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VooEs O£ LAEDUCACION @ LAS CERTEZAS PERDIDAS Padres y maestros ante los desafios del presente Juan Vasen PAIDOS panaser EL tiempo, traténdose de nuestros hijs o alumnos. es un lujo que deberiamos poder darnos.Y darles. Porque claro: no podemos desertar Se trata de una “batalla” que se libra en el territoro de nuestras laque2as, inseguridades y limites. ¥'on ta que nadie puede reemplazernos. Lo que no ‘quiere decir que nadie pueda ayudarnos. En este sentido, contestulizar nuestro presente en tanto padres y maestros de nifos dstntes de los de ayer puede ser ‘uno de los camines posibies. 2. SUBJETIVIDADES DE AYER Y DE HOY He aca en cra cud ue tin ‘se lamab Bono es ve Lr ones a dsanc mye one bs pues rel tengo. ‘Temesee Wut Lec crete Llamamos subjetiidad 2 lo que ereemos, 2 lo que nos arece que somes y alo que hacemos con eso, Es un territo- Tio complejo y contradictorio que muchas veces unficamos ‘tusoriamente bajo la frase “uno mismo". ¥ muchas veces también creemos que siempre hemos side at, que la gente @ lo largo de la historia eo ze ha masiticade més que como efecto del escenario geografice que habit. Hollywood nos ha hecho creer cue entre Cleopatra y una bella © intigante mujer actual no aba mis diferencias que las dela cosmé- tice de sus os, Pero no os as. Tampoco la crianzey la edu ‘acién han sido parecidas en todas las épacas. “Los estlos ‘on que [as personas don sentido a su existencia,vven r2- bisjan y aman han variado de modo notable alo largo de le Pistoria" Moler, 20071. Los conflictos, las angusias y los modos de resolvertes tienen una fuerte raigambre on ls ‘poca, Lo que resulta especialmente impagtant, y algo de ‘sestructurante en la nuestra, es que el “humus” donde esas , © wre0ce sewn act © tor raices podrian nutrirse, el pico de la prdcticas que fundan 05a subjetivdad, se mueve bajo nuestros pies SER NINO ANTES, En épacae tan lejanas como el Palootca, cuando el hom- bre primitvo slo cazaba yrecolactaba frutos, la cria era ape- fas algo més que un cachorro humano. El nacimiento, la materidad y la paternidad no eran mucho més que actos ‘necesarios para una supervivenca siempre amonazada, En las hordas primitvas do cazadores y reclectores que habitaron a fines de ese periodo, grandes y pequefos toma ‘ban parte colectvamente de tareasyrtvales en tanto "bios" de ters pratectores. No obstante, 9 partir dela fabrcacisn de las primeras toscas herramintas se abre una brecha. En Adelante, l bagaje de experiencia sociocultural acumulads, ‘estructura un camps que comienza a iferenciar alos adultos 4e Sus crlas por algo mas que el tara: los grandes "sabi ‘an’ mis que los chicos. Los homo, ahora llamados sapiens. ‘comenzaren entonces a ensefarles LLuego de la llamada “revolucién neottica, con el surg miento de le agricultura, fa ganaderiay la cerdmica, los homo sapiens emiezan a tomar parte del destino en sus manos. Poce a poco lo que era sélo ura cri, ese cachorrito hhumano, comenzé 8 tener estatuto de hjo en la medida en que se iba configurando una dimensién adulta cada ver menos accesible para ellos ELpasaje de una forma de vids basada en la depredaciin a tuna economia batada on a produccién de os propios limen. tos, los ubica como productores no sélo de medios de vida ‘ino dela vida misma. Entonces, ya como padres, pudieron dar 1 sus crias esa condicin universal de Ais Vasen, 2000) A transmitiries sus habiidades y conocimientos comenzaron a trascender através de ellos, Pues toner era as un acto iol ‘ico pero constituirse como padres yconsttuirlos come hijos 8 un trabajo elaborativo que, si bien parte de esa base, la supera y le otorga los