You are on page 1of 16
CAPITULO 2, {Qué es Gaia? Casi nadie, incluido yo mismo durante los primeros diez aifos después de que naciera esa idea, parecta saber qué era Gaia. La mayorta de los cientificos, cuando piensan y hablan de la parce viva de la Tierra, la llaman biosfera,t aunque, estrictamente h:- hhlando, la biosfera no es mas que la zona en la que existe a vida, In delgada burbuja esférica que envuelve la superficie de de modo inconsciente, se ha expandido la nocién de biosfera ta convertirla en algo més que una zona geogrifica, pero sigue ‘endo ambigiiedad respecto a sus limites y sus funciones. De dentro afizera desde el muicleo, la Tierra esté formada casi exchusivamente de roca y metal caliente o liquido. Gaia es un rico de materia que rodea el interior in- nde las rocas de la corteza se en- con el magma del interior de la Tierra, a unos ciento se- 0s bajo la superficie, y se extiende otros ciento metros hacia arriba, a través del océano y el aire, has- fa mis caliente termosfera, que linda con el espacio ex- la biosfera y 38° LAVENGANZA DELA TIERRA Sus objetivos no son fijos sino que se ajustan al medio ambiente de cada momento y se adapran a las formas de vida que alberga en cada época. Debemos pensar en Gaia como un sistema integral formado por partes animadas e inanimadas, El esuberante crecimiento de Tos setes vivos, posible gracias al sol, hace a Gaia muy poderosa, pero este cabtico y salvale poder esti constreiido por las propias Timitaciones de esa entidad que se regula a s{ misma en beneficio de la Tierta. Creo que reconocer «30s limites al crecimiento es esencial para un conocimiento intuitivo de Gaia. Parte funda- mental de ese conocimiento es saber que esas limitaciones no afectan s6lo a los organismos de la biosfera, sino también al en- ono fisico y quimico. Es obvio que puede hacer demasiado ca- Jor o demasiado frio para la mayor parte de las formas de vida, pero lo que no resulta tan obvio es que el océano se convierte en tin desierto cuando la temperatura de su superficie asciende a tunos 12 °C, Cuando esto sucede, se forma una capa estable de agua caliente que no se mezcla con las aguas mis fas y ras en nutrientes que quedan por debajo. Esta propiedad puramente ft- Sica del agua del océano, impide la existencia de nutrientes en la capa templada, asf que pronto la zona superior del océano calen~ tada por el sol se convierte en un desierto. Esa puede ser una de las razones de que el objetivo de Gaia sea mantener la Tierra frla, Se habré dado cuenta de que utilizo la metéfora de «la Tierra viva» al hablar de Gaia, pero no quiero decir con ello que consi- ddere que la Tierra esté viva de un modo consciente y ni siquiera Viva en el sentido en que lo est un animal o una bacteria, Creo {que ya es hora de que ampliemos la definicién dogmstiay limi- tada de la vida como algo que se reproduce y cortige los errores de reproduccién por seeccidn natural enti la progenie. ‘Me ha resultado prictico imaginarme la Tierra como si fuera (QuERSGAM 2 trascendente que cuando un marinero se refiere a su barco como «clls.! Hasta hace poco no pensaba en ningtin animal en con- creto, aunque slo concebia grande, como un elefante 0 una ba- llena, Recientemente, conforme he ido siendo més consciente del calentamiento global, he empezado a pensar en la Tierra més como un camello. Los camellos, a diferencia de la mayoria de los animales, regulan su temperatura corporal a dos niveles distintos pero estables. De dia, en el desierto, cuando el calor es insopor- Table, suben su temperatura a 40 °C: un valor lo bastante crea no a la temperatura exterior para evitar tener que refrescarse su- dando, lo que implicaria gastar valiosa agua. Por la noche, cuando hace frio en el desierto, 2 veces hasta con valores bajo cero, el camello perderfa demasiada energia si tratase de mante- ner su temperatura corpora a 40 °C, asi que la reduce a unos 34 °C. Gaia, igual que el camello, tiene diversos estados estables que le permiten adaptarse alos cambios internos y externos. La estabilidad es casi siempre invariable, como sucedié durante los milenios que precedieron a 1900. Cuando la presion es demasia- do fuerte, sea hacia el clor 0 hacia el frio, Gaia, igual que haria tn camello, adopta un nuevo estado estable que le resulte més facil de mantener. Ahora esté a punto de realizar uno de esos cambios, La metéfora del camello es importante, porque para com- prender y tratar de salir del lio en el que nos hemos metido con el cambio climatico es necesario conocer la verdadera naturaleza de la Tierra e imaginatla como el ser vivo mas grande del sistema solar, no como algo inanimado, al modo de esa vergonzosa idea de «la nave espacial Terray, Hasta que no se produzca este cam- }O en nuestros Corazones y mentes no percibiremos instintiva- ente que vivimos en un planeta vivo que responders a los cam- jos que efectuamos sobre dl bien aniquilando los cambios 0 1 ser objets, tienen género, que es, ademis, 40. LAVENGANZA DE LATIERRA sstuviera vivo, al me- como un planeta que se comporta como ispondremos de la nos para regular su clima y su quimica, no voluntad suficiente como para cambiar nuestra forma de vida y comprender que precisamente esa manera de vivir es nuestro peor enemigo, Es cierto que muchos cientificos, especialmente climarélogos, reconocen que nuestro planeta regula su clima y su qquimica, pero la mayoria todavia no lo acepta, El concepto de Gaia, que un planeta sea capaz.de mantenerse en un estado ade- cuado para la vida durante un perfodo equivalente a un tercio de fa existencia del universo, no es ficil de concebir, y hasta que el IPCC dio la vor de alarma ain eran menos quienes lo acepta- ban. Trataré de proponer una explicacién que pueda satisfacer a tuna persona prictica, como podria ser un médico, Es posible que no dispongames todavia de una definicién completa qu pueda satisfacer a-un cientifico, pero es0 no puede ser excuss para seguir sin hacer nada. He descubierto que describir Gaia es parecido a ensefiar a al- guien a nadar o a montaren bicicleta: hay mucho que no puede explicarse con palabras. Para hacerlo fécil, empezaré por Ia parte mis sencilla, con una pregunta que iluscra la diferencia