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1) EXPEDIENTE NO.

0025- 2005-PI/TC

NORMA OBJETO DEL JUICIO DE INCONSTITUCIONALIDAD

Artículo 22, inciso c, de la Ley Nro 26397, Orgánica del Consejo Nacional
de la Magistratura

"Artículo 22.- El nombramiento de Jueces y Fiscales se sujeta a las


siguientes normas: Para ser considerado candidato y someterse al
respectivo concurso, los postulantes deberán acreditar haber aprobado
satisfactoriamente los programas de formación académica para aspirantes
al cargo de Magistrado del Poder Judicial o Fiscal del Ministerio Público
organizados e impartidos por la Academia de la Magistratura."

El Consejo Nacional de la Magistratura, en condición de Partícipe en el proceso de


inconstitucionalidad, considera que la demanda debe ser declarada infundada.
Afirma que el Tribunal Constitucional ya se ha pronunciado sobre la norma
impugnada en la sentencia recaída en el Exp. N.o 0003-2001-AIITC y N.o 0006-
2001-AIITC, afirmando su constitucionalidad.

Sin perjuicio de ello, sostiene que la disposición impugnada no "contraviene el


derecho de acceso a la función pública reconocida por el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos y la Convención Americana de Derechos Humanos,
dado que aquél admite la restricción de este derecho siempre y cuando no se trate
de una "restricción indebida" y este último admite la reglamentación de ese
derecho, entre otras, por razones de "instrucción".
EN LOS FUNDAMENTOS PODEMOS OBSERVAR LAS ACEPCIONES
PROPUESTAS DE LEGITIMIDAD PARA OBRAR DE LOS DEMANDANTES

 SEGÚN EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

1. El Congreso ha propuesto la excepción de falta de legitimidad para obrar del


demandante Colegio de Abogados de Arequipa al no haber adjuntado a la
demanda el acuerdo de la Junta Directiva para interponer la demanda.

2. Aun cuando dicho documento no se adjuntó a la demanda, él fue presentado


el 21 de setiembre de 2005 y obra en autos a fojas 92 y siguientes, luego de
que la demanda fuera presentada el 17 de octubre de ese mismo año.

Se advierte que el Acuerdo data del 5 de octubre de 2005; esto es, en fecha
anterior al 21 de octubre en que fue presentada la demanda. Conforme a
esto, se tiene que aun cuando la demanda no adjuntó el Acuerdo de la Junta
Directiva, él preexistió a la fecha de la presentación de la demanda y dicha
omisión fue subsanada antes del 28 de octubre de ese mismo año, fecha del
correspondiente auto admisorio.
El Congreso ha propuesto la excepción de falta de legitimidad para obrar
del demandante Colegio de Abogados del Cono Norte de Lima. Sostiene
que, al no haber sido creado por Ley, se trata simplemente de una asociación
de abogados y no de un colegio profesional cuya creación precisa de una
Ley. So re este extremo, el Tribunal ya ha afirmado con respecto a otra
demanda de constitucionalidad interpuesta también por el Colegio de
Abogados del Cono Norte de Lima, en la sentencia dictada en el Exp. N.O
0045-2004-PIITC, confirmando, a su vez, el criterio ya establecido en su
resolución de fecha 31 de marzo de 2005 (Fundamento Nro 3) recaída en el
mismo expediente, que la "exigencia de precisar la ley de creación del
Colegio de Abogados demandante', 'no se configura como un impedimento
de admisibilidad nacido de la voluntad expresa del Código' Procesal
Constitucional." (Fundamento N.1, tercer párrafo).

 PREVISIÓN DE LAS CONSECUENCIAS DE LA SENTENCIA

 La declaración de inconstitucionalidad de la norma impugnada plantea el


problema de la consecuencia o efecto que ha de adjudicarse a la aprobación
del Programa de Formación de Aspirantes por parte del conjunto de
personas que lo han efectuado con el propósito de postular a la magistratura.
Dado que ahora no es requisito para la postulación la acreditación del PROF
A.
¿Cómo queda o cuál es el efecto de dichos estudios realizados por algunas
personas?
El problema se plantea respecto a las personas que hayan logrado su ingreso
a la magistratura. Dado que el PROF A ha de impartirse después de que el
postulante haya ingresado a la magistratura, ¿significa ello que las personas
con PROF A tienen que efectuarlo nuevamente?

