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Algunos problemas de la ensefianza de la investigacién antropolégica Es precise volver al revés ta ensefanza y decir: ensefiar no es priearia y onvefiar sine ‘ta ecesidad ora clone, ne ensefiar ‘ta clencia cuya necesidad sea imposible hacer: alestudiants. Ortega y Gasset Esteban Krotz* OBJETIVOS, LIMITACIONES Y carrera con lo que cxige la practica PREMISAS En miiltiples ocasiones se manifiesta, entre estudiantes y profesores, entre an- trop6logos que trabajan en la academia yen otro tipo de instituciones, un claro descon- tento con la investigaci6n como parte de la ensefianza, por ejemplo, en la concepcién y ladiscusi6n sobre los criterios de evaluaci6n de las lamadas "précticas de campo", en la elaboraci6n de los "proyectos" de tesis, en la comparacién de lo aprendido durante la * Antrépsiogo, investigador del Departamento de ‘Antropologia de la UAM-Iztapalapa. ‘Nueva Antropologia, Vol. X, No. 35, México 1989 profesional, en los intentos de “aplicar" trabajos antropolégicos clasicos a Elobjetivo de este trabajoes contribuir al diagndéstico de esta situacién y al esclarecimiento de algunas de sus causas y, de esta manera, claborar elementos que deberén ser tomados en cuenta en las estrategias para la modificacién de esta situaci6n insatisfactoria. Hay, empero, una serie de fenémenos que un andlisis més amplio deberfa tratar que no se analizarén enlo que sigue, Entre ellos estén lasituaci6n actual de fas ciencias antropolbgicas que puede ser descrita como "prepara- digmética’ , la historia de la antropologta ESTEBAN KROTZ mexicana durante los tiltimos veinte afios, las concepciones hegemGnicas de lo que esto deberia ser la educaci6n superior en un pais como el nuestro. Ademés, me parece pertinente establecer de.antemano que la relacién docencia-investigacion es sola- mente un aspecto probiematico de toda la ensefianza de la antropologia. Este trabajo, por consiguiente, analiza Ja ensefianza de la investigacion durante la liconciatura en antropologia' pero no como una de sus partes, sino como uno de sus aspectos; y este punto de vista especifico, permite replantear toda la formacién bisica en antropologfa, El tratamiento que aqui se daa la ensefianza de la investigacién se basa en tres premisas, Primero: ta ensefianza de una dis- ciplina cientifica no es tanto la transmisi6n de logros pasados de esta ramaespecifica de conocimientos, sino una especie de socializacién -en términos antropoldgicos: una aculturacién- de nuevos miembros de una comunidad cientifica, Su finalidad con- siste ciertamente en proporcionar el co- nocimiento del acervo de logros instrumental de esta disciplina y de la constitucién de ambos, pero también cn proporcionar ka capacidad para su manejo., Se utiliza aqui la palabra "manejo" a falta, de una expresion mejor; lo que se quiere decir es que no se trata de proporcionar la capacidad de "aplicarlo* -esto seria la acti- 1 Seguramente se pueden relacionar varias de las siguientes consideraciones también con los estudios ‘de posgeado en antropologia vidad tipica de los "técnicos', pero no de los cicntificos-, sino de la capacidad de usarlo para incrementar acervo € instrumental, Para crear nuevos conocimientos cicatificos. Segundo: la antropologia” es una tradicion cientffica, constituida como tal hacia fines del siglo pasado y reconocida por sus practicantes y por la sociedad que man- tiene a éstos tiltimos precisamente con base a este reconocimiento. Tercero: 1a antropologéa es una tradicién especifica, que cuenta conus proy tuciones, sus Clasicos, sus modelos claves de orientacién, sus métodos particulares etc. que en su conjunto la distinguen de otras tradiciones cientificas™ En los tres apartados siguientes se trataran primero una serie de elementos constitutivos generales de la problemitica. Después se hablard de cinco espacios de la ensefianza de la investigacion antropologica para rosumir