ETE eseritoras chilenas”, de Maria
Carolina Geel, es libro que responde
@ un propésito simpatico: demostrar
ton hechos la valfa de la mujer chi-
lena. Para ello, escoge siete destaca-
Gas figuras femeninas y nos habla de ellas con
simpatia contagiosa y con una fluidez a que
Maria Carolina Geel’ no nos tenfa acostumbra-
dos en sus novelas. {Por qué escogié siete, ni
més ni menos? Por un capricho que bordea el
misterio, pues ya al escribir sobre Gabricla
Mistral —la primera de sus biografiadas— ob-
serva que nacié en dia sie-
te, “ntimero cabalistico y
consagrado por los augu-
res".
‘Aunque el libro es cali-~
ficado de ensayo por su
autora, no es el concepto
personal Jo que viene a
caracterizarlo, sino’ mas
bien el criterio vulgariza~
dor. Resume e informa
sobre la vida, los libros, el
contenido de éstos. Y don:
de hay una opinion tradi-
cional 0 cominmente ad-
mitida, se limita a consig-
narla.. Asi ocurre, por
ejemplo, con- la leyenda
mistraliana sobre el novio
suicida, inspirador del Ii
bro “Desolacién”. Hay criticos para quienes tal
relato es tan verdadero como el cuento de Ca-
perucita Roja, mientras otros lo reputan de
cierto, Gnico y riguroso. Nuestra autora se
afilia al segundo grupo, y esta en su derecho,
mas calla que se trata de algo discutido. De
este modo, los limites entre la opinién perso-*
nal y el criterio comin se borran continua-
menie en el libro —por lo demas tan agrada-
ble— de Maria Carolina Geel.
Hubiera sido oportun{simo, en un libro so-
bre escritoras debido a una pluma femenina,
algin intento por calar en las esencias ereado-
ras de Ja mujer. La cuestién parece que va a
ser_abordada en diversos momentos: cuando
habla de la Mistral y de Chopin como artistas.
inspirades por la Muerte; cuando resume las
ideas de Amanda Labarea; al eomentar la va-
entia de los prifneros libros publicados por
Marta Brunet, y acaso en otros lugares mas.
Por afiadidura, se sospecha que nuestra autora
tiene formada su opinién y que talvez por r
MARIA CAROLINA GEEL
Siefe escritoras chilenas
Rapa Nui, S. A. — Santiago
¢
JAMES BURNHAM
la inevifable derrofa
del comunismo
Emecé — Buenos Aires
sultarle evidente no se deticne a darla Lo
cierto es, en definitiva, que concentra su inte.
rés en los siete Arboles escogidos y prescinde
del_bosque. ‘
Hay ciertos matices que diversifican las es-
tampas trazadas y Je dan al libro una variedad
sentimental valiosa. La de Gabriela Mistral
est trezada con respeto y afan reivindicatorio
de Ja ilustre exilada voiuntaria; Ja de Mari
Luisa Bombal, con e) interés de aprender ev
ella estilo; Ja ‘de Marta Brunet, con simpatia
humana; la de Chela Reyes, con alarde. confi-
dencial. Las otras tres da-
mas —Amanda Labarea
Maria Monvel y Luz de
Viana— parecen escogidas
mas reflexivamente, a fin
de completar el panorame
que ofrecian Jas figura:
tomadas por impulso ins-
tintivo.
Seria de désear que Ma-
nla Carolina Geel trace en
nuevos Libros otras silue-
tas Semeninas. El de aho-
7a, 8 -DéllG.. ening ae sn
afan informative y de st
dulzura, sélo des:
en ocasionales referencias
a la critica
Los dias que atravera
mos se caracterizan —internacionalmente— por
el revuelo que suscit6 Ja destitucién del gen
ral MacArthur. Por lo mismo, no se habla tan-
to de la doctrina comunista como de las distin.
tas tdcticas que cabe oponerle. De ahi el in.
terés renovado de un libro como “La inevita-
ble derrota del comunismo”, de James Burn-
ham, destacado socidlogo norteamericano. Guia
dos por él podemos comprender la nueva faz
del aislacionismo norteamericano a lo MacAr~
thur —actuar prescindiendo de la NU— y tam-
bién Ja postura de los demécratas solidarios de
Ja democracia de otros paises, cua] el Presi~
dente Truman y el general Marshall. Libro
claro e interesante sobre una materia tan in-
teresante pero tan poco clara en la mayoria
de los expositores, ésie de Burnham es un
ejemplo de prosa didfana y funcional. La ver
sién castelana de Carlos V. Frias es limpia.
E. i.