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C A P Í T U L O I

Diferentes aproximaciones a
la investigación cualitativa;
fundamentos epistemológicos

DESAFÍOS ACTUALES EN LA DEFINICIÓN DE INVESTIGACIÓN CUALITATIVA:


BREVE HISTORIA SOBRE EL USO DEL TÉRMINO

C
uando se trata de investigación cualitativa surge un sinnúmero de preocupa-
ciones, objeciones y contradicciones entre los investigadores. Una de las po-
lémicas más comunes se relaciona con la imposibilidad de lo cualitativo y lo
cuantitativo. Esto implica que al utilizar el término cualitativo se continúe haciendo
la división mecanicista entre ambos momentos de la construcción del conoci-
miento, esta vez convirtiendo en absoluto el momento de la cualidad.
El uso del término cualitativo, como el de cualquier categoría del pensamiento,
no coincide, en su sentido semántico, con la compleja realidad que se pretende
abarcar en su definición. Lo cualitativo, como concepto alternativo a las formas
de cuantificación que han predominado en el desarrollo de las ciencias sociales
y, de forma particular en la psicología, es vía de acceso a dimensiones del objeto
inasequibles al uso que en nuestra ciencia se ha hecho de lo cuantitativo. Esto im-
plica que el alcance y los límites de ambos tipos de metodología en la investiga-
ción psicológica llamen nuestra atención por la propia definición ontológica de lo
que deseamos estudiar.

1
Gonzalez Rey (2000) Investigación cualitativa en Psicología. Rumbos y desafíos.
2 Investigación cualitativa en psicología. Rumbos y desafíos

El término cualitativo en la investigación y la evaluación no ha tenido un sig-


nificado único para quienes nos hemos afiliado a esta visión; unos lo considera-
mos una forma diferente de hacer ciencia en relación con el modelo positivista,
con las implicaciones teóricas y epistemológicas que eso tiene: mientras que otros
han visto lo cualitativo sólo en su aspecto instrumental, y lo hacen conservando as-
pectos esenciales de la epistemología cuantitativa en la construcción del conoci-
miento (Becker H.S., Taylor y Bogdan, Hughes y Strauss, Glaser, R.G., Spindler y
Spindler, Navarro y Díaz y otros).
De hecho, muchos autores mantienen una orientación empirista en la investi-
gación cualitativa, apoyada epistemológicamente en el positivismo, a pesar de los
sugestivos aportes metodológicos que ha hecho este movimiento. Sin embargo,
cuando estos aportes se han asumido de manera coherente, conducen de forma
inevitable a una confrontación epistemológica. Antes de continuar nuestra reflexión
sobre la definición de lo cualitativo en la investigación social, presentaremos algu-
nos intentos de sistematización sobre la historia de la investigación cualitativa, pues
ellos facultarán nuestro análisis ulterior.
Desde finales del siglo pasado ha habido acciones aisladas de investigación
cualitativa. Bogdan y Taylor sitúan los comienzos de dicha investigación en Estados
Unidos, donde surgió asociada a una perspectiva sociológica. Sin embargo, no fue
hasta principios de este siglo cuando la investigación cualitativa se sistematizó con
los trabajos de campo de Malinowski, Bateson, Mead, Benedict y otros, quienes
fueron fuente importante para el desarrollo del modelo etnográfico, el cual consi-
deraba la investigación social referida al estudio de las culturas humanas, como una
investigación participativa, en la que el investigador forma parte del campo de in-
vestigación. La etnografía aparece entonces como una importante tradición cualita-
tiva a partir de la investigación antropológica.
Hacia las décadas de los años 20 y 30, en que fueron publicados algunos de
los trabajos de los autores mencionados, se desarrolló la Escuela de Chicago en el
campo de la sociología, apoyada en el método de la observación participante (An-
derson, 1923; Trasher, 1927; Cressy, 1932 y otros).1
En sus inicios, la investigación etnográfica, a pesar del cambio que representó
considerar la presencia del investigador en el campo, siguió colocando en el
centro el afán por la objetividad y la neutralidad, atributos esenciales de la episte-
mología positivista que dominaba el escenario de las ciencias sociales. Como resul-
tado, la investigación etnográfica mantuvo su énfasis en la fidelidad a los datos ob-
tenidos en el momento empírico. Sin embargo, la propia complejidad y vitalidad
que la presencia del investigador en el campo trasmitió a lo estudiado, condujo a
reflexiones y construcciones teóricas contradictorias a los principios generales asu-
mí dos por estos autores, y que hoy cobran nueva significación ante el desarrollo
de concepciones epistemológicas alternativas en las ciencias sociales.
Malinowski, por ejemplo, mantuvo definiciones estrictamente empiristas en lo
relativo a la neutralidad del investigador y al lugar primario de lo empírico, y fue

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Los dalos sobre la Escuela de Chicago fueron tomados de Rodríguez Gómez, Gil Flores y García Jiménez,
Metodología de la investigación cualitativa. Ediciones Aljibe, España, 1999.
Diferentes aproximaciones a la investigación cualitativa; fundamentos epistemológicos 3

muy sugerente y creativo en cuanto a los métodos que han de ser utilizados para la
construcción del conocimiento, lo cual le llevó a superar las formas instrumentales
y despersonalizadas para obtener la información, que eran características de la
investigación positivista tradicional. En este sentido escribió:

Así, por ejemplo, al preguntar cómo enfrentarían el crimen o cómo castigarían (se refiere
a los nativos estudiados por él), se presentaría ante el nativo una pregunta muy
abarcadora como: ¿De qué manera tratan o castigan a un criminal?; pero no se encon-
trarían palabras para expresarla en el idioma nativo o en pidgin. Sin embargo, un caso
imaginario, o todavía mejor, un hecho real, estimularían al nativo a expresar su opinión
y a proporcionar abundante información (1990:48).
La cita anterior sugiere una idea que defenderemos más adelante: el tránsito
de una epistemología de la respuesta a una epistemología de la construcción. Lo
que Malinovski defiende como resultado de lo que yo llamaría una "aproximación en
situación límite", es aquella construcción que acontece cuando el sujeto estudiado
tiene cultura diferente y otro lenguaje, y no significa los mismos fenómenos que
expresa nuestro lenguaje. Esto es evidencia extrema de un fenómeno común a
toda investigación social: el valor de la expresión espontánea del otro ante una
situación poco estructurada.
Las construcciones del sujeto frente a situaciones poco estructuradas producen
una información cualitativamente diferente a la producida por las respuestas a pre-
guntas cerradas, cuyo sentido para quien las responde está influido por la cosmo-
visión del investigador que las construye. Esta última tendencia ha predominado
en el desarrollo de instrumentas objetivos en psicología.
A pesar de mantenerse en los límites de la epistemología positivista dominante,
el contacto con un sujeto diferente de investigación permitió a los antropólogos
elaborar reflexiones parciales que evidencian su valor cuando son aplicadas al
desarrollo de un referente epistemológico alternativo. El culto al dato condujo a la
etnografía a un callejón sin salida, pues la recolección de datos llevó a los
investigadores a la acumulación de gran cantidad de registros, que resultaba
imposible expresar en forma teórica. La recopilación indiscriminada de datos,
orientada por un paquete de instrumentos descriptivos y objetivos del investigador,
dificultó el desarrollo de las ideas, que son los elementos fundamentales para la
construcción del conocimiento.
En relación con el desarrollo histórico de la investigación cualitativa, Denzin y
Lincoln (1994) reconocen cinco periodos esenciales:
• Periodo tradicional: influido por el paradigma científico positivista, por su
búsqueda de la objetividad, la validez y la confiabilidad del conocimiento
obtenido. Este periodo es identificado con figuras como Mead, Malinowski.
Radcliffe-Brown y otros.
• Periodo modernista: va desde los años de la posguerra hasta la década de
los setenta y, según los autores, todavía hoy se observa su influjo en
algunas investigaciones. Muchos de esos trabajos intentan formalizar los
métodos cualitativos. Entre los autores referidos a este periodo están
Bogdan y Taylor, Cicourel, Glasser y Strauss y Becker.
4 Investigación cualitativa en psicología. Rumbos y desafíos

• Periodo de la indiferenciación de géneros: se ubica entre los años 1970 y


1986. Los investigadores buscan una complementación mutua de paradigmas,
métodos y estrategias que aplicar a sus investigaciones. Las estrategias
de investigación iban desde la 'grounded theory’ al estudio de caso, los mé-
todos biográficos y la investigación clínica. Ese nuevo criterio tomó las
representaciones culturales y sus significaciones como punto de partida.
Entre los autores que destacan en este periodo están: Geertz, quien
sostenía que la frontera entre las ciencias sociales y las humanidades no era
precisa, planteamiento que adoptaron autores como Derrida, Barthes,
Garfinkel y Castaneda. En este periodo ocurrió una confusión de géneros que
condujo a eliminar la distinción clara entre literatura y ciencia social.
• Periodo de crisis de representación: a partir de los años ochenta se produjo
una profunda ruptura, que Denzin y Lincoln identificaron con la difusión de
un conjunto de trabajos como La antropología como crítica cultural (Mar-
cus y Fisher, 1996); La antropología de la experiencia (Turner y Bruner) y
otros. Esos trabajos se apoyaron en investigaciones más reflexivas y
llamaron la atención sobre los problemas de género, raza y clases
sociales. En ellos se cuestiona un conjunto de principios dominantes en la
antropología, como la objetividad, la concepción de la vida social
organizada por rituales y costumbres fijas, así como la complicidad de
aquella antropología con el colonialismo (véase Denzin y Lincoln, p. 10).

En ese lapso se hicieron más comunes las teorías interpretativas en oposición


a las "grounded theories",2 y fueron más discutidos los conceptos de confiabilidad,
validez y objetividad. En ese periodo crítico fue revisada también la forma de co-
lectar datos que predominó en la investigación antropológica, y hubo transito de
una visión descriptiva y acumulativa, a la producción de un texto donde el antro-
pólogo figura como personaje central de la historia contada por él. En general, este
periodo cuestionó mucho de lo que se hacía, y provocó innumerables debates
acerca de la antropología y los métodos de investigación social.

• Periodo de la doble crisis: fue resultado de una crisis de representación y de


legitimación de los investigadores cualitativos ante el mundo de las ciencias
sociales. La crisis de representación está definida por el hecho de que el in-
vestigador social puede capturar directamente la experiencia vivida. Esta
experiencia, se argumenta ahora, es creada por el texto social escrito por el
investigador, lo cual nos coloca ante el problema del conocimiento como
discurso socialmente construido, dimensión que, dentro de algunas corrien-
tes posmodernas (Gergen, Ibáñez), lleva a la sustitución del conocimiento
por el discurso, lo que causaría el fin de la epistemología, entre otros "fines"
traídos por la posmodernidad.

2
La expresión grounded theory ha sido traducido de diferentes formas al español. El mismo ha apare-
cido como teoría fundamentada (Rodríguez Gómez, Gil Flores y García Jiménez, 1996). En nuestra
opinión sería mejor su traducción como teoría fundamental o básica. Por la ambigüedad de las pro-
puestas, seguiremos utilizando, entrecomillada, la expresión en inglés.
Diferentes aproximaciones a la investigación cualitativa; fundamentos epistemológicos 5

La crisis de la legitimación tiene que ver con el proceso de repensar las


formas de legitimidad del conocimiento producido, lo que lleva a una reflexión
profunda sobre el sentido de los términos validez, confiabilidad y genera-
lización, entre otros.

El quinto momento, denominación con que Denzin y Lincoln identifican el


momento actual, está definido por la doble crisis generada en el periodo anterior.
Epistemologías nuevas, asociadas a grupos que mantuvieron silencio, hoy comien-
zan a aparecer como un intento de solución a los problemas planteados. La bús-
queda de grandes narrativas va siendo remplazada por teorías más locales y de
pequeña escala, centradas en problemas y situaciones específicas.
Esta breve caracterización de diferentes momentos de la investigación cualita-
tiva en las ciencias sociales, presentada por Denzin y Lincoln, muestra la historia
de otra forma de investigar que pretende especificar en sus métodos las caracterís-
ticas de su propio objeto, en este caso, el sujeto de la propia investigación. Es in-
teresante la rapidez con que se produjeron los cambios entre los años ochenta y
noventa; estos cambios son radicales en la problematización y discusión de los
principios epistemológicos positivistas en la investigación cualitativa.
La reflexión y el desarrollo de nuevos conceptos y procedimientos de inves-
tigación están acompañados de una reflexión epistemológica que, en opinión de
algunos autores, entre quienes me encuentro, consideran la emergencia de lo cua-
litativo esencialmente como la emergencia de una nueva epistemología (Ibáñez,
Stake, Rodríguez Sutil y otros). La elaboración de nuevas epistemologías, capaces
de sustentar cambios profundos en el desarrollo de formas alternativas de produ-
cir conocimiento en las ciencias sociales, requiere construir representaciones teóri-
cas que permitan a los investigadores acceder a nuevas – “zonas de sentido”3
sobre lo estudiado, imposibles de ser construidas a través de las vías tradicionales.
Lo anterior hace evidente la importancia de las construcciones teóricas en el
desarrollo de la epistemología. En mi opinión, el empirismo característico de la
epistemología positivista ha sido uno de los factores que han impedido a los inves-
tigadores cualitativos ver que el punto fuerte de una representación metodológica
alternativa es reconocer el estatus de las ideas, de la producción teórica como atri-
buto esencial de la producción del conocimiento. Esto supone otorgar un lugar di-
ferente a lo empírico en la comprensión de la ciencia.
Considero muy importante que los investigadores cualitativos adviertan los
cambios en las representaciones generales del objeto de la ciencia; estos cambios
se han desarrollado desde diferentes puntos de partida, entre los cuales ha desta-
cado el de la complejidad, mismo que ha dado origen a consideraciones útiles pa-
ra las ciencias sociales, entre ellas, los trabajos de Morin y, en el caso de la psico-
logía, las aportaciones de Munné.

