Moguel coord), Historia deta cuestin agrari mesic tomos 8 y 9, México, Siglo XXI, 1988-1989; Julio Moguel (coord), Ensa4a® Sobre la cuestién agraria y el campesinado, con Jorge Veraza, Blanca Rubio, Rosario Robles y Francisco O. Lerda, México, Juan Pablos, 1981; Blanes Rubio, Resistencia, campesna y explotacion rural en México, México, Era: 1987, [DEA LUCHA POR LA TIERRA A LA LUCHA TOR LA PATRIMONIALIZACION 15 a formulacién entraba entonces de Ileno a considerar como decisivo en el anélisis de las relaciones sociales el intangible término de posesiGn colectiva, concepto al que se le imprimie- ron valores de poder de tipo técnico y de organizacion (valor proyectado inevitablemente hacia “lo politico”). El denominado “cambio de terreno” de los movimientos ru- sales que empez6 a plantearse desde entonces —ya en los aitos fochenta— quiso verse por algunos desus disefiadores y conduc tores como una variante tactica de lucha, pero pronto se hizo suficientemente claro que la realidad eta més cruda que el rea- tismo. Nadie era entonces capaz de imaginar que el capitalismo hhabia entrado en definitiva en una nueva etapa sin retorno, y {que mas que un “cambio de terreno” lo que estaban imponien- do las novedosas circunstancias nacionales y mundiales impl caba en definitiva un completo cambio de piel. Digamosio de otra forma: generar autonomias productivas en procesos de pro- duccién-reproduccién basados en la posesidn colectiva del siste- ‘ma —implicada en la idea de la “apropiacion”— no podi la larga més que una nueva quimera, si en el lance dejaba de contarse en definitiva con el componente del “apoyo estatal”. Lacontradiccion que planteaba el propio modelo productive de “apropiaci6n” tuvo sin duda en muchos casos efectos positives ‘en amplias éreas de los medios rurales, pero en la mayoria ter- min6 por no ser mas que una coartada (puesta en practica cons- cientemente 0 no) para que los “nuevos” movimientos rurales aceptaran un credo que era propio del modelo neoliberal. El interés “comin” de esos luchadores sociales con el nuevo gobierno se anclé en la idea del “necesario” adelgazamiento del Estado, tema que para el grupo estatal comandado por Carlos Salinas de Gortari era un leit motiv de transformacién neolibe- tal, y para esa izquierda un leit motiv de autonomfa de las orga- Rizaciones rurales. Desde esa perspectiva, las viejas defensas y casamatas ideoldgicas y politicas de la referida izquierda em- sera 16 JU MOGUEL ‘pezaron a debilitarse en linea, dejéndose absorber por un pro- yecto magno de transformacién a la derecha, pero que no dud6 ‘en “apoyar” los proyectos “autonémicos” y de paso bautizar su programa social més ambicioso con el nombre de Solidaridad? Los voluntariosos activistas sociales, ordenados en torno a los nuevos parametros del pensar y del decir del gobierno salinista, pensaron que la idea de la “apropiacién del proceso productive” y sus presupuestos autonénticos les permitiria demostrar més pronto que tarde que habian escogido en definitiva la via ‘més franca y Ilana hacia un “gran proceso” de transformacion hacia la izquierda en muy diversos ambitos del espacio social, econémico y politico nacional.* Ello justificaba argumental- mente en definitiva su “alianza” con el nuevo niicleo polftico en el poder, en un rivel que inclufa el compromiso de Salinas de incorporar a algunos de sus principales conductores en de- terminados puestos de gobierno.’ Pero no pasé mucho tiempo 3 Ge trat6 de un caso “tipico” de ocupacién de un universal progressta por un poder politico particular conservador.Slavo) Zizek habla del fené- Frenojesto para un caso inverso (ocupacién de un universal por un poder politico particular progresista):”La kucha por la hegemonia ideoligico-po- Fisica es [| siempre una lucha por la apropiacién de aquellos conceptos que son vivides'espon:dneamente’como’apoliticos’, porque trascienden Ibs confines de la politica. No sorprende que la principal fuerza opositora tentog antiguos paises eociaistas de Europa se llamara Solidaridad: un sig- nificante eyemplar de la imposible plenitud de la sociedad. Es como si, en ‘esos pocos afios, aquello que Ernesto Laclau llama la ligica dela equiva- fencin hubiese Funcionacio plenamente: a expresién ‘los comunistas en el poder’ era la encarnacin de la no-sociedad, de la decadencia y de la co- FPrupeign. una expresion que magicamente calalizaba a oposicion de todos, incluidos ‘comunistas honestos’y ‘desilusionados’”. Slavoj Zizek, En de- jonsa dela intolerance, Cad. de Javier Eraso Ceballos y Antonio Jose Anton Fernandez, Madrid, Sequitur, 2009, p. 15. "No de ofra forma lenfa que Teese entonces la idea en toro ala frase de “los campesinos al asalto del cielo", acutada por Gustavo Gordilo ‘Véase Gustavo Gordillo, Los campesinos al asalto del cielo, México, Siglo Xx, 1988 “El easo mas destacado fue el de Gustavo Gordillo, quien se convirtio ensubsecretario de Agricultura y de Recursos Hidréulicos. ELA LUCHA POR LA TIERRA A LA LUCHA POR LA PATRIMONIALIZACION 17 ra que del propio movimiento campesino y de algunas plu- Fias reconocidas en la materia empezaran a ponerse los puntos jobre las ies, siendo la letra de Armando Bartra la mas destaca~ dda en el referido proceso de cuestionamiento y de valoracion: Los aparatos autogestionarios son conquistas, instrumentos de beneficio econémico, palancas organizativas y a veces tan apasio- antes como juguetes nuevos. Pero pueden transformarseen mons- truos, fen un] autécrata que debe crecer a toda costa, ya no por ‘explicables compulsionesfinancieras, sino porimperativos de orga- nizacién. La fuerza del agrupamiento campesino ya no esté en la cohesion de sus miembros sino en la solvencia de sus empresas.* Con una sola linea de conclusién en el balance de toda una década de lucha: El saldo de una década de lucha por la “apropiacion del proceso pro- ductivo" es sin duda extenso, abigarrado y sugerente, pero en cierto modo también es desalentador: algunas organizaciones han des- aparecido sin pena ni gloria, muchas padecen severos problemas ‘econémicos y administrativos que las tienen al borde de a crisis, y pocas —sies quealguna— pueden presumir de bonanza financiera Oo siquiera de modesta estabilidad contable.” El analisis de Bartra llevaba la critica hasta el fondo de la cues- tion, con el sefalamiento llano de que la idea de “apropiarse el Proceso productivo” tenia una inocultable y no siempre positi- va carga economicista, pues a pesar de pretender, “a la larga”, Armando Bartra, “Pros, contras y asegunes de la apropiacién det Proceso productivo”, en EI Cotidiano, nim. 39, Universidad Auténoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco, Divisién de Ciencias Sociales y Hu Imanidades, enero-febrero de 1991, pp. 48-49. El texto de Bartra se repro- luce en este libra, "bid, p.49. 18 JULIO MocuEL “apropiarse dela vida social”, quedaba varada eno fundamen- tal en su perspectiva cortoplacista de “retener el excedente”, tema més referido a una l6gica de “rentabilidad empresarial” que a otra de empoderamtientos econémicos, sociales y politicos progresivos capaces de generar reales procesos globales de transformacién. Por ello seftalaba: El lado oscuro de estas practicas [las de la “apropiacién del proce- 0 productivo" termina por imponerse sobre los efectos progresi- vos y luminosos, an la medida en que la apropiacién del proceso productivo se queda en la sustitucién de actores sociales 0 estata- les por agentes asociativos, sin mayores modificaciones del mo- delo econdmico.* EI planteamiento bartriano abrié nuevas posibilidades de andlisis y reflexion en la materia, con textos como los que pu- blicamos por nuestra parte en 1992, uno con el titulo “Crisis del capital y reorganizacién productiva en el medio rural (Notas para la discusi6n de los pros, contras y asegunes de la apropi cién del proceso productivo)”, y otro con el de “La lucha por la ‘apropiacién de la vida social’ en la economia cafetalera: la experiencia de la CNOC, 1990-1991” ? La importancia de los mis- ‘mos, si es que en si: momento la tuvieron, fue la de reafirmar y acaso ampliar algunos de los razonamientos de Bartra en la ma- teria, pero también la de establecer el registro de un debate que se habia venido dando en las filas de algunos agrupamientos * Ibid, p.52. "Julio Moguel, “Crisis del capital y rearganizacion productiva en el me- dio rural (Notas para la discusién de los pros, contras y asegunes della apro- piacin del proceso productivo)"; “La lucha por la ‘apropiacion de la vida social’ en la economia cafetalera: la experiencia de la CNOC, 1990-1991", ambos en Julio Moguel, Carlota Botey y Luis Fernandez (coords.), Aufono- rma y nuevos sujetos sociales en el desarrollo rural, México, Siglo XXI/Centro de Estudios Histéricos del Agrarismo en México, 1992. Estos textos, con al- sgunas leves variantes, se reproducen en este libro. DE LA LUCHA POR LA TIERRA A LA LUCHA POR LA PATRIMONIALIZACION 19 campesinos queempezabana desprenderse del multicitado plan- teamiento economicista.” Tales sefalamientos criticos de los niicleos campesinos en cuestiGn se dirigfan a abandonar la pers- pectiva de“la apropiacién del proceso productivo” para adoptar Jade la “apropiacion del proceso productivo y de los circuitos de reproduccién de la vida social”, f6rmula que muy pronto qued6 resumida en la idea mas genérica y comprehensiva de “la apropiacién de la vida social”. La ambigtiedad y generali- dad del enunciado no ayudaba mucho en el necesario proce- sodeesclarecer el “cémo" y el “hacia donde” habria que remar, pero dejaba claro que no habria real proceso de transformacién enel sentido que se deseaba si no se llevaba a cabo en definiti- ya un nuevo y radical cambio de terreno en las luchas rurales en el pais. La idea de “la apropiaci6n de la vida social”, a pesar de su ya mencionada generalidad, reorientaba el planteamiento relative alla gestidn asociatioa y des-economizaba el espacio o el terre- °" Los posicionamientos economicistas de la época, provenientes de algunas corrientes que venian del marxismo, y que en ese momento emb0- raban sin problema alguno con el posicionamiento de factura neoliberal, fueron a su vez debilitados por la emergencia de otras “Iuchas culturales” ‘deesos tiempos, Benjamin Arditi nos sefiala con claridad los contenicios de ‘este episodio: "El debate en torno ala diferencia y la identidad cobra fuer za en el marco de las llamadas ‘guerras culturales’ de la cécada de 1980 y Ios inicios de la década siguiente en tomo a temas tales como el aborto, las referencias sexuales las relaciones entre razas, el contenido del eurricu- Iouniversitario oel lugar de la religion en la vida publica [..] Una evalua~ «ion optimista de ese impacto sefiala que el debate en torno a estos temas nos hizo mas sensibles hacia las diferencias culturales, de género o de raza ‘asi como hacia otras modalidades de subordinacion que no estaban direc tamente ligadasa lo econémico. Una estimacién mas cautelosa nos recorda- i que las guerras culturales también contribuyeron a desplazar la politica hhacia el eampo de la moral y debilitaron la capacidad del pensamiento de izquierda por dedicar un esfuerzo comparable a abordar cuestiones rela- cionadascon la explotacién econémica y las desigualdades de clase”. Ben- jamin Arditi, La politica en los bordes det liberalism. Diferencia, populi *evolucién, emancipacién [2007], México, Gedisa, 2010, p. 39. 20 Jou MocuEL no de la disputa hegeménica implicada entre las clases 0 secto- res sociales subalternos y los mticleos o sectores dominantes de la 6poca. Desplazaba también el tangible espacio de “Ia tierra” por el mas ubicuo y pluridimensional espacio referido a lo te- rritorial. La gestion colectiva en los ambitos regionales dejaba en- tonces su anterior credo economicista para hacerse cargo de esa complejisima trama de procesos y de relaciones sociales, eco- némicas, culturales y politicas que conforman las reales ecua- ciones de poder en el plano local (en su perspectiva relativa a su “dialéctica” con “lo global”). No podia entonces dejar de aparecer desde el primer momen- to de esa “lucha por la apropiaci6n de la vida social” la impor- tancia de lo intangible en la disputa por la naci6n. “La tierra” 0 “os instrumentos de produccién” considerados como patrinto- rio colectivo apareci6 (jo reaparecis?) entonces para quienes tu- vieron dos ojos para ver como algo absolutamente natural. El proceso social de lucha por “la apropiacién” habia operado con su capacidad hermenéutica y logrado, entonces, desvelar uno de los secretos mis caros de “la guerra de clases” y de los proce- 508 capitalistas de produccién-reproduccién-desposesin. Lo mas tangible de lo tangible, quedaba al descubierto, no era nada sin esas intangibilidades propias del saber y del hacer colectivo pa- trimonial, Y se hacia atin mas evidente que los procesos de ex- propiacion y de expoliacién no requerian necesariamente de las demarcaciones formales y juridicas de propiedad para esta- blecer las fronteras entre los dominados y los dominantes, en- tre los poseedores y los desposetdos. Pero, qué tenfa que entenderse por un bien patrimonial? En palabras de Thierry Linck: ““Objeto” [.] que se encuentra en todas partes y es por tanto inas- ble. ;Cémo hacer su inventario si se encuentra presente en cada uuno de los objetas del entorno, en las capacidades y saberes que mo vilizamos en todo momento, y si al mismo tiempo impregna 0 de ELA LUCHA POR LA TIERRA A LA LUCHA POR LA PATRIMONIALIZACION 21 termina en una buena medida nuestras representaciones, valores, creencias y reglas? Cémo abordarlo entonces? 7A qué paradigma hray que acercarse para estudiarlo si nos percatamos de que es sus- ceptible de interesar a todos los dominios de las ciencias sociales?!" Dejemos las respuestas a esta bateria de preguntas al pr ‘Thierry Linck, cuyos aportes al tema de “Ia patrimonializaci6n’ sonhoy fundamentales. Pero retengamos de esta primera aproxi- maci6n lo que aqui nos interesa destacar: que toda propiedad oapropiacién de objetos 0 de relaciones tangibles de dominio 0 de explotacién contiene esencias propias de intangibilidad que no pueden soslayarse en el andlisis de las relaciones sociales de nuestros dias; que dichos elementos intangibles no consti- tuyen partes menores 0 secundarias de los mecanismos actua- Jes de dominio y expoliacién, y que se presentan a su vez por otro lado como piezas importantes de una perspectiva de empo- deramiento social en el marco de los procesos de “apropiacién” Los procesos de certificacién bajo Indicacién Geografica (IG) ayudan a aclarar este aparente nudo gordiano de la patrimo- nializacion. Dejamos de nuevo la palabra a Linck: Las certificaciones bajo Indicaciones Geogrificas (IG) presentan la vventaja de rehabilitar la importancia de la relacién entre la produc- ign y los recursos naturales y estimular el interés que pueden gene- rar los saberes particulares (tanto orgénicos como simbolicos) de Ja tradicion. En la medida en que este comercio desarrolla los inter- cambios y ofrece accesos a nuevas posibilidades productivas y a la emergencia de nuevas capacidades de apreciacion (que distinguen al conocedor del consumidor andnimo), no puede quedar duda al- guna sobre el valor positivo del principio de certificacion. Esta no puede ser una simple puesta en escena. Puede, en un caso, promo- “Thierry Linck, “Del patrimonio a la patrimonializacion (refundar el ‘campo epistemol6gico de la economia)”, en este mismo libro, 2 juno mi ver la activacién y el desarrollo de recursos medioambientales o cognoscitivos, relanzar actividades en deelive, estimular la creacién de empleos y el desarrollo local, preservar la diversidad de saberes organicos y simbélicos relativos a la alimentacién y, por la misma via, tener una incidencia positiva en la reforestacién de las identi- dades territoriales.” Se entiende que los referidos procesos de “certificacién” constituyen uno entre otros de los componentes posibles de un proceso de patrimonializacién. Se entiende a la vez que la “cer- tificacion” es un instrumentoo via” técnica” posible de patrimo- nializacién, y que bajo ningyin concepto se identifica o empalma con dicho concepto en sus contenidos y alcances. Se entiende, por diltimo, que la idea de patrimonializacién que nosotros adop- tamos remite er. realidad a un proceso siempre “abierto” de posibilidades “de apropiacién”, en ambitos dentro de los cua- les lo econémico no es mas que una de sus partes. Dicho esto, cade decir que son los pueblos indigenas del con- tinente los que tienen atin la reserva social, cultural y politica més significativa en el terreno de la patrimonializacién. Mu- chas de sus relaciones pervivientes atin se rigen por la l6gica desindividualizeda y desmercantilizada de objetos, cosas, sen- tires y saberes que se encuentran fundidos en procesos natu- rales de gesti6n y de apropiacién asociativa que poco o nada tienen que ver con el economicismo individualista ocon la “ma- nera empresarial” de producir y acumular. No result6 casual por ello que fuera precisamente en el espacio de los producto- rescafetalerosmexicanos —indigenas, dominantemente— don- de surgiera en la década de 1990 la idea de la “apropiacion de la vida social” (frente a la economicista y limitada perspectiva de la “apropiacion del proceso productivo”). Y no es tampoco una ® Thierry Linck, “Diez tesis sobre ‘la economia de ficcion’ en el pensa- ‘miento neoliberal”, en Rojo-amiate, nim, 2, noviembre-diciembre de 2010. ELA LUCHA POR LA TIERRA A LA LUCHA FOR LA PATRIMONIALIZACION 23 casualidad que sea en los espacios dominantemente indigenas de Bolivia donde ahora aparezcan relevantes y relativamente exitosas lineas de defensa y de transformac Jogicas, politicas y culturales se encuentran s6lidamente a tadas en concepciones de cardcter patrimonial. La perspectiva boliviana parece dejar claro cada vez mas que el impulso reno- vyado de transformaciones que ha sido abierto en el continente —y, de suyo, en el planeta— no puede anclarse més, a riesgo de la muerte global, en valores del asociativismo individualista hedonista sobre el que ha pretendido hacerse descansar el *pacto” de la democracia ciudadana prototipica del mundo oc- cidental con los valores propios de la competencia mercantil. sn cuya bases ideo- A MANERA DE COLOFON La perspectiva de anallsis basada en la idea y conceptos del bien patrimonial y de la patrimonializacién permite, desde nuestra manera de ver, revisar otros campos relacionados con el tema sociolégico, hist6rico, politico y cultural. No es menor lo que lle- vaa replantear el debate en torno a la naturaleza del denomi- nado “sector social de la economia”, esencial como sabemos en Ia historia del México moderno, La historica “defensa” de di- cho sector emprendida por muchos cuando éste empez6 a ser amenazado seriamente por los salvajes procesos de privatiza- cién, aun antes del periodo neoliberal, cargé las tintas en torno al aspecto juridico de la cuestién. Mantener el estatus juridico y las di resultaba sin duda decisivo, pero no eran estos factores, como ¢l tiempo se encargé de mostrar, variables independientes sino dependientes, en su valor profundo y estratégico, de relaciones Sociales con expresion regional basadas en las capacidades lo- ensiones pervivientes de la propiedad ejidal y comunal | 4 JU MocuEL cales de gesti6n patrimonial (sustentadas estas mismas capaci- dades en una cultura de naturaleza patrimonial). No de otra forma puede entenderse que emerjan una y otra vez las magias desde estos espacios sociales y productivos para sorprender a unos y a otros. Cémo sobreviven? ¢Como logran volver a la palestra para marcar rutas que en los plan- chaditos espacios de lo urbano no aparecen ni siquiera en la literatura moderna de ficci6n? BIBLIOGRAFIA ARDITI, Benjamin, La politica en los bordes del liberalismo. Diferen- cia, populismo, revolucién, emancipacién [2007], México, Gedi- sa, 2010. BARTRA, Armando, “Pros, contras y asegunes de la apropiacién del proceso productivo”, en El Cotidiano, nm. 39, Univer- sidad Aut6noma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco, Di vision de Ciercias Sociales y Humanidades, enero-febrero de 1991. ‘GORDILLO, Gustavo, Los campesinos al asalto del cielo, México, Si- glo xx1, 1988, LINCK, Thierry, “Diez tesis sobre ‘la economia de ficcién’ en el pensamiento neoliberal”, en Rojo-amate, ntim, 2, noviembre- diciembre de 2010. “Del patrimonio a la patrimonializacién (refundar el campo epistemologico de la economfa)”, en Economia popu- lar y procesos de patrimonializacién, México, Juan Pablos/Fun- dacién México Social Siglo XXI, 2011. MOGUEL, Julio y Lorena PAZ PAREDES, Santa Gertrudis: testimo- rnios de una lucha campesina, México, Era, Serie Popular nam. 69, 1979, ELA LUCHA POR LA TIERRA A LA LUCHA FOR LA PATRIMONIALIZACION 25 (coord.), Historia de In cuestién agraria mexicana, tomos 8 1 9, México, Siglo XX1, 1988-1989. ___— coord,}, Ensayos sobre Ia cuestion agraria y el campesinado, con Jorge Veraza, Blanca Rubio, Rosario Robles y Francisco O. Lerda, México, Juan Pablos, 1981. ____, “Crisis del capital y reorganizacion productiva en el medio rural (notas para la discusién de los ‘pros, contras y asegunes de la apropiacién del proceso productivo’)”, en Ju- lio Moguel, Carlota Botey y Luis Hernandez (coords.), Auto- nomia y nuevos sujetos sociales en el desarrollo rural, Mé », Siglo xxI/Centro de Estudios Hist6ricos del Agrarismo en México, 1992. "La lucha por la ‘apropiacién de la vida social! en la economfa cafetalera: la experiencia de la CNOC, 1990-1991", en Julio Moguel, Carlota Botey y Luis Hernandez (coords ), Autonomia y nuevos sujetos sociales en el desarrollo rural, Méxi- co, Siglo xXxI/Centro de Estudios Histéricos del Agrarismo en México, 1992. RUBIO, Blanca, Resistencia campesina y explotacién rural en Méxi- co, México, Era, 1987. ‘21mEK, Slavoj, En defensa de Ia intolerancia, trad. de Javier Eraso Ceballos y Antonio José Antén Fernandez, Madrid, Sequi- tur, 2009. PRIMERA PARTE DE LA “APROPIACION DEL PROCESO PRODUCTIVO” A LA “APROPIACION DE LA VIDA SOCIAL” Pros, contras y asegunes de la “apropiacién del proceso productivo”* Armando Bartra | tiempo que nos anuncian el anhelado transito ala mo- dernidad de manos del neoliberalismo econémico, el 80 por ciento de los mexicanos come cada vez peor, si no el “cambio estruc- es que cada vez menos. Para las mayori tural” esta significando depauperacién absoluta, lo que en un pais de pobres quiere decir mala nutricién y desnutricién; ham: bre, pues. Se alega que es el precio dela transicién; la cruda dela borra- chera populista en la que derrochamos lo que no tenfamos. Qui- 24, pero en todo caso los mas pobres no fueron invitados a esa fiesta, La mayor parte de los trabajadores no disfruté las glo- rias de la “economia ficcién” ; para ellos las vacas siempre han sido flacas, y ahora se estan muriendo. Y si el costo de admisién al supuesto paraiso neoliberal es alto, sus ofertas son dudosas: prometer la redencién por el mer- cado a los insolventes cronicus y anunciar a los aquejados de to- as las desventajas comparativas que la competencia los haré * Publicado originalmente en Armando Bartra, “Pros, contras y asegu- Tes de la apropiacion del proceso productivo”, en El Cotidiano, nam. 39, Universidad Autonoma Metropolitana, Unidad Azcapotzaleo, Divisién de Ciencias Sociales y Humanidades, enero-febrero de 1991, pp. 4 29) 30 ARMANDO BARTRA libres es, por decir lo menos, una burla siniestra, Desde el pro- verbial “encuentro de dos mundos”, la historia de la pobreza nacional ha ido de la mano de la acumulacién de capital. Y si en el imperio dela mercancfa ha estado la clave de nuestra mi- seria, c6mo creer, ahora, que accederemos a la justicia y a la equidad por la sola magia igualadora de la libre concurrencia? El cambio profundo —“estructural”— es una necesidad del sistema y es, sobre todo, un clamor popular. Pero en la “mo- dernidad” deseable el compromiso con la justicia econémica vaantes que la orquestacién de la eficiencia y la productividad, A estas alturas, para hacer el famoso pastel se necesita conve- nir primero con los reposteros su equitativa distribucién; la for- mula inversa es un sofisma que nos ha mantenido esbeltos pero ya no convence més. En una coyuntura de acendrada crisis e impostergables trans- formaciones, en la que estén en juego tanto la direccionalidad de los cambios como el lugar y papel de los trabajadores en la creacién y distribucién de la riqueza, el estudio de la proble- matica rural, y en particular de las organizaciones campesinas emergentes, es sin duda pertinente. Y lo es no s6lo por la impor- tancia de la produccién agricola, sino también por lo que estas agrupaciones representan como modelo alternativo de organi- zacién econémica y social. LA ORGANIZACION CAMPESINA EN LOS OCHENTA YSU CONTEXTO El agotamiento del modelo de desarrollo mexicano se expresa, primero, en sucesivas crisis econémicas que devienen en emer- gencia social y, finalmente, en insurgencia politica. El desarro- lo desigual de esta crisis general del sistema se manifiesta en el desencuentro espacial, temporal y sectorial de los nuevos pro- PROS, CONTRA Y ASEGUNES a1 cesos democraticos. Asf, la crisis agraria que se inicia en los se- genta es el primer sintoma de estrangulamiento productivo, x70 s6lo deviene debacle general —financiera y econémica— 15 hos después; el movimiento estudiantil-popular de 1968 es el wwerbial inicio de la ruptura democrética, pero durante los getenta el protagonismo corre por cuenta de grandes movimien- tos sociales reivindicativos gremialmente diferenciados, como Ja insurgencia sindical que se inicia con la década y, algo des- pués, el ascenso generalizado del movimiento campesino y el debut del movimiento urbano popular contemporaneo. La cri- sis econmica general de los ochenta y las politicas de auste- ridad con que el Estado trata de contrarrestarla derivan en un dramatico deterioro del nivel de vida mayoritario, que parad6- jicamente debilita a los movimientos sociales reivindicativos —puestos a la defensiva—, pero estalla, finalmente, en una ‘emergencia politica de enormes proporciones. En este proceso, heterogéneo en ritmo y manifestaciones pero de clara direc- cionalidad, se van cerrando las opciones del modelo econémico mexicano y se drena, paulatina pero sisteméticamente, la legi- timidad social y politica del régimen. En la debacle, los representantes partidistas e institucionales dela continuidad reivindican el cambio, y con la bandera de la “modernizacién” emprenden una serie de reformas orientadas ‘a recomponer el proyecto de desarrollo y el sistema sociopo- Iitico, En Jo econdmico se sataniza al Estado social —califica- do de populista— y se instrumentan alternativas eficientistas Y tecnocraticas, discutibles no s6lo por su alto costo social sino también por la fragilidad de la politica de ” ventajas comparati vvas", pues en los paises aquejados mas bien por “desventajas comparativas” el modelo de desarrollo extrovertido y neoli- beral es incompatible con un crecimiento autosustentado y socialmente equitativo. En lo sociopolitico se proclama el “plu- talismo” y la “concertaciOn”, pero el discurso y la practica re- 32 [ARMANDO BARTRA, sultan divergentes, pues el poder sigue siendo patrimonio de un partido-Estado de base corporativa y en sus manos el “nue- vo" estilo de gobernar tiende a reproducir y/o recomponer los antiguos mecanismos de legitimaci6n. La perniciosa simbio- sis entre el ejercicio de los recursos puiblicos y el clientelismo politico partidista no se ha roto, y en este contexto la “moder- nidad” resulta epidérmica y la concertaci6n deviene simple ins- trumento para crear, junto a las viejas centrales oficialistas, un neocorporativismo eficientista y tecnocratico, para erigir, junto con los viejos dincsaurios, un neocaciquismo de cuello blanco, Pero la modernidad gatopardesca no es mas que una cara dela moneda. En la sociedad civil y en la oposicion politica so- plan igualmente vientos de cambio, con procesos de trans- formacién impulsados desde fuera del Estado y desde abajo. Democracia, pluralismo y concertacion, mas que consignas “modernas” del oficialismo, son demandas antiguas del mo- vimiento popular, y hoy constituyen el reto insoslayable al que se enfrentan todas las organizaciones sociales autonomas y las auténticas corrientes politicas de oposicion. DEL CORPORATIVISMO AGRARIO AL NEOCORPORATIVISMO AGRICOLA Conquistado en la revolucién y ratificado durante los aiios veinte por el agrarismo rojo, el reparto territorial demand6, sin embargo, una larga y abigarrada concertacion con el Estado. El agrarismo, entendido como negociacién de la reforma agraria entre los campesinos y el poder, implicé la legitimacion de los gobiernos postevclucionarios como interlocutores privilegia- dos del campesinado. Esto era inevitable. Pero si condujo tam- bien a la pérdida ce iniciativa y de autonomia y, finalmente, a la corporativizacién de los ejidatarios, comuneros y minifun- PROS, CONTRAS ¥ ASEGUNES, 33 aistas, fue porque las reglas del juego de la reforma agraria crea- fon una estructura de mediacién objetivamente cooptable; un facicazgo agrarista, entonces de nuevo cufto, formado casi siem- por lideres naturales de las comunidades. El caudillismo agrarista proporcioné la base material de la corporativizacion y del control gubernamental sobre las organi- zaciones campesinas, mientras la regulacién del acceso a la tierra fue la clave de la presencia rural del Estado. Pero la pau- Jatina incorporacién de recursos y aparatos econémicos no {erritoriales a la accion agraria termin6 por constituirlos en el nuevo eje de la politica rural. La transicién de una presencia gubernamental esencialmente agraria a otra dominantemente agricola tiene su correlato en el peso creciente de las organiza- ciones campesinas de productores, cuyo hilo conductor ya no es la simple pugna por la propiedad formal de la tierra sino el ‘combate por su real control como objeto de trabajo: la lucha por la “apropiacin del proceso productivo” Este recurso —que se inaugura con las dotaciones cardenistas, ‘involuciona en las décadas de la contrarreforma y se fortalece de nueva cuenta desde fines de los setenta— supone la concer- tacién con el Estado de formulas asociativas y de recursos eco- némicos, y sin duda lo legitima como irrenunciable interlocutor de los pequefos productores organizados. Los eslabones que ‘median en esta negociacién ya no pueden ser caudillos agraris- tas de corte tradicional. Ya no basta dominar el procedimiento agrario, ahora se discuten estudios de factibilidad o balances financieros, con una sofisticacién