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Robert Castel KN am Chelsea Edad de oro del alienismo Sobre el telén de fondo de la sociedad co: a Revolucién francesa instaura, el loco desentona, Irracion » de derecho; irresponsahle, no puede ser objeto de sancidn; incapaz de trabajar o de “servir’, no entra en el eireuito reglamentado de los intercam! cireulacién de hi jas a la que sirve de sistema de punicién d ‘digos para aquellos que transgredieron voluntariament lidad, debe ser administrado, pero que asignan su sitio y la sujecion a sus ta Estas contradicciones introdujeron una practi ceritro del funcionamiento de las sociedades modes ia téenica va a impr ss” un estatuto que t partir de criterios tect inscritas en los cdigos. Un proceso de erosié por un pseudo-saber, pero ésta no es la cuesti progresiva del legalismo por actividades de las grandes desviaciones que, desde el a burguesa, = procesos de toma de di destino social de los hombres, Del contrato La medicina mental fue un motor esencial de esta tran: de peritaje en el Produjo, como granéxito de su edad dorada, ¢ administrative del alienado, sancionado por la ley de 30 de Somienzos modestos y transparentes: est miles de locos debidamente eti profesionales estrictamente entera, que implica Ia minor ruptura entre debe leerse en los los “normales” compl Ciertamente, esto no era un ideal. No obstante, tal vez.se sospechar omper esta dicotomia rigida no produciri esta actividad de pericia, generalizada, de convertirse en Ia verdadera magistratura de nuestro tiempo isiones, en sectores cada vez mas n\ se toman a partir de evaluaciones téc 18 competentes. Sin duda, no existe ur peroestarfa bien al menos atreverse a pregi el que hace de ti un sujeto-sujetado. de 1838. fect6 a varios josaba tal operacién mpletamente locos y io Capitulo 1 EL DESAFIO DE LA LOCURA lerasistentia y a lo: 1s. Es la primera er -ategoria de indigentes o enfer opm jeaapaties ample st os naneide re py espact ea geién del primer euerpo de médicos-funcionarios, | constivucsredeun aber spect ele cbor qué la logislacionrelativa las alienados se anticipa en cincuenta afos y supera en sistematicidad a to das las demas medidas de asistencia? Que no se hable de la necesidad dk “recuperar una fuerza de trabajo” en el momento en que cientos de mile: de indigentes menos improductivos no encuentran ocupacidn. Que no st en los cuales el pathos de desplazada. Los debates cuyo centro era el loco nunca ca mas que a los “responsables” de controlarlo. Ci analizar ese reparto de responsabilidades, y por sabilidades de ese reparto en crisis revolucionaria.* ‘el momento e1 EI Estado, la justicia y Ia familia Antes de la Revolucién, el poder responsabilidad del secuestro jos y mal unificados daban lugar egaban a cuestionar el fundai Las “6rdenes de justi’ ‘cusstro, generalmente de dur ‘numerosas jurisdicciones competentes (parlamentos, ti de Tos insensatos. smento de der -ansistian en dete conflictos de competencia, per snzaremos entonces por \dagar sobre las respon: dicial y el poder ejecutivo se repartian la Sus procedimientos comple- éstos no elas; jones 0 sente' racion ilimitada, pronunciadas por una de las nistracién, prebostales, tribunal de Chatel encierro se decidia mediante una “orden par pero esta medida, sos tiende a caer en desuso judici _napol ‘mis elaborado era e} ‘comparecer a los protagonist coma insensato podia (aunqu de la interdicci mnico va a adoptar practicamente tal presentada por la familia (excey juez ordenaba el arresto despi haber rec fas ¢ interrogado “> procedimiento, su elevado costo y la publicida: para “el honor de Ia fat cian de ell poco solicitada. Sumando las interdicciones y miento por via judici secuestros por locura que provent; Antiguo Régimen.