3
El concepto "zona de sentido" lo presento en mi libro Epistemología cualitativa y subjetividad, 1997, y
designa aquellas zonas de lo real que encuentran sentido en la producción teórica, y que no se agotan
en ninguno de los momentos en que son tratadas dentro de las teorías científicas.
6 Investigación cualitativa en psicología. Rumbos y desafíos

Las indefiniciones que han acompañado el desarrollo de la investigación


cualitativa han conducido a la asociación de algunos de sus aspectos generales con
posiciones metodológicas particulares, presentadas en los marcos de alguna ciencia
social concreta, como la etnografía. Así, muchas de las definiciones sobre la
etnografía como forma de investigación social expresan rasgos generales de la de-
finición de la investigación cualitativa en psicología. Esto ocurre, entre otras cosas,
porque la etnografía fue pionera en el uso de los métodos cualitativos.
Las formas en que lo cualitativo se ha desarrollado en las diferentes ciencias
sociales muestran marcadas diferencias entre una y otras. El estudio de este he-
cho es, sin duda, una interesante cuestión para quien se dedique a la historia de
las ciencias; sin embargo, como el objetivo de este libro es tratar el desarrollo de las
investigaciones cualitativas en psicología, intentaré exponer en forma breve algu-
nos temas ilustrativos sobre ese desarrollo.

ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA EN PSICOLOGÍA;


RESISTENCIA V CONTRADICCIONES

Aunque la psicología, fue definida en Alemania, en los trabajos de Wundt como


una ciencia de la mente y de la conciencia, pronto se convirtió en una de las cien-
cias de la conducta. De acuerdo con Hardy Leahey, la historia de la psicología
moderna comenzó en 1892, porque en ese año fue fundada la APA (American Psy-
chological Association). En ese sentido, como dice el autor:

“Para lo mejor o lo peor, y a veces, por razones extrañas, la psicología moderna es esencialmente la
psicología americana. Los movimientos y teorías americanos fueron adoptados más allá de
los mares” (1996:284)

En su interesante análisis sobre la situación social de Estados Unidos en aquel


final de siglo, el autor ubicó el cambio de orientación de la APA hacia un enfoque
cuantitativo, lo que marcó un momento de enfrentamiento entre la nueva psicolo-
gía y aquella llamada "vieja", surgida en los laboratorios de Wundt.
En 1896. Cattell J., quien fue el cuarto presidente de la APA, describió la nueva
psicología como una ciencia cuantitativa en rápido avance. Más adelante, el propio
Cattell hizo un llamado en pro de la psicología experimental. El desarrollo tan gran-
de que alcanzó la psicología en Estados Unidos, forzó la generación de técnicas
para las diferentes ramas de la práctica profesional. Ese movimiento de la Psicolo-
gía estadounidense ocurrido a fines del siglo pasado, fue reforjado por la elección
de J. Dewey como presidente de la APA en el ultimo año del siglo XIX. Dewey com-
prendía la mente esencialmente como un instrumento de adaptación, que debía ser
mejorado a través de la educación, propósito al que enfocó su atención.
La psicología se desarrolló como un recurso para combatir a la aristocracia ame-
ricana, y condujo a un reforzamiento de lo social sobre lo individual. Para Dewey,
la personalidad podía ser modelada linealmente mediante la educación. En esa época
se desarrolló una obsesión por el control, que constituyó uno de los antecedentes
esenciales del conductismo. Una psicología orientada hacia el control halló terreno
Diferentes aproximaciones a la investigación cualitativa; fundamentos epistemológicos 7

fértil al comprender la psique como conducta y la formación de la mente como


resultado de la manipulación de las condiciones que rigen la vida del hombre. De
acuerdo con Hardy Leahey, el concepto de mente fue evolucionando y eso
condujo a que ésta fuera entendida por las últimas versiones de la psicología
funcional como una instancia para resolver problemas, 1o cual, unido a la desapa-
rición gradual de ese concepto en la psicología animal, llevó a una profunda revi-
sión del concepto, incluso entre los filósofos de comienzos de este siglo. En esa
polémica tuvo lugar esencial el trabajo de James ¿Existe la conciencia?, en el cual
sostuvo que la conciencia no existe como cosa separada de la experiencia. El de-
bate fue muy importante para la psicología, porque condujo a dos concepciones
de la conciencia que apoyaron la aparición del conductismo: las teorías relacional
y funcional de la conciencia.
El desarrollo del conductismo llevó a una visión completamente naturalista de
la psicología, que es manifiesta hasta hoy de múltiples formas en la construcción
del pensamiento psicológico. Para el conductismo la psicología es una rama de las
ciencias naturales, lo que otorga a la objetividad, la predicción y el control, luga-
res esenciales en la ciencia. Para muchos psicólogos estos elementos son requisitos
esenciales para la producción científica. El arraigo tan firme de estos atributos en
los sistemas de creencias dominantes en la institución psicológica provocó que la
psicología fuera indiferente a las transformaciones epistemológicas radicales que
sugirió la mecánica cuántica sólo algunos años después. El conductismo se desa-
rrolló fiel a la imagen de ciencia característica del positivismo de Comte.
El desarrollo del positivismo lógico estimuló la construcción de aparatos lógicos
que permitieran trabajar con fenómenos no observables, para lo cual introdujo el con-
cepto de operacionalización, como para hacer "tangible" lo no observable en tér-
minos de las operaciones lógicas productoras de conocimiento. El positivismo lógico
enfatizó el desarrollo de axiomas teóricos que condujeran a la obtención de conoci-
mientos por medio de la deducción. El experimento se convirtió en vía para probar
las predicciones que resultaban de la deducción. En ese esquema la operacionaliza-
ción se convirtió en el eslabón que relacionaba la observación con la teoría.
A partir de ese modelo positivista se desarrollaron las dos tradiciones que han
dominado la investigación psicológica desde un punto de vista metodológico: la in-
vestigación correlacional y la investigación de manipulación. La primera se legitima
a través de las correlaciones estadísticas significativas que se obtienen entre las
variables estudiadas en grupos significativos de personas. El modelo hipotético-
deductivo, centrado en la operacionalización de variables, constituye la base de
ambos tipos de investigación, los cuales han actuado como modelos ideales de
objetividad y cientificidad dentro de la ciencia psicológica.
El desarrollo de la psicología desde una concepción naturalista no fue patrimo-
nio exclusivo del conductismo estadounidense, también apareció con fuerza en
una corriente europea igualmente paradigmática e influyente: el psicoanálisis. Du-
rante la mayor parte del siglo XX, ambas corrientes condicionaron las visiones do-
minantes de la psicología, así como las diferentes formas de hacer psicología. No
sin razón se denomina a la psicología humanista como la tercera fuerza, con lo cual
se intentó definir su espacio entre las dos fuerzas que claramente predominaron en
la psicología occidental durante el presente siglo.
8 Investigación cualitativa en psicología. Rumbos y desafíos

Freud, por su propia formación, por la época en que vivió, y hasta por los in-
tereses que le llevaron a la psicología, consideró a ésta como una ciencia física, na-
turalista. En uno de sus primeros trabajos, que fue publicado sólo después de su
muerte, Proyecto de una psicología científica (o Psicología para neurólogos, forma
en la que Freud se refirió al material mientras lo escribía), manifiesta con claridad
su intención de desarrollar la psicología como ciencia natural. Escribe: 4

La finalidad de este proyecto es estructurar una psicología que sea una ciencia natural:
esto es, representar los procesos psíquicos como estados cuantitativamente determinados
de partículas materiales especificables, dando así a esos procesos un carácter concreto e
inequívoco (1994:395).

Ese proyecto de elaborar una psicología científica es considerado por unos co-
mo el inicio del psicoanálisis; mientras que otros lo interpretan como un último in-
tento de Freud para hablar de la psicología en lenguaje organicista y físicalista. Sin
embargo, sea una u otra la razón fundamental del Tratado, en él se expresa una
visión organicista, fisicalisla y objetiva, la cual —por mucho que haya variado el
pensamiento de Freud durante su producción teórica— dejó huellas en él. Así,
Freud al atender su interés por los procesos psicológicos también adoptó un enfoque
naturalista.
Freud nunca llegó en realidad a una comprensión del carácter subjetivo de lo
psíquico en el hombre, que permitiera la definición de lo psíquico como realidad
ontológica diferente de la realidad objetiva de los factores implicados en su apari-
ción, o sea, que llegara más allá de un determinismo causalista biologicista. La sub-
jetividad es, por definición, una expresión de la cultura, pues aparece en ella y, a
su vez, es parte constitutiva de ella. La psique existe en una dimensión subjetiva
sólo dentro de la vida cultural, la cual aparece constituida en el nivel psicológico,
por configuraciones de sentido y significación, que no son reguladas de forma di-
recta por la acción de ningún sistema externo, ni siquiera por la misma cultura en
la que aparecen.
Con respecto a la comprensión reduccionista de lo psíquico. Freud escribió:

Algunos de mis colegas médicos han visto mi teoría de la histeria como puramente psi-
cológica, y por aquella razón la consideran ipso facto incapaz de resolver un problema
patológico... [Pero] es sólo la técnica terapéutica la que es puramente psicológica; la teo-
ría no yerra en ningún sentido al puntualizar que las neurosis tienen una base orgánica
aunque es verdad que esa base no se puede buscar en ningún cambio anatómico...
Nadie, posiblemente, estará inclinado a rechazar el factor orgánico de la función sexual, y
es la función sexual la que yo considero como fundadora de la histeria y de las
psiconeurosis en general (1905b, citado en Gay, 1989:32).

Sin embargo, a pesar de su perspectiva naturalista y cuantificadora, el proble-


ma que atrae el interés de Freud por la psicología es esencialmente diferente a la
red de factores que se entremezclaron para la generación del conductismo estado-
unidense, y que culminan en la definición de la conducta como objeto principal

4
Tomado del libro de Luis García Rosas, Freud e o inconsciente, 1994.
Diferentes aproximaciones a la investigación cualitativa; fundamentos epistemológicos 9

del estudio de la psicología. Las formas de expresión orgánica de la histeria de con-


versión respondían a causas no asequibles a la observación directa de lo estudia-
do, que ubicaban el problema en el interior del hombre. Esa situación orientó el
interés de Freud a una dimensión interna del sujeto no explicable de forma lineal
en el nivel de la conducta.
Además de lo anterior, la construcción freudiana se orienta hacia un fenóme-
no exclusivo de los seres humanos: la implicación de los conflictos psicológicos del
hombre con las instituciones generadas en la vida social. Freud es objeto de inte-
rés creciente por parte de los científicos y la sociedad, porque abre una nueva zo-
na de sentido en la representación del hombre: elaboró el carácter conflictivo e
irracional del mundo interior del hombre, y llama la atención hacia aspectos igno-
rados por la ciencia hasta aquel momento.
El carácter oculto del tipo de conflictos que Freud asoció con el desarrollo de
la patología, lo llevó a elaborar una metodología interpretativa para la construcción
de conocimientos. Esa metodología se realiza mediante la relación personal del psi-
coterapeuta con el paciente, la cual debe ser singular y abierta, no obstante la fun-
ción que Freud atribuye al terapeuta, quien debe actuar más como escucha e in-
térprete, que como dialogante. Para Freud el otro es el objeto de la interpretación
del analista, cuya singularidad se universaliza en términos del aparato conceptual
psicoanalítico.
En su esfuerzo por conocer el objeto, y a pesar de las limitaciones de su cos-
movisión, la cual también encuentra su expresión en sus definiciones metodoló-
gicas, Freud logró plantear una metodología cuya epistemología implícita es dife-
rente a la que sustenta el positivismo metodológico desarrollado por la psicología
estadounidense. Estas exigencias están presentes en la tensión que implica el pro-
ceso de conocimiento, y son expresión de la presencia activa de la realidad en este
proceso.
El hecho de que Freud se enfrentara a un problema desconocido para la cien-
cia, frente al cual tuvo que generar un referente conceptual propio, condujo a que
su enfrentamiento con el objeto implicara siempre nuevos hallazgos que resultaban
de conceptos anteriores, pero que no podían ser conferidos por ellos. Freud, a di-
ferencia del comportamiento posterior de la institución psicoanalítica, tuvo siempre
una especial sensibilidad para lo nuevo, lo cual se expresa en el constante desa-
rrollo de su producción teórica.
Algo que caracteriza la obra de Freud, y que ha sido relativamente poco tratado
en la literatura, es su constante compromiso con el pensamiento. Es muy interesante
la manera en que Freud, a pesar de su compromiso con el mundo orgánico, muy
orientado dentro de la epistemología medica por el principio de la objetividad, se
implicó en construcciones complejas que él mismo reconoció como especulativas,
las que aparecen más como exigencias de su pensamiento en el curso de la cons-
trucción del objeto, que como hechos de irrefutable procedencia empírica. Así, por
ejemplo, en su obra Más allá del principio del placer, Freud realiza una linda cons-
trucción teórica inspirada por su propia experiencia personal de aquellos años, que
le llevó al concepto de pulsión de muerte, el cual modificó de forma radical sus
construcciones anteriores en relación con las pulsiones sexuales y de autoconser-
vación, las que integró dentro de la pulsión de vida.
10 Investigación cualitativa en psicología. Rumbos y desafíos