funda- ‘mental entre dos maneras de reflexionar sobre el mundo. La pri- mera de esas maneras la offece Ia ciencia de sistemas, que toma como objeto cualquier cosa viva, sea un organismo 0 un meca- nismo de fen funcionamiento; la segunda es la ciencia reduccionista, cl andlisis de las relaciones causa-efecto que ha do- minado los sencilla es: ;qué tiene que ver orinar con el gen egofsta? ‘Cuando era joven me sonprendfa el gran niimero de eufemis- mos que existen para denominar la prosaica y sin embargo prescindible prictica de expulsar la orina de nuestro cuerpo enfermeras te piden que eles des una mucs :QUEESGAIAY 41 zamos expresiones como «cambiarle el agua al canario» o «hacer aguas menores», 0 vamos al «aseo» 0 al «bation. En ocasiones sim- plemente «nos ausentamos», Quizd todo provenga de los tabties del siglo x1x sobre el sexo, cuando no s6lo no se mencionaban los genitales en el curso de tuna conversacién educada, sino que el tabii se extendia también asus funciones alternativas. Como observé el extraosdinario bid- logo norteamericano George Williams en 1996, el hecho de que uusemos el mismo érgano para el placer; la reproduccién y la eli- minacién de residuos es una muestra sensacional de la economfa de la evolucién. Hasta hace poco no empecé a preguntarme sino habrfa algo mds profundo escondido tras este misterio menor. @Por qué orinamos? No es una pregunta tan tonta como parece. La necesidad de deshacerse de productos residuales como la sal sobrante, la urea, la creatina y otros muchos desperdicios del me- tabolismo es obvia, pero es sdlo parte de la respuesta. Quid lo hacemos por altruismo. Si nosotros y los demés animales no néramos puede que la vida vegetal de la Tierra se hubiera cextinguido por falta de nittégeno. 2Es posible que en la evolucién de Gaia —el gran sistema de la Tierra— los animales hayan evolucionado para excretar nitté- no en forma de urea o dcido tirico en lugar de en forma de gas? 1a nosotros, la secrecién de urea representa tun desperdicio de cnergia y agua. ;Por qué, sino es por altruismo, hemos desarto- ido en nuestra evolucién algo que no redunda en nuestro be- ficio? La urea es el residuo que genera el metabolismo a p: carne, el pescado, el queso y las judias que comemos; rentos ricos en proteinas, que son la base de la vida. Durante la i6n, descomponemos lo que hemos comido en sus compo- quimicos. No nos comemos la proteina muscular de la ra y la usamos tal cual en nuestros miisculos, sino que cons 8 0 regeneramos nuestros miisculos y demas os en nuevas proteinas, segiin est 42 LAVENGANZA DE LA TIERRA planificado en nuestro ADN, Usar las protefnas de la ternera di- rectamente para mantener nuestros misculos serfa como utilizar las piezas de un tractor para reparar una lavadora, Los desperdi- ios que resultan de toda esta trabajosa construccién y recons- truccién se acaban convirtiendo en urea y parece que no tene~ mos otro remedio que diluirla en agua y librarnos de ella a través dela orina. La urea es un elemento quimico simple, resultado de la com- binacién del amonio y el diéxido de carbono, o, como dirfa un aquimico orgénico, el Acido carbénico dela diamida NH,CONH,, Por qué nosotros y otros mamiferos hemos evolucionado hasta Gxcretar nuestro nitrégeno de esta forma? {Por qué no descom- poner la urea hasta convertira en didxido de carbono, agua y ni- trégeno gaseoso? Seria mucho més sencillo expulsar nitrégeno exhaldndolo durante la respiracién, lo que ademés nos ahorraria el agua que desperdiciamos para excrerar la urea; de hecho, oxi- dar la urea incluso nos aportaria un poco de agua, por no hablar de la energia extra que obtendriamos. Examinemos los datos. Cien gramos de urea equivalen meta- bélicamente 2 90 kilocalorias o, si lo prefiere, 379 kilojulios. Peto si en vex de consumirla la expulsamos mediante la orina, necesitamos més de cuatro litros de agua para climinar esos cien gramos de urea diluides en una solucién no txica. En condicio- nes normales excreramos diariamente cuarenta gramos de urea en un litro y medio de agua. No es mucho, creerd, pero imagine unos animales viviendo en una regién. desierta en la que escasean Ja comida y el agua. Si apareciera un mutante que fuera capa. de transformar la urea en nitrégeno, didxido de carbono y agua, éte tendria una importante ventaja comparativa respecto al res- toy probablemente podria dejar mas descendientes que sus veci- nos excretores de urea, Segiin una interpretcién simplista de la teorfa de Darwin, la seleccién nacural favoreceria a ese murante, que podria extenderse répidamente y convertise en do En este punto, u ‘cuenta de que los productos del amonio o de la oxidacién de la urea son venenosos y es por eso por lo que excretamos el nitté- {geno como urea?» Pero mi respuesta serfa: «Cuéntesclo a las bac- terias que convierten los compuestos de nitrégeno en gas y que abundan en la tera y el océano Mas ain, una simbiossc organismos capaces de descomponer el nitrégeno serfa una solu- cidn tan buena 0 mejor que tratar de metabolizar la urea noso- tros mismos. Asi que, como ve, laure es un desecho para nosottosyade- mis desperdicia energia y agua, pero siel ser humano y otros ani- ‘males no orindramos el nitrégeno sino que lo elimindramos me- diante la respiracién, puede que hubiera menos plantas y que «so conllevara hambre. ;Cémo puede ser que nos volviéramos tan altruistas y adquiriéramos una visidn tan hiicida de lo que més nos beneficiaba? Quiza haya mas sabiduria de la creemos en la ‘manera en que Gaia trabaja y en cémo interpreta el gen egoist Cuando empece a investigar sobre Gaia hace cuarenta afis, la ciencia no era, como es hoy, una labor organizada y empresa rial. Apenas exista planificacidn o informes de los diferentes es- tadios de una investgacién, y casi nunca se celebraban reuniones para decidir cul debia ser el siguiente paso, No habta reglamen- tos relaivos a la salud o a la seguridad. Se esperaba que, como cientificos cualificados, fuéramos responsables de nuestra propia segutidad y de lade nuestros colegas. Més diferencia ain era que nitonces la ciencia se hacfa manualmente en el laboratorio, no imulada en la pantalla de un ordenador en una oficina o aaa biculo, En ese