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Poder Judicial de la Nación

Expte. N°:105893/2011
SENTENCIA DEFINITIVA N 155348 SALA II
En la ciudad de Buenos Aires, a 25 de abril de 2014 reunida la Sala Segunda de la Cámara
Federal de la Seguridad Social para dictar sentencia en estos autos: “ ASOC.ARG.DE
ORGANIZADORES Y PROVEEDORES DE EXP.Y CONG. C/MINISTERIO DE TRABAJO,EMPLEO Y
SEGURIDAD SOCIAL S/IMPUGNACION DE DEUDA"; se procede a votar en el siguiente
orden:
EL DOCTOR LUIS RENÉ HERRERO DIJO:
Llegan las actuaciones a conocimiento de la Sala en virtud del recurso
de apelación deducido por la parte actora contra la resolución D.R.F. nº 35482 del órgano
administrativo que impuso al aquí recurrente una multa de $ 1500 por infracción a la Ley
11683.
La actora efectúa el depósito previo de la suma reclamada (art. 15 de
la ley 18820), razón por la cual corresponde entrar a analizar el fondo de la cuestión.
Surge de autos que el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social
impuso la multa reclamada en razón del relevamiento efectuado donde constató la
existencia de dos empleadas que no habían sido declarados conforme lo establecido por la
normativa previsional.
En dicha actuación, se estableció que el tipo de relación que vinculaba
a las mismas no era la prevista por el art. 23 de la L.C.T.
La apelante, cuestiona lo decidido por el organismo administrativo
pues, a su juicio, no fueron consideradas las concretas evidencias fácticas y documentales
que impiden encuadrar al supuesto dependiente en la relación laboral que invoca el
organismo. Argumenta que dichas trabajadoras se encontraban llevando a cabo prácticas
educativas no rentadas.
En los términos expuestos, la cuestión a resolver se centra en
determinar si la naturaleza de la relación que vincula a las partes es de carácter laboral.
En tal sentido, opino que le asiste razón a la recurrente en su planteo.
Al respecto y no obstante compartir el criterio que destaca el valor
probatorio de las declaraciones efectuadas por el empleado ante las autoridades
administrativas, atendiendo especialmente a su espontaneidad, la orfandad probatoria que
se advierte en los presentes me conduce a otorgarle razón al apelante.
En efecto, las constancias de la causa revelan que el Ministerio de
Trabajo, Empleo y Seguridad Social determinó la deuda sin otro sustento probatorio más
que la verificación efectuada por el inspector actuante, y que de ninguna forma logran
acreditar los caracteres propios de la relación laboral, quedando la pretensión fiscal sin
elementos que la respalden, determinándose, a mi ver, la multa sin algún otro tipo de
elemento probatorio que lo avale.
En tal sentido, no puede soslayarse que la aplicación del art. 23 de la
ley de contrato de trabajo se encuentra condicionada a la demostración de que los servicios
prestados lo fueron en el marco de una relación dependiente, desde que sólo así la
presunción establecida por el dispositivo cobra vigencia (Cabral Walter c/Drean SA, CNTRAB-
SALA VIII, sent. del 11/10/84), pues si se admite la existencia de un vínculo contractual
sin que sea fielmente comprobado, se llegaría la exageración de que considerar que toda
realización de un servicio a una persona debe ser interpretado como consecuencia de la
vigencia de un contrato de trabajo (Antonio Vázquez Vialard en su trabajo “La presunción del
art.23 de la ley de contrato de trabajo”, La Ley 1998-A, 136).
Para determinar el carácter dependiente de la prestación, diversas son
las pautas que cabe tener en cuenta al momento de decidir: la sujeción a las órdenes del
supuesto empleador, la ajenidad de los riesgos derivados de la ejecución de la labor, la
posibilidad de aplicar medidas disciplinarias al trabajador, el cumplimiento de horarios, la
regularidad de las remuneraciones , etc., elementos todos ellos que incidirían en mayor o
menor medida al tiempo de dar certeza a la presunción de tratarse de un contrato de trabajo
en sentido estricto.
Cabe destacar que la presunción de la existencia de la relación laboral
debe verificarse al extremo y en ese actuar debe imperar el principio de verdad material o