sentides que cada paca, familia y padres en particular proponen. El desarrollo del lenguaje, que parece haberse iniciado con las primeras narraciones grupales sobre los avatares de la caza, fue ls materia de un puente que abrié. nuevas posibilidades de enriquecer ls lazos entre adultos y peque- fos. Pues, poco a poco, los aprendizajes iban acquiriendo luna creciente compleidad para una vide ahora agricola, ganadera y cada vez mis sedentaria. A medida que era necesario aprender mas cosas para vivir en sociedad, los Crcuitosinsintvos dejaron de basta: Porque la rigidee de las pautas biolégicamente fiadas debia dar cabide 2 una vanabiidad de experiencia y respuestas para las que loz soportes genéticos eran insulicientes, La cultura pasé a ser el recurso material de esa transmisi. Ye no alcanzaba con los reflecs condicionados. Pera esta “desprogramacién’ de los instintos para dar lugar alos aprendizaes evs a que el petioda de indefensién do la cra se extendieray prtunciza- ra, Algo que se aprecia en el contraste entre las aptitudes de una cria animal recién nacida. que répidamente se apoya y equilbra sobre sus patitas,y el largo periodo de cuicadas {que require Is humana para aleanzar un minime de auto Paulainamente, la crecentes posibidades de garantizar ‘4 subsistencia hicieron de los nics objtos més consisten- {es del amor: Las comunidades comenzaron a considerar 3 30 escendencia de otro modo. Pedemos inerir este cambio 2 artic del surgimiento de rita funerarios que dan cuenta de que cada ho empieza ainiualzase y dja de ser tatado ‘como una cria mis de una horde, Los pequefos pasaron a ser receptores de una inersién aducativa, material, cimbslica y 3 3 8 é H : — —e @ wo también libidinal, cada vez mayor. Por es0 decimos que la infanciaes hij contradicora de ese recign nacido narcisismo parental, que derrama amor sobre ot nifo: un amor por la potibidad de prolengarse en él En este punt, as comunidedes capacitaban @ integra ban precozmente a sus descendientes a las tareas comu- nes, V ese aprendizaje fue mediado por rtuales, drarmatiza ciones y, més adelante, juegos, en los que los nis, lanza fen mano, se entrenaban enfrentando feras imaginaris, mientras las nifas recogian frutos, cuidaban el fuogo ‘comenzaban 2 transitar el camino que terminaria natural zando sus funciones maternas. La cara para unos, la casa para las otras. IMés adelante, en la antigua Grecia por ejemplo, ser un sujoto no tenia que ver con posbiidades de autodetermina- iin sin con la posibildad de ser tendo en cuenta en os pla- ‘es de los dioses del limpo. Los romans instauraron una ‘utoridad paterna que Hizo escuela, el ater fomiliss consa- {grado por el Derecho Romano. Pero, en conunto, as socieda- es esclavists os imperos dea Antiguedad depareron una dura suerte los nifios, por lo menos tal como entendemos a infancia actualmente Ecrisianismo implicé el desplazaminto de los universos palitestas, en los que ls rifos no tenfan lugar ni encantraban Fepresentacibn, Pese a tratarse de una “religén del hile’ recién en el ao 374 A.C. se considera que elinfantcdio merece la pena capital y, si bien esto no mejoré en lo inmediato la situacién dela infancia, al menos desde ese siglo Los nos catmenzaron a “tener” alma yet Estado a ocuparse de ellos Ls Edad Media poblé la vida catidiana de brujas y demo- Pos, En esa época se tema que los nies puderan convertrse len seres absolutamente malades. Por es0, se acostumbraba 2 atarlos © fajarles, bien apretados, durante largo tiempo. La 6 RRR RR aan 9 reforma protestantelegaria suprimiefermalmente el exor Clemo, pero fue préctics habitual hasta entances, tal come se lee en un texto del afo 1230, "por su