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CAPITULO 2 LA COMPLEJIDAD DE LAS EMOCIONES POSITIVAS José Miguel Ferndnde= Dols Pilar Carrera Introduccion Unos de los cimientos de las teorias psicolégicas son algunas creencias precientificas que se constituyen en axiomas. Uno de esos axiomas es que las emociones positivas son, por decirlo asi, un poco simples Probablemente, era ése el axioma que Tolstéi tenia en mente cuando, en las primeras lineas de Ana Karenina, establecié su famosa ley sobre las familias felices: Todas las familias felices son parecidas, pero cada familia infeliz cultiva un tipo tinico de infelicidad. La hipétesis de Tolstéi es que 1a felicidad tiene una mecanica psicolégica monétona, mientras que los seres humanos despliegan una creatividad escaloftiante para construir formas de infelicidad y aun de tragedia. Parece que la felicidad es una forma excelente de acabar una pelicula, pero un comienzo desastroso: cuando George Bailey, el héroe de Qué bello es vivir, se canse de abrazar a su familia y amigos se ira probablemente a dormir. Sin embargo, la infelicidad, una reunién tormentosa en torno a un Arbol de navidad, es un excelente inicio para un guid; hay intriga si se comienza con un estrangulamiento en lugar de un abrazo. {No hay, pues, misterios ni matices en las emociones que estan en los cimientos de la felicidad? {Son las emociones positivas tan predecibles? Esas son las preguntas a las que, de diversas formas, vamos a tratar de contestar en este capitulo, describiendo, en el camino, algunos de los conceptos basicos y cuestiones fimdamentales que constituyen 1a investigacién sobre emociones positivas en la actualidad. La estructura de este capitulo va a seguir un guién relativamente lineal, aunque con alguna que otra escapada a cuestiones colaterales que consideramos de interés. En primer lugar, proporcionaremos diversas perspectivas tedricas sobre las emociones positivas y, luego, trataremos de profimdizar en el concepto de placer, para, finalmente, hablar sobre 1a descripcién de 1a emocién y, por supuesto, su problemitica conexién con la felicidad. Emociones positivas versus emocién positiva {Qué podemos decir sobre las emociones positivas? {Como estén construidas? Las respuestas pueden ser tantas como autores investigan en este campo, pero, simplificando, podemos decir que dos perspectivas son particularmente populares en estos tiempos. Una de ellas es la perspectiva que defiende 1a existencia de un repertorio de emociones positivas. La otra es la que prefiere no proporcionar una lista de emociones positivas, sino mas bien centrarse en un proceso que puede producir tantas emociones como posibles combinaciones de ingredientes puedan darse en tal proceso. En el primer caso, las dos perspectivas tedricas mas importantes son la que postula la existencia de emociones basicas y 1a que explica las emociones como resultado de un proceso de evaluacién de la situacién (appraisal). En el segundo caso, las perspectivas tedricas mas importantes son las construccionistas. Esta division es esquematica, ya que generalmente las propuestas teéricas incluyen soluciones intermedias, pero puede ayudar a comprender el dilema al que se enfrentan los psicdlogos en la actualidad. La perspectiva que postula emociones basicas asume que éstas son fenémenos evolutivamente «precocinados», un niimero concreto de experiencias que Ilamamos emociones y compartimos con otros primates. Las emociones basicas se generan automaticamente y se caracterizan por un conjunto coherente y distintivo de expresiones, reacciones fisioldgicas y antecedentes biolégicamente determinados que las provocan (véase, por ejemplo, Ekman, 2003). Existen distintas listas de emociones basicas, dependiendo del autor, pero todas ellas son bastante limitadas ala hora de aludir a las emociones positivas; Ekman, por ejemplo, alude a una que denomina enjoyment (zdisfrute?) y abarcaria todas las experiencias positivas de carécter emocional. Para Ekman, las emociones positivas son problematicas porque solo tienen una expresién (la sonrisa); 1a falta de diferenciacion de las emociones positivas podria deberse a que éstas —o al menos su commnicacién— no serian tan importantes desde un punto de vista evolutivo como las negativas. Las teorias que postulan 1a existencia de emociones basicas tienen, generalmente, un importante punto en comin con la teoria del appraisal. Los dos tipos de teorias reivindican que las emociones son discretas, pero, en realidad, sus postulados Hevan a una visién bastante diferente de las emociones. Para los tedricos del appraisal, las emociones son el resultado de una evaluacién (appraisal) cognitiva del entorno; las distintas emociones son producidas por diferentes combinaciones de appraisals que se manifiestan en tendencias de accién que facilitan la adaptacién del individuo (Roseman y Smith, 2001). Desde este punto de vista, una misma combinacién de appraisals daran siempre lugar ala misma emocién, pero el elemento basico no es la emocion en si, sino los appraisals; no hay necesariamente emociones biolégicamente mas basicas que otras, sino procesos basicos, fundamentalmente cognitivos, que generan reacciones caracteristicas a diversas situaciones (Ortony y Turner, 1990). La consecuencia de este punto de vista para entender las emociones positivas son dos, una buena y otra mala: 1a consecuencia buena es que la lista de emociones positivas es mis rica y variada; la consecuencia mala es que las emociones positivas son dificiles de explicar desde la teoria del appraisal. Sila emocién es el resultado de una evaluacién del entorno que exige una accién inmediata, es facil imaginar 1a fimcién de la emocién cuando La evaluacién es negativa (es decir, hay una amenaza en el entorno y hace falta una solucién rapida), pero es mis dificil cuando 1a evaluacion es positiva (gpara qué tener emociones cuando la situacién es positiva?). Como en el caso de las emociones basicas, nos encontramos con que las emociones positivas serian algo asi como emociones de segunda clase, con una justificacién tedrica mis problemitica que las emociones negativas, No es casual que la aplicacién més importante del concepto de appraisal haya sido a la compresién del estrés, no de La felicidad (véase, por ejemplo, Lazarus, 