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grupo contaba con cuatro Blas que de signos de interogacién. Ottr sc. conjunto de signos de exciam cién, mas que exclamar: Qué JON! jQUE horror! ;Cayd ia t9chel iu por! 3, enlas tres ditimas no podian cleci: nada sn agregar ‘Quizés... nmmenmmm, Debido a estas diferencias as iskas Interrogat va no podian ponerse de acusido con QUIR DE 6 4, ee NIVEL Vos Ch863- BALa-c6 Winn 007058C 1789561 "314/26" BBEN956-18-1472% Jacqueline Balcells . ARCHIPIELAGO Capitulo | Hace mucho tiempo, en medio del Océano Pacifico, habia once islas muy especiales. Miradas a vuelo de sao, cuatro de ellas gxclamativos. Otras cuatro eran unos perfectos signos interrogativos. Y las Ultimas tres, puestas una al lado de la otra, équién no las hubiera encontrado iguales a unos puntos suspensivos? Asi, las primeras se llamaban las islas las segundas, las Interrogativas, imas tres, las islas Suspensivas.¢ s El conjunto de todas Archipiélago de las Puntuadas, ( Los habitantes de este archipiélago \ eran tan distintos unos de otros como lo eran las islas‘entre si, pues sus maneras de las si ser correspondian exactamente a las formas de esas tierras en que habitaban. } | Los que vivian en las Exclamativas —Mnmmmmmmmm.., —era el r pasaban el dia entero exclamando joh! y murmullo permanente que se ofa entre jah! y jcaramba! as!, y asombrandose ellos, ante cualquier cosa: En este archipiélago cada grupo de —jOh! {Qué maravilla! {Hoy salié el sol! islas tenfa su propia familia real. iViva! Los exclamativos te: —jAh! |Qué horror! jCay6 la noche! que se Ilamaba jMuera! Para los que vivian en las islas Interrogativas, en cambio, los sucesos mas« simples y claros eran objeto de infinita curiosidad. —~Como amaneci6 hoy dia? zY el sol? Sera el mismo de ayer? —zAnochece? ;Por qué se acaba el dia? | Qué quiere decir que se acabe? sHas visto? } iz TY Tos habitantes de Tas islas | {| _Suspensivas eran‘tan indecisos jy vivian tan \ I | | llenos de dudas que nadie sabia como llegaban siquiera a elegir la comida con que se alimentaban cada dia. i 8 Recércholis y una reina de nombre _BarahGnda, El rey y la reina de los interrogativos se llamaban Rompecabe: él, y ella, Quisicosa. Exclamativas e Interrogativas siempre estaban en guerra, mientras los reyes de las islas Suspensivas trataban a su manera de hacer de mediadores entre estos dos belicosos vecinos. Asi, el rey, que se llamaba Titubeo, y la reina, que se llamaba 10 Perpleja, no descansaban: iban y venian en sus barcos, de las Exclamativas a las Interrogativas y viceversa tratando de avenir a sus vecinos para que la paz volviera al archipiélago. Pero los dos eran tan indecisos que nunca sabian a quién darle la razon y a quién pedirle que se disculpara, —Rey Recércholis: quiza seria bueno que no exclamarais mas en un tono tan alto ante el rey Rompecabezas... jmmmmmmm? —jJamas! jJamas! —tronaba el rey de las Exclamativas. —Rey Rompecabezas: podria ser que la paz fuese definitiva si dejarais de hacer preguntas oscuras al rey Recércholis.. gmmmmmmm? —Qué es la paz, en realidad? ;Qué son preguntas oscuras? —inquiria entonces el rey de las Interrogativas. u Y asi, los reyes Titubeo y Perpleja volvian llenos de dudas a sus tres islit donde eran recibidos por sus stibditos, sin exclamaciones ni preguntas, sino con ese eterno mmmmmmmm... que los caracterizaba. Un dia el rey Titubeo, después de mucho dar vueltas al asunto, le dijo a su esposa: —Perpleja..., mmmmmm... Tal vez si invitaramos a todos los habitantes del archipiélago a.., a una fiesta en nuestras islas... seria... mmmmm... una idea.. —Mnmmmmmmm.., Mmammmmmm —murmur6 Perpleja. —Quiz4s, quizas... seria bueno reunirlos —continu6é Titubeo— para vivir... mmMmMmm... en paz por un tiempo... —Mmmmmmmmm... podria ser. podi —dijo la reina—. Pero... tendria que s tendria que ser... un carnayal, creo... Un carnaval y no una fiesta, me parece. —Carnaval, carnaval, mmmmm. carnaval... —le contest6 el rey, extrafiado. ser, —Si, mmmmm... si, creo... creo que tendria que ser un carnaval, mmmmm... al que todos asistieran disfrazados —respondi6 Perpleja. 