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2ST IN | - La organizacion del tiempo en Ia Biblia hebrea Thomas Rémer, Facultad de Teologia y de Ciencias Religiosas, Lausana y Collége de France, Paris elorigen de nuestro mundo es la obra de un Dios creador y que él mismo pondra igualmente un término este mundo mediante un juicio final, Este juicio anuncia para los «justos» una nueva creacién o una vida debienestar absoluto. Evidentemente, las tres religiones ponen acentos diferentes y parece que el judafsmo o, al menos, la Biblia hebrea —su documento fundador~ es el menos obsesionado por el fin de este mundo. El Coran exhorta a los files a una vida eJemplar para que sean hallados justos en el juico final, cuya escenificacion, se inspira en las tradiciones apocalipticas judias y cristianas, Para la Biblia cristiana puede retormarse la obser- vaci6n del exégeta Herman Gunkel, segiin la cual el Antiguo y el Nuevo Testamento estn organizados segtin los conceptos de Urzeit (tiempo de los origenes) y Endzeit (tiempo del fina). La Biblia se abre, en efecto, con la creacion del mundo y del universo, y el Apocalipsis de Juan cierra la Biblia cristiana con la escenificacién de! combate final del ejército celestial contra el ejército del diablo que termina con la desaparicién del mundo an- tiguo y con la creacién de un mundo nuevo (la Jerusalén celestial que baja del cielo) en el que los justos viviran eternamente, La estructura de la Biblia cristiana es, por consiguiente, daramente escatolégica, pues termina con una destrucci6n cosmica y el advenimiento de una nueva creacién. E | judaismmo, el crstianismo y el islam conciben el tiempo de una manera lineal. Comparten la idea de que Esta perspectiva escatolégica se reflaja iqualmente en la organizacién del Antiguo Testamento, que no se corresponde con la de fa Biblia hebrea. En las Bi- blias cristianas, el Antiguo Testamento llega a su fin on los libros proféticos entre los que destaca, en til timo lugar, el fibro de Malaquias que anuncia el re~ greso del profeta Elias que VHWH enviara a su pue- blo eantes de que llegue el dia de YHWH, dia grande y terrible» (Mal 3,23). La Biblia hebrea, por el contra~ rio, no termina con los Profetas, sino con los éscri- tos, que, en la mayorfa de los manuscritos, ponen los libros de las Crénicas en diltima posicién, Estos aca~ ban con la lamada del rey persa a los judeos exilados para que retornen a Jerusalén: «Todo aquel que de entre vosotros pertenezca a su pueblo puede regre- sat y que el Sefior, su Dios, lo acompafie» (2 Cr'36,23), La Biblia hebrea concluye ast con la esperanza abso- lutamente conereta de la restauracion de Jerusalén Jy no con el anuncié de un cataclismo final, Como ve- remos; la Biblia judia conoce tambien discursos sobre el final del mundo actual, pero no les otorga una po- sicin de privilegio, El Enateuco La organizacién del Enateuco (Pentateuco més los Profetas anteriores: Jos, Jue, Sm y Re) sugiere en efecto una cronologia, Eliibro del Génesis se abre con la época de los ori- genes (Gn 1-11), que comprende, entre otros, los relatos dela creacién, del diluvio, de fa organizacién de la humanidad posciluviana y de su dispersién por la tierra, narrada en el episodio de la etorre de Ba- bel». La época siguiente es la de los patriarcas Abra- han, sac y Jacob (Gn 12~36), que centran la histo- ria dela hurnanidad en la del pueblo de Israel y sus vecinos, puesto que Abrahdn es también el padre de Ismael y de las tribus érabes, e Isaac, ademas de padre de Jacob, es también el padre de Esati, que serd el antepasado de los edomitas, mientras que Jacob sera el padre de doce hijos, los antepasa- dos de las doce tribus de Israel, La ultima parte del libro del Génesis, la historia de José, esta integrada enla vida de Jacob, pues narra, entre otras cosas, la bajada de este y de toda su familia a Egipto para encontrarse con José, que se ha convertido en can- ciller del Faraén y en abastecedor de comida para los suyos (Gn 37-50), Esta historia fue insertada