* Los otros encierros, es ir la mayoria de el cachet. Esta ales de admni- Paris, ete.) A veces el lar” de un magistrado, hhosa de conllevar rieszos de arbitrariedad, final del Antiguo Regimen. El procedimiento ialmente por el procurador del rey), el ogido los testi al loco. El sujet mios, hecho recanocido era una obligacidn) ser internado en una casa decorreecidn y sus bienes puestos bajo tutela.? La e plejidad deeste \d de los debates, tan temida una medida relativamente ' otras modos de interna: se puede calcular en un cuarto la proporcién de de “ordenes de la just inal del intendentes en provincia, podian pedir una orden de atresto al rey, iso detener al loco, pero el secuestro provisional no se volvia sta que se habia obtenido la lettre de cachet -y" a peticién de la familia. Esta, de las que solicitaba el encierro del nsensato (0 mas generalmente del perturbador del orden familiar: prodigo, ibertino, corrompido, etc.) Sil rey, por mediacién del ministro de su Casa, acordaba la orden, el insensato se convertia en uno de esos “prisioneros dé familia” que representaban aproximadamente las nieve décimas partes de las lettres de cachet durante el Antiguo Regimen.’ El pod Juega asf un doble rol. Provisto de las prerrogativas del jecutivo, interviene para salvaguardar el orden puiblico contra las al- teraciones causadas por los insensatos, Pero, con mayor frecuencia, es un transmisor y un regulador del ejercicio del poder correccional de las familias. Es quien legitima la demanda familiar y aprocia los motivos en ultima instancia. A veces la orden no se otorga pese a las “muy humildes ie la familia. Los agentes del rey pueden pedir entonces una, investigacién sup] consejar a la que entable un procedimiento de Un sistema ti resa un equ jdicial y familiar- dades de negoci ro es simple. Pero tampoco es arbitrario, no exento de tensiones, entre tres poderes ~real, sspaldan mutuamente con diversas posibili- compromises y de transacciones. Asi se observ: a evolucién de sus rélaciones en los decenios que antoceds Antiguo Régimen. En su lucha contra los Parlamentos, la autoridad real intenta, al +r su hegemonia al mismo tiempo sobre la justicia y sobre rociar, a veces directa: ‘8 y otros corrigendos, | rey quiere suprimir las “érdenes ‘particulares de los magistrados”, sospechosas de arbitrariedad. En 1767 el poder real crea un nuevo espaéio de detencién, los depésitas de mendi- ia autoridad directa de los intendentes, sin control a viva oposicién de los parlamentos. Los depésitos de edan una parte de las funciones do los Hospitales genera- is saturados de anci res, y se toma la costumbre de snados.’ En 1765, el poder real mento draconiano a las numerasas “Caridades” (en 19 4 4 dirigen, entre otras, la de Charenton, El articulo primero estipul recibird a cualquiera y bajo cualquier pretexto ¢ Caridad, ano ser a aquellos condi quenose ‘aisons de force dela dos por orden del Rey ode a Fusticia’* {Panto de equilibrie, entonces, en el que el poder ejeeutve y el pod judicial jcontrolan paritariamente la legitimidad de los secuestros. + "Pero, a partir de 1770, ca Ia oposicion alas lettres de cachet Maleshierbes, uno de los principales artifices de la campana, deveniéo tinistro dela Casa del rey on 1775, erea los tribunales de familia para dar uuna garantia juridica al mayor mimero posible de encierros. Hacia el final del régimen, el conde de Breteuil, ministro de la Casa del rey, decreta en una circular de 1784 dirigida a los Intendentes unas precisas directivas para la éxpedicion de las lettres de cachet y distingue mas cuidadosamen- te las categorias a las que pueden aplicarse: “Respecto de las personas euya detencién se pida por eausa de enajenacién del espiritu, la justicia ya prudencia exigen que no propongais las érdenes mas que ewando haya una interdiecién pronunciada en juicio, a menos que las familias sean absolutamente ineapaces de sufragar los gastos del procedimiento que debe preceder a la interdiccidn, Pero, en este caso, sera preciso que la demencia sea notoria y constatada por esclarecimientos muy exactos™” La nueva orientacidn, anterior a la caida del Antiguo Regimen, es entonees hacer pasar la mayor cantidad de las practicas de secuestro de Ia jurisdiccién real a la autoridad judicial, tendencia que pi tentativa de hacer garantizar todos los secuestros de alienad la interdiccién. Pero esas garantias ahora exigidas depende posibilidad de entablar un procedimiento de interdiecién y, por tanto, de Ja