finalmente, los aspectos mas relevantes para el diagnéstico de la siluaci6n y las propuestas para modificarla, 2 Lo que sigue se refiere principalmente a las subdis- conocidas como antropotogia social y cut- tural y etnologia, aunque en cierto sentido vale también para las demés. EI presente ensayo se inscribe en un interés més ampliosobre este tipo de problematica, de la que he podido abordar varios: aspectos en ocasiones anteriores (véainse, por ejemplo, Krotz 1983; 1986). ALGUNOS PROBLEMAS DE LA ENSENANZA OBSTACULOS GENERALES PARA LA. INTEGRACION ADECUADA DE LA INVESTIGACION Y LA DOCENCIA Estos obstéculos pueden agruparse en dos conjuntos. El primero se refiere al entorno general del pais en cuanto relacionado con la investigaci6n cientifica sobre fenémenos sociales; el segundo se refiere a algunas caracteristicas especificas de la inves- tigacién practicada en México, 1. PROBLEMAS DERIVADOS DEL ENTORNO GENERAL DEL PAIS Para el planteamiento del problema y la Propuesta de soluciones convien tomar en’ cuenta los siguicntes elementos: a) Hay que tener presente el hecho de que ‘en México la investigaci6n cientificano es considerada una actividad prioritaria, xi por la administraci6n publica, ni por ia empresa privada. Como botones de muestra de esta situacién por todos co- nocida, se recuerdan aqui solamente las amplias discusiones al respecto, publicadas durante el aio pasado y a comienzos del actual con motivo de varios logros espectaculares de cientfficos mexicanos", Para nuestro tema esto sig- nifica que cualquier intento de remediar lasituaci6n actual, tendr4 que compren- 4 Véanse aqu( también articulos recientes como los de R Pérez Tamayo (19884; 1988) y de Yacamén 1988). NA.35 . derse como intento a contracorriente. b) El segundo obstéculo ese! modelo basico dé launiversidad mexicana, Aunque se ha puesto de moda afirmar una y otra vez que la universidad tiene que cumplir con las tres funciones de docencia, de inves- tigaci6ny de difusién dela cultura ( yque, por consiguiente, su personal académico debe abocarse de manera equilibrada a més de una de ellas), la realidad obser- vable es otra. Es obvio que lo que real- mente marca la vida de las universidades es la docencia: sus ritmos diarios y anuales, sus presupuestos y los ctiterios de su distribucién, la seleccién de su per- sonal académico (ivéanse las con vocatorias!), las ocupaciones las condiciones para la permanencia a éste demuestran claramente que la funcién absolutamente primordial- y muchas veces casi exclusiva -consiste en la produccién de pasantes y licenciados?. La investigaci6n se ubica en los lapsos y espacios que de alguiia manera deja o le son arrebatados a la docencia, no suele contar con parémetros de planeacién y evaluaci6n (por lo que suele encontrarse ‘5 Esta apreciacién se ve confirmada también en parte [Por a crisis general por la que esté atravesando ac- twalmente la Universidad Nacionat Auténoma de México, que estalld precisamente en torno a on Problems de tipo administrative escolar. Ademés, conviene equt tener presente que en la mayoria de as universidades de provincis, es relativamente novedosa Ia existencia de actividades sostenidas de 70 ESTEBAN KROTZ amerced de pardmetros de instancias ad- ministrativas y contables ). Otroindicador de esta situaci6n consiste en que mientras que cn muchas universidades se considera alarmante desconocer a inicios de un aio cl presupuesto necesario para las ac- tividades docentes, no suele considerarse extraiio que a mediados de un afi todavia ni siquiera se sepa cuales partidas prosupuestales existen para la inves- tigacion® ©) A pesar del *peso” extraordinario de fos estudiantes en Jas universidades mexicanas, que aparecié en el inciso anterior, puede decirse que se trata de seres desconocidos pata los docentes. Esto empieza con las caracterfsticas de los estudiantes de nuevo ingreso. En la ENAH, por ejemplo, donde no hay exa- men de