técnico-econémica que ha cam- biado la imagen de los negociadores. Pero la potencial corporativizaci6n de la relacién campesi- Ros-Estado no tiene nada que ver con el perfil profesional de los mediadores (el cacique puede ser analfabeto, abogado, in- Beniero o economista, segiin la época y funcién que desarrolle). Yel hecho de que el Estado esté pasando de una intervencion 34 ARMANDO BARTRA de “primer piso” a otra de “segundo piso” tampoco garantiza relaciones saludables en el sector agropecuario. Lo que final- mente importa es el contenido politico de la relacién; y todo hhace pensar que si el acceso a la tierra fue mediado por un ca- cicato agrarista, base del viejo corporativismo, el acceso a los espacios de gestion y a los recursos econémicos esta siendo mediado por un cacicazgo agricola de cuello blanco, base del nuevo corporativismo tecnocratico. En los iiltimas 15 aftos se han ido redefiniendo las esferas de incumbencia dentro dela economia mixta mexicana. ¥ la politi ‘ca de reprivatizacion y repliegue del Estado, durante los ochenta, se ha expresado en el campo en tendenciasa transferir funciones técnicas, admin‘strativas y econmicasalas organizacionescam- pesinas, entendidas éstas como empresas colectivas, como una suerte de seccién asociativa 0 “social” de la omnipresente ini- ciativa privada Esta potencial ampliaci6n de las esferas de gestién de los pe- quefios productores organizados no significa, por si misma, ma- yor democracia, y el crecimiento de los aparatos econémicos en propiedad de los campesinos no es correlato de su presencia social, ni sinénimo del fortalecimiento organizativo. Y no lo es porque los espacios formalmente liberados por la burocracia estatal son ocupados con frecuencia por otra burocracia, ahora dependiente de la organizaci6n campesina, y porque la logi- a y el sentido econémico de las funciones no cambian s6lo porque se modifique formalmente el sujeto que las desempefa. La “apropiacién del proceso productivo” por los campesinos organizados, si ha de conducir a la creacién de nuevas formas de hegemonia popular en el ambito regional, debe verse como algo mas que la ampliacién de atribuciones técnico-adminis- trativas y no puede medirse por el ntimero y tamafio de los apa ratos econémicos creados por una organizacién. Los aparatos autogestionarios son conquistas, instrumentos de beneficio eco PROS, CONTRAS ¥ ASEGUNES 35 némiico, palancas organizativas y a veces tan apasionantes como juguetes nuevos. Pero pueden transformarse en monstruos. ‘Una empresa comercial o productiva, agroindustrial odeser- vicios, aunque sea asociativa, es también un capital, que pa- 1a subsistir tiene que valorizarse. Esto es sabido, y ya no causa temor. Pero los aparatos econémicos de una organizacién cam- {na son también fuente de servicios para los socios benefi- ciarios. Y casi siempre el que la empresa asociativa conserve su legitimiciad con la base depende de que los servicios se man- tengan. De esta forma, la reproduccién del aparato econémico —que en principio es una exigencia del capital deviene tam- bién una necesidad organizativa. Sin duda, la participacién de los campesinos en la lucha eco- n6mica no es desinteresada y los miembros de una organizacion aspiran a que sus esfuerzos redunden en beneficios tangibles, Esto no significa que la militancia se condicione a la puntuali- dad del beneficio. Pero, en la cruda realidad, siempre hay un poco de eso; y en la perspectiva de quienes gestionan los apara- tos econémicos, la tentacién de comprar legitimidad a cambio de servicios se vuelve irresistible, y tan grande como el temor ala dispersién el dia en que no haya beneficios que repartir. Entonces, el aparato econémico deviene un verdadero mons- ‘truo; un autécrata que debe crecer a toda costa, ya no por ex- plicables compulsiones financieras sino por imperativos de organizacién. La fuerza del agrupamiento campesino ya no esta en la cohesién de sus miembros sino en la solvencia de sus em- Presas: dime cuéll es el monto de tu liquidez y te diré la exten sién de tu militancia. Esta dinamica de crecimiento aparatista ~ Oaparatoso— puede ser por un tiempoespectaculary acelera- da; pero en el fondo es mas aparente que real. Y ademés resul- fa incompat Virajes son dificiles y los repliegues practicamente imposibles, le con la necesaria flexibilidad tactica, pues los Las llamadas “deformaciones” o“vicios” de los campesinos, Proverbialmente contraidos durante su relacién con las insti- 36 ARMANDO BARTRA tuciones,sonenrealidad expresion deestrategiasdesobrevivens in duda resultan nefastas e incontrolables a interior de organizaciones que compran legitimidad. Cuando los servicios de los aparatos econémicos son también la clave dela cohesién crganizativa, las contradicciones se agudizan geo. métricamente: acreciente voracidad de la base séloes compara. ble con su irresponsabilidad, mientras que para los encargados de la gestion resulta cada vez més dificil mantener el equilibrio econémico. Y en su afén por conservar no tanto el capital co= mo la fidelidac de los socios, la administracién puede caer en la dinamica del jugador compulsivo, que responde a las pér- didas doblando la apuesta. Cuando la lucha de los campesi- nos por la “apropiacién del proceso productivo” se transforma en expropiacion de la organizaci6n por sus aparatos econémi- cos, esinminen:ela quiebra y el desmembramiento ola corpora~ tivizacién, El enrarecimiento de la vida interna y el crecimiento exponencial de los vicios y deformaciones erosionan las viejas fidelidades y debilitan las convicciones de base y de dirigencia haciéndolas fragiles a las presiones externas. Tanto mas cuando claudicar politicamente parece, en ocasiones, la tinica forma de sobrev Pero la lucha por evitar la alienacién de las organizaciones so ciales a sus aparatos econémicos y por contrarrestar el neocor- porativismo implicito en las reglas de juego de la concertacion oficialista cobra una nueva dimensi6n después de 1988. cia familiar; pero {EL SUENO HA TERMINADO? Lanueva horneada de organizaciones rurales de productores co- menz6 a cocinarse a fines de los setenta, de modo que las mas antiguas rebasan los diez aftos. Elsaldo de una década de lucha por la “apropiaci6n del pro- ceso productivo” es sin duda extenso, abigarrado y sugerente, PROS, CONTRASY ASEGUNES 37 ‘0 en cierto modo también es desalentador: algunas organi- Zaciones han desaparecido sin pena ni gloria, muchas padecen severos problemas econémicos y/o administrativos que las tie- nen al borde de la crisis, y pocas —si es que alguna— pueden wesumir de bonanza financiera o siquiera de modesta estabi lidad contable. {El suefio ha terminado? {El prometedor curso iniciado a fi ines de los setenta o principios de los ochenta ha conducido a un callejon sin salida? ;Serd que el sector social de la economia es inviable y la apropiacién campesina del proceso productivo un puro espejismo ideol6gico? 20, por el contrario, las dificulta- des son de origen externo y la responsabilidad por la erosi6n de lasnuevas empresasesatribuible por enteroal critic comporta- miento de la economia y/o a la politica agropecuaria guber- namental? Una evaluacién objetiva no debe reducirse a buscar culpa- bles, ni tampoco puede dar por muerta y enterrada una opcién que, con tropiezos, sigue vigente y en la que convergen las es- peranzas de cientos de miles de productores. Reconocer algu- nas contradicciones objetivas con las que tienen que coexistir los procesos de organizacién puede ser un primer paso para diag- nosticar la crisis y hacer manejables las dificultades al identifi- car su origen. En primer lugar habria que reconocer que, en la ma los casos, la crisis de las organizaciones de productores rurales Proviene de los males que aquejan a sus aparatos econémicos. Pero si es légico que los problemas financieros devengan socia- les sin mediacién en los saldos organizativos. Una auténtica orga- nizacién debiera ser mucho mas que sus aparatos econémicos, Y su fuerza cohesiva no puede fundarse sdlo en los ingresos 0 servicios que proporcione. En este sentido habria que lamar la atenci6n sobre la necesidad de cuidar la cohesién social y politi- oria de resulta preocupante que los balances contables se reflejen 38 ARMANDO BARTRA ca de las organizaciones cuyo eje es la lucha econémica, en vig. tas a atenuar el efecto de arrastre de las inevitables dificultades financieras sob-e la vida orgénica en general. Pero aunqueel balance financiero no sea el alma de las orga. nizaciones, las dificultades de los aparatos econémicos pueden ser devastadoras, y en los tiempos que corren resultan cada vez mis frecuentes. Veamos algunas tensiones estructurales que, a s financieras de las empre- nuestro juicio, subyacen en las c sas asociativas. Sin duda la ‘lamada “apropiaci6n del proceso productivo” por los pequefios y medianos agricultores se inscribe en un pro- yecto politico mayor: aduenarse del conjunto de la vida social, cuando menos en el nivel regional. Sin embargo, su sentido econémico inmediato, que es el que le da gran capacidad de convocatoria, es la “retencién del excedente” por los producto- res directos, en la medida en que éstos asuman colectivamen= te funciones que estaban en manos del capital privado o del stado. Ahora bien, or lo general, y en lenguaje ano, la tal “reten- cion del excedente” se entiende como la elevacién del ingreso bruto familiar, y en particular de su porcién destinada al con- sumo no productivo. Asi, por ejemplo, la eliminacién de los intermediarios mediante la comercializaci6n colectiva debe me~ jorar los precios pagados al productor al liberar y redistribuir —parcial o totalmente— las ganancias proverbialmente desa- foradas delos “coyotes”. Pero entonces, paradéjicamente, la “re tencién del excedente” mediante la “apropiacién del proces productivo” se-raduce en reduccién del mismo excedente, pues el ingreso del agente privado sustituido formaba parte de las ga nancias del capital, y al transferirse a los productores directos deviene retribucion del trabajo. Las utilidades de los agentes eco- némicos privados a costa de los campesinos son casi siempre excesivas y de monopolio, amén de expoliadoras, pero son ga PROS, CONTRA Y ASEGUNES 39 gancias, es decir, excedente econ6mico productivamente capi talizable; redistribuirlas entre los productores, que las destinan tos de subsistencia, puede ser justo pero sin duda es tam- pien descapitalizador. La “apropiacién del proceso productive” debe expresarse ‘en la retencién del excedente y también en una gestién eco- ‘nomica participativa y democratica. Se supone que la adminis tracién asf reformada sera mas eficiente que la de los agentes privados a los que sustituye. Pero la practica ha demostrado ‘que democratizar la gestién econémica es siempre hacerla mas farragosa y desgastante y, s6lo a veces, hacerla més eficiente. Lavalidez del principio democratizador no esta a discusién; sin dduda es necesario que todos los participantes conozcan la ope- racion de las diferentes fases del proceso productivo, de modo que puedan evaluarlo, cuestionarlo y eventualmente transfor- marlo, y para lograr esta apropiacion se requiere un aprendiza- je mas 0 menos largo y significativas inversiones de tiempo y esfuerzo colectivos. En este sentido, la transicién a la administracion democrati- a pasa por una etapa de intensa actividad colegiada que pue- de ser farragosa, pero resulta necesaria. El desgaste irracional empieza cuando tratan de institucional dela democracia directa como procedimientos de gestién eco- ‘némica, En las empresas asociativas es inadmisible la dictadura de los gerentes, pero la supervisin social del plan econémico opuede entendersecomo fiscalizacion cotidiana; y la democra- cia administrativa no significa hacer entre muchos y mal lo que arse los mecanismos Puede hacer tno solo y mejor La gestion democratica no es pues, y por definicién, mas efi- ‘42 que la administracién discrecional privada. Sin embargo, €nel curso de la “ apropiacién del proceso productivo” el reto de lS empresas asociativas es ser mas eficientes que los agentes Privados a los que desplazan, y tienen para ello que echar ma- 40 |ARMANDO BARTRA PROS, CONTRAS Y ASEGUNES 4a no de una de sus mayores ventajas comparativas: la capacidad, de concitar esfverzos colectivos voluntarios y conscientes. Esta energia social es una poderosa fuerza productiva que permite sobrevivir a las empresas asociativas donde cualquier negocio privado quebraria, pues, entre otras cosas, abate los cos- tos monetarios mediante aportaciones de trabajo impago. La liberacién y el aprovechamiento de estas capacidades sociales ¢s legitima y racional; pero el ahorro de gastos que asi se con sigue puede crear ilusiones peligrosas: el trabajo de supervisién, gestiénoproduccién, porel quenose paga, debieracontabilizar se rigurosamente, pues es un recurso tan valioso como limitado y su inversi6n no es incondicional y esta supeditada al cumpli- miento de ciertas expectativas, El voluntarismo es una palanca poderosa pero efimera, y a la larga una empresa asociativa que finca su viabilidad en esfuerzos impagos y dilapida las ener gias sociales de sus agremiados esta condenada al fracaso. En otras palabras, al apropiarse de un nuevo eslabén del pro- 30 productivo, los campesinos organizados pueden y deben apelar al traba‘o voluntario y no retribuido como parte de la socializacién de la gestién, pero el abatimiento de los costos monetarios que asi pueda lograrse no necesariamente signifi ca mayor eficiencia. Para que esto sea un verdadero avance, las energias sociales deberian administrarse con tanta prudencia como los recursos monetarios. Por el contrario, la instituciona- lizacién del voluntarismo y los lamados constantes al trabajo impago son un derroche ruinoso que, mas temprano que tar de, agota y desgasta la disposicién participativa de las bases: Resumiendo: al asumir asociativamente eslabones del proce 80 productivo, antes privatizados, las organizaciones campesi= nas: a) transfieren a los productores directos, parte 0 todas, las ganancias del agente desplazado, propiciando una redistribte cidn local del ingreso que favorece al trabajo sobre el capitaly ) socializan y democratizan la gestion haciendo participes @ Jos productores del manejo de las diferentes fases de la activi- dad econémica, y c) desatan energias sociales que, traducidas fn trabajo voluntario, abaten costos monetarios. ‘Pero cada uno de estos avances conlleva tun riesgo: al derivar anciasal ingreso familiar mejoran lascondiciones de subsis- fencia, pero se descapitaliza la empresa mediante la erosion silenciosa de sus bienes (desgaste paulatino de la infraestructu- asin crear fondos de reposici6n, etc,); la sustitucin de practicas gerenciales discrecionales, pero efectivas, por una administra- tion participativa, puede conducir a formas de gestién tumul- tuarias y asamblefstas que ni son realmente democraticas ni son cficientes; finalmente, el abuso del trabajo voluntario crea un es- pejismo de rentabilidad, derrochador de energias sociales e in- sostenible en el mediano plazo. El lado oscuro de estas practicas termina por imponerse so- bre los efectos progresivos y luminosos, en la medida en que la “apropiacion del proceso productivo” se queda en la sustitu- cién de actores privados o estatales por agentes asociativos, sin mayores modificaciones del modelo econémico. Este simple cambio de manos, sin alterar significativamente el rumbo, es el primer paso en la sustituci6n de funciones y constituye una fa~ se puramente formal de la “apropiacion” que por lo general va acompaiada de redistribucién de excedentes y précticas demo- ctéticas de gestién; pero a la larga es insostenible por sus efec- fos econémicamente descapitalizadores y administrativamente desgastantes. Entonces, el reto de las organizaciones campesinas en lo to- fante a la consolidacién y curso ascendente de sus aparatos €conémicos radica en pasar de la apropiacién formal a la apro- Piaci6n real; del simple cambio de manos a la revolucionariza- ‘sion del proceso productivo; de la recuperacion y distribucién el excedente a su magnificaciOn. En esencia se trata de algo se- Mejante al transito de la plusvalfa absoluta a la plusvalia relati- 2 ARMANDO BARTRA PROS, CONTRAS Y ASEGUNES 43 sgenico-econdmica 0 de la gestién; el problema no es gerencial sino politico. Para reorientar con éxito el proceso productive que estan tomando en sus manos, las organizaciones rurales nece- sitan resolver en sus aparatos econémicos las tensiones entre gcumulacion y distribucién, entre rentabilidad y servicio, y festa contradiccién s6lo podra manejarse obteniendo un trato weferencial por parte del Estado. Y esto es un problema de ar- mentos, pero también, y sobre todo, una cuestion de corre- Jacién de fuerzas. va, Si parael capital privadola via fécil para clevar las gananciag consiste en reducit los salarios sin aumentar la productividad, enel caso de los 2roductores directos, que son ala vezempresa- rios asociativos, la via mas cémoda para elevar su nivel de vi- da esté en reducir las utilidades, redistribuyendo una parte mayor del ingreso bruto, pero sin incrementarlo, Naturalmen- te, la superexplotacién como via de acumulacion tiene como mite la reproduccién biologica de la fuerza de trabajo; y de la misma manera la elevaci6n de los ingresos de subsistencia sin revolucionar el proceso productivo tiene como limite la repro~ duccién econémica del capital. En términos macroecon6micos y en lo referente al reparto del ingreso, no es verdad que deba hacerse el pastel y s6lo después convenir su distribuci6n; pero lo que si es cierto es que cuando la reposteria pasa a manos de sus trabajadores la clave esta en hacer mas y mejores pasteles y no s6lo en repartirse la gran tax jada del anterior patrén o en dilapidar los ingredientes. Muchas organizaciones campesinas se quedaron en la pri- mera fase de la “apropiacién del proceso productivo”, y por un tiempo usufructuaron las ventajas que ofrecia la nueva si- tuacion y se legitimaron redistribuyendo los excedentes recupe- rados e instaurando practicas de gestion participativas. Pero pronto estos mecanismos de consolidacién se agotan: la des capitalizacién subterrdnea sale a la luz y la apelaci6n reiterada al voluntarismo embota su eficacia. El camino esta cerrado, pe- ro para seguir adelante se requiere pasar de “la apropiacion” a “la revolucién” del proceso productivo, de la mera retencisn del excedente a su incremento sistematico, de socializar la gestion a hacerla tan eficiente como democratica. Decitlo es facil, pero lograrlo resulta enormemente dificil, y més cuando el contexto econémico global es desfavorable y la politica general y agricola del Estado desalentadora. Y nose tra- ta de dificultades que se resuelvan en el nivel de la planeacin crisis del capital y reorganizacion roductiva en el medio rural (notas ara la discusién sobre los pros, ontras y asegunes de la “apropiacion 1 proceso productivo”)* Julio Moguel piacién del proceso productivo”? Se ha dicho por Jo general que ésta aparece como dominante duran- tela segunda mitad de la década de 1970, a partir o después de que los movimientos © conflictos por la tierra, generalizados tre 1971 y 1976, han sido derrotados, desgastados o conjura- los por la solucion de las demandas de dotacién o de restitu- i6n. Esta idea correcta a veces se acompaia, sin embargo, de creencia técita o explicita de que la lucha por la producci6n ‘0 por la “apropiacién del ciclo productivo” —en cualquiera de us Variantes — no existié como predominante en afios anterio- tes, y se establece la generalidad de que la demanda de tierras dominé en los medios rurales durante décadas. Maria Teresa Femandez y Fernando Rello, por ejemplo, nos dicen que el es- fuerzo organizativo de los campesinos mexicanos se centro, “an- tes de 1970, en las organizaciones nucleares (ejidos, grupos E s reciente en el México rural la lucha por “la apro- * La versiGn original de este texto aparecié en Julio Moguel, Carlota Botey y Luis Hernandez (coords.), Autonoméa y nuevos sujetos sociales en el desarrollo rural, México, Siglo XXI/Centro de Estudios Hist6ricos del Agra- Fismo en Mexico, 1992 [45] 46 JouIO MocuEL solidarios, sociedades locales, etc.). dems, el eje de la lucha campesina era principalmente el reparto de tierra y no la on. ganizacién de la produccién” ? Dicha idea es incorrecta, Por ef contrario, lo predominante entre 1940 y 1970 fue la organiza. cién y la lucha de los campesinos en el terreno productivo, con s6lo breves —aunque intensos y determinantes— intervalos, aco- tados por movilizaciones rurales por la tierra en 1957-1959 y en. algunos aos de la década de los setenta: el cardenismo habia cumplido en lo fundamental con dotar de una parcela a nue merosos nticleos demandantes, y fueron éstos, ya como produe- tores, los que ocuparon desde entonces el centro del escenario, Fue s6lo hasta el periodo de 1970 a 1976 cuando la demanda agraria opacé en gran medida a la organizacién y lucha en el terreno product:vo, pero debe reconocerse que incluso en esta fase de amplias y radicales movilizaciones por la tierra la orga nizacién y los combates en la dreas de la produccién, la comer- cializacion y el abasto adquirieron una dimensién inusitada y, en muchos aspectos, inédita.? La lucha y la organizacién en la produccién es pues afieja y fue muchas veces dominante, aunque debe reconocerse que el ciclo de combates por la “apropiacién del ciclo productivo” iniciado en los aos setenta tuvo desde su inicio — pero sobre todo desde mediados de los ochenta— caracteristicas y rasgos * Maria Teresa Fernandez y Femando Rello, “Las uniones de ejidos y otras organizaciones regionales en México”, en Fernando Rello (coord ), Las organizaciones deproductores ruralesen Méico, México, Facultad de Eco. noma, UNAM, 19901 El peso de “lo productivo” sobre “lo agrario” se expresé muy clara ‘mente, por ejemplo, en el tipo de nticleos que encabezaron organizaciones como la Central Campesina Independiente (CCi) en la primera mitad de la década de los sesenta. Arturo Orona, Alfonso Garzon y Ramén Danz6s Palomino, dirigentes maximos de la Central en su primera fase de vida, proventan precisamente de sectores rurales que habian dado importantes luchas en el terreno de la produccién, en Baja California y en La Laguna. (CRISIS DEL CAPIFAL Y REORGANIZACION PRODUCTIVA a7 realmente nuevos que deben ser considerados. La novedad es- fuvo en que: A) Se expres6, en su base més dinamica, desde un amplio sector campesino que venia de romper lanzas con el fstado en la lucha por la tierra y que demandaba “apropiarse delciclo productivo” conautonomia politica, ideol6gica y orga- nizativa frente a las centrales oficialistas y partidos; b) se plan- {06 la “apropiacién del ciclo productivo” en una perspectiva global y no referida s6lo al control o gestién de alguna de sus partes; c) se pens6 en dicho proceso desde la idea de la aufono- mnia, concepto que implicaba "la menor intervenci6n posible del Estado” (a partir de la transferencia de una buena parte de sus acervos y funciones a las organizaciones productivas), asi co- mo desde la idea de la autogestién’ y, en su caso, de la coges- tion de las éreas productivas, financieras, de comercializacién 0 de abasto (en lucha o como reacci6n, por un lado, contra el ex- cesivo intervencionismo estatal desarrollado en el echeverriis- mo; en comunién, por otro lado, con ideas de varias vertientes de izquierda —maoistas o consejistas, predominantemente— que venian actuando desde tiempo atrés en los sectores rura- les), y d) se vincul6 muy directamentea la propuesta de defender ‘oconquistar el denominado sector social de la economia, frente alas tendencias de privatizaci6n y liquidacién de las estructu- tas ejidales y comunales, > "Otro sistema de précticas sociales — presente en la osatura del ef do— recreado y hasta cierto punto emergiendo como consecuencia del proceso de formacién de los organismos econdmicos, es el dela democra- Gla directa o de autogestion campesina. Aqui por autogestion entiendo bisicamente el control campesino sobre determinados organismos eco: rnomicos a través de la generaclon y aproplacion de sus procesos adm nistrativos y productives. Como ya he tenido oportunidad de senalarlo anteriormente, las diversas formas de autonomia ala que se accede a tra- ‘és de a autogesti6n no implican la autarquia. En especial noimplica mar- ginacion de la trama institucional sea ésta los mercados o los aparatos de Estado, Significa la disputa de espacios politicos a partir de la constitu- Cid de instancias de poderes campesinos”. Gustave Gordill, Los campesi- ros al asato del cielo, México, Siglo XX, 1988. 48 JUUO MoGuUEL (CRISIS DEL. CAPITAL Y REORGANIZACION PRODUCTIVA 49 anea, 0 en 10s afios que siguieron aunque con miiltiples va- antes y no siempre con éxito—, se aventuraron por caminos arecidos organizaciones como a Central Independiente de Obreros Agricolas y Campesinos (CIOAC), al formar su Union Nacional de Crédito Agropecuario, Forestal y Agroindustrial de Fjdatarios, Comuneros y Pequetios Propietarios Minifundis- fas (Uncafaecsa); la Unién General Obrero Campesina Popular (EGOC?); y otras organizaciones regionales, como la Alianza Campesina del Noroeste (Alcano), la Alianza de Organizacio- yes Campesinas Auténomas de Guerrero, el Frente Democré- fico Campesino de Chihuahua o la Coordinadora Estatal de Productores de Café de Oaxaca (CEPCO). En el lance organizativo, muchas de estas organizaciones ¥cambiaron de terreno” (de la lucha por Ia tierra a la lucha por laapropiacién del ciclo productivo”; de la lucha “peticionista” ala lucha “propositiva”) y se inscribieron en un nuevo émbito dela actividad social, politica y productiva del México moder- no, Ganaron presencia en amplias areas de la sociedad rural y fueron capaces de incidir en no pocas de las formulaciones del gobierno salinista. Algunos de los representantes més consp' cuos de esa nueva vertiente del movimiento rural mexicano transit6 con el gobierno de Carlos Salinas hacia altas esferas del poder, participando destacadamente en la Confederacion Na- ional Campesina o dirigiendo programas especificos en areas de la Secretaria de Agricultura y Recursos Hidraulicos, del Thstituto Nacional Indigenista, del Programa Nacional de So- lidaridad, Otros se mantuvieron lejos de los circuitos gube Ramentales y encabezaron significativas luchas rurales, como aquellas que antes habian dado origen a la UNORC. Dos procesos combinados inauguraron una crisis de creci- Mento y desarrollo en la mayor parte de dichas organizacio- Res: la primera fue cuando una inesperada sobrecarga de votos En su nueva fase, la lucha “por la apropiaci6n del ciclo pro. ductivo” fue inaugurada desde principios de los afios setent con experiencias como la de la Unién Ejidal Bahia de Banderas. en el estado de Nayarit Pero tuvo su punto més sdlido de res comienzo, ya como tendencia dominante, en la formacion desarrollo de la Coalicién de Ejidos Colectivos de los Valles del Mayo y Yaqui, cuando una generalizada lucha por la tierra en el estado de Scnora condujo, hacia finales del sexenio echeve- rriista, a la expropiacién de varios miles de hectéreas privadas en beneficio de cientos de solicitantes. Los campesinos al asalto’ del cielo? formaron a partir de alli una empresa modelo, con complejos y eficientes sistemas de autoaseguramiento, autofic nanciamiento y planificacién, Mantuvieron durante aftos el trae’ bajo y las estructuras de decision colectivos y demostraron con creces que eran capaces de competir con éxito en el mercado nacional. Pronto proliferaron modelos o esquemas similares’ de organizacién, en Chiapas, Veracruz, Hidalgo, Tlaxcala, Gue= rrero, Guanajuato, Sinaloa, Durango, San Luis Potosi, Estado de México. El maximo esfuerzo de organizacién de una red importante de este tipo de nacleos productivos se dio a partir de 1985, cuando se formé la Unién Nacional de Organizaciones) Regionales Campesinas Auténomas (UNORCA),*En forma simul ‘Para una aproximacién a la experiencia de la Unién Bjidal Bahia de Banderas, véase Julio Moguel, Historia dela cuestion agrara mexican, tom 9, vol. Mexico, Siglo XX1/Centro de Estudios Historicos del Agrarismoen México, 1991. Véase también Adolfo Orive (coord) y José Luis Torres, Po: der popular. Construcci de ciudadaniay comunidad, México, Jaan Pablos) Fundacidin Méxien Social Siglo XX, 2010 S Gustavo Gordillo, op. ct ¢ Sobre la UNORCA, véase Nuria Costa, UNORCA: documentos para la hist ria, México, Costa-Amic, 1989, Vease también Luis Hernéndez, “La UNOR- CA: doce tésis sobre el nuevo liderazgo campesino”, en Julio Moguel al, Autonoma y nuevos sujtos socials en el desarrollo ural, México, Sigh Xx1/Centro de Estudios Historicos del Agrarismo en México, 1992, PP 587. 