idilico entorno, era posible realizar un experimen- to para confirmar 0 descartar una idea. A veces la respuesta era tan simple como que se habfa acertado o fallado, pero en otras coocasiones resultaba mds equfvoca, Fueron precisamente esas 20- de penumbra ls que muchas veces llevaron, por puro azat a revelacién totalmente inesperada, a un auténtico descubs- pasé con ade la secrecién de urea. Pensar en el ni- 4A LAVENGANZA DE LA TIERRA trdgeno de esa manera me levé a reflexionar sobre el desconcer ante problema del oxigeno en el perfodo Carbonffero, hace vanes tescientos millones de afios: Una prueba importance en fa- woe de Gaia procede de la abundancia de gases atmosféricos remo el oxigeno o el didxido de carbono. La cantidad de estos gases siempre ha sido la adecuada para ls formas de vida que hae Eitaban la Tierra en cada determinado momento, Existe una s6- Iida base de davos y un fundamentado marco te6rico que lleva 8 pensar que cl actual porcenraje de oxigeno de la atmésfera €s pevcramente el adecuado para la vida. Ms de un 21 por ciento nun alto tiesgo de incendio; con un 25 por ciento, la pro~ bubilidad de que el gas se incendie por una chispa se multiplies * Andrew Watson y Tim Lenton han creado un modelo Hel oxigeno en a atmeésferay han descubierto que el riesgo de in~ cendio de la vegetacién seca juega un papel importante en el me- in del oxigeno. Si el nivel desciende por de- y por encima canismo de regu: bajo del 13 por ciento no se producen: ince deh 25 son tan violentos que parece imposible que los bosques al- ancen la madurer, Imagine la sorpresa cuando el eminente geo" Gquimico Robert Berner afirmé que durante el petfodo Carbo- wifero, hace unos trescientos millones de afos, el oxigeno cons: tieufa el 35 por ciento de la atmésfera. Llegs a esta conclusién @ partir de un modelo basado en un analisisdeallado de la com posiein de las reas en el Creticico, Segin ee estudio, en aque" flo dempos una gran cantidad de carbono estaba pasando a for mar parte de suelo —mucho del cual es el carbén que hoy cutraemos— y enconces, por fuerza, la proporcién de oxigeno Ghaine tenfa que ser mayor para compensa ese carbono que iba enterrindose. ‘Mi primera reaccién fue pensar que Berne equivocado; gracias alos cuidadosos experine colega Andrew Watson en la déca AQUE ES GAIA? 45 No me impresionaron los experimentos de laboratori dan desta gies es ks no se incendlaan con facia con un 35 por cent de oxigeno Hay una enome enc ene una smulacién de lboratorio yun inceniofo- restal real, cuyas altas temperaturas secan la madera que esté cl camino del fuego y en el que los vientos provocados ra rep incndio hacen llegar constantemente aire nuevo ico en geno Tanpoco me hizo mela que fuera imposible que ls grandes libélulas de la época pudieran volar a menos qu “hb ta1un 35 por cieno de oxigeno ene ae E debate prolongs hasta que un ami hava que un amigo, Andrew Thomas, un centfico asco y tuvigramos razén, Berner estaba en lo to al decir que habi ie mis oxigen en Ta aumdsfera yyotambinacerabaal de- cir que no podia haber mucho més de un 25 : a por ciento, Lo tini- ae in fla ra que ambién hubera més ntrégeno ene » No es fa cantidad de oxigeno Ja que determina su inflama- ad sno propor expecting Apoximadamen 140 por ciento del nitrdgeno de la Tierra oy enterrado en su corteza; quizd en el Cretdcico ese nitrs- no eas ena mane a poprin de ogo a rel : suelo para los érboles. También se puede especular con ta vide mri el Preimbrco que precedié a la apr ide Arboles y animales no conservaba el nitedgeno, por lo ae eae eee dial Vidas estas ideas sobre el niteSgeno son puras especulaco- las incluyo para ilustrar c6mo la teorfa de Gaia! se ha Xs de productos errores que plantaron semillas de ls fon ideas mucho mejores. © vayamos ahora a un nivel mds profundo y tratemos a Tierra desde el exteris 46 LAVENGANZA DELA TIERRA espacio, A bordo de su nave tienen insteumentos lo bastante Po tentes como para analizar la composici6n quimica de las atmés- feras de cada uno de os planetas. A partir de este andlisis, sus ins- trumentos autométicos les indicarfan que el nico planeta con abundante vida era la Tierra; mis todavia, los instrumentos in- dicarfan que la vida en la Tierra se basaba en el carbono y que es taba lo suficientemente avanzada como para haber desarrolla- do una civilizacién industrial. El instrumento que utlizarian fos alienigenas para realizar tales mediciones no tiene nada de fantistico: un pequefio telescopio con un espectrémetro de in- frarrojos y un ordenador que lo controlasey analizase sus datos bastarfan. Estos mostrarfan que en las capas superiores dela at- mndsfera cocxistfan el metano y el oxigeno, ¥ el cientifico de la nave sabria que esos gases reaccionan a la luz del sol y que, por tanto, algo en la superficie tenia que estar produciendo grandes entidades de ambos. Las probabilidades de que eso suceda por ‘causalidad como consecuencia de un proceso de quimica inorgé- nica son pricticamente infinitas. Los alienigenas concluirian que nuestro planeta era tn habitat adecuado para la vida, y la pre- sencia de CEC delatarfa la presencia en él de una civilizaci6n tan imprudence como para haber libecado este gas en la atmésfers En la década de 1960 yo trabajaba disefiando instrumentos para el equipo de exploracidn planetaria dela NASA, yteflexio- pee como la descrita me Hlevaron a proponer el andlisis de la at- mésfera de Marte como medio para detecta si habia vida en ese planeta. Afirmé que, sila habia, éta rendria que usar la amésfe- ta como fuente de matetias primas y deposicar en ella sus resi- “duos. Ese proceso alteraria la composicin atmostérica y la dis tinguirla de lade un planeta muerto. Propuse que la Tierra tn vida, fuera el modelo de contraste y uilicé el excelente taba jo de biogeoquimica del eminente Hure como base de infort jon respecto a las fuentes y QUE ESGAIAY 47 organismos vivos cambia radicalmente la cantidad de nitrégeno, oxigeno y didxido de carbono en a atmésfera. En aquellos tiem pos, nadie sabia mucho sobre la composicién de la atmésfera de Marte, pero en 1965 una medicién astronémica realizada a tra- vés de infrarrojos desde la Tierra reveld que la atmésfera de Mar- te