2001). En todo caso, los tedticos del appraisal han tratado de superar esta contradiccién con recursos tedricos mis 0 menos aceptables. Lazarus, por ejemplo, defiende que la divisién entre emociones positivas y negativas es simplista porque existen diferentes criterios para evaluar una emocién (experiencia subjetiva, sus consecuencias sociales, las circunstancias —en el logro de una meta— que la provocan) y no todos pueden ser uniformemente positivos o negativos. Por ejemplo, el amor es tipicamente una experiencia positiva, pero conlleva el riesgo de no ser correspondido o desvanecerse con el tiempo, mientras que la ira es una emocién tipicamente negativa, pero puede crear la sensacién positiva de ser poderoso y justo al vengarnos de los que nos irritan, Otros tedricos del appraisal han resuelto el problema desarrollando modelos complejos en los que combinaciones de sucesivos procesos de evaluacién dan lugar a distintas emociones. Por ejemplo, Scherer (2001) describe las emociones como el resultado de una secuencia de evaluaciones que determinan La relevancia, efectos, potencial adaptative y consecuencias normativas de una determinada reaccién emocional; en este caso, los appraisals ya no son una evaluacién urgente que requiere accién inmediata, sino un proceso complejo de evaluacién del entorno que combina hasta dieciséis evaluaciones distintas de la situacién, Alguna de esas evaluaciones (ces el estimulo intrinsecamente placentero?, ¢facilita el estinmlo el logro de nuestros fines?) permite considerar la existencia de emociones positivas. Frente a las perspectivas que postulan la existencia de una lista de emociones perfectamente diferenciadas, otras corrientes teéricas consideran que las emociones son el resultado de un proceso abierto, que puede dar lugar a distintos tipos de episodios emocionales. Las dos mas importantes son el construccionismo psicol dgico y el construcci onismo social EI modelo mas importante de construccionismo psicoldgico es el de Russell (2003) y Fernindez- Dols y Russell, (2003) que hace pivotar el fenémeno emocional en el afecto, de modo que la emocién se convierte en la manifestacion illtima de un proceso de construccién generado por una reaccién afectiva, Para Russell, 1o que habitualmente entendemos por emocién es una construccién psicoldgica que resulta de la percepcion de ciertos fenémenos afectivos concatenados. El elemento central en la vida emocional seria el afecto nuclear, una reaccién primitiva, psicolégicamente irreducible a fenémenos mis basicos, asociada constantemente a nuestro flujo de conciencia, Russell hace un simil entre el afecto y la temperatura corporal: siempre est4 ahi, pero algunas veces se hace especialmente saliente (por ejemplo, cuando sube o baja en exceso). El afecto nuclear se puede describir en términos de dos dimensiones, placer y activacién, y se diferencia de otros procesos que se producen en paralelo 0 como consecuencia de un determinado estado afectivo. Por ejemplo, el afecto nuclear esté obviamente conectado con nuestra percepcién consciente de cualidades afectivas del mundo que nos rodea, pero no es la misma cosa. La percepcién de cualidades afectivas puede modificar el afecto nuclear (percibir algo como placentero puede hacer que nuestro estado afectivo sea mas placentero), pero ambos fenémenos pueden tener caracteristicas independientes (por ejemplo, un depresivo puede percibir el cardcter afectivo placentero de una bella puesta de sol sin que su estado afectivo nuclear sea placentero). Sobre el afecto nuclear se producen toda una serie de procesos psicoldgicos con importantes consecuencias: tratamos de explicar un estado afectivo atribuyéndole unas causas (procesos de atribucién), evaluamos 1a situacién (appraisal), tenemos tendencias de accién y reacciones expresivas, fisiolégicas. La percepcién del conjunto de esas consecuencias (metaexperiencia emocional) nos leva a categorizarlo como un fendmeno ‘nico al que Mamamos emocién; si ese conjunto es frecuente 0 tipico le asignamos una categoria de emoci én prototipica en nuestro Lenguaje (alegria», «miedo», etc.). Esa autopercepcién de nuestros procesos afectivos dispara, ademis, intentos de autorregulacion, guiados por el proceso de categorizacién consciente («no debo estar enfadado») Como se ve, el construccionismo psicolégico no rechaza algunos de los conceptos de las teorias que defienden listas cerradas de emociones (por ejemplo, el concepto de appraisal o 1a expresién de las emociones), pero les da un significado tedrico completamente distinto. Ninguno de ellos es la emocién porque 1a emocién como tal tiene un estatus ontoldgico relativo: existe como una construccién perceptiva del individuo pero no es un ente con existencia objetiva. Un ejemplo de Russell puede ayudar a entender este punto: el concepto cotidiano de alegria, miedo, etc., es como el concepto cotidiano de constelacién. Las constelaciones son agrupaciones arbitrarias de estrellas, distantes millones de aiios luz entre si y cuya tinica relacién es que, desde el punto de vista del perceptor en el planeta Tierra, parecen hacer un dibujo en el cielo. Objetivamente, las constelaciones no existen; sin embargo, las constelaciones «existem como construcciones con importantes consecuencias no sdlo ficticias (el hordscopo), sino también reales; gracias ala Osa Mayor y la Osa Menor es posible orientarse en el mar. En el caso del construccionismo social, 1a emocién es basicamente el resultado de un conjunto de convenciones sociales. Averill (1998) es posiblemente el representante mis conocido de esta cortiente (muy popular en Antropologia y Sociologia) dentro de la Psicologia. Como en el caso del construccionismo psicolégico, las emociones son la suma de distintos procesos psicoldgicos y conductas. En el construccionismo social, la integracién o construccién de las emociones a partir de esos elementos pivota no tanto en un proceso mental como en un proceso social. El individuo nace con los procesos y las conductas que habitualmente Ilamamos emocionales, pero comienza a «tener emociones» cuando aprende las reglas establecidas por su sociedad para crear, regular y manifestar adecuadamente éstas. Asi, ciertos procesos y conductas cobran sentido gracias a un conjunto de reglas culturalmente