50 JouIo MocuEL CCRISIS DEL. CAPITAL Y REORGANIZACION PRODUCTIVA 51 ciudadanos provoc6, en julio de 1988, la “caida” de los sister de cémputo del gobierno: entonces “la politica” se introduj subrepticia o abiertamente en los circuitos internos de la or nizacién de productores y cuestioné algunos de sus anteri res paradigmas de desarrollo, :Por quién tenian que votar Jog miembros de la UNORCA? La resolucién contradictoria y Joménica de un encuentro nacional de la organizacin dejé I manos libres a sus agremiados para volar por Cardenas 0 p Salinas, como un reconocimiento al hecho simple y llano de qui en torno a tales candidatos se expresaban las preferencias divie didas de “las bases”. Pero ello sélo evidenci6 que, en adelante, no habria forma de evitar que la polttica-politica contaminara areas de la organizacién productiva. El segundo proceso que abrié la crisis de una parte impor tante de las organizaciones de la UNORCA —y de otros agruy mientos de productores— fue la politica concreta y rada del salinismo, tejida a pulso en el marco de una situacion econémé ca ya de por si adversa, De cara a la liberalizacién generalizada y al proceso de integracién econémica con los otros dos pat de Norteamérica, todo empez6 a indicar que sdlo los verd ramente fuertes sobrevivirian Las reformas al articulo 27 co titucional cerraron el ciclo critico de este modelo organizativo al mover desde sus cimientos todo el continente agropecuario# pRoS, CONTRAS Y ASEGUNES DELA “APROPIACION DEL PROCESO PRODUCTIVO” ‘Algunas preguntas llevaron pronto a la discusién de los pros, contras y asegunes de la “apropiacién del proceso productivo” enel medio rural mexicano. Bra posible conquistar autonomias xy espacios democraticos de gestidn y vida duraderos en el de- ominado sector social si desde el Estado se imponfa o fome faba un esquema de acumulacién basado en el abaratamiento sistemdtico de la fuerza de trabajo,’ y sia ello se agregaba una deliberada politica por “ poner en venta” la base productiva y de comercializacién tradicionalmente manejada por las paraes fatales y dependencias gubernamentales? Era posible que las organizaciones auténomas de productores pudieran ser compe- titivas sin afectar de manera directa e inmediata el fondo de consumo y salarial de sus propios trabajadores o agremiados? Y si se vefan obligadas y eran capaces de reducir el fondo de consumo o los niveles salariales, gpodfan construir sobre dicha base un sistema democratico interno duradero? Por tiltimo: en el nuevo esquema de integracién econémica con Estados Uni- dos y Canada, y de competencia abierta con la iniciativa priva- ? La politica neoliberal aplicada desde el sexenio lopezportillista halle Vado a una pérdida brutal de la capacidad de compra del salario, Este ha Sufrido una reduccidn cercana al 60 por ciento ce su poder real adquisitivo Enel esquema actual de la estrategia de estabilizacin el castigo salaral & pieza clave. La segunda de las diez lecciones de José Cérdoba, recono- Cido “intelectual orginico” del salinismo, nos dice: “No cabe duida que la Indizacin es una tentacin para cualquier gobierno débil y surge a me- Tiido como recomendacién de los economistas estudiosos de la teoria Dero alejados de la practca, Sin embargo, conduct una politica de cambio inictural con un régimen de salarios indizado trae consigo rigideces, Rayor vulnerabilidad a los choques de oferta e,invariablemente leva & Una aceleracién inflacionaria [.." Su tercera leccin: “Deben creatse las @@Adiciones para anelar los precios clave y los salarios nominales”. José cloba, "Diez leciones de la reforma en Mexico”, en Nexos, nim. 158, febrero de 1991 7 "Fl saldo de un decenio de lucha por la apropiacién del proceso p ductivo es sin duda extenso, complicado y sugerente, pero en ci ‘moclo también ¢s desalentador: algunas organizaciones han desapafée ido sin pena ni gloria, muchas padecen graves problemas econ6mi ‘oadministrativos que las tienen al borde de la crisis, y pocas — si no es que ninguna— pueden presumir de bonanza financiers 0 siquicra de mod taestabilidad contable”, Armando Bartra, “Pros, contras y asegunes dela apropiacion del proceso productivo”, en El Cotidiano, nim. 39, Universi dad Autonoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco, Divisién de Ciete cias Sociales y Hamanidades, enero-febrero de 1991, p. 16 *Julio Moguel, “Reforma consttucional y Iuchas rarales en el mare de la transicién sainista’, en Julio Moguel ea, Avtonomin y nuevos sujehs sociales eel desarrollo rural op. ci 52 JuLI0 Mou ‘APITAL Y REORGANIZACION PRODUCTIVA, 53 crisis D da, cpodrian sobrevivir sin el apoyo directo del Estado? 205 hacer funcional y competitiva la pequefia base productiva gy les quedaba en el denominado proceso de desincorporacis no contaban con apoyos crediticios y de subsidios mas o m sostenidos y consistentes? Las experiencias que siguieron en la organizacién de produ tores que habian asumido el camino de la “apropiaci6n del cig productivo” parecié indicar que todas las preguntas anter res podian ser respondidas en un sentido negativo, El inevit ble castigo sobre el fondo de consumo o salarial para acumuil y sobrevivir (y por tanto “autoimpuesto”) conducia mas tard més temprano a la fractura de la organizacién democrética,al polarizaci6n y, tendencialmente, a la reprivatizacién 0 “met cantilizacién” completa del espacio. Por el contrario, la volun tad colectiva convertida en trabajo social no remunerado, es fuerza productiva y “ventaja comparativa” frente a la incl tiva privada, s6lo podia sostenerse por tiempos limitados pues a la larga, el fracaso econémico o el desgaste social que tal 6 fuerzo implicaba conducia al agotamiento de la empresa, ala polarizacion o division entre los “voluntarios” y los que prefe rian simple y llanamente la “regulaci6n externa”. Esto, en aso de las organizaciones que buscaban y defendian su dicién auténoma y que buscaban y pretendian la democraci No habia dudas 0 problemas en él caso de las organizacior productivas impulsadas directamente por el Estado, donde: afirmaba la intencién de construir un nuevo esquema de metimiento sobre los productores directos, y de supeditaciona nuevas formas y estructuras de explotacién: ahi, la subsunci6m del trabajo presuponia la dimensién autoritaria en el edificio OF : ganizativo, y la polarizacién era producto no sélo de la “comp tencia” sino de la intencién privatizadora y excluyente prop del proyecto econémico adelantado, Ciertamente, como senala Gustavo Gordillo en varios de sus jos" la autogestién campesina implicada en “Ia apropia- del proceso productivo” tenia como primer y significativo etvo y efecto el “retener” montos importantes del exceden- Jo que ayudaba a “revalorar la fuerza de trabajo ejidal”. Pe- en la fria y soberbia contabilidad de la empresa el rubro abajo se imponia inevitablemente como costo productivo y, en consecuencia, como factor que favorecia (si era bajo) o minaba Fiera alto) la capacidad de la empresa social." E] esquema se ;plicaba cuando se volvia evidente que la mera sobreviven- ia de la organizaci6n productiva obligaba a extender los mar- enes de rentabilidad y de acumulacién, lo que conducia a la ‘corta 0 a la larga a que los técnicos, los administradores 0 los planificadores vieran con malos ojos el “desperdicio” de los re- \s. Si en la l6gica de los dirigentes de la empresa social se ifa la idea (muchas veces inevitable) de que “mantener o ismos los que, ante dificultades econémicas dadas o retos eco- icos posibles, sugirieran o impusieran nuevas normas de “disciplinamiento” laboral, tendiendo con ello a la ruptura lel esquema democratico de organizacién y gestion. i En cualquier caso, el modelo de politica impuesto parecia empujar a que el conjunto de las relaciones econémicas rurales Privatizaran, de tal forma que el sector social desapareciera a siempre o quedara constituido s6lo por unas cuantas gran- des empresas “campesinas” competitivas, en un esquema en el Que la aivtonoma y la democracia de los productores fueran s6- Tocascarén sin contenido o formalidad manipulable. El Progra- “Ma Nacional de Solidaridad (Pronasol), dirigidoa“compensar” Gustavo Gordillo, op. ct. ™ Armando Bartra, op. ci, Armando Bartra, op. cit. JULIO MOGUEL los efectos altamente negativos de la restructuracién privat dora, no alteré sustancialmente el sentido basico de la pol oficial, pues su filosoffa no habia sido la de comprometer sector social més pobre o desprotegido en nuevas y vigo politicas de desarrollo, sino la de mitigar en lo posible los Jes mas agudos de la extrema pobreza. Separar las politicas fomento y de incremento de la productividad de las de ataque; la pobreza extrema fue la clave de este engarce perverso tun programa “noble” como el Pronasol con cualquier otro i plicado en la privatizacién global de la economia rural.” {NUEVO “CAMBIO DE TERRENO" PARA LAS ORGANIZ.ACIONES SOCIALES? Elesquema de respuesta en el “cambio de terreno” que se plane te6 entonces por parte de un amplio sector de productores podia quedar constreftido simplemente a la reivindicacion de la autonomia de la organizacion, entendiendo por ello el compromiso con los partidos politicos —y el Estado— (y “con la politica”) y la aceptaci6n tacita o explicita de que la desine corporacién 0 el retiro del Estado de sus funciones tradicio- nales coincidia plenamente con los intereses estratégicos de los productores. Muchos se percataron de que la organizacion ae ténoma y democrética de los trabajadores rurales pasaba, ine vitablemente, por la defensa de un esquema de desarrollo ¥ crecimiento (¢ integraci6n con las economias estadounidensé y canadiense) que no tuviera a la depreciacién salarial como su ® Véase Julio Moguel, “El Pronasol zpara quién?”, en Los nuevos sijé= tos del desarrollo ra, op. cits; Armando Bartra, "De modernidad, mise extrema y productores organizados”, en E1 Cotidiano, nim, 36, julio-agos to de 1990; Denise Dresser, “Neopopulist Solutions to Ncoliberal Problems Mexico's National Solidarity Program”, ponencia presentada en el XVI Congreso de Latn American Studies Association, Washington, D.C. 46 de abril de 1991 CCRISIS DEL. CAPITAL Y REORGANIZACION PRODUCTIVA 55 rjable estratégica basica de competencia, y que asumiera la incorporaci6n en términos de una transferencia gradual y wertada de los recursos del Estado a los productores directos jasus organizaciones. Que planteara, por lo demas, que el Es- jado debia seguir cumpliendo ciertas funciones de apoyo a los sductores, sin que ello implicara defender los esquemas esta- "fjstas que caracterizaron la politica gubernamental durante la ra mitad de la década de los setenta. Ello suponia llevar adelante y ganar una reforma del Estado. En la misma tesitura, se requeria defender la idea de que la funcionalidad de la em- sa social no debia medirse sélo en términos econémicos y sobre la base de su rentabilidad de corto plazo, sino en su fun- ign articuladora de una socialidad diferente, capaz de res- ponder a objetivos restructuradores o de rehabilitacién del medio agropecuario en el mediano y largo plazos. Se debia defender, en consecuencia, una “racionalidad” productiva ca- paz de reconstruir y conservar los ecosistemas, y de sustentar 0 potenciar en el largo plazo formas de vida y de organiza- cin democraticas en las comunidades. Ello presuponia, por tanto, dar una lucha general en el terreno de la “politica”, y tna “toma de partido” que implicara 0 comprometiera a los productores en la disputa de areas de gestion y de gobierno que iban mas alla de sus propios niicleos organizados. “Volver a lo regional para, a partir de ahi, buscar un nuevo tipo de articulacién y de incidencia en lo nacional”, fue una formula sugerida por un dirigente campesino en una reunion organizada por la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC) y la UNORCA en la ciudad de Oaxaca," pa- Los dias 23 y 24 de febrero de 1991, convocado formalmente por la Coordingdlora Nacional de Organizaciones Cafetaleras(CNOQ la Uni laconal de Organizaciones Regionales Campesinas AutGnomas (UNO! CA), se Hevé a cabo en la ciudad de Oaxaca el taller “Perspectivas del Movimiento campesino nacional”, Valela pena reproduci una parte de la 56 JUL MocLEL (CRISIS DEL. CAPITAL Y REORGANIZACION PRODUCTIVA 7 ra indicar la pretensi6n de que las organizaciones auténomas py. dicran avanzar en la reconstrucciOn de las relaciones sociales y politicas en los medios rurales. “Volver a lo regional” debia adquirir la dimension de nueva estrategia global de desarrollo del movimiento orga zado de los productores, siempre y cuando ello no se confun. diera con un simple “repliegue tactic” generado por las ci y la ofensiva econémica y politica del capital y del Estado. ro, entonces, el esquema de organizacién y desarrollo no s6lo se politizaba por el hecho de que frente al conflicto politico glo bal “hubiera que tomar partido”. Se rompia el gremialismo — el economicismo— y se entraba en una nueva fase de desa lo del movimiento cuando esa “vuelta a lo regional” se pensas ba en la perspectiva de la “apropiaciGn del proceso producti capital y desu Estado. En dicha perspectiva, se pensaba, la cons- truccin de poderes territorializados y polivalentes permitia iesarrollar un nuevo proceso de refiendacién societal global que parliera de las regiones. BIBLIOGRAFIA BARTRA, Armando, “De modernidad, miseria extrema y pro- ductores organizados”, en El Cotidiano, ntim. 36, julio-agos- to de 1990. Los nuevos sujetos del desarrollo rural, México, Servicio de Apoyo Local al Desarrollo de Base A.C., Cuadernos Desa- rrollo de Base nim. 2, 1991. —, “Pros, contras y asegunes de la apropiacién del pro- ceso productivo”, en El Cotidiano, nim. 39, Universidad Au- tonoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco, Division de Ciencias Sociales y Humanidades, enero-febrero de 1991. lente y, por supuesto, la gestién y el gobierno en los espaci municipales. La dimensién ecol6gica y cultural del proceso re constructive se volvia entonces evidente: el cambio de terreno dirigia de lleno a la construccién de una nueva socialidad, “Volver a lo regional” no significaba, en dicha perspecti que se dejaran de dar las batallas generales, ni que se consi derara secundario participar en frentes gremiales, sociales politicos de nivel nacional. Sélo implicaba redimensionar lave lacién entre “Io local” y “Io nacional”, determinada muy dire tamente por las tendencias ya predominantes de la crisis del’ rs, Nuria, UNORCA: documenttos para Ia historia, México, Costa-Amic, 1989. DkesseR, Denise, “Neopopulist Solutions to Neoliberal Pro- blems: Mexico's National Solidarity Program”, ponencia Presentada en el XVI Congreso de Latin American Studies Association, Washington, D.C, 4-6 de abril de 1991 FERNANDEZ, Maria Teresa y Fernando RELLO, “Las uniones de Gjidos y otras organizaciones regionales en México, en Fer- nando Rello (coord.), Las organizaciones de productores rura- les en México, México, Facultad de Economfa, UNAM, 1990. ORDILLO, Gustavo, Los campesinos al asalto del cielo, México, Siglo xxi, 1988. intervencién de una dirigente campesina de Guerrero, en relacién con tema de la autonmia de las organizaciones de productores: “La cuestil delaautonomia muchas veces la hemos exagerado, nos ha levadioa des ciar diferentes frentes de lucha y a dejar de exigir demandas que le corre ponde cumplir a. Estado. En algunos casos, como éramos muy chingonesy) ‘no necesitabames subsidios, planteamos que estaba bien y que ello fave recia nuestra au:onomia; pero ahora nos tenemos que movilizar pord! la alimentacién es un derecho y hay que exigirlo en ese sentido [-1"= 58 JuLI0 MoGUEL HERNANDEZ, Luis, “La UNORCA: doce tesis sobre el nuevo lide razgo campesino”, en Julio Moguel et al., Autonoma y nuevos sujetos sociales en el desarrollo rural, México, Siglo XX1/Centrg de Estudios Hist6ricos del Agrarismo en México, 1992, MOGUEL, Julio, Historia de la cuestién agraria mexicana, tomo 9, vol. 2, México, Siglo xxi/Centro de Estudios Hist6ricos del Agrarismo en México, 1991. “Reforma constitucional y luchas rurales en el marco de la transiciin salinista”, en Julio Moguel et al., Autonomiay nuevos sujetos sociales en el desarrollo rural, México, Siglo XxIf Centro de Estudios Hist6ricos del Agrarismo en México, 1992. “El Pronasol gpara quién?”, en Armando Bartra, Los nuevos sujetos del desarrollo rural, México, Servicio de Apoyo Local al Desarrollo de Base, A.C., Cuadernos Desarrollo de Base, nim. 2, 1991. Ja lucha por la “apropiacion de la vida social” en la economia cafetalera: fa experiencia de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras, 1990-1991* Julio Moguel (CNOC) es el producto de la crisis de los viejos esque- mas de organizacién y del control corporativo del medio tural mexicano: sus nétcleos originarios nacieron fuera de los ORIVE, Adolfo (coord.) y José Luis TORRES, Poder popular. Cons | encuadres oficiales —con organizaciones como la Uni6n de Co- truccidn de ciudadania y comunidad, México, Juan Pablos/Fun- | munales Indfgenas de la Zona Norte del Istmo (Ucizoni), la dacién México Social Siglo xxi, 2010. J Coalicion de Ejidos de la Costa Grande de Guerrero o la Union de Uniones de Chiapas—, y una buena parte de los que luego se sumaron fueron desprendimientos directos de la Confedera- cién Nacional Campesina (CNC). La CNOC es ahora uno de los Proyectos mas interesantes y de mayor envergadura de una rei’ nacional de fuerzas campesinas que disputan desde abajo i Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras * Publicado originalmenteen julio Moguel, Carlota Botey y Luis Hernan- dez (coords,), Autonoma y nuevos sujetos sociales en el desarrolto rural, Mé- ico, Siglo XX1/Centro dé Estudios Histricos dol Agrarismo en México, La idea figura de red ha permitido representar aun tipode organiza- Gi6n rural surgica desde la década de los setenta que independientemente del gobierno y de sus estructuras corporativas crecio por la via de horizon tnlizar sus relaciones y formas de codrdinacién. No obstante, cabe usar el téxmino ola figura de red para caracterizar, sobre todo, a las organizacio- nes rurales que emergieron en los ochenta a partir de lo que se llamo el ‘ab de terreno en el desarrollo de una buena parte de la luchas campe 159] 60 JU0 Mo la construccién de un nuevo sector social en espacios rurales da se ha construido bajo el principio rector de la autonomy y ptetende participar desde esta l6gica en la “apropiacién day proceso productive cafetalero”. Pero no sélo esto: dada la naty raleza de sus organizaciones nucleares, sus redes se extienden © desarrollan en dreas productivas multiples y diferenciadag lo que las ha llevado a abordar retos de lucha y de coordi cién que trascienden los espacios meramente cafetaleros, Cuando se formé la CNOC, en 1989, sumé 26 organizacio asociadas, con un radio de influencia de 756 comunidades, el ciclo 1990-1991 ya registraba 54 organismos asociados,con ak rededor de 50 mil campesinos incorporados. Hoy, si se incluye a nticleos organizados que se han acercado recientemente ab car apoyo y asesoria de la CNOC, pueden contarse més de 7D organizaciones, que se extienden sobre vastos territorios deO Tabasco. Es innegable, pues, que su crecimiento ha sido 70 es igualmente significativo que las organizaciones més i portantes de la CNOC (Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Guerrero) & articulen de manera multiforme, con influencia en la vida soci comunitaria. En el caso de la Coordinadora Estatal de Produe= tores Cafetaleros de Oaxaca (CEPCO), tienen en la producciér del café un eje articulador de otras actividades productivas: ade tores se agrupan en tomo al abasto, la miel y otras actividades productivas complementarias. i Algunas dela “células” o nudos centrales de estas redes e6 tatales son en si mismas complejas y multifacéticas fuerzas ticuladas sobre diversas areas de actividad y de interés. El caso nas en el pafs, Sobre el uso del término, véase Arturo Garcia, “Pro ‘de construccién cel movimiento campesino en México, La experiencia la CNOC’, en Hojas, néim. 1, marzo de 1990. # CNOG, Regisiro de organizaciones miembro, 1991, _DEUNA NUEVA ORGANICIDAD DEI LA LUCHA POR LA "APROTIACION DE LA viDA SOCIAL’ a notable es el de la Coalicién de Bjidos de la Costa Grande m Guerrero, que integra en la actualidad a 38 grupos de trabajo epjectivo (GTC) de cafetaleros, 32 de maiceros, siete de apicul- os diez de mujeres, cuatro de copreros y uno de plataneros; venta, acemés, con un Consejo Comunitario y 50 Comités de abasto del Sistema Rural de Abasto y Comercializacién (Sirac), ‘como numerosos comités de salud.* La Coalici6n de Ejidos ganizaciones en el estado de Guerrero —la Alianza de Or- ‘jones Campesinas Auténomas de Guerrero —, en la que ticipan cafetaleros, copreros, salineros, jamaiqueros, man- Enel plano nacional, lared CNOCse encuentra asu ver articu- a por diversos lados de su malla a otras organizaciones que ono dependen de ésta ni de ninguna otra organizacion gre- al o partidaria, lo que habla de la pluralidad ideol6gica y politica de sus agremiados y de la flexibilidad de su estructura organizativa, de gestién y de toma de decisiones. EL CAMINO DE LA CONSTRUCCION MOVIMIENTO “Las fuerzas fundadoras del proyecto CNOC fueron protagonis- fas del cambio de terreno desarrollado en la lucha del campesi- ‘tado mexicano desde finales de los afios setenta y principios > Lorena Paz Paredes y Rosario Cobo, “El proyecto cafetalero de la wlicion de Ejidas de la Costa Grande de Guerrero”, en Julio Moguel et « Autonom y muews sujetos sociates en el desarrollo rural, México, Siglo 24/Ceniro de Estudios Histéricos del Agrarismo en México, 1982, pp. 19-183; y Rosario Cabo y Lorena Paz Paredes, "El sistema de abasto cam- Pesino en la Costa Grande de Guerrero: los retos de la autonomia”, en Julio Mogul, op. cit, pp. 144-156. 2 juLio MocueL delos ochenta. En 1982, por ejemplo, la Unién de Uniones y pos Solidarios de Chiapas ya formaba parte de la constelaci de fuerzas que mas adelante formarfa la UNORCA, proyecto que més adelente se sumarian organizaciones como la Uni de Comunidades Indigenas 100 Anos de Soledad del estado, Oaxaca o, de la misma entidad, diversos Consejos Comunit ios de Abastes ligados directa o indirectamente a la activi cafetalera.! Los fundadores de la CNOC tomaron la idea de red para racterizar su forma organizativa, asi como los conceptos mencionados de la autonomia y de la “apropiaci6n del p so productivo”. Para dar unidad y coherencia a sus accion decidieron, ademas, basarse en seis reglas fundamentales d coordinacién ¥ convivencia: accién conjunta ante problemas més comunes; respeto de las formas organizativas, ideologia y relaciones politicas de cada organizacién; funcionamient democratico; apoyo mutuo y solidario; independencia de par tidos, centrales campesinas ¢ instituciones estatales; creacién de instancias nacionales al servicio de las organizaciones re- gionales. Estos principios marcaron la ruta y permitieron lo que ya he- mos mencionado: un crecimiento explosivo de la organizacién y el triunfo en no pocos frentes de lucha regionales, asi como. tuna importante presencia en la discusién sobre la crisis del de- ‘Destacaron los Consejos Comunitarios de Abasto de Tuxtepec, Valles Centrales y Pinotepa. Pero el ambito de influencia y accién de los Conse js oaxaquenos fue mucho mds vasto. “Del total de Consejos Comunitarios de Abasto, aproximadamente una cuarta parte funcionaba en forma de= rocratica hacia finales del perio del Sistema Alimentario Mexicano (AM), y de éstos,la mitad estaba en Oaxaca. En su auge en 1985, la Coot: dinadora pudo contar con el s6lido apoyo de 26 Consejos de Abasto en el esiado" Jonathan A. Fox, "La dinamiea del cambio en el Sistema Agrario. Mexicano, 1980-1982”, en Julio Moguel eta, Historia de a curstin agra ria mexicana Los topos dela crisis, 1979-1982, amo 9, vo. 1, Siglo XX\/CeN™ tt0 de Estudios Historicos del Agrarismo Mexicano, 1990, pp. 279-280. [LA LUCHA POR LA “APROPIACION DE LA VIDA SOCIAL 6 ollo del sector cafetalero nacional y los caminos a seguir en faquema de la desincorporacién, Pero sobre la marcha, y con la dusacion de Tas experiencias productivas y politicas de los vieleos implicados, se fue haciendo evidente que era indispen- Bible revisar algunos de los paradigmas del desarrollo de la Coordinadora (y en general, de las organizaciones de producto- “ges que en otras éreas segufan la misma orientacién), asi como _gvaluar su actuaci6n en el contexto de la politica del salinis- ‘no. Tal discusién empez6 a generalizarse en la CNOC desde fi- rales de 1990. Los dias 23 y 24 de febrero de 1991, convocado formalmente 1 la CNOC y la UNORCA, se llevé a cabo en la ciudad de Oa- xaca el taller "Perspectivas del Movimiento Campesino Nacio- nal” que, con la hospitalidad de la CEPCO, permitié la reunién de dirigentes sociales de la regién sur-sureste, la mayoria ca- fetaleros. Dos temas generales dieron entrada a la discusi6n: historia reciente y balance de los movimientos rurales, y la agri- cultura mexicana y el Tratado de Libre Comercio, EL balance de los movimientos rurales de los ochenta y de principios de los noventa Ilevé muy répidamente a la discu- sion de lo que fue el “transito de la lucha por la tierra a la lucha por la apropiacién del ciclo productivo” y, en particular, de lo que significo para las organizaciones de productores el denomi: nado cambio de terreno, Predominaron aqui las consideraciones iticas (y autocriticas, en muchos casos) sobre la forma en que lamayor parte de las organizaciones usaron y aplicaron el con- cepto a lo largo de la década anterior, pues cada niicleo regional lehabia dado contenidas caprichosos, ¢ incluso cambiantes, con- forme se fueron construyendo las nuevas organizaciones. Por lodemis, la experiencia de los tiltimos aitos era ya lo suficiente- ‘mente rica como para revisar y precisar tales contenidos, inclu- yendo otros que como el de la autonomia fueron considerados desde principios de los aos ochenta como ideas o fundamen- “ JULIO MocuEL, LA LUCHA POR LA "APROMIACION DE LA VIDA SOCIAL” 65 tos distintivos y caracteristicas de una nueva organicidad de} zones por las que algunas organizaciones no avanzaron en el pro- luchas rurales. de acumulacién fue porque a los ditigentes les falté fuerza Una conclusién predominé en el taller campesino: no se tra moral y de liderazgo frente a los agremiados, y a la hora de discu- taba de desechar ninguno de los conceptos referidos, pero cabs firen una asamblea aceptaron el chantaje de repartr los beneficios centre los participantes.* Otros problemas no secundarios fueron apareciendo en este ‘qumbio de terreno y en la lucha por la apropiacién del proceso oductivo: econémica y, en el lance, subestimar otras Iineas o pistas de accién politica de masas. Otras no pudieron crear un equi adecuado entre el fondo de consumo y el fondo de acun cién y, por “paternalismo”, politicas clientelares o por debi {Qué es lo que pasa con algunos de nuestros dirigentes? Pierden su caracter de dirigentes y su representatividad antes las bases, En muchas organizaciones se formaron equipillos de técnicos medio privilegiados que empezaron a tener mucha incidencia en la toma de decisiones, Otras veces se burocratizé la organizacién, y si te- _nfamos una Uni6n de Crédito ya no fbamos a los ejidos mas que a hacer asambleas para cobrar, o si estabamos en la comercializacién yano ibamos.a los ejidos més que para ver cudnto café estaban aco- En los aftos ochenta nosotros luchabamos por el ineremento al} piando. gente de la Coalicion de Ejidos de la Costa Grande de Gue planteaba en este sentido: muin era el Instituto Mexicano del Café (Inmecafé). No obs cuando pasamos a la etapa de lucha por la comercializacién dit del producto las cosas se complicaron, Para empezar, el nmero gente participante se hizo mas reducido, pues la comercializ directa ya no tenia la misma amplitud de las demandas gener Por otro lado, La tradicional definicién de autonomia de las organizaciones que surgieron a partir de! cambio de terreno fue otro importante motivo de polémica en el evento. {No se habia “exagerado” el oncepto al punto de aceptar en su nombre que una parte im- Portante de las obligaciones del Estado simplemente se trasla- an, como carga, a los actores sociales? La misma dirigente de Guerrero sefialaba: Lacuestién de autonomia muchas veces la hemos exagerado, nos ha compradores. En otros casos no se entré en un real proceso de act evacio a despreciar diferentes frentes de lucha y a dejar de exigir indas que le corresponde cumplir al Estado. En algunos ca- {Resumen de grabacion de las intervenciones dl taller “Perspectivas muy bien, pero no se alenté el proceso de desarrollo, Otra de lai Be, to Compesine Necionalljdebier deg 66 JULIO MOGUEL 0s, como éramos muy chingones y no necesitébamos subsidig planteamos que estaba bien y que ello favorecia nuestra auto ‘mia; pero atora nos tenemos que movilizar porque la alimentacigg ces un derecho y hay que exigirlo en ese sentido, Otro participante del encuentro reafirmé la idea: Por evitar concepciones que pudieran identificarnos con desvig. ciones estatistas, y en la idea dle reafirmar la autonomia de las on ganizaciones sociales, en algunas ocasiones se ha llegado al p de aceptar técitamente ol sentido bésico de la politica neolibe como es el ratiro indiscriminaco de subsidios o las politicas bru cas de desincorporacion, El proceso en marcha de integracion de la economia mexi de problema que se planieaba: como habia sido indicado er una de las ponencias inaugurales del taller, una bien calculada politica de subsidios habia permitido que los productores tadounidenses compitieran durante los tiltimos aftos en co diciones sumamente favorables en el mercado mundial, y @ particular en el intercambio con sectores agricolas tan fra como el mexicano, De 1983 a 1987 la suma total de los sul dios en Estados Unidos (que representaron el 40 por ciento dk ingreso del productor) fueron superiores en 3.5 veces al valot del PIB agropecuario mexicano. Lejos de lo que la ortodoxia: liberal pregona, en Estados Unidos la legislacion agricola es: mamente compleja y contradictora y responde muy poco alas reglas del merzado, La contraparte: él deterioro y rezago estruc sidios y de los apoyos a los productores, la desregulariza ? Idem. LA LUCHA POR LA "APROPIACION DE LA , la privatizacién de importantes dreas antes practica- te reservada a las empresas paraestatales como la comer- “galizacion, el aseguramiento y, en cierta medida, el crédito, la .ci6n del comercio (tanto interno como externo), eteétera® © Fl tema de la autonomia introdujo la discusién sobre la de- mocracia. Era importante, primero, reconocer que de la década gelossetenta a la fecha se habfan dado pasos decisivos en la for- mulacién y puesta en practica de formas de gestion y deorganiza- ‘én mucho mas amplias, plurales y democraticas, No obstante, aparecian problemas diversos, como los antes referidos y, por Jo demas, quedaba en entredicho o aparecia como significativa- ‘mente problemitica la relacién entre la lucha y la gestion demo- critica local o regional y la lucha por la democracia en el pais. ie puede luchar con éxito contra el corporativismo y por la democracia en los niveles regionales sin plantear al mismo tiempo el problema de la reforma del Estado y dela democrati- zacién general del pats? En el mismo marco autocritico y de balance se planteé que las organizaciones comprometidas con la linea de cambio de te- ‘reno habian dejado de lado la cuestion ecol6gica y cultural, si- fuaci6n que habia sido particularmente onerosa en el caso de ‘as fuerzas sociales del sur-sureste del pais por el enorme peso que en cllas tienen los pueblos indigenas. Pero a ello se agrega- ton algunas consideraciones importantes sobre la crisis de or- Banicidad de los nuevos movimientos rurales, obligados ahora abuscar Iineas distintas de articulacién y desarrollo. “Volver alo Tegional para buscar un nuevo tipo dearticulaciény de inciden- sia en lo nacional”: tal fue la formula sugerida. Era alli, por lo demas, donde se ubicaban las areas fundamentales de las luchas ®eol6gica y cultural. ty, Rosatio Robles B., “EI movimiento campesino mexicano frente al {RBlado de Libre Comercio”, ponencia presentada en el taller "Perspect 5 del Movimiento Campesino Nacional’, febrero de 1991. 