hacia la izquierda es el lóbulo frontal derecho del ejecutante quien los comanda.

El
movimiento de lectura de las notas colocadas en el pentagrama en posición de
acorde vertical los realiza con estructuras neuronales de ambos lóbulos frontales.
Los impulsos auditivos son proyectados desde el cuerpo geniculado medial a
las áreas correspondientes vía la radiación auditiva que pasa por una zona céntrica
del cerebro llamada cápsula interna. Existe una rica relación anatomo-funcional
entre las áreas auditivas primarias y secundarias, que a su vez se interconectan con
la corteza frontal y occipital funcionando con sistemas de auto y retroalimentación.
En otras palabras, el lóbulo temporal que incluye las áreas de la música y la
memoria musical, que está en relación con la habilidad práxica del ejecutante
implica una interrelación con casi todo el encéfalo. Es por eso tal vez que los griegos
elevaron a la música a la dignidad de "arte libre" dándole un lugar destacado en la
educación del espíritu.
Recordamos que una neurona cerebral puede estar en contacto con 3.000 0
4.000 células nerviosas diferentes. Este hecho permite explicar que el ejecutar un
quintillo de 2 tiempos pueda ser filtrado y analizado en la red neuronal para
establecerse una secuencia de dos quintillos de un tiempo, pudiéndose
correlacionar a su vez un quintillo de 3 tiempos con 3 quintillos de semicorcheas.
El análisis se hace por aprendizaje existiendo necesariamente conexiones entre las
neuronas que han "memorizado" y fijado el ritmo fundamental. Por otra parte, el
ejecutante oye el ritmo que genera y es capaz por retroalimentación auditiva
(similar al retorno de los altoparlantes) corregir y ajustar debidamente su emisión
modulando los ritmos. La internalización (insight) de los esquemas musicales y de
los "engramas" para su ejecución, es decir, una correcta praxia dependen
fundamentalmente de la práctica iterativa y de la técnica que el músico va
adquiriendo progresivamente. Con técnica adecuada, evitando con cuidado la
generación de errores, logra fijar en el sistema de "computadora cerebral-
neuronal" un programa limpio obteniendo, así, una expresión como ejecutante
adecuada.
El componente emocional y afectivo lo da el ejecutante si es capaz de sentir
e interpretar la música, interviniendo aquí el cerebro interno, que en el encéfalo
humano se ubica en la línea media en las zonas inter hemisféricas en la que incluye
la gran circunvolución límbica de PAPEZ. Las asociaciones entre el cerebro interno,
el mundo de las emociones y los engramas motores y el sentido de la música
concederán al ejecutante el grado de excelencia buscado.