blandura, as piernas del niflo pueden fictmente arquearse, cunarsey tomar diversas formas. ello se debe que se las suete con venda y otras trabas adecvades@ fn de que no se tuerzan ni se deformen” [De Mause, 1978) Obviamente los nits deformes.o retrasades mentales no eran llevades @ ninguna consulta psiquistrica sino que se los consideraba sustitutes sebrenaturales del hijo “de ver- dad". Un ejemplo del pensamiento de esa época es la cre- fenciacrstiana en la ncién de engendro: pequero demenio djado por el diablo en sustitucién del bebé humane que habia robado. EL tratamiento en estos casos no consisia ni ‘en psicoterapia ni en psicofirmacos, sino en précticas que intentaban revertr el cambio ~a veces brutalmente, desde {a perspective actual-o, diractamante, en el abandanoy la consecuante muerte del nfo considerade anormal ‘Tal come veremes a (c Largo de este Libro, at ejemplo lista de ser exclusivo del pasado. Muchos hijos son vividos hhoy como “cuerpos extratos” por madres y padres que no los esperaban o cuyas probleméticas, generalmente seve as, los llevan a depositar en ellos no sélo el amor sine también, borgeanamente, el espanto. Es asi quo junto 2 aquellas dimensiones narcisisticas implicadas en el amor paterne-filialy la trascendencia que hemos resaltado, los hijos han estado, a lo largo de la historia, pero tembién ahora, en el limite de una alterdad radical. Fueron, son y Ssaguiran siondo estructuralmente portagores de faniasma- ori de diversa indole propias de cada época. En ells las eneraciones precedentes depositamos, quis por dema Siado humano, lo que cada época sionteo imagina come no humane, Estas fantaslas pueden alimentdr la sensaciin de tener hijs insaciables cual vampiros incontrolables como ° a -monstruito, fonémenos do ls naturalezs como terremetos, testers Es natural pensar que siempre hubo nites, No obstante, {esos nies no necesariamente eran considerades en su part cularidad, El ejemplo do ta ropresentacién de ta figura’ de esis es elocuonte. Recién a partir del siglo mel arte medic val pudo representar un nfo que no fuera un hombre en menor escala. ¥ fue Alberto Durero quien realit6el primer ‘estudio de las proporciones corporales del nif, Tamgoco las palabras lo representaban do mode discriminado. Sle 9 par- tir del Renacimiento se vuelve posile pasar del estatuto de hij el de rio Uariés, 1998), y se entiende por no a quien partiendo de su condicion de hijo, comionza, 2 través det juego, 2 transiormar tas sujeciones filles y a quien se le raconocen derechos y espacice para elo, En al siglo x europeo se desarcolla por primera vez una “esfere" infant Amedida que el trabajo ya vvienda $e sepa- ‘an [a infarcia empieza a tener un espacio propio, Surgen los cuattos de los nifos las plazas de juegos, asi como ropa que Aierencia mas nftdamente as edades y los exes. Los jugue: tes se hacen més accesitles y se deserrlle una iteratura especticamente infant. De ta gran casa feudal, donde trabsjo rural y vvianda ce mezclaban. legames a este hagar-nido, un remanso de paz pero también de intrusién. La presin de la socialiaacién ‘comienza a caer “educativamente” sobre todas las expresio- nes vitals del no, determinande las raglas morales y de ddecencia que convianen y, al misrn tirnpo le frontaras del juego. Hay cosas con las que no se juega: en primer lugar ‘el cubrpo. El combate contra la masturbacin es paradig ‘mitico por los niveles de erueldad que aleanz6. Su meta: |e liminacién de la actitud “indeseable” que entrafa la auto Sulleienciay el placer det juego con el propio cuerpo. Une costumbre que debia ser rechazada por impraductiva, La fenirega al distrute del momento entraba en