 El proceso de inconstitucionalidad tiene un doble carácter: objetivo y


subjetivo.
En tal sentido, el Tribunal no puede omitir que la controversia constitucional
involucra los derechos de concretos y determinados colectivos y que, por
tanto, el Tribunal no puede pasar por alto las consecuencias que sus
decisiones podrían ocasionar en el ámbito de los derechos e intereses de
tales personas.

En el presente proceso de inconstitucionalidad, tras la controversia de si la


norma impugnada es o no constitucional (dimensión objetiva) se halla el
problema del derecho de acceso a la magistratura de un concreto colectivo
de profesionales (dimensión subjetiva) de nuestro país. Por ello, la
consideración de las implicancias o consecuencias de la sentencia no puede
ser omitida.

 El principio de previsibilidad de las consecuencias de una sentencia


constitucional impone al Tribunal disponer que se adopten determinadas
medidas para el tratamiento de una consecuencia ocasionada por la sentencia
constitucional, así como los principios o parámetros constitucionales que
han de regirlas. Ello tiene lugar sólo en el caso de que la consecuencia pueda
ser eventualmente de derechos o principios constitucionales, de modo que
las medidas ordenadas estarán orientadas a evitar tales consecuencias.

 Las personas que logren ingresar a la magistratura y que ya han llevado a


cabo el I PROF A podrán ser eximidas del mismo y asumir sus funciones; en
cambio, las personas que no lo han cursado, en el supuesto que ingresen, no
podrán ejercer el cargo, sino hasta después de llevar el citado curso.

En la hipótesis de que el PROF A fuese reestructurado y tuviese mayor


extensión, será la Academia de la Magistratura la que determine si las
personas que ya han llevado dicho curso deban completar o no el ciclo de
formación exigido. En todo caso, para tal efecto, la Academia deberá
observar, por un lado, que se evite una duplicidad del curso a quienes ya lo
han llevado, pero por otro, que ello no implique 50 Sentencia recaída en el
Exp. N.o 0045-2004-PlrrC, Fundamento Nro 77.

TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Lo que la T.C. desatender que la plena y elevadísima formación que impone la
idoneidad de la magistratura.
Desde luego, esta situación es temporal y se justifica sólo para mitigar las
consecuencias del cambio
 la no necesidad del PROF A para postular a la magistratura- respecto a
personas que ya lo han efectuado, situación que, una vez superada, no
requerirá excepción alguna a la realización de dicho curso antes del ejercicio
de funciones de quienes han ingresado a la magistratura.

 FALLO
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere
la Constitución Política del Perú.

 HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda; en consecuencia:


2. Declarar INCONSTITUCIONAL el artículo 22, inciso c), de la Ley N.O 26397,
Orgánica del Consejo Nacional de la Magistratura.
3. Declarar INCONSTITUCIONAL el artículo 8°, literal "o)", del Reglamento de
Concurso para la selección y nombramiento de jueces y fiscales y balotario",
Resolución N.O 989-2005-CNM, únicamente en la siguiente frase: "de Formación
para Aspirantes".
4. Declarar INFUNDADAS las excepciones de falta de legitimidad activa para de los
demandantes y de cosa juzgada, e IMPROCEDENTE la excepción de
representación defectuosa de los demandantes. Dispone la notificación a las partes y
su publicación en el diario oficial El Peruano.

2) LOS SUJETOS QUE PUEDEN INTERPRETAR UN TRATADO

La interpretación de un tratado puede ser efectuada por diversos sujetos o entidades,


atribuyéndoseles diversos efectos jurídicos en cada caso. Así, la interpretación
puede ser realizada por los propios Estados partes de un tratado, sea en el tratado
mismo o en un acto posterior. A esto se le conoce como interpretación auténtica y
sus efectos jurídicos no se limitan a las partes del tratado sino que también son
oponibles a terceros.
La interpretación de un tratado también puede ser efectuada por un órgano
jurisdiccional internacional, cuando las partes en un litigio le reconocen
competencia para resolver una controversia existente entre ellas. En tal caso, la
interpretación efectuada por el tribunal surtirá efectos jurídicos para las partes en
cuestión y sobre la materia objeto de litigio. De igual modo, la labor de
interpretación de un tratado puede ser hecha por los diversos órganos de un Estado
(Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, Tribunal Constitucional, entre
otros). En este caso, la interpretación, conocida en doctrina como interpretación
unilateral, sólo surtirá efectos jurídicos en el Derecho interno de aquel Estado, no
siendo oponible a los demás Estados partes del acuerdo.

