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E < “Talo original es formes emantaires del pared coment dees obea ct roel pra Ley, que enable pens de pis rviacones por dary pein, pra ues pode, tic Hjada eo eager vp de spare a ci sina pce tai © Preses Universistes de France, 2005 (© de la raduccin: Maia Heminder Diar, 2006 © Alianza Editor S.A, Madi, 2007 (ll Juan Ignacio Luca de Tena, 15; 28027 Madr 91393 888 won glaaaeioi. ISBN: 978-84-206-4867-5 Depssio legal M, 565-2007 Fococomposiciéne impresin: Femindee Cuda, 5. (Coto de Dodana, 10 28520 Pinto (Madi) Prine in Spin ‘1 QUIERE RECTBIR INFORMACION PERIODICA SOBRE LAS NOVEDADES DE ALIANZA EDITORIAL, ENVIF UN CORREO ELECTRONIOO A LA DIREC! alianzaeditorial@anaya.es Para Héléne y Raymo, INTRODUCCION Hay que reconocer que la pobreza no supone hoy, al menos como tal.un campo de la saciologia. Es cierto que existen muchos trabajos sobre este tema, pero la mayoria de ellos derivan de otros objetos sociolégicos, ms limitados 0, por el contrario, mis amplios. Aquellos que estudian un grupo social concreto pueden hablar de la pobreza come-atra cara. “tica del mismo, Los especialistas de la estratificacién social xe interesan por la pobreza porque explica una parte de la jerarquia social, pero no siempre constituye una parte concreta de sus estudios. La mayoria de los trabajos sobre las desigualdades sociales compara las categorias pobres con Jas mas desahogadas, pero esta distincidn raramente tiene por objeto el es- ‘tudio de la pobreza propiamente dicha. Los investigadores que estudian Ja formacién del Estado de bienestary los modos de regulacién social se inclinan generalmente hacia la pobreza, pero su intencién es ante todo comprenderla desde el punto de vista de la cuestién social. Tal es la pa- radoja aparente de la pobreza, presente a menudo en estudios empiricos y teéricos, pero finalmente poco elaburada como objeto de estudio. Su interés radicaria en el esfuerzo de los investigadores por integratla en un razonamiento del que finalmente tan sélo seria un elemento. 30 FUNDAMENTos EL procedimiento adoptado en este libro consiste en superar la cues- tién de la pobreza tal y como se aborda cominmente para colocarla en lun marco analftico mds amplio. Lo que es sociolgicamente pertinente Ro ¢s la pobreza como tal, sino la relacién de interdependencia entre la oblacibn que se designa socialmente como pobre y la sociedad de la. que forma parte. Fl estarus social de pobre depende de esta relacibn de _ interdependencia, y propongo la hipdtesis de que hay varios tipos de re- Tacign ei tas sociedades contemporineas. El objetivo es compararlas Esta primera parte intenta elaborar el marco tebrico para definir varias formas elementales de pobreza Comienza por un retorno a los textos clésicos de la sociologia. El primer capftulo parte de la cuestién del pauperismo tal y como fue abordada en la primera micad del siglo xix por varios autores, en particular por Tocqueville y Marx. Estos dos autores no elaboraron el mismo tipo de interpretacién de este fendmeno. Sus andliss se integean respectivamente en una obra dominada en el primer caso por la cues- sn de la democracia y la igualdad de oporcunidades y, en el segundo, Por la cuestién de la lucha de clases. Tanto para Tocqueville como ppara Marx la pobreza correspondfa mas a una cuestién social que a un ‘objeto sociolégico. Aunque ambos intentaron reubicar esta cuestin en |a evolucién de las sociedades y construir un marco analtico que per- mitiera interpretar el funcionamiento social en su conjunto, sin em- bargo no definieron explicitamente que caractctiza sociolégicamente a los pobres respecto a los demds miembros dela sociedad, ni explicaron de forma completa los modos de construccién de esta categoria los la- 20s que la unen a la sociedad. Este capitulo contimia profundizando en el célebre texto de Simmel Los pobres, del que ya he hablado en la pre- sentacién de este libro y que constituye, en mi opinién, la aportacion mas determinante a la sociologta de la pobreza. EL objetivo del capitulo 2 es recordar en primer lugar las variaciones en la condicién de asistido que se han estudiado en Francia y obtener las primeras conclusiones, Pretende asimismo continua la reflexién y la dindmica de Simmel elaborando un marco analitico que explique los cambios sociohistéricos de la relacién de interdependencia entre los «pobres» y el resto de la sociedad. Concluye con a definicién de tres formas elementales de la pobreza. CAPITULO 1 NACIMIENTO DE UNA SOCIOLOGIA DE LA POBREZA AA diferencia de la aproximacién descriptiva y sustancialista a los pobses, Ta sociologfa de la pobreza pretende dar preferencia al andlisis de las for- ‘mas de construccién de esta categoria social y caracterizar las selaciones ‘de interdependencia entre ella y el resto de ia sociedad. Esta perspecti- va analitica nace en la primera mitad del siglo x1x en el marco de la re- Alexién sobre el pauperismo. Aparte de los pensadores sociales y fildn- topos d= la época que estudiaron esta cuestién basindose en encuestas precisas, dos grandes autores, considerados tradicionalmente como fundadcres del pensamiento socioidgico —a saber, Tocqueville y Marx—, dedicaron una gran atencién al pauperismo, Aunque para tener una visién més completa del pauperismo sea indispensable con- sultar igualmente las obras de Buret', Villermé? y Engels» —por citar s6lo a los mas célebres—, los andlisis de Tocqueville y Marx marcan una primera etapa en la sociologia de la pobreza. Habré que esperar sin embargo al comicr:z0 del siglo Xx y, en con- creto, a la publicacién del texto de Simmel Los pobres para que se cons- tituya verdaderamente una sociologia analitica de la pobreza. Al de- 32 FUNDAMENTos canrarme por el estudio de la aportacin de Tocqueville, Marx y Sim- mel a esta sociologia naciente, -oy consciente de que olvido a varios au- fores que habrian merecido especial atencidn, Este primer capitulo no Pretende hacer una historia exhaustiva de las investigaciones de caraeter ‘ociol6gico sobre la pobreza. Su objetivo es determina, através del pen, famicnto de los autores clisicos, las etapas que considero fundamenta. lesen esta reflexién sobre la pobreza. Tocqueville y Marx frente al pauperiemo El estudio sucesivo de Tocqueville y Marx puede parecer un ejercicio banal puesto que ya se ha comparado muchas veces estos dos auton ¥ atin hoy siguen estando representados por cortientes de pensamien- to més o menos antagonistas. Muy pocos autores han intentado esta. dliar de qué forma se complementan sus ideas y pueden, a pesar de sus diferencias fundamentales,explicar los fendmenos sociales. Raymond Aron es una de esas excepciones. En su Ensayo sobre las liberandes les dledicd un capftulo para introducir la distincidn fundamental encre ie libertades formales y las reales y para intentar demostrar que las se. Bundas, producto de la critica marxista, més que oponerse a las pri. ‘meras, las completan‘. Tras las libertades, resulta tentador renovar cote tipo de estudio centréndonos en la pobre:a. Al retomar a estos dos au tores, no pretendo tanto someterlos a un ritual como buscar lo que Gonstituye en uno y otro la aportacién més signficativa ala sociologia de la pobreza. Me basaré fundamentalmence en la Memoria sobne ol Pauperismo de Tocqueville y en El capital de Marx, especialmente on cl capieulo xe, que este titimo dedies a la ley general de acumulacion capitalista. Elrelativismo de Tocqueville La memoria de Tocqueville sobre el pauperismo es bastante conocida, ‘aunque el texto original se haya perdido ’, Fue leido por su autor ante lp Sociedad Académica de Cherburgo en 1835, es decir, el misino ano de {a aparicién del primer volumen (tomes 1 y 2) de La demacracia