admisién, ingresan en grandes cantidades y con motivos generalmente desconocidos y desertan en porcentajes muy altos, de los cuales tampoco se co- nocen los motivos. En la UAM, a su vez, existe un examen de admisi6n, pero nin- guno de los profesores de la licenciatura loconoce y, ademas los estudiantes legan ala carrera un afio después de su ingreso ala universidad. La cuesti6n se complica cuando la antropologia es una opcién sugerente para qui¢nos no lograron cl in- 6 Otro problema aparte, es ta cuestién de llamada “difusiGn® ¢ incluso "preservacién y difusién de la cultura’, que generalmente se encuentra muy des- vvinculada de fas actividades de investigacién en las universidades. greso a la carrera que originalmente deseaban cursar. Otro aspecto de esta problemética consiste en que frecuentemente los profesores presuponen una serie de co- nocimicntos que con razén podrian esperarse de cualquier bachiller (referente por ejemplo, a la historia moderna de México y del mundo, la geografia latinoamericana 0 a las co- rrientes m4s importantes del pen- samicnto filos6fico de Occidente) y et dominio de ciertas técnicas (como, por ejemplo, la expresién oral yla escritura), que simplemente no se dan, Un tercer aspecto de esta problemitica tiene que ver con las condiciones socio- econémicas de los estudiantes y de sus familias que inciden de mltiple manera sobre el proceso de formacién bisica. En vista de que precisamente por la seg- mentaci6n institucional de las sociedades modernas las universidades no estén capacitadas para resolver esta problematica (cosa que, sin cmbargo, no les deberia eximir de ocuparse de ella), tenemos que ver aquf con un id6nco tema de estudio incluso para tesis profesionales y para reuniones y ac- lividades de los colegios profesionales donde, sin embargo, ha estado ausente, 4) El Gltimo obstaculo de este grupo podria llamarse Ja investigacién social como baratija. Como en los casos anteriores, éste se hace particularmente visible en el caso de la antropologia , pero vale para todo el campo de las ciencias sociales. ALGUNOS PROBLEMAS DE LA ENSESIANZA n Para no pocos ciudadanos (y también burécratas y hasta para colegas de otras disciplinas), los resultados de la investigaci6n en-ciencias sociales guar- dan una semejanza tan grande con cier- tas formas de periodismo, que se preguntan a menudo por la justificaci6n de costosos centros y proyectos de inves- tigacién social, Por més comprensible que sea esta situacién tanto por el tipo de fen6menos tratados (por ejemplo, tas elecciones presidenciales atraen la aten- cién tanto de periodistas como de Gientificos, mientras que: -lamentable- ‘mente- muy pocos periodistas se ocupan de los problemas que plantea la genética) como por el cardcter ‘preparadigmdtico de las ciencias sociales, no puede olvidarse que aqui se cuenta con un ‘argumento” frecuentemente utilizado para negar la utilidad y hasta ta validez de las ciencias sociales- y no Pocos practicantes han contribuido a reforzar esta imagen de varias maneras. ‘Viendo lo que pasa en las univer- \ Sidades mexicanas, cualquier observador puede répidamente llegar ala conclusiéa de que las ciencias sociales son una ac- tividad para la cual no se necesita mucha preparacién; abundan los profesores que son pasantes; en facultades e institutos a menudo profesionales recientemente titulados dicen hacer exactamente lo mismo que profesores titulares con dos décadas de experiencia, etcétera. También ¢s frecuente encontrar en insti- tuciones académicas y de Ja ad- ministracién pablica profesionistas de otras ramas, que cjecutan trabajos NA.3S propios’ de cientificos sociales. Ast, Ia prictica de las ciencias sociales parece algo quo “cualquiera” con un poco de sentido comin y/o capacidades ret6ricas puede realizar. A esto se agrega que "la investigaci6n” a menudo parece ser algo que se justifica por sf mismo, a tal grado que ¢s posible encontrar cientificos so- ciales que