estaba compuesta casi por entero de didxido de carbono y cer- cana al punto de equilibrio quimico. Segin mi teorfa, pues, lo ins probable era que no hubiera vida en el planeta lo que no - sultaba una respuesta paticularmente popular que dara mis pa trocinadores. Dejando a un lado la deteccién de vida, me pre- gunté qué era lo que mantenfa nuestra quimicamente inestable atmésfera en un estado de equilibrio dindmico o, lo que era lo siempre habisable. Pocos aios después, em- oga norteamericana Lynn ‘Margulis. En nuestro primer trabajo conjunto expusimos que la pecé a colaborar con Desde sus inicios en Ta idea de la autorre- sgulacién global del dima y la quimica de la atmésfera fue impo- ular entre los cientificos dedicados a estudiar tanto la ‘Tierra ‘como la vida. En el mejor de los casos la consideraban una ex- pllcacién innecesatia del funcionamiento de la vida en la Tietra; cen el peor la condenaban con mordacidad y sarcasmos. Los ni- cos cientificos que acogieron la propuesta con entusiasmo fue- uunos pocos metcordlogos y climatdlogos. Algunos bidlogos pronto cues! lx hipétesis, afirmando que una biosfera 1 podria haber evolucionado, pues la 48 LAVENGANZA DELA TIERRA unidad sobre la que se aplicaba la seleccién era el organismo, no la biosfera como un todo. Tuve la fortuna de tener frente a mf, como principal abogado de la oposicién darwinista a Gaia, aese excelente autor que es Richard Dawkins; fue un debate dificil, pero con el tiempo acabé estando de acuerdo con él en que la tvolucién darwinista, tal como se entendia entonces, era incom patible con la hipétesis de Gaia.' Yo no cuestionaba a Darwin, ast que ;queé era Jo que fallaba en la hipétesis de Gai? Sabla que el hecho de que el clima y la composicién quimica del aire fueran constantes era una buena prueba de que el planeta se aurorregu- faba, Por otta part, la estimulante idea ce Gaia me llevé a des- cubrir los portadores moleculares naturales del azufte y el yodo: sulfuro de dimetilo (DMS) y yodomecano. Afios después, en 1986, mientras colaboraba con mis colegas en Seattle, realiza- trot al asombroso descubrimiento de que cfUDNIST@GIR ales ‘Nos com far un pequeno fragmento de Jos mecanismos de regulacién climética de Gaia y quedamos en deuda con la comunidad cientifica dedicada al estudio del clima, {que nos tomé lo bastante en setio como para ororgaenos a los quatro, Robert Charlson, M. O. Andreae, Steven Warren ya mi, su premio Norbert Gerbier en 1988. Volviendo al debate con los darwinistas, en 1981 se me ocu- rid que Gaia era la toralidad del sistema —organismos y medio ambiente juntos— y que era este gran sistema planerario el que habia evolucionado hasta autorregularse, no sélo la biosfera. Para poner a prucba esta idea creé un modelo computerizado que mostraba plantas de color claro y otras de color oscuro com: pitiendo por el crecimiento en un planetaen el que cadaver ba- bia més luz solat, Sélo se trataba de una simulacién, pero el pro- grama me mostr6 cémo ee mundo imaginario regulaba su temperatura hasta Hegar a u {Queescama 49 de las margaritas», era inusitado como modelo evolucionario, y commas — undo de las margaritas simula un planeta como la Tierra que orbita alrededor de una estrella como nuestro sol. En ese munda sélo hay dos especies de planoss, y ambas enmpiten por 1 espacio vital, como haria cualquier planta. Cuando el sol es mds joven y Ff, tambin lo es el modelo de planeta, y en a época prosperan las margaritas oscuras, Sdlo en los puntos mis cAlidos, cerca del ecuador, se encuentran margari color cla- més Alirse calentan vex. mas la es- trella, las margaritas claras van pera mae has cane yy a través de la competencia por el espacio entablada entre am- bas especies, el planeta siempre se mantiene cerca de la tempera- cura ideal para la vida, Al final, la estrella se vuelve tan caliente tue ni siquiera las margaritas claras pueden sobrevivir y el pla- \cta se convierte en un pedazo de roca esférica mucrta, El modelo no es mis que una caricatura, pero piense en él como si fuera el plano del metro de Londres: no vale como ca- Mejero de Londres, pero es ideal para orientarse en la ved de me- tro de esta bulliciosa ciudad. sino que, de he- cho, forma parce de ela. accién de la mayorfa de bidlogos y gedlogos al mundo como buenos cientificos, la de tratar de de- » funcionaba, Lo intencaron repetida- 50. LAVENGANZA DE LATIERRA mente, cada vez. con mas ahinco, pero no tuvieron éxito. Para responder a algunos de esos criticos, creé modelos mucho més ti- cos en especies que el mundo de las margaritas. Inchufan diversos tipos de plantas, conejos que se as comfan y zorros que cazaban a los conejos. Pero todos los mundos resultaron tan estables y ca- paces de autorregularse como el mundo de las margaritas. Mi amigo Stephan Harding ha realizado modelos de ecosistemas en- teros con cadenas y redes alimenticias completas y los ha utiliza- do para mejorat nuestro conocimiento de la biodiversidad. La persistencia de las criticas me llevé a comprender que Gaia no serfa considerada como ciencia seria hasta que fuera aprobada piblicamente por cientificos serios. En 1995 empecé a debatir con John Maynard Smith y William Hamilton, ambos dispuestos a hablar sobre Gaia como tema cientifico pero am- bos también opuestos a la idea de que la autorregulacién plane- carla pudiera evolucionar a partir de la seleccién natural. Aun asi, Maynard Smith apoy6 sin ambages a mi amigo y colega Tim Lenton cuando éste escribié un articulo fundamental en Nature titulado «Gaia y la seleccién natural». En él describia los diver- sos mecanismos que la Tierra utiliza para conseguir su objetivo de mantener la habitabilidad para cualquier forma de vida que albergue en cada momento. Hamilton, en un articulo escrito conjuntamente con Lenton bajo el provocativo titulo de «Espo- ray Gaia», se pregunté si la necesidad de dlspersarse que tienen los organismos era el eslabén que vinculaba las algas del océano con el clima. En 1999, Hamilton dijo en un programa de tele- visin que «igual que hizo falta un Newton para explicar las ob- servaciones de Copémico, necesitébamos otto Newton para ex- plicar cémo la evolucién darwinista conduce a un planeta habitabley. Entonces, al menos en Europa, se empeaé a en una conferencia en Amsterdam en 2001 ~ : . i‘ pees {QUE ESGAIA? 