real, llevándose a cabo las medidas que se consideren conducentes para incursionar a fondo
en la realidad jurídica analizada (cf. doctrina de esta Sala en autos “Cooperativa de Provisión
para Puesteros La Armonía l. c/ D.G.I.,sentencia n 70986, del 29/05/97).
Así, quien aduce una relación de trabajo -en la especie, el ente
administrativo- es quien debe acreditarla y no a la inversa, por lo que frente a la imputación
de un cargo, donde las garantías del administrado cobran especial relevancia y la menor
duda debe ser siempre en su favor, es el organismo quien debe demostrar la procedencia
de aquél y, en tal cometido, agotar los medios a su alcance para lograrlo (cfr. esta Sala II de
la CFSS en autos"Sureda Víctor José c/ D.G.I. " sent.def. n 71964 del 22/04/98).
En tal sentido, debe tenerse en cuenta que los hechos podrán preexistir
con abstracción del proceso, pero en la medida en que de aquéllos pretenda extraerse
consecuencias jurídicas que interesen a la litis, menester será que se los pruebe, de forma
que adquieran vida propia, se exterioricen y existan judicialmente para el juez, las partes y
el proceso, en razón de que para el método judicial un hecho afirmado, no admitido y no
probado, es un hecho que no existe, pues para ello se requiere un mínimo contenido
objetivo en el material con el que se opera (Jorge Kielmanovich, en su “Teoría de la prueba
y de los medios probatorios”, pág. 30). Precisamente, por medio de las pruebas se intenta
formar el convencimiento del juez acerca de la existencia o no de hechos de importancia en
el proceso, por esa razón, se impone a las partes la carga de aportarla, a riesgo de sufrir un
perjuicio en su propio interés en caso contrario (ob. cit., pág. 77/78).
Por lo demás, corresponde resaltar que el proceso administrativo debe
brindar protección jurídica al particular a la par que asegurar la pronta y eficaz satisfacción
del interés general. Es por ello que la observancia de la regla del debido proceso adjetivo,
debe acentuarse aún más cuando el órgano administrativo resulta al mismo tiempo parte y
juez dentro de una misma causa. Este Tribunal ha señalado (en autos “Nizetich, Pedro Jorge
R. c/D.G.I. s/ impugnación de deuda”, sentencia del 12/03/98) que “el derecho a ser oído, a
ofrecer y producir prueba y a obtener una decisión fundada, son las garantías amparadas en
nuestra Constitución Nacional, base de nuestro sistema republicano de gobierno y deben
resguardarse celosamente a fin de evitar excesos y poder arribar así a la verdad jurídica
objetiva de la cuestión que se debate”.
Por ello, y en caso de duda, siempre debe estarse a favor del
administrado, en atención a las consecuencias dañosas que se derivan de la imputación de
cargos como los formulados en autos.
En conclusión, estimo que en el supuesto que nos ocupa no se ha
probado la relación laboral alegada, razón por la cual aparece como injustificada la
determinación de la multa por incumplimiento de obligaciones previsionales efectuada por el
ente recaudador.
Finalmente, y de acuerdo al principio general contenido en el art. 68
del C.P.C.C.N. y el criterio sentado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en los
autos “Cooperativa Eléctrica Azul Ltda. c/Administración Federal de Ingresos Públicos-
D.G.I.”, sentencia del 05/10/04 -en la que remite a los fundamentos vertidos por la minoría
en los precedentes “Farmacia España” (Fallos 323:1557) y “Asociación de Trabajadores del
Estado” (Fallos 323:2349)-, deben imponerse las costas a la demandada vencida.
Por lo expuesto, propongo declarar admisible el recurso impetrado y
revocar la resolución apelada. Ordenar al organismo administrativo que en el término de
veinte días proceda a la devolución del depósito previo efectuado por la parte actora bajo
apercibimiento de aplicar los intereses pertinentes en caso de mora. Con costas a la
demandada vencida.
LA DOCTORA NORA CARMEN DORADO DIJO:
Disiento con el voto que antecede. Para ello tengo en cuenta que el
organismo administrativo determino la multa impugnada, en atención al relevamiento