contradiccién ‘com ta actitud de ascatismo y prevsionsistomdtica, a largo azo, con que la burguesia en ascenso queria derrotaro la ecadente moral de laarstocracia, Pero una vez consolidada como clase, en el apogeo de la ‘madernidad, el objetivo predominante de la educacién pasé a ser la esimulaién oe ia industriasidad”. Es decir que, més que coartado, el juego debia ser instrumentade. El jugar para “pasarla bien”, por mero dstrte, ol jugar impreductwo dejs progresivamente su lugar a un jugar que debia "servir para ‘algo’, que pocia “aprovecharse” para aprender. Entonces, a través do una pedagogia de la simulacibn de determinadas ‘operaciones sociles, so desarrola ol “como si". Més que ascélicos, ls pequeRos debian sor héble, optimists, comu: ricatios y conocedores de las cosas pricicas; mederados, flexibles, adaptables y dest en el trato social lEisembiich 1988) A las rifas se las entrenaba pera el rol de recaladas lesposasy Tuturas madres, ‘in embargo, esto no era para todos: los hijo e hie de trabsiadores y campesinos encontratian fuertesimpedimentos pera jugar debido @ una educacién -si os que la recibian- ‘orientada a incorporertos répidamente a trabajos poco calif ‘cados, 0 formar parte del ejéreito de reserva de desacupades, ( del ejército, a sacas. Lo exaltado era aqui la cbediencia, (a fidetidady et respete As entra en accibn la escuela, camo “atetacto de tos Estados modernos", asumiendo la responsabilidad de trans- rite matrices de modes de eer La farmiaera y ls e2cuela educa para lo que “hay que sar” e ‘SER NINO HOY 0s on suas Noss Tepper amc Coa Oars te seria puta con ry lela y alm bce Habitualmente, el ciudadano medio siente la “cosa pabli- ca" como coto cerrado de politicos, tecndcratas diversos y economistas. ¥no le faltan razones. Una joven cuestionaba el tener que sacar une vse para ingresar aun pats europec. ‘Su madre le seialaba que era un pals exanjeroy controla- ba sus tronteras. La hija, con legitima rebela, se fastidia- ba, Pero detrés dela discusin subyacen dos lsgicas, la de los Estados-naciony la de bre circulacién de bienes y per- sonas, Ella argumentaba tener el dinero y los mecios para viaje, es decir, todo lo que nacesitaba, ;No le habia ense- Fado La publicidad de la tarjeta de crédito Visa que esa “isa” era lo dico que habia que llevar? ‘La familia costenida en sus funciones por el Derecho com- parti, en Occidente y durante silos, sus préctcas formats con la Iglesia. Dias, Patra y Hogar se inscribfan como ios ide- ales. A estudiar, rezar y trabajar, entonces. Acluslmente, et ‘escenario familiar ocupa un lugar decreciente en relacién con ‘tres émbitos de socilizacién formales {escuela einforma- les (medios masives de comunicacinl “La familia pierde progresivamente las funciones que haci- an de ella una microsociedad, La socialzacié de los nipos na ‘abandonado totalmente la eslera doméstica. La familia deja ues de ser una institucién para converte en simple lugar de encuentro de vidas privadas”[Ouby, 1980. La fantasia del hogar-nido se ha resquebrajado. Los medios invaden la cot- hanoidad y ponen en evidencia las miliples fuentes © ‘nftuencias que gravtan en la crianza yla edueacién, cosa que a veces resulta ebrumadora, Familia y escuela, como insttuciones, creian ser “funda doras" de difrontes marcas que generan distintos tpos de lazos sociales. Yno era silo una ilusén, pro est funciin no dejaba apreciar que, a su vez, familia y escuela estén deter- minadas per el contexto cultural y de Epoca en el que se ins- riven. o que a cambiado en el pasaje de la modernidad 2 la que solomos lamar posmodernidad 0, dicho de mado mds ilustratve, el pasaje de una modarnidad ssida 2 una