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Pie san Vicente Ferrer de elevada estatura, de cuerpo bien conformado, Tenia los miembros en justa proporcién; no fue muy abultado de carnes fon los afos de su juventud, aunque era bien for- ido, Tenia el cuerpo extenvado grandemente por las disciplinas, ayunos, mortificaciones, viajes Y toda clase de asperezas, La cara no era sélo Agradable, sino muy hermoso; la frente serena y espaciosa, la cabeza bien formada, segun la per- feccién que ha de tener para ser espejo de una al- ma tan noble. El cabello, en la juventud rubio, in- clindse después a castafio muy claro. Los ojos grandes, bien proporcionados, graves y honestos Las mejillas, ni muy encendidas en color ni muy ‘apagadas; lena de gracia y pequena la boca; a barba del color del cabello y algo més obscura. La mucha aspereza de su vida cambié lo fresco del semblante en venerable palidez Tuyo buena complexién, no recia, pero si con las fuerzasy valor suficientes para tolerar grandes fatigas corporales, como la que le ocasioné una inflamacién horrible, que le mortificé largos ahos en una pierna. Era su temperamento predominan- temente el sanguineo, mismo que hace al hombre de cuerpo sano, con inclinacién de dnimo modera- do hacia la suavidad y benignidad. Desde los tier- nos aiios fue acompafiado de un cierto atractivo y fuerza oculta y secreta, que aficionaba a él, con inresistible impetu, los énimos de quienes lo tra- taba, ‘A los que hablaba, aunque fuese de paso, los inclinaba a quererle y venerarle, A todos miraba con alegre semblante, y hablaba con gran dulzu- ra y carino, Tuvo dotes superiores y eminentes para predicar, salud, gracia, sabiduria, presencia, ¥ vor tan sonora y clara, que cuando el fervor le éncendi, tronaba contra el mal con ecos de terror y de espanto, Era agradable a los oidos y jamds se alteré ni descompuso. En los Ultimos aos de su edad tuvo tantos brios en los sermones como si fuera de treinta aiios, pe- fo bajando del polpito las fuerzas le abandona- ban y ni siquiera podia dar un paso, ni luego en- tregarse con teson a los estudios. Esto sucedia porque las muchas vigilias y mortificaciones le ha- ian robado todo el esfuerzo ViDAs QUAMARES — Aho V = NP 57 — 17 fas em cavspordenc de 2 de in 010 anal Esrera hb GPUS Boose Goa, To 21-0857--Apan fee sant Se Coron Hy de sca 1, Fa 1, wr Edonas Enron ye a “Olona El 2 gun Reno, Dre Peduraen “Dene Gus, 916.2) BF tenuis pre Espns “Cuaron rs, & A=NaTbe, 48, Madi Digamos ahora algo de sus virtudes. No le pa- recia a San Vicente que hacia nada en cuanto eje- cutaba, porque vivia efectivamente dentro de una humildad sublime. No obstante ser tan celebra- do y admirado en el mundo entero, se tenia por un ser invtil, lleno de imperfeccione: é No comié carne jamds, sino estando muy enfer- mo. Sus ayunos duraban siete meses al ano. SU comida ordinaria consistia en unas hierbas 0 una lechuga. Los miércoles y viernes los pasaba a pan yagua durante tode el ato. No cend en cuarenta Giios sino los domingos. De lo que comia se con- tentaba con lo menos y peor; lo mas y mejor lo ce- dia. los pobres. El tiempo que duraba la comida lo aprovechaba leyende la Bil profundo silencio. Para dormir, jamés se desnudaba, y vestido y calzado, y aflojando las sandalias, se acostaba sobre unas tablas, o sobre el frio y duro suelo. Durante veintidés aiios anduvoa pie. Pero como no podia su cuerpo con tantas penitencias, lege enfermar gravemente de una pierna, hasta ve se obligado a montar en un borriquillo, cuyos ‘arreos eran tan humildes que por estribos tenia dos pobrisimas sogas. Aunque caminase todo el dia y llegase cansado al fin de la jornada, se le- vantaba a medianoche y poniéndose de rodillas meditaba con gran devocién. Desde nino empez6 a ser predicador, pues los sermones que en aquella tierna edad ofa, los en- tendia de manera que después daba cuenta de ellos a su padre y lego los predicaba a los demas muchachos con muchisima gracia y soltura. ‘Alcanz6 gran facilidad en los estudios y predi- caba una, dos y méshoras sin que jamds se le ago- tase, nila materia, ni la manera hermosa de des- arrollarla, Nunca se cansaban las gentes de oirle y consideraban una gran dicha haber escuchado tan insigne varén. (Arreglo de un capitulo sobre San Vicente Ferrer, de la coleccién “Vidas Populares de los Santos") Javier Pofialosa.—Reali ortada: H. Javier Dinorin, Aststica En el proximo ndmero: "SANTA TERESITA DEL NINO JESUS" ‘mens © Copy, 1958 Delchos mundi oarade. yao 9547 1.0 erro Rapa an , re fun CO mas tavern sae Bist REVISTA APROBADA FOR LA SECRETARIA DE EDUCACION POBLICA se guardaba EL ARTE EN LA RELIGION illa de los Reyes, en el antiguo conyento de Santo Domingo (Valencia, Espafia), donde profesé San Vicente Ferrer.

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