2B —Ah..., ah... me parece que te entiendo... Asi, disfrazados... nadie podra saber a qué islas pertenece el otro... Se haran amigos... Si... Quizs... —dijo ‘Titubeo vacilante, pero tentado por la idea. 14 Capitulo IT Un mes estuvieron el rey y la reina de las Suspensivas rumiando lo que se les habia ocurrido, sin animarse a hacerlo. Pero estaban tan desesperados con las guerras de sus vecinos que al fin, con un terrible esfuerzo de voluntad, se decidieron y enviaron las invitaciones: “Invitariamos a usted a un carnaval en nuestras islas durante el cual quedarian suspendidas guerras y enemistades. Tendrian que venir disfrazados”. Los exclamativos, al recibirlas, reaccionaron como de costumbre: 18 — (Bravo! jHorrible! jEstupend iPésimo! jHorror! Fantastico! jJamas! jColosal! Y los interrogativos se preguntaron: —iUn carnaval? ;Qué es un carnaval? éPor qué un carnaval y no un baile? éDisfraces? ¢Cudndo un vestido es disftaz? Pero como ambos pueblos estaban secretamente aburridos de tanto guerrear, aceptaron finalmente esta breve tregua que los suspensivos les ofrecian. Y asi fue como una buena mafiana, desde las islas en forma de signos de interrogaci6n y desde las islas semejantes a signos de exclamaci6n, cientos de canoas, botes, catamaranes y barcos cargados de hombres, mujeres y nifios disfrazados de mil colores partieron navegando hacia las islas Suspensivas donde sus habitantes los esperaban en puertos y playas disfrazados de verde, rr azul, amarillo, ocre. naranja. En el gran barco real de las islas , xclamativas, bajo las velas hinchadas, & iban el rey Rec6rcholis —disfrazado de 8 papagayo—, la reina Barahtinda —vestida & , dorado, negro y de ave del paraiso—, y su tinica y muy bella hija Zambomba, disfrazada con los colores | colibri. Por el otro lado del mar, en el puente del gran catamaran real de las Islas nterrogativas y entre cientos de remeros vestidos de negro, iban el rey Rompecabezas —disfrazado de tiburén—, ‘la reina Quisicosa —que parecia una medusa con su taje violeta— y su tinico y muy apuesto hijo, el principe Jeroglifico, isfrazado de pez volador azul. En cuanto a Titubeo y Perpleja, los reyes de los suspensivos, estaban esperando a sus invitados en el muelle | { ‘ 5 aspectivas cias. (Oué real bajo un enorme palio, rodeados de traje— sus respectivas procedencias. ;Q) mil sibditos y disfrazados el uno de... no ganas tenia la princesa de gritar su se sabia de qué, y la otra de... de... admiraciOn ante tanta maravilla y tantos tampoco se sabia de qué. Estos reyes no colores! tenian hijos, lo que no sorprendia a nadie, El principe Jeroglifico, por su parte, pues atin estaban todos tratando de también iba y venia sin atreverse a hacer explicatse cémo un dia habian decidido | ninguna de las mil preguntas que le casarse. Asi es que alli estaban los dos escocian la lengua. Pero de pronto se solos, con el cefio fruncido y frotandose encontr6 con una joven muy bella, vestida las manos, mirando preocupados hacia el con un disfraz tan magnifico y a la vez tan sur y el norte por donde veian ya venir las extrafio, que no pudo contenerse y le flotas de sus terribles y belicosos vecinos. pregunté: En el gigantesco palacio de los reyes | de las islas Suspensivas los pasillos no llevaban a ninguna parte, las escaleras se interrumpian a media altura y los salones eran mitad terrazas y mitad subterraneos. 1a princesa Zambomba se paseaba entre la muchedumbre de nobles de todas las islas tratando de averiguar por el modo de hablar —ya que no podia hacerlo por el —iDe qué estas disfrazada? Y Zambomba, que no era otra Ia joven, al ver el bello principe vestido de pez volador azul, exclamé: —iApuesto a que ti eres de las Interrogativas! —iCémo lo sabes? — Por tus preguntas! —iY tt... no eres acaso de las Exclamativas? le pregunt6 Jeroglifico, un poco picado. maravilloso! |Maravilloso! —iMaravilloso? ;Qué tiene de maravilloso? ¢Por qué tan maravilloso? —iVieras c6mo vuela! jVieras los colores de sus alas sus alas y por sus colores,.o en otro sentido...? —jNo! jNo! jLo