en NACIMIENTO DE UNA SOCIOLOGIA DE LA POBREZA 33 América, Téngase en cuenta que 1835 es también el aio del segundo viaje de Tocqueville a Inglaterra, duzante el cual se interesaria especial- mente por la reforma de la ley de pobres de 14 de agosto de 1834 y sus efectos". Publicado ese mismo afto en las Memorias de dicha sociedad, este texto se parece a una comunicacién y no tiene nada que ver con tuna obra terminada, Tocqueville habia promecido una continuacién en la que habria publicado wlas medidas con las cuales podemos esperar lu- char de forma preventiva contra el pauperismon. Esta promesa no fue cumplida sin que sepamos realmente el motivo, Los especalises en po- lisica social no han dejado de lamentarla. No obstante, Tocqueville habia tomado ya una posicién en este texto sobre los peligros que po- dria suponer un sistema generalizado de socorro puiblico a los indigen- tes, lo que dl lama caridad legal en oposicién a la catidad privada, y su idea sobre este tema, a menudo retomado por los pensadores liberales, no deja ninguna duda sobre la orientacidn general que consideraba de- seable. La Memoria sobre el pauperismo no se limita a este tipo de juicio sobre la ayuda que habia que dar a los pobres. Constituye ante todo un primer intenco de formulacién de la cuestin social que plantea la po- breza y de su evolucién en el curso de los siglos. Aunque Tocqueville no fuera el inico en estudiar este fenémeno, su perspectiva es esclarecedora y se difetencia claramente de la de algunos fiintropos del siglo xix que, cn nombre de una érica humanist, precendian al mismo tiempo ex- hortar a los ricos a la compasién y al ejercicio de la beneficencia y moralizar a los pobres inculcindoles los valores susceptibles de wende- rezarlos»’. Contrariamente a estos Gltimos, Tocqueville no se dedica a denunciar la facalidad, la falta de sensatez, el abandono de los hijos, el alcoholismo y la falta de moralidad de los pobres mientras viven haci- nnados sin higiene en viviendas miserables*. Comienza su ensayo expo- niendo Ir paradoja que refleja de entrada la dificultad de definie la pobreza: 34 FUNDAMENTOS Esta paradoja se basa en realidad en dos ideas que parecencercamasy que, sin embargo, no coinciden completamente. La indigencia se aplica a in- dividuos que podemos distinguir claramente del testo de la poblacion en Funcién de los rasgos caracteristicos de un estado de privacén y depen, dencia respecto a los demds, mientras que la miseria, tal como la enniem. de Tocqueville en este pasaje, puede generalizarse ai conjunto de una re gién o un pais. Sin embargo, los paises mis miserables tienen pocos indigentes, en el sentido en que no hay individuos cuya condicién social se distinga laramente del conjunto. Tocqueville compare la Inglaterra de su época con Espafa y sobre todo con Portugal. La primera ha llevade 4 cabo en el siglo anterior la revolucién industrial, mientras que las segun- das siguen aferradas a las tradiciones de las sociedades campesinas ca. acterizadas sobre todo por un débil desartollo econdmica, Atravesad los campos de Inglaterra; os creerés transportades al Edén de la cvilizacién moderna. Carreteras magnificamente mantenidas, moradas limpias y frescas, pingties rebaios errantes por ricas praderas, cultivadores Pletérios de fuerza y de salud, lariqueza mds deslumbrante que en cual 4quier otto pais del mundo, la simple comodidad més ornamentada y mis buscada que en otras partes; por doquier la imagen del cuidado, del bie. nestar y de las diversiones; un aire de prosperidad universal que se cree res. Pitar en la propia atmésfera y que estremece el corazén a cada paso, Ast aparece Inglaterra a las primeras miradas del viajero. Penetrad ahora en el interior de los municipios; examinad los registro de ls parroquias y des- cubriréis con asombro inexpresable que la sexta parce de los habitanves de ‘te floreciente reno vive a expensas de la caridad publica, El contraste con Espafia y Portugal es sobrecogedor: Hallaréis a wuestro paso —avisa Tocqueville— una poblacién mal nutrida, imal vestida,ignorante y grosera, que vive en medio de campos por mitad sin cultivar y en moradas miserable; en Portugal, con todo, el numero de indigentes es poco considerable. Villeneuve estima que en este eino hay un pobre por cada veinticinco habitantes. El edlebre gedgrafo Balbi habla in. dicado anteriormente la ciffa de un indigente por cada 90 (o noventa y ‘ocho en la traduccién espafiola) habitantes, Esta observacién le lleva a examinar las causas generales de este fend- ‘meno. En su opinién, para ello hay que profundizar en la nocidn de [NACIMIENTO DE UNA SOCIOLOGIA DE LA PORREZA 35 necesidad y estudiar eémo ésta ha evolucionado a través del tiempo. Tomando el ejemplo de las «tribus barbaras» que enconeré durante su estancia en América del Norte, subraya el desfase entre su pobreza ob- jetiva y la sensacién que tienen respecto a su condicién: «Yo he lamen- tado su destino, peto ellos no lo encuentran cruel. Tumbado en medio del humo de su tienda, cubierto por vestimentas bastas, obta de sus ma. ‘nos 0 producto de la caza, el indio mira con piedad nuestras artes, con siderando como una servidumbre fatigosa y vergonzosa la buisqueda de nuestra civilizacidn; tan slo nos envidia nuestras armas» " Sila mira. da del observador exterior no coincide con la de los autéctonos, es po que ha sido formada por otra cultura. Por eso la pobreza de los indios Sélo existe si se compara con otro universo de necesidades que cambia Permanentemente y por ello no puede constituir una referencia abso- luca. En La democracia en América Tocqueville ya habia subrayado, con ayuda de otto cjemplo, esta oposicidin entre la inquietud y la sats, faccién permanente de los ricos y a serenidad de los pobres: Todavia hoy podemos encontrar en remotos lugares del antiguo mundo pe- ‘quefias poblaciones que han sido olvidadis en medio del eumulto universal Y que han permanecido inméviles cuando todo a su lado cambiaba, La ma- Yoria de estos pueblos son muy ignorantes y miserables; no se inmiscuyen en los asuntos del gobierno y a menudo los gobiernos los oprimen. Sin em bargo, muestran normalmente un rostto sereno y a menudo demuestran un «arfeter jovial. He visto en América a los hombres mis libres y mas ilustra- dos, colocados en la situacién més feliz que pueda haber én el mundo; me ha parecido que una especie de nube cubria normalmente sus rasgos: me han parecido graves y casi triste hasta en sus placeres Mediante estas observaciones, Tocqueville demuestra no solo el relati- vismo cultural, sino que acierta de pleno en un problema de definicién de la pobreza que le lleva a dferenciar el enfoque objetivo del subjetivo ya compararlos ". Esta distincidn suscita todavia en la actualidad nu- ™merosos trabajos, sobre los que volveremos. ‘Tocqueville ve en el sentido que se da a la pobreza en la sociedad de su época y mas atin en Inglaterra, el pals més industrializado de en. tonces, el reverso del que se da al dinero y la riqueza. En las notas de su segundo viaje a Inglaterra, observa que el culto al dinero se difunde en todas las esferas sociales y se convierte en el criterio determinante no 36 FUNDAMENTos ite eb a she prc Hn nea 9 sob deg pene consideracién y gloria, ’ 7 Hlespirity, la vid, parecen poca cosa sin dinero, El di los demas mértosy se incomporaen cierto med vacfos que puedan encontrarse entre lon plirlo ™ inero se mezcla con ellos. Colma todos los hombres, pero nada podria su. Concluye por tanto que los pobres x encuentran en situaciones muy injustas . 