al final del libro det Génesis para crear un nexo entre el tiempo de los patriarcas y el de la estancia de los hebreos en Egipto. Los redactores del Pentateuco entienden que los bros del Exod, del Levitico, de los Nameros y del Deu- teronomie abarcan un solo periodo, el de la vida de Moisés. Los libros del Exodo y del Deuteronomio son, cefectivamente, enrmarcados por el nacimiento (x2) y la muerte de Moisés (Dt 34), lo que hace dela mayor parte del Pentateuco una «biogratia de Moisés», que, segiin Dt 34,7, habria durado ciento veinte afios Notemnos, sin embargo, que el discurso de YHWH a Abrahan en Gn 15, que es uno de los ditimos textos affadidos a la historia de Abrahén, dice que los he~ breos permanecerdn en Egipto 400 afios, mientras que Ja narracién del éxodo suglere otra temporalidad con una sucesién de tres generaciones. La 6poca siguiente es la de la conquista dirigida por Josué, sucesor de Moisés, conquista narrada en el ir bro de Josué, Segiin este libro, la ocupacién det pats ‘de Canaan por los israelitas habria sido realizada gra- clas a una Blitzkrieg (guerra relampago), durante la que la poblacién autéctona habria sido masacrada en su mayoria, E final de este perfodo esta marcado por dos discursos de despedida que se encuentran al final de! libro de Josué (Jos 23 y 24), Segtin la cronologia biblica se abre entonces un pe~ riodo que, en parte, es presentado como andrquico, | f | | | | | | El pueblo, sin organizacién politica, es salvado de los peligros militares por sjuecesm, algunios de los cuales se describen como personajes con autoridad sobre los israelitas, Este perfodo concluye con la figura de Samuel, que es presentado como el diltimo juez. También él da un discurso de despedida (1 Sm 12), Pero Samuel est también implicado en el perfodo siguiente, que es el del establecimiento de la monar~ quia israelita en torno a tres reyes: Saiil, David y Salomén. El final de esta época lo marca el gran dis= curso de Salomén en el momento de inaugurar el templo de Jerusalén en 1 Reyes 8, Llega después la Spoca de los dos reinos, Israel («Reino del Norte») y Juda («Reino del Sur>), que se extiende hasta la caida de Sarmaria, un acontecimiento cormentado en 2 Re 17, La tiltima época es la del reino de Judé, inmune has- tala destruccion de Jerusalén y del Templo, y el exo de una parte de la poblacién (2 Re 25). Esta organizacion de los textos delata claramente la voluntad de sugerir una progresién cronolégica que va desde la expulsién del paraiso hasta la pérdida del el exilio (2 Re 24-25). Estas diferentes épocas son claramente organizadas por los redactores biblicos como una sucesion crono~ lagica que, en la tradicion judia, sive atin para contar el tiempo desde la creacién del mundo. Segiin el cil- culo rabinico nos encontramos en el afio 5778 de la historia del mundo, Este cdlculo se funda en un sis tema cronolégico muy complejo de los tiltimos re- dactores del Pentateuco y de los Profetas anteriores, que, con la ayuda de las indicaciones de a edad de los patriarcas antediluvianos y posdiluvianos y de otras precisiones cronolégicas, quisieron estructurar la his~ toria en el contexto del levantamiento macabeo y de la purificacién del Templo en el afio 164 ac. El siste~ ma masorético establece una cronologia que, exten digndose desde Gn 1 hasta Ex 12,40-41, sitia la sali- da de Egipto en el afio 2666 después de la creacién del mundo, lo que corresponde a dos tercios de 4000. Siguiendo este cémputo, la construcci6n del tem= plo de Jerusalén, que, segtin 1 Re 6,1, se produce 480 afios después de la salida de Egipto, se habria realizado en el 3146, lo que quiere decir que, para los masoretas, el aflo 4000 era el de la Dedicacién del ‘Templo, de su purificacién por Judas Macabeo en el 164 antes de nuestra era, Esto implica que este sis- ‘tema cronolégico fue inventado después de esta fe~ cha, mientras que los textos biblicos que abarcan desde el Génesis hasta los libros de los Reyes ha- bfan sido fijados algunos siglos antes. El tiempo de