Muy similar al caso anterior, tenemos la interpretación que pueden llevar adelante
los órganos que componen una Organización Internacional, sea de su propio tratado
constitutivo y los acuerdos de sede, hasta aquellos tratados impulsados en su
elaboración y aprobación por la propia organización. A estos cuatro casos habría
que añadir la doctrina de los publicistas, la misma que en forma individual o en
asociación emite opinión sobre los alcances de los tratados. Esta interpretación, si
bien carece de todo efecto jurídico, ejerce una fuerte influencia en las decisiones
judiciales o arbitrales internacionales.

3) REGLAS PARA INTERPRETAR UN TRATADO

Si bien la interpretación de los tratados sigue siendo objeto de discusión y


polémica, contemporáneamente existe consenso sobre la presencia de ciertas reglas
de interpretación de los tratados en el Derecho Internacional general, las mismas
que gozan de una amplia base jurisprudencial.

Estas reglas han sido consagradas en los artículos 31 y 32 de la Convención


de Viena sobre Derecho de los Tratados de 19697. Al respecto, señala
Jiménez de Aréchaga: “Las normas jurídicas relativas a la interpretación de
los Tratados constituyen una de las sanciones de la Convención de Viena
que fueron adoptadas por la conferencia sin voto disidente alguno y, por
consiguiente, pueden ser considerados como declaratorios del Derecho en
vigor. Los cuatro artículos dedicados a la interpretación de los tratados
están basados en la jurisprudencia establecida por la Corte Internacional de
Justicia y destilan la esencia de ciertos principios fundamentales que pueden
considerarse como reglas de Derecho Internacional sobre el tema y no
meramente directivas generales, aplicables a todos los tratados, cualquiera
sea su naturaleza o contenido”.

De igual forma, la jurisprudencia de la Corte Internacional de Justicia ha


afirmado reiteradamente que: “Según el Derecho Internacional
consuetudinario, que ha encontrado su expresión en el artículo 31 de la
Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, un tratado debe ser
interpretado de buena fe conforme al sentido ordinario que haya de atribuir
a sus términos en su contexto y a la luz de su objeto y fin”9. En el mismo
sentido se ha pronunciado el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en el
Asunto Golder v. United Kingdom10, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en su opinión consultiva sobre la expresión. “leyes” en el artículo
30 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos11, y el Órgano
de Apelación de la Organización Mundial del Comercio en el Asunto
Estados Unidos - Pautas para la Gasolina Reformulada y Convencional12.

En consecuencia, la aceptación en la jurisprudencia internacional de la existencia de ciertas


reglas de interpretación de los tratados de carácter general no deja lugar a dudas.
Establecido ello, veamos ahora lo que dispone el artículo 31 de la Convención de Viena:

1. “Un tratado deberá interpretarse de buena fe conforme al sentido corriente que haya
de atribuirse a los términos del tratado en el contexto de éstos y teniendo en cuenta
su objeto y fin.
2. Para los efectos de la interpretación de un tratado, el contexto comprenderá,
además del texto, incluidos su preámbulo y anexos:
a) Todo acuerdo que se refiera al tratado y haya sido concertado entre todas las
partes con motivo de la celebración del tratado;
b) Todo instrumento formulado por una o más partes con motivo de la
celebración del tratado por las demás como instrumento referente al tratado.
3. Juntamente con el contexto, habrá de tenerse en cuenta:
a) Todo acuerdo ulterior entre las partes acerca de la interpretación del tratado
o de la aplicación de sus disposiciones;
b) Toda práctica ulteriormente seguida en la aplicación del tratado por la cual
conste el acuerdo de las partes acerca de la interpretación del tratado;
c) Toda norma pertinente de Derecho Internacional aplicable en las relaciones
entre las partes.
4. Se dará a un término un sentido especial si consta que tal fue la intención de las
partes”. Este artículo consagra un pluralismo de métodos y reglas de interpretación de
los tratados, con una clara primacía de la interpretación textual. Esto último no significa
que el artículo 31 consagre una jerarquía o prevalencia de una regla (la textual) sobre
las otras al momento de efectuar la operación de interpretación, sino tan sólo que en el
proceso de interpretación siempre se tiene como punto de partida el texto mismo del
acuerdo y si este es claro y brinda certeza, no hay que indagar más.