En este escrito Freud fue audaz en relación con el carácter de su propia pro-
ducción teórica, y reconoció el carácter especulativo de aquélla, lo que sin duda
lo coloca en una actitud epistemológica diferente, más allá de su propia intencio-
nalidad frente a la producción del conocimiento. Sobre esto Freud escribió:
Lo que sigue es especulación, a menudo interpretación forzada, que el lector tornará en
consideración o pondrá de lado de acuerdo a su predilección individual (1977:39)
Con esta frase reconoce implícitamente, el lugar de la subjetividad en la pro-
ducción del conocimiento y, con ella, separa radicalmente la construcción teórica
de su vínculo isomórfico y lineal con el momento empírico, lo cual, sin embargo,
necesita de elaboración epistemológica para no convenirse en un llamado estéril a
la especulación.
Lo interesante de la cita del párrafo anterior es que constituye una toma de
conciencia sobre la expresión diferenciada de su pensamiento en relación con el
objeto, lo cual fue característico de la epistemología freudiana. Freud dejó claro
que su construcción teórica estaba comprometida con la evolución de sus propias
ideas, lo cual fue uno de los puntos fuertes de su producción teórica, que se de-
bilita en su valor epistemológico cuando no logra desembarazarse de una defini-
ción naturalista de su objeto. Esta comprensión del objeto remite a su existencia
natural y, por tanto, es posible presentarla como versión final del conocimiento
susceptible de captar la esencia última de lo estudiado, lo cual fue una de las as-
piraciones explícitas de Freud.
La epistemología implícita que Freud nos legó es una aproximación cualitativa
a la producción del conocimiento, que está limitada por las invariantes estructura-
les de su propia teoría: a través de éstas atribuyó significación a cualquier expre-
sión singular. Al presentar su modelo teórico como correspondiente a la naturaleza
de lo estudiado, Freud disminuyó las zonas desconocidas de su propio objeto, con
lo cual facilitó la conversión de su teoría en doctrina.
Sin embargo, desde un punto de vista metodológico, Freud opuso resistencia
a una orientación experimental cuantitativa, lo que expresó claramente en su res-
puesta a una carta de Rozenzweig, en que este último le explicaba su intención de
probar experimentalmente el psicoanálisis. Así, le escribió:
He examinado sus estudios experimentales con interés para la verificación de las pro-
posiciones psicoanalíticas. No puedo conceder mucho valor a esa confirmación; porque la
abundancia de información confiable sobre la cual esas proposiciones descansan las
hacen independientes de la verificación experimental (1985:171).
Freud definió con claridad el carácter plurideterminado de sus construcciones
teóricas, las que legitimó con independencia de los criterios de verificación domi-
nantes en la literatura positivista. En sentido general, Freud nos legó una producción
científica que se comporta como un proceso en permanente transformación, en el
curso del cual la producción de nuevas ideas y categorías conduce a replantea-
mientos frecuentes de los postulados originales. La epistemología freudiana nos re-
porta una forma de producción cualitativa de conocimiento, en la que destacan su
carácter interpretativo, singular y en permanente desarrollo, así como el papel del
sujeto como productor del conocimiento.
Diferentes aproximaciones a la investigación cualitativa; fundamentos epistemológicos 11

El momento empírico de la obra freudiana lo representa el análisis de


casos individuales, los cuales estudió en la relación terapéutica. El modelo
psicoanalítico inspiró la producción de conocimiento en otros modelos
dinámicos, como la psicología humanista. La psicología humanista sigue el
empeño de Freud pura producir teoría a partir del trabajo clínico, lo cual
desafía los principios dominantes de la ciencia impuestos por el positivismo:
eso llevó a muchos autores a considerar tales enfoques sólo por su valor
clínico, y no por su valor científico, lo que contribuyó fuertemente a la
escisión entre trabajo científico y práctica profesional que ha marcado a la
psicología como ciencia.
Los autores humanistas constituyen un grupo más heterogéneo que el de
los dedicados al psicoanálisis, y nunca compartieron una teoría común, sino
principios comunes sobre los cuales construyeron diferentes teorías. De
forma general, los humanistas superaron algunos aspectos importantes del
reduccionismo biologicista freudiano, y dieron mayor fuerza al sujeto
individual, reconociendo su capacidad para producir proyectos y participar
activamente en la regulación voluntaria del comportamiento.
El reconocimiento de la actividad diferenciada del individuo, irreductible
a patrones universales que explicaran un amplio espectro de
comportamientos, condujo a ciertos autores humanistas (entre quienes
destacaron Rogers, Maslow y Allport), a realizar investigaciones específicas
orientadas a la metodología del conocimiento, en las cuales cuestionaron la
orientación positivista dominante en la investigación psicológica. El
humanismo generó un conjunto de investigaciones sobre la educación, la
salud y el trabajo en las organizaciones. La evolución del pensamiento de
esos autores la expresa Maslow en la siguiente reflexión:

Ofrecía (se refiere al conductismo de Watson) una técnica (el condicionamiento) que
prometía resolver todos los problemas, y una filosofía maravillosamente convincente
(positivismo) que era fácil de entender y de aplicar y que nos protegía do todos los
errores del pasado. Pero en la medida que yo era psicoterapeuta, analizado (psicoló-
gicamente), padre, maestro y estudioso de la personalidad, es decir, dado que me
ocupaba de personas completas, la "psicología científica” me fue pareciendo de poca
utilidad. En este reino de personas hallé un apoyo mayor en la psicodinámica, en
particular en las psicologías de Freud y Adler, quienes ciertamente no eran científicos
según las definiciones de la época (1979:15-16).

En la cita anterior se advierte la presión que se ejerció contra el


psicoanálisis por el empirismo dominante de la psicología estadounidense,
así como la evolución de las posiciones de los psicólogos humanistas,
quienes en general fueron influidos por el psicoanálisis. La obra de donde
fue tomada la cita de Maslow, Psicología de la ciencia, fue uno de los
intentos explícitos más importantes de los autores humanistas para
desarrollar un planteamiento metodológico.
Allport fue otro de los autores humanistas que expresó una particular
preocupación por los métodos de investigación en psicología, y presentó lo
que llamó métodos morfogénicos, por su analogía con la utilización del
término en la biología, que significa el estudio de las funciones y no
simplemente la descripción de las propiedades de lo estudiado. Los métodos
definidos por Allport como morfogénicos, son métodos abiertos que facili-
12 Investigación cualitativa en psicología. Rumbos y desafíos

tan la expresión libre del sujeto. Entre estos están las composiciones, los diarios, los
epistolarios, la técnica de autoubicación, así como diferentes formas de inducción
libre para la expresión del sujeto estudiado.
Allport, al igual que el resto de los autores humanistas, expresó su preocupación
por el alejamiento de las técnicas psicológicas de las condiciones en que la vida
humana se desarrolla. En este sentido expresa:

Dos tipos de enfoque predominan en la psicología angloamericana. Nos referimos a los


métodos de estímulo-respuesta y a los estadísticos. La unidad considerada por la psicología
del estímulo-respuesta es el hábito, la unidad estadística es el factor. Ambas adolecen de
marcadas limitaciones siendo la más importante su alejamiento respecto de la estructura
de la vida humana, tal como la observamos ordinariamente (1967:394).

Los autores humanistas tuvieron, entre otras, una importante influencia de la fe-
nomenología, que se refleja en sus diferentes principios. Procuraron tener en cuenta
la perspectiva del otro, para lo cual tomaron conciencia de la importancia del
contexto y de las relaciones con el sujeto para el desarrollo de la investigación. Los
cambios metodológicos propiciados por el humanismo guardan relación estrecha
con los cambios teóricos que este movimiento produjo en relación con el psicoa-
nálisis. A pesar de los importantes cambios en lo teórico y en lo metodológico, el
humanismo continuó postulando la presencia de una esencia universal del ser hu-
mano, que fue expresada de formas diversas por los diferentes autores, a través de
términos como tendencia actualizante, tendencia a la autorrealización, etcétera.
El humanismo, a través de la explicitación de un conjunto de posiciones en lo
metodológico, contribuyó a continuar el camino hacia una epistemología diferente
en la construcción del conocimiento psicológico. Sin embargo, la evolución de las
reflexiones de carácter metodológico en psicología no entró en contacto con el mo-
vimiento que en esa dirección se desarrollaba en la antropología y en la sociología.
La Gestall es un movimiento al que, en nuestra opinión, nunca se ha reco-
nocido el lugar que merece en la historia de la psicología, quizá por el influjo del
monopolio estadounidense en la difusión de los modelos dominantes, a pesar de
sus importantes aportes metodológicos, que se desarrollaron con mayor profundi-
dad y especificidad que los de corrientes anteriores.
T. Dembo, quien fuera discípula y colaboradora de Lewin, escribió el primer
artículo que logramos identificar en nuestra revisión bibliográfica sobre lo cualita-
tivo en psicología, titulado Pensamientos sobre los determinantes cualitativos en
psicología. Un estudio metodológico, en el cual intentó definir la dimensión de lo
cualitativo en la investigación psicológica, presentando un conjunto de reflexiones
que mantiene todo su valor hasta el momento actual
La perspectiva metodológica de la "Teoría topológica Gestalt” en que se inspi-
ró Dembo, destaca por su interés, no sólo por el tipo de observaciones sobre el te-
ma central de la investigación, en este caso por la figura de la investigación, sino
por todo lo que puede tener relación con el mismo. Por ello atribuye particular im-
portancia al medio.
Para estos investigadores cualquiera de las relaciones desarrolladas durante la
investigación, no sólo la relación entre la persona y el medio, sino cualquier otra
Diferentes aproximaciones, a la investigación cualitativa; fundamentos epistemológicos 13

que ocurra durante el estudio, debe ser examinada en términos de sus


efectos sobre el tema principal. Esta premisa tiene importante significación
metodológica, pues define la apertura del investigador hacia el fenómeno
estudiado. La simplificación a priori del objeto de investigación, que es
característica central de la epistemología positivista, es rechazada desde la
perspectiva metodológica asumida por la Gestalt, desde la cual el problema a
investigar es inseparable de los procesos que aparecen en el contexto de la
investigación.
Dembo enfatiza la necesidad de una observación experiencial que
implique las emociones. Con ese propósito escribió:
Las experiencias cualitativas son cuestión estrictamente personal de cualquier ser vivo.
Son un tipo de observación disponible de forma directa sólo al portador de la expe-
riencia, no a cualquier otra persona. Esta privacidad de las observaciones experienciales
las hace ampliamente diferentes de la observación objetiva de aquellos que están
fuera... La experiencia personal está ligada de forma más estrecha y directa no sólo a
la cuestión de la investigación (cualidad) sino también a los sentimientos y valores de la
persona y, por tanto, yo considero, puede ser más potente en su relación con las cues-
tiones cualitativas (22-25).