fortuna de Tas familias. ‘ eualquiera se le aplican las reglas resurmidas por Des Essarts en su Dictionnaire universel de police desgracia de ser atacados por es s deben ser euidados sus padres, oa su costa, de manera que la tranquilidad publica no se yperturbada por esos infortunados. Cuando las fan \eondicidn de pagar una pensién, los oficiales encargados de v rene ‘del orden deben hacer que estas especies de en “onducidas a los hospitales 0 a los demas sitias destinados ara recibirlos. Los padres pueden ser perseguidos para reparar los arios ocasionados por las personas locas, furiasas o dementes; ellos no existe mas que una accisa civil”." ~ Hay, entonces, mucha oseilacién entre la legitimacién de los secuestros el poder real y por el poder judicial y un deslizamiento de la preponderancia del primero hacia el segundo. Pero, en parte, siguen endo complementarics, esbozdndose una dvisin del trabajo: las garantias ein justicia para los rcos, la represion por los agentes del eaetng para los Scores. Y sobre todo, debajo de estos cambios, el espirits peneett de ta islacion dela locurabajoel Antiguo Régimen continda sends enone ‘asuntade fami ativamente, en ausencia, carencia otmpot {Gade la familia o positivamente a peticin suya, interviene una ineteneta qRonor. Concretamente, pueden presentarse tres casos mer caso: a familia asume totalmente la carga dsl mantanimiento sis neuralizacin del len: Kote forma porte entonece antiipadamenrs ‘geen categoria d“alienaos ne socoridor” quo oe peiguiatres consent Sie cuando se deeplicguoun sistema unifcedsdo asstotea ona pigs jxme Por el momento, es un anacronismo: eso salenedos'o fon, de hecho, normahienteasistigoy, o sl menos tlerados, pur Sus grupos primarios de pertenonci, familia eicultos de veeinaad Becapan tanto mejor a una rise en charge’ exterior cuama smastea aoa la familia yo esté mejor integrada,y cuaseo exstenredes de Sientala yt aa alrededor. De ah este decisiva implicacién: la medicina mental ~al intentar proponer, bajo la forma de un servicio publico, una politica global y “demoerética” de asistencia apuntara prioritariamente a eategorias especiales de la poblacién: a los indigentes antes q) alos integrados, a los urbanos mas que a los rurales, \Segundo caso: Ja familia no puede o no quiere asumir esa funcién de jaicid, Ya sea porque la presencia del loco le plantea problemas demasiado dificiles en funcién de sus medios de control (caso de los “furiosos", por ejemplo), ya sea porque las iniciativas irresponsables del insensato amenazan la salvaguarda del patrimonio familiar. Entonces la familia puede escoger entre dos posibilidades, que son de hecho dos modalidades de delegacién de su poder, pero a traves de procedimientos en los que conserva la iiciativa. Puede dirigirse a la autoridad judicial paz atnerun dg de tarnamientoe chin pedir tran) Este procedimiento desemboca en una clara situacién de puesta baj tutela del loco por Ia cual corresponde a Ia familia Ia administracién de sus bienes, Solucién escogida preferentemente por las familias acomoda~ das, y que incluso resultaba necesaria cuandola finalidad era obtener una puesta bajo tutela civil sin secuestro del loco, porque la interdiecién no Imponia Ia ubicacién fuera de la familia. En la segunda posibilidad la “orden del roy” pe btener el secuestro por el procedimiento mas expeditivo. Generalmente, Ia familia proponia en su peticion el lugar de internamiento, en funeidn sobre todo del monto de la pension que consen- on pagar. Cor se evitaba el “deshonor”(y los gastas) Pero la lettre cle cachet represen: taba lo contrario de un acto arbitrario puesto que era requerida por los padres, jueces naturales de los intereses familiares a los ricos, a los errantes antes que a1 familiar, ya sea por fuera de su jimiento del orden pat 8 servicios de Ta hagarte; iento de los perturbados detenidos desde el Antiguo uenta mas que a veintitrés de los doscientos si jamente por woria de de los administradores os, Pero en ello no hay agentes del ejecutivo frecuentemente, por ‘a real. Lo impo ae la antigua expone’con trade 9 Meter da ‘es0 no hay que sorpre para los