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CULTURA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN LA SOCIEDAD

La ciencia, la tecnología y la cultura influyen de manera directa y a diario en el

desarrollo de la sociedad. Cada una a su manera y a su medida, se desarrollan a diario

para simplificar el diario vivir. Barloewen (1995) afirma: “Entendemos por cultura la

totalidad de conocimiento y prácticas tanto materiales como inmateriales, de una

sociedad, sin los que ésta no puede existir” (p.7). El término cultura, que proviene del

latín cultus, hace referencia al cultivo del espíritu humano y de las facultades

intelectuales del hombre. A través del tiempo el término cultura ha evolucionado de

manera directa como lo ha hecho la sociedad, esta es la base de toda sociedad civilizada.

En otro tiempo se entendía por cultura, modales y buen comportamiento, actualmente se

definen como conjunto de comportamientos o valores compartidos por una comunidad.

El concepto de cultura está directamente ligado al concepto de desarrollo y a su vez con

el concepto de sociedad. Antiguamente las personas de color eran consideradas objetos

sin almas, que nacían con el único propósito de atender a sus “amos”. O ubicándose

unos años más cerca, no existía igualdad de derechos entre mujeres y hombres, porque

este último era considerado un ser superior. A medida que transcurre el tiempo el

pensamiento de las sociedades evoluciona y con él su cultura. Esto es lo que logra los

cambios que se viven en las diversas etapas de la historia, que traen consigo nuevos

hábitos. Barloewen (1995) dice: “La cultura no es el privilegio de unos pocos, sino el

patrimonio común de amplias capas de población” (p.10). El mayor aporte de la cultura

es el proceso de reflexión que provoca en el ser humano, ese deseo de conocerse, de

tomar conciencia, todo esto forma parte de la naturaleza propia del ser humano, y de la

conexión con su cultura. "Hay que comprender el pasado para comprender el

presente" Pierre Vilar. Para poder conocerse y conocer su entorno, una persona tiene
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que analizar y comprender su pasado, su cultura, su historia. Barloewen (1995)

manifiesta: “No basta la reproducción biológica para crear una realidad social,

económica, y política. Más bien es la reproducción cultural la que sirve de fondo

histórico sobre el que se garantiza la supervivencia de una sociedad. Los conocimientos

técnicos, el saber científico, la capacidad organizativa, los valores filosóficos y

religiosos –toda la cultura- son transmitidos por una generación a la siguiente como

garantía de la propia identidad” (p.12). Es fundamental para las sociedades conocer su

cultura, esta les confiere una fuerza vital en la existencia, es ella la única que les

confiere una vinculación a su identidad y un sentido de pertenencia, si se toma una

verdadera conciencia de ella y se concientiza de los errores cometidos en el pasado se

podrá contribuir al desarrollo de la sociedad en general.

Entender entonces que la cultura no se refiere únicamente a la identidad de un pueblo en

particular, si no es un conjunto universal que se entrelaza para crear en todos los

aspectos de la cotidianidad y desarrollo humano, con características particulares que

representan a las personas como miembros de un todo en una sociedad global. La

cultura se convierte entonces como el primordial mecanismo de interacción para el

desarrollo personal, tecnológico de quienes lo conforman. Ahora bien, la ciencia y la

tecnología son impulsadas por los parámetros culturales de aceptación que se den por

parte de sus miembros, permitiendo desarrollar e impulsar un grupo poblacional

determinado. Barloewen (1995) proclama: “Absolutamente decisiva es la

compatibilidad de cultura, ciencia y tecnología, que constituye el criterio para medir la

consistencia de la innovación con respecto a valores existentes.” (p.22). Desde la

prehistoria cuando el hombre plasmo en cavernas sus pinturas, evidencio sus primeras
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huellas en el aporte de la ciencia y la tecnología al realizar una actividad consiente de

observación e interpretación de la naturaleza que le rodeaba. Este desarrollo continuo y

acelerado en el tiempo, pasando por la edad media donde se afianzan criterios, teorías y

ciencias exactas, hasta el bum de nuestros tiempos modernos con la profesionalización y

transformación de la ciencia y la tecnología que desencadeno en los avances hasta hoy

conocidos. Así la ciencia y la tecnología han avanzado para hacer un mundo al alcance

que brinda a sus pobladores las comodidades y necesidades necesarias para interactuar.

Barloewen (1995) afirma: “La ciencia y la tecnología se ha convertido, en el siglo XXI

en ciencia mundial en un mercado mundial (…) la toma de posesión de los recursos se

ha realizado a escala planetaria igual que la población mundial se considera ya de

manera global” (p.21). Aquí nace una pregunta tangible, si la ciencia y la tecnología

están al alcance de todos para su desarrollo, entonces ¿Por qué hay países más

avanzados a nivel cultural, investigativo e industrial? Este factor decisivo y común

denominador para crear una desigualdad global o por lo menos en algunas regiones

llamadas subdesarrolladas en cuanto al factor cultura, ciencia y tecnología no es más

que “Educación”. Barloewen (1995) manifiesta: “Es evidente que una idea

incompatible con las normas y valores tradicionales de un estado no será aceptado con

la misma rapidez que una idea compatible” (p.22). De esta manera la cultura aprendida

por el hombre a través del tiempo, bien sea por aceptación o sometimiento repercutirán

en el desarrollo de determinado grupo para su desarrollo científico/tecnológico, es

evidente a menor culturización de un pueblo, menos será su desarrollo. Habermas

(1984) afirma: “ciencia y técnica no son ya solamente instrumentos al servicio de la

sociedad, que los utiliza para resolver problemas específicos relacionados con su
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supervivencia, si no que se han convertido en un sistema de pensamiento autónomo, que

posee las mismas intenciones de dominio y sometimiento que aquellos sistemas

anteriores, las “ideologías”. Joyanes (1997) proclama: “La revolución informática, no

solo ha comenzado sino que ha comenzado a aplastarnos, a inundarnos” (p.3). Así en

el párrafo anterior se muestra, como al final se puede terminar usando la cultura, la

ciencia y la tecnología como un elemento más de sometimiento del pueblo, sin

desconocer que paralelamente estas tres, son un motor indispensable y necesario para la

emancipación del ser humano.

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