En la cita anterior observamos la influencia de la fenomenología que


caracterizó todo el planteamiento Gestalt, orientado a legitimar el carácter
subjetivo de los procesos psíquicos. Los experimentos de K. Lewin, en
Alemania, integran muchos aspectos cualitativos de la situación.
La experiencia de la Gestalt fue relevante para la psicología europea; sin
embargo, no tuvo gran efecto en la psicología internacional, entre otras
cosas, por el impacto de la Segunda Guerra Mundial sobre Europa, y
especialmente en Berlín, donde científicos de la Universidad de Berlín
fueron perseguidos, lo que condujo a una migración masiva hacia Estados
Unidos, como en el caso de K. Lewin. Otros, como B. Zeigarnik, fueron hacia
la entonces Unión Soviética, donde se desarrolló una psicología histórico-
cultural que se nutrió de la herencia de la Gestalt.
La psicología soviética, influida por la Gestalt y por la psicología europea
en general, fue otra vía importante para el desarrollo de la investigación
cualitativa. Tuvo, en opinión del autor, importante influjo en el cambio de
las visiones naturalistas sobre el objeto de la psicología, lo cual aparece con
claridad en los trabajos pioneros de L. S. Vygotsky y S. L. Rubinstein. Para
ellos lo social, comprendido como proceso cultural, era esencial para la
constitución de la psique, y dieron los primeros pasos en la superación de la
dicotomía entre lo externo y lo interno, y entre lo social y lo individual,
premisas esenciales para el desarrollo de una concepción de la subjetividad. 5
Sin embargo, en la interpretación mecanicista del marxismo dominante
en la Unión Soviética, lo que distinguía el compromiso ideológico era una
sobrevaloración de lo social y de lo objetivo en relación con lo subjetivo.
Esa situación comenzó a ser reconocida directamente en la psicología
soviética a fines de la década de los años setenta y principios de los
ochenta, lo que dio origen a un análisis crítico de carácter histórico que

5
Para mayor información sobre el tema, consultar el libro Epistemología cualitativa y subjetividad.
14 Investigación cualitativa en psicología. Rumbos y desafíos

continúa hasta hoy. Entre los psicólogos que mantuvieron una expresión
crítica hacia esa realidad de la psicología soviética, están aquellos que, a
pesar de las presiones, no se apartaron de los temas de la personalidad, la
motivación y el desarrollo, como L. Bozhovich, N. Menchinskaia, V.
Chudnovsky, N. Nepomnichaia, E. Shorojova y K. Abuljanova.

V. Chudnovsky escribió:
Es imposible no afirmar que un el curso de varios decenios, el problema de la subjeti-
vidad en nuestra ciencia y en la práctica actual fue subvalorado (...) La necesidad de
una lucha por la comprensión materialista del desarrollo social exigió (y esto fue co-
rrecto) el acento en la influencia decisiva de las fuerzas productivas y las relaciones de
producción sobre la ideología de la sociedad y, a través de ella, en el desarrollo de la
conciencia y la personalidad del hombre concreto. Lamentablemente, estas posiciones
que en sí mismas constituyen un indiscutible pilar del marxismo, se absolutizaron y se
convirtieron en un dogma (1982:15).
Los autores que investigaban acerca de la personalidad y la motivación huma-
nas, eran un grupo minoritario dentro de la psicología soviética, que siguió una
orientación metodológica cualitativa, en temas como el desarrollo moral, la moti-
vación profesional y la personalidad. Las posiciones cualitativas expresaban dos
atributos esenciales: el carácter participativo de los investigadores y la apertura en
la definición de las vías de producción de información.
Fue característico de los autores soviéticos en aquella etapa el uso de instru-
mentos abiertos y no estandarizados, aunque los procesos de producción de informa-
ción a partir de ellos se apoyaran esencialmente en las variantes más descriptivas
del análisis de contenido. En realidad, a pesar del extendido uso de instrumentos
y procedimientos cualitativos en la investigación, la metodología no fue desarrolla-
da explícitamente entre los autores soviéticos, lo cual puede explicarse, entre otras
cosas, por su implicación con cuestiones filosóficas que los investigadores prefe-
rían soslayar.
La psicología soviética se orientó al estudio de las funciones cognitivas, que
resultó ser el "terreno más fértil" para la "demostración" de los principios más
generales de la teoría de la actividad, convertida en una especie de psicología ofi-
cial, después de la generación que inauguró la escuela soviética de pensamiento
psicológico. Esta tendencia expresó una clara orientación experimentalista, cuyas
exigencias se adaptaban perfectamente a la epistemología positivista.
V. P. Zinchenko en un trabajo reciente de particular significación histórica, se-
ñala:
En la teoría de la actividad se arguye que todos los procesos psicológicos, incluida la
personalidad (véase Asmolov, 1990), tienen naturaleza de actividad objetual, y en eso
estriban los logros de esta corriente. Sus defensores se sirvieron del método experimental
para analizar las acciones sensoriales, perceptivas, ejecutivas, de memoria, cognitivas y
afectivas (1997:39).
La objetivación de lo psíquico en el plano teórico fue asociada a la búsqueda de
objetividad en el plano metodológico, lo que hizo retornar a los psicólogos a po-
siciones metodológicas positivistas. En general, el marxismo fue víctima de una inter-
pretación positivista y pragmática en los círculos de poder de la Unión Soviética.
Diferentes aproximaciones a la investigación cualitativa; fundamentos epistemológicos 15

La tradición de la psicología soviética ha tenido diferentes formas de expresión


en la psicología occidental, y ha sido objeto de diversas interpretaciones que han
encontrado continuidad en el llamado enfoque sociocultural, el co-constructivismo
y en diversas interpretaciones de la psicología considerada desde un punto de vis-
la cultural. En esas versiones se ha mantenido una tendencia más orientada a lo
cualitativo, aunque la construcción de los problemas epistemológicos y metodoló-
gicos del conocimiento psicológico no ha sido el mejor tratado por ninguna de
ellas.
Otra dirección del pensamiento que ha hecho importantes aportes en términos
metodológicos en la psicología, ha sido el constructivismo, que desde sus orígenes,
en los trabajos de Piaget, tuvo clara definición metodológica cualitativa. Después
de lo aportado por Piaget, se han desarrollado trabajos orientados a formalizar las
investigaciones que se orientan a la integración de lo cualitativo y lo cuantitativo,
los cuales representan un avance en relación con las concepciones originales de
Piaget (Pascual Leone, Casé y otros).
El constructivismo, sin embargo, en mi opinión no ha explotado el valor epis-
temológico del término construcción en sus implicaciones metodológicas para la
construcción del conocimiento científico en psicología. Los autores del construc-
tivismo crítico, alternativa que ha tenido como principal actividad la psicoterapia, han
hecho aportaciones epistemológicas relevantes que, sin embargo, no han llevado a
una reflexión metodológica explícita, y se han dedicado más a la construcción de
los procesos implicados en la psicoterapia que a elaborar una concepción más am-
plia que integre la investigación psicológica.
En la obra Epistemología cualitativa y subjetividad6 se dedicó un extenso epí-
grafe al análisis de las implicaciones epistemológicas del constructivismo para la
psicología, por lo que no nos detendremos a tratarlas en la presente obra.
Finalmente nos referiremos a la Teoría de las representaciones sociales que,
articulando un fuerte influjo de la sociología, esencialmente de Durkheim, y de la
psicología, principalmente de Piaget, desarrolla una concepción que contiene las
contradicciones que han caracterizado los planteamientos cualitativos y cuantita-
tivos en la psicología. Por una parte está la tendencia estructural para la compren-
sión de las representaciones sociales (Albric, Doise), que se apoya en métodos expe-
rimentales y estadísticos para el estudio de las representaciones, y por otra parte
encontramos un conjunto de autores orientados a comprender las representaciones
como proceso, quienes se orientan al empleo de métodos cualitativos, entre quie-
nes destaca D. Jodelet.
La cuestión de los métodos y de las definiciones epistemológicas en el estudio
de las representaciones sociales fue el tema central de un reciente encuentro ce-
lebrado en Natal (1998), Brasil, con la participación de destacados investigadores,
entre ellos, Moscovici y Jodelet. En ese encuentro fueron evidentes las diferentes
tendencias actuales, tanto en la producción teórica sobre el tema, como en la com-
prensión de las cuestiones epistemológicas y metodológicas relacionadas con la in-
vestigación en esta área.

6
Ibíd.
16 Investigación cualitativa en psicología. Rumbos y desafíos

Resulta de gran interés el hecho de que aun cuando existe una larga historia
de aproximación a formas cualitativas de construcción del conocimiento en psico-
logía, éstas no han conducido a una elaboración explícita del tema en los campos
epistemológico y metodológico, lo que muestra la hegemonía de las creencias y
cosmovisiones positivistas en la investigación psicológica.
Todas las tradiciones que mencionamos se mantienen vivas en múltiples for-
mas dentro de diferentes tendencias de la psicología, entre ellas podemos ubicar
esta obra, orientada a lo cualitativo no sólo por la metodología, sino por ser base
de una reconstrucción epistemológica que trata de responder a las exigencias de
la construcción del conocimiento acerca de la subjetividad.

UNA REFLEXIÓN EPISTEMOLÓGICA ACERCA DEL DESARROLLO DE


LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA EN PSICOLOGÍA

Cuando presentamos por primera vez nuestra comprensión de lo cualitativo, esencial-


mente como definición epistemológica, teníamos plena conciencia de que la defini-
ción de lo cualitativo en la investigación psicológica no era una cuestión instrumen-
tal, ni tampoco una cuestión definida por el tipo de datos que deben incluirse, sino
que se define esencialmente por los procesos implicados en la construcción del co-
nocimiento, por la forma en que se produce el conocimiento.
La definición de una "epistemología cualitativa", expresión que puede parecer
redundante ante el hecho de que toda epistemología como construcción de los
procesos del conocimiento es cualitativa, cobra significación ante la necesidad de
especificar epistemológicamente lo cualitativo, necesidad compartida de forma cre-
ciente por diferentes investigadores, pero que no ha encontrado un marco explí-
cito entre las opciones metodológicas actuales de las ciencias sociales, lo cual es
precisamente uno de mis objetivos.
Rodríguez Sutil, investigador español dedicado al tema de la investigación cua-
litativa, escribe:
Pues la diferenciación tecnológica o instrumental en los procesos de investigación social concreta
entre el enfoque cualitativo versus el cuantitativo no es más que la consecuencia de una previa y más
fundamental diferenciación metodológica, determinada por la existencia y exigencias específicas de
dimensiones y problemas epistemológicos de naturaleza heterogénea (1994:92).

Todavía la reflexión acerca de la naturaleza epistemológica de las contradiccio-


nes entre lo cualitativo y lo cuantitativo se ha extendido entre los investigadores
sociales, en parte por el carácter dominante de la epistemología positivista en que
está basado el uso de los métodos cualitativos.
El planteamiento de una epistemología cualitativa tiene antecedentes importan-
tes en el marxismo, la epistemología histórica francesa, la teoría de la complejidad
y los trabajos de P. Feyerabend. Diferentes filósofos han subrayado la importancia
de la filosofía para el desarrollo de epistemologías particulares de cada ciencia (Ba-
chelard, G., Seve, L.). L. Seve escribió:
Diferentes aproximaciones a la investigación cualitativa; fundamentos epistemológicos 17

En otras palabras: si el nacimiento de la filosofía marxista pone fin a la quimera de un


conocimiento filosófico de los objetos científicos, señala, al mismo tiempo, la aparición
de un conocimiento científico de los objetos filosóficos; ésta es otra faz de la filosofía
materialista dialéctica. Y esto sitúa en un plano superior la especificidad de la filosofía y
su responsabilidad en relación con las ciencias particulares —por ejemplo, la psicolo-
gía— esta vez, según vemos, ya no en el sentido inaceptable de un intento encaminado
a deducir o construir a priori su contenido concreto, a partir de los principios de una
concepción general del mundo, sino en el muy distinto de una ayuda aportada a la
ciencia para la solución de los problemas epistemológicos que se le planteen
(1972:49).

La construcción, de las cuestiones epistemológicas implicadas en las


ciencias particulares tiene estrecha relación con las cuestiones
epistemológicas generales tratadas por la filosofía. Esta relación, sin
embargo, no descansará en la importación directa de lo elaborado en la
filosofía al campo de las ciencias particulares, sino que será un permanente
intercambio recíproco que garantizará el desarrollo simultáneo de la
epistemología a ambos niveles.
El carácter ontológico diferente de los objetos de estudio de las ciencias
particulares, estimula construcciones teóricas que, aunque susceptibles de
complementarse entre sí en las elaboraciones teóricas, más universales, de
la filosofía conducen a la elaboración de epistemologías diferentes,
cuestión que ha sido poco desarrollada en los campos particulares de la
investigación científica. En relación con esto, el sociólogo español J. Ibáñez
expresa:

El pensamiento objetivista que más o menos se inspira en la epistemología de Newton,


tenía sentido para éste porque los objetos del sistema solar que él investigaba son muy
poco subjetivos, y la investigación de Newton los afectaba muy poco también: la luna
no ha cambiado nada por el hecho de que Newton la investigara. Es lógico que alguien
que investiga sistemas muy objetivos (en el sentido clásico de esta palabra) implici-
tamente siga el principio de objetividad. Pero los investigadores sociales, los sociólogos,
los psicólogos, los lingüistas, los psicoanalistas, los semióticos, se encuentran con
objetos que son sujetos con la misma capacidad distincional y objetivadora que ellos
mismos (1994:xi-xii).