12s ingleses—ice— sdlo han dejado alos pobres dos derechos: el de estar Famettios la misma lgisacin que ls rico y el de gular scke com: Prando una tiqueza legal. Aun asi esto dos derechos ao aparences que fealeh Puesto que ese rico el que hacelaleyyel queen eas provecho Yel de sus hijos, os principals medios de sdgush isn de fs Fiqueza Fao a primera parte desu memoria sobre el paupersmo, Tocque- ville se lanza a una exploracin histérica,voluntaroneags simplifcada Gc lx necesidades humanas.Podemos tesumir samarinmene en we Fe Gantaen, las necesidades de los hombres se limiaboa medios de supervivencia: un abrigo contea In intemperie y una alic mentacién suficiente. A partic del momento en q v agricultores,acceden a la propiedad de las tenn se convierten en as, se establecen y ad ves de la existencia tte los hombres. Mientras que se contentaban atin signo exterior de superioridad de un hom! familia sobre la otra, con cazar no habia nin- bre sobre otro 0 de u Pero desde el instante en que la propiedad inmobiliara edad inmobilara Fue conocida y os hombres convrtiron las vasa fore en as eanpinor rion pe tas, desde ese momento pudo verse emo cierto inch iduos rcunian en sus ‘manos mucha mas tierra de la que necesitabsn tuar la propiedad de la misrua en las manon det, existencia de lo superfluo; con fo superfiue nace diversos dela satsfaccin de lis necesidades mic fisica. En este estadio de las sociedades cs menens todas las arstocracias para alimentarse ¥ perpe Posteridad, De ahi la BUStO por otto goces roseras de la natutalera steuar el origen de casi NACIMIENTO DE UNA SOCIOLOGIA BELA POBREZA 37 Una propiedad territorial que se acumula, un gobierno que se concen- tra en pocas manos, un espiritu de conquista sin limite, éstos son los clementos principales de estas sociedades fundadas en la desigualdad que vieron nacer la Edad Media En su répido fresco histérico, Tocqueville se inclina hacia los siglos feudales. En el siglo xu, dice, la poblacién sélo se dividta en dos cate- gorias: agricultores y propietarios de las tierras. Sometidos a sus amos, los Primeros tenfan sin embargo casi siempre su medio de existencia ga- rantizado: Limirados sus descos como en su poder, sin suftimiento por el presen- te, tanquilos ante un futuro que no les pertenecta, gozaban de ee género de felicidad vegetatva del que tan dificil resulta al hombre civilizado com. prender el encanto como negar la existencia" Los segundos formaban la clase privilegiada que vivia en el Lujo y lo su Perfluo, sin conocer pese a todo la comodidad y la tranquilidad: La existencia de estos iltimos era brillant, fastuosa, pero no cémoda, Se ‘coma con los dedos en bandejas de plata o de acero cincelado: ls vestidos «staban cubiertos de armino y de oro y a lenceria era desconocida: e vivia «en palacios en los que la humnedad cubria los muros, yal sentarse usaban asientos de madera ricamentetallados junto a inmensos hogares donde se consuméan drboles enteros sn difundir el calor a su alrededor Tocqueville concluye que durante la época feudal la mayoria de la po- blacién vivia casi sin necesidades y que el resco de la poblacién experi- ‘mentaba tan slo un pequerio ntimero de cllas: «La tierra bastaba, por asi decir, a rodos; en ninguna parte habla comodidades, en todas el vi- vitw ®. Dicho de otra forma, a pesar de esta desigualdad social funda- mental, la pobreza no estaba generalizada, y su sentido no era en nin= gtin caso comparable al que le damos en las sociedades modernas. La pobreza de ls que se habla aqui no es sinénimo de privacién puesto que las necesidades son limitadas, ast como la conciencia de un porvenit mejor in dar una explicacidn, Tocqueville constata sin embargo que pro- gresivamente van apareciendo gustos nucvos, que las necesidades se re- finan. Se constituye tna clase numerosa que vive de su industria, miet 38 FUNDAMENTOs tras que los descendientes de los nobles dela Edad Media amplian el citculo de sus placeres ¢inventan nuevas riqueras: «El pobre ye rico, Sada tno en su eer, conciben la idea de goces nucros ignorados por fis fredecesores»®. Alimentados por la esperanza de una vida meron, Frcs asticultores dejan los campos para encontrar un tabajo en la inmutable del crecimiento y del desarrollo sobre la que Marx, como veremos, hard un andlisis diferente Para Tocqueville, el principio del siglo xtx se caracetiea por el de- sarrollo simulténeo de la riqueza y la indigencia: vEn la actualidad la mayoria es mds feliz, pero siempre se encuentra a una minoris lista para ‘motir de necesidad si el apoyo del puilico llega afaltarlen’" El okveny de esta epoca del pauperismo no tiene las garantis de supervivenca que los campesinos intentaron preservar siempre. Esté som avatares de la produccién y puede perder ripidamente su trab sus ingresos basicos. En ausencia de recursos, sélo puede dealions, ifexorablemente hacia la miseria yla muerte: sa clase industrial, que de manera tan poderosa sive al bienesar dels otras, se hall pues oe uesta mds que ellas a los males stibitos e irremediabless *, Hay que dar las gracias a Tocqueville por haber relativizado la no- cién de pobreza. Al subrayar que las necesidades son variables de une \eciedad a otra y de una época a otra de nuestra historia, se previno en cierto modo de la tentacién de estudiar a los pobres de forma suntan . aligual que a los pobres, al conjunto den- igual q Pe La exclusién singular a la que la comunidad somete a los pobres alos que asiste es caraceristica de la funcidn que cumplen en la sociedad, como miembros de ésta en una siruacidn especial Puesto que los pobres dependen de la colectividad, se les designa a me- nudo, todavia hoy, como «excedentes», wintitiles para el mundo». Sc so- breentiende que, si no existieran, la sociedad irfa mejor puesto que en cierto modo se librarfa del peso de la asistencia y podria dedicar atin mas medios al bienestar de los demas. Estas imagenes son simplistas, por supuesto. Pensar de este modo es olvidar que la asistencia tiene un papel regulador para el conjunto del sistema social. Aunque los pobres, por el hecho de recibir ayuda, sélo puedan tener un estatus social des- valorizado que los descalifica, siguen a pesar de todo siendo miembros de la sociedad de la que forman, por asi decir, el dltimo estrato. A par- tir del momento en que el individuo pertenece a este todo, se encuentra situado de golpe en el punto final de la accidn y no fuera de ésta Si ellos (los pobees) eécnicamente silo son objetosinfimos, en un sentido sociolégico mis amplio son sujetos que, coro todos los demas, constitue yen, por una parte, una realidad social y, por otea se sitian mas alld de la unidad suprapersonal y abstracta de la sociedad ™ ara él, la selacién entre la colectividad y sus pobres o sus extranjeros con- ribuye ala formacién de la sociedad en un sentido formal, al igual que la relacién entre la colectividad y cualquier otra cacegoria social. Los ex- tranjeros y los pobres no constituy2n organisms aislados. Aunque puc- dan ser mantenidos respecto a ots grupos, se enfrentan a ellos como al ‘grupo més amplio que representa la colectividad en su conjunto. Pero el hecho de enftentarse implica ademis una relacién concreta que arrastea al extranjero hacia la vida de grupo como uno de sus elementos. De este modo, la persona pobre se mantiene sin duda la medida en que no ¢s sino un objeto inferior de las acciones de a colee- tividads pero, en ese caso, estar fuera no es en resumidas cuentas sino una forma especifca de estar dentro. cra del grupo, en 54 FUNDAMENTOs Dicho de otra forma, la asistencia es una parte de la organizacién del todo, al que pertenecen los pobres al igual que los terratenientes y las demés capas sociales. Simmel saca la conclusién de que «la colectivi_ dad de la que forma parte el pobre entra en relacién con él enfren- kindose, tratindolo como un objeto». Ante todo se propone com prender las formas