aprendidas y aparecen las emociones. «Sentiry una emocién reconocida en una sociedad es como desempeiiar un papel social de acuerdo con las expectativas de los que nos rodean. Algunos de esos roles 0 «sindromes» son parecidos en todas las sociedades, y crean la ilusion de que hay emociones universales, pero otros sélo se manifestarian en una determinada cultura, En cualquier caso, «sentir una emociér supone «deberes» y «derechos» sociales, nos exige satisfacer ciertas expectativas de los demas (por ejemplo, mostrarnos «suficientemente» felices) pero también concede ciertos privilegios (1a conducta «impropia» de una persona emocionada es tratada con mayor benignidad incluso en contextos judiciales). ‘Volvamos ahora a las preguntas con las que iniciabamos este epigrafe: {Qué podemos decir sobre las emociones positivas? {Como estin construidas? Como ocurre muchas veces en Psicologia, la respuesta depende, al menos hasta cierto punto, de la perspectiva tedrica con la que afrontemos la respuesta. En unos casos, los psicélogos contestan con una lista de emociones y sus fimnciones para la supervivencia de la especie (emocién basica) o del individuo (appraisal). En otros casos, la respuesta es que hay tantas emociones como episodios emocionales, aunque unas son mis visibles (prototipicas) que otras (construccionismo psicolégico), o que hay tantas emociones como prescriba una sociedad mediante un conjunto de expectativas compartidas por sus miembros (construccionismo social). Las consecuencias tedricas y aplicadas de esas diferencias son fascinantes y ofrecen algunos de los retos mas significativos para los investigadores actuales. En el caso de las emociones positivas, la estrategia de los defensores de listas cerradas consistiré en determinar qué emociones positivas aparecen de forma coherente en cualquier cultura, con independencia de que exista o no un término en el lenguaje que las denote. Para los que defienden la existencia de emociones basicas, los indicios de tales emociones positivas son ciertos patrones fisiolégicos y, sobre todo, algunas expresiones faciales como 1a risa y 1a sonrisa. Para los que defienden 1a existencia de emociones universales basadas en procesos de appraisal, los indicios de estas emociones positivas son determinadas evaluaci ones universales de ciertas situaci ones y sus correspondientes tendencias de accién. En cuanto a la estrategia de los defensores de las listas abiertas, en el caso del construccionismo social habré tantas emociones positivas como prescriba una determinada cultura. En el caso del construccionismo psicolégico, 1a respuesta es mas compleja: habra tantas emociones positivas como episodios emocionales sean considerados placenteros para el sujeto, pero tal metaexperiencia puede depender de distinfos factores; afecto nuclear placentero, cualidad afectiva, cierto patron de atribuciones, 1a autopercepcién del episodio emocional, etc. De este modo, el concepto subjetivo sobre 1a experiencia emocional se convierte en el criterio ultimo que aflade una emocién, idiosincrasica o prototipica, a la lista de «emociones» (episodios emocionales) positivas. Podriamos decir, pues, que 1a estrategia de algunos investigadores consiste en destacar la «wisibilidad» (expresién, tendencias de accién) de las emociones, mientras que otros destacan mis bien su «invisibilidad» (metaexperiencia subjetiva). En un caso, 1a alegria es 1a que nos hace reir 0 soureir, saltar y actuar de forma juguetona (Fredrickson y Branigan, 2001). En el otro, la alegria es la percepcién (metaexperiencia) de nosotros mismos como alegres, aunque tal experiencia consista, para un introvertido, en dejar de sonreir, saltar y actuar de forma juguetona en una fiesta para, por fin, poder concentrarse en 1a lectura solitaria de Pavese. Podriamos igualmente decir que, en el caso de las listas cerradas, una emocién es positiva si sirve para algo bueno (ya que en caso contrario no seria adaptativa), mientras que en el caso de los construccionistas una emocién es positiva si asi es representada por el individuo, con independencia de que favorezca su adaptacién o su destruccién!. Finalmente, hay un importante punto en comin para casi todos los autores de ambas perspectivas: de una forma u otra, sean visibles o invisibles, el placer fisico 0, sobre todo, el psicolégico son ingredientes fiundamentales de 1a emocién. De esa forma, la consideracién del placer se convierte en el elemento central y el denominador comin de las emociones positivas El placer Hemos explorado Ia estructura de las emociones positivas, de acuerdo con diversas teorias, y la naturaleza del denominador comin a todos los modelos: en algin punto de la estructura, sea cual sea Ia teoria, anida el placer o, en otras palabras, el afecto positivo. En los modelos de emocién basica (por ejemplo, Ekman), el placer es emocién, es un elemento del «programa» expresivo, fisiol dgico, conductual y fenomenol égico ligado a una emocién o, en el caso de los placeres fisicos, una emocién en si misma (Ekman, 2003). En los modelos de appraisal (por ejemplo, Lazarus), el placer es un reflejo sensorio-motor sin caracter emocional; pero es un elemento motivacional de primer orden en la generacién de estrategias adaptativas y una metafora, casi un sindnimo en el Lenguaje cotidiano, de la evaluacién (appraisal) de una situacién como congruente con nuestros fines (lo que seria la base de las emociones positivas) En el construccionismo psicolégico, el placer es uno de los estados del afecto nuclear y La percepcién de la cualidad afectiva, y se convierte en el motor central de los procesos emocionales, mientras que el concepto de emocién queda reducido al de episodio emocional. En el construccionismo social, el placer es probablemente un elemento de los sistemas basicos (por ejemplo, biol dgicos) que sustentan los roles emocionales, pero es ademas una convencidn; las personas se ponen de acuerdo sobre lo que es placentero y cémo deben interpretarlo, En sociedades como 1a occidental, el placer propio, en forma de autointerés, se convierte en una explicacién prescriptiva fundamental sobre nuestro comportamiento (Miller, 1999). Pero gqué sabemos sobre la experiencia de placer? En la psicologia de la emocién, el placer es considerado como un fenémeno