los profetas y el «fin de la historia» La cronologia lineal que se encuentra en los libros Gn-Re se interrumpe a partir del libro de Isafas, que, en la mayoria de los manuscritos, abre la coteccién Ge fos libros proféticos, Los tres grandes profetas, Isafas, Jeremias y Ezequiel son, sin embargo, organizados seaiin un orden cro- nolégico que se extiende desde la época de los dos reinos (Is 1-39) hasta la destruccién de Jerusalén y el exilio babilénico Ur, E2). Los doce profetas menores son clasificados segtin la misma légica temporal, Los primeros libros de esta coleccién (Oseas, Joel y Amés) son fechados en la Epoca de los dos reinos de israel y Jud, mientras que fos tltimos (Ageo, Zacarfas y Malaquias) se sitdan bajo el reinado de los reyes persas. Este fin de los li bros proféticos que se sitiian como muy tarde en la época persa, da orlgen ala teorla del final de la pro- fecfa en esta época, Dice en este sentido ef Talmud babilonico: «Desde el dia de la destrucci6n del Tem- plo, la inspiracién divina fue retirada a los profetas y dada a los sabios» (Baba bathra 12b). Si nos atene- mos a la Biblia hebrea, la historia cesa en la época persa, en contra del canen griego, que integra la his- toria de la época helenistica y romana en los libros de los Macabeos, Este final de la historia en la época persa puede explicarse por una cierta epersofilia» de los redactores biblicos para quienes la politica religio~ saliberal de los aquemnénidas era garante de la cons~ tituci6n del judafsmo en cuanto religién de la dids- pora, pero también como religién separada de la tealeza y de los acontecimientos histéricos, ‘No obstante, la Biblia hebrea hace cohabitar diferen- tes temporalidades que podemos descrbir con la ayuda de los trabajos de Thomas Luckman, Las diferentes percepciones del tiempo El sociélogo Thomas Luckman (que murié en 2016) se interes6 por diferentes temporalidades y concep- ciones del tiempo en su artfculo «Los tiempos vividos ¥y sus entrecruzamientos en el curso de la vida coti- diana» (publicado en la revista Politix en 1997), En este articulo distingue tres tiempos: (@) El tiérmpo interior e intersubjetivo: eEl tiempo in~ terior» es subjetivo, El tiernpo presente del individuo tiene dos horizontes ternporales: el pasado y el futu- ro, Este tiempo interior tiene una estructura ritmica y esta marcado por Ia alternancia de la vigilia y el 10 suefio, Seguin Luckman, los ritrmos de la duracién in- terior constituyen el fundamento sobre el que repo- san todas las estructuras tamporales de la Vida hu- mana, «El tiempo intersubjetivo» es el tiempo que omina la vida social que no puede funcionar sino ‘mediante la sincronizacién de los tiempos interiores. Este tiempo puede ser «transmitido> por los padres y cuakquler otra institucién, y aprendido, (0) El tiempo biogrdfico: en cada sociedad existen modelos biograficos que dan forma —de modo na- rrativo— a la reconstitucién del pasado. De alguna ‘manera, constituyen las etapas previas a las catego- rfas temporales especificamente histéricas, (©) EI tiempo histérico: es la construccién de una historia a partir de esquemas biogrdficos, la cons~ truccl6n de secuencias dotadas de sentido, és tam- bién la construccién de las historiograffas abiertas al futuro. Estas distinciones de Luckmann son ities para des- cribir y comprender las diferentes construcciones del tiernpo que se encuentran en la Biblia hebrea, Los diferentes tiempos en el Enateuco (Génesis—Reyes) Retomantdo las tres categorias de Luckmann, pode- mos dividir estos libros de la manera siguiente: la historia de las origenes se abre en Gn 1 con un relato de creacién que se basa en la alternancia dia-noche, lo que corresponde al «tiempo interior», En Gn 12- Dt 34 se encuentran las (Gn 1,1), Casi todo el mundo conoce esta magnifica apertura dela Biblia judia y crstiana, Pero si se quiere tomar verdaderamente en serio la puntuacién de los masoretas, es decir, de los sabios que durante los primeros siglos de la era cristiana vocalizaron el texto