sociohistéricas de la red de interdependencias entre los pobres y el resto de la sociedad er: una configuracién amplia que puede ser una nacién entera en una fase concreta de su desatrollo. Para 4, lo sociolégicamente pertinente no es la pobreza ni la entidad social de los pobres como tal, sino las formas sociales institucionales que adoptan en una sociedad determinada en un momento concreto de su historia. Esta sociologia de la pobreza es en realidad una sociologia de las re- laciones sociales. Simmel offece en este texto un marco hisrérico que podemos comparar a las teorfas de las configuraciones sociales de Nor. bere Elias. La pobreza, tal como la define Simmel, constituye, efectiva- ‘mente, un punto de aplicacién casi perfecto, Podemos ver en la relacion con los pobres, a través del principio de asistencia, la expresidn de tensiones, posibles desequilibrios, incluso de suptutas que afectan y amenazan al sistema social en su conjunto, pero al mismo tiempo un modo de regulacién que atentia los efectos y favorece las interdepen dencias de los individuos y los grupos, aunque éstas se basen en rela- ciones desiguales y a veces conflictivas Por otra parte, y aunque Simmel no aborda directamente en este texto las experiencias vividas dle la pobreza, su anilisis le lleva, l6gica- mente, a presentar una de las dimensiones fundamentales de la situa. cién de los pobres que deriva de la relacién de asistencia. Cuando la co- lectividad combate la pobreza y la considera intolerable, su estatus social se devala y estigmatiza. Los pobres se ven mds 0 menos obliga. dos a vivir su situacién en aislamienco. Intentan disimular la inferiori- dad de su situacién en su entorno y mantienen relaciones distantes con los que tienen una sieuacidn similar. La humillacién les impide desa. rrollar cualquier sentimiento de pertenencia a una clase social, La ca- tegoria social a la que pertenecen es heterogénea, lo que aumenta atin Inds el riesgo de aislamiento de sus miembros. El grupo social de los po- bres constituye en la sociedad moderna, en su opinién, una «sintesis so- NACIMIENTO DE UNA SOCIOLOGIA DE LA POBREZA. 55 En lo que se refiere a su significado y su puesto en el cuerpo social, posce tuna gran homogeneidad; pero en cuanto a la descalificacién individual de sus elementos, catece de ella completamente. Es un fin comin a los desti- nos ms variados, un océano en el que unas vides, procedentes de las capas sociales mis diversas, flotan juntas. Ningiin cambio, ningin desartollo, ninguna polarizacién o ruptura de la vida social ocurte sin dejar su huella en la clase pobre. Lo mis terible de la poioreza es que haya seres humanos ue, en su posicién social, sean pobres y nada mas que pobres®! Este andlisis de la heterogencidad de los pobres se hace atin hoy en dia. Los trabajos realizados en Francia entre los receptores del ingreso mi- imo de insercién y en octos paises europeos entre las poblaciones que reciben asistencia” han llegado a conclusiones similares. El recur- 50 a la asistencia en un contexto econémico marcado por un fuerte de- tetioro del mercado de trabajo y un debilitamiento de las relaciones so- ciales se traduce en una mayor diversificacién de los pobres, puesto que estos tltimos, procedentes de categorias sociales diversas, pasan por la experiencia de un proceso de descalificacién social que les arroja fuera del mundo del trabajo a la esfera de la inactividad y la dependencia, donde se asimilan a otros pobres que han tenido trayectorias diferentes La funcién social de ta relacion de asistencia Mas allé cel interés de este texto por constituit el marco analitico para pensar en cérminos sociolégicos sobre la cuestidn de la pobreza en las sociedades modernas, encontramos igualmente varios elementos de re- flexién sobre la relacién de asistencia y su funcidn social. Simmel cita el «aso de Gran Bretafa y Francia, pero se basa sobre todo en la situacién de la asistencia en Alemania, Cita la ley sobre los pobres de Prusia en 1842 y la ley alemana de 1871. Sus referencias proceden del siglo Xtx, cuando el derecho a la asistencia estaba atin en pafiales. El analisis de Simmel plantea la cuestién del tratamiento de la pobre- za en el momento en que se insticucionalizan los principios nacionales de la asistencia en la mayoria de los paises europeos, paralelamente a las pri ‘meras tentativas de elaboracién de un marco legislativo para los seguros sociales obligatorios. En el curso de este periodo de fuerte industrializa- ci6n y de mejora de la cobertura de riesgos sociales, la asistencia se vuel- 56 FUNDAMENTos vve progresivamente residual. Sélo intervene al margen de la sociedad sa- latial, pero no por ello deja de ser indispensable para la reulacion de ésta ‘Alemania estaba més avanzada que los demds paises europeos, Me- diante la legislacién social pionera de Bismarck (1883-1889) *, Ale- mania habfa establecido, efectivamente, un seguro social obligatorio contra los riesgos de accidente de trabajo, enfermedad y vejez, lo que representaba una transferencia importante de las categorias de pobla- ciones dependientes de la asistencia social alas categorias ude riesgo» a cargo del seguro social. No obstante, segufa habiendo una poblacién asistida bastante considerable: a principios de siglo representaba apro- ximadamente el 3,4% de la poblacién alemana. Esta poblacién asistida pertenecia sobre todo a las categorias de poblacidn excluidas del bene- ficio de la seguridad social, organizada alrededor de la condicisn de asa. latiado. Se trataba sobre todo de mujeres y nitios, y también de familias fumerosas y monoparentales. Las personas asistidas podfan aspirar a un derecho formal ala ayuda; sin embargo, no disponian de los medios le. gales para hacer valer tales derechos, mientras que las poblaciones de riesgo a cargo del seguro tenfan un derecho de acceso garantizado por la ley. La estigmatizacién de las personas dependientes de la asistencia era, Por otra parte, tan fuerte que perdian sus derechos civicos (derecho al voto) y eran relegadas al estado de ciudadanos de segunda Simmel hace un retrato desencantado de la beneficencia y la filan- tropia privada y publica, que no representan una firalidad en s{ mis- ‘mas, sino un medio para conseguir la cohesién de la sociedad y la ga- ‘antfa del vinculo social. En esta perspectiva sit la cuestién del interés del desinterés etomada muchas veces desde entonces. Esta perspectiva sociolégica sobre las polticas sociales y sus funciones explicit e im. plictas, transparentes y ocultas era por otra parte bastante caracteris ca de la experiencia alemana de la época y parecia traducir las caracte- tisticas sociohistéricas del nacimiento del Estado social en Alemania ®, Simmel analiza el principio de asistencia como una relacién socio. légica de base en la que examina sus diferentes elementos. De ellos re- tiene tres. En primer lugar, la asistencia es personal y sdlo abarca nece- sidades particulares. Se distingue pues de otras instituciones que estin al servicio del bienestar social y de la seguridad del conjunto de la po- blacién. Su objetivo es en principio slo una franja de la poblacién constituida por individuos aislados contrariamente al seguro social NACIMIENTO DE UNA SOCIOLOGIA DE LA POBREZA_ 57 obligatorio, que abarca el conjunto de riesgos que corren los asalariados y sus Familias. En segundo lugar, se dedica a satisfacer mas al donante que al re- ceptor. El caricter fiduciario del alteuismo que podemos identificar facilmente en las formas antiguas y contemporineas de la beneficencia privada puede aplicarse igualmente a la relacién de asistencia cuando se basa en la intervencién de toda la sociedad hacia una fraccién de sus. miembros. La asistencia, en efecto, se