68. JULIO MocuEL LA SEGUNDA ASAMBLEA NACIONAL DE REPRESENTANTES DE LA CNOC Y EL BALANCE DE LA COMERCIALIZACION DEL CAFE E131 de mayo de 1991 se llevé a cabo la Se; cional de representantes de la CNOC. Asistieron org. nes de Tabasco, Veracruz, Puebla, Guerrero, San Luis Pot Chiapas y Oexaca. La reunién de la Coordinadora avanzé6 g tante del informe y de la discusion: el de la experiencia recienty en a exportacién del grano verde, Hevada a cabo a través de! Promotora Comercial de Cafés Suaves Mexicanos. de 1990. En los meses que siguieron la Promotora vivié fase muy rapida de preparacién: se saba que el ciclo agrica versas, Instalar las bases de operatividad en el plano contable administrativo y hacerse de un minimo de capital de trabajo! ron objetivos iniciales de sobrevivencia, En el momento de apertura de Ja cosecha la Promotora buscarfa: a) negociar di manera inmediata los volumenes acopiados a través de ca les convenidos de menor descuento sobre bolsa; b) coordinaty capacitar a los nticleos de la CNOC para la cooperacién de log | tica y apoyo; +) habilitar bodegas propias o convenios de depé sito,a través dealmacenadoras; d) negociar recursos financiers para el acopio, por via de Fidecafé o Bancomext, y ¢) negociat recursos financieros a tasas de interés en délares a través dela dlocumentacion certificada con las empresas compradoras ob tenida por el café acopiado y pignorado. La CNOC contaba a su favor con la experiencia de exportat ci6n que varias organizaciones de la Coordinadora ya habia i ertado a través de los canales LA LUCHA POR LA “APROTIACION DE LA VIDA SOCIAL" 0 sollado. Pero ahora se tensaban nuevas y complejas fuer- epues no S610 se buscaba incrementar de manera significa Heel volumen de ventas al exterior sino crear una conciencia = practica de comercializacién unificada, en la que era ain idecisiva la voluntad expresa de los productores pues, por slado, la venta al exterior no necesariamente significaria un jor precio que en el mercado interno —y directamente con- nvencionales (basicamente a que pagar un recurso di- ‘Mos coyotes”)— Y, por otro, se ter ferencial para sostener a la nueva empresa comercializadora. © Con un primer apoyo de la cooperacién internacional, de 400 mil délares para acopio y otros recursos para la instala- cin del sistema operativo (oficinas, etc.), la CNOC entré al ciclo 41991-1992. Con tales recursos la Promotora calculé un acopio y yenta al exterior de cinco mil quintales, cantidad relativamen- te pequefia, pero que le permitia fortalecer “la organizacion de productores y una mayor consolidacién de la estructura orgé- nica, consolidar la figura juridica para la comercializacién, am- pliar los mercados nacional e internacional y formar un equipo con experiencia y conocimiento comerciales”, Los resultados fue- ron relevantes: en cuatro meses de actividad comercial, la Pro- ‘motora habia negociado un volumen de 20 mil sacos: 11 950 sacos a Europa y 8 050 a Estados Unidos.’ Las organizaciones queaportaron el mayor ntmero de sacos fueron: CEPCO (4 500), UCI (1 250), Ucafigsa (3 250), ARIC-Veracruz (375), Uncafaegsa 2 G75), ucocr (750). Los canales principales para la exportaciGn fueron, directa e indircctamente, los grupos corrientes solidarios de Europa y Es- lados Unidos, que aportaron “claves para enlaces con empre- Sas compradoras as{ como informacién del comportamiento en “Documentos y resolutivos de la Segunda Asamblea Nacional de Re- Presentantes de la CNOC, mayo de 1991” 70 JULIO MocuEL, LA LUCHA POR LA “APROPIACION DE LA VIDA SOCIAL" a fo de capitalizacion para el sostenimiento de la Promotora Co- ‘pera! [] EN financiamiento no han existido condiciones para spegociar créditos previos alas operaciones. Por una parte, ha exis- tido la desconfianza, y con razon, de las instituciones financieras ‘a tratar con una empresa nueva, aunque tenga el respaldo fi- Fanciero sano de sus asociados, Por otra parte, no han existido los tlementos para que la Promotora negocie proyectos y propuestas idecrédito sobre base reales. Estas bases se crean por la facturacién aque representa para negociar crédito.” el mercado internacional”. Destacaron las relaciones con My Havellar en Holanda, Twin Trading en Inglaterra y Thang Giving en Estados Unidos. Ciertamente, como fue reconocido por la propia Promotg ¥ por los dirigentes de la CNOC, un volumen de 20 mil saco, exportaci6n resultaba relativamente poco frente a la prodi global de las organizaciones de la Coordinadora (que se caba en ese entonces en alrededor de los 750 mil sacos). Pe avance e importancia del esfuerzo comercializador puede lorarse mas si se toma en cuenta, primero, que se trataba de primera experiencia de la Promotora; segundo, que los ca de crédito quedaron practicamente cerrados para la nueva 6 ganizaci6n, dada la falta de antecedentes como empresa ( culum en facturacién ) en la comercializaci6n; tercero, dad dificultad para acopiarsin el recurso acostumbrado (por el I café) de “anticipos a cuenta de cosecha”, sosteniendo el pro basicamente a través de ventas a consignacién o de confia en el circuito de compra venta; y cuarto, como ya habiamos: Aalado, de las diferenciales de precio, no siempre més favo bles que las habituales para el productor, tomando en cuent que seagregaba un porcentaje determinado de descuento parad | Yolumen de oferta, reducir el diferencial de precios, conseguir sostenimiento de la empresa, icipos a cuenta de ventas, lograr nuevos financiamientos Conviene reproducir el balance adelantado sobre el asuntd abrir nuevos mercados. Pero quedaba claro que el éxito en el realizado en la II Reunién de representantes de la CNOC: arrollo de una politica de comercializaci6n sélo seria posi- sise establecfan amplias convergencias con otras organiza- es cafetaleras, con el objetivo de presionar o de incidir en las as fundamentales de las politicas del gobierno hacia el sec- - En dicha perspectiva, la Coordinadora tenia ya un cierto ino andado, pues ademas de su inscripeién en el Comité Técnico de Fidecafé habia logrado, entre otros, un acuerdo con FRCNG, la CNPP, la CIDAP, la UGOCP, la UNTA, la UNORCA y la De esta manera, quedaba claro en el balance que la confianza bia sido el principal elemento de negociacién para establecer tratos, tanto en relacién con las organizaciones de produc- es como con los compradores estadounidenses y europeos. productores de la CNOC entendia el problema productive y ercial de manera global y a largo plazo, como parte de la 1a por crear un espacio propio de gestién y vida en el deno- do sector social del campo mexicano. Cinco fueron las prioridades o lineas establecidas por la Pro- Lafalta de capital propio y la imposibilidad de operar con crédit ara acopio y ventas ha sido el mayor obstaculo para que la CNO impulse una mayor convergencia para la comercializacién conjunt consolidando volumen de oferta para mejorar precio y condicion® de venta [..] Existe poca disposicion de los productores de espett el pago, aun con precios muy superiores y a plazos cortos, hastag cuenta de exportaciones, porlo que las operaciones son ventas a¢ en las cuales se descuentan los gastos de operaci6n J Mem, 2 JULIO MocuEL LA LUCHA POR LA “APROPIACION DE LA VIDA SOCIAL” 2B Confederacién Agraria Mexicana para rechazar acuerdos de iniciativa privada y del gobierno de importacién de café, como para impulsar la aprobacién de una nueva ley de to faccion, Estos y otros elementos de eritica y de definicion de estr, gias para el sector fueron planteados por la CNOC en la Se; Asamblea General de la Coordinadora Estatal de Productore de Café de Oaxaca (CEPCO), en presencia del conjunto de las autoridades (estatales y federales) relacionadas con la prob] matica cafetalera. La propuesta que en ese momento presenta un dirigente Ja cNOC contiene los elementos centrales de critica y de pro- ge jata de [a politica social y gubernamental frente al sector ca- Palero, y se resume en cuatro puntos fundamentales a) los mos, tiempos y el sentido general de la “desincorporacién” idea politica del Inmecafé; ) la politica de crédito y de apoyos Pronasol; ¢) la estrategia estatal de comercializacién (expor- jon c importacion), y d) la ley de torrefaccién. 96 RITMOS, TIEMPOS Y EL SENTIDO GENERAL DE LA. LA SEGUNDA ASAMBLEA GENERAL DE LA CEPCO Y LA DEFINICION DE ESTRATEGIAS DE POLITICA DE LA CNOG Una primera discusi6n sobre la desincorporacién en el espacio fetalero mexicano habia llevado, en 1989, a que se impusiera posicion de aquellos que desde fuera y dentro del gobierno ieaban que ésta tendria que hacerse de manera gradual concertada con los actores del sector social del campo: se ha- entonces cle que la entrega de las instalaciones del Inme- a los productores directos se llevarfa a cabo en el curso de s afios. No obstante, a partir de una inesperada decisién pre- encial se fij6 la entrega o transferencia en el tiempo de unos intos meses. Al acercarse la cosecha 1990-1991, la improvi- ‘én y las prisas de los funcionarios levaron a tomar una isién transitoria o provisional: las instalaciones que no hu- eran sido vendidas serian artendadas a las organizaciones. Treinta unidades agroindustriales fueron rentadas con op- @ compra a las organizaciones del sector social para el ciclo de 1990-1991, De éstas, 28 eran de beneficio htimedo y dos de be- io seco. Uno de estos tiltimos (el Benito Juarez de Oaxa- &) fue arrendado a la CEPCO en condiciones en que oper6 por Atriba del 50 por ciento de su capacidad instalada. Obtuvo, ade- “buenos rendimientos y costos de produccin éptimos, E] 30 de junio de 1991 la Coordinadora Estatal de Productore de Café de Oaxaca (CEPCO) llev6 a cabo la Segunda Asam Anual, Un aio antes, el 2 de junio, habia realizado su p encuentro anual, al que asistieron alrededor de 1 500 cafet tituto Nacioral Indigenista en la entidad y otros funciona federales y del gobierno del estado. Estén también miembros la UNORCA y, muy particularmente, integrantes de la Com sion de Enlace de la CNOC, quienes tienen reservado un lugal especial en elevento: presentar una propuesta general de ca hacia el sector, de cara a las acciones gubernamentales- 7a youlo Mocuel LA LUCHA POR LA “APROPIACION DE LA VIDA SOCIAL” 8 con relacién a las funciones que atin iba a desempefar el ecafé, 1o que se vio en el periodo intercosechas de 1990 a 991 {ue mas bien una descoordinacién y un caos mas 0 menos dente, sin que quedaran precisas 0 se supiera con cierta dad cudles iban a ser las estrategias hacia el futuro. Solo .supo que el Instituto pretendia formar 47 centros regionales ge apoyo, ¥ que no habria mas representacién internacional, ‘pues la infraestructura correspondiente ya habia sido practica- te desmantelada, En consecuencia, se empez6 a sospechar " Inmecafé,“Evaluacidn sobre la transferencia de a planta agrois se estaba “promoviendo nuevamente la liquidacién total trial del Inmecafé”, Mexico, Inmecafé-Unidad de Desincorporaciény Ht inmecafé [pues] el mismo director del Instituto habia dicho nio de 1991 (mimeo). La planta agroindustrial a transferir entre I 7 1991 estaba conformada por48 agroindustrias, entre beneficios ha Ja actual institucién que dirige es sélo un cascarén y que guna incidencia en las regiones cafetaleras. Otro beneficios secos, centros de despullpe y centros de secado distribuidos io problema implicado en la desincorporacién era el de la organizacion y capacitacién, que habia sido dejado pra la CNOC participaron en el esquema de renta con opcig de compra, como fue el caso de la Coalicién de Ejidos de la ta Grande, pero aqui el proceso se vio afectado por un conf politico que implicé, por un lado, a la CNC y al gobierno det tado y, por oiro, a los nticleos populares agrupados en la lici6n.® De éstas, se considerd el caso de las “unidades agroindustriales ta ridas como tal” y el de las “unidades agroindustriales a desmantelar productores”, Conviene citar el informe del Inmecafé para el caso deQ en os rubros de apoyo implicados en la transferencia” con una capacidad instalada en los das de 100 mil quintales por ciclo, co La CNOC adelant6 varias propuestas relacionadas con las derando el cielo de 100 dias de trabajo |] De los dos beneficios, uno arrendado y el otro se desmantelara para trasladar la maquinaria y po hacia ofro proyecto con repercusion estatal denominado Conglot rado Industrial Cafetalero Vigueras ..] Este es uno de les casos que positivamentella transferencia hacia el sector social, por haberse ar do a una orgarizacion con solidez organizativa, capacidad admins va, conocimiento ce mercado y apoyo crediticio [..] Asi se han obleni hasta el 15 de mayo 13362 quintales de calé oro". "En [Gue-rero] la transferencia agroindustrial ha estado marcad 1992. Se consideré que el costo de la infraestructura transferida por'los acontec:mientos politicas a nivel estatal y su refleo en Jazona ho deberia arte d és falera del municipio de Atoyae, existiendo diferencias y matices inh a ir mas alla de una tercera parte de su costo comer al interior de una misma corriente politica entre los cafeticultores zona. Si bien la concertacion con las organizaciones econdmicas si \ductores tuvieran las mejores condiciones de recuperacién ‘al mismo tiempo que en el resto de los estados, las diferencias ent productores no permitieron avanzar de manera normal la transferene [.-] Aun hoy se discute dlgidamente la definicién politica municipal ‘Atoyac y varias localidades de la zona, no habiendo a la fecha condiciones Pede 75 mil quintales por ciclo en tres beneficios hamedos y tres centros de de acuerdos estables |. En este estado existen siete instalaciones a8 ulpe [..j De las slete instalaciones refericias, se arrendaron seis alas industrials sujtas de transferencia, Un beneficio seco con capacidad P PtE*nizaciones de productores de la zona, y en un caso no se recibieron rocesar 64 mil quintales por ciclo, considerando una aperacion det Hormalmente las instalaciones por serios problemas entre los producto- dias, una capacicad instalada en benelicios hamedlos y centros de desP Tes" eid, e Inmecafé, En primer lugar, se manifestaba por una defini- én precisa e inmediiata sobre las condiciones financieras de la insferencia para que las organizaciones de productores pu- 76 suo MOGUEL, LA LUCHA POR LA “APROPIACION DE LA VIDA SOCIAL! 7 y pago. En cuanto a la organizacién y capacitacién, la CN triales, exportadores, etc.) [asi como] el instrumento para desa- seftalaba en Ja reuni6n oaxaquefa rollar el fomento a la cafeticultura, canalizando recursos para Jainvestigacién y desarrollo de nuevas técnicas tanto en los pro- esos de produccién como de industrializacién de café”. Eneste punto, en consecuencia, la CNOC adelantaba un plan- teamiento que mas adelante se reafirmaria como parte de una concepci6n y de una estrategia que matizaria o modificaria ideas anteriores, como las ya mencionadas de aceptar las propu fas mas radicales de la desincorporacién: en adelante, se fu- charia por una reforma del Estado que posibilitara una nueva relacion entre éste y los campesinos, y en el que no desapare- cieran funciones clave de intervencién y regulaci6n de aquella entidad en los circuitos reproductivos del campo: “un Estado més pequefto —dirfa un documentos de la Coalicién de Bjidos dela Costa Grande de Guerrero — no es un Estado mas demo- crético, y lo que importa no es tanto que abancone fun: espacios, como que los democratice”.* Las organizaciones de productores de café hemos asumido el retg de mangjar laindustrializacién y comercializacién de nuestro cafe, ppara ello hemos tenido que construir répidamente estructuras on. ganizativas, administrativas, de direccién, que nos permitan ma: nejar las operaciones. Formar nuestros cuadtos téenicos directives tiene un alto costo que en muchos de los casos no es posible cubrit ‘con ingresos derivados de las operaciones, Si el Estado se retira dela industrializaci6n, comercializacién, financiamiento, etc., parte de los recursos que utilizaba para las cuestiones administrativas, ine cluso parte de los recursos que obtendra Inmecafé por venta de activos, deberfan canalizarse a fortalecer a las estructuras técnica: directivas de las organizaciones. Nos preocupa que el INCA rural, que habia creedo muchas expectativas entre las organizaciones, no haya contado finalmente con recursos. También en este renglon necesitamos definiciones.* En la perspectiva de la CNOC debia mantenerse el proceso de desincorporacién para que los productores se apropiaran de la produccién y de la comercializaci6n, pero el Estado también debia jugar un papel importante: el Inmecafé no deberia des aparecer, sino convertirse en “una instancia federal fuerte, in- cluso politicamente”, que permitiera coordinar las acciones del gobierno en relacién con la cafeticultura, en aspectos como el ix nanciamiento, las relaciones con los paises compradores, la organizaci6n de los productores, las legislaciones sobre la cafe ticultura, etc. “Deberia ser el conducto del gobierno federal pa- ra crear las instancias adecuadas donde participen los diversos agentes involucrados en la cafeticultura (productores, indus LA POLITICA DE CREDITOS Y DE APOYOS DEL PRONASOL Elretiro del Inmecafé de la politica de financiamientos al sector, as{ como las restricciones crediticias del Banrural determina- das por su nueva definicién de politicas en el sentido de aban- donar précticamente las zonas de “alta siniestralidad” y de extrema pobreza, determiné que a partir de 1989 el Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol) se convirtiera en el relevo Bubernamental n s importante de aporte de recursos liquidos, "Documentos y resolutives de la Segunda Asamblea Nacional de Reprasentantes de la CNOC, op. cit ® Desplegado de la Coalicién: “La Coalicién de Fjidos de la Costa Grande de Guertera frente a las nuevos retos del siglo Xx", en La Joriada, Bde agosto de 1991 | | " Discurso de Femando Célis, representante de la CNOC, en la Segun da Asamblea General de la CEPCO, junio de 1991, * JULIO Moat a los cafetaleros del sector social. Fue asf como el Pronasol inj. ci6 varios programas especificos: de apoyo a la produccign, acopio y comercializacién; de renovacién y rehabilitacion dg los cafetos afectados por las heladas (de diciembre de 1986), Un primer problema planteado por la CNOC: lo reducido de los montos otorgados por productor y por hectare [..] porlo ques muy dificil que pueda impulsarse el mejorar deloncafetakes. Los anconarios de Pronaco casi skompre reac nan los tecurses otorgados por su programa con las ministraciones que otorgaba el Inmecafé, sealando que son mayores. [No obs tante], lo adecuado seria manejar montos ligados a la productivi- dad y a las necesidades de mejoramiento de los cafetales."* Un segundo problema: los recursos de Pronasol no se cana- lizan en lo fundamental a través de las organizaciones de pro- ductores ya existentes, sino por el conducto de los comités de | Solidaridad, locales y regionales —creados ex profeso por la ins. tituci6n, casi sempre INI-Pronasol—, donde la relacién que prevalece es entre los funcionarios gubernamentales y los pro- ductores individuales, a través de “asambleas” convocadas por lista (integrada a partir de un censo de productores que caen en el rubro de la extrema pobreza). En este sentido se impulsa una forma de erganizacién muy similar a las UEPC del Inme- café, y las orgarizaciones preexistentes de productores quedan relegadas. “Incluso entre muchos de los funcionarios de Pro- nasol priva la idea de que las organizaciones regionales y na- cionales son cupulares y que el problema debe relacionarse ‘més con la base que es la asamblea comunilaria”. Por lo demas, en condiciones en que las organizaciones dificilmente pueden conseguir recursos crediticios, “el hecho de que Pronasol lle- guea las comunidades otorgando recursos sin intereses, es ob- "Documentos y resolutivos..”, op. cit. TA LUCHA POR LA "APROPIACION DE LA VIDA SOCIAL” 7” gio que mina en muchos casos el trabajo de las organizaciones regionales . ‘La CNOC también adelantaba una critica al Fidecafé para lue- hacer una serie de propuestas. Un elemento del balance era gue cl comité técnico nacional, compuesto por los dirigentes poitticos de las organizaciones miembro, era inoperante para Fesarrollar el Fidecafé como una institucién financiera. En el programa Banrural-Bancomext del ciclo 1990-1991 la institu- tion habia sido incapaz de negociar las reglas de operacién del programa en beneficio de los procuctores, y el esquema de ga- qantias ni siquiera habia logrado ser instrumentado. Para el Pronasol y el sistema de crédito vigente, la CNOC planteaba las siguientes consideraciones y propuestas: primero, incrementar los montos de financiamiento por hectérea para mejorar los cafetales y para desarrollar programas de sustitu- cién y rehabilitacién de plantas; segundo, aumentar los recursos para los programas de acopio y comercializacién de los pro- ductores de acuerdo con reglas generales aplicables a todos los. casos, y también con los programas de acopio de cada organi- 2acién; tercero, el establecimiento de fondos revolventes pa- ma las organizaciones regionales que les permitieran manejar adecuadamente sus proyectos de produccién y comercializa- cién, y cuarto, el inicio de acercamiento entre el Pronasol y el Fidecafé para impulsar conjuntamente programas de apoyo fi- nanciero para los pequefios cafeticultores. Frentea la problematica especifica del Fidecafé, la CNOC ma- nifestaba estar participando en una propuesta para la operacién de varios millones de pesos que la instituci6n tenfa asignados a créditos de avio, consistente en que “en primer lugar el crédito directo se asigne a los grupos que no puedan acceder a otras fuentes a través del Banrural”, Una solucién a mediano plazo ° Tem 80 JULI MocuEL, LA LUCHA POR LA “APROPIACION DE LA VIDA SOCIAL" 81 seria la constitucién de una Unién de Crédito manejada poy} propios agricultores."* En la asamblea de la CEPCO, el representante de la yg completaria el esquema de discusién sobre el financiamieng y las propuestas, en los siguientes términos: reforma. ‘Con respecto a las importaciones del grano verde, la presién Jos industriales para que se llevaran a cabo se acompané del mento de quea partir de mediados de 1991 habria desabas jnterno del producto, Frente a ello, la SARH bloqueé en una mera etapa la introduccién del café proveniente de Centro- La baja de los precios internacionales, el alto costo financiero, siniestros como heladas sequiias, ocasionaron un quebranto ‘muchos productores y organizaciones [.. Tenemos dos prob centonces: resolver el [caso] de los adeudos y obtener nuey nanciamientos. En relacién a lo primero, nos duele la actitud! banca comercial y el FIRA [...] Ante la peticién de Bancomext que la banca presentara los deudores y montos para reest d poco que ver con un posible desabasto interno del produc- y se ligaba mas bien a todo un nuevo esquema de relacién ercial en el plano internacional, donde la integracién eco- jica con Estados Unidos y Canada jugaba un papel defini- . Primero, se queria hacer competir el café mexicano con $ mas baratos, para mantener los precios internos a la baja eficiar asi a los sectores industriales que lo utilizaban co- LA ESTRATEGIA ESTATAL DE COMERCIALIZACION nO materia prima; segundo, se pretendfa mantener bajos nivele (EXPORTACION E IMPORTACION) Y LA LEY DE TORREFACCIO lernos de consumo —aunque éste fuera de mala calidad — ifa canalizar la mayor parte de] producto a la exportacién. Por llo es que la idea de abrir los canales de importacién estaba li- mos propuesto al Comité Técnico de Fidecafe, que es fondo de ductores, que se compre la deuda con la banca a un precio n y posteriormente a través de Banrural y Bancomext se restr a plazos mis largos y con un costo en dolares [..]." Como habiamos seftalado, una parte importante de la dela CNOC alas politicas gubernamentales hacia el Area lera estaba dirigida, a mediados de 1991, a evitar o neutralizal pretension de abrir canales de importacién de grano para “fa tantes posibles de demanda”. Ligado a ello, se criticaba 0” Ermite hasta 30 por ciento de impurezas en el café comers Mable. “Idem, y discurso ya citado de Fernando Célis ten *Decumentos y resoluivos..”, pci 82 JULIO MOGUEL LA LUCHA POR LA “APROPIACION DE LA VIDA SOCIAL 3 En los casos de la importaci6n y de la ley de torrefaccién jg solucién planteada por la CNOC fue muy precisa y respondig a una concepcién general sobre el desarrollo agricola mexicas no y el proceso econémico de integraci6n: no habia razones, prever el desabasto interno y, por el contrario, existian cond ciones para incrementar la produccién sobre la base de una am pliacién significetiva del mercado nacional. Ello dependia, p supuesto, de quese evitara un desplome de precios por la sob oferta generada con la importacién, y también de que se vendierg un café de mejor calidad que el acostumbrado en el merc interno. Para ello, debia realizarse una serie de campanas lograr el incremento de ventas y modificar la ley de to cion para prohibir la venta de café con 30 por ciento de i rezas. {Qué podria hacerse frente a esta situacion aparentemente pcontrolable? Modificar la politica internacional en la materia, fuscando un mejoramiento de los precios a partir de la coordi- pacion y el restablecimiento de reglas del juego precisas entre fos paises productores. Con ello, seria posible tomar medidas ie fueran desde la disminucién de las plantaciones para re- lar la oferta, hasta el restablecimiento de las cléusulas eco- -pomicas del convenio de la OIC. México podria impulsar asi jnternacionalmente el consumo de un café de mejor calidad (100 ‘por ciento puro, o con un menor grado de impurezas), para lo ‘qual habria que cambiar la ley de torrefacci6n y evitar la impor- tacidn de “café mas barato “, sin poner en riesgo sus cuotas de exportacion. Estas y otras propuestas fueron presentadas por la CNOC a rmediados de 1991. Mientras tanto, la Coordinadora daba pasos ‘concretos para incursionar en el mercado interno de café tosta- doy molido, sin descuidar el flanco de la exportaci6n.” LOS BAJOS PRECIOS Y LA DEFINICION DE POLITICAS DE GOBIERNO EN EL TERRENO INTERNACIONAL Los precios internacionales, decia el representante de la en Ja mencionada reunion de la CEPCO: Enel mes de julio, los nuicleos de coordinacién y direecién de laCNOC Hiscutian la posibilidad de abrir un proceso de comercializacién en la ‘dad de México, a pesar de que el mercado se encuentra practicamente onpelialopo a Neale (Que acapars a venta de cafe soluble indus lizado) y por Legal (que acapara la venta de tostado y molido mez dhdo = pr cons tafe 30 por conto de azar) estudio dela ‘QN0c, claborado para tal efecto, consideraba factible y rentable penetrar “Para 1992 on el mercado del D.F. con un producto tostado, molide extra- 100 por certo pare que ria vendldos granelaneprice coma “eles y restaurantes Fn el procesamiento industrial del producto se haria _ t80, en principio, de lainfraestructura de la Coalicién de Bjidos de la Cos- Grane de cucreroy dein ARK Union de Veracruz, Para 1993 st Ae propuesto ampliar el mercado con un producto envasado de café sa) atid extn 100 por cent puto. Eh ete cao, ademés del cok ena feo sone casa Piss tiondasyorganiesen pubis) yal prvado (Aurred, Comes Mesicana Cigaste Samer) ey aL Prvado , 2006. OLSON, Mancur, The Logic of Collective Action, Cambridge, Har- vard University Press, 1971. primero entrega semanalmente tuna canasta a cambio de una remune® Ein fa oA aA Rb fake De la propiedad intelectual ala calificacién de los territorios: Jo que cuentan los quesos tradicionales Thierry Linck Esteban Barragan origen (Geographical Indications) son “indicativos que iden- tifican un bien como originado enel territorio de un miem- bro,o.una regién o localidad en ese territorio, donde una calidad ada, reputacidn y otra caracteristica del bien es esencialmente ibuible a este origen geografico”. Bajo esta definicién, la de- nacion de origen remite a una procedencia (mas que a un ir acuerdos TRIPS! apuntan que las denominaciones de set, por ejemplo, restricciones explicitas en cuanto a ori- de las materias primas utilizadas 0 a movilizacién de co- ientos técnicos locales. Los TRIPS marcan una orientacion, Pero al mismo tiempo plantean un marco de referencia amplio flexible que reserva a los Estados nacionales la responsabilidad a (\greement on Trade-Related Aspects of Intellectual Property Rights, BEEiCos en el marco de la Ronda de Uruguay (OMC, 1986-1994) y ava: ®$ Por las cecisiones 2081/92 y 2082/92 de la Union Europea, [117] 18 THIERRY LINCK, ESTEBAN BARRAGAN ppt PROPIEDAD INTFLECIUAL A LA CALIFICACION DE LOS TERRITORVOS 119 de implementar politicas ptiblicas y dispositivos instituet es més estrictos, destinados a regir la relacién entre deno; naci6n y territorio, En estos tiempos de globalizacién los: tienen al menos la virtud de favorecer, tanto en los escenari nacionales como en los internacionales, un debate ptiblico sah dable sobre la re'aci6n entre origen, arraigo y desarrollo te torial La noci6n de territorio se ha puesto de moda. Pero no ello resulta menos imprecisa y ambigua, a punto tal que no es facil identificar qué impactos, en términos de preservacion y de desarrollo territorial, pueden esperarse de una denominacién, Aqui se aborda esta problematica desde una perspectiva que enfatiza las dimensiones patrimoniales del territorio. En efec- to, el territorio puede contemplarse como un recurso complejo —que asocia recursos producidos y ambientales con conod mientos técnicos y relacionales especificos — y compartido ensu ambito espacial y social. El enfoque patrimonial propicia un cambio de perspectiva en el abordaje de los procesos de cali ficacién: considerada desde el punto de vista de sus impactos riales, la calidad tiende a definirse menos en relacién con \s oportunidades del mercado y las expectativas de los consu- midores y mas en relacién con los recursos territoriales y sus exigencias de preservacién y valorizacién. En otros términos, en forma no contradictoria con el planteamiento clasico, la calif cacién puede reinterpretarse como un proceso de incorporacion (en los procesos productivos) de recursos especificos (propios del territorio considerado). La tipicidad —o sea el grado de arrai- g0 territorial medido por la intensidad de incorporacién de recursos territoriales— emerge asi como un atributo de calidad propio. Pero la calidad es también una construccién social, 0 sea, 1a expresién no previsible de una elecci6n colectiva. Esta dimen sin puede abordarse bajo la hipotesis de que los recursos jecorporados, en tanto que valores patrimoniales, tienen atri- ‘patos de bienes colectivos: no poseen entonces valor de cam- pio intrinseco ni pueden ser, como tales, objeto de transacciones ‘erciales. No son, en un sentido estricto, recursos producti- {yos; con la salvedad de que la propiedad intelectual marca una exclusividad de uso que permite, a la vez, preservarlos, activar- Jos v generar valor agregado, Bajo esta perspectiva, la califica- jon puede interpretarse como esperanza y objeto de tensiones, pues sustenta expectativas de desarrollo, al tiempo que induce restriceiones de uso, distorsiones de competencia, rentas y ri- validades. La investigacion de los procesos y de los dispositivos de la apropiacién colectiva constituye el hilo conductor de la presen- te reflexion. Aplicando un enfoque comparativo, el examen de trayectorias de calificacién no siempre exitosas de quesos tra- dicionales permite estructurar planteamientos sobre la relacién entre denominacién y produccién patrimonial, sobre el interés que plantea la denominacién como dispositive de proteccién, no tanto de un nombre o de una reputaci6n sino de los patrimo- nios territoriales y sobre lo que la construccién de la denomina- cign pone en juego. EL TERRITORIO EN DISPUTA El término territorio suele usarse en méltiples contextos, tanto académicos como burocraticos, sin que se aclare su significado {sin que se identifiquien las tensiones que genera su uso. Se pro- Pone a continuaci6n una definicién sencilla que enfatiza su di- Mensién patrimonial? El territorio es una construccidn social 2 Thierry Linck, “La economia y la politica de los tervtorios", en Revista ‘el ALASRU, disponible en , 2000. 