La propia Comisión de Derecho Internacional de la Organización de las Naciones Unidas


precisa que cuando el artículo 31 utiliza la expresión “regla” en singular y no en plural,
indica que los principios de interpretación consagrados en él deben ser aplicados integral y
conjuntamente; esto es, en una sola operación combinada. El proceso de interpretación
constituye así una unidad y las disposiciones del artículo forman una regla única con partes
íntimamente ligadas entre sí. En este sentido, todas las reglas consagradas en dicho artículo
deben ser

consideradas y todas tienen igual valor, no dominando una a las otras. Respecto de este
tema, cabría señalar sin embargo, que si bien la Corte Europea y la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, por ejemplo, han empleado de manera integral cada una de las reglas
del artículo 31 de la Convención de Viena, otros tribunales no han sido tan consistentes.
Así, la Corte Internacional de Justicia ha sido ambivalente respecto de esta disposición,
basándose en algunos casos tan sólo en el análisis del texto del tratado y no en las otras
reglas señaladas en dicho artículo.

De igual forma, mientras la Corte Europea de Derechos Humanos y el Tribunal Europeo de


Justicia ponen mayor énfasis en el objeto y fin del tratado o en la regla del efecto útil, el
Órgano de Apelaciones de la Organización Mundial del Comercio lo hace en la regla del
sentido ordinario y natural de los términos y en la práctica subsecuente18. Por último, antes
de ingresar al análisis de cada uno de estos principios o reglas de interpretación
consagradas en el artículo 31, debemos precisar que toda operación de interpretación tiene
como punto de partida dos principios fundamentales del Derecho de los Tratados: El pacta
sunt servanda y la buena fe. El primero de estos principios señala que los tratados son Ley
(obligatorios) entre las partes, mientras que el segundo establece que tales acuerdos deben
ser cumplidos de manera franca, honesta y leal, evitando en todo momento subterfugios o
tomar ventaja indebida del acuerdo. A partir de estas dos premisas, se pueden analizar las
reglas de interpretación consagradas.

4) PRINCIPALES REGLAS
interpretación consagradas.
A. Reglas de interpretación principales
El sentido ordinario y natural de los términos El punto de partida de la
interpretación es el texto mismo del acuerdo, pues en él consta la intención de las
partes. Como lo señala la Comisión de Derecho Internacional de las Naciones
Unidas, el texto es la manifestación auténtica de la intención de las partes; es mucho
más seguro y menos aleatorio fiarse de lo que está escrito, por lo cual el punto de
partida de la interpretación consiste en elucidar el sentido del texto y no en
investigar ab initio fuera de él. En este sentido, el artículo 31 dispone que las
palabras o términos utilizados en un tratado deban ser interpretados conforme a su
uso natural y corriente y, en el caso de que el tratado tenga sentido, no será
necesario indagar más22. Así lo ha señalado la jurisprudencia de la Corte
Permanente de Justicia Internacional en su opinión consultiva dictada en el Asunto
de la Convención sobre el Trabajo Nocturno de las Mujeres23 y en el Asunto del
Servicio Postal Polaco de Danzig.

En este último precisó:


“Cuando el Tribunal puede dar efecto a la disposición de un tratado atribuyendo a
las palabras empleadas un sentido natural y ordinario, no puede interpretar estas
palabras intentando darles otra significación”.

Sobre lo mismo, la Corte Internacional de Justicia en su opinión consultiva sobre el Asunto


de la Competencia de la Asamblea General para la Admisión de un Estado en las Naciones
Unidas, en el Asunto Ambatielos, en el Asunto del Templo de Préah Vihéar y en el Asunto
de las Plataformas Petroleras (República Islámica de Irán v. Estados Unidos) señaló la
misma posición. En el primer caso, afirmó:

“La Corte cree necesario decir que el primer deber de un Tribunal llamado a
interpretar y aplicar las disposiciones de un tratado, es esforzarse para dar efecto,
según su sentido natural y ordinario a estas disposiciones. Si las palabras
pertinentes, cuando se les atribuye su sentido natural y corriente, tienen sentido en
su contexto, no hay que investigar más”.

De otro lado, cuando el artículo 31 alude al sentido “ordinario” y “natural” de los términos,
hace referencia a su significado “regular,” “normal” o “acostumbrado”. En este sentido, los
tribunales, cuando interpreten un tratado, recurrirán generalmente a consultar diccionarios
ordinarios y no especializados.