5 ron una declaracién que tenfa como primera afirmacién impor- tante la siguiente: «La Tierra se comporta como un sistema tini coy autorregulado, formado por componentes fisicos, quimicos, biolégicos y humanos.» Estas palabras supusieron una abrupta ruptura con la sélida ciencia convencional previa, cuyos bidlogos sostenfan que los organismos se adaptan a su entorno, pero no lo cambian, y cu- yos cientificos dedicados a la Tierra crefan que las fuerzas geol6- gicas bastaban para explicar la evolucién de la atmésfera, la cor- teza terrestre y los océanos. Aqui cabe recordar los esfterzos del eminente bidlogo Eugene Odum, que ya en la década de 1960 veia un ecosistema de entidad parecida a Gaia. Hasta donde yo sé, ninguno de los bidlogos que tan contundentemente rechaza- ron la idea de Odum ha admitido hasta ahora su error. La Declaracién de Amsterdam supuso un paso decisive hacia la adopcién de la teorfa de Gaia como modelo de trabajo para la Tierra; sin embargo, las divisiones territoriales y algunas dudas que se resistian a disiparse hicieron que los cientificos no se atte- vieran, como afirma mi teoria, a declarar que el objetivo de esa Tierra que se autorregula es mantener la habitabilidad, Esta omi- sién permite a los cientificos ser partidarios de boquilla de la Ciencia del Sistema de la Tierra (ESS)," 0 Gaia, pero al mismo tiempo continuar Hlevando a cabo de forma atomizada sus mo- nes. Esta tendencia tan natural y humana de ientificos a resistrse alos cambios, en condiciones normales > bubiera importado mucho, finalmente hubieran abandonado s viejos habitos y los geoquimicos hubieran empezado a consi- rar la biota como una parte de la Tierra que evoluciona y res- pondea los cambios y no como sila vida fuera simplemente una Aa pasiva, como los sedimentos 0 los océanos. Al final, in- tuso los bidlogos hubieran acabado por considerar el medio »mo algo sobre | organismos inciden activamente y o que adaptarse. Pero, por desgracia, n muy di neras que 52 LAVENGANZA DE LA TIERRA ora, la humanidad y la Tierra se en- freatan a un peligro mortal con poco tiempo para reaccionat. Si Jos mandos medios de la ciencia bubieran, {Cémo funciona Gaia? sintentos de crear mo- i .¢ no incluyan limicaciones me- delos de ecosistemas naturales que no ine! scion ddioambientales —desde el célebre modelo de conejos y z0rFos {dl biofisico Alfred Lotka y su colega Vito Volerza a los dltimos {que se sirven de la teorla dela complejidad— no loan reproducir la sdlida estabilidad de un ecosistema natural. Lotka tniab, ya en 1925, de que las ecuaciones de esos modelos dema- ado simples carecian de un medio fisico que las limitase ys por tanto, serfan dificiles de resolver: ‘A pesar de esta advertencia, ; biclogia dle poblaciones ha fascinando a los bidlogos académicos Tlarare setenta afios, por ms que no representen cl mundo real ni satisfagan a sus colegas més practicos, los ecologistas que . tnsucian las botas sobre el cerreno. Analice cualquier sce antiguo que sobreviva en alguno de los pocos lugares de Ik todavia intactos y verd que es dit el cuerpo humano. intentos, as mateméticas abstractas de la QUEESGAIND 53 Su fe era tan fuerte que no podian concebir que un ecosistema evolucionara de forma independiente de los genes de las especies que lo constituian. De hecho, la evolucidn epigenética de ecosis- temas y Gaia puede darse simplemente mediante la seleccién de las especies existentes. iste adaptacidn. La evolucién de los ecosistemas y de Gaia necesita mucho més que el nero gen egofsta. Las inestables matematicas de la competicién y depredacién desbocadas entre organismos vivos no son distintas de las masas indisciplinadas y a menudo ebrias que se retinen en los centros de las ciudades por la noche. La restriccién que suponia una co- munidad fuerte y segura de su poder, apoyada por una eficaz fuerza policial, logeé en otros tiempos que reinara la tranquili- dad y la estabilidad, pero ahora ha desaparecido, y a menudo im- pera el caos. La propia Gaia esté seriamente limitada por las reac- ciones del medio inerte. Los darwinistas tienen razén cuando afirman que la seleccidn natural favorece a a especie que da aluz a la progenie més numerosas, pero ese crecimiento vigoroso tie~ ne lugar dentro de un espacio delimitado, en el que la reaccién del medio propicia una autorregulacién natural. Las consecuencias de un crecimiento exponencial sin limites sc haan puesto muchas veces como ejemplo de la fuerza de la vida. Si_una simple bacteria se dividiera y repitiera esa divisién cada veinte minutos, suponiendo que no tuviera limitaciones al creci- co y sus fuentes de alimento fueran infinitas, en apenas dos s el total de sus descendientes pesarfa tanto como la propia a. La depredacién y una disponibilidad de nutrientes limi- da son restricciones locales y, antes de Gaia, los tenis eran las inicas que uenta, 54. TAVENGANZA DE LA TIERRA Pero geémo actiian esas limitaciones medioambientales? De- penden de la olerancia de los propios organismos. Todas las for- wmas de vida tienen unas temperaturas maxima, minima y éptima para su crecimiento, Lo mismo sucede con la acidez, salinidad y la abundancia de oxigeno en el aire y en el agua. En consecuen- ‘Aparte de unos pocos organismos especializados, los extre éfilos, que viven en manantiales termales cuyas aguas se acer- ‘an al punco de ebullicién o en lagos saturados de sal o incluso en los potentes écidos de nuestro estémago, cas todas las formas dde vida son bastante quisquillosas en cuanto sus condiciones de Vida, Las células individuales que constituyen Ja vida necesitan tuna combinacién exacta de sales y nutrientes en su medio inter- ro y s6lo toleran pequefios cambios en la composicién del medio aque las rodea, Cuando esas células se retinen 2 millones para for- mar grandes animales y plantas pueden regular su medio interno independientemente de los cambios externos. Por eso no nos perjudica nadar en agua salada 0 tomar una sauna. Pero las bac- Terias, algas y otros organismos unicelulares no tienen més op- cién que vivir a la temperatura y en las condiciones con las que se encuentren y, en consecuencia, se han adaprado a un amplio abanico de temperaturas, salinidad y acide. Pero incluso para tllos el espectro de temperaturas tolerables est entse ~1,6 °C, punto en que se congela el agua del mar; ylos 50 °C. Los huma- nos y Ia mayoria de mamiferos y aves tenemos una temperatura corporal de alrededor de 37 °C, y somos denominades homeo- termales o de sangre caliente. Los reptiles e invertebrados, mu- cho menos remilgados, reciben el curios nombre de poikilo termales 0 de sangre fifa, Nuestros cuerpos pueden resis temperatura interna de entre 34 °C y 4 mpo, pero nos sentimos fr ee AQUEESGAIA? 