afectivo, en concreto na de las dimensiones basicas del afecto (placer-displacer). Algunos autores diferencian entre el placer psiquico y el placer fisico. Otros autores consideran que el placer fisico no es emocional porque no implica un proceso de appraisal por parte del individuo (por ejemplo, Fredrickson, 2001), pero 1a gente suele mencionar el placer fisico (comida, sexo, etc.) como una de las futentes principales de emocién positiva, de modo que es indudablemente un elemento fundamental de muchos episodios emocionales, sea como un antecedente © sea como su consecuencia tiltima. Dubé y Le Bel (2003) han estudiado el concepto cotidiano de placer en una muestra de estudiantes canadienses; los resultados son interesantes: el placer es descrito como un concepto tinico que tiene diversos antecedentes, Sin embargo, la categoria placer incluye, en un nivel jerarquico inferior, hasta cuatro variantes distintas que abarcan ejemplares mas 0 menos prototipicos de experiencias placenteras. Los antecedentes mas prototipicos de placer coinciden con los que mencionamos anteriormente en uno de los primeros estudios transnacionales sobre antecedentes emocionales (Summerfield y Green, 1986), aunque claramente adaptado ala edad y ala condicién de los sujetos: el éxito ocupa el primer lugar, seguido por buenas notas, viajar, romance, novios/as, sexo, sol, musica y, lo crea el lector o no, el placer de aprender... seguido por el de dormir. En cuanto a las instancias de placer, los autores detectan, bajo la categoria unitaria de placer, cuatro subtipos con distintos ejemplares (placer intelectual, placer emocional, placer social y placer fisico) mas una constelacién de ejemplares poco prototipicos que estén en los limites de la categoria placer. El trabajo de Bubé y Le Bel refleja tan sélo el concepto de placer (no la experiencia de placer propiamente dicha), pero plantea cuestiones interesantes, tales como 1a forma en que el placer determina nuestro comportamiento: gjuzgamos el atractivo hedénico de distintas posibles metas de acuerdo a una escala tinica de placer o establecemos diferencias cualitativas entre distintos tipos de placer? {Somos capaces de combinar distintos tipos de placer en nuestro cerebro? Estas cuestiones nos Levan a un importante problema todavia no resuelto: 1a medida dimensional del placer. La medida cientifica del placer esta relacionada, pues, con el estudio de 1a estructura del afecto. La perspectiva mas importante considera que el placer es una dimensién con dos polos de valencia opuesta (placer-displacer; Russell, 1980; Russell y Feldman-Barrett, 1999), pero algunos autores consideran que el placer queda mejor descrito como independiente del displacer, postulando dos dimensiones unipolares independientes (no placer-placer y no displacer-displacer; Cacioppo y Berntson, 1994). La polémica entre los partidarios de una y otra perspectiva es muy técnica y se escapa de los objetivos de este capitulo; sin embargo, vamos a comentar alguna evidencia empirica en la que se apoyan ambas posturas. Russell y otros investigadores (Russell, 1980; Russell y Carroll, 1999) han desarrollado el modelo circumplejo del afecto, una estructura circular cuyo perimetro esta definido por dos dimensiones ortogonales bipolares, placer y activacién (véase la figura 1). Este modelo se basa en la similitud de Los juicios afectivos producidos en diferentes culturas y considera que no es posible experimentar simultineamente placer y displacer, al menos como experiencia subjetiva (Russell y Carroll, 1999). El que los participantes reporten simultaneamente emociones placenteras y displacenteras seria fruto de artefactos experimentales debidos a la formulacion de las preguntas (por ejemplo, el intervalo de tiempo evaluado, el formato de respuesta utilizado y la seleccion de categorias emocionales; véase Russell y Carroll, 1999) Sorpresa ACTIVACION Miedo ‘Tenso Alerta Ira Nervioso Excitado Estresado Alegre Felicidad Asco Disgustado S Feliz DISPLACER PLACER Triste Contento ‘Tristeza Deprimido Seter Letargico: = Relajado Fatigado Calmado RELAJACION: Figura 1. Modelo circular del afecto y su correspondencia con episoios prototipicos de emocidn (Russell y Feldman-Barrett, 1999) La posibilidad de experimentar placer y displacer simultineamente es apoyada por Cacioppo y Berntson (1994) en su modelo del espacio evaluativo. Esta propuesta emerge en el campo de las actitudes, en cuya investigacion el componente afectivo tiene una importancia creciente. La simultaneidad se explicaria proponiendo dos dimensiones independientes: una para el placer y otra para el displacer. Cacioppo y sus colaboradores mantienen que, aunque lo mas frecuente es que se active sélo una de ellas, sin embargo, es posible que haya coactivacién y coinhibicién, Larsen, McGraw y Cacioppo (2001) midieron 1a experiencia emocional en tres situaciones que implicaban consecuencias buenas y malas: después de ver la pelicula La vida es bella, cuando dejaban los dormitorios universitarios para empezar las vacaciones de verano y cuando se graduaban y dejaban la vida universitaria, Sus resultados mostraban que en estas condiciones complejas los participantes afirmaban haber sentido una emocién placentera (alegria) y una displacentera (tristeza). Schimmack (2001), manipulando el orden de los estimulos placenteros y displacenteros en una secuencia de estimulos emocionales, encontré que si bien 1a mayoria de las veces tna emoci6n intensa inhibe la de valencia opuesta, es posible encontrar casos donde el efecto inhibitorio no es suficiente para climinar el primer afecto; en esas circunstancias, los participantes informan de experiencias de placer y displacer. Los criticos con este tipo de estudios sefialan que si bien los investigadores indicaban a los participantes que describieran lo que sentian en el momento exacto de la encuesta, no podemos saber si al informar de dos emociones los participantes querian expresar que las habian sentido a la vez o que se habian alternado en una corta secuencia. Las escalas de intensidad, ademas del conocido sesgo de aquiescencia, presentan problemas de interpretacién muy importantes para la definicién de Ia estructura bipolar o unipolar del afecto: no permiten saber si las respuestas afirmativas a dos categorias