Sin embargo, el desarrollo de la metodología en la psicología, no ha sido


asociado a una reflexión epistemológica alternativa que explique los
procesos implicados en la metodología asumida. En este momento histórico,
cuando son descubiertas nuevas dimensiones del objeto de estudio de la
psicología, así como nuevas concepciones del proceso de conocimiento que
afectan de forma general el desarrollo de las ciencias, la reflexión
epistemológica resulta insoslayable.
El rescate de lo individual y de la dimensión constructiva del
conocimiento adquieren significación esencial para la psicología. El
desarrollo de una epistemología para los procesos implicados en la
construcción teórica de las formas más complejas que hoy se integran a la
representación del objeto de la psicología, entre ellas la subjetividad, exige
identificar y satisfacer las necesidades epistemológicas subyacentes a esta
construcción, lo que implica una referencia epistemológica en el desarrollo
de alternativas metodológicas que, de forma integral, respondan a una
manera diferente de hacer ciencia.
18 Investigación cualitativa en psicología. Rumbos y desafíos

La metodología cualitativa ha soslayado los principios epistemológicos básicos


a la producción científica, y eso ha llevado a producir alternativas, que han que-
dado dentro de los límites epistemológicos de aquellas opciones a las que pre-
tendía superar. Ése ha sido el caso de muchos de los intentos cualitativos que han
caracterizado la investigación social, los cuales no han podido superar la epistemología
positivista, la base del desarrollo de los métodos cuantitativos (Bogdan y Taylor,
Strauss, Glasser, Lincoln, Guba, y otros).
La epistemología aplicada a las ciencias sociales tiene que asumir con todas sus
consecuencias el carácter histórico-cultural de su objeto y del conocimiento como
construcción humana. En las palabras de Morin:
Así, el conocimiento está ligado, por todos los lados, a la estructura de la cultura, a la
organización social, a la praxis histórica. El no es sólo condicionado, determinado y
producido, sino que es también condicionante, determinante y productor (lo que demuestra de
manera evidente la aventura del conocimiento científico) (1998:31)
Esta concepción del conocimiento, comienza a extenderse entre los científicos
y permite salir del principio estrecho de la "objetividad" adoptado como pretensión
de relación biunívoca entre realidad y conocimiento.
La cita de Morin tiene estrecha relación con autores que han tenido una visión
critica de la epistemología positivista tradicional (Cavailles, Canguilhen, Bachelard y
Feyerabend entre otros). Feyerabend, quien ha sido criticado por la radicalidad
de su planteamiento, opone una visión humana de la construcción del conocimiento,
en todo lo que ella tiene de irregular, singular, casual y subjetivo, a la visión rígida,
despersonalizada y determinista que caracteriza al positivismo. Sin embargo, en
nuestra opinión, cometió el error de proclamarse anarquista, y por el carácter
ideológico de la propia definición, introdujo a los fantasmas del caos y la irrespon-
sabilidad al ámbito históricamente aséptico de la ciencia. Feyerabend expresa:
No hay una "racionalidad científica” que pueda considerarse como guía para cada in-
vestigación; pero hay normas obtenidas de experiencias anteriores, sugerencias heurísticas,
concepciones del mundo, disparates metafísicos, restos y fragmentos de teorías y de todos ellos
hará uso el científico en su investigación (1993:1)
Ésta es una idea esencial para abandonar las creencias que en relación con la
ciencia generó la epistemología positivista.
En primer lugar, la ciencia no es sólo racionalidad, es subjetividad en todo lo
que este término implica, es emoción, individualización, contradicción, en fin, es
expresión íntegra del flujo de la vida humana, que se realiza a través de sujetos in-
dividuales, en los que su experiencia se concreta en la forma individualizada de su
producción. Lo social aparece en la ruta única de los individuos constituidos en
una sociedad y una cultura particular. La representación de la ciencia como activi-
dad supraindividual, que supone la no participación del investigador y el control
de su subjetividad, soslaya el carácter interactivo y subjetivo de nuestro objeto, el
cual es condición de su expresión comprometida. Sin la implicación subjetiva del
sujeto investigado, la información producida en el curso de su estudio pierde sig-
nificación y, por lo tanto, objetividad, en el sentido más amplio de la palabra.
Comprender a la ciencia como producción diferenciada de individuos con tra-
Diferentes aproximaciones a la investigación cualitativa; fundamentos epistemológicos 19

yectorias individuales únicas, presupone recuperar el lugar central del


científico como sujeto y, con ello, el lugar central de lo teórico en la
producción científica, que es uno de los principios de lo que hemos definido
como epistemología cualitativa. E. Morin escribe:
Al considerar hasta qué punto el conocimiento es producido por una cultura, depen-
diente de una cultura, intergrado a una cultura, se puede tener la impresión de que nada sería
capaz de liberarlo,
Pero sería ignorar las potencialidades de autonomía relativa, de los espíritus indi-
viduales en todas las culturas (...) Y, siempre, en todas partes, el conocimiento transita
por los espíritus individuales, que disponen de autonomía potencial, la cual puede, en
ciertas condiciones, actualizarse y tornarse pensamiento personal (1998:30-31).

Proponemos la epistemología cualitativa como forma de satisfacer las


exigencias epistemológicas inherentes al estudio de la subjetividad como
parte constitutiva del individuo y de las diferentes formas de organización
social. La subjetividad no es producto de la cultura, es, en sí misma,
constitutiva de la cultura, no puede ser considerada como resultado subjetivo
de procesos objetivos externos a ella, sino como expresión objetiva de una
realidad subjetivada. Como señala P. Demo:
Somos objetivos como hecho social. Quiero decir, nuestra subjetividad es un hecho, pero la
expresamos de modo sujetivo, a nuestra manera (1995:14).
La subjetividad, como hemos afirmado en otras obras, presupone superar un
conjunto de dicotomías que han caracterizado la producciones teórica en las cien-
cias humanas, como son las dicotomías entre lo social-individual, lo interno-
externo, lo afectivo-cognitivo, lo intrapsíquico- interactivo.
La subjetividad forma parte de las realidades complejas que la epistemología
de la complejidad ha legitimado como representaciones del pensamiento científi-
co, y su comprensión exige la liberación de ataduras de nuestro pensamiento para
acceder a formas de representación diferentes a aquellas en las que descansa la
comprensión de lo psíquico, a pesar de haber existido no pocos antecedentes de
pensamiento complejo en el desarrollo de nuestra ciencia. La complejidad, sin em-
bargo, no se puede asumir como una moda que nos lleve a incorporar conceptos
de otras epistemologías o de la filosofía. Ella abre una visión del mundo que debe
encontrar sus formas de expresar el pensamiento psicológico.
La epistemología cualitativa es un esfuerzo en la búsqueda de formas diferen-
tes de producción de conocimiento en psicología que permitan la creación teórica
acerca de la realidad plurideterminada, diferenciada, irregular, interactiva e históri-
ca, que representa la subjetividad humana. En correspondencia con ello, pretende-
mos presentar en este libro las consecuencias metodológicas de esta concepción a
través de la presentación de una alternativa de investigación cualitativa comprome-
tida de forma explícita con una epistemología y una representación teórica del ob-
jeto de estudio.
La idea de convenir lo cualitativo en un paradigma que se afirme a sí mismo
como unidad de un referente metodológico para las diferentes ciencias sociales, no
me parece la mejor vía para la defensa de una forma alternativa de construcción
del conocimiento frente a la epistemología positivista y sus diferentes y sutiles de-
20 Investigación cualitativa en psicología. Rumbos y desafíos

rivados metodológicos, pues implicaría la estandarización de procedimientos que


no responden a una metodología abstracta, sino a las consecuencias epistemológi-
cas de representaciones teóricas diferentes. La contradicción entre lo cualitativo y
lo cuantitativo no se constituye en contradicción metodológica, ella sólo aparece
en su carácter contradictorio en el campo epistemológico.
La contradicción entre lo cualitativo y lo cuantitativo no se expresa instrumen-
talmente, sino en los procesos centrales que caracterizan la producción de conoci-
miento. La epistemología positivista, una de cuyas expresiones en psicología es
cuantitativa, la denominada por Cronbach7 investigación correlacional, ha sido un
recurso para producir conocimiento a través de la simplificación del objeto en va-
riables, las cuales se convierten en productos de conocimiento por su correlación
con otras variables.
La llamada investigación correlacional dio lugar a un modelo aséptico, des-
personalizado, regular y cuantitativo de producir conocimiento, que hasta hoy es
considerado equivalente a la llamada metodología científica. En este modelo se
excluían de la condición de sujetos pensantes tanto al investigador como al sujeto
investigado, y eran sustituidos por instrumentos validados y confiables, considerados
como vía idónea para producir conocimientos "objetivos" sobre el problema
investigado. Esa obsesión por la objetividad se completaba con la presentación de
los resultados en formas estadísticas. El número devino así en entidad reificada,
portadora de la "verdad científica".
En una crítica al uso de las matemáticas en la sociología, el sociólogo J. Ibá-
ñez ha escrito:
Para analizar los datos producidos por la encuesta se suele acudir a las ramas de las
matemáticas más constriñentes: álgebra lineal, cálculo, estadística. Lo usual es que se
acuda al análisis de regresión, al análisis multivariante por mínimos cuadrados, al análisis
factorial o de senderos, etc. (...) Y de este punto arranca el análisis factorial, operando
sobre una matriz de coeficientes de correlación lineal, que son el resultado de haber
sido oprimida y derramada fuera, por la aplicación lineal, la mayor parte de la
información de los datos originales (1994:139).

A este tipo de número se opone la epistemología cualitativa, pues el número es


parte de un lenguaje del pensamiento para alcanzar formas complejas de definición
cualitativa de lo estudiado, lo que incluso se expresa de forma nítida en la llamada
matemática cualitativa. De hecho, ésta es la matemática que han utilizado las
llamadas "ciencias duras", en que las construcciones matemáticas son un momento
del proceso constructivo general del pensamiento y no una manera de limitarlo. Las
ciencias de modelos matemáticos nunca han sustituido la construcción teórica por
la producción de números, al contrario, los números han pasado a ser un
momento esencial de la construcción teórica.

La epistemología cualitativa se apoya en tres principios que tienen importantes,


consecuencias metodológicas. Éstos son:

7
Cronbach, L. J. Más allá de las dos disciplinas de la psicología científica. 1997.
Diferentes aproximaciones a la investigación cualitativa; fundamentos epistemológicos 21

El conocimiento es una producción constructiva-interpretativa., es decir, el co-


nocimiento no es una suma de hechos definidos por constataciones inmediatas del
momento empírico. Su carácter interpretativo es generado por la necesidad de dar
sentido a expresiones del sujeto estudiado, cuya significación para el problema ob-
jeto de estudio es sólo indirecta e implícita. La interpretación es un proceso en el
que el investigador integra, reconstruye y presenta en construcciones interpretativas
diversos indicadores obtenidos durante la investigación, los cuales no tendrían
ningún sentido si fueran tomados en forma aislada, como constataciones empíricas.
El uso y definición de los indicadores como categorías a ser usadas en los pro-
cesos de construcción de información en la investigación cualitativa, será presen-
tado de forma exhaustiva más adelante. La interpretación es un proceso constante
de complejidad progresiva, que se desarrolla a través de la significación de diver-
sas formas de lo estudiado, dentro de los marcos de la organización conceptual
más compleja del proceso interpretativo
La interpretación, como hemos planteado en trabajos anteriores,8 no es un pro-
ceso de reducción de la riqueza y diversidad de lo estudiado a categorías preesta-
blecidas, que dan significación a las manifestaciones singulares de lo estudiado en
los términos de las categorías invariables de los marcos teóricos asumidos. Esto,
que ha sido práctica frecuente en la interpretación psicoanalítica, ha motivado se-
veras críticas de psicoanalistas brasileños destacados (Mezán, R., Figueredo, L. C).
Mezan ha afirmado al respecto:
¿Dónde está entonces la universalidad del Complejo de Edipo y de La ley de deformación?
Podemos percibir ahora que afirmarlas a priori no se justifica: en esta forma general y asertiva,
tal afirmación tiene valor como condensación de innumerables psicoanálisis, pero
sólo puede ser psicoanalíticamente sustanciada si fuera reinventada y
redescubierta en cada caso. Y sólo puede ser reinventada y descubierta si no quisiera
fingir de científica y definitiva ilustración ad nauseam de un principio establecido
de una vez y por todas, desciframiento aparentemente objetivo, pero en verdad
malandro de un sentido que ya se conoce antes de comenzar (1983:73).