120 THIERRY LINK, ESTEBAN HARRAGAN ELA PROPIEDAD INTELECTUAL A LA CALIFICACION DE LOS TERRITORIOS 121 que procede, a la vez, de un patrimonio ambiental y de un pa. trimonio cultural. Ambas dimensiones quedan estrechamenig_ vinculadas por razones evidentes: un recurso natural no existe como tal y ni siquiera se reconoce si no se movilizan al mismo tiempo tanto los conocimientos técnicos como las instituciones, los valores sociales y las representaciones que condicionan sy aprovechamiento en un ambito social dado. FI término patrimonio es idéneo, pues sugiere una proyes. cién temporal larga (un patrimonio se administra, se recibe y se transmite por herencia). Plantea ademés la imagen de un recur. socomplejo, cuyos componentes forman un sistema: el ecosiste- maartificializado, las infraestructuras, las interacciones sociales. y los conocimiertos, las representaciones y los valores que le danestructura. En este sentido, el patrimonio es memoria cole tiva, a la vez que registro de acontecimientos y experiencias par sados y, sobre tedo, capacidad de proyecci6n hacia el futuro, No sin raz6n suelen asociarsele las caracteristicas de un bien apropiado y manejado en forma colectiva dentro del grupo so- cial que se identifica con el tertitorio. De este modo, la defi- nicién en cuestién encaja con el sentido primario que identifica el territorio con un espacio apropiado pero, evidentemente, nO cierra el debate sobre las modalidades, formas y limitaciones del caracter colectivo de su apropiacin y manejo. Este aspecto, eludido por el sentido comuin y el discurso dominante, es p! cisamente el que moviliza nuestra atencién. Se abordara el tema de la construccién de la apropiacién oO lectiva remitienco a la nocién de patrimonializacién. El térmi_ no puede entenderse, en un sentide amplio, como inseripeién en la memoria colectiva de un grupo social determinado. Ba jo esta perspectiva, la patrimonializaci6n se parece a un proces? de incremento patrimonial. Pero es algo mas que eso. El regi tro en la memoria colectiva es también un proceso de socializa cién que surte efectos en la configuracién del objeto y de I codigos que rigen sus modalidades de produccién, de uso y de apropiacién, asi como su posicién especifica en el patrimonio del grupo social considerado. Se enfatizaré esta segunda perspec- tiva, que plantea la patrimonializacién como proceso de apro- piacién colectiva. Este planteamiento lleva a disociar propiedad y derechos de uso y de manejo y a explorar las expresiones tici- tas, institucionales y técnicas de la patrimonializacién en esce- narios que no estén totalmente libres de tensiones. LA CAJA NEGRA DE LOS RECURSOS COLECTIVOS Considerados en una perspectiva patrimonial, los recursos te- ritoriales tienen atributos de bienes colectivos. Son bienes pro- ducidos en forma colectiva que se relacionan intimamente con laacci6n colectiva. Las capacidades téenicas y relacionales pro- pias de un territorio, las relaciones y las practicas en las cuales se sustenta la biodiversidad no son bienes econémicos en el sen- tidohabitual del término, aunque, desde luego, estan necesaria- ‘mente presentes en cualquier actividad productiva, El tema ha despertado relativamente poco interés en la teo- tia econémica, mas preocupada por entender los procesos de decisiones individuales que la construccién de decisiones colec- tivas, El problema tiende a eludirse para no tener que cuestio- har los preceptos del rational choice: un bien colectivo se plantea “abierto”, “libre” de tensiones y de rivalidades, a tal puntoabun- dante que el “sobreconsumo de un individuo no implica perju cioalguno paralos demés usuarios”. Entre los anélisis pioneros Sobre el tema destacan las reflexiones de Garrett Hardin sobre aif ®M, Olson, The Logic of Collective Action, Cambridge, Harvard Univer Sty Pres, 1971 * : < Woks, 122 IHERRY LINCK, ESTEBAN BARRAGAN pe LA PROPIEDAD INTELECTUAL A LA CALIFICACION DE 10S TERRITORIOS. 123, la “tragedia de los comunes”.* Su parabola pone en escena pradera totalmente abierta y a un grupo de ganaderos que aprovecha sin restriccién alguna. El egoismo y el oportunisi que rigen las conductas individuales llevan a un desenlace per fectamente previsible: se incrementa a tal grado la presi6n sobre el recurso comin que éste termina por desaparecer. El ensayo de Hardin ha tenido enorme impacto, tanto por su capacidad para hacer evidentes las fallas del mercado como por su sus tento de los paradigmas de la accién colectiva o de la economia, del medio ambien:e. Pero el modelo que defiende Hardin no resulta del todo libre de criticas. Como planteamiento estratégi- co pone en evidencia los limites de la racionalidad econémica pues, aunque pueda reconocerse como més eficiente, la con- certacién y adopcién de reglas no tiene ningtin caracter necesa- rio, Esta conclusion tiene que relativizarse también si se adopta una visién dinamica, ya que los ganaderos de la historia pue- den decidir no reducir la presién que ejercen sobre el recurso comin, no s6lo porque se encuentran en una situacion de ince tidumbre sino también porque anticipan que la competencia puede beneficiarles. Hay evidencias empiricas de este desenla- ce® cuando el conjunto de los ganaderos no se encuentra igualdad de oportunidades y las consecuencias de la satur cion de la pradera no tienen por qué ser las mismas para tod En otros términos, la competencia da ventajas a los gat mas potentes, mejor armados para integrar pérdidas y para aca- parar el recurso comtin. La critica tiene interés en la medida en que permite ampliar la problematica de los recursos colectivos. Sitda las decisionesindividuales en estrategias de acaparami toy enlaza intimamente propiedad colectiva y apropiacion (0 ‘capacidad de acceso) individual. Paraddjicamente, en una si- tuacin de restriccién de uso (una pradera es, por naturaleza, un recurso limitado), la propiedad colectiva s6lo cobra senti- doen la medida en que los dispositivos institucionales que la sustentan rigen al mismo tiempo las modalidades de uso, mar- cando derechos de exclusividad. EI planteamiento tiene sentido en el caso de recursos fisicos, pero lo tiene en el caso de bienes no materiales o de compo- nentes patrimoniales? Después de todo un recurso no material ¢s,en principio, no limitado, inagotable; pero deja de serlo en el momento en que el establecimiento de una propiedad intelec- tual marca exclusividad de uso y genera escasez, Este derecho protege, pero al mismo tiempo genera un monopolio colecti- vo, propicia la obtencién de una renta (en sustancia, la remune- raci6n de la calidad y del monopolio) y es objeto de rivalidades. Bajo esta perspectiva el tema de la patrimonializacién abre un ‘campo problematico que, mas alla de las fronteras disciplina- rias, plantea interrogantes sobre las interacciones entre lo eco- némico y lo politico, sobre el devenir cle los territorios y sobre laconstruccién del desarrollo. El planteamiento de este trabajo puede sintetizarse en las siguientes preguntas: qué riesgos im- Plica, para la preservacion del patrimonio comin, la ausencia de proteccién?, gcémo se arman y se resuelven los conflictos en- treusuarios? Y, en una problematica de construccién de decisio- es colectivas, zcémo seenlaza laconstrucciGn dela legitimidad de los dispositivos de apropiacién colectiva con los proyectos que los sustentan? 4 Garrett Hardin, “The "Tragedy of the Commons", en Science, vo. I 1968, pp. 1243-1248, i “Thierry Linck, £1 smpesino dsposeite, México, CEMCA/EI Colegio d® Michoacan, 1988; y del mismo autor, “Tierras de uso comin, regimen de tenencia y transicion agraria en Mexico”, en Revista del México Ag rim, 12, México, 2000. QUE ES UN QUESO? Sobran los argumentos que invitan a contemplar los quesos Como un género de alimentos propio de la agricultura campesi- 14 THIERRY LINCK, ESTEBAN BARRAGAW ppt A PROMIEDADINIELECTUAL A LA CALIICAGION DE LOS TERRITOROS 125 na, Los quesos se elaboran con leche, lo que supone una pro, cin ganadera, un manejo de praderas ya menudo modalid propias de asociacién de producciones animales y vegetales, como un cierto grado de domesticacién de los microorgany ‘mos en los procesos de elaboracién y afinaci6n. En este son los quesos tienen que verse mas como procesos (como una cuencia que moviliza en forma compleja recursos, conoci comunidad que los produce y ostentan su diferencia frente as vecinas, mientras el empefio, la pasién y los conocimien- os individuales asientan prestigio y jerarqufa interna. Pero esa sus atributos y de sus funciones en el momento en que de- ‘de incorporar sus componentes especificos (conocimientos, produccién implica un elevado grado de organizacién, EI proceso p-oductivo considerado en su conjunto gt profundamente marcado por las modalidades de integra a patrimonial, En resumen, los quesos tradicionales son, por excelencia, pro- tos patrimoniales. Su preservacién y su valoracién en la im- lementaci6n de un proceso de calificacién permiten movilizar rritorio, Su elaboraci6n moviliza conocimientos complejos e -ursos clave para el establecimiento de una estrategia de de- teracciones sociales miiltiples, que cobran expresién en srollo territorial. Pero, en un mundo profundamente marca- infinidad de sabores, colores, texturas, formas y tamaftos, E i por los embates de la globalizacién, esta perspectiva pone i descubierto serios interrogantes sobre los riesgos de despojo Ms allé de los ciclos estacionales, garantizan el acceso alosnus | —mediante exclusion del mercado, imitacién 0 alteracién por arte de las industrias de los alimentos— y, por ende, sobre las modaliclacies de la apropiacion y de la valoracién patrimonial nente clave de lz seguridad alimentaria, al menos sise conten | _ A continuacién un planteamiento comparativo pondra en es- pla ésta en sus dimensiones locales o regionales. En ocasiot cena varios quesos mexicanos y franceses. esta propiedad ha permitido que los quesos asuman funci nes de medio de cambio, de unidad de cuenta y de instrumer de reserva, Esta funcién de casi moneda que los quesos sos, entre otros, han desempeiiado en tiempos no tan remo! ¢s ilustrativa del elevado valor simbélico que pueden te Son productos que se almacenan, pero también que se ostentat con orgullo, Bajo esta perspectiva, llama la atencion el contr te entre la infinita variedad de quesos en una escala planeta y su relativa o fuerte homogeneidad en un émbito local. En sentido, los quesos tradicionales son productos identitarios. recursos ambientales, los conocimientos y las tradiciones lo@ Jes que moviliza su elaboracién también marcan la unidad d LAS TRAYECTORIAS DE PATRIMONIALIZACION EN ESCENA 9) El quesillo de Oavaca Bs un ejemplo perfecto de producto tradicional que se ha vuel- to genérico. Lo elabora en forma preponderante la industria de los lacteos y se comercializa a lo largo y ancho del territorio na- Sional, tanto en las grandes tiendas de autoservicio como en Modestos expendios de alimentos. Una visita en los pueblos del Valle de Etla (Valles Centrales del estado de Oaxaca), cuna 126 THIERRY LINCK, ESTEBAN BARRAGAN {LAPROVIEDAD INTELECTUAL A LA CALIFICACION DE LOS TERRITORIOS 127 del quesillo, no deja de ser asombrosa. Predominan talle regular tamaito que procesan una leche producida en hatos pecializados y, en forma preponderante, comprada en el esta dle Puebla. Suelen elaborar los quesos con leche descremada y no dudan en usar leche en polvo 0 en incorporar proteinas origen industrial para incrementar los rendimientos. Q es generaciones (de finales del siglo X1x hasta el principio de afos 1970)," lasindustrias de Roquefort se llevaron de Cérce- ga clevados voltimenes de leche de oveja. Como consecuencia ay6 dristicamente la produccién de los quesos locales tanto por pequefios hates de vacas criollas (media docena 0 alimentadas con rastrojo y alfalfa producida en pequenas: celas de riego. Una cubeta de plastico de regular tamaio ut zada tanto para fines domésticos como para la elaboraci6n del queso da la medida de la escala de produccién. En sintesis, se producen en el Valle de Etla dos quesos d rentes que llevan el mismo nombre. Se venden ambos en el cado de la ciudad de Oaxaca en un precio diferente: el queso rastico y, sin duda, el mas auténtico, tiene un precio que supera en.un tercio el de los quesos producidos en los talleres mo nos. En ausencia de marca distintiva, el queso tradicional. siendo desplazadc y se encuentra en un avanzado proceso d extincién. iontos técnicos genuinos); més bien se han perdido los vincu- Jos sutiles que condicionan la preservacién de los atributos de {ipicidad del producto en un ambito econémico, social y cultu- al que ha experimentado profundos cambios. Hoy en dia se ha vuelto a producir quesos en Corcega, pero len presentarse como quesos de oveja, o de cabra, bajo una 1ca individual. Tienden a perder su nombre, parte de su identi- dad territorial y, con ella, sus atributos patrimoniales, sus fun- ciones identitarias y sus cualidades sensoriales. 0) El queso “bola” de Ocosingo casi tinico en su género en el mundo (una bola de aproxima- damente medio kilo envuelta en una costra de queso descre- mado fundido). Es producto de los procesos de colonizacién de 4 as selvas tropicales de los valles de Ocosingo, en la parte orien- fal del estado de Chiapas. Responde a las exigencias que impo- ‘ia el notable aislamiento de la zona hasta fechas recientes. La leche proviene de una ganaderfa de doble propésito, que ocupa las tierras liberadas por el maiz y que constituye el prineipal Polo de acumulacién. b) El queso Roquefort y sus daifos colaterales La definicion de este queso es sencilla: se procesa con leche oveja y, sobre todo, se afina en las cuevas del municipio de quefort en el sur de Francia. De hecho, el pliego de condicic dela denominacién de origen pone relativamente pocas res ciones a la produccién de leche. Ha propiciado la conforma de una raza de oveja de alta productividad (Lacaune) y la defi nicién de una cuenca de acopio elastica, que lleg6 a extender en un amplio radio hacia el sur, hasta el Pais Vasco y Cére Ello ha tenido serias consecuencias en la isla: durante mas F. Casabianca y Marie Prost De Sainte, “Certification AOC et milieux ‘nsulaires, Stratégie des industries fromagéres en Sardaigne et en Corse”, © ie laboratoire, Coloquio Internacional, Universite de Corse, 1997. s 6 a s s a 1s THIERRY LINK, ESTEBAN BARRAGAN ‘ps LAPROPIEDAD INTELECTUAL A LA CALIFICACION DE LOS TERRITORIOS 129 El queso de Ocosingo no tiene el renombre del quesillo g Oaxaca; es mas bien un queso de consumo local que tiende convertirse en exdtico en su propia cuna originaria, Ei un doble problema. El primero deriva del conflicto zapati de la invasi6n de los ranchos y de la disminucién de los hat y de la produccién de leche. El segundo, quiza més profu jecializada en la produccién de novillos para engorda: suele ievada disponibilidad de forraje en las praderas naturales 0 Jas parcelas liberadas por el cultivo itinerante del maiz. \CIA UN BALANCE INTERMEDIO sélo seis queserias de corte artesanal que, en su mayoria, ducen quesos genéricos, aclemas del tradicional de Ocosi instructivo, La primera ensefianza que se puede derivar en for- de balance global puede ayudar a entender lo que es un nacional), el queso de Ocosingo esta experimentando lam “alimento. Desde el punto de vista biolégico, el alimento es sim- Suerte que él quesillo de Oaxaca, ‘plemente una fuente de nutrientes, o sea un compuesto orgénico -que permite atender nuestras necesidades fisiolégicas: protes- grasas, azticares y elementos menores necesarios para la ;produccién del organismo o utiles para la metabolizacién de ‘os nutrientes. Pero se espera también de los alimentos algo mas que la satisfaccién de simples necesidades fisiologicas. El con- umo de los alimentos solicita los sentidos y genera emociones ‘que los individuos comparten con gusto. Eneste sentido, un alimento también tiene que satisfacer ne- (esidades de socializacién. Fsto suelen lograrlo en un doble sen- tio. En primer lugar, porque las emociones que derivan de lo Que los sentidos permiten percibir (colores, sabores, textura, Presentacisn, contexto) provienen simulténeamente de los ali- Mentos mismos y de un aprendizaje que, en st esencia, pro- fede de un proceso de socializacién. Las emociones remiten a Tepresentaciones, valores, criterios y cédigos aprendidos que Proceden de un patrén cultural mas o menos determinado ue evoluciona en forma permanente. En otros términos, las €mociones son tales simplemente porque el alimento es un en- @) El queso de Cotija ‘Tiene mucha notoriedad y ha experimentado mejor suerte q el quesillo de Oaxaca. Su imagen poco atractiva de queso tico, su aspecto (ruedas de 1020 kilos) y su proceso de elal cién (un queso prensado y afinado elaborado con leche cruda){o han puesto al amparo de la codicia de la industria de los lacte Es un queso tipicamente ranchero, propio de economias y $0 dades dominadas por la ganaderia y marcadas por un notable aislamiento. El queso de Cotija se produce en areas decolonii cién relativamente reciente (siglo XIX), localizadas en los pli gues semisridos del extremo occidental del eje neovole: entre los estados de Michoacan y de Jalisco. Son regiones de e& caso poblamiento y elevada densidad de localidades mal municadas que, en términos generales, no tienen acceso ni'@ energfa eléctrica n:a agua potable. El queso de Cotija puede com siderarse como un subproducto de una ganaderia extensiva, & DF 130 THIRRY LINCK, ESTEBAN BARRAGAN pe LA PROVIEDAD INTELECTUAL ALA CAUFICACION BELOS TERGHTOMOS 131 lace entre el individuo y su entorno social y porque la al tacién ofrece una oportunidad de validar, asentar y fortal este vinculo, a tn segundo lugar, en forma complementaria, porque losalj. mentos son producidos, implican trabajo, o sea gasto ener tico y, sobre todo, la incorporacion de conocimientos y valores sociales. En este sentido, son a fa vez expresién de un pr de transformacién de la naturaleza, de una modalidad de inser. jén del hombre en el ecosistema y de una acumulaciGn de ey. nocimientos, de valores sociales y de representaciones, que vuelven esta insercion posible. Estos conocimientos y valores son parte de la memoria colectiva y, como tal, permiten la ex. presién de emociones. Desde este punto de vista, el alimento es también enlace de los hombres entre si y con la naturaleza, Bajo esta doble perspectiva pucde afirmarse que un alimen- to comprende dos elementos: un compuesto organico y un com- ponente patrimonial (conocimientos, valoresy represcntaciones sociales incorporados). Asume el primero funciones fisiolégi- cas mientras responde el segundo a necesicadies de socializacion, Se puede asiumir que ambos son igualmente necesarios para ase- gurar la reproducen fisiolégica y social del hombre. Este componente patrimonial sucle tener un fuerte sello te rritorial. [I quesillo de Oaxaca carga con imagenes e historias propias del Valle de Etla, de su vida agreste, de una presencia ranchera respaldada en el dominio que ejerce la ciudad de Oa xaca en una regiGn con profundos rasgos indigenas. El ques? dle Cotija lleva las marcas de una cultura ranchera propia dé las sierras inhdspitas del occidente de México, Integra el & de largos procesos de conquista-y colonizacién de las areas m5 apartadas del territorio nacional. Los anuncios que difunde l@ evision francesa para promover el Roquefort valoran la ima- nde una naturaleza austera (piedras, acantilados, ausencia fe presencia humana) y acogedora (verdes praderas, presen- fda de agua y casi ausencia de matorrales). Si hablamos de los {ues0s COTSOS, Surgen imagenes de montafas austeras, de pasto- yes barbudlos, de una cultura milenaria y de tradiciones intimas y medio misteriosas. Desde luego, no son mas que imagenes, percepciones subjetivas a menudo distantes de la realidad. Asi, Jas mujeres corsas tienen un papel destacado tanto en la cria de los animales como en la elaboracion de los quesos y puede afirmarse que, en su gran mayoria, los pastores estan plena- mente integrados en sociedades que tienen ya rasgos predomi- rnantemente urbanos, La imagen de la naturaleza que difunden Jos anuncios de Roquefort corresponde a una suerte de icteal agreste construido por la industria y diseftado para consumido- res urbanos. En el mismo sentido, las imagenes que el quesillo de Oaxaca despierta entre los consumidores se alejan de la situa- cin agraria real en los valles de Etla y de la notable marginali- zaci6n de los productores tradicionales Elnotable desfase que se advierte entre la realidad y las ima- {genes que el sentido comtin asocia con los alimentos procede del hecho ce que éstos —incluyendo, en grads variables, tam- bign [os alimentos llamados tradicionales— han dejado de tener Procedencia e historia. Las transformaciones sociales y los cam- bios que a lo largo del ultimo medio siglo han afectado la agri- Cultura y el sector agroalimentario afectan tambien la relacion humana con los alimentos, Los procesos de urbanizacién, la Srientacion de los cambios técnicos, la ampliacién y densifica- in de los intercambios han inducico un proceso de homo- Beneizacién de los sistemas productivos. Bajo este esquema, el “mporio de las cadenas dominadas por la industria y el nego- do de los alimentos ha inducido un doble movimiento de ex- lusion y de especializacidn de la agricultura en un papel de 7 EL quesillo de Oaxaca es un queso na refinado que solia venders Ja ciudad de Oaxaca, distante de 15 a 25 kildmetras de los pueblos Valle de Eta, 132 SaSaRY ERICK STUBAN BAGRNGEN’ [peLA PROPIEDAD INTELECTUAL A LA CALIFICACION DE LOS TERRITORIOS 133, ropiedades de la flora local y sus variaciones estacionales es- tan presentes en la leche y dejan su huella en ella los sistemas ge manejo de los animales y, sin duda también, los esfuerzos y Jos conocimientos acumulados en los procesos de construccién de las razas locales. No se ha llegado a un conocimiento fino de {as dinamicas y del origen de los ecosistemas microbianos (su ‘manejo en los sistemas tradicionales procede de conocimientos ‘empiricos), pero tampoco hay dudas sobre el hecho de que mar- can en forma decisiva las caracterfsticas organolépticas de los quesos. En otros términos, Ios conocimientos, los valores socia- les, los recursos ambientales incorporados en la elaboracion de los quesos marcan en forma determinante sus caracteristi- ‘as propias, a punto tal que puede afirmarse que las caracteris- ticas sensoriales de los quesos tradicionales constituyen una ‘auténtica firma patrimonial. Considerados en su dimensién de productos patrimoniales, los quesos tradicionales peligran. El movimiento de moderni- zaci6n y su aceleracién en los tiltimos decenios ha inducido un doble proceso de uniformizacion tecnolégica, de apertura y uni- ficacién de los mercados que ha tenido un profundo impacto en el sector agroalimenticio, mas notable atin en la produccién de los quesos. La segunda mitad del siglo pasado ha sido mar- cada por la difusién selectiva de un modelo técnico, sustentado en un uso intensivo de energias fosiles y de equipos e insumos de origen industrial en sustitucién de recursos locales, Se carac- teriza también por una fuerte integracién de la agricultura en complejos agroalimenticios dominados por la industria y la gran distribucion, que fija condiciones (es excluyente) y mar- 2 orientaciones (incide en la configuracién de la agricultura). De este movimiento deriva un proceso generalizado de unifor~ Imizacién de las razas y de las variedadtes, de las practicas de ™anejo de los animales y de los pastizales, asi como de los co- Rocimientos aplicados a la producci6n agricola o alimentaria simple proveedora de materia prima indiferenciada, Las log cas industriales han respaldado el movimiento en forma proby blemente mas marcada atin en la industria de los lacteos, P, poder entregar productos con caracteristicas estables, la indus tria procede a una estandarizacién sistematica de las leches y delos fermentosy aplica protocolos técnicos uniformesy sum mente estrictos. Bajo este tratamiento, el queso industrial ti dea convertirse en un simple nutriente. Carece de esa histori legible que le permita atender necesidades de integracion cial, més alla de las emociones que pueden despertar las i genes que difunde la misma industria y de las gratificacione hedonistas que nutren las expectativas frustradas de los sumidores. Esta ausencia de historia legible bien puede relacionarse con los procesos técnicos propios de la industria. El fenomenc en realidad mas profundo y se relaciona con un triple distans ciamiento que afecta también a la produccién de los ques tradicionales: fis.ca (disociacién marcada de las cuencas de ducci6n y de los centros de consumo), social (desconocimier del origen y de las condiciones de produccién) y simbélica ( sajuste de los procesos de aprendizaje y de las tramas cog vas). En este sentido, los quesos tradicionales, al igual que quesos industriales, no hacen mas que poner en escena los ¥ lores patrimoniales que incorporan 0 pretenden incor Tan sélo les llega a los consumidores lo que sus sentidos permiten captar y lo que sus tramas cognitivas y sus experi cias les permiten reconocer e interpretar. Sin embargo, todo ef esta puesta en escena no procede de procesos subjetivos 0 4 tun engafto. Las caracteristicas sensoriales de los quesos dep den fundamentalmente de las propiedades de la leche que s® transforma y de los ecosistemas microbianos movilizados en 10 pprocesos de fermentacidn y afinacién. Ambos componentes Pe miten objetivar el grado de anclaje territorial de los queso. an flotean D. RE 134 ‘THIERRY LINCK, ESTEBAN BARRAGAN DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL A LA CALIFICACION DE LOS TERRITORIOS 135 pase en regimenes y dispositivos de apropiacién adecuados. No es que los quesos tradicionales no tengan duefo. El problema sadica en el hecho de que la relacion de apropiaci6n tradicional , 2006. MARTUCCELLI, D., Sociologies de la modernité, Paris, Gallimard, 199, MOGUEL, Reyna, “El comercio de valores éticos: las reglas del juego del café solidario”, en European Review of Latin Ameri- cant and Caribbean Studies, Amsterdam, 2003. ____y Manuel PARRA, “La cuestién agraria en Chiapas. Se- guridad y justicia en la tenencia de la tierra”, en Propiedad y organizacién rural en el México moderno, Reforma agraria y el Procede en Veracruz, Chiapas, Oaxaca y Sonora, México, Facul- tad de Economfa-UNAM, 1998, pp. 41-71. Morin, Edgar, Le paradignia perdu: la nature humaine, Paris, Seuil, 1973, OLSON, M. The Logic of Collective Action, Cambridge, Harvard University Press, 1971. PEREZ, E. y M.A. FARAH, Desarrollo rural y nueva ruralidad en América Latina y la Unién Europea, Bogota, Universidad Jave- riana, 2004. Reyes RaMos, ME, R. MOGUEL VIVEROS y G. VAN DER HAAR, Espacios disputados: transformaciones ruvales en Chiapas, Mé~ xico, Universidad Aut6noma Metropolitana-Unidad Xochi- milco/El Colegio de la Frontera Sur, 1998. SALINI, D., “La Corse, une image idéologique”, Université de Corse, 2005, manuscrito. Sancuz, O.; R. MOGUEL y M. PARRA, “Colonizacién india y Procesos de apropiacién de la tierra en una comunidad ma- 146 THIERRY LINCK, ESTEBAN BARRAGAN ya de Los Altos de Chiapas”, en M.E. Reyes, R. Moguel y g, van der Hear (eds), Espacis dispntados: ransformaciones runagg en Chiapas, México, Universidad Aut6noma Metropolitana. Unidad Xochimilco/El Colegio de la Frontera Sur, 1998, jRetrégrados 0 vanguardistas?: jos productos tradicionales y el desarrollo rural en México* Thomas Poméon gran diversidad de alimentos y bebidas tradicionales, Pro- Jductos agropecuarios procesados 0 no, vinculados 0 no auna regién particular, consumidos solos 0 combinados, son el fruto del trabajo de campesinos y procesadores, de sus habi- lidades y conocimientos elaborados y transmitidos de genera- cign en generacién. Expresan la identidad mexicana, nacién rmestiza, tanto en los modos de produccién como en los habitos deconsumo. Asi, cuando el aguamiel fermentado de los indige- nas pas por las tuberias de los alambiques espafioles, nacieron. mezcal y tequila. Cuando mezclamos tortilla, chile, queso, hui- tlacoche o nopal, expresamos ese mestizaje fundador por me- dio de un buen chile relleno, una quesadilla de queso Oaxaca con huitlacoche, etc. Alimentos y bebidas tradicionales son par- te de nuestro patrimonio colectivo; constituyen una herencia cultural nica y viva. Su valor es nviltiple, expresado en su ca lidad nutricional, sensorial y simbélica, y explica por qué los pai- Sanos que radican en el extranjero buscan con tantas ganas los Productos de su regién de origen. I a riqueza natural y cultural de México se expresa en la “La primera versidn de este articulo fue publicada en La Jornada, su Peemento Lt Jornada del Carp, e113 de febrero de 2010, f147] 48 THOMAS POMEON {:RETROGRADOS O VANGUARDISTAS? 