afectivas opuestas significa que ambas se dan simultaneamente. Para evitar estos problemas, se vienen desarrollando nuevos tipos de medida intentando diferenciar los patrones simulténeos de los secuenciales; asi Larsen y Fredrickson (1999) pidieron a los participantes que describieran moviendo unos diales los cambios en la intensidad de alegria y tristeza sentidas, lo que permitia discriminar si los movian a la vez o no, Larsen, McGraw, Mellers y Cacioppo (2004) siguiendo una técnica similar, usando botones uno para el afecto positivo y otro para el negativo (podian presionarse de manera independiente los dos botones), indujeron situaciones donde los sujetos «ganaban menos de lo que esperabam» o bien «perdian menos de lo que esperabam. En estas circunstancias encontraron porcentajes significativos de personas que presionaban los dos botones a la vez, concluyendo que este dato avalaba 1a existencia de emociones mixtas; es decir, experiencias simultaneas de placer y displacer. En esta misma linea de desarrollo de nuevas medidas de la experiencia afectiva mixta, recientemente Carrera y Oceja (2007) han disefiado la Escala Analdgica Emocional (AES), que consiste basicamente en un grafico definido por dos ejes (e., uno vertical que representa la intensidad y otro horizontal que representa el intervalo temporal) que permite a los participantes dibujar el curso de dos emociones diferentes durante el periodo temporal en que aparecen. Utilizando la AES en un conjunto de estudios han mostrado que si bien es posible encontrar experiencias simultineas de dos afectos opuestos, estos porcentajes son significativamente menores que los que se han estimado con las clasicas escalas de intensidad categorial y con medidas donde el control muscular (botones y diales) podria estar sesgando los resultados. Los datos no son, pues, concluyentes; encontramos apoyo empirico tanto para la propuesta bipolar como para la bivariada. Esta situacién, lejos de disminuir el interés sobre el tema, sigue generando nuevas investigaciones no sélo sobre la definicién del espacio afectivo, sino también sobre las consecuencias actitudinales y conductuales de experiencias simultineamente placenteras y displacenteras. Como se ve, el estudio del placer plantea mas problemas que soluciones: cémo combinamos placer y displacer, distintos tipos de placeres, etc. El asunto se complica un poco mas si tenemos en cuenta que todo lo dicho hasta ahora se basa en estudios en los que los sujetos evaliian conscientemente su grado de placer o su concepto de placer. Sin embargo, una cosa es, como indicamos anteriormente, 1a cualidad afectiva de un objeto (que determinamos de forma consciente) y otra cosa el afecto nuclear, un proceso constante, proximo al flujo de conciencia pero no necesariamente consciente. Dicho de otro modo: ges 1a experiencia de placer —no su descripcién— necesariamente consciente? Y, si no lo es, gcémo podemos estudiarla? Circunscribiéndonos a 1a Psicologia (para las bases cerebrales, véase, por ejemplo, Rolls, 1999), la respuesta mas popular y fructifera a esa pregunta ha sido la inspirada por Robert Zajonc, que ya en 1980 propuso la existencia de un procesamiento afectivo de 1a informacién, ajeno a procesos cognitivos de representacidn y no necesariamente consciente. La base empirica de esta propuesta son sus estudios sobre mera exposicién, uno de los pocos hallazgos empiricos en Psicologia que parece ser extraordinariamente robusto a través de distintas culturas (Norenzayan y Heine, 2005). El efecto de mera exposicién caracteriza el afecto como placer, manifestado a través de una preferencia. Una persona expuesta repetidas veces a un estimulo del que no existe un procesamiento cognitivo consciente (por ejemplo, palabras en un idioma extraiio o palabras presentadas subliminalmente durante fracciones de segundo) lo prefiere Inego a otros estimulos similares (por ejemplo, otras palabras indistinguibles del mismo idioma desconocido 0 que no han sido presentadas durante fracciones de segundo como las otras). La propuesta de Zajonc ha sido muy criticada, principalmente porque podrian existir procesos cognitivos que no exijan una representacidn consciente, pero abre una via de exploracién de las causas y las consecuencias del placer. Algunos autores como Winkielman (véase Berridge y Winkielman, 2003) o Kihlstrom (1999) no sélo mantienen, como Zajonc, que los procesos que desencadenan la reaccién afectiva (por ejemplo, preferencia) son inconscientes, sino que la propia reaccién afectiva también puede ser inconsciente. Winkielman y sus colaboradores han Ievado a cabo una ingeniosa modificacion del paradigma de mera exposicién que hemos mencionado anteriormente. En ella se sometia a los participantes a la tipica exposicién subliminal de estimulos capaces de modificar el estado afectivo, pero ademis se les advertia de esa posible influencia en sus preferencias posteriores, Tal advertencia no sélo no impidié que los participantes fueran influidos por los estimulos a los que fueron expuestos, sino que, ademas, los participantes negaron en una entrevista posterior haber experimentado ninguna reaccién afectiva durante el experimento. Dado que 1a negativa retrospectiva de los sujetos no excluye completamente 1a existencia de procesos conscientes olvidados por distraccién, en una segunda linea de experimentos Winkielman ha demostrado que no somos capaces de informar sobre mestras reacciones afectivas (inferidas a partir de nuestras preferencias) ni siquiera en el mismo momento en el que se est produciendo la exposicién subliminal a los estimulos que las modifican. Este tipo de trabajos, inspirados por Zajonc, nos desvela, pues, una versién del afecto nuclear que incluye una dimensién de placer inconsciente, con entidad y duracién suficiente como para dar lugar a preferencias. Segin esto, la comprensién del placer debe tener en cuenta dos mundos paralelos indudablemente relacionados: un placer no consciente, prelingitistico cuya manifestaci én fundamental es la preferencia no necesariamente consciente, y un placer consciente basado en representaciones cognitivas del afecto cuya manifestacién fimdamental son nuestras evaluaciones subjetivas de placer. Ambos fenémenos estarian indudablemente relacionados pero no son el mismo, lo