encuentro maravilloso porque si! —exclamé ella, un tanto molesta. —Porque si? —le pregunto todavia Jeroglifico. ¥ la princesa, ya harta, exploto: preguntas tontas! —Preguntas tontas? ¢Y por qué ta no haces otra cosa que exclamar y exclamar? éNo puedes conversar de otra forma? —Ppregunt6 él, francamente indignado. Al ofr esto Zambomba, que era de un caracter mil veces mas vivo, dio media vuelta y se alejé del principe gritando: —iNo aguanto mas jPreguntas y t preguntas! jEres imposible! jHasta nunca! Capitulo TIT Jeroglifico se qued6 boquiabierto en medio del salon, preguntandose: | A la manana siguiente, cuando regresaban —Por qué se habra enojado tanto? ! en el gran velero hacia sus islas, las reina Por qué sera tan irracional? Barahinda, que noto a su hija mas Y en las veinticuatro horas que duré el pensativa que de costumbre, le dijo: carnaval, Zambomba y Jeroglifico no —jZambomba! jTe vi conversando con volvieron a cruzar palabra, ni mirada. Jeroglifico, el hijo de la reina Quisicosa! | — Bah! jEs un estipido! jNo hace mas _ que preguntar! —jQué otra cosa quieres, hi nuestros enemigos! —jMama no me hables mas! —Y Zambomba se alej6 con el cefo fruncido. Mientras tanto en el gran catamaran de 24 ' 25 una | los reyes interrogativos se produ conversaci6n parecida: —éHijo, no era la hija de Rec6rcholis y Baraltinda aquella con quien hablabas recién comenzado el carnaval? —interrogé | la reina Quisicosa, —iAh? SS Y al oir estas preguntas, Jeroglifico —dque no era otro el que remaba asi en la niebla, camino a la isla de su amada— reconoci6 instantineamente la voz de Zambomba y, maravillado, exclam6 a todo _ — Sil jSoy yo! ;Amada mia, soy yo! —tespondié el principe, acercando su canoa. — También tG ibas a buscarme? —pregunto la joven, extasiada, iA buscarte! jPara no dejarte nunca mas! —exclamé Jeroglifico, en el -colmo de la dicha. —iZambomba! iZambombat —iJeroglifico? 2Eres tii, Jeroglifico? Asi fue el encuentro increible de estos dos enemigos enamorados, Y mucho rato pas6 todavia antes de que ellos mismos se dieran cuenta de que la princesa 60 exclamativa no hacia ahora mas que preguntas, y de que el principe interrogativo no dejaba de exclamar y exclamar, Gracias a Zambomba y Jeroglifico los pueblos enemigos firmaron la paz, mil otros matrimonios se celebraron entre ellos (pues los preguntones confesaron que en el fondo siempre les habian gustado las alborotadas, y a su vez los exaltados confesaron que los seducian las preguntas de las curiosas) y los suspensivos, por su parte, pudieron al fin dedicarse tranquilos a sus vacilaciones. Desde entonces y por muchisimos afios, en el Archipiélago de las Puntuadas rein6 la paz. 6 LA AUTORA Cuando Jacqueline Balcells publico Bl nifto que se fue en un drbol an volumen que retine varios cuentos~, el critico Ignacio Valente escribid: “Entre los muchos autores —y, sobre todo, autoras- que intentan en Chi- le el género (el cuento infantil), hace bastante tiempo que no lefa a alguien tan certero y original como Jac- queline Balcells”. Luego catalogaba la obra como “un libro sorprendente”, que consagra a su autora “en la primera fila de los cultores nacionales del género ma- ravilloso”. Tres afios después, Valente volvié a referirse a Jacqueline Balcells para clasificarla entre las mejores cuentistas de 1989. Decia textualmente: *...en La hacedora de claros y en El polizon de la Santa Maria se muestra como una excelente cultora del género maravilloso, capaz de inventar nuevos dones magicos que parectan casi imposibles y capaz, sobre todo, de reinventar el descubrimiento de América desde la perspectiva de un niftlo que alcanza dimensiones entre 6 biblicas y cosmogénicas, dando el auténtico sentido de la grandeza’ Sobre esta tiltima obra, un cuento largo, el critico habia sefialado: “No era tarea facil recrear, desde el punto de vista del poliz6n, el descubrimiento de Amé- rica. Y la autora lo ha conseguido con indudable coherencia narrativa y con un fuerte sentido de lo sa- grado césmico, que revela en forma poderosisima, y haciendo una sola cosa con