55 descendemos de 36 °C 0 superamos los 39 °C. Tanto si vivimos como inuits en el Arico o como bosquimanos en lo més térrido del desierto de Kalshari, ésos son nuestros limites internos. La mayor parte de la vida prospera entre 25 y 35 °C. Sin em- bargo, ese intervalo afecta sélo a la parte fisiolégica de la regu- Jacién. Las propiedades fisicas de la parte material de la Tierra también influyen en la vida. Por encima de 4 °C el agua se ex- pande al calentarse, y si la superficie del mar es calentada desde arriba por la luz solar, la capa superior absorbe la mayor parte del calor, con lo que se expande, haciéndose ms ligera que las aguas més frias que quedan por debajo, Esa capa superior ms templa- da tiene un grosor de entre treinta y cien metros. Se forma cuan- do la luz del sol es lo bastante potente como para subir la tem- peratura de la superficie més o menos por encima de los 10 °C. La capa templada de la superficie es estable y, excepto duran- te grandes tormentas, como los huracanes, las aguas mis frias del fondo no se mezclan con ella, La formacién de esta capa superior templada es una potente restriccién a la vida ocednica. Los pro- ductores primarios que habitan la recién formada capa templada a principios de la primavera, pronto acaban con casi todos los nuctientes y mueren, Los cadveres de esta vida primaveral se hunden en el fondo del océano y pronto la superficie queda va- cfa de toda vida, excepruando una limitada y hambrienta pobla- cidn de algas. P el Antico y el Antartica la temperatura dela superficie se mantiene por debajo de 10 °C, de modo que en ellas se da una mezcla constante de aguas inferio- res y superiores, lo que hace que haya nutrientes disponibles por todas partes. A principios del siglo xx, los viajes entre continentes se real- zarban por mar. Los que llegaban en barco a Europa desde Nue- 1 York primero veian las aguas claras y azules de la corriente del olf y luego, cle wpente, navegando hacia el noreste dejando 56 LAVENGANZA DE LATIERRA atrds Cape Cod y entrando en la cortiente frfa de fae aguas ge volvian oscuras y densas. Puede que a la lactate agraden las remperatras suas, pet las propiedads de agi impiden que disfaten de mucho ms que 10 °C, a metos 26 wc tate de un néimero extremadamente pequetio de individuos dispuestos ademas a vivir en condiciones cereanasa la inanici6n, sta es una imitacin global importante al crecimiento uno de Jos motivos po los que a Gaia le conviene manenerse fi Tn los grandes dsiertos de os actales océanoseambién tay oasis, Se encuentran cerea de los continentes, donde e agua fa y rica en nuttientesasciende desde las profundidades. En as 20° ey marftimas que quedan frente a los estuarios de grandes rfos como el Mississippi, el Rin, el Indo y el Yangrzé se forman oasis antificales,rcos en nutrients debido los desechos que br e+ tra generan los cultivos intensivos. Pero estos oasis, tanto los na- turales como los artificiales, no son relevantes : ‘Otra limitacién similar ¢ igualmente importante se da en la yerficie a ero en el mundo natural, el ara vivir es dificil de encontrar cuando la or encima de los 20 °C. En inviernc ee ‘agua que necesitan pi temperatura asciende pi s ‘cuando llueve y las temperaturas se mantienen p\ 10 °C, el agua permanece en el suelo mds tiempa ign o cémo las. ndose {QUEESGAIA? 7 cecosistema lo logra manteniendo las nubes y la lluvia encima de la selva, pero esta propiedad también tiene sus limites. El y Peter El agua pure secongela a lor0-°C, mientras que en los océs- nos la sal reduce la temperatura de congelacién hasta—1,6 °C. La vida puede adaptasse a temperaturas bajo cero —los peces nadan en aguas bajo cero no congeladas—, pero en estado de congela- cién, la vida activa es imposible. Cuando Sandy y yo visitamos los laboratorios del British Antarctic Survey en Cambridge nos quedamos embelesados mirando un pez que, en un tangue con agua a una temperatura de—1,6 °C, nadaba vivaz y répidamente hacia nuestro anfitrién anticipando la comida que éste iba a dar- le. Era obvio que, para el pez, aquélla era una temperatura tole- rable. Cuando el agua de un organismo se congela o se convier- te en vapor, las sales disueltas en ese organismo se concentran, la concentracién de sal sobrepasa el nivel erftico del 8 por cien- to, el organismo muere inmediatamente. Los organismos se han aptado a este problema hasta cierto punto. El agua de mar, por jemplo, tiene un 6 por ciento de sal y esté cercana por tanto al mice letal, pero la seleceién natural ha favorecido a los organis- mos que pueden generar sustancias capaces de neucralizar ls consecuencias dafiinas del aumento de sal. En el océano se gene- ‘n_ grandes cantidades de propionato de dimetilsulfonio con rra, los insectos del Artico han desarro- su organismo cuando se congelan. simpuestas por el agua influyen en el relacién entre éte y la temperatura ida en la Tierra, Desde un pun- 58 LAVENGANZA DE LA TIERRA to de vista puramente humano, {que quedaron cubiertas por glaciares 0 tundra durante la edad de hielo, Desde el punto de vista de Gaia, la glaciacidn era un esta- do deseable, pues habia mucha menos agua templada en la su- perfcie de los océanosy, por tanto, mucha mds vida en ellos. Por bura parte, el agua que origins los grandes glaciares procedia de los mares, con lo que el nivel de éstos descendié unos 120 me- tros, lo que habrfa hecho emerger una area de tierra del tamafio de Africa, en la que podian crecer plantas. Como demuestra la ‘escasez de diéxido de carbono en esa época, la zona de la Tierra ins fila albergaba més