 Un ejemplo lo tenemos en el Órgano de Apelación de la Organización Mundial de


Comercio en el Asunto Canadá Medidas que afectan la exportación de aeronaves
civiles, cuando al tratar de determinar el significado de la palabra beneficio, señaló
lo siguiente:
“En relación a este asunto, nosotros comenzaremos con el significado
ordinario de la palabra ‘beneficio’. El significado de ‘beneficio’ en el
diccionario es ventaja, bien, donación, ganancia. O, más generalmente, un
favorable o útil factor o circunstancia”.
Lo anterior no niega que cuando las disposiciones de un tratado utilicen palabras o
términos técnicos o jurídicos, se indague por su significado técnico o jurídico. Así,
si el texto emplea términos tales como propiedad, nacionalidad, sociedad por
acciones o, más aún, thalweg, línea media, etcétera; se deberá investigar la
significación técnica de estas palabras. Así lo señaló la Corte Permanente de Justicia
Internacional en el Asunto del Estatuto Jurídico de Groenlandia Oriental, donde
declaró lo siguiente:

“El sentido geográfico del término ‘Groenlandia’, es decir, la denominación


que se emplea normalmente en los mapas para indicar la isla entera, debe
considerarse como acepción corriente del término. Si una de las partes
alega que debe atribuírsele un sentido inusitado o excepcional, corresponde
a esa parte demostrar la validez de su afirmación”

En este caso, más que encontrar el significado ordinario o natural de los términos, habrá
que indagar en diccionarios especializados el sentido técnico de los mismos. Esto sucedió
en el Asunto de la isla Kasikili/Sedudu (Botswana/ Namibia), cuando la Corte Internacional
de Justicia buscando el significado de la expresión “canal principal” del río, señaló:

“El Tribunal considera que no puede confiar en un criterio único para identificar el
canal principal del Chobe en torno a la isla de Kasikili/Sedudu, pues debido a las
características naturales de un río, puede variar notablemente a lo largo de su
curso y de un caso a otro. Los trabajos científicos que definen el concepto de ‘canal
principal’ con frecuencia se refieren a diversos criterios; así, en el diccionario
francés de hidrología de superficie con equivalentes en inglés, español, alemán, el
canal principal es ‘el más amplio, el canal más profundo, en particular, el que lleva
el mayor flujo de agua’; de acuerdo con el Glosario I de Ingeniería de Control de
Agua y Aguas Residuales (Consejo de Redacción Común Representativo de la
Asociación Americana de Salud Pública, la Sociedad Americana de Ingenieros
Civiles, la Asociación Americana de Trabajos de Agua y la Federación de Control
de Contaminación del Agua, 1969), el canal principal es ‘el medio, el canal más
profundo o más navegable”.

Adicionalmente, otro aspecto relevante a tener en cuenta, será la conjugación de las


palabras utilizadas, así como su sintaxis y semántica. Esto quedó claramente establecido en
la decisión del Órgano de Apelación de la Organización Mundial de Comercio en el Asunto
Canadá Medidas que afectan la exportación de aeronaves civiles, donde se analizó la
conjugación y tiempos empleados en determinados verbos incluidos en el tratado objeto de
interpretación, así como la composición de las frases, el origen y significado de las
palabras.

B. Una segunda regla de interpretación consagrada en el artículo 31 de la Convención


de Viena es la del contexto, en virtud de la cual las disposiciones de un tratado no
deben ser interpretadas de forma aislada, sino más bien en armonía con su contexto
inmediato y con las otras disposiciones del tratado, su preámbulo y anexos, así
como con otros acuerdos concertados entre las mismas partes que amplíen o
modifiquen el tratado original o con las declaraciones interpretativas de carácter
unilateral efectuadas por los países miembros y que el resto acepta como
instrumento conexo al tratado. Este principio de interpretación tiene como propósito
primigenio confirmar la interpretación resultante del sentido ordinario y natural de
los términos. A su vez, la regla del sentido ordinario y natural de los términos no
puede ser aplicada en abstracto, sino que debe ser empleada en referencia al
contexto del artículo a ser interpretado. Se trata por tanto, de dos reglas de
interpretación íntimamente ligadas entre sí.

