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BTICA ¥ POLITICA ‘Adela Cortina Orts Valencia ue el politico no escape «Ia obligacin | epodemos exigrle ln misma actitad que sl comin de lat gen 0,4 moral det politico difere de la del cadadano corrente, en sn, e Ia especial responsabilidad que ha asumido? 4p ess pégias intentaremos ir dando cuenta de esas cuestiones Inetida de nuestra fuerzas y del tiempo de que disporesne sists a lograr tal objetivo, iremos cubriendo patos pee er or, te Zecorido: en primer lugar nos enfrentaremos a una Ge es ven sifiende actualmente con mayor empen la separacin ene cen Que n0 es sino la Hamada etess de in complementaredad cia era; la consderacion misma de eats tals Ror com, pat bunto segundo, porque mostrara si inconsistency, por tox 4° reflexionar sobre a actitud moral que debe adoptar 8 1 poltico responsable; tal acitud va a suarnos como veremos— rire el utopia y el pragmatism, y lo nos ilar a enfrentarnos ‘Mn tonne’ now encortamos oy ee Ano pon {nue ef wopisno el pragmatism o existe tna grant contrat ‘ln ene los fundamentor morales dels democracies In orl de fn que wvimos en lx peas ineno enn tora? Fee ce en i a ps Snes yan mes core ren aera Soersirmeenanaes f Sora aan mentee che eiramereden tae anol Topee smamam ent aire pa teteomins sae ore EE nora aetna SS oretaca mores Sn cee Geen eee es income cease mc ‘ues, por el primer punto. 1a desvineulacion entre étiea y poltien algunos autores contemporineo, las denaracias ber tan Suid an modelo de rcion ete ce plea, ave Tetsu modelo de een entre ambas.Semelanteestislén oleae oe inte Eee adcbn one de oder ‘Tost dela neuralidad taolpea, seg f cua a no-waloral requ indapensble para singin sober que lr Sher como racional 7, por ina, of tunfo de fa raclnaliad tl Igicaer Toe aktos fampor de a tora cena La separacin entre el ser y ol deer, que aban erecido ju cn ls tation pega y medieval, empieza a delinenrse con el a Simiento de n modernidad una cota ea el Anbto de los hechos, {i'd ls valoralone; una cora ex el trceno e la razon instrament ‘otra el de os fines y deberes. A mayor abundamiento, el deseubrimien- to de leyes naturales y su comprobaciin raquieren neutraldad acolo. ics, asta ef punto de que Maqulavelo'y Hobbes ereen que ia poles Slo’ se convertira en clencia si quienes la ejercon presinden de valo- raciones y se limitan a manejr in raza instrumental, exiolosiesmente ‘neutral, en el émbito humane. Una polities cintifienexige el sbandone tie Ins valoraclones morales comunes, Con el tiempo esta separacién entre ser y deber,y le consiguiente identfeacién del saber acerca de 1o que es con el saber racional, 56 consagra como indiscutible, a pesar de que Kant y Hegel consideraran 1 imbito pectic como el smbito racional por exeelencin y que loz Intentos daléticos de Hegel y Marx caminaran en pos de tna rela- ion ditétiea entre Jo que ex y lo. que debe sera escilon entre fests dos terrenos renace con Max’ Weber, con el neppositivism, Ia retatica analtico-lingUistica y el existenciaismo. Para todos los, sean cuales fueren las diversas matizaciones de sus postuas, ¢¢ pe: cso separar el ser del debe, los hechos de los valores, la eoria do Ja praxis; en sum, es necesaio separar el mbito el conocimienta del Smbito de la decision. El conocimlanto, por su parte, se ve redueido al conoeimiento clentifico, que es objetivo (por se intersubjetive), axo- legicamente neutral y rational, mientras que las decisiones se presen {an como subjetiva,iracionales y regdas por valoralones. La clenla neutral es objetiva por intersubjetiva, pero las decsiones son subje- Este clentificiamo, adobado de irraclonalismo ético, se gosta ind ablemente en el mundo de la reflexién filoedficn, pero —y aq vie ©! punto que més nos interesa— asume una funcién ideotdgica en Ia vida social, porque sirve para legtimar tedrlcamente Ia escsin que 58 produce en las democraclasibersles entre la ‘vida pills y ln vida Privada, Sin embargo, para legar a esta conelusin todavia conviene sudir al tercero de ls elementos que hemos etado: el triunfo de Ia "aclonalidad teleologica en la historia oceieatal. En efecto, si atendemos a la descripcion que Max Weber ofrece det Broceso surido por Oecidente, tal proceso se n08 presenta bajo a for. tna de un doble progreso: un progreso en In racionalizacion yun peo. ‘res0 en el desencantamiento. Esto significa que de los dos tpas cnt. ‘ventemente racionales