La interpretación es un proceso diferenciado que da sentido a diferentes ma-


nifestaciones de lo estudiado y las convierte en momentos particulares del proceso
general, orientado a la construcción teórica del sujeto, sea en su condición de
sujeto social, como puede ser la familia, la comunidad, la escuela, o de sujeto in-
dividual.
La interpretación no está referida a ninguna categoría universal e invariable del
marco teórico asumido, es un proceso que se realiza a través de la unicidad y com-
plejidad del sujeto estudiado. La teoría está presente como instrumento al servicio
del investigador en todo el proceso interpretativo, pero no como conjunto de ca-
tegorías a priori capaces de dar cuenta de los procesos únicos e imprevistos de la
investigación: sólo influye en el curso de las construcciones teóricas del investiga-
dor sobre el objeto. La teoría es un momento de sentido en el proceso de produc-
ción teórica, no el esquema general al que se debe subordinar este proceso.

8
González Rey. F., Problemas epistemológicos de la psicología (1993) y Epistemología cualitativa y subjetividad
(1997).
22 Investigación cualitativa en psicología. Rumbos y desafíos

Aunque toda interpretación es una construcción, hay construcciones que se ge-


neran por el curso de las ideas que se combinan en el pensamiento del investiga-
dor, que tienen una relación más indirecta e implícita con el problema estudiado
que aquella que caracteriza a la interpretación. Estas construcciones, de naturaleza
teórica, no pueden ser seguidas por el investigador en el momento empírico, que
pasa a ser una referencia indirecta y mediata en relación con aquellas. El investi-
gador, como sujeto, produce ideas a lo largo de la investigación, en un proceso
permanente que logra momentos de integración y continuidad dentro de su pro-
pio pensamiento, sin referentes identificables en el momento empírico. Este nivel
teórico de la producción científica ha sido soslayado por la epistemología positi-
vista, en la cual el escenario de la ciencia es definido por lo empírico.
Un elemento esencial para distinguir la metodología cualitativa que propone-
mos de la mayoría de los enfoques recontados dentro del llamado paradigma cua-
litativo, es que para nosotros, no obstante lo que muchos autores sostienen (Taylor
y Bogdan, Glasser y Strauss, Guba, y Lincoln, Creswell y otros), las modalidades
cualitativas producen estructuras teóricas que van más allá de cualquier criterio ac-
tual de confirmación en el plano empírico. Estas construcciones se convierten en
recursos indispensables para entrar a zonas de sentido ocultas por la apariencia.
Este principio tiene diferentes repercusiones a nivel metodológico, entre las cuales
están el lugar activo del investigador y del sujeto investigado como productores de
pensamiento
Cuando afirmamos el carácter constructivo-interpretativo de la producción de
conocimientos, no lo contraponemos al carácter descriptivo, que es otra forma
de producción de conocimiento, no sólo compatible con la construcción teórica,
sino frecuentemente momento necesario de aquella.
Carácter interactivo del proceso de producción del conocimiento. Este segundo
atributo de la epistemología cualitativa enfatiza que las relaciones investigador-
investigado son condición para el desarrollo de las investigaciones en las ciencias
humanas, y que lo interactivo es una dimensión esencial del proceso de
producción de conocimientos, atributo constitutivo del proceso para el estudio de
los fenómenos humanos.
Este principio orientará la resignificación de los procesos de comunicación en
el nivel metodológico, y cambiará mucho de lo implantado en los proyectos para
investigación realizados bajo el influjo positivista. Desde esta perspectiva episte-
mológica, el principal escenario de la investigación son las relaciones investigador-
investigado y las relaciones de los sujetos investigados entre sí en las diferentes
formas de trabajo grupal que la investigación presupone.
La consideración de la naturaleza interactiva del proceso de producción del
conocimiento implica comprender a éste como proceso que asimila los imprevistos
de todo sistema de comunicación humana, y que, incluso, utiliza estos imprevis-
tos como situaciones significativas para el conocimiento. Otro resultado importan-
te de aceptar la naturaleza interactiva del conocimiento es la aceptación de los
momentos informales que surgen durante la comunicación, como productores de
información relevante para la producción teórica.
La consideración del carácter interactivo de la producción de conocimientos
otorga valor especial a los diálogos que en ella se desarrollan y, en los cuales los su-
Diferentes aproximaciones a la investigación cualitativa; fundamentos epistemológicos 23

jetos se implican emocionalmente y comprometen su reflexión en un proceso en


el que se producen informaciones de gran significado para la investigación. Acep-
tar el curso de los diálogos abiertos entre los participantes de la investigación, pre-
supone estimular la discusión de los sujetos estudiados entre sí, en un proceso por
el cual el interlocutor facilita ideas y emociones que sólo surgen al calor de la refle-
xión conjunta y espontánea donde se desarrolla la vida cotidiana de los protago-
nistas (Billig, M., 1997).
El carácter interactivo del conocimiento conduce a reivindicar la importancia
del contexto y de las relaciones entre los sujetos que intervienen en la investiga-
ción (entre ellos la del investigador y el investigado), como momentos esenciales
para la cualidad del conocimiento producido.
Significación de la singularidad como nivel legítimo de la producción del co-
nocimiento. La singularidad fue históricamente desconsiderada en cuanto a su le-
gitimidad como fuente de conocimiento científico; pero en la investigación de la
subjetividad reviste importante significación cualitativa, que impide identificarla con
el concepto individualidad. La singularidad se constituye como realidad diferenciada
en la historia de la constitución subjetiva del individuo.
Así, cuando trabajamos con el sujeto como singularidad, lo identificamos como
forma única y diferenciada de constitución subjetiva, lo que marca una diferencia
esencial con la investigación experimental conductista, la cual trabaja con indivi-
duos a partir de la premisa de que no existen entre ellos diferencias que influyan
sobre el comportamiento estudiado. En este sentido, la investigación conductista
usa al individuo como entidad objetivada, mientras que nosotros utilizamos la sin-
gularidad como momento diferenciado y subjetivado, el cual aparece como indivi-
dualidad en condición de sujeto.
El conocimiento científico, desde este punto de vista cualitativo, no se legitima
por la cantidad de sujetos estudiados, sino por la cualidad de su expresión. El nú-
mero de sujetos a estudiar responde a un criterio cualitativo, definido esencialmente
por las necesidades del proceso de conocimiento descubiertas en el curso de la
investigación.
La expresión individual del sujeto adquiere significación conforme al lugar que
puede tener en un determinado momento para la producción de ideas por parte del
investigador. La información expresada por un sujeto concreto puede convenirse en
un momento significativo para la producción de conocimiento, sin que tenga que
repetirse necesariamente en otros sujetos. Por el contrario, su lugar dentro del proceso
teórico puede legitimarse de múltiples formas en el curso de la investigación. La
legitimación del conocimiento se produce por lo que significa una construcción o un
resultado en relación con las necesidades actuales del proceso de investigación.
El número de casos a considerar en una investigación tiene que ver, ante to-
do, con las necesidades de información que se van definiendo en el curso de
aquélla. En ocasiones, es necesario abrir nuevas zonas de sentido del problema es-
tudiado, sobre las cuales tenemos diferentes hipótesis elaboradas en el curso de la
investigación, las cuales, sin embargo, no se han podido confrontar con la expre-
sión de los sujetos estudiados.
Los tres principios generales de la epistemología cualitativa presentados, con-
ducen a diferentes formas de producción de conocimiento, cuyo desarrollo meto-
24 Investigación cualitativa en psicología. Rumbos y desafíos

dológico es uno de los principales desafíos para la psicología. En los capítulos que
siguen, profundizaremos en las definiciones metodológicas que hemos ido produ-
ciendo en este camino, dentro del cual los momentos teóricos, metodológicos y
epistemológicos se han ido sucediendo de diferentes formas en un mismo proceso.

CARACTERÍSTICAS DE LA SUBJETIVIDAD COMO OBJETO


DE LA INVESTIGACIÓN PSICOLÓGICA

Para tratar las definiciones metodológicas que se derivan del marco epistemológico
presentado, pensamos que sería útil una exposición breve de las características
generales del objeto de estudio asumido, y de las representaciones teóricas cons-
truidas sobre él en el momento actual del desarrollo de la psicología. La subjetivi-
dad ha sido, con frecuencia, término reservado para los procesos que caracterizan
el mundo interno del sujeto, sin que ese mundo interno, en su condición subjeti-
va, haya sido claramente elaborado a nivel teórico. Es muy interesante la forma en
que el psicoanálisis pasó a ser un referente universal para el tema de la subjetivi-
dad, prácticamente en todas las esferas de las ciencias sociales, lo cual tuvo que
ver, entre otras cosas, con el hecho de brindar información sobre procesos com-
piejos del mundo del sujeto, que han sido poco elaborados por la psicología y por
las ciencias antroposociales en general.
En nuestra opinión, la subjetividad es un sistema complejo de significaciones
y sentidos subjetivos producidos en la vida cultural humana, y ella se define on-
tológicamente como diferente de aquellos elementos sociales, biológicos, ecológi-
cos y de cualquier otro tipo, relacionados entre sí en el complejo proceso de su
desarrollo. Hemos definido dos momentos esenciales en la constitución de la sub-
jetividad: individual y social, los cuales se presuponen de forma recíproca a lo lar-
go del desarrollo. La subjetividad individual es determinada socialmente, pero no
por un determinismo lineal externo, desde lo social, hacia lo subjetivo, sino en un
proceso de constitución que integra de forma simultánea las subjetividades social
e individual. El individuo es un elemento constituyente de la subjetividad social y,
simultáneamente, se constituye en ella.
Excluir la dimensión individual de la subjetividad social conduce a ignorar la
historia de lo social en su expresión diferenciada actual, que se expresa en los in-
dividuos. Negar al individuo como singularidad subjetivamente constituida, es ig-
norar la complejidad de la subjetividad, la cual se constituye simultáneamente en
una multiplicidad de niveles, que pueden ser contradictorios entre sí, pero de cuyo
funcionamiento dependen los diferentes momentos del desarrollo subjetivo. Las
subjetividades social e individual constituyen dos niveles que se integran en la de-
finición cualitativa de lo subjetivo y que, al mismo tiempo, son momentos constan-
tes de tensión y contradicción que actúan como fuerza motriz en ambas instancias
de la subjetividad.
La subjetividad es un sistema procesal, plurideterminado, contradictorio, en
constante desarrollo, sensible a la cualidad de sus momentos actuales, la cual tiene
un papel esencial en las diferentes opciones del sujeto. La subjetividad no se
caracteriza por invariantes estructurales que permitan construcciones universales
Diferentes aproximaciones a la investigación cualitativa; fundamentos epistemológicos 25

sobre la naturaleza humana. La flexibilidad, versatilidad y complejidad de la subje-


tividad, permiten que el hombre sea capaz de generar permanentemente procesos
culturales que, de forma brusca, cambian sus modos de vida, lo cual, a su vez, lleva
a la reconstitución de la subjetividad, tanto social cuanto individual. Los nuevos
procesos de subjetivación implicados en estos procesos culturales se integran co-
mo momentos constitutivos de la cultura.
La subjetividad individual se constituye en un individuo que actúa como suje-
to gracias a su condición subjetiva. El sujeto es histórico, en tanto su constitución
subjetiva actual representa la síntesis subjetivada de su historia personal; y es so-
cial, porque su vida se desarrolla dentro de la sociedad, y dentro de ella produce
nuevos sentidos y significaciones que, al constituirse subjetivamente, se convierten
en constituyentes de nuevos momentos de su desarrollo subjetivo. A su vez, sus
acciones dentro de la vida social constituyen uno de los elementos esenciales de
las transformaciones de la subjetividad social.
En su condición social, el individuo es parte de sistemas de relaciones constitui-
dos en los sistemas de significación y sentido subjetivo que caracterizan la subjeti-
vidad social. Estos sistemas representan un momento constitutivo de las estructuras
dialógicas en las que se expresa el sujeto en sus diferentes instancias sociales; sin
embargo, ellos no se imponen como determinantes externos de esas estructuras
dialógicas, sino que son parte del sentido subjetivo que se constituye en el diálo-
go. En el desarrollo del sentido subjetivo de cualquiera de los momentos de exis-
tencia social del sujeto participan tanto los elementos de la subjetividad social,
cuanto de la subjetividad individual y aquellos relacionados con los interjuegos de
comunicación que se dan en los espacios de relación en los que aquél se expresa.
La subjetividad permite ubicar los contenidos psíquicos parciales y fragmenta-
dos que constituyeron el objeto de la psicología, en momentos de procesos más
abarcadores y complejos, que se articulan de formas diversas y cambiantes en la
organización subjetiva. Así, por ejemplo, el aprendizaje como función, que fue ob-
jeto exclusivo de la psicología del aprendizaje, aparece en su definición subjetiva
como un proceso que integra las condiciones actuales de vida del sujeto que
aprende, la historia de su constitución subjetiva diferenciada: la cual se expresa en
su personalidad, la cualidad de los procesos de relación que caracterizan la vida
escolar y otros aspectos importantes en la configuración subjetiva, la cual tiene im-
portante significación en el desarrollo de las emociones.
El sistema subjetivo es un sistema abierto, abarcador e irregular, que mediati-
za las diversas experiencias humanas en proceso de subjetivación. La subjetividad
conduce a un concepto diferente de lo psíquico, que impide su cosificación en ca-
tegorías rígidas e inmutables, o en entidades objetivas susceptibles de medición,
manipulación y control. La subjetividad se constituye en unidades complejas, com-
prometidas de diferentes formas con el sistema subjetivo como un todo, tanto en
la organización singular del sujeto concreto, como en los diferentes niveles de la
subjetividad social.
Hemos usado el término configuración para definir las unidades constitutivas
de la personalidad, por ser un concepto que no se compromete con la naturaleza
fija e inmutable de ningún proceso de la experiencia humana. Todo contenido de
la experiencia aparece subjetivado en configuraciones, por las cuales adquiere senti-
26 Investigación cualitativa en psicología. Rumbos y desafíos