locos y pat iigos, libertinos, la seguridad pu josa, asuntos de p No hay que sorprenderse tampoco de que esos dist orrigent s se encuentren reunidos en los mismos establed (eine Tos colocan al nes" corning ede descubrir e ‘el esboz0 de una diferen de regimenes Srnos, cuando las medidas legales de admisin de los reclusos les daban inttnismo estatuto. No obstante, la indiferenciacion del gran encierro Siinea ha sido absoluta. Desde 1664 guPfacisn del Hospital general, el’parlamento de Paris decidia reservar funna especial paral encierrode los locus yloeas"™ Desde prin $e siglo «vt comionzan a operarse distinciones eada vez mas provisas €% ‘Etseno ie la Gategoria general de insensato,"* Pero tales diferenciaciones Fmiten a exigencias de gestidn y disciplina interna mas que una preocu- ZJacion por efectuar diagnésticos o tratamientos. i, entonces, una percepeién de tipo médico no es estrictamente incom- ‘stoma de represign de la locura bajo el Antiguo Régimen, inalidades y el equilibrio interno de éste no dependen de su grado de jan. Los fines que persigue y las tensiones que lo atraviesan fon de orden so ‘difcio sean dem yen devendrit tipos de mitos pues 1e3" comiiries, Mas bien habria que sarprender- dos, Ia cgexistencia de los elementos quel ‘agonica. La referencia médica adquirira entonces tn sentido muy distinto: de subordinada pasard‘a preponderante, pues ella Mara constitute el eje del nucvo equilib. Esquematicamente, se pueden identifica tyes fade explosion man- tenitos por la coherencia dela antigua sine consti instancias responsables del secuestro. El ejecuti ‘se reparten el derecho de las “érdenes” que legitiman et encierro, De todos modos, al tratarse de la locura, la competencia que los tos. Pero el antagonist tras la instancia de soberania s permanece en la ¢' los poderes. “Toda justicia ogativas en sus “oficiales”. Asi en ‘oloca en el primer rango de los las regulia el de “tener la dltima acer leyes”, “erear oficiales” y ejemplo, cuando en 1757 el ministro de “ordenes particulares de los magistrados” que per las familias negociar directamente con los jueces el secuestro de uno de sus miembros sin control del ejecutivo, justifica la des mentaus, histoire et Paris, “ au partage” Beondmcn, 19671 23 S6lo cuatro aos después de la” tica. Cuando los cimientos politicos del~ Ty medida de esta manera; “Su Majestad juzga que la libertad es un bien demasiado precioso para que ninguno de sus subditos pueda ser privado de ella extrajudicialmente sin haber sopesado las causas por si misma”. - En iltima instancia el imperium real puede entonces “sopesar las causas” de una derogacién del derecho que asi deja de ser protestan o van més alli, Pero, mientras su irquia absoluta, el conflicto no es todavia una contradiccion abierta a. dualidad de los géneros de establecimientos en los que se secues- “a 10s insensatos y a los corrigendos. Ademas de los hospitales de ‘tratamiento como el Hotel-Dieu, a finales del Antiguo Régimen se pueden identificar cuatro 0 cinco tipos de establecimientos que acogen a los insensatos: fundaciones religiosas (las numerosas *Caridades” de los Her- “Bon-fils’, de los Hermanos de las Escuelas Cristi Lazaro findada por Vicente de Paul, etc., ademas de una docena de sonventos de mujeres que aceptan ala vez corrigei arrepentidas”); las prisiones del Estado como la Bas HA;]los hospitales generales, sobre todo Bicétre y la Salp@tridre, donde son encerrados casi 1a mitad de los locos del reino; pensiones dirigidas por laicos finalmente, unas veinte en Paris ~entre ellas la famosa pensigh Belhomme, donde Pinel hard sus primeras armas." Sin embargo, existe un principio de divisién entre ellos, que no es en. modo alguno su cardéter mas 0 menos médico, sino su direccién osu coptral_mas 0 menos piblico privado. Determin: isiones del Estado, los Hospitales generales y los depésitos de mendigos son funda- ciones reales bajo control directo de los agentes reales y administradas por ag BB personal laico. Las otras instituciones generalmente son fundadas y dirigidas por congregaciones religiosas que aceptan de mala gana las X diversas modalidades