maderidad liquide (Bauman, 2008)- es la relacién entre los Estados nacionales y el mercado internacional Al globaliza- Se y acelerarse elincesante movimiento de capitales de un Circuito financiero que mueve cifras muy superiores 2 la ‘escala econémice de la mayaria de les paises, las naciones ven limitadas su autonomia y su capacidad de decisién como tales y no sélo paises come la Argentina son afecta- dos por las “olas ascendentes © descendentes que llegan desde afuera y ls suben 0 los hunden como céscarae de fnuez” (Tenembaur, 2008]. El rellejo de esta stuacién se aprecia on la pertada de nuestros documentos de idetidad, donde formar parte del Mercosur como consumidaresté por tencima de ser civdadano argentino (Corea y Lewkowicr, 19991. Cludadanos, o que secice ciudadancs, son los suecos, Parece. Nosotres cedimos la representacin argentina @ une marca de ropa sin que se escuche ninguna protecta por ecto ‘atropllo simbstico. Este contrapunta chudadana-coneumidor, on el creciente predominio del azo que el consumo insite ‘marca aquol pacajo porque produce dos formas subjetvas Gistintas: la instituida por el Estado y la instituida por los ‘eds yel consume. Al punto de que se va popularizando la- ‘mar esta coniguracién actual deinteresescealesy emaciones Subjetinded inormacionat 9 mediatica para wilerenciarla de ina subjetviad antercrpredominantementeestatal. Abas rnambree y apelios; también ha sido colonizada por as mar- cas NVasen, 2000). Horadada la roca moderna del hoga-nid, rues intimidad se ha tornado cada ver més exlimided (Lacan, 19601. {Esta determinacin que podrieconsiderarse “exterior” ya ia produce efectos trascendantes tanto en la escuela cama en la erianza, James MeNeal (1988), describe, en su iro de ma sing para nies, el proceso de socializacion en ta sociedad de ‘consume de un modo contundente: "Cuando llega el momento fen que ol nfo puede estar sentado derecho se lo instalaen su ‘puesto de obsenacién culturalmerta defnido: a changuto dl ‘supermercade". Luego, die, camioaré a un castado. Clare que criaren el consumo noes facil Ira “siper™ hoy, para muchos, tampoco. Sino resist a misria, se ressten los padres. Paciente, McNeal elecions: “A menudo sucede que los padres na hogan cago rechacon ls demanda de sus hijos. Los nifios pueden tener problemas con esas reacciones, Puede haber enfrentamignto,discusiones, palizas yabietas, todo lo cual puede resulta fastdioso para ambas partes. Hay ‘maneres de preven esos resultados y maneras de maneja los, en particular si los padres confian en la ayuda do los comerciantes interesados” [MeNeat, 1998) Sien la moderniad los padres eran los agentes de socia- Lzacién primaria de los nis ahora, en cambio, la publicidad ‘sume la taree de “educartos’ a ambos ubicando on forma ‘imérica a padres ehijos para que hagan carrera como con~ ‘sumidores. Casi un posgrado. Una magsira me comentaba hace poco: “Los medias son otro maestro en el aula’ "Hace ocos meses un directvo da la TF, la principal cadena fran- ‘eta, proves un inesparado escéndalo al declarar que ta funcin de ta telvsién 2 vender tiempo del cerebro hurmano 1 los anunciantes” (Miguez, 20051 El que no compra, no tiene. to que no tiene es pertenen- cia, El sjemplo extreme de esta pertenencia y del terror ala cexcllsién en una sociedad que, eultvando lo exlusivo, se ve ‘orande cade vez més excluyente es el de las barras bravas el foot. “EL fotbol es generoso, da identicad cin pedir car: ret (.] pertenecer @ un club es ser parte de ese terntoro™ (Alabarces, 20971, Uno es alguien en ese territaria. Los que no son nadie son ls que no tienen terrterio ni pueden acceder a Productos que los fjen a un teritorio no sdlogeogréfco sino | __Simbétco. Los pobros son tos némmadas, cazadores y recolec- tores (les cartonros, por ejempol. Los emigrant, expusa "dos por un horizonte que os aptasta, también, aunque Savstar (2007 os signifi recordando queen os orgenes dela his- ; tora emigrar ve un rasge de humana CARAS ¥ CARETAS, Desde esa desruder en que lasinstiticiones han dejado alos adultos y sin muchas dela caelas que os educadores -padree \yaestres~acostumbrébamos a ponernos y que parecen haber perio eficacia, qué hacer? 