que originalmente solo tenia consonantes, habria que traducir: «en un comien- zo», Tal vez querfan indicar que no se trata de un (9,13). Este gesto es acompafiado con la promesa divina de no volver a provocar otro diluvio sobre el mundo. (sNinguna carne sera ya suprimida por las aguas del diluvio», Gn 9,11). Come en los otros mitos del diluvio en et Préximo Oriente antiguo, esta catastrofe se considera como lun acontecimiento Ginico cuya finalidad es distinguir entre el tiempo de los origenes y e! tiempo poscilu- Viano, caracterizado por la violencia y el uso de los animales para la comida y los sacrficos, fo que co- Tresponde al tiempo de los clestinatarios del relato, Los relatos de los patriarcas y del éxodo; el tiempo biografico Lalinvestigaci6n bilica de as iltimas décadas ha deja- do claro quellos relatos de los patriarcas y el de Moisés ‘y€l €xodo no refiejan dos pertodos sucesves, sino que ‘son dos relatos rivales sobre el origen. La tradicién pri= mmitiva de Abrahiin es la de un antepasado autéctono, como lo muestra atin un texto del libro de Ezequiel, E2 33,24, que es posterior a la caida de Jerusalén y a la deportacién de la élite a Babitonia, contiene una rei- vindicaci6n territorial de fa poblacién que permaneci6 en Palestina: «Hijo de hombre, los que viven entre rui- nas en la tierra de Israel andan diciendo: ‘Abrahsn, que era uno, tomé posesién de esta tierra; y noso- tos, que somos muchos, hemos recibido la tierra co mo heredad"». Esta argumentacion muestra clara~ mente que Abrahadn es figura de identificadén para un ‘grupo de autéctonos que no fueron deportados a Ba~ bilonia, Los nexos genealégicos entre las tres figuras patriarcales no son un dato original, sino una construc Gn de los redactores bibicos que, después de a desa- paricién del reine del Norte, quieren afirmar a la vez la superioridad de Judé (poniendo a Abrahin a la cabeza) vy subrayar también la unidad del Norte y del Sur, Pese a sus origenes diversos, estas tres figuras construyen un origen genealégico, Mediante ellos, el origen de Is- rael se transmite a través de la descendenda A diferencia de los patriarcas, Moisés no es un ante~ pasado, Ciertamente, tiene uno 0 dos hijos, pero stu descendencia no tendré ninguna funcién ni durante su vida ni después de su muerte, El relato de origen centrado en Moisés, el &xodo y la conquista, propo- ne otro modelo: el de una allanza cuyo mediador es Moisés. El relato mosaico propone al judafsmo una Identidad que no se fundamenta en fa descenden- a sino en la adhesion a un «contrato» entre YHWH ¢ Israel, que se concreta en una ley que hay que respetar, La sucesi6n de una época patriarcal y de una época del éxodo y de la conquista no se corresponde con una sucesién de épocas historicas. Desde la perspec tiva literaria, los dos mitos del origen fueron combi- nados por primera vez por los redactores proceden- tes del Ambito sacerdotal en el siglo w antes de nuestra era, construyendo asf un doble origen: ge~ nnealdgico y vocacional, Para los redactores sacerdo- tes, los relatos de los patriarcas y los de Molsés po- dian también combinarse debido a su caracter «biografico», puesto que Gn 12-50 y Ex-Dt cuentan la historia de los origenes del pueblo recurriendo alas sbiografias» de sus protagonistas, abarcando desde su nacimiento hasta su muerte, Los acontecimientos del 597/587 a.C. y la construccién de un tiempo historico La invasi6n de Juda, la destruccién de Jerusalén y de su Templo por los babilonios, come también la de- portacion de una parte de la poblacién, produjeron sin duda una crisis importante en la identidad colec~ tiva judea. El desmantelamiento de Jerusalén afect6 8 masa las dlites deportadas que a la poblacion rural y a los pobres, Las élites (sobre todo los funcionarios reales) se vieron privadas de la fuente de su poder. Més en general, despues del 597/587 antes de nues~ tra era, se derrumbaron los pilares tradicionales que apoyaban la coherencia ideolégica y politica de un estado monarquico en el Préximo