concede por el interés de la co- lectividad ante rodo, Simmel roma el ejemplo de la familia y los sindi- catos para ilustrarlo. Incluso en una familia se producen numerosos gestos de asistencia no por el bien del receptor, sino para que la familia no sea importunada y su repu tacidn resulte manchada a causa de la pobreza de uno de sus miembros. La ayuda proporcionads por los sindicatos briénicos a sus miembros sin era- bajo no tiene por objeto alviar la situacién personal del receptor, sino im edir que Tos parados, por necesidad, busquen trabajo en otra parte por poco dinero, nq agar a slain mis hone set Los intereses de un pafs para asistir a sus pobres son diversos. La fun- cidn de la a rencia es, en este caso, rehabilitar su actividad econémica, hacerlos més productivos, preserva su energia fis, reducir el peligro de degeneracién de su progeniura y, por tiltimo, impedir que sus im- pulsos les leven al uso de medios violentos con el fin de enriquecerse De este modo, nos dice Simmel, sla colectividad recupera indirecta. mente los frutos de su donacién *. Por tltimo, la asistencia es por definicién conservadora, La asis- tencia es un factor de equilibrio y cohesién de la sociedad. Como ve- ‘mos, Simmel, heredero de la filosofia nietescheana, no reduce el fend meno de la asistencia a su dimensidn filancrdpica o shumanitaria». Su enfoque macrosociolégico le lleva, por el contrario, a subrayar el utili- tarismo primario de la sociedad, puesto que la asistencia a los pobres es tun medio para garantizar su autoproteccidn y su autodefensa. Si tenemos en cuenta este significado de ls asistencia a los pobres, parece claro que el hecho de quitara los rcos para dar a los pobres no tiene como objero igualar la posicin individual, ni ampoco, ni siquera en su orien- tacidn, suprimir la diferencia social encteticos y pobres. Al contrario, la 58 FUNDAMENTos asistencia se basa en la estructura social, cualquiera que éta sea; esté en contradiccién total con cualquier aspiracién socialsta 0 comunista, que aboliria dicha estructura social. El objetivo de la asistencia es precisamen {¢ mitigar algunas manifestaciones extrema de diferencia socal para que la ‘estructura social pueda continuar apoyindose en esta diferenciacién Este razonamiento leva a esta conclusién, a un tiempo trégica y realista: Sila asistencia debe basarse en los interees de los pobres, en principio no ha brfa ninguna ls en cuanto a a transmisién de propiedades en favor de los pobres, una transmisién que llevarta a la igualdad de todos. Pero, ussro que este objetivo es el sada social —los cfrculos politicos, familiares 6 sociolégicamente determinados—, no hay ningtin motivo para ayudar a lon Pobres més ali de lo que requiere ef mantenimiento del statu quo social Este enfoque funcionalista de la asistencia, que podriamos calificar de sistémico, se basa en una idea critica del derecho ala asistencia, Simmel observa que el Estado se refiere al principio de la obligacién de auxiliar a los pobres®, pero, en su opinién, esta obligacién no se traduce en un verdadero derecho para los pobres, puesto que estos iltimos no tienen rningiin recurso posible cuando se les deniega la asistencia. Pueden re- cibir asistencia, pero no reivindicarla. Esta critica es, sin embargo, me- ‘os justa hoy que a principios de siglo. En la mayoria de ls legslacio- nes sociales vigentes en Europa se han establecido procedimientos de recurso que son utlizados especialmente en aquellos paises en los que la interpretacién del derecho a la asistencia se deja ala apreciacién subje- tiva de los asistentes sociales. En los pafses en los que el acceso al dere. cho se basa en principios administrativos idénticos para todos, el ma gen de auronomfa de os profesionales de lo social es més escaso,y los casos de recursos, menos numerosos. Sin embargo, siempre podemos Preguntamos sobre los proceditnientos previstos por la ley, ya que se ne- cesita una cultura juridica y una aptiud para la piotesta de las que ca- recen a menudo los pobres. Entre éstos, muchos se sienten tan humi- llados por tener que solicitar ayuda que prefieren reaunciar a plantear un recurso en caso de denegacién. Por otra parte, este derecho a la asistencia no es inamovible e incon- dicional. Por referencia a este principio, que procede de los derechos del hombre, la sociedad y el Estado deben actuat, pero son libres de cir- NACIMIENTO DE UNA SOCIOLOGIA DE LA POBREZA 59) ccunscribir como quieran esta obligacién dentro de los limites que se con- sideren compatibles con los recursos econémicos y las demas orienta- ciones politicas. Un gobierno podria muy bien aprobar una ley que cuestionara toda o parte de una ley en favor de los pobres considerando, por ejemplo, que ésta es muy onerosa y penalizadora para la economia 0 que crea efectos perversos al sustituir la solidaridad familiar. En un pe- riodo en el que el ntimero de personas asistidas aumenta considerable- ‘mente, el equilibrio de la relacién entre pobres el resto de la sociedad se ve amenazado. El derecho a la asistencia puede limicarse, y regla- ‘mentarse mis el acceso a él. Simmel muestra, por ejemplo, que el Esta- do pretende limitar su deber de asistencia refiriéndose al principio de obligacién de prestar alimentos inscrito en el Cédigo Civil, con el posi- ble riesgo de sobrepasar el limite que podria exigitse desde el punto de vista moral individual. Incluso los padres con ingresos precarios deben hacerse cargo de sus hijos y viceversa aunque tengan dificultades. Sélo en caso de catencia absoluta, debe intervenir la colectividad. Esta competencia entre derecho civil y derecho social en el ambito de las politicas de lucha contra la pobreza no es de ningiin modo oca- sional y arbitratia, sino sistemtica y conscicuyente. Desde la implan- tacién hist6rica de los cédigos modernos, encre los que el Cédigo Civil francés representa el modelo paradigmatico, la obligacién de propor- cionar alimentos desempera el papel de piedra angular del edificio fa- mmiliar moderno, lo que convierte los vinculos familiares en indisolubles wen la riqueza y en la pobreza» y consticuye asi la base de la solidaridad «en las sociedades industriales. La cuestién social, tal como se manifesté bajo la forma de pauperismo en el siglo pasado, mostré sin embargo las limiaciones de esta idea privatista de la solidaridad: la pobreza material de los més desfavorecidos va acompaiiada, efectivamente, de una ex- twemada precatiedad de sus situaciones familiares, lo que hace dificil, por no decir imposible, el sostenimiento de sus allegados. Para com- pensar los fallos de una proteccién social insuficiente frente a los riesgos sociales, el Estado moderno ha adquirido cada vez més la imagen de un Estado social. La relacién social con la pobreza es, al mismo tiempo, un vasunto familiar» y una scuestién de Estado». De acuerdo con el espi- ritu de las leyes sociales modernas, la solidaridad nacional seria secun- daria respecto a la solidaridad familiar y no deberia intervenir sino cuando esta iltima fallara, pero, en la prictica, las relaciones entre estos 60 FUNDAMENTos dos principios se muestran menos claras. Los distintos cédigos de de- secho social contienen muchos ejemplos de trasgresin del principio ju- Tico y sociopolitico de subsidiaridad. El uso flexibley un poco wk Teepe deste principio permite a los gobiernosadaptar aus poten da Hes como stesponsabilizar alas familias wto empower pooper Simmel, Por su parte, delimité muy bien el desafio primordial que representa el Principio de obligacin de proporcionar alimentos en la gesrin cole tiva de la pobreza y llegé a avanzar la idea radical segiin la cual este Principio encontrara su razén de ser hstérica propiamene dich en voluntad de