0 tat ve, qué no hacer? Haber perdido pe ova 8 una nostalgia de le que ne fue, a buscar un ‘ustentergido que emparche las investiduras cates o desga rraas,y, sabre todo, a autondad devaluada, Deal a impotencia ya depresin -o ls estalides de cdlera- cuando no es posible Marcar la subjetvad de hijs y alums de acuerdo con valo- es y modos de relacién que Son vvidos por sus raceptores mo obsoletos. Se trata de comenzar a construir algo més | firme, ne mis duro, La dureza es un relugo defensio que Intenta disimular algo aparatosamente, un “no saber” qué hacer La frmeza es ura condcién mas plastica y Reible que ‘alirma sabiondo de sus limites. Por eso, lo dureza no dsloga ‘mientras quel trmezas puede hacerlo sin per eso perder con ‘Sistencia. La dureza es un rcs; a frmeza, dra toma de pos ifn. La dureza esté en es gestos, la frmeza en la mada, Se trala entonces de partir de la confanza, en’ camino hocia la reconstruccién de una autoridad con autora y no ‘camo mimica via, come mero discurso de orden. Los soportes institucionales que datan lugar a padres, ‘madres y nifios hasta no hace mucho tienden a ir desapare- ciendo de la escena. Pero hay interrogantes, procesos y dimensiones de la subjetiidad que pueden mantenerse a cierto resguardo de (a intrusion descamada del presente. En la produceién de esa clase de riqueza no wrtual que somos los setes humanos, no hay manera de emanciparse totalmente de las viejas conexiones de la ternura yla palabra, Se segui- rin creendo nuevos puestos para el trabajo de la crianza mas alld de las probotas- que estard on manos de padres, ineusttuibles agentes de una doble funcién: de ineerpcién ferigenay simbélica, por un ado, pues son ellos quienes mar- can con aquellos “erorroes y mimos”, pero también transmi- ten en tanto sujetados al inconsciente sin saberlo sin que rarto- lo que los excede 0 lo que los hace padecer: Vala ve, son quienes coadyivan 2 metabolizary metaforizaro inecrip- {0 por ellos mismos o através de ess. incluso a pesar de ellos o sin ells, porque ia sociedad, a cultura y la 6poca ins criben marcas y valores que a veces chocan con tos de los padres en la medida en quo cu stuacion como transmisores festd en desventaj frente a otras fuantes de inecripcién, como hemes sefalado antes. Sea cual fuere su fuente lls padres o et entorno lo ins npto roquioro sor ligado libidinalmente =cosa que no siem- pre se logra-y ocurre, por ajempa, cuando una madre ama. ‘manta y acompafta ese estimulo placentero con el sostén, el arrlle, la mirada, a earicia. 0 cuando un relo paterno es ‘zcompatiado por una explicaciin acorde, © cuando se com- parte una pliula ayudando a nie a entender incorparar lo ‘que de otro modo lo desbordaria.o seria vivde como un cuer~ po extrafio, De las condiciones de inscripcién y de las vias abiertas para su elaboracisn surgi, en el mejor de los casos, lun serque puede jugar ypodréjugarse. Yunque no podamos “ponetrar los esquemas diinos del universe", tal como Borges sugiere, nadie deberia disuadirnos de crear "esque. ‘as huranos, aunque nos canste que éstos son provisarios™ (Borges, 19921,

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