Oriente antiguo. E rey habia sido deportado, el templo destruido y la integridad geografica de Juda pulverizada por las de~ portaciones y las emnigraciones voluntarias. Era total~ mente l6gico explicar la situacién como una victoria sobre a divinidad nacional, conseguida por los dioses babilonios més poderosos. En este contexto es donde nace, probablemente en- tre los escribas exlliados a Babilonia, la construccién de un etiernpo histérico», cuyo objetivo es compo~ nner una historia que va desde los orfgenes mosaicos hasta la caida de Juda, Esta chistoria deuteronomis- tas (llamada asi en referencia al Deuteronomio que sirve de rmarco de lectura para la misma) quiere pro- porcionar una explicacién de la destruecion de Jeru- salén y del exilio babilénico: esta catastrofe no es el resultado de la debilidad de YHWH frente a los dioses babilonios, sino que es el mismo YHWH el que se ha servido de los babilonios para castigar a su pueblo y sus reyes, La sucesion de las épocas muestra que ha sido el comportamiento de! pueblo y de sus jefes el que ha provocado la catéstrofe del presente, De este modo, la construccién del tiempo pasado sirve para explicar el presente, i i i i } i Laestructuracién de esta historia se hace con la ayu da de grandes discursos que delimitan las diferentes <épocas, Estos discursos se ponen en labios de perso- riajes importantes o bien son de caracter andnimo cuando no est disponible ningin protagonista. £1 modelo de este discurso es el libro del Deuterono- mi, que esté construido como un discurso de des- pedida de Moisés (Dt 1-30), en el que recapitula los acontecimientos fundacionales de la salida de Eaipto yy de la estancia en el desierto, anunciando al mismo tiempo la posibilidad de la destruccion del pais y del exlio en et caso en el que los destinatarios no obe~ dezcan las leyes divinas enunciadas en el mismo Deu- teronomio (Dt 12-26 y 28). Por consiguiente, la ame raza del exilio esté presente desde los origenes, La Spoca de la conquista esta delimitada por un discur- so de YHWH a Josué (Jos 1,1-9) y por un discurso de despedida de Josué (Jos 23), en el que insiste en la necesidad de respetar los mandamientos divinos, £ tiempo de los jueces es introducido con un comenta- rio sobré la desobediencia del pueblo despus de la muerte de Josué (ue 2,6-3,6) y coneluye con un dis~ curso de despedida de Samuel que es presentado co- mo al dltimo juez (1 Sm 12,1-15), Este diseurso pone cen guardia contra los peligros de la realeza cuyos ori- genes se cuentan en los capitulos siguientes, Esta €poca termina con el discurso de inauguracién del ‘templo pronunciado por Salomén (1 Re 8) en el que anundia la deportacién del pals y da al templo de Je~ rusalén la funcion de una quibla indicacién de la di- reeci6n para hacer la oradén), Este discurso abre la historia de los dos reinos (Israel y Judd) que termina en 2 Re 17 con un comentario sobre las causas de la la de Samaria, Extrafiamente, la ultima época que narra la historia de Juda hasta su cafda bajo los babilonios no termina con un comentario final. La historia deuteronomista concluye con un breve comentario sobre la liberacién del rey Jeconias de su prision babilbnica y su admision a la mesa del rey ba biionio: , Por tanto, las diferentes construcciones del tiempo en fa Biblia hebrea permiten activaciones multiples, apropiaciones e interpretaciones diversas. Para profundizar Delimitense los diferentes «per dos» dk «amtticos» y periodes «histéricos»? © del Enateuco (Gn-2 Re). {Se puedle/se debe distinguir entre periodos ~ ¢Hfay un final del tiempo en ta Biblia cn la Biblia cristina? P, Bible, mythes et récits de commencement, Seuil, 1986. rohies antiques logue du Collége de France 2002, Cybele, 200 Actes di cot ROMER T., «La périodisation de I'histoire de I'Israél ancien : constructions bibliques et historiques», ATALA 17 (2014) 7-100, L » «Abraham & la conquéte. L’Hexateuque et Mhistoired'Israél et de Juda», RSR 10 (2015) 35-53,

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