vida pues hacen falta muchos seres vivos para reducir el didxido de carbono a menos de 200 partes por (ppm). Mas ain, las muestras extradas del mticleo de hie~ i la Antirtida sugieren que las emisiones de sulfuro de dime (DMS) eran cinco veces mayores en la edad de ef actualidad. Esa mayor produccién de sulfuro gaseoso supo- ne la existencia de més algas marinas, la fuente de DMS en los océanos, Desde mi punto de istema Tierra, es dec Gaia, pudiera escoger, preferirfa la edad de hielo a la actual era relativamente templada Pero Gaia no se limita a regular la. temperatura. Tam vital que mantenga una composicién. quimica estable. Andrew Watson y Tim Lenton han avanzado mucho en el camino del descubrimiento del mecanismo regulador del oxigeno atmosféri- co y hacia el esclarecimiento del papel que juega ese elemento es- caso pero clave que es el fosforo, Peter Liss h fuentes biolégicas en los océanos de elementos el azutfre, el selenio y el yodo. Que rs 9 -mosfética, la fisica de las nubes y el clima estén siendo estudis- dosen docenas de laboratoris de todo el mundo. Ahora que se ha aceptado Ia existencia de la regulacién gaiana, aunque no sc haya comprendido cémo funciona, se estéllevando a cabo un csfuerzo global para descubrir las estadisticas vitales de la Tierra Muchos de los detalles estin disp 5 System, de Kump, Kasting y Crane, Vale la pena utilizarlo como fuente, aunque no sea, como es normal en Norteaméti gaiano como podria. tan En 1994, uno de los autores, amigo el geoquimico nor- mos un articulo en Nature | mundo de mar- valores generalmente aceptados de la ratio de crecimiento de as algas y los érboles de los bosques en condiciones ideales en las ef modelo las limitaciones que existen en 1 mundo real, conse- cucneia de las propiedades fisicas del agua, Para las algas mati- temperatura dptima de crecimiento se situarfa cerca de los, 10 ®C, pues por encima de este valor, como hemos visto, se for- sero de nu- 0 de creci- GO LAVENGANZA DE LA TIERRA cl mundo real. El modelo demostré una buena capacidad A = gulacién, tanto por parte de los ecosistemas mi smo de los terrestres. ‘medida que la tem- ivadas de nutrientes por ‘cuadro 1 muestra [a progresién del madelo con un nivel cada vez mayor de contaminacién de CO,, que va desde valores prcindustriales hasta éstos multiplicados por tres. Fay que pre- Cuapro 1 Prediccién climatica segin el modelo descrito en el texto “Tempecirurs Plants, algas y COs {QUES GAIA? 61 cisar que, incluso después de triplicar el nivel preindustrial, el to- tal sigue siendo menor de lo que estamos afiadiendo hoy a la at- mésfera. La parte de arriba del gréfico corresponde a los cambios de temperatura, i modelo indica simplemente si la respuesta es positiva 105 una pequefia variacién periddica en dl calor recibido del sol. La amplitud de esta fluctuacién fue cons- tante y se refleja en las variaciones de la por otra parte constante temperatura del planeta muerto de control que corresponde a la linea superior. La parte inferior del cuadro muestra los cambios que se producen en la vegeracidn terrestee, las algas marinas y el nivel de diéxido de carbono de la atmésfera. Mientras la re- gulacién se producfa, la cantidad de algas y plantas, asi como la temperatura, mostraban oscilaciones moderadas, pero cuando el ecosistema algal empezé a verse amenazado, las fluctuaciones se hicieron mayores y se vieron amplificadas por la respuesta positi- va. El repentino salto en la temperatura desde unos 16 °C a unos 24 °C siguea la mayor fluctuacién y la extincién de kas algas. El modelo se ajusta sorprendentemente bien al comporta- miento observado y previsible de la Tierra. El punto de infle- in, 500 ppm de didxido de carbono, comportarfa, segiin el IPCC, un aumento de temperatura de unos 3 °C. Se crata de un ‘om 8 repura- v5 cientificos profesionales que controlan el estado de los océa- vs y la atmésfera ya han celeracién del in- las, pero deberfan ser dos corren parejos con 62 LAVENGANZA DE LA TIERRA 4 todos los sistemas que se Jpas que demuestran que casi £0 : ae a vefentan al cima de la Tierra estén hoy en respuesta reaccién positiva, éramos capaces de instaurar una tende puesta positiva trabaj yr suptesto, : neta al enfriamiento, esa misma res] nuestro favor acelerando el mismo. tivas son: 10, mencionado en primer tudyke (xalbedo» se refiere ala suelo cubierto de nie- ‘Algunas de estas respuestas po: 1). La reaccién del albedo del 0 ruso M. 1. B = a. do la ten- fa global es hacia el enfriamiento, el mismo proceso opera al mc casquete del Polo is (@ A medida que los océanos se clientan, a oe cxbiers .e, convirtiendo el océano bres en nuitrientes crece, ©0 Cs I Eso reduce el ritmo de re- inhéspi as algas. Eso tun lugar més inhéspito para odes “Inceién de didxido de carbono en La atmésfera y disminny generacién deestratos de nubes marinas eflectamts, &: tierra, el aumento de ternperatura tiende a dese ducir el rea cubierta por ellos. mos de QuaEsca 6 Nature, observé que los bosques boreales de Siberia y Canada son oscuros y absorben calor. Conforme el mundo se vuelva més cilido extenderén su superficie hacia el norte, y asf podrén ab- sorber més calor, eo Cuando mueren los ecosistemas de bosques o de algas, su descomposicién libera diéxido de carbono y metano en el aire. En un mundo cada vex. més cilido, esto también acta como respuesta positiva, 8. En los cristales de hielo hay grandes depésitos de meta- no dentro de nichos moleculares denominados clatratos. Son es- tables lo con el frio 0 a altas presiones. Al calentarse la Tierra hay un riesgo mayor de que estos clatratos se fundan liberando grandes cantidades de metano, que es un gas invernadero veinti- cuatro veces mas potente que el didxido de carbono, Seguramente hay mds sistemas, tanto g que sabemos que responde negath tun sumidero climético a largo plazo del ado «absorcién de las roca." Se trata del proceso bioguimico cediante el cual el didxido de carbono di n, logrando lo de carbono. Pero demasiado respuesta positiva. Asimismo, hay una respuesta negati- ida por las tormentas tropicales, las cuales agitan lo hacer subir nutrientes a la superficie lo asi el florecimiento 64 LAVENGANZA DE LATIERRA le las alas. No