durante afios y hasta lustros se dedican a ella sin tener la necesidad de presentar resultados de ella. Aunado a lo anterior est4 el hecho de que los cientficos sociales nos hemos . dejado arrinconar en wna situacién, donde parece que la investigaci6n social se puede hacer con poquisimos recursos. Nuevameate, los antropélogos parecemos estar ca la situacién extrema, ya que mientras muchos soci6logos ‘exigen todavia un par de encuestadores y después acceso a un centro de cOmputo, hay antropélogos que con- sideran que "un Iépiz y un cuaderno" es todo lo que se necesita para realizar una investigaci6n, Parece que la inves- tigacion antropol6gica puede hacerse sin bibliotecas ni bemerotecas,” sin centros de documentacién y sin museos, sin medios audiovisuales y sin personal de apoyo, sin vehiculos y sin fotocopiado, sin vidticos y sin comunicaci6n con cole- 7 in no pocos casos, esta situaciGn ya ha sido asumida ‘como normal. Une situacion extrema en este sen- tdo, se dio bace poo en un centro de investigacion, ‘social de la provincia mexicana, donde Ia solicitud de ‘un investigador a la bibtiotece, de que contribuyera amantener informado al personal académico sobre ESTEBAN KROTZ gas mediante correo, viajes y eventos. Tanes asf quessi no hay vidticos, se acor- ta simplemente el trabajo de campo, se zan medios propios o se descubre la importancia de la antropologia urbana 0 del trabajo en el barrio propio... Finalmente, los cientificos sociales realizan-esto me parece particularmente lamativo en los tltimos afios de crisis manifiesta en cl pafs- no pocos en- cuentros multiinstitucionales, regionales y nacionales, pero éstos no “pesan" mucho, a veces ni siquiera para los propios participantes: a menudo, su preparacion se hace a la ligera, su desa- rrollo es poco controlado, no hay evaluaciones rigurosas; para participar en la discusién se necesita més desin- hibicién que manejo de conceptos, entre un evento y otro similar no parecen darse procesos de acumulaci6n y teorizaci6n, 2. PROBLEMAS PROPIOS DE LA INVESTIGACION ANTROPOLOGICA Eneste apartado se consideran cinco cues- tiones que se refieren ala organizaci6n so- cial de la investigacién en ciencias antropol6gicas y de sus implicaciones para laconcepci6n de esta practica; vale con cier- tas diferenciaciones tanto para instituciones nuevas publicaciones de su especialidad, fue criticada como excesiva por uno de sus colegas, ‘quien con toda seriedad afirmaba que para esto era suficiente darse una vuelta por las mini-libreriasto- ales. académicas que sf cuentan con ac- tividades de formacién (facultades, es- cuelas, departamentos universitarios), ‘como para centros o institutos de inves- tigacién que no estén relacionados con tales tareas: a) Incluso en aquellos centros académicos donde ordinariamente se dan ac- tividades de investigaci6n cientifica en antropologia, suele ser dificil enterarse de ella, Por lo general, no existen politicas manifiestas, ni catélogos de in- vestigaciones concluidas y en proceso, ni evaluaciones efclicas que presenten los avances a especialistas y otros inte- resados®. Esta imagen de volatilidad de las investigaciones antropol6gicas est4, seguramente, relacionada también con una cierta fluctuacién de personal en estas instituciones, los frecuentes y hasta intempestivos cambios en cuanto a temas, grupos sociales y regiones geograficas bajo estudio y el predominante individualismocn la inves- tigacién asf como con los usualmente muy largoslapsos entre la terminaci6n de una investigaci6n y la publicacién de sus resultados. ‘8 No puede dejarse de mencionar, que esta situacion contrasta vivamente con et hechode que con mucha frecuencia, instancias administrativas de estas mis- ‘mas instituciones requieren del personal académico ta mds variada informaciéa sobre sus actividades de investigaciéa. ALGUNOS PROBLEMAS DE LA ENSERANZA 3 +b) Los resultados parciales y/o finales de las, investigaciones