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Tenemos un Padre que vela por tod La agitada vida‘a Millie y cerrados los del espiritu. Alla en las augustas soledades de las cumbres, alla donde se escucha lejano el graznido de los condores en la vastedad de los paramos, en el silencio de las selvas milenarias, lejos de la maquinas inventadas por los hombres, alla donde no se oye el estridente silbido de las bocinas de los automoviles, ni el monétono ruido de las fabricas, ni el agitado ir y venir de las nerviosas gentes. Alla lejos de los hombres y muy cerca de la naturaleza no contaminada con el aura malsana de los humanos, se escuchan otras voces y otro lenguaje. No te habras preguntado quiza, de donde vienen las golondrinas viajeras, nia donde van las aves que despliegan su vuelo hacia regiones desconocidas. Ninguna ave que yo sepa, de ésas que viven con la libertad que Dios les dio, tienen la mesa puesta, ni siembran, ni aran para sembrar, ni preparan la tierra, ni recogen en las eras el trigo candeal, ni guardan el grano en la troje, sin embargo no se acuestan en sus nidos sin comer, no pasan necesidad, no les falta el agua en el cuenco de una hoja seca oen el caliz humedo de una flor. Ellas, las aves, tienen como tienes tu y como tengo yo, un Padre. También un granito de polvo o un arcangel, uno de esos inmensos mundos siderales 0 el pequeho mundo microscopico del atomo o de la espora -como tenemos todos- tienen un Padre... Ol eee eared eC tot

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