do subjetivo en su integración con otros estados dinámicos. Esta integración no es


una suma aditiva de los elementos que la integran, sino un nuevo momento cua-
litativo, que se define por su funcionamiento y sentido subjetivo dentro de los es-
tados dinámicos comprometidos con su aparición.
El término configuración permite la diferenciación cualitativa de los procesos
psíquicos singulares, lo cual se opone a la fuerte tendencia del pensamiento psico-
lógico, base de la epistemología cuantitativa, de encontrar definiciones universales
que permitan diferenciar patrones responsables por una u otra forma de expresión
humana, como la diferenciación de los alumnos que aprenden bien de los que
fracasan, o de las personas creativas de las que no lo son. Estas diferencias se qui-
sieron estandarizar a través de la cuantificación de características personales, con-
sideradas como rasgos, dimensiones o tendencias que podrían ser medidas por
pruebas psicológicas y usadas como criterio para distinguir niveles de desarrollo o
rendimiento de los sujetos estudiados.
Los intentos descritos fracasaron por el déficit de sus hipótesis de partida: pen-
sar que las diferencias de los procesos psíquicos complejos, subjetivos podían defi-
nirse a través de modelos cuantitativos que consideran lo estudiado como entidad
homogénea, que varía sólo en atributos puntuales y comparables, susceptibles de
ser medidos en forma lineal por pruebas estandarizadas. La singularidad no apare-
ce como excepción en el dominio de la subjetividad: ella es un momento cualita-
tivo constituyente de la subjetividad.
En las investigaciones de A. Mitjans se hacen evidentes configuraciones subje-
tivas diferentes de la creatividad en sujetos altamente creativos, lo que demuestra
que existen formas de constitución subjetivas singulares, imposibles de ser reduci-
das a una fórmula o perfil general de los sujetos creativos. De forma reciente des-
cubrí en E. Morin una manera parecida de comprender la creatividad. Cuando es-
cribe, en relación con el poder creador de la persona:

“La indeterminación y el poder creador están plenamente interrelacionados'', decía Román


Jakobson. Se trata, en efecto, de la conjunción de una indeterminación local SOciocultural y de una
indeterminación psico-subjetiva individual que libera curiosidades, interrogaciones,
insatisfacciones, imaginaciones. A partir de ellas podemos preguntar ¿cuál es la parte de acaso en
esa doble conjunción social-cultural-histórica y subjetiva personal que reúne excepcionalmente
tantos elementos di versos en una configuración que permite la creación? (1998:68).

La diversidad de la naturaleza cualitativa de los procesos subjetivos, y la enor-


me complejidad de los procesos implicados en su constitución, impiden, en térmi-
nos epistemológicos, su construcción a través de respuestas simples del sujeto ante
instrumentos estandarizados. El estudio de la subjetividad exige entrar en las for-
mas más complejas de expresión del sujeto, y avanzar en la construcción de cono-
cimiento a través de vías indirectas y/o implícitas sobre nuestro objeto de estudio.
Los problemas relativos al estudio de la subjetividad sólo serán conocidas por
medio de complejas construcciones teóricas que permitan seguir las evidencias
complejas e indirectas de lo estudiado en las expresiones diferenciadas, contradic-
torias y en constante desarrollo del sujeto.
Diferentes aproximaciones a la investigación cualitativa; fundamentos epistemológicos 27

La subjetividad, tanto individual como social, está en desarrollo constante, y re-


sulta afectada por las condiciones con que el sujeto se expresa. Estos cambios no
ocurren de forma inmediata en sus niveles constitutivos, pero expresan indicado-
res que tienen que ser seguidos por categorías lo suficientemente amplias, flexibles
y abiertas. Las categorías tradicionales usadas por la psicología conciben lo estu-
diado como entidades fijas, invariables y a priori en relación con el contexto en
que tiene lugar la actividad del sujeto.
Es muy importante, desde el punto de vista epistemológico, la forma en que
Vygotsky presenta sus categorías, las cuales aparecen como procesales, abiertas y
situando el fenómeno, que definen sus relaciones con otros. Estas características se
advierten con nitidez en sus definiciones sobre "zona próxima del desarrollo", "si-
tuación social del desarrollo" y "función psíquica superior"'.
l.as diferentes formas de reduccionismo en la comprensión de lo psíquico in-
tentaron presentar a éste como producto de la acción determinista de sistemas que
aparecían como "objetivos" y "externos" en relación con la propia psique. En este
sentido, las concepciones orientadas a la comprensión histórico-cultural de lo psí-
quico no han sido ajenas a la tendencia de objetivar lo psíquico, que se expresa
en las obras de Vygotsky y de Bakhtin. Vygotsky, como hemos analizado en artícu-
los anteriores,9 tiene una obra rica y contradictoria, en la cual la contradicción entre
el concepto de la subjetividad y la comprensión objetivista de lo psíquico aparece
con frecuencia. El concepto de interiorización tiene, en mi opinión, fuerte conno-
tación objetivista, expresada con toda nitidez en la obra de Leontiev, después de la
muerte de Vygotsky.
En algunos textos de la obra de Vygotsky, la noción de realidad sujeta de for-
ma directa el curso de la vida psíquica. Así, él escribe:
Los elementos que entran en su composición (se refiere al curso de la producción de algo
nuevo) son tomados de la realidad por el hombre, dentro del cual, en su pensamiento, sufrieron
compleja reelaboración convirtiéndose en producto de su imaginación. Por último,
materializándose, volvieron a la realidad, pero trayendo consigo una fuerza activa, nueva, capaz de
modificar esa misma realidad, cerrándose de este modo el círculo de la actividad creadora de la
imaginación humana (1987:44-45).

En esta cita se puede ver cómo la realidad es para Vygotsky momento de ori-
gen de toda actividad psíquica humana, inclusivo de la actividad creadora, en la
cual lo real sólo aparece como momento constitutivo del sentido subjetivo irrepe-
tible, expresado por el artista en su obra.
El determinismo ingenuo y mecanicista, al situar lo real en una relación iso-
mórfica con los procesos subjetivos, participa del prejuicio hacia la subjetividad im-
puesto por el marxismo positivista dominante en la ideología soviética oficial de la
época. En Bakhtin, los prejuicios contra la subjetividad son manifiestos de forma
más descamada y explícita. En relación con la naturaleza de lo psíquico escribe:

9
Véase L. S. Vygotsky, "Presencia y continuidad de su pensamiento en el centenario de su nacimien-
to", en Psicología y Sociedade, vol. 8, Núm. 2, 1996.
28 Investigación cualitativa en psicología. Rumbos y desafíos

... el estudio de las ideologías no depende de la psicología y no tiene necesidad de ella.


Como veremos, es lo contrario lo que es verdadero: la psicología objetiva se debe
apoyar en el estudio de las ideologías. La realidad de los fenómenos ideológicos es la
realidad objetiva de los signos sociales. Las leyes de esa realidad son las leyes de la co-
municación semiótica y son directamente determinadas por el conjunto de las leyes
sociales y económicas. La realidad ideológica es una superestructura situada inmediata-
mente encima de la base económica. La conciencia individual no es el arquitecto de esa
superestructura ideológica, sino apenas un inquilino del edificio social de los signos
ideológicos (1997:36).

Bakhtin sintetizó muy bien algunos de los prejuicios contra la


subjetividad que, de forma generalizada, han mantenido los autores
orientados por una comprensión sociohistórica y cultural de la psique. Estos
tres términos nunca han quedado claramente definidos en sus complejas
interpelaciones. Así, las consideraciones de lo social ya sean semióticas,
objetales o interactivas, parecen ignorar la dimensión histórica de los procesos
psíquicos, o identificar lo social y lo cultural con lo semiótico.
Retornando a la cita de Bakhtin, él toma la ideología como expresión
semiótica, cuya objetividad deriva de la objetividad del signo, por lo tanto,
desobjetiviza la ideología, y la considera sólo en su nivel macro o nivel
social. Además, la ideología es descrita como directamente determinada por
las leyes sociales y económicas, con lo cual establece, un determinismo lineal
entre la infraestructura y la super- estructura, por el cual el sujeto concreto
es simple eco de las fuerzas objetivas que lo determinan. Tras estos
planteamientos se expresa un desconocimiento total del lugar de la
subjetividad en los procesos humanos. En la obra de Bakhtin la semiótica
aparece más como expresión objetiva de los fenómenos económicos y
sociales, que como nivel constitutivo de la subjetividad humana.
La subjetividad, queremos insistir, no se interioriza: se constituye
mediante un proceso en que lo social actúa como instancia subjetiva, no
como instancia objeti- va desprovista de subjetividad. Toda situación social
objetiva se expresa con sentido subjetivo en las emociones y procesos
significativos que se producen en los protagonistas de esas situaciones. F.
Guattari, uno de los autores que más han contribuido en los últimos años al
desarrollo del concepto subjetividad escribe:

Yo no diría que esos sistemas (se refiere a los sistemas subjetivos de sumisión) son
"interiorizados" o “internalizados" de acuerdo con una expresión que estuvo muy en
boga en cierta época, y que implica una idea de subjetividad como algo para ser
llenado. Por el contrario, lo que hay es simplemente una producción de subjetividad
(1986:16).

La subjetividad no es determinada por la cultura, pues ésta es en sí


misma subjetiva; el desarrollo del hombre como subjetividad, y la cultura
son procesos constitutivos complejos que acontecen de forma simultánea. La
cultura no habría aparecido con un hombre desobjetivado. Todos los
fenómenos de la cultura son expresiones de hombres que trascienden la
inmediatez de lo impuesto desde fuera, y son recreados en la expresión del
sentido que tiene su existencia para tales hombres, quienes construyen
productos culturales que están más allá del presente, y que son esenciales
para mantener la dimensión futura que, de forma permanente, caracteriza el
desarrollo de la cultura.
Diferentes aproximaciones a la investigación cualitativa; fundamentos epistemológicos 29

La subjetividad se constituye en su propia historia, el escenario real de su de-


sarrollo. Toda nueva adquisición de sentido que aparece en el desarrollo subjeti-
vo, se integra en los procesos más generales de sentido que caracterizan el mo-
mento en que la nueva adquisición se constituye. La contradicción y la tensión
generadas por ese momento particular serán parte del sentido subjetivo de la nue-
va experiencia. Ninguna experiencia nueva del sujeto adquiere sentido por lo que
ella significa de forma ''objetiva". Toda nueva experiencia adquiere sentido dentro
del proceso de subjetivación que caracteriza el desarrollo de la personalidad.
La única forma de superar la tentación objetivista de explicar la subjetividad
por su relación biunívoca con los elementos presentes de la vida social del sujeto,
es reconocer su carácter histórico, que significa considerar los procesos generales
del sentido dentro del sistema subjetivo, y no como producto inmediato de una in-
fluencia externa. No son los objetos, sino los sistemas de relaciones subjetivadas
en los cuales ellos aparecen en la acción humana, los responsables, por su senti-
do, del desarrollo subjetivo.
En la subjetividad social, los fenómenos se separan aún más de sus determi-
nantes objetivos aparentes. Los sentidos subjetivos que acompañan el curso de la
subjetividad social van cambiando sin modificar las acciones de grupos y personas
en su entramado actual, el cual, a través de sus instituciones, ejerce fuerte control
sobre los sujetos individuales. Sin embargo, en un momento concreto, ante una pe-
queña brecha en la trama social y frente a una acción emergente, que podría haber
sido insignificante en otra coyuntura, se integra una acción masiva que, encarnando
el sistema de sentidos que venía gestándose, cambia el status quo de lo social
actual. Esos fenómenos se ven cada vez con mayor frecuencia, y ejemplos de ellos
fueron los cambios en los países socialistas de Europa del Este, así como aque-
llos que condujeron a expulsar del poder al general Suharto, en Indonesia.
El aspecto subjetivo de los fenómenos sociales no se define por la acción in-
mediata de lo social sobre la población. Toda reacción subjetiva, social o indivi-
dual, está constituida por su propia historia, y se expresa ante los acontecimientos
sociales actuales sólo como una de las formas posibles de expresión de esa com-
pleja trama en ese momento histórico. Lo social, lo económico, lo político y otras
formas constitutivas de la vida social, se constituyen subjetivamente a partir de las
estructuras de sentido que caracterizan cada uno de los momentos de la subjetivi-
dad social.
La objetividad de los sistemas constituyentes de la vida social adquiere su
dimensión subjetiva a través de la forma en que penetra los complejos sistemas de
sentido y significación de las diferentes agrupaciones e instituciones sociales. Es
dentro de los sistemas de relaciones de aquéllas, que se constituye la subjetividad
individual. A su vez, es en esta singularidad, producida en la subjetividad indivi-
dual, donde aparecerán las mayores fuerzas de resistencia a la subjetividad social
dominante. Como bien expresa Guattari:

La subjetividad circula en conjuntos sociales de diferentes dimensiones: es


esencialmente social, y asumida y vivida por individuos en sus existencias
particulares. El modo por el cual los individuos viven esa subjetividad oscila entre
dos extremos: una relación de alienación y opresión, en la cual el individuo se
somete a la subjetividad tal como la recibe, o una relación de expresión y de
30 Investigación cualitativa en psicología. Rumbos y desafíos

creación, en la cual el individuo se reapropia de los componentes de la subjetividad,


produciendo un proceso que yo llamaría de singularización (1996:33).
En la cita anterior, Guattari expresa con suma claridad cómo los procesos de
singularización son parte irreductible de la subjetividad.
La epistemología cualitativa que presentamos, y las consideraciones metodo-
lógicas que de ella se derivan, son una respuesta concreta a los desafíos que entraña
el estudio de la subjetividad en todos sus niveles. La ruptura violenta que presupone
el concepto de subjetividad con las formas tradicionales de producción del
pensamiento psicológico tiene que encararse con modificaciones radicales en la pro-
ducción de conocimiento, en las cuales lo metodológico se debe acompañar de
permanente reflexión epistemológica.