de accién —la aceidn raciona teleolgica ¥ Ia a accion raclonal-axiologica—, ¢ la primera le que va imponiéndose pat fatinamente, mientras que ia aceon racional-aioldgia pasa poco & poco a segundo plano. La accidn racional-eleoldgica es aquella cuya racionalidad consiste fn que el agente elige los medios més adecuados para alcanzar un fin Dretendide, y justifies, por tanto, su eleccién desde la adecuacion al fin; la accion racionalaxiologica, por el contraro, se orienta por va~ lores y toda su raconalidad deseansa en Ia coherencin con respecto al yalor persegudo. Ia hora de fijar una escala de racionalidad, ‘Weber eleva al podium a ln accion racionalteleoligica, poraue es in: termubjetvable, mientras que la racionalaxil6gica no lo es; argumen- tar sobre medios tiene sentido, porque siempre cabe utlzar como Citerio dea dscusion Ia adecuacion al fin, pero argumentar sobre Valores ¢ absurd: los valores son ineonmensurables, no pueden com- pararse entre si, En este timo Amita las eleccioes, son cuestin ‘subjetiva,cuestén ade fa, mientras que Is eleceiin de medios es arg ‘mentale lntersubjetivamente. Contando con este wlllaje conceptual trata Weber de analizar et proceso sutride por Occidente y Tlega a Ia conclusion de que ha con ‘lsldo en un progreso bicfalo: un progreso en la racinalizacion, que fupone el triunfo de Ia acckin raconal-teleolégea y un progreso en tldesencantamient, porque Ia acl6n racional-axologica va quedando felegada, El progreso en la racionalizalgn culmina en el monotelsmo fe la racionelidad medio-fines; por si parte el progreso en el dese antamiento culmina en el politelsmo axildgieo, porque en el ambito e'loe valores cada uno tene su dios. ‘Uniendo este ercer elemento al clentificsmo y al irracionasm éti- co, cbtenemos como resultado la lamada etesis de Ta complementa- ‘edad de a democraciaUberal entre la vida poblleay la vida privada. Puesto que s6io Ia raclonaldad teleoldgica, propia de la ciencia y de la téeniea, ex intersubetvable, ¥ dado que In vida pablica consttuye tl amblto de lo intersubjetivo, es é5ta la raclonalidad que se erige ‘ome nico dios en Ia vida pablic. (bid, 178, 1a actitud moral dl politico no debe, pues, decantarse por el uto- lam ni por el pragmatismo, porque ambos en estado puro son ino fales, Entre el utopisme y el pragmatiemo ef Ie responsabilidad conve- ida ta actitud que convlene’al hombre lamado a la politica, Y con ‘lio me refiero ~vuelvo a recordar cuanitos cludadanos tiene una Tepercusién socal, mediante eus acciones y sus exigencas. Sin embargo, para terminar nuestra reflexin todavia 908 fata con siderar ef ultimo de los puntos wprometides» al comienzo y que con- slate en actualizar de algin modo euanto venimos diciendo: ¢nos en ontramos hoy en dla entre el utopismo yet pragmatlsino euantos te ‘hemos alguna repercusién en la vida pablies, por remota que sea? 3, Una contradicciin prition y tebiea Para empezar tenemas que reconocer que Iat acusaciones de to: pismo convienen hoy a muy escasos grupos. Son pocot las que lanzan ‘exigencias en a vida pabllea como alla utopia estuviera ya Tealizada, {yen defnitiva, al vex tengan su mision eonclencadora. Lo’verdade Famente triste es que no nos encontromos entre el utopamo y el Drag ‘matismo, sino que, tas las propuestas morales del eristanisino, el Ii beralsmo,e! marsismo o el anarquimo, ea el pragmatisto qulen rium {fo-en la vida publica. No adviene —-como erela Nietzsche el super hombre nl amanece una aurora news, ino que frunfan el experto co estratega ‘Tales estrategias se plasman hoy fundamentalmente en el corpora tivismo —en la defensa corporativa de intereses grupsles— y en el feudalismos, que resucita de muevo el uso de rar vasalaje @ un 2 ‘grupo, recibiendo de 61 & cambio la protecion y salveguarda de los propios intereses, Aungue sign empledndose piblicamente el discurso foal universalista del Mberaliamo yl cociallsmo, es J solidaridad Corporativa la que eustieye ala sollaridad soctalista y at unlversalis- ‘mo bral. ‘Puede decirse, pues, que estamos viviendo en la prctica de una moral burguest ¥ socialitaparasitara, porque quien ‘riunfa en ver~ (had es um nuevo tipo de moral corporativa y feudal, aecta al pragma- Lamentablemente, parece que esto es Jo que sucede en Ia préctica fo que todavia es ms lamentable, éta es la opclin que algunos pensadores estan asumiendo en la teoria. Y todavia Io lamento mis, Porque malo es que