sabemos atin qué efecto tiene esto sobre el clima. . paecisn atmosférica pasada y presente de didxido deer bono y metano es similar a la emisi6n natural de estos gases hace cineuenta y cinco millones de ais. Entonces la tempera ts bid unos 8 °C en las regiones moderadas en los La naturaleza de la regulacién Hasta hace muy poco, aceptabamos que la evolucién de los or- ganismos se producia segin las pantas expuestas por Darwin, y qe la evolucién del mundo material compuesto por roc, aire y océanos evolucionaba segin decfan los libros de geologts. Pero Ia teoria de Gaia ve ests dos evoluciones anteriormente separ, das como parte de una tinica historia de la Tierra, en a ek vida y su medio fsico evolucionan como una sola ensidac Me parece ttl pensar que lo que evoluciona son los nichos y que los onganismos negocian luego la ocupacién de los ee ‘Las ideas que acabo de presentar forman parce de eae mentos de la teorfa de Gaia, pero una explicacién. completa re- cémo funciona la autorregulacién. En los fend- uerir(a explicar en detall i ‘ ipunos aspectos, so no es sélo dificil, sino imposible: los fe 2 la vida, la conciencia y Gaia, se resisten os emergentes, como eed mole to) de la ciencia, La emergencia tiene ciertas similitudes cone némeno cudntico conocido como «entrelazamiento —— y puede que no seamos capaces de explicarla por compen ie Sf podemos hacer es expresilaen el engi de las matemdcas yy tsarla en la cornucopia de nuestros inventos. Los ingen cemas complejos de autortegulacién, son capaces de crear como los pilotos a autrscamr 65 artefactos para aprovechar el entrelazamiento cudntico. Pero dudo que ninguno de ellos tenga una imagen mental consciente desus inventos los desarrollan y los comprenden intuitivamente. Recapitulando, la parte de la idea de Gaia que més nos con- funde es: zen qué consiste la autorregulacién? Lo que més me al principio del sistema de la Tierra era su capacidad de mantenerse siempre cerca de Ja temperatura éptima y de la composicién quimica adecuada para la vida y que hubiera pues- to en prictica esa capacidad durante mas de tres mil millones de afios, un cuarto del tiempo que se cree que Ileva existiendo el univers. Pero durante muchos afios después de la intuicién de no tuve la menor idea de cémo lo hi Cuando tenfa unos diez. afios, los domingos de invierno mi madre y mi padre me llevaban desde nuestra casa en Brixton has- ta South Kensington. Nuestro destino era el musco Victoria and Albert, repleto de tesoros artisticos y en el que estaba también mi lugar favorito, el Museo de la Ciencia. Como a la mayorfa de los nifios de entonces, entre 1928 y 1932, me fascinaban las cosas mecénicas y queria saber emo funcionaban. Una de las mejo- res piezas expuestas era un modelo del motor de vapor inven tado por James Watt que inclufa su famoso regulador. Este ins- trumento controla la velocidad del motor y consiste en un ee vertical accionado porel motor, cuyo extremo superior tiene dos brazos con cojinetes en las puntas. Ambos brazos estén unidos al eje con bisagras, de modo que cuando el cje gira, la fuerza cen trifuga eleva los cojinetes de los extremos. Cuanto mas répido va el motor, més arriba giran los cojinetes. Otro par de brazos sale del eje y se une a los primeros. La funcién de estos segundos bra- vos es simplemente levantar una palanca que controla el flujo de vapor que llega de la caldera al motor. Cuanto més répido va el motor, mds cerrada est la vélvula que controla el vapor. Incluso .do un nifio, me parecia obvio que, gracias a ese regulador, el idose a una velocidad constante y que a configuracién de la vélvula que con- sorpren¢ 66 LAVENGANZA DE EA TIERRA trolaba el vapor se podta jar esa velocidad en un punto més ako «nds bajo. Bra un ejemplo temprano de un sistema de control (que usilizaba la respuesta negativa para dominar un moror due roto modo serfaincontrolable, Sin este regulados la méquina sc embalarfa y probablemence acabarfa autodestruyéndose a cau we una presign excesiva, ose detendsfa cuando la presion Fue- ra baja. Pero zeraen realidad asi de simple? Tames Clerk Maxwell fue, probablemente, el isco més ime portante del siglo x1x. Vinculé las fuerzas del magnetism y la creerricidad en una teorfa global del electromagnetismo, teorla que puso los cimientos de Ia fisica moderna, Se Wiel afirms, pocos dfas después de ver el regulador a “Wave, que era cun buen invento, pero por mucho qu to, ais andlisis me supera». El desconcierto de Maxwell no es an sorprendente. Los reguladores simples, Tes sistemas fisiolégicos de nuestro cuerpo que tegulan la temmperat quimica, los modelos simples como el mun- " caen fuera de las Fronteras estrictamente de fnidas del pensamiento cartesiano de causay efecto. Cuando un ingeniero como Watt «cictra el efrculo» unlendo las pares de su regulador y haciendo que el moror funcione, no hay una mane ree jneal de explicar su trabajo. La Iégica se vuelve circular ys lo {que todavia ms importante, ol todo es ms que lasuma desus partes, Del canjunto de elementos que estén en funcionamiento Emerge una nueva propiedad, la autorregulacién, una caacte? tica que comparten todas las cosas vivas, mecanismos como los tezmostatos y 1s pilovos autométicos, y la propia Tierra. La filésofa Mary Midgley nos recucrda en sus preclaros esi- tos que el siglo xe fue la época triunfal del eartesianismo, Un odo de hubris excesiva que se bautiz6 asi mismo como de laycerteras, En sus inicios, hubo fisicoseminentes que afima- ron que «solo quedan tres cosas por cleseubrirn y . ind, é5t08 dos en lab «co cqverscnin 67 nos en serio la obs sobre la teorla cu del gran cientifico Richard Feynman problemen noo bes ues gar ue coma de lo que imaginamos. A menudo me laotco sinus. rae serdn capaces de aprehender més de una veque = de él y me pregunto si nuestra comprensién I ‘a es realmente mayor que la que una anguil cue el que nada. La vida, el universo, la concienc coronas mi simple, como montar en bicicleta, no se pueden expla con palabras Estamos justo empezando a descubsrir estos 10s emergentes y el de Gaia es tan intrincado como la fisica cudntica 0 el el entrelazamiento cudn co. Pero podemos negar que existan, no por ello

You might also like