De otro lado, como ya lo hemos señalado, cuando el artículo 31 consagra la regla


del contexto, debemos comprender en ella, en primer lugar, el análisis estructural y
sistemático de la disposición a ser interpretada. En otras palabras, se debe tener en
cuenta, primeramente, lo que se denomina el contexto inmediato; lo que implica
varias cosas. En primer lugar, implica analizar dónde está ubicada o localizada la
palabra o frase a ser interpretada.

Un ejemplo de esto último ocurrió en el Asunto de la Tierra, Islas y Frontera


Marítima entre El Salvador y Honduras. Se trata de establecer el posible significado
del artículo a ser interpretado a partir de su localización en el texto, bajo qué título o
en qué capítulo. En segundo lugar, se debe tener presente la estructura de la frase
materia de interpretación, esto es, cómo está construida. Sobre esto, resulta
importante consultar el Asunto Chile - Sistema de Banda de Precios y Medidas de
Salvaguarda relativas a ciertos Productos Agrícolas, resuelto por el Órgano de
Apelación de la Organización Mundial de Comercio.

C. En tercer lugar, se deben estudiar los títulos, sea del tratado o de las secciones del
tratado donde se encuentra ubicado el artículo a ser interpretado, los cuales pueden
resultar de particular importancia como punto de partida para definir o identificar el
ámbito del acuerdo. Sobre lo primero, tenemos el Asunto del Canal del Beagle,
entre Argentina y Chile, así como el Asunto de las Plataformas Petroleras resuelto
por la Corte Internacional de Justicia, donde se analizó el título del Tratado de 1995
suscrito entre la República Islámica de Irán y los Estados Unidos de América,
contrastándolo con los títulos empleados en otros tratados similares celebrados por
el segundo país en esas mismas fechas, como el acuerdo concluido con Nicaragua
en 199637. Sobre lo segundo, se pueden señalar como ejemplos los títulos de los
artículos 31 y 32 de la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados de
1969.Así, mientras que en el caso del artículo 31 el uso del singular en el título
“Regla General de Interpretación” claramente indica que las distintas reglas de
interpretación consagradas en él deben ser interpretadas conjuntamente, es decir,
como una unidad; el título del artículo 32, “Reglas de Interpretación
Complementarias”, indica que se trata de reglas de interpretación adicionales que
además sólo pueden ser empleadas después de aplicar las reglas consagradas en el
artículo 3138. En consecuencia, no cabe duda que los títulos pueden tener especial
significación al momento de interpretar un tratado.
D. Finalmente, en cuarto lugar, también resulta importante tener presente la posibilidad
de contrastar el artículo objeto de interpretación con otras disposiciones que regulan
la misma materia dentro del tratado. Esto ocurrió en el Asunto de las Acciones
Armadas Fronterizas y Transfronterizas entre Nicaragua y Honduras, donde la Corte
Internacional de Justicia, para efectos de determinar y precisar su competencia,
contrastó los artículos XXXI y XXXII del Pacto de Bogotá de 1948, los mismos que
establecen las situaciones que determinan la competencia de este tribunal. En
segundo lugar, la regla del contexto implica también revisar los demás componentes
del tratado (otras disposiciones del tratado, su preámbulo y anexos) así como
instrumentos adicionales relativos a éste, a todo lo cual se denomina contexto
mediato. Esto permitirá establecer su real sentido y alcance. En este segundo nivel
de análisis destaca en particular la importancia de los preámbulos, pues en ellos se
suelen establecer las motivaciones y consideraciones que dieron luz al acuerdo,
facilitando entonces la determinación de su objeto y fin.
BIBLIOGRAFIA

 Artículo 22, incisoC , de la Ley N.o 26397, Orgánica del Consejo Nacional de la
Magistratura

 Exp. N.o 0003-2001-AIITC y N.o 0006-2001-AIITC,

 El Exp. N.O 0045-2004-PIITC, confirmando, a su vez, el criterio ya establecido en


su resolución de fecha 31 de marzo de 2005 (Fundamento Nro 3)

 Exp. N.o 0045-2004-PlrrC, Fundamento N.o 77.

 los artículos 31 y 32 de la “Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados de


19697”. Al respecto, señala Jiménez de Aréchaga

 Golder v. United Kingdom PAG 10, la Corte Interamericana de Derechos Humanos


en su opinión consultiva sobre la expresión

 El Órgano de Apelación de la Organización Mundial del Comercio en el Asunto


Estados Unidos - Pautas para la Gasolina Reformulada y Convencional.

 Artículo 31 de la Convención de Viena,

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