haya contradlcelon entre teoria y praxis, entre Ia Feflexion y la action, pero todavia e8 peor que la teoria leptime, que Consagre el pragmatism préstico, Como decla el Jorge de Burgos de ‘El nombre de ia rosan, cuando queda algo plasmado en un libro se {transforma en operacion del Intelecto lo que era un gesto impensado. Cuando In reflesion teérica da el espaldatazo aun tipo determinado ‘de praxis, queda acuiada como propia del hombre con toda legitimt- ‘ded. ¥ eno esté ocuriondo precisamente con el pragmatismo en algin tipo de reflexionestedrcas, en a medida en quo'ce entienden los con- Sentos ~fuente de valoraciones en la vida elvie— como resullado de feta raconalidd teleoldgica de que hablaba Weber, en forma de racio- alia instrumental. Para aclarar este timo panto, nos remiticemos esa contemporinea teoria de la racionalidad de Apel y Habermas, ‘que distingue, entre otros, dos tlpos de racionalidad: la Instrumental ¥ ta comunicativa 1a racionaidad instrumental, propia. de la reacion sujeto-objeto, + un trarunto dela ralonalidad teleoldpica weberians, porque en ella sujeto utiliza el objeto como medio para sus fines. La racionalidad ‘comunlestiva, por su parte, es propia de la relacén entre sujetos que, ‘en un acto comunlestivo, parte de un entendimiento minimo y busean, ‘como meta de su accin, lograr un acuerdo. Si la racioalidad inst mental es, en éefinitiva, la raclonalidad mediosfines, la racionalidad Comunicativa es la que da sentido a la Intraccion humana, en que 1os Sgeates se contemplan mutuamente como fines y no como medios. {Qut cure cuando et esquena sjetrobeto, medostnes, propio de faconlied instrumental, be apn a recon entre Seon? {Que i accién instrumental se converte en exrtéica, en aque tipo de acion en que don autos se eonsderan Felrocamente come Imedios para sus proples fies, no como sujetos on los mismos dere ‘hos a fa argumentaclén la relia, no como fines en Si aplicamas estos tipos de racionaidad al modo como un consenso puede ser fuente de valoaciones en la pablca, obtendremos los dos siguentes modelos: 1. El estratégio, en que los «contratantes» tratan ‘de deteetar los postbies intereses y'jugadas de lor dems con 1 fin de acertar la jugada que defende los propios inereses. Es Irracional ‘qnorar los deseos de los demas partiipantes, porque el éxito de la ‘ropia jgada depende de ls informactén con la que se cuenta en buena ‘medida. Todo esta permitdo eon tal de thunfer, incluso la uilzalén de discursos universlistas, incluso In utilizaclén como slerva de la ‘azén comunieativa. EL consenso estratégico descanse, pues, sobre dos pilares: ln densa de intereses particulares —individuales 0 grapales— Y el uso de los interloeutores como medio para Tos propios fines. Su fesenlace consiste, en el mejor de los casos, en un equlirio covun- tural de intereses, en un pacto estragice, qe corre el isgo de 70m perse en cuanto cambien Tos intereses por los que se llegé al pacto 2° En el modelo comunleatvo, los parieipantes se consieran recipro ‘camente como sujetos de derechos, como fines en sta los que resulta inhumano utilzar como medios. Los deseos de lo demés son tan i= portantes como los proplos, y de ahi que la razon comunicativa, unt ‘verslista, trate de Magar a un consenso entendido como concordia, a tun acuerdo en que entren en ple de igualdad todos los afectados por é. El experto y el estratega, el corporatvista y el sefor feudal son limpotentes para tomar en serio la autopomia humana, Ia dignidad de Jos que son’en si mismos fines; slo pueden manipularos,utiizazios ‘como medios para sus fines. Porque el pragmatism trlunfante —y esta la mayor contradicclén moral que estamos Vivlendo— ef incapaz de prende el lenguaje de lo que tlene precio: es Incapaz de potencar la {Utonomla, porque SU dominio es el dela heteronomia Impsitiva Si es cierto, como parece mostrar en buena medida Ia préctica y 4 ‘como pretenden confirmar algunas reflexiones tedricas, que los hom- ‘nes no podemos llegar 2 mas acuerdo que el consenso estragico, el ecto de intereses; las valoracones morales que van 2 enjulcar la ‘ida politica slo de estos contrator estratégioos, pragmatices, pueden brotar, entonces carece rotindamente de sentido el aiscurso sobre la Autonom, la dignided y los derechos humanos. Pero entonces también “conviene recordarlo— carece de sentido Ia opcin por la democracia

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