los gobiernos de delimitar el gasto publics. El analisis crtico de Simmel respecto a la ssistencia es sensible. ‘mente distinto del de Tocqueville. Cuando abords a cuestion de ln nia tencia privada, reconoce también que puede ser desinteresada, pero no intenta, como Tocqueville, demostrar su superioridad Fespecto a la asistencia puiblica. Los donantes incentan hacer valer en go entorno su nuestra de generosidad. Dar a los pobres es ciertamnente una decision individual, pero slo puede comprenderse si se relaciona con la tree faecin social que la caracteriza y motiva. El donante no acta sola, S accion se desarrolla en relacién con ottas personas u ortos donantes, Dentro de una comunidad determinada, pretcnde obtener, aunque due Se encuentra actualmence junta le gusta mantener una impresion de Benerosidad prédiga. Unicamente cuando la vuluntad particular ne S& muestra con tanta inmediatez, sino que debe suponerse a través de un mandatario, dicha presuncidn sdlo puede ser la siguiente: roca Guieren aportar lo menos posible». La asistencia privada, sin embargo, fo permite adaprarse fécilmente a las necesidades de los mds desfavo- recidos. Los partidaris de la caridad piiblica condenabsn a finale ht siglo Xvi sus debilidades y preconizaban un sistema as riguroso de NACIMIENTO DE UNA SOCIOLOGIA DE LA POBREZA 61 organizacién del auvilio social, Fara Simmel, sla desventaja de la asis- tencia privada radica no sélo en el factor “demasiado poco”, sino ade mas en el de “demasiado”, que conduce a la pereza, explora los medios disponibles de forma econémicamente improductiva y favorece arbi. trariamente a unos en detrimento de los o:tos El andlisis de Simmel no le leva a oponer asistencia privada y asis- tencia publica. Pretende superar esa divisién haciendo hincapié en su funcién social complementaria «El Estado —en Inglaterra mds clara. ‘mente que en ottos lugares— satisface una necesidad que es visible des- de el eterior; la asistencia privada responde a sus causas individuales, Pero sélo la colectividad puede cambiar las circunstancias econémicas y culturales fundamentales que producen estas condiciones». La asis- tencia privada es, por otta parte, «un hecho social, una forma sociol gica que asigna a los pobres no menos resucltamente —s6lo que no tan claramente a primera vista— una poscén como miembro orgnio de a vida de grupo», En su opinién, la asistencia pailica inglesa renun- Es fe tna penona merece recibir aieeace El taller de trabajo ¢s un lugar tan desagradable que sdlo los que realmente lo necesitan aceptan esta forma extrema de asistencia, Su complemento es la asis- tencia privada: «El Estado asiste ala pobreza la asistencia privada, alos bresn®, por kimo, Simmel no se conforma con definir los elementos fun- lamentales de la relacidn de asistencia, Trata asimismo de analizar su cae Le llama la atencién el traspaso de la comunidad al Estado a la hora de encargarse de la pobreza. Antes del desarrollo del Estado de bienestar moderno era légico que la asistencia se ejerciera a escala local, puesto que los pobres estaban integrados en una comunidad. Antes de empobrecerse y de recibir asistencia pudieron contribuir, de alguna forma, al desarrollo de su pueblo, que en correspondencia les debia re- conocimiento y proteccién. El desarrollo econémico y las necesidades de movilidad fueron alterando poco a poco este equilibrio. Simmel concluye que desde entonces wel Estado entero debe considerarse como el terminus a quo y ad quem de todas las prestacionese. «Sila ley per. ‘mite a todo el mundo elegir su lugar de residencia, entonces la comu- nidad pierde una relacién integrada con sus habitantes. Si ya no existe el derecho a denegar la residencia a miembros indeseables, no podemos ‘xigir ala comunidad que se establezca una relacién justay solidaria en- 62 FUNDAMENTOs tre ella y el individuo.» Por esto los pobres constituyen desde entonces tuna entidad dentro de otra atin mayor. Su posicién en la estructura so. cial viene determinada en parte por la relacidn que el Estado mantione con cllos a través de las leyes sociales, por supuesto, pero ademés por los modos de intervencién que éste establece para ayudarles. Con el Esta: do moderno la relacién de interdependencia entre los pobresy el resto de la sociedad se vuelve més compleja. Supera la estructura socal local y se despliega en una configuracién nacional. La centralizacion de la asistencia tiene como efecto, dice Simmel, pasar de la visibilidad in. mediata de los pobres a la visibilidad de estos ultimos a través del con. cepto general y mds abstracto de pobreza. Por este motivo las transformaciones histricas de larga duracién de {a relacién social con la pobreza reflejan la légica evolutiva de las so ciedades occidentales actualizada fundamentalmente por Norbert Elias, cuya obra sociolégica contiene numerosas afinidades con In de Simmel Esta evolucién cortesponde, como sabemos, a un proceso lenvo pero Continuo de la centralizacién sucesiva de toda tuna serie de funciones formas de regulacién social, del monopolio de la violencia legitima 2 la gestidn burocrética de las poblaciones hasta el nacimiento de un Esta do social instaurado para garantzat la proteccién de ls individuos y la cohesién social. Este proceso histérico fue acompafiado de una forma liaacién de las relaciones sociales en general y de las formas de asisten. sia y de solidaridad en particular, pero conviene subrayar que no fue uniforme. Se tradujo de forma especifica en cada contexto nacional, hasta el punto de que aiin hoy es fécil descubrir su huella teniendo en cuenta, por ejemplo, el grado de centralizacién politica y administeats, va ola relacién de fuera entre las instituciones estaales v tr0stipos de actores piiblicos, como las asociaciones caritativas o los sindicatee, En defintiva, seguir a Simmel através de su sociologa de la pobreza equivale a profundizar en la reflexidn erica sobre los fundamentos del vinculo social por él establecidos. Las implicaciones de su reflexion suc Peran considerablemente, al mismo tiempo que la integran, la sociolo. Bia descriptiva de los pobres y de las poiticas de lucha conera la pobre. 22, Por esta razén este texto puede consttur atin hoy una referencia para ‘odos aquellos que, mds al de la cuestion de la pobreza, se preguntan sobre los modos de regulacién de las sociedades contemporiness, CAPITULO 2 LA RELACION SOCIAL COD 1 LA POBREZA Lo mis terrible de la pobrera, constataba Simmel, es ser pobre y-nada mas que pobre, ¢s decir, que la sociedad no pueda definirte més que por el hecho de ser pobre. A partir del momento en que la colectividad se ‘hace cargo del pobre, éste ya no puede pretender otto estatus social que el de asistdo, puesto que la asistencia tiene una funcién social de- terminada que hace casi inevitable esta designacién. La definicién so- ciolégica de la pobreza que propone Simmel corresponde en cierto ‘modo a un tipo ideal. El propio hecho de recibir asistencia asigna a eos Pobres» una carrera concreta altera su identidad previa y se convierte en tun estigma que marca todas sus relaciones con los dems. Desde el ‘momento en que la sociedad combate la pobreza y la considera intole- rable, su estatus social sélo puede desvalorizarse, Pero si los «pobres», por el hecho de recibir asistencia, sélo pueden tener un estatus social que los descalifica, siguen siendo a pesar de todo miembros de pleno derecho de Ia sociedad de la que forman, por asi decir, cl dlkimo estrato. ; Definit el tipo ideal de pobreza moderna no ¢s, sin embargo, un fin en s{ mismo. Su interés es merodoligico, El tipo ideal es ante todo un 64 FUNDAMENTos medio de conocimiento, No podemos saber de antemano si este tipo de claboracién dard fruto 0 no. Sélo