que abre la puerta a un conjunto de interesantes especulaciones sobre muchas contradicciones cotidianas entre lo que decimos disfrutar y lo que realmente preferimos. Recapitulando, el placer —la base afectiva de las Iamadas emociones positivas— es, en si mismo, un fenémeno complejo que probablemente se produce en un plano prerrepresentancional (0 con una base cognitiva no facilmente accesible a nuestra conciencia) y un plano representacional (con representaciones cognitivas de placer). Ambos planos parecen poder describirse en términos de un espacio afectivo en el que determinados objetos, conductas o personas se convierten en irresistibles polos de atraccién (preferencia). Para nuestro sentido comin, es dificil (y penoso, jnos lo perdemos!) imaginar que algo pueda producirnos placer sin que seamos conscientes de ello —y muchos psicélogos no estan de acuerdo, quizas con razén, con esta perspectiva—. Sin embargo, y al margen de las matizaciones técnicas, parece cada vez mis claro que no somos conscientes de todo lo que ocurre en nuestra mente, incluidas las reacciones afectivas. Quizas el placer, después de todo, no sea algo dado por los dioses para hacernos disfrutar, sino un fenémeno con funciones mas sutiles. Si el placer no existe para darnos gusto, para qué sirve? Una respuesta de inspiracién bioldgica es que el placer nos orienta hacia ciertos estimulos que aseguran nuestra supervivencia como especie (por ejemplo, el placer sexual garantiza la reproduccién), pero algunos psicélogos han proporcionado recientemente ciertas respuestas mas sutiles a esa pregunta. Carver (2003), por ejemplo, propone que el placer consciente puede tener efectos inesperados para el sentido comin. La experiencia consciente de placer no estaria sefialando una caracteristica intrinseca del objeto que lo produce sino el estado de un plan; si tu plan va mejor de lo que necesitas, entonces tu reaccion afectiva es placentera. El placer es, pues, una sefial de «error» en el plan (por exceso) y aqui vienen los efectos inesperados para el sentido comin de los que habla Carver. El placer disminuye el esfuerzo y uno «se deja ir» hasta que el afecto positivo disminuye y volvemos a una situacién de equilibrio o afecto negativo (que nos exige «pedalear» de nuevo). ,Qué sentido tiene, desde un punto de vista adaptativo, que el placer nos deje «en punto mnerto»? {No es absurdo desde el punto de vista de nuestra supervivencia? La respuesta de Carver es que la clave para comprender estos efectos paradéjicos del placer no radica en la disyuntiva hedonista entre placer y dolor, sino en los procesos de autorregulacién. El placer nos lleva a esforzarnos menos en un plan determinado, pero eso nos permite equilibrar nuestro esfuerzo en otros planes simulténeos que, de otro modo, quedarian peligrosamente desatendidos, reelaborando nuestra lista de prioridades, permitiéndonos dedicar nuestro esfuerzo y atenci én a otros objetivos. {Pueden existir igualmente funciones inesperadas para la experiencia de placer no consciente, «d la mode de Zajoncy? Zajonc responderia que la experiencia de placer no consciente es, posiblemente, un mecanismo adaptativo importante, que nos hace reaccionar de forma sumamente eficiente (sin interferencias cognitivas) al mundo que nos rodea, promoviendo estrategias de preferencia o rechazo. A esa respuesta podemos afiadir una especulacién que, siguiendo el modelo de Carver, se podria aplicar a formas «débiles» (difuusas, de baja intensidad 0 quizis incluso no conscientes) de placer. En linea con Carver (aunque con algunas discrepancias de interpretacién con respecto a él, véase Carver, 2003), Isen (2000) ha resumido un gran volumen de investigacién que muestra que estados afectivos positives difusos (por ejemplo, 1o que Mamamos «estar de buen humor») tienen efectos diferenciados en los procesos cognitivos y la toma de decisiones. El placer facilita 1a exploracién creativa de nuevas ideas y perspectivas en situaciones positivas, aumenta nuestras asociaciones cognitivas y amplia el rango de opciones que consideramos en una decisién; ademas nos hace mas generosos y responsables en la mayor parte de las situaciones. Quizis el placer no es sélo un fin en si mismo, es un importante instrumento de autorregulacién que rige mestras estrategias de supervivencia. La historia natural de las emociones positivas Los psicélogos han ido proporcionando descripciones sistematicas de emociones positivas que, con independencia del marco tedrico, proporcionan una interesante «historia natural» de las emociones positivas o, al menos, de la representacién cotidiana de las emociones en una determinada cultura un determinado lenguaje. La mayor parte de esas descripciones se refieren a la cultura norteamericana 0 europea y al idioma inglés, aunque hay interesantes trabajos antropoldgicos sobre el vocabulario y la experiencia emocional en otras culturas. En el caso de la cultura europea angloparlante, destaca, por ejemplo, el anilisis de De Rivera, Possell, Verette y Weiner (1989) sobre las diferencias entre elation, gladness y joy; los estudios, desde 1a teoria de prototipos, sobre la estructura del concepto de emocién en inglés (por ejemplo, Fehr y Russell, 1984), y, mas especificamente, de una de las categorias de emocién positiva mas prototipicas en el idioma inglés (love, Febr y Russell, 1991). También es popular la consideracién, por parte de Ekman (2003), de una familia de emociones basicas que incluye enjoyment, happiness, amusement, contentment, hasta dieciséis términos distintos Sin pretender que tales diferenciaciones son interesantes para el lector espaiiol —en la medida en que capten aspectos universales de las emociones positivas—, lo cierto es que su descripcién es problematica ya que, con frecuencia, nuestro idioma no parece poseer los mismos elementos dentro de la categoria «emocidn positiva. Por ejemplo, elation, gladness y joy suelen traducirse, en primera instancia, como «alegriay y la traduccién de un témino tan popular en inglés como happy/happiness es tremendamente problematica porque la opcién convencional (feliz/felicidad) no se corresponde bien con el uso cotidiano, casi trivial de los términos ingleses: decir que uno es feliz © que siente felicidad es un asunto bastante solemne y, por