49 Sin embargo, hoy en dia constatamos la desaparicion de muchos productos t-adicionales. Otros son desnaturalizados, recuperados y adulterados por industrias y distribuidores, y pier. den su valor tanto material como inmaterial. Las normas sobre alimentos y bebidas son insuficientes y escasamente aplicadas, y desfavorecen lo tradicional. Al consumidor se le dificulta en. contrar productos genuinos y esta a menudo engaiiado y des. orientado entre quesos hechos sin leche, o tequilas elaborados con el 49 por ciento de azticar de cafta. Productores de alimen- tos y bebidas tradicionales pierden su mercado, por no poder competir en un émbi:o donde cantidad, costo y logistica impor- tan mas que calidad. Con ellos desaparecen oportunidades de empleo para regiones enteras,natriendo las olas de marginal zaci6n y migracion. Este declive de los productos tradicionales se enmarca en una visi6n politica del desarrollo “modernista”, que resume el pro- greso en alta tecnologia e insercién en mercados globales. El malinchismo, otra tradicién mexicana, nos hace creer que lo bueno viene de afuera, y que lo local y tradicional no es mas que una reminiscencia del pasado, del subdesarrollo. En esa légica, el desarrollo pasa por la desaparicion de formas de produccién y consumo tradicionales, consideradas como ineficientes eco némicamente, hasta peligrosas. Sin embargo, iniciativas del sector productivo, académico y piiblico han puesto en duda al vision, destacando el riesgo que constituye la desaparicion de productos tradicionales. Han buscado formas para revalorizat~ los y promover otros modos de vida. En México existe desde la década de 1970 la figura de la De: nominaci6n de Origen (DO), que ha sido escasamente usada. lo hay 13 denominaciones de origen en el pais. El marco legal y administrativo es incompleto, inadecuado y poco valorizado) por el gobierno, No ha sido objeto de una reflexién en términos de desarrollo rural, ni por el Instituto Mexicano de la Propie Intelectual (IMPI) ni por la Secretaria de Agricultura, y menos de una coordinacién entre instituciones. Muchas denomina- ciones de origen son inactivas y controvertidas en cuanto a su legitimidad y capacidad para defender la tradicién y promover ‘un desarrollo local sustentable. La Marca Colectiva es una figu- 1a atin més incompleta e ineficiente, que no permite proteger productos asociados a una regién particular. Tampoco existe un sello 0 categoria para proteger alimentos y bebidas tradiciona- Jes, Ademas, las normas existentes y el marco legal en general los ignora por completo, obligando a muchos de ellos a mantener seen una cuasiclandestinidad, Al contrario, gracias a una politica activa de apoyo y pro- mocién, en particular con figuras especificas (Denominacién de Origen e Indicacién Geografica Protegida, o Especialidad Tradicional Garantizada), la Unién Europea ha integrado los productos tradicionales como instrumento para el desarrollo rural. Centenas de productos son protegidos y valorizados, be- neficiando en particular a zonas marginadas. El éxito de esa politica europea ha despertado el interés delos productos tradi- cionales de varios paises y de organismos internacionales como Ja Organizaci6n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci6n (FAO) o el Instituto Interamericano de Coopera- cién para la Agricultura (1ICA). Los productos tradicionales abren la via hacia nuevas formas de considerar el ordenamiento territorial y el desarrollo: plu- ral, respetuoso de las condiciones naturales y culturales espe- cfficas de cada regién, y local, pero capaz de integrarse en un ‘mercado global, combinando innovacién y tradicién. Constitu- yen el vinculo necesario entre un pasado que asienta nuestra identidad y una proyecci6n hacia un futuro que no sea una ma- la copia de lo que se hace en otros pafses. Para que sigan vivos ‘nuestros alimentos y bebidas se deben disefar politicas e ins- trumentos claros e integrales, en funci6n de la realidad mexica- Bi ltoteca Ba . € BéEhoteca Bax 150 THOMAS POMEON na, Es necesario contemplar los productos tradicionales ¢ una herramienta poderosa para cumplir con los planteamien, tos de la Ley de Desarrollo Rural Sustentable. Si existen varias maneras de hacerlo, es impostergable una verdadera voluntag politica, respaldada por la sociedad civil Los sistemas agroalimentarios locales: calidad, territorio y accién colectiva* Javier Sanz Cariada Jomo consecuencia de la globalizacién de los mercados alimentarios y del ineremento de la concentraci6n de as cuotas de mercado en los mayores grupos alimenta- rios y de distribuci6n, en las décadas recientes ha tenido lugar tun proceso a escala internacional en el cual decrece la parte de Ja cadena de valor del producto que se genera en los espacios rurales, Mientras que las estrategias dominantes de liderazgo en precios parecen estar reservadas cada vez més a las grandes, firmas, los productos diferenciados tienen un margen superior de incorporacién de valor en comparacién con los indiferen- ciados. La necesidad de abandonar la producci6n exclusiva de commodities se convierte, por tanto, en una condicién nece- saria para agregar valor en los espacios rurales, Por otra parie, el patrimonio natural y cultural de los territo- tios rurales constituye una importante fuente potencial de di- versidad alimentaria susceptible de poner en valor. Existe una pluralidad de vinculos entre l territorio y los productos alimen- tarios tipicos 0 especificos, incluidos tanto los que estén relacio- * La primera version de este artculo fue publicada en La Jornada, su- Plemento La Jornada del Campo, et 13 de febrero de 2010. tsi] 152 JAVIER SANZ. CANADA {LOS SISTEMAS AGROALIMENTARIOS LOCALES 153 nados con el medio fisico —clima, suelo, ecosistemas, etc. ~ 9. mocon el medio social y humano —cultura, historia 0 econor locales; saber hacer y técnicas locales; procesos de construccign social y mas. Come resultado de estos vinculos, los productos alimentarios identitarios presentan una serie de atributos cificos que se agrupan en torno al binomio de “calidad y terri. torio”, combinando en cada caso de forma variable atributos tales como la calidad organoléptica, la tipicidad, la relacién con las gastronomias locales, la seguridad alimentaria o el res- peto por el medio ambiente. En las zonas rurales, donde hay una alta especializacion y concentracién local en uno © varios productos agroalimenta- ios, las posibilidades de obtener ventajas competitivas a par- tir de las relaciones de proximidad o mediante estrategias de calidad vinculadasal territorio son mayores que en otros émbi- tos geogréficos. En este sentido, un Sistema Agroalimentario Lo- cal (Sial) se define como un tejido empresarial difuso que se localiza.en un territorio donde existen una especializacién y una concentracién local relativamente altas en una determinada pro- duccién agroalimentaria, que, ademas, esté constituido funda- mentalmente porexplotacionesagrarias y pequefias y medianas empresas que muestran un alto nivel de interrelaciones de co- laboracién entre sf. Los Sial estan integrados por agentes locales del sector privado tales como explotaciones agrarias, peque- fias y medianas agroindustrias, industrias auxiliares, empresas comercializadoras, empresas de servicios a la produccién, orga- nizaciones de productores locales —cooperativas, asociaciones de productores orgénicos—, ete, Pero también forman parte de los Sial instituciones locales piiblicas o ptiblico-privadas, como son las agencias descentralizadas del gobierno, las institucio- nes locales de control y fomento de la tipicidad y calidad ali- mentarias, los grupos y asociaciones de desarrollo rural, 1a instituciones de transferencia y difusién de innovaciones y de formacion, entre otros. Todos estos agentes ¢ instituciones pue- den construir sinergias colectivas, fruto de la cooperacién en aeciones y proyectos comunes de desarrollo agroalimentario y rural Las indicaciones geogréficas de calidad (como son las deno- minaciones de origen), la agricultura organica, la produccion bajo etiqueta de “comercio justo”, la certificacién ambiental de bosques, la comercializacién asociativa de productos locales, las rutas turisticas de productos tipicos, la promocién colectiva, de productos locales o la insercién de los productos locales en. estrategias de desarrollo local sustentable, son s6lo algunas de las opciones de organizacién colectiva de los Sial. Sin embargo, la elaboraci6n de productos alimentarios loca- : les de calidad parece suponer una condicién necesaria pero no : suficiente para que los Sial agreguen una mayor proporcién de t valor en el émbito de la cadena alimentaria. Para conseguir ob- tener rentas de diferenciacién, una segunda condicién procede de la necesidad de impulsar estrategias de organizacién colec- tiva entre los agentes locales. Pero, por otra parte, desde una visién mas amplia, la accién colectiva no s6lo es condicién necesaria para la agregacién local de valor, sino que ejerce a su vez efectos beneficiosos sobre los, procesos de desarrollo agroalimentario local. Las redes de rela- ciones de cooperacidn (y/o de conflicto) que se establecen entre los agentes econémicos y las instituciones locales pueden te- ner diferentes misiones, como son la difusién de innovaciones, |a organizaci6n de un sistema colectivo de calidad, la conse- cuci6n de una cierta escala en las acciones de comercializacién en comin o la realizacién de campaitas de promocién de los, productos y también de los intangibles vinculados al bino- mio producto/territorio. Asi, por ejemplo, al implantar el con- seo regulador de una denominacién de origen, o bien una Asociacién de productores orgénicos locales, la tarea de cons- ORT, ante! Oo.. aD, fe: Blot 154 JAVIERSANZ.CANADA LOS SISTEMAS AGROALIMENTARIOS LOCALES 155 truir un método de aseguramiento de la calidad, basado en, tipicidad o en el respeto al medio ambiente, requiere poner marcha procesos de concertacién entre agentes econémicos instituciones pablicas de una zona de produccion. Asimismo, la accién colectiva inherente a los Sial puede producir, ademas de efectos beneficiosos sobre las cadenas ali. mentarias locales, bienes piblicos relacionados con el desarzo_ Ho rural de un territorio en su conjunto, fruto de la cooperacién con otras instituciones y agentes locales. Es decir, los Sial p den contribuir a reducit las externalidades ambientales negat vas como, por ejemplo, la disminucién de la erosion debida a la difusion del cultvo con cubierta vegetal, o bien el aprove- chamiento colectivo de los residuos de la produccién agrariao agroindustrial con fines energéticos o de restitucién de suelos, Asimismo, la accién institucional de los Sial también puede promover el fomento de las externalidades positivas. As, por ejemplo, el impulsoa las actividades vinculadas a la puesta en valor del patrimonio natural y cultural de un Sial, como son las rutas del vino, del nopal o del tequila, puede tener como con- secuencia la obtencién de beneficios no sélo para las propias empresas agroalimentarias locales sino también para el turismo rural, la venta de ar:esanias, la promocién de la imagen comer- cial, 0 bien para la creacin de una cultura local de “produecién de calidad” que afecte a otros sectores econémicos. Todo ell incide favorablemente sobre el conjunto del desarrollo rural de la unidad territorial considerada, Finalmente, se asienta en el debate internacional la idea de que las politicas de desarrollo local en el medio rural han de pro mover, mediante sistemas de incentivos, la produccién de bie nes publicos, por el hecho de que la sociedad en su conjunto demanda crecientemente a los sistemas agroalimentarios 12 adopcién de funciones de caracter medioambiental, socioecO- némico, cultural ¢ institucional. En el émbito de las politicas pt plicas, los Sial pueden constituir, como objeto de andlisis, un enfoque itil para investigar la accién colectiva y las redes de re- Jaciones que tienen lugar entre los agentes locales de un territo- rio que produce alimentos identitarios, tanto desde la 6ptica delaobtencién de rentas de diferenciacién como delagobernan- za de las cadenas locales, o bien de la produccién de externali- dades territoriales. roteger los alimentos las bebidas tradicionales* Maria Cristina Renard APP 0 One, zados, homogéneos y “globalizados” —la hamburgue- sa y la coca-cola, pero también la sopa enlatada, los Cereales procesados, los quesos de sustituto de leche, etc.— si- guen existiendo alimentos tradicionales producidos de manera ‘mas artesanal, con una base local, representativos de la gastro- nomia de ciertas regiones y que pertenecen al patrimonio cul- tural de los pueblos. Frente a los gigantes de la industria alimentaria y al poder avasallador de la publicidad para la comida procesada y chata- ra, y también frente a la presién que eerce el oligopolio de la gran distribucién sobre sus proveedores agricolas, se han ideado estrategias que buscan preservar este patrimonio gastronémi- co, proteger a sus productores de las imitaciones y falsificacio- nes, darles mayor poder de negociacién y, de pasada, alegrar el paladar de los consumidores mediante signos distintivos de su calidad: denominaciones de origen, indicaciones geografi- cas protegidas, marcas territoriales, entre otras. A Hado de la produccién masiva de alimentos industriali- BEloteca Pantel Porat * La primera version de este articulo fue publicada en La Jornada, su- plemento La Jomiada de! Campo, e113 de febrero de 2010. 57] be, Neen? Pore teoa 158 MARIA CRISTINA RENARD Estas estrategias conllevan varias ventajas: una primera, de nivel econémico, consiste en el sobreprecio, el cual, como tee do nicho de mercado, proviene de la teduccion de la ofertas relacién con la demanda al circunscribir el producto a un espa cio determinado y imitar asi su existencia:sélo puede llamarag tequila el destilado de agave azul Weber que se produce en ung region bien definida, ya que sus caracterfsticas dependen de vy territorio de produccidn. Esjustamente este aspecto el que tanty, molesta a los defensores.a ultranza del “libre mercado”, comoel gobierno de Estados Unidos, enemigo de estas estrategias (pero no de esa otra “distorsién del mercado” que opera el oligopo- lio agroalimentario). Esta ventaja econémica viene aparejada de beneficios sociales: una mejor retribucién ata a los produc. tores a su unidad ce produceién, a su tierra, a su pueblo, a su pais. Beneficio nada despreciable en el contexto de la fiebre mi- sgratoria que esta secando el campo mexicano. Como lo mules: tra el ejemplo del queso Cotija, la revalorizacién econémica, sobre todo si se le suma un reconocimiento internacional como un premio a la calidad, se acompaiia de un proceso de reva: lorizacién identitario y cultural: los productores perciben que su producto y que su trabajo son valiosos; se sienten motiva- dos para preservarlo, mejorarloy transmitir sus conocimientos sus hijos, lo cual es otro beneficio importante en medio del desalionto que cunde en las comunidades rurales. La transmi- sidn de la tradicion, combinada, a veces, con cierta dosis de i novacién, es un beneficio cultural para ellos, para su regién y para el pats entero. _ No es cosa facil Iograr el reconocimiento de una Denomina= ci6n de Origen 0 una Masca Territorial u otto simbolo de cali dad. Requiere del cumplimiento de normas de calidad muy precisas y de perseverancia para librar los innumerables obs téculos burocraticos que les pondran en el camino autoridades sensibles a los arguments de las corporaciones agroaliment@- PROTEGER LOS ALIMENTOS ¥ BEBIDAS TRADICIONALES. 159 sias y a los designios del vecino del Norte. Exige, por tanto, na gran capacidad organizativa y la coordinacién entre los diversos actores que conforman la cadena que recorre del cam- a los consumidores. El tequila es el ejemplo de lo que sucede fuando esta coordinacién cede el lugar al conflicto: los campe- sinos productores del agave se enfrentan a los industriales, en una lucha desigual, por la apropiacién de la renta originada porla Denominacién de Origen. Esta renta ha sido capturada por Jas corporaciones transnacionales que han adquirido la mayoria de las destilerfas de la bebida insignia de México. Lo que signi- fica que lograr una marca territorial no es la panacea. La norma y el proceso industrial han homogeneizado el tequila que ha perdido su variedad y su cardcter artesanal, Por ello, los mez caleros tradicionales se oponen a una Denominacién de Ori- gen dnica y uniforme, y reivindican la diversidad de sus formas de claboracién artesanal frente a la amenaza de una norma es- tindar. Existen en el pais muchos productos gentiinos susceptibles de reconocimiento y merecedores de una mejor valorizacién: os quesos, la cecina, el amarante, el huitlacoche, el nopal, para s6lo citar unos cuantos ejemplos. Algunos han logtado una pro- yeccion internacional, como ciertos cafés de orfgenes puros, que tienen, en los mercados, un reconocimiento de hecho mas no de derecho; algunos son objetos de pirateria por la falta de pro- tecci6n, como el nopal ya producido por los chinos. Algunos obtuvieron el reconocimiento, a pesar de miiltiples trabas, pero estan de nuevo en la picota por unas normas que amenazan su existencia, como los quesos genuinos. Algunos lograron una Denominaci6n de Origen pero dentro de un ambito tan vasto que elimina la vinculacién calidad-territorio que la legislacion internacional estipula: la Denominacién de Origen del sotol, en- ‘marcada en el estado de Chihuahua, y la Denominacién de Ori- gen del mezcal, idéntica para todos los estados del pais donde se produce, a pesar sus notables diferencias técnicas y gustativas. Moteca Dantel Poin Ps Los cafés de origen y su certificacion en México* Fernando Cétis Callejas dares las cien libras, cerca de cien délares arriba del promedio de precios de los cafés ardbigos lavados (per- gaminizados) que se denominan “otros suaves” (de Guatemala, Peri, México, Costa Rica, Honduras y otros paises). Los com- pradores preferian pagar mucho més por un café de Colombia que por cafés del mismo tipo de otros paises, aunque éstos pu- dieran ser de mejor calidad y a precios convencionales. El colombiano es un origen que se refiere a todo un pais; su reputacién, basada en imagen y prestigio, se construyé durante varias décadas, Podria decirse que los origenes més reconocidos actualmente son aquellos que se asocian a una mejor calidad, a un sabor especifico, nico, ligado a un determinado tertitorio; asi, en México se ha hablado de los cafés de Jaltenango en Chia- pas, de Pluma Hidalgo en Oaxaca, de Coatepec en Veracruz, ¥ tecientemente de Ixhuatlan del Café, también en Veracruz, Lo ‘mismo ocurre en otros pafses: por ejemplo con Tarrazu en Cos- ta Rica y Antigua en Guatemala. E== de 2009 los cafés de Colombia superaban los 240 *La primera versién de este articulo fue publicada en La Jornada, st- lemento La Jornada del Campo, el 13 de febrero de 2010. [ist] teca Daniel An Be 162 FERNANDO CELIS CALLEJAS Las dificultades inician cuando s I a se trata de identifi sabores especiales de estos cafés y la ubicacién precisa de rrenos en los cuales se producen, y después el contar ¢ norma y la certificacion de estos origenes. Se promueve my que existan normas y certificaciones de origen porque se sae que asi se pueden tener mayores precios para estos, 's:sin embargo, no hay estrategias que tengan una acep generalizada, aa Por ejemplo, hace aos se establecié una norma de café Cog, tepec, que se referia a un café “con sabor a especias”, la cual ng. tuvo mucho éxito, La region de Coatepec cuenta con unos 11 poblados, con diferentes suelos y microclimas y era diffcil ene contrar café como lo sefialaba la norma. tr Después se registro la Denominacién de Origen de Café Ve racruz y un esquema de certificacién en el cual se invirtieron, muchos recursos, con escasos resultados. Muy pocos compras tian un café de Veracruz a mayor precio, pues no tiene global- mente prestigio de calidad porque se revuelve mucho, Un catador reconocido de Coatepee, Avelino Hernandez, que esta realizando un trabajo de diferenciacién de cafés, ha sefiae lado en trabajos recientes lo siguiente de varios cafés de esta regi Café de Coatepec: “Sensaciones que recuerdan ya sea el olor de madera, especia (canela), o madera semilla (clavo), nuez mos cada, pimienta di “ Café de Xico: “Café ligeramente agresivo; clavo, tomillo”. Café de Teocelo: “Sensacién dulce que recuerda a frutas ci tricas, una sensacion seca que recuerda a las frutas de bayass acitrado, lima, mardarina, frambuesa, zarzamora”. Café de Cosautlén: “Sensaciones que recuerdan al chocolate 0 vainilla no edulcorados”, Den poblado (Chavarrillo): “Sensacién que varia de floral en dulzado a sazonadc endulzado, cardamomo, albahaca, ants". 108 CAFES DE ORIGEN Y SU CERTIFICACION EN MPxicO 163 ‘Del poblado de Vista Hermosa, que tiene diferentes tipos de clo, a partir de varias muestras de café, dice: de la primera, junatrayente aroma a especias dlulces que se complementa con sabor dulce y achocolatado”; de la segunda, “en el regusto se perciben notas citricas”; de la tercera, “un sabor intenso a fru- , el aroma deja escapar un toque de manzana”. ‘Muchos se preguntarian si en una misma region 0 en un po- plado pueden existir cafés con caracteristicas tan distintas y, si fuera asi, cOmo se podria normar y certificar. En la region de Ixhuatlin del Café, la compaiiia Nesexpres- so compra un café que vende en cafeterias de lujo en Europa y-segiin productores de esta regién, busca el café que tiene “sa- bor a mamey” Es dificil que una buena parte de los productores y consumi- dores distingan estas caracteristicas tan diversas del café; por lo tanto, los especialistas, los catadores, son practicamente los inicos que podrian dar fe de estos sabores especiales. El reconocimiento de un origen ha sido hasta ahora mas bien unasunto de fama del café de una region pequeiia y excepcio- nalmente de un pais, Colombia, Pasar a una delimitacion pre- cisa de sabores especiales y del territorio especifico en que se produce esta siendo complicado, y si por interés particular se po- nen demasiadas especificaciones y certificaciones, ello no ayu- daré mucho al conjunto de los productores de una regiGn. En México deberfa existir una politica pitblica que actie en diferentes niveles y establezca estndares minimos de calidad que prestigien el café del pats como lo ha hecho Colombia y como lo estan haciendo Costa Rica, Guatemala y otros paises. ‘También, como ocurre en Guatemala, precisar algunas caracte- tisticas especificas de cafés de regiones productoras y, final- mente, con mas cuidado, avanzar en la identificacién de cafés con sabores mas especiales en localidades 0 regiones mas pe- quenas. Esto implicaria contar con un organismo puiblico que Bb lroteaa Daniel Cortn Pbes2 164 FERNANDO CELIS CALLEJAS tenga un plan y una infraestructura adecuados para est definiciones aceptables para productores, consumido participantes en el mercado, asi como contar con un eee unificado y sencillo de establecimiento de normas de ode su certificacion, batalla del queso Cotija* Esteban Barragdn Lopez 1 tradicion del queso Cotija se remonta a los principios de la Colonia y a las sierras de ocupacién mestiza 0 ran- {chera del occidente de México. De aquellos lejanos tiem- pos y vastos lugares, la tradicién se vino disolviendo hasta iedar resguardada en el presente por unas 200 familias que tefugian en igual ntimero de ranchos, aislados y dispersos, ¢ los pliegues de la sierra donde confluyen los estados de isco y Michoacén (en "la sierra de JalMich’). Conforme transcurrié la segunda mitad del siglo pasado, en te tiltimo bastion serrano la tendencia a su desaparicién pa- ecfa inminente: los aproximadamente 900 ranchos de ordefia donde se productan anualmente unas mil toneladas de queso en los afios cincuenta, para finales del siglo habfan descendi. do.en tres cuartas partes (a 225 ranchos y 250 toneladas). Lo més ignificativo es que la tendencia se venia acentuando y se calcu- aba que para el aio 2010 la produccién del auténtico queso Co- tia seria nula. Para revertir la situacién, desde 1998 se fueron conjuntando erzos de académicos, productores y autoridades de los tres * La primera version de este articulo fue publicada en La Jornada, su- Plemento La Jornada del Campo, el 13 de febrero de 2010. (165 FE Lo: 166 ESTEBAN BARKAGAN LOPEZ LA SATALLA DEL QUESD COTA 167 Una de las primeras batallas malogradas fue cuando el IMPI, sin mayores argumentos, Ic otorg6 al queso Cotija una Marca Colectiva en lugar de la Denominacisn de Origen solicitada. Se devela asi la imposibilidad del IMP1 para proteger a los produc tos los que les otorga una Marca Colectiva, dado que ésta slo protege un logotipo y no el nombre del producto y del lugar de origet Esta imposibilidad se deriva dela Ley dela Propiedad Indus- trial, en la cual s6lo la Denominacién de Origen —y ninguna otra figura cle las contenicas en dicha ley — protege el nombre del producto y del lugar de producci6n, en contraste con lo que ocurre en otros paises, donde diversas figuras legales dan esa proteccién. Es, pues, patente la necesidad de actualizar el marco legislative ¢ institucional a fin de que pueda brindar una protecci6n cabal a los productos artesanales, pues éstos quedan al margen tanto de la proteccién de la propiedad industrial como de la intelectual En la comercializacién, el camino es lento, Tener la marca pa- radlistinguir el producto es un gran avance, pero las dificultades empiezan cuando los productores la quieren usar. Y si no se en los primeros tres afios, se cancela. Se debe constituir un comité de autorregulacién y en definitiva entrarle a la econo- mia formal, lo que para los productores es un verdadero labe- tinto. Ello se complica atin mas por problemas legales como el registro en la Secretaria de Hacienda, asi como las concomitan- tes acciones de facturacidn, etiquetado, muestreos, etectera, Al buscar nuevos nichos de mercado, los productores se en- cuentran con una demanda pequena y esporédieca o con pedi- dos muy grandes a los que no se tiene capacidad de responder. Esto se conjuga con falta de financiamiento para acopiar, con lo Perecedero del producto y con las formas de operar de los acapa- adores locales, que buscan el mas bajo precio y el mas largo Plazo, y de las grandes tiendas, que sélo ponen el espacio y es niveles de gobierno, rasta echar a andar en 2002 el 5 tulado “La potencializacin del patrimonio cillcisl ena a rra de JalMich”, Como objetivo general se plantes contribuir fomento y a la revaloracién del patrimonio cultural heredadg por los habitantes de los ranchos de la region, impulsandy acompartando el proceso social, organizativo, tecnologia, le y comercial necesario para lograr la Denominacién de Ori (00) del queso Cota y un consecuente desarrollo regional in, legral. El histérico individualismo del ranchero inicialmente fue vencido por la amenaza de un enemigo comdn, Ia industria, y también de productores artesanales de otras regiones que han usurpado el nombre de queso Cotija para ponerlo a sus que- 508, que en ocasiones ai leche contienen, con lo cual logran bajar Jos costos y sacar de la competencia a los productores del ge- nuino. Apoyados por investigadores y autoridades locales, los productores de la sierra se constituyeron en la figura legal de Sociedad de Produccién Rural (SPR), que inicié con ocho miem- bros en 2001 ¢ incorpord a otros 82 en 2004. Dada la dispersion y el aislamiento, la falta de recursos eco- némicos y el hecho de que la region esté repartida en dos en- tidades y varios municipios con dificultades para convocar a reuniones, lograr acuerdos y darles seguimiento, la organiza- cién ha sido més legal que funcional, Con todo, en 2005 obtu- vo del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMP!) la Marca Colectiva para el Queso Cotija Regién de Origen. Fue la primera marca colestiva otorgada a un producto alimenticio procesado artesanalmente en México. Pese al impulso recibido de algunas entidades académicas ¥ gubernamentales, san consiantes las batallas, primero pat atraer la atencidn de dichas instituciones, y actualmente pata fre- nar a arribistas que ahora provienen no sélo del ambito econ mico, sino tambien del politico (e incluso del académico). Par. OnP, af hot. 168, [ESTEBAN BARRAGAN LOPEZ, LA BATALLA DEL QUESO COMA, 169 el proveecior quien debe hacerse cargo de la promocién, ¢} mods fisico, la cobrenza, las devoluciones, etc. Estas batallag estan dando desde la empresa Meson del Queso Cotija, que fa, vorece a los productores y tiene el apoyo del gobierno del es. tado de Michoacan. Otra dificultad es que la Secretaria de Hacienda no tiene tna categoria de contribuyente para el artesano, y si los productores de queso Cotija artesanal deciden darse de alta en dicha Secre. tarfa, son considerados como industriales, con la consecuente carga fiscal y la obligacién de manejar cuenta de cheques y cla. vve bancaria para las declaraciones por internet... cuando 99 por ciento de los productores carece de energia eléctrica. En medio de este incierto panorama, ahora se pretende sa- ‘cat para siempre del escenario alos productores de quesos arte- sanales con el proyecto de Norma Oficial Mexicana 243, por el que en México s6lo se podria hacer queso con leche pasteuri- zada. Al mismo tiempo se frena el proyecto de Norma Mexica- na del queso Cotija artesanal madurado, el cual fue construido por més de 20 instituciones durante més de un ato de reunio- nes, y se deroga otta norma que permitia elaborar queso con leche cruda siempre y cuando proviniera de hatos libres de bru- celosis y tuberculosis y que el queso fuera madurado al menos 30 dias. En las Reglas de Uso del Queso Cottija, siguiendo la cos- tumbre, se establecié que una pieza de queso no puede partir- se antes de los 90 dias de maduracién, También se estipula que el ganado debe estar libre de brucelosis y de tuberculosis, El argumento gu2ernamental para esa prohibicién es que en el pafs hay estados con alta incidencia de tales enfermeda- des en el ganado, lo que es cierto. Sin embargo, en la region productora del queso Cotija la incidencia no llega ni a uno pot ‘iento, y la prevalencia es cero, lo que significa que los poc> animales que han dado positivo en la muestra invariable e it~ mediatamente se han sacado del rancho y enviado al rastro, como lo establece el procedimiento legal £s evidente que en todo esto no se busca la legalidad ni el bien comtin, sino favorecer a ciertos sectores, De lo contrario, seinvertitfa en sanear los hatos, mejorar la infraestructura basi- cay productiva en las regiones ganaderas, capacitar a los pro- ductores en buenas précticas de manufactura y acceso a los mercados, en lugar de construir su clandestinidad mediante normas improcedentes, que sdlo volveran mas cuesta arriba cl camino a los sectores ya de por si vulnerables. ea nT eae nee Ree TERCERA PARTE POLITICAS PUBLICAS Y LEGISLACION DE CARA A LA ECONOMIA POPULAR, intel Ornate thas politicas piblicas y economia popular: la experiencia de Michoacan Alfredo Ramirez Bedolla A MANERA DE INTRODUCCION ueremos presentar en este ensayo la experiencia que hemos tenido en la aplicacién de una linea especifica de politicas pablicas en Michoacan relativas a “la eco- nomb'Popular’, desde la Secretarfa de Desarrollo Econémico del gobierno del estado de Michoacan. Nos referimos concreta- mente a una intervencién que llevamos a cabo entre 2008 y par tede 2010, pero que tuvo su base en definiciones de politica que se despleg6 desde tiempo atras (basicamente desde el gobierno encabezado por Lazaro Cardenas Batel). Antes de entrar a la tematica especifica quisiéramos sefialar algunos elementos generales, uno de ellos referido a un hecho que hemos logrado constatar en nuestra aproximacién al ané- lisis de las politicas puiblicas en México de los dltimos anos, a saber: que el pensamiento neoliberal es significativamente in- fluyente en la definicién de politicas piblicas en nuestro pais, incluyendo en ello a los gobiernos de izquierda, en gran parte dentro de una especie de inercia o de naturalizacién que se apli- ca regularmente en el discurso que las sustenta. (173) Dam tol Onsie OOF 1 ALFREDO RAMIREZ BEDOLLA Se piensa, por ejemplo, que una inversién de capital “eg sitiva” si es “creadora de empleos', sin parar en mientes aq Jas condiciones de contrataci6n de la fuerza laboral, log _ bles— efectos negativos sobre el medio ambiente, el nivel tivo de la capacidad “multiplicadora” de la inversién ysucondicion “nacionalizadora” o de “desnacionalizacign” Pragmatismo entra como cuchillo en mantequilla en el diseyp- so politico, regularmente dentro de un cortoplacismo que suele resultar tremenclamente negativo, ise analiza en efecto en una més amplia perspectiva. Hemos vivido, en el marco de nuestra experiencia en a apli cacién de politicas pablicas, dos perspectivas que en determina. dos mementos son tan polares como excluyentes, a saber: la ‘que podriamos denominar endégena, consistente en que las or- ganizaciones sociales 0 populares implicadas confian en sus Propias fuerzas, con impulso de iniciativas que se despliegan “de abajo arriba”, por un lado, y, por otro, ) la que puede ser calificada de “centrista” 0 “centralista”, autoritatia la mayor Parte de las veces, donde productores o sectores sociales impli- cados no participan en la toma de decisiones y tienen que “con formarse” con lo que aparece como una forma de dadiva 0 concesion. Hay que constatar que, por desgracia, los gobiernos de iz- quierda que a la fecha han existido en nuestro pafs no han le gado a valorar con suficiente fuerza o solidez a los sectores populares vivos y actuantes en el ambito de la economia, esta bleciendo para ellos acciones de tipo pobristas 0 asistencia listas, con medidas funclamentalmente conipensatorias -¥ Ot tanto menores— frente a los estragos causados por la propia dinamica onerosa dela accién neoliberal. Y, como deciamos, 8€ ha creido a pie juntillas en la “magia” simple de “Ia inversion", sin importar si ésta es transnacional, especulativa, excluyente y/o nociva al desarrollo ambiental. POLITICAS POBLICAS Y ECONOMIA POPULAR 175 Nosotros creemos que esto tiene que cambiar. La economia ipular constituye un espacio que, més alld de lo ideologico, esy ha sido un soporte real para el desarrollo econémico glo- fai, muchas veces con mayores capacidades que la empresa wada de “alta capitalizacién” para generar empleo y creci- miento en una perspectiva de desarrollo endégeno y sustenta- ble (y por tanto, mas proclive al impulso democratico que la primera). Convendria senalar, asi sea esquematicamente, las diferen- cias entre los dos modelos de intervenci6n: “Modelo neoliberal”: + Se basa en procesos productivos dirigidos a la maximi- zaci6n de ganancias, sin importar de inicio el impacto que dicho objetivo pueda tener sobre la poblacién y los recursos naturales. + Sumergido en el espacio aparentemente neutro de “la competencia”, el modelo neolibeal privilegia el em- poderamiento del gran capital sobre el mediano y el pe- quefto, creando niveles o caclenas cle dependencia que tienden al sometimiento de “los débiles” y a su final + Las micro, pequeftas y medianas empresas (Mipymes) son subsidiarias de la gran empresa “tractora”, y termi- nan siendo empresas empleadas de las grandes, en con- diciones en que estas tltimas basan su desarrollo en Mipymes mas “competitivas” (y que sacrifican una par- te de sus —posibles— ganancias al ser subsidiarias de “las grandes"). 