de control de los parlamentos y los servicios de los, intendentes o de la lugartenencia de policfa. Esta dualidad institucional autoriza politicas distintas, especialmente en lo que respecta ala parté de Ja iniciativa dejada a las familias, El poder del Estado intenta ya homogeneizar al mismo tiempo los procedimientos de admision y de vigilancia, Pero las disparidades subsistirdn durante largo tiempo, en- gendrando conflictos de-los cuales las discusiones a la ley de 1838 eran los desafios modernes. (3,2¢ dualidad de la “superficie de emergencia” de la locura. ¥ erturbador con el que llega el escandalo, yasea al espacio fai al espacio social. Es el or totalmente distintas. La primera plantea un problema de urden-publico por la “divagacion” de los perturbados en un no man’s land social Peabundeo peligroso, que susita una intervencion con frecuencia ener: ae on nombre dela seguridad de las personas, de la salvaguarda de los Fines, de la decencia, etoctera, Pero también plantea un problema de te resin privada euya elieacia podria ceonomizar esos recursos contcseg Fe el hecho consumado del desorden. De alli proviene la cuestisn del aptpliegue de controles familiares y del control de los controles familia. fe La fortiasnas burda derelacin entre ets dos spericieses aqua Fla qual la familia, incapaz de levar a cabo su propia policie, toma la Fee ee ere. ateaar go une instance apart natuiatrntee Proc, La zecion del problema introducird tna dialectics aycho més util delo que es una prervogativa de los allegaios y delo que ‘al poder del Estado en la varea de conservary reproducirelorden eto-famller. El concepto de prevencion, como veretmos, eonducira cata > Speranza médica de inseribir au intervencién a la voz antes dela Eesidad de la represion por la fuerea publica, y antes de que la familia we espoe de au pader. Esta misma eoncepciin de prevencion deseaifica- sélo hechos consumados. A de los actos cometidos a la ant de actos a cometer, y de a reparacién de un desorden objetivo ala responsabilizacidn de estructuras Iteracién, Largo camino euyo final su tancia médica de esos tres sr— que se repartian la responsat izar la locura, Pero es aqui donde se inicia el proceso, en el momento e {ue este cuarto poder se incrusta como una cufia en la brecha abierta por| el desequilibs La soberania, el contrato y la tutela Eldispositivo de control de la locura en el rrasero del mano} porque tre aparatos competidores, a través de sis barroea se sea calificada jo que se busea Brocedimic vaadeshacer ¢ instancia de arbitraje, de arbitraria. Punto fundamental: en un principi ‘menos las préeticas que el principio de su legitimacién; y es lidad de legitimar como tal 6 prdeticas lo que va ‘Asuscitar nuevas —o imponer, en el centro del sistema, viejos procedimien- tos queno tenian mas que un papel secundario—y asegurar asi por un largo rodeo el triunfo de la medicalizacion de la locura Con prisa por abolir las lettres de cachet, Luis XVI se dirige ast a:los Estados generales el 28 de junio de 1789: 25 publica y con las fasos el honer de (ias extranjeras, ‘tivo de arbitrariedad di 3rmas empleadas. También el articulo I de la ley que as lettres de cachet sigue siendo muy restrictivo del despotismo” que pura y od sino de eequivar a el | sospechonas tea Laccsta fe supre ectenanlole simplemente dad”, plantea sobre t Lmantenimiento de la mayori Asi rreto del 27 * Citadoen A Tuet 200. 26 de 179 or el prior a la Asamblea ‘nacional, habia snidos por “orden del rey” 18 periédicos”, “laces moles- tes” y“alionado: revela més que un caso dudoso, para el el correspondiente a la ribriea “causa desconocida’ realidad se trataba de un residente ita n asunto de falsificacion de a 08. Asi arenton, de noventa y tres sujetos internados por orden del rey en el sectar de alienados, el decreto de marzo de 1790 hace jerar a Sade (no por mucho tiempo),'a un acusado de estafa y quizds a muerto entretanto. rrisorio, aunque se objete quela lo sin juicio hacia cuatro En_su solucién se juega la posibilidad del pasaje de un equili oderes que descansa, en altima instancia, en la s locura adquirié una enzos