antropolégicas suelen ocultar su proceso de produccién. "Ello implica generalmente al lector Teconstruir este proceso de produccién’ cosa que evidentemente hace suma- mente dificil la evaluacién de sus resul- tados ¢ impide a otros interesados en fenémenos similares evitar de antemano ciertos problemas, que en estas inves- tigaciones ya fueron resueltos- ya sea por método o por casualidad? ¢) Se ha forjado unaimagen reduccionista de Ja investigacién antropolégica. De una manera semejante, como en ciertos am- Dientes la investigacién hist6rica, es reducida simple y llanamente al hurgar en archivos y entre documentos, con Ja investigacién antropolégica. suele ser idcntificada meramente con la "investigaciOn de campo". Esta, a su vez, es tomada muchas veces como sinénimo de aquella porci6n de la investigacin que se realiza "en el campo’, incluso como sin6nimo de la "estancia en el campo". Es obvio que muchos antropélogos no acep- tarfan esta reduccién cuando es for- mulada de manera explicita, pero hay que admitir que existe una fuerte tendencia a verla asf, y esta vision se encuentra con frecuencia entre los estudiantes. Una de Jas implicaciones més peligrosas de esta reduccién consiste en concebir la antro- 9 Bstas consideraciones, han sido-detalladas en un en sayo reciente sobre laproblemétice metodologicaca Iw antropologia mexicana (Krotz 1988), NA35 pologia bésicamente como un asunto de fonémenos y de datos y no como un asunto Principalmente, de conceptos, problemas y modelos. '° d) Esta reducci6n tiene varias ex- Una consiste sin duda en lo dificil que suele ser para los antrop6logos - practicantes de una cien- cia no-experimental- obtener los datos que necesitan para sus estudios. Tan grande es a menudo el esfuerzo de ob- tener los datos -ademds de costoso en tiempo, recursos, energias y frustraciones- que con su presentacién _més 0 menos ordenada se agota muchas veces el esfuerzo cientifico yla redacci6n det material llega a sustituir el anélisis propiamente dicho. Este es el momento en ef cual la antropologia degenera de ciencia en técnica (en el sentido arriba mencionado ), ya que de la actividad céentifica quedan solamente tas fases de de materiales y su presen- tacion de acuerdo con, algta tipo de pardmetro clasificador.! mismos 10 Aunque aqu no se pretende establecer una dicotomila, cuyos polos se excluyen mutuamente, sf 8 conveniente hacer en todo momento énfasis en cata diferencia de enfoque, ya que una imagen ‘equivacada de a antropologiacontribuye amermar el valor de sus resultados a fomestar expectativas falsas, por parte de los aspirantes a antropélogos. 11 Precisamente en este momento se originan muchas certas contra la formacion bésica en antropologia, yA que frecuentemente reciéa egresados se dan cuenta que se les exigen estudios, para cuya raalizacién, por una parte, no se sienten prepa 74 ESTEBAN KROTZ planes de estudio refuerzan esta falsa im- presiGn: separan sin aclaraciones las materias "te6ricas" (que frecuentemente s6lo son histéricas) de las materias “empfricas” y las*materias de aula" de las “practicas de campo". ¢) Finalmente se hace necesario scialar, que en varias universidades existe per- sonal académico que no esté en con- diciones de enseaar investigacion antropolégica, aunque esta situacin puede tener varias razones. En algunos casos, se trata de razones institucionales: no hay tiempos ni recursos para la inves- tigaci6n y ta cnsefianza sistemitica de la misma, especialmente con respecto a la investigacion de campo. En otros casos han sido encargados de la ensefianza de la investigacién antropoldgica profesores que no tienen formacién antropolégica,' hecho que bien puede relacionarse con el mencionado abaratamicnto de la antropologia, ya que. resulta dificil imaginarse a un fisico nuclear impartiendo clases en una ca- rrera de veterinaria 0 a un trabajador so- radosen términos del "manejo" de su tradicién dis- Ciplinariay donde, por