después de comparar la realidad von el marco ideal elaborado porlremos juzgar la eficacia demostrativa de éste. La investigacién consiste, efectivamente, en comprobat i hay desviaciones y en estudiarlas como tales ‘Tras una presentacién resumida de los trabajos sobre la relacién de asistencia que realic€ a partir de las encuestas francesas, este capitulo ela bora los fundamentos y define los factores que explican la rclacidn si. cial con la pobreza en las sociedades contemporsneas para desembocat ¢n una tipologia de las formas elementaes de la pobreza que seré obje- to de comprobaciones empiricas en la segunda parte de este libro La pobreza asistida y sus desviaciones Dos encuestas realizadas con unos cuantos afios de diferencia —una lo- cal y de cardcter monogrifico, otra més representativa, realizada’ en ‘ods Francia— me dieron la posibilidad de poner a prucha el tipo ideal de Simmel. De estas dos encuestas complementarias es posible ex. traer las conclusiones que se exponen a continuacién ' La experiencia de la descalifcacién social Cuando se hizo la primera encuesta en Saint-bricue entre 1986 y 1987, es decir, ochenta afios después de la publicacién del texto de Simmel, el aumento del nuimero de personas que recuerian a los servi. 2001 : 2 ‘i * f 2 : 5 | pe tageg ga ag oe ee Patses del norte Paises del sur FUnvre: Eurobarémettos, sPobreza-Exclusins GrAriCo 3.1. Proporcién de personas que consideran que los pobres ue han visto en su barrio/ pueblo siempre han estado en la misma si- tuacién (pobreza heredada). «sta peroepcién descendié entre 1976 y 1993 bajo el efecto probable del deterioro del empleo y aumenté considerablemente entre 1993 y 2001 Observemos que, si bien las diferencias entre paises son menores en 2001, la percepcin de la pobreza como herencia sigue siendo marginal en Alemania, Dinamarca y los Pafses Bajos. (Para un anélisis en pro- fundidad de los factores explicativos de esta percepcidn concreta, véase ¢l apéndice «Cémo ven los europeos la pobreza al final del libro.) Una pobreza perenne Para apreciar la intensidad de la pobreza a largo plazo no bastan las re- presentaciones colectivas, Hay que comprobarlo a partir de datos obje- tivos que permiran ante todo constatar con certeza si las personas que se enfrentan a la pobreza en un momento dado tienen esta experiencia du- rante una breve temporada o, por el contrario, durante un largo periodo. LA POBREZAINTEGRADA 17 Desde que los socislogos y economistas recurren a las encuestas longi- tudinales, es decit, encuestas repetidas en el tiempo en la misma muestra ¢s posible estudiar a persistencia de la pobreza en el tiempo. Algunos in vestigadores han llamado la atencién sobre cl hecho de que la pobreza en las sociedades madernas es ante todo un ferémeno transitorio o, dicho de otra forma, que los individuos y los hogares se ven afectados de forma ocasional por la pobreza y que sélo una minoria sufre privaciones de for- ‘ma permanente’. No obstance, hay que tener en cuenta las diferencias nacionales y hacer hincapié en que la pobreza sigue siendo un fendmeno perenne en los paises del sur de Europa. Los datos obtenidos en el Panel de los Hogares Europeos han per- mitido diferenciar en el periodo que va de 1994 a 1998, es decie, cinco afios consecutivos, tres categorias: las personas que nunca han experi- mentado la pobreza, las personas que han conocido la pobreza al menos uuna ver (pobre transitorio) y las personas que han sufrido la pobreza durante més de un ano (pobre recurrente). La tabla 3.1 permite tinguir cuatro grupos de pafses que podemos relacionar con los tipos de welfare capitalism’ Hay una relacién esta istica sélida entre la intensidad de la pobreza segiin su persistencia en el tiempo y esca clasificacién por paises. En el primer grupo de paises la proporcidn de personas en situacién de po- breea recurrente es la mas baja (9.5% en Dinamarca y 12,5% en los Pai- ses Bajos). En el segundo, esta proporcién aumenta, y pasa al 25,5% de media. Finalmente, en el ultimo, alcanza el 26,196 de media con una punta de 27,6% en Grecia y Portugal. Comprobamos pues que la po- breza sigue siendo més persistente en el tiempo en los paises donde sub- sisten zonas rurales poco desarrolladas y en las que el sistema de pro- teccién social es muy limitado. Para escudiar la intensidad de la pobreza en el tiempo tambien es po- sible basarse en la experiencia de dificultades financieras. En el Euro barémetro 56.1 de 2001 sobre la pobreza y la exclusién social, se for ‘mul6 la siguiente pregunta: #Cémo se las arregla con los ingresos de su hogat?», Los encuestados debian clegir entre cuatro respuestas: «Con grandes dificulrades», «con dificultades», sbien», «muy bien», y a con- tinuacidn se les pedia que precisaran desde cuindo tenjan esa situacién financicra, De ese modo fue posible conocer la duracidn de las dificul- tades financieras para aquellos que eligieron una de las dos primeras tes- 112 vanactones TABLA 3.1. Intensidad de la pobreza monetaria segiin st persistenicia en l tiempo (periodo de 1994 a 1998) (en %) Nunca Pobre Pobre pobre __tramitoio*™ —_recureeni aad 17 grapes 77 106 100 Dinamarca 774 132. 100 alse Bajos 79 100 2° grupo: 70.7 100 ‘Alemania 734 100 Francia a4 100 Belgica 639 100 3 grupo: oy 100 Reino Unido ola 100 Trlanda 68 100 4 grupo 608 100 Tealia 82, 100 Espane 60,0 100 Grecia 585 100 Poreugat 588 100 Europ 6 100 Nota: El umbrl de pobreza en esta tabla x ene GO de la mediana de ingwenos de cada Pas. La cacala de equivalencia riliada ey lade la OCDE moxificada (1 para el primer Adulto, 0.5 para los dems adultos y 0,3 para los nits menores de 4 aos), * Pobre solamente una ver en ls cinco aos. ** Pobre mis de una ver en los cinco afi, Fuente: Panel de los Hogares Buropeos, 1994-1998, puestas. El gréfico 3.2 permite analizar las diferencias entre paises y ¢s- pecialmente diferenciar entre paises del norte y del sur. En los primeros, la mayor parte de la poblacién que ha expei mentado dificultades financieras las ha sufrido durante dos o tres afios, mientras que, en los segundos, la duracidn de estas dificultades ha sido en conjunto mas larga, puesto que es alrededor de 14 0 15 afios donde encontramos en cada pais la proporcién mayor de po- blacién. Parece claro que la pobreza corresponde a un fendmeno co- yuncural en los paises del norte y a un fenémeno estructural en los paises del sur. As{ pues, los anlisis de la intensidad de la pobreza en el tiempo efectuados a partir de datos longitudinales o a partir de esta pregunta LA PomREZA INTEGRADA 113 % Paes dl nce > eo Francia 30. = Dinara (Gran Brea Alemania Ovsilental ~~ leanda a + Alemania Oriental Paes Bajos 20 iy 1. 