definicién, infrecuente en nuestras vidas latinas. Esta escasez de descripciones, de una «historia natural» de 1a emocidn, es lamentable, porque este ejercicio fenomenol dgico es imprescindible para que el psicdlogo sepa de qué esta hablando y de qué deberia hablar: ;Cudles son las emociones positivas de las que la gente espera que hablen los psicélogos? {Deben los psicélogos hablar de esas categorias de emocién o hay otras mas importantes desde un punto de vista cientifico de las que la gente no es consciente? (Fehr y Russell, 1984). Afortunadamente, existe una monografia (Monedero, 1970) sobre la alegria que lleva a cabo una magnifica descripcién de las emociones positivas en espaiiol desde una perspectiva fenomenoldgica que descansa en el habla popular. Monedero describe 1a alegria como «la conciencia de una convivencia fecunda con el mundo» porque, por un momento, éste deja de ser objetivamente dificil y se vuelve subjetivamente «conveniente»; el yo se libera del mundo objetivo. Segiin esto, estar alegre consiste en vivir continuamente 1a conveniencia del mundo, un mundo iinico que no se intenta transformar, lleno de posibilidades. Como se ve, Monedero se adelanta, en unos treinta afios, ala observacion de Carver, en la que las emociones positivas tienen, como efecto mas caracteristico y paradéjico, el «dejarnos Ievar» y prestar atencidn a nuevas posibilidades en el entorno. Posteriormente, Monedero describe «el circulo de 1a alegriay como una dimensién que se hace presente en miiltiples vivencias, aunque éstas no se reconozcan, por parte de 1a conciencia ingenua, como alegria. Se trata de todas aquellas experiencias emocionales en las que, al interactuar con el mundo, 1o vivimos, de acuerdo con 1a definicién de alegria, como bueno, como conveniente, como una liberacién del yo. De este modo, entrarian en el «circulo de la alegria» emociones aparentemente negativas que, sin embargo, son acontecimientos negativos vividos con alegria. Aqui Monedero proporciona un ejemplo interesante sobre el papel de los diminutivos en las coplas populares, que permiten cantar con alegria el mundo en situaciones tristes. Finalmente, la definicién de alegria permite al autor diferenciar entre emociones alegres y otras que, pareciendo alegres, no 1o son. Entre las primeras estaria el humor carente de sarcasmo y el amor, al menos en sus primeras etapas, porque ambos exigen que la causa de la emocidn sea buena. Por el contrario, la diversién, el placer fisico y el bienestar psicolégico no serian experiencia emocionales alegres porque los tres casos serian formas de disminucién o eliminacién de la conciencia, que se diluye en la situacién social creada para divertirse, en el objeto material que produce placer o en la situacién que nos proporciona pasivamente bienestar. Es interesante que la Psicologia experimental haya coincidido con las observaciones de Monedero. Por ejemplo, numerosas formas de diversién son explicadas en la Psicologia Social actual como resultado de una desindivi dualizacién (como opuesta a la autoconciencia). La lectura de los anélisis fenomenolégicos sobre las emociones de 1a cultura norte-europea deberia complementarse con una lectura cuidadosa de los anilisis de nuestra propia cultura y de otras culturas lejanas. Ello, probablemente, hubiera hecho a los psicélogos espaiioles mas sensibles a hipotesis sumamente interesantes como las planteadas por Monedero sobre conceptos, tomados del habla popular, que encierran todo un mundo de posibilidades cientificas. Por citar un ejemplo, el espaiiol utiliza el término «ilusiém para aludir a una emocién peculiar, que hace pivotar su caracter positivo no en el hecho positivo en si sino en su expectativa. Es un tanto humillante para nuestra autoestima cientifica que haya sido una psicdloga norteamericana, Shelley Taylor (1989), la que haya descrito finalmente el importante papel de esta emocién para la salud mental e incluso fisica de las personas; Taylor tuvo que inventarse una especie de neologismo para titular su libro (Positive Illustons), ya que el inglés carece del concepto de ilusién como emocién positiva Otro ejemplo interesante es el del término «emocionado», que puede aludir a formas intensas de felicidad y no tiene una facil traduccién a otros idiomas (Fernindez-Dols y Ruiz-Belda, 1995). En todo caso, la construccién de un mapa exhaustivo de emociones positivas en espaiiol esta por hacer. Probablemente, nos proporcionaria alegrias (que, por cierto, no es lo mismo que decir «probablemente nos proporcionaria alegria»). El problema de la felicidad En espafiol, 1a emocién, positiva o no, mas prototipica (es decir, aquella que primero nos viene ala mente cuando se nos pide dar ejemplos de emociones) es precisamente la alegria, pero no es el caso en inglés. En este idioma, la emocién mis prototipica es happiness, cuya traduccién tipica es felicidad, mientras que el equivalente tipico de alegria (joy) esta por debajo de los cinco primeros ejemplos de emocién que vienen a la cabeza de canadienses y norteamericanos (Fehr y Russell, 1984). La presencia de happy y happiness en el lenguaje cotidiano ha hecho que su significado se haya ido degradando para convertirse en una expresién trivial que puede traducirse al castellano como «estar bien», «alegrarse» 0 «estar contento», segiin las circunstancias Quiz por eso, los psicdlogos de otros paises hemos tenido que esperar pacientemente a que nuestros colegas hayan descubierto 1a dimensién mas trascendente del término happiness, que en espafiol se ha mantenido casi invariablemente en el término felicidad. Una vez descubiertas las posibilidades de la vieja acepcién de happiness como «felicidad se ha producido una explosién de trabajos e incluso una nueva subdisciplina, llamada Psicologia Positiva, que se encarga de offecer a los consumidores de psicologia no simplemente alivios para sus males, sino ademas guias para estar bien o ser felices, El manifiesto de esta nueva visién es probablemente un mimero monografico de la revista oficial de la Asociacion Norteamericana de Psicologia (el American Psychologist) publicado en 2000 y dirigido por Seligman y Csikszentmihalyi. En los tiltimos afios, se han publicado literalmente miles de trabajos sobre este tema, existen revistas dedicadas exclusivamente