el descubrimiento mismo. El desenlace es simplemente conmovedor (...) Bien por Jacqueline Balcells y su temeraria audacia narrativa’ ‘Estamos ante una mujer que se atreve con el mar, con la historia y con la fantasia’, escribié por su parte Andrés Sabella en Antofagasta. Y el escritor y critico Manuel Pefia también se refiri6 a El polizon de la Santa Maria: “Jacqueline Balcells ha escrito una verdadera alegoria poética, iluminando la anécclota narrada con matices religiosos (...) ¥ es también notable el trazo humano de los personajes, el fonclo histérico en que se desenvuelve la trama y la vuelta de tuerca que da en un final conmovedor y profético”, Varios de los cuentas de Jacqueline Balcells se tra- dujeron al inglés y se publicaron en Estados Unidos, Alli fueron recomendados para los nifics por Booklist, una de las publicaciones especiales para bibliotecas més prestigiosas de ese pais. “Estos siete originalisi- mos cuentos —dice Boeklist- combinan folclor 64 tradicional y circunstancias contemporaneas, psicolo- gia humana y desbocada fantasia, en maravillosas e impredecibles tramas (.,.) El estilo de Balcells es di- recto € ingenioso, y sus creativos cuentos forman una especialisima coleccin, entretenida y provechosa para los nifios norteamericanos” Jacqueline Balcells nacié en Valparaiso. Estudié periodismo en la Universidad Cat6lica de Chile, pero ha destacado principalmente por sus cuentos para ni- fos y adolescentes. Y no sélo en Chile, Sus primeras publicaciones aparecieron en Francia, donde la pres- tigiosa editorial Bayard Presse incluy6 varios de sus cuentos en la colecci6n Jaime Lire, Uno de ellos, La pasa encantada, se convitti6 en uno de los titulos mas vendidos en 1984, alcanzando a mas de 250.000 ejem- plares, Se ha dicho en numerosas oportunidades que la buena literatura infantil debe ser también apreciada por los adultos. Con las obras de Jacqueline Balcells suce- de precisamente eso. Caca uno de sus relatos dlestaca Por st atractiva y originalisima trama, En ellos, el mun- do de todos los dias se mezcla casi inadvertidamente con lo fantastico, como sucede en esta obra Sin duda en Jacqueline Balcells encontramos ta- lento narrativo, Su lenguaje es simple y directo; en su estilo hay gracia, ingenio, agudeza y humor. Se advierte en ella -como decia un comentarista~ a la contadora 6 de cuentos que siempre tiene presente que a los ni- flos les atrae la acci6n. Y no es de extrafiar: antes de iniciarse como escritora fue, precisamente, *contado- ra” de sus propios relatos: ella inventaba tramas y creaba argumentos para entretener a sus hijos, quie- nes se convirtieron en sus primeros criticos Desde muy nifia, Jacqueline Balcells vivi6 real- mente los cuentos que acompafaron su infancia, Fue una gran lectora. Recuerda especialmente una prolon- gada enfermedad que la mantuvo muchos meses en cama, cuando tenia sdlo nueve afios, y confiesa que esos largos dias fueron casi nada para ella, porque se dedic6 por entero a la lectura, y a uavés de los libros viajé por los lugares ms increibles, vivio sorprenden- tes aventuras y conoci6 a miles de personajes Quizas fue asi como ella se cre6 un universo pro- pio, un mundo maravilloso donde todo es posible. Y €s parte de ese universo, que siempre crece, el que Jacqueline Balcells nos da a conocer en cada una de sus obras. Entre sus obras editadas en Chile, ademas de EI mar de las maravillas, estén: El nirio que se fue en un 4rbol y oiros cuentos, Fl archipiélago de las Puntua- das, La hacedora de claros y otros cuentos, El polizén de la Santa Maria, &l jardin del terremoto, El pais del agua, Cuentos de los reinos inquietos, Siete cuentos ri- pidos y cinco no tanto. ca ‘Ademés, en conjunto con Ana Marfa Gitiraldes, ha publicado, entre otros, los siguientes libros: Aventura en las estrellas, Mision Alfa Centauro, la rebelion de los robots, Fabulas cantadas, Cuentos sabrosos, Trece casos misteriosos, Emilia. Intriga en Quintay, Emilia y la dama negra, Querido jantasma, Entre gallos y co- nejos. 67

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