33 176 ALFREDO RAMIREZ BEDOLLA “El modelo de economia popular” se sustenta en: + Valores de cooperacién y solidaridad. + Prioriza la produccion de bienes esenciales para la vis da, apuntalando entonces nuestra “soberania alimenta. ria” y nuestras propias capacidades de produccién, + Las Mipymes son esencia de la nueva economfa, confor. man sus propias redes de proveedurfa y comercializa- cin y unen sus esfuerzos en cadenas productivas para brindarse servicios propios. + Las Mipymes son capaces de establecer financiamien- tos ajenos al falso paradigma de la “bancarizaciGn”, + Las Mipymes llegan a buscar, dentro de sus objetivos de desarrollo, el rescate del patrimonio cultural producti- vo, aprovechando la patrimonializaciGn de nuestros pro- ductos para que generen una renta positiva derivada de su monopolio de derechos de uso. En la perspectiva analitica de José Luis Coraggio, la econo- mfa popular se puede considerr desde estos elementos: Primerelemento:el objetivo de las organizacionesesenfren- tar en forma unida un conjunto de necesidades humanas, individuales y sociales. La participacién de las personas en ellasimplica no solamente trabajar, producir, vender, con- sumir y comprar, sino también pensar y aplicar “estrate- gias de vida”. Segundo eleriento: en la ecoriomfa popular y solidaria, existe alguna divisién del trabajo, relaciones comerciales con terceros y procesos monetarios de distribucién; pero lo mis caracteristico es la cooperacion, dirigida a que las me- diaciones monetarias entre la producci6n y el consumo no tengan el lugar tan determinante que tienen en el plano de las empresas tipicamente capitalistas, POLITICAS PUBLICAS ¥ ECONOMIA POPULAR 7 Tercer elemento: su concepto de eficiencia y de relacion entre objetivos y medios, asi como entre beneficios y cos- tos, trasciende el célculo estrictamente cuantitativo. Es sobre la base de estas ideas en torno a la economia popu- lar que hemos generado o acompafado una serie de politicas piiblicas desde la Secretaria de Desarrollo Econémico del go- bierno del estado de Michoacan, con una propuesta-eje de traba- jo: superar la fragmentacién productiva de los elementos que conforman la base de dicha economia, mediante la articulacién, la asociacién y el encuentro dialégico entre sus partes. EL PROGRAMA @TIENDA EN MICHOACAN Segtin los datos més recientes, en el estado de Michoacan se re- gistran 86 137 unidades econémicas de comercio detallista, que generan 240 659 empleos (INEGI, 2009). El dato es muy significa- tivo: ninguna empresa genera tanto empleo, El gobierno estatal quedaria en un tercio de esta cifra si sumara en su haber a los activos del sector magisterial. Esta simple y lana constatacion llev6 al gobierno del estado de Michoacan a disefiar un progra- ma especial para las tiendas de abarrotes, farmacias, tortillerias, Y panaderias, lamandolo @tienda, En una primera etapa, el programa quedé dirigido, en sus, objetivos primordiales, a dotar al comercio detallista de herra~ mientas administrativas y cognoscitivas delas que generalmen- tecarecen. Dicha actividad se concentré entonces en dar servicios de capa ja, equipamiento y remozamiento a mas de dos mil comercios detallistas en 44 municipios del esta- do, De 2003 a 2008 se implementé dicho programa sin varian- tes, hasta que lego la crisis econémica (estallada justo en ese 2008), coincidiendo ello con el cambio de gobierno estatal. Y \cién, consulte 178 ALPREDO RAMIREZ BEDOLLA fue entonces cuando se llegé a la conclusién de que era necesa. rio dar un mayor impulso a este programa, dinamizandolo con, otrorel programa Cexporta que, como su nombre lo indica, pre. ara y da soporte a productores michoacanos para ser exporta, dores. (En el lapso ya referico Cexporta habia tenido contacto y asesorado a mas de mil micro y pequefios empresarios.) En 2009, ante un descenso relativo de las exportaciones a Es. tados Unidos —debido a las circunstancias de la cri los acentos en el desarrollo del Mercado de Corta Distancia, pro- yecto dirigido a que las medianas y pequentas empresas (Mypes) colocaran sus productos en la red de tiendas @tienda. .Qué beneficios les reportaba a las referidas Mypes incorporarse al programa Mercado cle Corta Distancia? Enormes beneficios, muy visibles cuandose descubre lo falso que es el espejismo en boga de que su liga con las grandes tiendas de autoservicio re- sulta lo mas provectoso. Y ello, entre otras cosas, porque di- chas tiendas grandes de autoservicio basan su fortaleza en el enganche de proveedores que aceptan se les pague a 90 0 120 dias, bajo contratos leoninos donde generalmente las Mypes pierden. Al desaparecer el espejismo llega de inmediato la pre- gunta: entonces, :por qué no generar la alianza de las Mypes productoras manufactureras con las “tienditas de la esquina”? LA PREGUNTA QUE NO PUEDE FALTAR: gY COMO? La pregunta que qued6 claramente planteada frente a la pers” pectiva sefialada fue: ,cémo colocar los productos michoacanos de las Mypes en las “tienditas de la esquina”? Se trataba, en pr- mera instancia, de construir un esquema “Iégico” en el interés de las partes para conformar un colectivo: se requeria, por uh =, se de- cidi6 dar prioridad alla “venta interna” y, con ello, se pusieron, POLITICAS PUBLICAS Y ECONOMIA POPULAR 179 Jado, que los productores tuvieran asegurada su compra por parte de las tiendas, y, por otro, que las tiendas tuvieran el fi- nanciamiento necesario para hacerlo, considerando en la refe- rida “transacci6n” un plus de” valor” dentro dela logica coman del “zy yo qué gano con eso?”. Surgié entonces la idea de utilizar el esquema de franquicia con flexibilidad, consistente en ganar el compromiso de las tien- das de colocar productos de los productores michoacanos en el 20 por ciento de su piso de venta, en el entendido de que el resto (el 80 por ciento) podia ser completado con productos “exter- nos” ode cualquier otro tipo. A partir de esta posibilidad aplica- mos una serie de sondeos entre las tiendas de abarrotes para conocer cuales eran las tendencias y las “intenciones”. De igual manera hicimos consultas entre las Mypes manufactureras de Michoacan. Considerar el financiamiento del esquema era vital para ga- rantizar el flujo répido y facil de las mercancias, por lo que se ‘opt6 por conformar una parafinanciera o caja de ahorro colecti- ‘va con recursos estatales y de los participantes en una relacién de dos a uno. Ya constituida, la bolsa serviria para proveer a las tiendas de abarrotes de productos con crédito de seis a nue- ve por ciento anual. Y como el ciclo de crédito para este caso se encontraba en una relacion de 15 a 30 dias, el precio final del producto no se veria afectado por el flujo crediticio de interme- diacién, lo cual marcaba sin duda la diferencia frente a lo que venfa operando hasta el momento, con altos costos predomi- nantes de intermediacién (por el “coyotaje” y los encajes de las grandes tiendas de abarrotes).. El proceso de consulta fue acompafiado por una serie de reu- niones de informacién sobre el programa de Mercado a Corta Distancia, con grupos de 20 tiendas en uno de los bloques, y de 20 productores en el otro, lo que enriquecié enormemente la pro- Puesta. Fue mas adelante cuando el proceso requiris el didlogo 180 [ALFREDO RAMIREZ BEDOLLA directo entre unos y otros, en un esfuerzo conjunto de planea, cidn estratégica. En junio de 2010 quedo establecido entonces lo que seria red de microprocuctores locales ligada a una red de microoy, merciantes locales, sin intermediarios, con sus propias fuentes de financiamiento y st propio esquema comercial, el manejo de 1a franquicia y el funcionamiento de una integradora colectiva como comercializadora, Seria en dicho esquema en el que tan. to las Mypes productoras como las “tienditas de la esquina’ (tiendas de abarrotes) compartirian sus votos en la toma de de- cisiones de su empresa colectiva ZQuiénes participana la fecha en este tipo de acciones? Entre otros, productores agropecuatios de arroz.del valle de Marquez, CUADROT PROGRAMA @TIENDA MERCADO DE CORTA DISTANCIA POLITICAS PUBLICAS Y ECONOMIA POPULAR 181 del municipio de Gabriel Zamora; lentejeros de Coeneo y Hua- niqueo; manufacturas familiares de salsas, tostadas, papas de camote; productores de queso Cotija y de pan de Tingiiindin; fabricantes de dulces tradicionales, etcétera. En lo que a las tiendas de abarrotes se refiere, existen de muy diversas dimen- siones, ubicadas entre los seis metros y los 70 metros cuadra- dos, con una media de 18 metros cuadrados. EN EL CAMINO DE LA PATRIMONIALIZACION Es conocida la riqueza del estado de Michoacan en cuanto a su diversidad geogréfica y cultural. Y ello distingue de manera especial, entre otros rubros, a su gastronomia y asus artesanias. En el espacio-tiempo de la globalizacién, frente a los embat yestragos del modelo neoliberal, los productores y nticleos s0- ciales ligados a estos niveles productivos de base popular han manifestado su creciente preocupacidn. Y ello se hizo presente de manera especial entre los productores de la guitarra, de las esferas, de los productos de cobre, de pasta de cafia, maque y al- fareria, para no mencionar sino algunos de los més relevantes. @Cuales fueron los puntos clave de dicha preocupacién? Entre otros, la importacién excesiva y sin control de mercado de pro- ductos provenientes de Asia, particularmente de China, y el uso indebido de las denominaciones o de las indicaciones de luga- res, regiones 0 municipios de la entidad. Un caso concreto de esta problematica es el de los produc- tores de artesanias de cobre de Santa Clara, quienes han tenido que sufrir la competencia de productos del mismo material, pero de menor calidad, que no son originarios del lugar. Ello ha llevado a que presenten una solicitud de proteccién a sus productos. Panter 3e ante 182 ALFREDO RAMIREZ 8EDOLLA, Para explorar las posibilidades de avance en la materia realy. zamnos primeros acercamientos a instituciones y figuras legaleg que pudieran brindar una alternativa. Y descartamos de inicio buscar cobijo en el Instituto Nacional de Derecho de Autor, se trataba de una proteccién de cardcter individualizado, limos en consecuencia al Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMP!) y al marco que establece su intervencién, saber, la Ley de Propiedad Industrial. En esta ley se contempla la proteccién de productos y servi. cios con figuras tales como la de deitominaciones de origen, que aplica a productos endémicos de un lugar o de una region en Particular (medio geogrfico, naturaleza, tradicién). Pero encon- tramos que dicha figura era sumamente restrictiva, por referit- se especificamente aos productos endémicos. Otra figura de la referida ley es la de marens colectioas, que aplica a productos y servicios, protege nombres e imagenes, y se otorga a agrupa- mientos voluntarios, Pero falta en la ley la figura de indicacio- nes geognificas y marcis de certificacién, formulas que s{ existen en tratados internacionales firmados por Mexico y que, de aparecer ena ley secundaria (reglamentaria), favorecerian enormemen- te la posibilidad de abrir y desplegar reales procesos de patri- monializacién. Indicacién geogrifica es una figura juridica establecida pot le- gislaciones europeas y reconocida en tratados y convenios in- ternacionales firmados por México. No obstante, la legislaci6n nacional en nuestro 2ais no define el procedimiento para su otorgamiento, y la materia de propiedad industrial se encuen- tra exclusivamente en rango del legislativo federal; es decir, los. estados de la Reptiblica nada pueden hacer en toro al tema en. materia legislativa. La Organizacién Mundial de Comercio (OMC), por su parte, ‘marca en los TRIPS (Agreement on Trade-Related Aspects of In- POLITICAS PUBLICAS ¥ BCONOMIA POPULAR 183 tellectual Property Rights) una orientacion, Pero también tiene {a limitante de reservar su émbito de manejo al nivel del gobier- no federal. CUADRO2 COMPARATIVO ENTRE LAS FIGURAS JURIDICAS EN PROPIEDAD INDUSTRIAL PARA PROTEGER Y RECONOCER PATRIMONIOS CULTURALES COMPARACION ENTEE MC TRADICIONAL, MC CON IG¥ BO Marca coletioa| ‘Marca colectiva con 1G | Denoninacn de onigen 1. Twlaces: asocaciones o[ 1. Tituares: asocaciones o | 1. Titulasel Estado mexico sociedades de producto-| ”sociedades de producto-| "no. lint oterga autor res, fabrcantes, comer-| resfabricantescorelduss-| zacion para su uso antes 0 prestadores de] lade inclusin obligotoria 2. Aplicaapreductosyyser-[2. Aplicasdloa productos [2 Aplica dnicamente prom vio cton 5. Caracteristicasdelospro-[3. Carateistieasdelospro~ | 3. Caracterstcas ycualidar ductos o servicios none-| ductosnecesmiamontevin-| des del producto ligadss| cesariamente vinculadas| euladasal dee gogrifict| exclusivamente al meio al irea geogrifica co Factores 4, Menor tiempo para su] 4. Mener tiempo para su] 4 Mayor tiempo en su te ‘tongamiento, formato] otorgamiento, formato | mite Roquskoscomplejos preestablecido preestablecido 9 poco fel Nees O-producto-terterio 5. Awtoeglacion (glas|5, Autonegulacion (epjas| 5 Necsurie Ia excacion de deus) de uso} cn aration | "una NOM su organism Similars auia Nx. Con] reglador. Mayor costa clobjetodepreserartéc-| de operscion easy materia radio. ales Derivados de diversos foros con especialistas y del anélisis de las legislaciones nacionales e internacionales, se opt6 por usar las, ‘marcas colectioas como medio de protecci6n de los productos mi- choacanos, estableciéndose una indicacién geografica de facto fasta CPF. g2 ate! 184 ALFREDO RAMIREZ BEDOLLA dentro desu nombre, otorgada deesa manera por el IMP! (ej plo: queso Cotija Region de Origen). La marca protege el nome bre del producto queso Cotija y protege su relaci6n con el ly de origen 0 indicaciéa geogratica. “ Dicha situacion ha generado discusién nacional respecto la necesidad de reformar la Ley de la Propiedad Industrial E] 22 de julio de 2009 se asistié en la Camara de Diputados a un foro de ampliacién de la denominacién de origen para el mez- cal. En dicho evento al mismo IMPI reconocié la necesidad de reformas aa ley, para incorporar la figura de indicaciones geo- ‘gtaficas (como [a tiene Brasil). CUADRO 3. LAS MARCAS COLECTIVAS DE MICHOACAN {39 MAKCAS COLECTIVAS MICHOACANAS. PATRIMONIALIZACION DE LOS TERRITORIOS Y SU CULTURA Tal y como ha sido planteado por diferentes autores, particular- mente por Thierry Linck (véanse sus ensayos en este libro), la POLITICAS PUBLICAS Y ECONOMIA POPULAR 185 especificidad de los productos tradicionales procede de la incor- poracién de valores patrimoniales producidos en los territorios. sos valores poscen atributos de bienes colectivos; no tienen va- Jor mercantil propio pero generan valor agregado. Sélo pueden preservarse y valorarse en la medida en que Tlegan a ser pre- ‘yiamente reconocidos y especificados, apropiados y adminis- trados. En este sentido, la patrimonializacién de los recursos {erritoriales se relaciona con la construccién de dispositivos de apropiacién colectiva destinados a fijar los derechos de uso y manejo. Como sefala Thierry Linck, el tema tiene poco interés para las teorfas econémicas neoliberales como la del rational choice, que estén mas preocupadas por entender el proceso de decisio- nes —y de apropiaciones— individuales que los de construccién de decisiones colectivas. El derecho al que nos referimos —el que implica la referida patrimonializacin— genera una espe- cie de ”monopolio colectivo”, dirigido a propiciar la obtencién de una renta derivada de su exclusividad. Uno de los problemas que surgen en el despliegue de una perspectiva semejante es que la apropiacién tradicional se fin- ca en reglas “informales”, que no reconocen los sistemas juri- dicos modernosy quenoencajan en uncontextode intercambios ‘generalizados. Pero la posibilidad de interferir el principio de Ja“ plena competitividad” en favor de los sectores menos favo- recidos en el espacio “normal” de los intercambios deberia con- vertirse en definitiva en un valor positive para las politicas que realmente buscan el “verdadero desarrollo”, consistente en pro- cesos de crecimiento que hagan a un lado o mitiguen la fuerza de los procesos de pillaje y de expoliacién propios del modelo neoliberal. Deberia ser entonces tna linea de reforma legal que promuevan y leven adelante en lo que les competa los gobier- nos de izquierda, Una politica como la referida adquiere o debe cobrar plena legitimidad en la medida en que aporta beneficios FL CONFGIO DE MEXICO. Ae 186 ALFREDO RAMIREZ BEDOLLA POLITICAS PUBLICAS Y ECONOMIA POPULAR 187 Creemos que los elementos integrados en el esquema son suficientemente claros como para que nos exijan una mayor ex- plicacién. El lector tiene en sus manos lo que representa para nosotros un importante “modelo para armar”. sociales mayores medidos en términos de preservaciOn y de ya. loracién de los patrimonios territoriales asf como en térm;, dle desarrollo realmente humano (con valores ce equilbrioy qe sustentabilidad ambiental). Y es en definitiva en esta perspectiva en la que debiera fin, carse una politica publica en favor de las marcas colectioas 0 de otras formas juridicas de proteccién y de revaloracién de los re. cursos culturales. Atin esta en el aire lz moneda referida a la posibilidad de ime plantar el modelo de economia popular como una solida estra. tegia dentro del gobierno del estado de Michoacan. Y existen todavia numerosos cabos sueltos que habra que ver sies post- ble atar hacia delante. Pero no quisiéramos terminar este breve ensayo sin referimos.a nuestra visién global en torno a la for- ma en que dichos “cabos sueltos” se pueden integrar dentro de una vision estratégica. Nada mejor, para ello, que basarnos en un esquema visual Lineas estratégicas ‘economia popular y fortalecimiento =a Gey =. s 92 Fl COLEGIO DE MEXICO. Ae La economia popular y solidaria: una propuesta viable frente al desastre neoliberal (en torno ala iniciativa de ley para crear el Instituto Nacional de Desarrollo del Sector Social de la Economia en México) Enrique Veldzquez Ziérate 1 la historia moderna de México, podria sorprenderse al constatar que, hoy por hoy, los campeones en el tema de la economia popular, social o solidaria son los paises sud- americanos; sobre todo si se acompafa dicha informacién con el dato duro de que en México no existe al respecto una legisla- cidn solvente. Penosa realidad para un pais que, como el nues- tro, fue justamente el que abri6 caminos reales en la materia desde principios del pasado siglo, cuando el pueblo levantis- co de los cuatro puntos carclinales del territorio nacional puso fin a la dictadura porfirista e impuso un régimen constitucional en el que quedaron sefalados con toda claridad y pertinencia los denominados derechos sociales, la “propiedad social” y, jun- toa ellos, los espacios del denominado “sector social de la eco- homia” Cis que conozca, asi sea de manera superficial, [189] EL COLEGIO DE MEXICO. A © 190 ENRIQUE VELAZQUEZ ZARATE Hacia los aftos cincuenta y sesenta —y hasta los setenta— mencionado siglo pasado, México presumia justamente de ‘economia mixta”, ala que concedia virtudes “clemocraticay” = de “desarrollo” que explicaban con mucho una parte no desd, Aable de nuestro boom de crecimiento, de cara.a aquellos paises sudamericanos que se habfan quedado en el pasado, ancl dos algunos en formas feudolatifunclistas de produccion (en lo que a sus sectores rurales se referia) y enganchados —por en. de~ a estructuras de gobierno “atrasadas”, “cacicales” e inch. so “dictatoriales”. Hoy Ia historia parece ser exactamente al revés: la econo- mnfa “mixta”, social, popular o solidaria brilla en México por sa ausencia y vivimos un régimen de “dictadura perfecta” (para aplicar la férmula que en un momento dado us6 el Premio Nobel Mario Vargas Llosa); por el contrario, son los paises del sur del continente los que presumen (presuncién sustentada en hechos concisos y precisos) de tener una matriz econémi- ca con fuerte presencia de “lo social” y “lo popular”, con go- biernos o regimenes con un claro sello democratico. No pretendemos en este breve escrito encontrar y definir las causas de semejante paradoja. Pero si creimos fundamental establecer el marco general sobre el que puede valorarse una iniciativa actual, ésta mexicana, disefiada y presentada recien- temente en el Senado de la Repiiblica, a saber, la formacién del Instituto Nacional de Desarrollo del Sector Social de la Econo- mia (Inadesse), dirigiéa justo a refundar en nuestro pais un es Pacio propio para la economta popular y solidaria. Fue el 24 de abril de 2010 cuando se presents la iniciativa, de la mano y voz del senador del Estado de México, Héctor Bautista LA ECONOMIA POPULAR ¥ SOLIDARIA: UNA PROPUESTA VIABLE 191 Lopez. Conviene sefialar algunos de los antecedentes que en dicha f6rmula se establecieron. ‘Al presentar la iniciativa quiso acreditarse una reflexion di rectamente perfilada en contra del pensamiento neoliberal, par- tiendo de un balance sobre la circunstancia de México en el contexto de la crisis global. Reproducimos —no literalmente— partes de esta reflexién. La crisis recesiva por la que atraviesa el mundo, ubicada en sus origenes formales a fines de 2007, ha generado un consenso antes inimaginable: se trata de la peor crisis en la historia del ca- pital, sies que la lectura que de ella se haga logra ir mas alla de una estrecha vision economicista. Y ello por la simple y sencilla razon de que La Crisis (asi, con maytiscula) implica otras crisis que en conjunto arrojan un desequilibrio de nivel global, de al- cance civilizatorio? ‘A poco mas de tres décadas de distancia, la tesis fundamen talista que propag( el proyecto de desregulacién extrema de los, mercados econémico-financieros y el conservadurismo politi- co que lo compan —como la indiscutible solucién para enfren- tar exitosamente los cada vez mas complejos retos de la especie humana— ha demostrado su inviabilidad, a un costo muy alto. La encendida e ideologizante desregulaci6n se ha quitado por completo la mascara que portaba y ha seftalado su inoperancia. El fracaso es costeacio ahora por seres humanos espléndidos que En la exposicion de Motivos de la Iniciativa de Ley se sefiala: “La de- presién economica, financiera y social por la que todavia atravesamos to- das las naciones del usunido, ha puesto de manifiesto que estamos ante lo que algunos expertos han denominado como una crisis civilizatoria. Di- cho concepto sefiala, a grandes rasgos, que el fenémeno trasciende con mucho sts componente éconémico financioro, por mas importante que sea, para incluir, cuando menos: una crisis alimentaria, energética, de recur- 's naturales, medioambiental, demogratica, de reproduccion social y de inhumanas migraciones poblacionales. Y, ciertamente, ninguna nacion cesta exenta de estos efectos en el corto y largo plazo.” 