practicado a las estudiantes Rocío Lamas, y Claudia Furchi, quienes fueron encontradas
prestando tareas dentro del establecimiento conocido como La Rural, en donde, se llevaba
adelante el evento denominado como Feria Internacional del Turismo. Frente al inspector
actuante, las mismas declararon ser pasantes; desempeñando tareas de lunes y miércoles
de 10 a 19 hs, por la remuneración de $ 20 por turno (Lamas); y Lunes, Miércoles y
Sabados, 14:30 a 19 hs, $ 20 por turno (Furchi). En oportunidad de efectuar el descargo en
sede administrativa, la titular de autos informa que las personas relevadas, le fueron
asignadas por la Universidad del Salvador, habida cuenta que las mismas cursan la carrera
de Licenciatura en Turismo y Tecnicatura en la Organización de Eventos; y a fin de que las
estudiantes adquieran la práctica de la carrera que cursan. En consecuencia, consideró que
la responsabilidad directa sobre las estudiantes, le cabe a la Universidad del Salvador. Sin
embargo, con motivo de la resolución 35482 (fs. 89/96), que desestimó su planteo, rectifica
su argumento defensivo, para manifestar que las personas relevadas, no eran pasantes, sino
que se encontraban llevando adelante “prácticas educativas no rentadas”. Estimo que esta
aseveración, deviene incongruente con nuestro sistema normativo, el cual prevé para los
estudiantes, dos formas de vinculación “no laboral”, con las empresas en donde pueden
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llegar a prestar servicios. Las mismas son el contrato de aprendizaje, y la otra el régimen de
pasantía. Evidentemente, la recurrente rectifica la postura defensiva adoptada en sede
administrativa, toda vez que no logra acreditar los extremos requeridos por ley 25.165,
vigente al momento de la contratación de las pasantes, posteriormente reformado por la ley
26.427, como ser la falta de notificación a la autoridad educativa jurisdiccional del convenio
celebrado entre la USAL y la recurrente, así como tampoco la estipulación de los derechos y
deberes de las partes del convenio referido. Tampoco se puede encuadrar a las tareas de las
trabajadoras relevadas como contrato de aprendizaje, puesto que no se advierte la
inscripción de las mismos dentro del libro especial previsto por el art. 52 de la LCT, exigido
por la ley 25.013, posteriormente modificado por el art. 22 de la ley 26.390. En
consecuencia, siendo que las partes no pueden disponer de las formas impuestas por
normas de orden público, no cabe más que confirmar la presunción establecida en sede
administrativa, con fundamento en el art. 23 de la LCT, en virtud de la prestación de
servicios detectada, y que no se ha podido desvirtuar, por falto de elementos registrales, de
conformidad a la normativa citada.
A todo ello debe sumarse, debe sumarse el valor que cabe asignar a la
primigenia declaración testimonial, la que debe prevalecer sobre posteriores rectificaciones
(cfr.C.F.S.S., Sala III, sent. del 22.04.02, "Molinos Ala S.A." y sent. del 28.02.03,
"Recreativo Bochas Club Paraná"); que en la presente causa, ni siquiera se advierte.
En razón de lo expuesto, habré de propiciar la confirmación de la resolución
recurrida. Costas a la vencida. Regúlense los honorarios del letrado profesional de la parte
actora y demandada, en la suma de $ 500 y $ 800 respectivamente (art 8 ley 21.839 y art.
12 ley 24.432).
EL DOCTOR EMILIO LISANDRO FERNANDEZ DIJO:
Adhiero al voto del Dr. Luis R. Herrero.
A mérito de lo que resulta del voto de la mayoría, el tribunal RESUELVE:
Declarar admisible el recurso impetrado y revocar la resolución apelada. Ordenar al
organismo administrativo que en el término de veinte días proceda a la devolución del
depósito previo efectuado por la parte actora bajo apercibimiento de aplicar los intereses
pertinentes en caso de mora. Con costas a la demandada vencida.
Regístrese. Notifíquese y, oportunamente, devuélvase.

NORA CARMEN DORADO LUIS RENÉ HERRERO


JUEZ DE CÁMARA JUEZ DE CÁMARA

EMILIO L. FERNANDEZ
JUEZ DE CÁMARA

ANTE MÍ: AMANDA LUCIA PAWLOWSKI


Secretaria de Cámara

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