04-4 > 8 2 Hi é som 14 6 Naimeto de ton % Pses del ur % lela x0 Numer de anos Fursre: Eurobarémetto, 56.1, 2001 GrArICo 3 Duracién de las dificultades financieras segiin los paises. sobre la duracién de las dificultades financieras llegan a resultados si milares. El fenémeno se muestra siempre mas estable y més recurren- teen los paises del sur de Europa. Pero, como hemos visto, ¢s precisa- mente en esos paises en los que la pobreza se suele percibir como una herencia, Las representaciones colectivas coinciden con la realidad observada Dado que la pobreza es una situacién mas estable en los paises del sur de Europa, es posible adelantar la hipotesis de que también se re- Froduce mds de generacién en generacién. Efectivamente, silos hijos se 114 varuaciones socializan en un medio permanentemente desfavorecido, hay grandes probabilidades de que cuando sean adultos experimencen dificultades comparables a las de sus padres. Cuando se estuclian las variables ex- plicativas de la pobreza, no podemos separar cl andlisis del medio fa- Imiliar de origen. En los afios sesenta, a partir de sus investigaciones so- bre las familias muy pobres tanto en México como en Nueva York y San Juan, el antropélogo Oscar Lewis explicaba que a cultura de la po- breza tiene tendencia a perpetuatse de generacién en generacién por el efecto que tiene sobre los nifios. En su opinién, «cuando los nifios de las chabolas tienen 6 0 7 afios, ya han asimilado los valores fundamen- tales y las costumbres de su subcultura y no estén preparados psicol6- gicamente para aprovechar plenamente la evolucién y los progresos susceptibles de producirse durante su vida» °, Oscar Lewis subrayaba que las caracteristcas de lo que él lamaba la culeura de la pobreza se traducian en el individuo en una sensacién de escar marginado, de impotencia, de dependencia y también de inferioridad. Sefialaha tam- bién que sla ausencia de participacién efectiva y de integeacién de los pobres en las grandes instituciones de la sociedad es una de las caracte tfsticas cruciales de la cultura de la pobreza. Es un problema complejo ¥ que depende de una infinidad de Factores, entre los que se pueden enumerar la ausencia de recursos econdmicos, a segregacidn y la dis- ctiminacién, el miedo, la desconfianza o la upatia y el desarrollo de so- luciones locales al problema» *, Los datos de los que disponemos en las encuestas socioldgicas curo- eas no son comparables a los que este antropdlogo recogié durante va- tos afios sobre el terreno. Sin embargo, son més representativos esta disticamente y permiten hacer comparaciones a gran escala. En el Eurobarémetro 56.1 de 2001 sobre la pobreza y la exclusién social se planted una pregunta sobre la infancia de las personas enrevistadas, en particular sobre as dficultades financieras de sus padres cuando éstos se encargaban de su manuteneién y educacién. La tabla 3.2 permite examinar el efecto de estas dificultades finan- cuartl 3° cuaril 4 cual * P< 0,05; ** P< 001; *** P<0001, as: nosigaificarvo Furnre: Eurobarémetro 56,1, 2001 Pero la intensidad de esta correlacién es variable de un pals a otro, in- cluso cuando se controla no sélo el efecto del sexo y de la edad (modelo 1), sino también el efecto de los ingresos del hogar (modelo 2). En los patses del sur, los coeficientes de la regresién logistica son siempre muy clevados y estadisticamente significativos, lo que significa que la repro- duccién de las dificultades financieras desde la infancia es especialmen- te fuerte. En los paises del norte los coeficientes son en conjunto mas ba- js y no siempre significativos. Es lo que sucede en Alemania Oriental, Gran Bretaiia, Paises Bajos y Finlandia, donde, cualquiera que sea el mo- 116 vaniactones delo, el coeficiente no es significative. Dicho de otta forma, la tendencia a la reproduccién de las dificultades financieras desde la infancia es ‘menos clara en los paises del norte que en los del sur. Este fendmeno se explica en primer lugar por las desigualdades de ingresos, que son claramente mayores en los paises del sur de Europa. La relacién entre la parte de los ingresos totales percibidos por el 20% de la poblacién que tiene los ingresos mds elevacios (quintil superior) y 1a parte de ingresos percibidos por el 20% de la poblacién con los in- gresos mds bajos (quintil inferior) es de 6,5 en Portugal, 5,7 en Grecia ¥ 5,5 en Espafia, mientras que en Dinamarca es de 3, en Suecia de 3,4 y de 3,6 en Alemania*. Una gran desigualdad de ingresos impide que tuna parte de la poblacién conozca un futuro mejor y refuerza en este sentido el riesgo de reproduccién de la pobrers, Este fenémeno se ex- plica también por el desarrollo econémico y las perspectivas de empleo. En los paises que han tenido un desarrollo econémico y social impor- fante, como ocurrié durante los «Treinta Gloriosos», las oportunidades de promocién social eran mayores que en los paises menos desarrolla- dos, como los del sur de Europa, que fueron paises de emigracién. La pobreza ha correspondido y sigue correspondiendo a un destino social en los paises o las regiones econémicamente pobres, donde el desem- pleo o el subempleo son elevados y la proteccién social apenas se ha de- sarrollado. Finalmente, hay que ver en este fenémeno la explicacién que adelantaba precisamente Richard Hoggart a propésito de la cultura de los medios populares en Inglaterra: «Cuando uno siente que tiene pocas oportunidades de mejorar su situacién y este sentimiento no se tifte ni de desesperacién ni de resentimiento, se ve abocado a adoptat, de buena o mala gana, actitudes que hacen “vivible” ese tipo de vida, evitando ser demasiado conscientes de las posibilidades prohibidas: se tiende a represcntar como leyes de la naturaleza las obligaciones socia- les; las consideramos parte primordial y universal de la vida». En las regiones rurales del sur de Europa la probabilidad de vivir la pobreza de forma permanente es tan grande que la poblacién que se enfrenta a lla std mucho més habituada que en otros sitios, La pobreza representa pues un estado permanente y reproducible. Esta distincién entre pobreza coyurtural y pobreza estructural, que remite a la distincién entre pals del norte y pais del sur no debe sin em bargo dar a entender que la pobreza estructural sélo existe en los paises LA POBREZA INTEGRADA 1/7 del sur 7 que la pobreza coyuntural sélo afecta a los del norte. También en los paises del norte hay una parte de la poblacién que sigue siendo Pobre de generacién en generacién y para la que las dificultades son constantes, independientemente de la coyuntura econémica y social Las encuestas indican solamente que esta proporcién es claramente inferior en los paises del norte que en los pases del sur y que la pobre- 7a coyuntural es un fenémeno mas extendido en los primeros que en los segundos. La pobreza tiene més posibilidades de integrarse, en sentido tipol6-] gico, en los paises del sur de Europa porque es mas masiva y mas esta ble que en los paises del norte, Esta integrada en el sistema social en su| conjunto como un elemento constitutivo de el. Pero, para que esté mis integrada, debe constieuir en si misma una forma de organizacidn so, cial. Por ello conviene estudiar ahora el papel que desempefa la fami en los medios sociales expuestos a la pobreza La familia: una cuestién de supervivencia La pobrecaintegrada es una forma de pobreza cuyos elects se amortiguan en parte gracias ala familia, fendmeno que corresponde al modelo fami liarista de regulacién del paro presentado en el capitulo anterior. Este mo- delo se basa en el reconocimiento social de los deberes de solidaridad de 4a familia respecto a sus miembros. Cuando lindividuo esté en situacién de pobreza o sin empleo, no hay por qué culparle y tiene el derecho de ‘compartir los recursos de su familia mientras duren las dificultades. Este sistema de solidatidad familiar se impone con mayor facilidad si coincide on una escasa intervencién del Estado o de los poderes puiblicos para ha- cerse cargo de la proteccidn social. Conviene dar aqui una definicién am. plia de la familia que abarca no s6lo las personas que viven bajo el mismo techo, en referencia a la nocién de hogar para los estadisticos y de casa Para los antropélogos, y tambin la red de parentesco ampliada que in- lao B Sip BR OSeSOSCeSCOC«iSC*«S 1 grapo Dinamara 0,36. * 005 ns 060 075 PalsesBajos 0,53. *** 0,58 Oss 2° grupo Alemania 0.07 na. ns 046 + 026 as Francia 0.086 ns 023 1) OT ns Belgica 0.04 ns ns 039 us. D8 ma ed Reino Unido 0,15 ns Ost * a Irdanda 032 () 0 as 002 ns O64 * 4° grupo Telia O05 ee 07 es ocd © Expat 022 ns 001 ns 008 ns s Grecia OI? ns O11 ns 045 * 0.95 Portugal 009 ns 053 ns O01 ns 133 ns Campo: poblacion de 184 65 afos. OVP

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