30 : i Fe 192 [ENRIQUE VELAZQUEZ ZARATE se niegan a remitir, y por naciones y Estados que buscan otras alternativas. Ante la referida crisis civilizatoria, gobernantes, lideres y militantes politicos y sociales, intelectuales, académicos, pro- ductores, comercializadores y prestadores deservicios han bus. cado, entre otras vias, la del camino que permita llevar a nuevas maneras de produccién y de organizacién en todos los niveles, entre ellas la de la denominada Economia Social o Popular. Esta via tiene otro compenente basico en su definicién: el plantea- miento de que en las condiciones asimétricas y de creciente des- igualdad que genera la “mano invisible del mercado”, requiere uncontrapeso de fuerza significativa para establecer serios “co- rrectivos”, a saber: la intervencidn, expresamente convenida, de un Estado de sello democratico. En dicha intervencién, decia- mos, el Estado genera politicas de peso para “corregir” los efec- tos negatives y perversos de la inercia mercantil, pero también para apuntalar procesos que ayuden a regenerar muchos de los tejidos sociales, politicos, econémicos y culturales que han sido daftados por el neoliberalismo, Entre las politicas que se han ubicado en dicha direcci6n te- nemos la que muy recientemente se ha desarrollado en Espafia. En diciembre de 2009, el Centro Internacional de Investigacién e Informacion sobre la Economia Pablica, Social y Cooperativa de dicho pais presents el Informe para la Elaboracién de una Ley de Fomento de la Econonr‘a Social, E130 de abril de 2010, el pleno del Consejo de Fomento dela Economia Social (integrado por los departamentos ministeria- les, las comunidades aut6nomas, la Federacion Espanola de Municipios y Provincias, as{ como por representantes de los of- ganismos del sector ce Economia Social y por expertos) aprobo el texto de la futura Ley de Economia Social, para remitirse a Consejo Econémico y Social (CES) y, posteriormente, al Consej0 de Ministros. Dicha iniciativa de ley conté con el apoyo del pre LA ECONOMIA POPULAR Y SOLIDARI UNA PROPUESTA VIABLE 193 sidente José Luis Rodrfguez Zapatero, a partir de un compro- miso que expresamente estableci6 con la Confederacion Em- presarial Espafola de la Economia Social. La ley define un marco legal para la Economia Soci |, aten- diendo a cooperativas, sociedades laborales, mutualidades, centros especiales de empleo, empresas de insercién, cofradias de pescadores, asi como a fundaciones y asociaciones. El pre- sidente del CEPES afirmé que “[...]ante la actual situacién econé- mica seesta reconociendo el papel de las empresas de Economia Social en el mantenimiento y en la creacién de empleo”. Y enu- meré algunos de los principios por los que se rigen las em- presas de Economia Social y que se explicitan en el texto de la ley, como la participacion de los empleados en la empresa 0 la introduccidn de valores como la democracia, la responsabili- dad social o el respeto medioambiental. Ademés, la normativa “reconoce la contribucién de la Economia Social al desarrollo socioeconémico y define los canales de interlocucién entre las organizaciones representativas de la Economia Social y las ad- ministraciones puiblicas” ? Mis relevante atin para nuestro andlisis es la experiencia re- ciente desplegada en la Reptiblica de Ecuador, donde en 2008 fue reformada la Constituci6n para instaurar a la Economia Po- Pular y Solidaria como fundamento de la estrategia nacional de desarrollo, Conviene citar diferentes articulos, pues expresan con toda claridad el sentido y la profundidad de los cambios referidos: Dice el articulo 283 de dicho marco constitucional: Fl sistema econémico es social y solidario; reconoce al ser humano como sujeto y fin; propende a una relacién dindmica y equilibrada entre sociedad, Estado y mercado, en armonia con la naturaleza; y * El Economista.es/Economia, 30 de abril de 2010, EL COLEGIO De MEXICO. AC 194 [ENRIQUE VELAZQUEZ ZARATE tiene por objetivo garantizar la produccién y reproduccién de lag condiciones materiales ¢ inmateriales que posibiliten el buen vivir, [Ademas consagra que] el sistema econ6mico se integraré por las formas de organizacién econémica pablica, privada, mixta, popu- lary solidaria,y las demas que la Constitucion determine. La econo- iia popular y solidaria se regulara de acuerdo con la ley eincluirs a los sectores cooperativistas, asociativos y comunitarios. ‘A su vez, el articulo 288 expresa: Las compras piblicas cumpliran on citerios de eficiencia, transpas rencia, calidad, responsabilidad ambiental y social. Se priorizarén fos productos y servicios nacionales, en particular los provenien- tes de la economia popular y solidaria, y de las micro, pequefias y ‘medianas unidades productivas. ‘También el articulo 309 presenta aportaciones significativas: El sistema financiero nacional se compone de los sectores pablico, privado, y del popular y solidario, que intermedian recursos del pis blico, Cada uno de estos sectores contaré con normas y entidades de control especificas y diferenciadas, que se encargarén de preser- var su seguridad, estabilidad, transparencia y solide?. Bl articulo 311, por su parte, define: El sector financiero popular y solidario se compondra de coopers” tivas de ahorro y crédito, entidades asociativas o solidarias, caja) pancos comunales, cajas de ahorro. Las iniciativas de servicios d sector financiero popular y solidario y de las micro, pequefias Y ™ ‘fianes unidades productivas recibiran un tratamiento diferenciado ¥ preferencial del Estado, en la medida en que imputsen el dest rrollo de la economia popular y solidaria, LA ECONOMIA POPULAR Y SOLIDARIA: UNA PROPUESTA VIABLE 195, Y el articulo 316 establece: EI Estado podra delegar la participacién en los sectores estraté- gicos y servicios pablicos a empresas mixtas en las cuales tenga ‘mayoria accionatia, La delegacion se sujetara al interés nacional y respotara los plazos y limites fijados en la ley para cada sector es- tratégico. FI Estado podra, de forma excepcional, delegar a la ini- Plan de trabajo para la elaboracién del proyecto de Ley de Economia Popular y Solidaria ones 5e EL COLEGIO DE MEXICO. Ae 196 [EVRIQUE VELAZQUEZ ZARATE nado mexicano por Héctor Bautista Lopez el 24 de abril de 2010, Conviene ahora entrar en algunos de los detalles de dicha for- mulacién+ Dicho de manera treve, el diagnéstico de la realidad mexica- nan la materia que respaldé la propuesta arroj6 que: La crisis vigente [..ha evidenciado [que] los mercados por si mis- ‘mos no pueden asegurar el interés piblico. Ciertamente, quiz4 se supere relativamente la presente crisis en su dimensién econémi- co-financiera, pero los multiples y globales vectores que provocan Ja enfermedad permaneceran y serdn cada vez mas poderosos si no se asumen estrategias innovadoras. La [A principios del siglo XX, el marco conceptual e ideol6gico plas ‘mado en la Carta Magna ubieé a México en la vanguardia al nic vel mundial, toda vez que proponia un desarrollo que equilibrara ‘el mercado con el bienestar social, como resultado de una revolt cidn que cumple ya cien anos. Tal es el caso del sector social dela economia, concebido en el articulo 25 de la Constitucion Politica de Jos Estados Unidos Mexicanos como una columna del desarrollo nacional, junto con los sectores piblico y privado. Es decir, de acuerdo con la maxima norma, en México deben interactuar el secto” estatal en el cual operan las ramas del poder piblico, el sector empresarial conformado por la estructura pro- ductiva, y el sector sin 4nimo de lucro o sector social en el cual $¢ agrupan maltiples formas asociativas. La interaccién entre el sector social y el estatal debiera integrar organizaciones de participacion + El exito de dicho efercico fue posible gracias a a partcipacion de as sores dl grupo palamentaro del PRD en el Sena de a Repablic.com probada experiencia profesional y leislativa: Rubén Islas y Lizbeth CY {Coordinacton ce Poltca Socal; Oia Ulloa Padilla Secretaria Tesi) Jorge Cahamaji y Logan Meza (Coordinacién de Politica Economic) como de Alfonso Davila Sedeco) y Jorge Jiménez Ortega (Seder) LA ECONOMIA FOPULAK YSOLIDARIA: LNA PROPUESTA VIABLE 197 ciudadana que posibilitan la intervencién social, el consenso con las entidades de gobierno y en ciertos casos la prestacion de bienes yy servicios al Estado. La interaccién entre el sector social, el sector ‘empresarial privado y el sector estatal que desarrolla ciertas acti- vidades empresariales, debiera integrar organizaciones asociativas de produccién que [...] como [las del] sector de la economia popu- lar y solidaria [..] el sector social de la economia ha sido avasallado por... una economia de mercado que no esta sujeta a una debida y adecuada regulacién, de manera tal que, como sefialamos inicial- mente, no tiene la capacidad y, sobre todo, la vocacién de asegurar elinterés social y publico [...] No obstante, atinadamente diversos agentes de este sector no sélo han resistido, sino que han nadado contza la corriente para impulsar y fortalecer la produccién de bie nes sociales que impactan en la integracion laboral y social y en la prestacion de servicios sociales y comunitatios.* En el caso de México, consecuentemente con su reconoci- miento constitucional, la economia social esté amparada ¢ im- pulsada por diversos ordenamientos juridicos: Ley General de Sociedades Cooperativas, Ley de Ahorro y Crédito Popular, Ley de Sociedades de Solidaridad Social, Ley Federal para el Fomento de la Microindustria y la Actividad Artesanal, Ley que Crea el Fideicomiso que Administraré el Fondo para el For- talecimiento de Sociedades y Cooperativas de Ahorro y Présta- mo y de Apoyo a sus Ahorradores. A pesar de que, en lo general, se trata de ordenamientos ju- ridicos de avanzada, el referido "sector social” no tiene, de le- jos, el peso que debiera tener en el desarrollo nacional, toda vez que las politicas piblicas respectivas resultan marginales. Por ello se requiere apuntalar un nuevo marco legal e institu- cional para dar un nuevo impulso a lo que debe ser un moder- * Exposicién cle Motivos de la Iniciativa de Ley del Instituto Nacional de Desarrollo del Sector Social de la Economia (Inadesse). o < i 4 o 2 ¥ 0 ig ce ty 8 6 i 198, [ENRIQUE VELAZQUEZ ZARATE no y bien apuntalado sector social en nuestra economia. La ini. ciativa no esta tejida en el vacio. No sélo por los antecedentes a los que ya nos henos referido, sino porque en las diltimas décadas, frente al erate neoliberal, han surgido nuevas expe- riencias comunitarias y autogestionarias con una l6gica de in. tervencién y de participacién corresponsable y solidaria, con principios redistributivos, de reciprocidad y de cohesi6n social ‘que redimensionan Ia accién de los sectores piblico y privado, Relacionando los casos de Espaia y Ecuador con la iniciati- va que comentamos, se impone una precisién: quizés el “deber ser” indique que, a su imagen y semejanza, debi6 optarse por una iniciativa de ley reglamentaria del articulo 25 constitucio- nal. Sin embargo, tanto la complejidad del reto politico-legisla- tivo de dicho precepto, como la existencia de numerosas leyes secundarias referidas a la materia convertian tal via legislativa en un trabajo extremadamente complejo y consecuentemente inviable. Tal vez una prueba fehaciente de esta realidad fue el dictamen negativo que recibié la Ley General de la Economia Social y Solidaria, reglamentaria del articulo 25 de la Constitu- cin promovida por el diputado Antonio Sanchez Diaz de Rt vera, del grupo parlamentario del PANS IV De acuerdo con este contexto, se consideré que para avanzar en el logro del objetivo era necesario, entre otras medidas, dar un paso previo: crear una institucién que imprimiera orden Y El dictamen negativo se fundament6, formalmente, en dos argumer= tos principales: que el sistema juriico mexicano no permite Ia Tete de organismos auténoros como el que se pretendia; y que no se p como exige la ley, de dénde se obtendrian los recursos para su operacion En realidad el problema es juridicamente mucho mas complejo- LA ECONOMIA POPULAR Y SOLIDARIA: UNA PROPUESTA VIABLE 199 coherencia en la planeacién, el financiamiento, las leyes y las normas, las fuentes de informacién y la estadistica, la colabora- cién entre 6rdenes de gobierno y entre poderes de la Unién. Tal organismo es justamente el que se propone con la iniciativa que hemos venido comentando: el Instituto Nacional de Desarrollo del Sector Social de la Economia (Inadesse) {Cuél es la naturaleza de la ley que se propone? En la segun- da parte de la exposicién de motivos se dibuja de la siguiente forma: [1 se determina la naturaleza de la ley en apego a su interés social y publico y de observancia general [..] sin perjuicio de las compe- tencias que correspondan a las entidades federativas. De manera destacada, se precisa que la ley tiene por objeto impulsar el desa- rrollo del Sector Social de la Economia de conformidad con el ar- ticulo 25 de nuestra Constitucién Politica de los Estados Unidos Mexicanos. En correspondencia con lo anterior, se establece que el im- pulso, expansién, proteccién, promocién y fortalecimiento del sector social de la economia tiene por finalidad garantizar una mayor y democratica insercién de individuos y grupos organi- zados socialmente en el desarrollo nacional. Unaspecto relevante de la iniciativa es la definicién del sec- tor social de la economia, como un espacio en el que se desa- rrolla [..] la organizacion social y comunitaria de la economia, integrada por personas fisicas con base en intereses comunes y principios de solidaridad, esfuerzo propio, ayuda mutua, con el propésito de satisfacer necesidades individuales y colectivas mediante act des econémicas de produccién, distribucion, comercializacion y con- sumo de bienes y servicios socialmente necesarios. EL EOLEGIO OF MEXICO. Ao 200 ENRIQUE VELAZQUEZ ZARATE Y en los mismos términos en que se establece en la Consti- tuci6n, se precisa que en este sector quedan comprendidos los cjidos, las organizaciones de trabajadores, las cooperativas, las comunidades, las empresas de propiedad mayoritaria o ex. clusiva de trabajadores. ‘Uno de los temas relevantes de la iniciativa corresponde a [a] la necesidad de que se establezca con toda claridad y certeza jurfdica que en el impulso y fomento del Sector Social de la econo- ‘mia participarn de manera coordinada las dependencias y entida- des de la administracién puiblica federal, estatal y municipal. La importancia de esta linea de reforma resulta incontroverti- ble de caraa las realidades de la administracién gubernamental, a saber: el quea la fecha ninguna entidad de la administracion piblica federal sea realmente responsable de la conduccién de las acciones en la materia, pues se encuentra diluida, difusa y dispersa en el conjunto de secretarias, dependencias, entidades ¥ organismos puiblicos que operan programas, fondos y fidei- ‘comisos. {Qué caracterizaria al Inadesse? Se constituiria como un organismo piblico descentralizado de interés social, con pers0- nalidad juridica y patrimonio propio, autonomia técnica, pre supuestal y administrativa. Y seria un organo sectorizado en la Secretaria de Economia. Resulta relevante sefialar que la iniciativa no plantea quelas secretarias de Estado y/o las dependencias, organismos y entida- des de la administracién publica federal dejen de operar Pro- ‘gramas y fondos destinadosal fomento de las unidades sociales y econémicas que componen el sector. Pero si que dichas: accio- nes queden articuladas bajo la conduccién del Inadesse (lo que incluye coordinacién y liderazgo, en materia de disefio y de de- finicién de politicas). LA ECONOMIA POPULAR YSOLIDARIA: UNA PROPUESTA VIABLE 207 Se busca, de igual forma, que el Inadesse pueda establecer y operar un sistema de financiamiento para la inversién de pro- yyectos productivos, comerciales y de servicios socialmente ne~ cesarios dentro del ambito del sector social de la economia. Se crearia para ello el Fondo Nacional para el Desarrollo del Sec- tor Social de la Economia (Fonadesse) El Fonadesse se establecerfa y operaria, en los términos de la iniciativa, como un sistema de financiamiento de apoyos, créditos, préstamos y garantias destinados a la inversion de pro- yectos productivos comerciales o de servicios socialmente ne- cesarios que detonen la generacién de empleos, promuevan el desarrollo regional y territorial, la articulaci6n productiva, el im- pulso de habilidades y capacidades gerenciales, administrati- vvas, téenicas, productivas y de comercializacién de las unidades sociales y econémicas que integran el sector social de la eco- nomia. EL COLEGIO OF MEXICO. Are Indicaciones geograficas, denominaciones de origen y marcas colectivas: retos de una reforma legislativa Alfredo Ramirez Bedolla Enrique Veldzquez Zarate espacio de mercado global, en el que las determinantes Jde precios y condiciones de regulacién se imponen desde un “exterior” tan abstracto y genérico como inasible para los pro- dluctores individuales 0 colectivos de productos implicados, ha generado desventajas extremas para los mas desfavorecidos, quienes no cuentan por lo general con los recursos econémi- cos ni con los mecanismos e instrumentos necesarios para esta- blecer sus propias condiciones de negociacion dentro de los circuitos de mercado. A ello se agrega una determinante ne- gativa especifica que compete a la circunstancia mexicana, a saber: que los sistemas juridicos o los esquemas regulatorios que norman las condiciones de comercializaci6n para casos que im- ican el tema de “la propiedad intelectual” se encuentran sig- nificativamente atrasados. El estudio “Regulaci6n de Indicaciones Geograficas en Mé- xico”, de Mauricio Jalife Daher, establece el siguiente diagnés- tico: L: inscripcién de Mexico en un cada vez mas complejo (203) 0 < 6 2 ia i bi iy 6 ig iS : i 204 ALFREDO RAMIREZ BEDOLLA ¥ ENRIQUE VELAZQUEZ ZARATE Mientras que otros paises considerados nuestros equivalentes re. gionales avanzan decididamente en su legislacién de propiedad intelectual, en el nuestro se ha observado una declinacién significa. tiva en los tiltimos afos [...], lo que impide capitalizar muchas de las ventajas competitivas que nuestro pats ofrece en diversas areas iEjemplos? Qué tejor que el del tequila, producto mexica- nisimo con significativa presencia en el mercado internacional, ‘Veamos lo que sobre este punto nos dice Jali [En el caso especifico del tequila, no se ha dado] el reconocimiento de la necesidad de contar en México con una legislacion que regu- Ie y proteja los diversos tipos de denominaciones geogréficas, las que representan para productores de zonas determinadas un rea estratégica de cobertura legal exclusiva. Y plantea lo que aparece como el “problema” principal: La |... regulacion de denominaciones de origen incluida en la Ley dela Propiedad Industrial ...] ha demostrado su obsolescencia y al- ta ineficiencia en diversos rubros. Estas razones llevan a conside- rar que en nuestro pzfs es imperativo subir estos temas ala palestra del interés general para alcanzar legislaciones balanceadas y moder- nas, que permitan obtener, del sistema de propiedad intelectual, los beneficios que of-ece para productores nacionales. En este contexto de reflexidn en diversos émbitos, pero den- tro de un espacio claramente convulsivo por los intereses que confronta, se han expresado serias preocupaciones de actores * Citado por Annabel Boissonnade-Fotheringham, en “Politica agri¢o- Ia de ealida! de a Union Europes’: ponenca presentada en “Sipon Nacional de Economia Popular y Soc, Marcas Coecivas: un camino @ Ia ndicaciones Geografias” rgantzad por el gobierno del estado de Michoacan y el Senadl de la Republica, los dias 26, 27 de mayo de 2010, tel Centro de Convenciones de lacadad de Mora INDICACIONES GEOGRAFICAS, DENOMINACIONES DEORIGEN 205 sociales y politicos muy diversos, quienes han buscado y bus- ‘can reducir al méximo nuestro rezago normativo en la materia para establecer una mas adecuada y justa ubicacién de México en el espacio econémico global. Una de estos esfuerzos, de gran significacién en el contexto referido, fue el que llev6 al gobierno de Michoacén y al grupo parlamentario del Partido de la Revolucién Democratica (PRD) en el Senado de la Repablica® a impulsar una reforma ala Ley de Propiedad Industrial. Es indispensable mencionar, antes de entrar a explicar la ma- teria especifica de la iniciativa de reforma mencionada, que una parte de los hilos del tejido que integré la propuesta en cues- tidn se confeccioné a través de una larga practica de gobier- no (gobierno del estado de Michoacan) en el tema de “marcas colectivas”, en el acompatamiento y puesta en marcha de pro- puestas y proyectos que emergieron de los propios productores, y del empuje que en el terreno de la investigacion despleg6 el Colegio de Michoacan.’ Y mencionar, a la vez, que se dio un avance significativo en la comprensién del asunto y en la genera- cidn de propuestas en el “Simposio Nacional de Economia Po- pular y Social. Marcas Colectivas: un camino las Indicaciones Geogréficas” ,organizado por el gobierno del estado de Michoa- can y el Senado de la Repablica, los dias 26 y 27 de mayo de 2010, con la asistencia de representantes de 13 entidades fede- rativas y de algunos significativos exponentes de nivel interna~ cional.* 2 Con el liderazgo, para el tema especfico, de los senadores Héctor Bau tista Lépez, Jesus Garibay Garcia y David Jiménez Rumbo, * ease, sobre dicho tema, el ensayo de Alfredo Ramirez Bedolla en este mismo * Contamos entonces, entre otras presencias importantes, con las Annabel Boissonnade-Fotheringham, asesora comercial de la Delegacién de la Unign Europea en México; Anne Christine Gschaedler Mathis y Pa- tricia Chombo Morales, investigadoras del CLATE}; Esteban Barragan Lé- BL COLEGIO Oe MEXICO. Ne 206 ALFREDO RAMIREZ BEDOLLA Y ENRIQUE VELAZQUEZ: ZARATE u La propuesta de reforma legislativa, presentada por el legisla- dor Héctor Bautista en el Senado de la Republica el 9 de no- viembre de 2010, se dirige a reformar y a adicionar diversos articulos de la Ley de Fropiedad Industrial, con el propésito de proteger la exclusividad de las marcas colectivas’ e incorporar a dicho marco juridico la figura juridica de Indicador Geogrs- fico —colocandola en el nivel que corresponde a las exigencias planteadas hoy en el ambito internacional.‘ Todo ello, por su- puesto, desde su necesaria diferenciacién con la Denominacién de Origen. ‘Conviene en este punto citar algunas de las partes que se pre- sentan como propuesta de adicidn a la ley, en puntos que, por Jo demas, muestran con suficiente claridad que la iniciativa de pez, investigador del Colegio de Michoacan; Maria del Carmen Quirasco Baruch, investigadora de la UNAM; Gilberto Alejandro Bribiesca Vazquez, magistrado de * Sala Penel del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Michoacan; Guadalupe Pérez Toledo, presidente de la Unién de Mezca- leros de Michoacan; Floriberto Miguel Cruz, investigador del Consejo Re- gulador del Tequila; Thierry Linck, director de investigacion del Insttito. Nacional para la Investigacion Agronémica-Sistema Agrario y Desarro- lo, Francia. “Si bien es cierto que la citada ley reconoce la figura de marca colecti- va, también lo es que no confiere una proteccién amplia, pues no protege ni otorga la exclusividad del uso de los nombres de regiones, municipios o localidades; y ello debide a que dichos productos son considerados co- mo genéricos. “Tal y como se reconoce en los acuerdos y tratados internacionales ratificados por el Senado de la Repablica: el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN); el Convenio de Paris para la Proteccion de Ja Propiedad Industrial de 1883; el Arrogio de Lisboa y el Acuerdo de Ma- rrakech relativo a la Proteccién de las Denominaciones de Origen y st Registro Internacional de 1994; los articulos 22 a 24 del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el ‘Comercio (Acuerdo sobre los ADPIC), que se ocupan de la proteccién in temnacional de las indicaciones geogriticas en el matco de la Organiza cién Mundial de Comercio (OMC). INDICACIONES GEOGRAFICAS, DENOMINACIONES DEORIGEN 207 reforma presentada esta dirigida a beneficiar especificamente al denominado “sector social de la economia”: Articulo 95 Bis. Una Marca Colectiva es todo signo que distingue los productos o servicios elaborados o prestados por cualquier socie- dad 0 asociacién legalmente constituida, destinados al desarrollo del sector social de la economia, cuyo titular es una persona moral que agrupa a personas autorizadas por el titular a usar la marca, En cuanto a la denominacién de origen: Articulo 156 Bis: A los efectos de esta ley se entiende por Denomi- nacién de Origen: el nombre de una region geografica del pais que sirva para designar un producto originario de la misma, y cuya ca- lidad o caracteristica se deban exclusivamente al medio geogritico, comprendido en éste los factores naturales y los humanos que carac- terizan al producto. Y en cuanto a la “protecci6n a la Indicacion Geografica”: Articulo 168 Bis 1. La Indicacion Geografica es la referencia distin- tiva utilizada para identificar un producto, servicio o proceso de elaboracién, como originario del territorio del pais o de una regién © localidad de ese territorio, cuando determinada calidad u otras caracteristicas del producto, servicio o proceso de labors atribuibles fundamentalmente a su origen geogrfico. Ll Articulo 168 Bis 9. BI Estado mexicano sera el titular de la Indica- ci6n Geografica. Esta s6lo podra usarse mediante autorizacion que expida el Instituto, Las entidades federativas y los municipios po- rin solicitaral Instituto el uso de la Indicacion Geografica en prove- cho de personas que pomuevan el desarrollo del sector social de la ial BL COLEGIO OS MERIEO. we 208 ALFREDO RAMIREZ BEDOLLA Y ENRIQUE VELAZQUEZ ZARATE Articulo 168 Bis 13, Se crea la Comisién Nacional de las Indicaciones Geogréficas y las Deniominaciones de Origen como érgano consul- tivo del IMPI Articulo 168 Bis 14. La Comisién estard integrada por especialistas cen Ia materia, miembros de instituciones académicas y represen- tantes organizados de productores y prestadores de servicios socia~ les y privados, relacionados con las indicaciones geograficas y las denominaciones de origen, en los términos que senalen tanto el Re- glamento de esta ley -omo el de la propia Comisién. Anexo: legislaciGn internacional en “las creaciones del intelecto humano” Enrique Velazquez EL CONVENIO DE PARIS El proceso internacional relacionado con el estimulo y la pro- teccién de las “creaciones del intelecto humano” data de 1883, con el Convenio de Paris para la Proteccién de la Propiedad In- telectual, dirigido a dar resguardo a la innovacién intelectual originaria de una nacién. Este instrumento era aplicable en su mas amplio sentido, pues incluia: inventos, marcas, dise- fos industriales, modelos de uso practico, nombres comercia- les, denominaciones geograficas y restricciones a las acciones de competencia desleal. Este convenio tuvo modificaciones en 1900, 1911, 1925, 1934, 1958 y 1967, con una tltima enmienda en 1979. EL CONVENIO DE BERNA En 1886 se adopt6 el Convenio de Berna para la Proteccién de las Obras Literarias y Artisticas, dirigido a salvaguardar la crea- ci6n intelectual relacionada con la literatura (novelas, cuentos, poemas, etc.), obras de teatro y revistas musicales, miisica (can- ciones, 6peras, sonatas), obras plisticas (dibujos, pinturas) y (209) m0 ENRIQUE VELAZQUEZ esculturas, y obras arquitecténicas. Revisado en muy diversas ocasiones, su ultima versién data de 1979, Para la adecuada gestién de estos compromisos internacio- nales, en 1967 la Organizacion de las Naciones Unidas (ONU) fund la Organizacién Mundial de la Produccién Industrial (OMPI), organismo que actualmente dispone de 24 tratados en la materia de reconocimiento y proteccién de “las creaciones del intelecto humano” . Conformado por 184 paises miembros, su fi- nalidad es [..] armonizar legislaciones y procedimientos nacionales en mate- tia de propiedad intelectual; prestar servicios de tramitacién para solicitudes internacionales de derecho de propiedad industrial;pres- tarasistencia técnico-juridica a los Estados que la soliciten; facilitar Ja solucion de controversias en materia de propiedad intelectual en el sector privado; [y] fomentar el uso de las tecnologias de la infor- maci6n y del internet como instrumentos para el almacenamiento, el acceso y Ia utilizacién de [la] informacién [relativa a] la propie. dad intelectual. ACUERDOS DE MARRAKECH Estos acuerdos datan de 1994 y se originan en las negociaciones de la Ronda de Uruguay (1986 a 1993). Remiten a los siguientes temas especificos: Acuerdlos Multilaterales sobre el Comercio de Mercancias; Acuer- do General sobre el Comercio de Servicios y Anexos; Acuerdo sobre los Aspectos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comer- io; Entendimiento Relativo a las Normas y Procedimientos por los que se Rige la Solucién de Diferencia y Mecanismos de Examen de las Politicas Comerciales. ANEXO: LEGISLACION INTERNACIONAL a Acuerdo sobre los Aspectos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (Anexo del Acuerdo de Marrakech). Este regula ¢ instrumenta ta Indicacién de Origen en los siguientes términos Seccién 3: Indicaciones Geograticas/Articulo 22: Proteccién de las Indicaciones Geograficas: 1. [..] Indicaciones Geogratficas son las que identifican un produc- to como originario del territorio de un miembro o de una regién o localidad de ese territorio, cuando determinada calidad, reputacién uotra caracteristica del producto sea imputable fundamentalmen- te.a su origen geografico. 2. En relacion con las Indicaciones Geograficas, los miembros arbi- traran los medios legales para que las partes interesadas puedan im- pedir: a) Ia utilizacion de cualquier medio que, en la designacién © presentacién del producto, indique o sugiera que el producto de que se trate proviene de una region geografica distinta del verda- dero lugar de origen, de modo que induzca al pablico a error en cuanto al origen geografico del producto; b) cualquier otra utili- zacién que constituya un acto de competencia desieal, en el sentido del articulo 10-bis del Convenio de Paris (1967). 3. Todo miembro, de oficio si su legislacion lo permite, o a peticion de una parte interesada, denegara o invalidars el registro de mar- cade Fabrica 0 de comercio que contenga o consista en una Indica- ion Geografica respecto de productos no originarios del territorio \dicado, si el uso de tal Indicacién en la marca de fabrica 0 de co- mercio para esos productos es de naturaleza tal que induzca al pi blico a error en cuanto al verdadero lugar de origen. 4. La proteccién prevista en los parrafos 1, 2y 3 sera aplicable con- tra toda Indicacion Geografica que, aunque literalmente verdadera cen cuanto al territorio, regién o localidad de origen de los produc- n2 ENRIQUE VELAZQUEZ tos, dé al pablico una idea falsa de que éstos se originan en otro teritorio, ARREGLO DE MADRID El Arreglo de Madrid relativo al Registro Internacional de Mar- cas data de 1891, con revisiones en 1900, 1911, 1925, 1934, 1957 y 1967, Establece dos cefiniciones sustantivas, validas en el ni- vel internacional: 1) ,Quées una Marca? Un signo que permite diferenciarlos produc tos y servicios de una empresa de las demas empresas; 2) zque es tuna Marca Colectiva? Un signo utilizado para indicar que los pro- ductos o servicios en cuestién han sido fabricados o suministrados por miembros de una asociacién o un gremio de comerciantes. AARREGLO DE LISBOA, EL Arreglo de Lisboa, firmado en 1958, entré en vigor en 1966 y ha tenido modificaciones en 1967 y 1979. Este acuerdo define y promueve la proteccién de las denominaciones de origen dela siguiente forma: 1) Seentiende por Denominacién de Origen, en el sentido del presen- te Arteglo, la denominacién geografica de un pais, de una region ode una localidad, que sirva para designar un producto originario del mismo y cuya calidad o caracteristicas se deben exclusiva oeser™ cialmente al medio geogrfico, comprendidos los factores naturales ¥ los factores humanos; 2) El pais de origen es aquel cuyo nombre ‘onstituye la Denominacién de Origen que ha dado al productos notoriedad, o bien aquel en el cual esta situada la region o la loca- ANEXO: LEGISLACION INTERNACIONAL 213 lidad cuyo nombre constituye la Denominacién de Origen que ha dado al producto su notoriedad. MEXICO EN EL CONTEXTO NORMATIVO INTERNACIONAL En 1844 se expidi6 el primer Codigo de Comercio; el segundo en 1854, En 1889 se emitié la Ley de Marcas de Fabrica, y en 1903 1a Ley de Marcas Industriales y de Comercio. Ya con sustento en la Constitucién de 1917 y en las legisla- ciones de otros pafses, en 1928 se formula la Ley de Marcas, Avisos y Nombres Comerciales. En 1942 se instituye la Ley de la Propiedad Industrial y en 1975 la Ley de Invenciones y Marcas. En 1991 se expidi6 la Ley de Fomento y Proteccién a la Pro piedad Industrial, que fue reformada en 1994 para luego ser expedida la vigente Ley de la Propiedad Industrial. México es signatario, entre otros, de: la Convencién de Paris; el Arreglo de Lisboa; el Tratado de Nairobi sobre la Proteccién del Simbolo Olimpico; el Arreglo de Niza, relativoa la clasifica- cién internacional de productos y servicios para el registro de las Marcas; el Acuerdo de Viena, por el que se establece una clasifi- cacién internacional de los elementos figurativos de las Marcas; el Acuerdo la Unidn Europea (1997) concerniente al reconoci- miento y proteccién de las denominaciones en el sector de las bebidas espirituosas; los Acuerdos sobre Agricultura firma- clos con Noruega e Islandia; el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual de la Organizacién Mundial del Comercio (ADPIC).

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