del xix por esta razon. Se situé en insoluble para el nuevo ordenamiento ‘ba. A simple vista, Ia locura no debié haber un problema social menor, superado en importancia y os: la mendicidad, el vagabundeo, el pauperismo, los enfermos indigentes, etc., que afectaban como se fnitamente mas numerosas y, al menos en su ambién peligrosas. Sin embargo, los alienados se han “benefi- sportancia sancionada por una ley q la futura “legislacion soci se la reubica en de una apuesta fundamental para la naciente sociedad burguesa, Con la cuestién de la locura, por intermedio de su anta un nuevo estatuto de tutela esencial para el ar Jestructura administrativa c x i i sibditos fres de vasallaje de! mel soberano, se desplegé pocoa poco una tralizada que obedece a eriterios de raci Inalidad técnica, Sectores de actividad cada ver mas preponderantes foxaceién de riqueza por los impuesto gaciones impu mizarse, Alfinal, el poder del Hstado ya no sera mas que e intercambios vineuladas por contratos. Mito liberal de la tot entre lo social y lo econdmico que aseguraria el libre juego de las leyes del x mercado. ( Aesta autonomia de las leyes que regulan el intercam E la produccién de los bienes corresponde la racion: de lasriquezas fmecanismos que presiden la éenica de sus actividades, ‘ativas. Mito de una perfe ializacién de los ciudadanos paralela a la de una perfecta eireu e Jos bienes, que intentara encarnar el Estado napoleénico \desplegando una vasta estructura adi sectores como actividades so ito, de tal manera que éste se encuentra asignado, en su existencia de ciudadano, en marcos eogrs- ficos encajados uno dentro del otro, administrados por responsables dependientes del poder central, vigilados permanentemente en el cumpli miento de la totalidad de sus deberes sociales La ficciin juridico-administrativa sobre la que descansa todo este edificioes, se sabe, la del contr adano é& subdito y soberano, oseagueesalaversujetado sus deberes cuyano-observancia sanciona el aparato de Estado, y sujeto que participa en las actividades ley y obtione sus derechos de esas practicas cuyo tad. Asi, un ciudadano cabal no se encon trara nunca con Ia eutoridad del Estado hajo su forma represiva. Al asumir sus deberes, despliega su propia soberania y refuerza la del “Estado, Decir que se trata de una simple “ideologia” po sociedad burguesa intenta justi hecho —fiecién de la “ondmica es olvidar lo esen En primer lugar, si hay ficcion no es una fiecién cual libera un espacio auténomo necesario para el libre des economia de mercado. Al intervenir en el marco de los contratos para garantizarlos, el Bstado garantiza ia propiedad privada y la a Y riqueeas, fandam a mereantil En segundo lugar, al adi abjetivos euyo caracter intercambi rial, fandamento de iva subdividida en tantos x ss de soberania y de clientel én de hombres paral ria para alimentarla”, Pero libertad esta regulada por las leyes, el Estado puede asumir al mismo 28 lancia y de policia sobre Ia base de un cuadricu- rable técnicamente al menor costo. ‘no intervencionismo” de los tedricos liberales toma 1 que no es en modo alguno la atenuacidn del poder nitacién de las situacio- asi su sentido preci Goercitivo del aparato de Bstado sino la firme del Ses en que puede y debe intervenir, y tanto mas implacablemente cuanita\ que elimina asi toda arbitrariedad y proclama el derecho. El Estado debe Fespetar la libertad del ciudadano, sus contratos fundados en la propie-y Gad privada y la libre realizacién de los intercambios bajo las leyes del Saeed puede y debe sancionar toda trasgresién baprerer Su funcién de conservacién social y de i estructura contractual ‘eno unasconeiencias, dad. Bs la matriz juridiea tado y se impone la sujetos de Ia a auténtica en resistir a esa proyeccién hasta tal punto ‘que, para insertarlo en el nuevo orden social, sera necesario imponerle un estatuto di wentario del estatuto contractual que rige para eT conjunto d lanos, El criminal, el nifio, el mendigo, el proletario y el loco En relacén a esa concepcin del dereeho( cinco sor!los grupos de indivi-

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