LA DEFINICIÓN DE LO CUALITATIVO EN
LA INVESTIGACIÓN PSICOLÓGICA

Támara Dembo, a quien ya nos referimos al tratar de la Gestalt, escribió:

Cuando comencé mi investigación sobre las cualidades de las unidades psicológicas, éstas
eran consideradas de manera general, en la vida y en la ciencia, como portadoras de
características cualitativas. Aquellas unidades cualitativas eran vistas como singulares (no
relacionadas unas con otras) y estáticas (inactivas), y sus determinantes eran considera-
Dos como imposibles de ser analizados (...) Yo tuve que salir de las propiedades, las
cuáles eran nociones estáticas (no afectadas por otras unidades) que no permitían una
comprensión de la naturaleza de las cualidades psicológicas en su totalidad o sus
manifestaciones como entidades simples y ocurrencias (1993:15).

Támara Dembo comenzó en la década de los treinta una reflexión relacionada


con el concepto de los determinantes cualitativos en la psicología, la cual quedó
interrumpida hasta hoy dentro del empirismo cuantitativo y objetivista que ha carac-
terizado a la psicología como ciencia. En la cita inmediata anterior, Dembo defien-
de la idea de una comprensión de lo psicológico que supere el carácter estático y
abstracto de las unidades consideradas en el estudio de la psicología, y enfatiza
también la necesidad de abordar los determinantes de estos fenómenos, los cuales
están ocultos, según ella, a la visión de un observador externo.
Esta investigadora defiende la idea de la naturaleza cualitativa de lo estudiado, de
la cual va a desprender las exigencias metodológicas concretas que explica en la
segunda parte de la obra mencionada. En relación con los atributos que caracterizan
la definición cualitativa de los determinantes psicológicos, muchos de los cuales
podemos retomar, la autora expresa:

Ahora retorno a nuestra vieja cuestión: ¿que es la cualidad? Me gustaría argumentar que
las cualidades tienen que ver con gran diversidad de entidades psicológicas y ocurren-
cias, posiblemente la más valiosa contribución [de esa definición cualitativa) es haber
descubierto un área de determinantes ocultos de entidades y ocurrencias, a los cuales
de otra forma, parece, tendríamos muchas dificultades para acceder (1993:19).
Diferentes aproximaciones a la investigación cualitativa; fundamentos epistemológicos 31

La autora se refiere, en nuestra opinión, a uno de los elementos esenciales de


la definición de lo cualitativo: su carácter oculto a la evidencia. La cualidad de los
fenómenos, a diferencia de cómo es interpretada por muchos de los representan-
tes del paradigma cualitativo que atribuyen a los métodos cualitativos un carácter
descriptivo y a los procesos de producción de conocimiento a partir de ellos, un
carácter inductivo (Taylor y Bogdan, Glasser y Strauss, Creswell, Quinn Patton y
otros), no aparece de forma inmediata a la experiencia ni se puede construir por
vía inductiva.
Con frecuencia el tema de lo cualitativo se quiere banalizar a través de la afirma-
ción dialéctica de que lo cualitativo resulta de los cambios cuantitativos. Esta afirmación
filosófica general no puede ser extrapolada de forma simple a los elementos
cuantitativos que son construidos arbitrariamente para identificar el fenómeno, sin
ninguna relación con su definición cualitativa, como ha sido el caso de las unida-
des arbitrarias aplicadas al estudio de lo psíquico. Éstas han sido definidas por la
psicología como entidades objetivas susceptibles de definición cuantitativa, sin nin-
gún referente teórico relacionado con la cualidad de los procesos estudiados. La
forma en que se ha instituido lo cualitativo y lo cuantitativo en la psicología no
permite afirmar un continuum para el estudio de un mismo fenómeno, pues han
representado esencialmente dos formas de producir conocimientos sobre lo estu-
diado
Cuando se habla de lo cuantitativo en psicología, nos referimos a entidades
que no tienen significación fuera de su definición numérica, como ocurre cuando
trabajamos con los datos que aportan muchas de las pruebas más utilizadas por los
psicólogos: el número sustituye la cualidad del objeto. Esa clase de procesamiento
de información sigue de forma estricta el camino de las lógicas numéricas correla-
cionales, en el cual la complejidad se identifica con la integración de más factores
al análisis factorial, o de otras técnicas de procesamiento estadístico, y las ideas resul-
tan completamente eliminadas. Esta forma de uso de lo cuantitativo nunca se re-
fiere a la cualidad de lo estudiado. Como afirma N. Hayes:

Ésta ha sido generalmente vista (se refiere a la metodología cualitativa), en oposición a la


metodología cuantitativa, la cual, al menos en psicología, produce con frecuencia intentos
extremadamente estrictos para medir las conductas humanas o los procesos cognitivos, lo
cual disminuye severamente su relevancia en relación con lo vivido diariamente (1997:4).

El tratamiento cualitativo para el estudio de la subjetividad está orientado a elu-


cidar, a conocer los complejos procesos que constituyen la subjetividad y no tiene
como objetivos la predicción, la descripción y el control. Ninguna de estas tres di-
mensiones, que históricamente han estado en la base de la filosofía dominante en
la investigación psicológica, forman parte del ideal orientado por el modelo cuali-
tativo de ciencia.
La definición de nuestro objeto de estudio en términos cualitativos está asocia-
da a su naturaleza ontológica, que al definirse en términos de sentidos subjetivos
y procesos de significación, conduce a la definición de unidades complejas para su
estudio, cualitativamente diferentes a las usadas en la epistemología cuantitativa; lo
32 Investigación cualitativa en psicología. Rumbos y desafíos

cual hace que la posible complementación de estas formas de conocimiento


tenga que ser profundamente estudiada, pues es una cuestión teórica y
epistemológica, no metodológica. El problema no es usar un instrumento
cuantitativo, sino definir lo que ese instrumento evalúa, y cómo ulilizar esa
evaluación en el proceso general de construcción del conocimiento.
Cuando definimos una configuración depresiva estamos dando cuenta de
su cualidad en términos del sujeto concreto deprimido, cuando atribuimos
valor a la depresión en el DSM-III o IV, estamos clasificando
cuantitativamente manifestaciones externas que resultan generales en los
deprimidos en nuestro medio socio-cultural, lo cual tiene poco poder de
información en cuanto a la constitución subjetiva de la depresión, a pesar
de tener valor para la identificación de la entidad.
De hecho, las preocupaciones vinculadas a la constitución subjetiva de la
depresión no fueron resultado lógico de las investigaciones sobre su
comportamiento semiológico, sino resultado de la ruptura con aquella
forma de pensar. En relación con esto resulta de gran interés el análisis de
Guidano en relación con los problemas metodológicos de la clínica, cuando
afirma:

La ambigüedad básica de la actual metodología clínica (como la ejemplifica el DSN-III-R) reside


en el hecho de que (1) es esencialmente ateórica y (2) meramente descriptiva (Faust y
Miner, 1979, 1984).
1. Al intentar atenernos al principio empirista de la parsimonia, es decir, alejarse lo
menos posible de los "datos"), un enfoque clínico ateórico ha alentado la aceptación
profesional de una casi total ignorancia sobre la etiología y los procesos psicopatológi-
cos que, de hecho, deben constituir los objetivos esenciales de su investigación. Esta
ignorancia es la expresión de una elección metodológica: evitar cualquier investigación
del problema etiológico (...) Debe quedar claro que la renuncia a la comprensión etiológica
excluye en términos reales la posibilidad de descubrir la relación eventual entre la
conducta observada y la organización de la persona que la presenta (1994:84-85).

En realidad, en las formas metodológicas tradicionales que asumió la


investigación cuantitativa en los dominios de la psicología, la conducta
(entendemos la conducta de forma amplia, que engloba aquellas
manifestaciones humanas que, de forma directa, se identifican por un
observador en la expresión del sujeto) fue separada de sus formas de
organización subjetiva, y se presentó simplemente como entidad objetiva,
cuyo sentido en términos para la investigación, se definía a través de
relaciones entre conductas, o bien por las relaciones de la conducta
estudiada con variables independientes introducidas por el investigador.
El estudio de los determinantes cualitativos en la psicología se define por
la búsqueda y explicación de procesos que no son accesibles a la
experiencia, los cuales existen en interrelaciones complejas y dinámicas
que, para ser comprendidas, exigen el estudio integral de los mismos y no
su fragmentación en variables. La definición cualitativa de los procesos y
unidades implicados en la constitución subjetiva tiene que ver con la
comprensión, con frecuencia por vía indirecta e i m plícita, de los complejos
procesos de las diferentes expresiones humanas, y que no son isomórficas
con éstas.
Esta dimensión para el estudio de los procesos psíquicos lleva, como
hemos afirmado anteriormente, a la unidad indisoluble de lo metodológico
Diferentes aproximaciones a la investigación cualitativa; fundamentos epistemológicos 33

y lo epistemológico, que ha estado en la base de la definición de la


epistemología cualitativa. Como señala Rodríguez Sutil:

Por su carácter fáctico, en cuanto contraposición institucional (no exenta de malenten-


didos y desenfoques metodológicos), esta simplificadora diferenciación tecnológica se
comprende y articula con frecuencia en la existencia incluso de dos tipos de investiga-
dores sociales ("cuantitativistas" versus "cualitativistas"). Dicotomía profesional que a su vez
supondría dos tipos de formaciones "técnicas" más o menos particularizadas o con-
tradictorias. Pero este mismo énfasis en la contraposición tecnológica entre métodos
cuantitativos y métodos cualitativos de análisis de la realidad social tiende, en definiti-
va (ignorando la complejidad de un planteamiento metodológico integral), a reducir la
cuestión a una acrítica división instrumental del trabajo entre técnicas cuantitativas y
prácticas cualitativas como enfoques o tratamientos alternativos para el estudio de cual-
quier proceso o problema social (1991:89).

La investigación cualitativa no corresponde a una definición instrumental,


es epistemológica y teórica, y está apoyada en procesos diferentes de
construcción de conocimiento, orientados al estudio de un objeto distinto
del de la investigación cuantitativa tradicional en psicología. La investigación
cualitativa se orienta al conocimiento de un objeto complejo: la subjetividad,
cuyos elementos están implicados simultáneamente en diferentes procesos
constitutivos del todo, los cuales cambian frente al contexto en que se
expresa el sujeto concreto. La historia y el contexto que caracterizan al
desarrollo del sujeto marcan su singularidad, la cual es expresión de la
riqueza y plasticidad del fenómeno subjetivo.
La definición cualitativa de la investigación, el diagnóstico y las prácticas
psicológicas es una opción epistemológica, teórica e ideológica frente a las
prácticas cuantitativas dominantes en psicología. Quienes sólo ven la
diferencia metodológica, por lo general distinguen lo cualitativo y lo
cuantitativo en el nivel de las técnicas o de alguna operación aislada de la
producción del conocimiento y, con frecuencia, se mantienen al mismo
nivel epistemológico de aquellos enfoques que critican, como ha sido el caso
de algunos investigadores cualitativos centrados en el momento empírico
(Taylor y Bogdan, Glasser y Strauss, Navarro y Díaz, Creswell, entre otros).

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