a la felicidad (Journal of Happiness Studies), se han publicado docenas de libros de divulgacién y el campo se ha ramificado en varias lineas distintas: 1a que estudia el bienestar subjetivo y objetivo (véase Diener, 2001), la que consiste en una especie de psicologia clinica positiva, de caracter preventivo y normativo (véase, por ejemplo, Seligman, 2003) y 1a que trata de encontrar las claves cognitivas y motivacionales de la felicidad (véase, por ejemplo, Csikszentmihalyi, 1996). Por si esto fuera poco, el tema ha despertado los apetitos intelectuales de los economistas y constituye una de las cuestiones centrales de la llamada Economia Conductual (véase, por ejemplo, Layard, 2005). Es, pues, imposible resumir en unas pocas lineas todo lo que se ha dicho recientemente sobre este tema, de modo que nos vamos a centrar en las cuestiones findamentales que ha suscitado desde hace siglos, Averill y More (2000) describen muy bien esos problemas fundamentales. La mayor parte de Ia literatura sobre felicidad es un intento de solucionar una o varias de estas preguntas: 1) Es la felicidad un estado de alta activacion o de calma y serenidad? 2) gEs la felicidad un estado objetivo o es una mera percepcién subjetiva? 3) gEs la felicidad un fin en si misma o una caracteristica de la conducta encaminada al logro de otros fines? Dicho de otro modo, {la gente hace cosas para ser feliz 0 es feliz porque hace ciertas cosas? 4) GEs la felicidad una suma de placeres momentineos o los placeres sélo contribuyen a la felicidad cuando estan organizados por un principio superior? 5) @Esta la felicidad necesariamente basada en valores? Es posible hablar de felicidad sin aludir a nuestros ideales? 6) Es la felicidad serenidad o puede entrafiar conflicto y lucha? 7) (Hay patrones universales de felicidad o son relativos para cada persona o situacién? Si se analizan cuidadosamente esas preguntas, el lector descubrira que nuestros presupuestos tedricos sobre la emocion y el placer, descritos mas arriba, guian, junto con viejos supuestos filoséficos, las posibles respuestas a cada una de estas cuestiones ¢ incluso el modo de abordarlas. Por ejemplo, las dos primeras cuestiones exigirén, a la teoria de emociones basicas, caracterizar Ia felicidad como una emocién basica, con un patron muy determinado de activacion que tiene consecuencias objetivas. En esa linea, Fredrickson (por ejemplo, Fredickson y Branigan, 2001) postula una lista de emociones positivas basicas (joy, interest, contentment, love) con niveles especificos de activacion y consecuencias objetivas. Dichas consecuencias objetivas no se derivarian de tendencias de accién, sino, con una légica similar ala de Carver, «ampliar y construir» los recursos psicoldgicos, fisicos y sociales del individuo. En otras palabras, las emociones positivas nos hacen mis competentes, y esa mayor competencia nos hace mas felices. Por el contrario, desde otros planteamientos no es necesario justificar 1a falta aparente de fincionalidad de las emociones positivas para la supervivencia del individuo. La felicidad esta indeterminada en sus caracteristicas basicas (puede implicar alta o baja activacién) y se produce fandamentalmente en un plano subjetivo, en el que el placer ocupa un plano secundario comparado con la biisqueda, incluso 1a lucha por unos ideales. La felicidad radica en la comprensién de muestras emociones y, como en Ia tragedia griega, en hacernos responsables de nuestras metas en 1a vida aunque no las hayamos elegido; la felicidad consiste en podernos contar a nosotros mismos nuestra propia vida, en poseer una orientacién (Oatley, 1992). Pueden, pues, existir distintas emociones asociadas a distintas formas de felicidad. La bitsqueda, pues, de la conexién entre emocién y felicidad es compleja y presenta panoramas distintos dependiendo de qué perspectiva tedrica estemos asumiendo (véase 1a figura 2). Tal ejercicio de coherencia teérica puede parecer innecesario a muchos, pero, combinado con una buena historia natural de nuestras emociones, puede ser Ia tinica manera de deslindar 1o que los psicélogos queremos identificar como felicidad y de no volver a contar lo que otros ya han contado hace, en algunos casos, miles de afios. Actividad Conflicto, lucha Instrumento para otros fines superiores Calma Armonia Ordenada por un fin superior Moral Idiosincrasica Estado subjetivo Fin en si mismo Suma de estados positives Amoral Uni Estado objetivo rsal Vision ética: felicidad como virtud Visi6n nature la © excelencia (mas proxima a los modelos de emocién como satisfaccién (mas proxima a los modelos de construccionistas) emociones predeterminadas) Figura 2. Dilema en la descripcion de la felicidad y su relacién con teorias de emocidn. La figura sugiere que las teorias de emocién basica 0 de appraisal (especialmente, las primeras) serian la base de un modelo de emociones felices «naturales, universales, objetivas yy tasadas fundamentalmente en la suma de satisfacciones, que levan al reposo. Por el contrario, los modelos construccionistas son mas ‘compatibles con modelos de emociones felices «virtuosas», en los que la emaciGn se produce durante el esfuerzo del individuo por lograr unnivel de excelencia, como una experiencia subjetiva vinculada, sobre todo, a valores individuales o colectivos. Por supuesto, el esquem es, valga la redundancia, esquemtico y son posibles muchas soluciones intermedias Quizé, después de todo, Tolstéi estaba equivocado, y la felicidad no es algo tan monétono y uniforme. Quiza, de hecho, es muchisimo mas misteriosa que la infelicidad; tan misteriosa que ni Tolstéi fue capaz de describirla (aunque hay deliciosos pasajes sobre la felicidad doméstica en Guerra y paz). No sabemos reconocer la felicidad y, si la reconocemos, no sabemos explicarla. Quiza, por eso, y no por aburrimiento, las peliculas no empiezan sus guiones después del gran beso 0 abrazo; esas efuisiones son el anuncio de un gran misterio que todavia resiste la descripcién. 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Algunos de los autores mas representativos de las listas cerradas, por ejemplo, el propio Lazarus, dudan de que una emocicn sea siempre adaptativa 0, al menos, lo sea siempre de la misma forma.

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