otra, parecen legara ciertas resultados presentables mediante la uilizacién de algunas técnicas aprendidas y el sentido comiin, ciplinaria,comoal conocido comentario de C. Levi- Strauss en el sentido de que para ensenar antropologis, se deberia contar con una sig- nificativa experiencia de campo (Levi-Strauss 1970:335). cial ensefiando teorfa econémica, Un problema particular existe alld donde el mismo profesor se encuentra todavia en una etapa formativa y donde las exigen- cias propias de una tesis de posgrado le hacen dificil atender a estudiantes en proceso de aprendizaje. Finalmente, tampoco hay que olvidar aquellos casos, donde un exagerado pater- 0 maternalis- ‘mo identifica el logro principal de la in- vestigacién de campo escolar con la mera sobrevivencia de los estudiantes durante Ja misma y/o donde fines politicos per- miten la acreditacién de actividades es- colares de investigacién antropolégica , sin que se hayan realizado de hecho Los elementos hasta ahora men- cionados podrfan ser entendidos de alguaa manera como “exteriores’ a la problematica central de este ensayo y de este encuentro. Sin embargo, es obvio que se trata en verdad de momentos constitutivos de la relacion cnsefianza-investigaci6n antropolégica y, que por ello también deberian ser tomados en cuenta para cualquier planteamiento de alternativas. Er siguiente apartado, se ocupar con mis especificidad de la presencia de la in- vestigacién antropoldgica en las carreras universitarias. 13Enestesentidoesllamativo constatar, quel parecer las"précticasde campo" yrequisitos similares, cuen- tancon unindice de reprobacién mucho menor que ‘cualquier materia de aula -aungue este “éxito” es- colar no se refieje posteriormente en el momento ‘de elaborar el proyecto de tesis y de desarrollar la investigaci6n correspondiente, ALGUNOS PROBLEMAS DE LA ENSENANZA LA INVESTIGACION EN LA CARRERA DE ANTROPOLOGIA: PRESENCIAS Y AUSENCIAS. A continuaci6n se presentarén cinco espacios en la carrera de antropologia, donde dehecho se dan actividades tfpicas de lainvestigacign antropol6gica. Esto, sin em- bargo, no siempre es reconocido por profesores, estudiantes y otros miembros de las comunidades antropolégicas y/o univer- sitarias. Tal falta de reconocimiento tiene como efectos facilmente predictibles, la conformacién de hdbitos de investigacién contraproducentes y el establecimicnto de una concepcién inadecuada de la ciencia antropolégica -efectos ambos, que se manifiestan a menudo s6lo hasta después de haber dejado la universidad y al enfrentarse alos requerimientos del trabajo profesional. Conviene tener presente lo sefialado en el apartado anterior, ya que varias de las ideas allf expuestas acerca del entorno general del pats, la educaci6n superior y la investigaci6a en ciencias sociales en generat se concfetizan ahora con respect a la ensefianza de la investigacién antro- pol6gica. J, LA INVESTIGACION DE LOS PROFESORES Es de suponerse que para la mayoria de los estudiantes, el. primer contacto con la inves- cientifica en antropologfa son ddeberfan ser? Zpodrfan ser? las ac- tividades de investigaci6n de los profesores de la escucla o del departamento donde es- NA3S tudia. Sin embargo, inchiso cuando haya profesores que realizan tales actividades rutinariamente, resulta por lo general suma- ‘mente dificil y hasta penoso para un ¢s- tudiante tratar de enterarse de estas actividades: los proyectos no son accesibles, no se comunican avances. Por otra parte, cuando se conocen listas oficiales de proyectos "registrados", éstas frecuente- mente no corresponden a ka realidad, y cuando se presentan proyectos piblica- mente, a veces se trata més de obtener clien- tela politica que colaboradores aprendices, ‘Los resultados de tales actividades -hay que recordar aqui, que més frecuentemente son articulos que libros- generalmente ni si- quiera se encuentran en las bibliotecas de la mismna instituci6n, Por otra parte, pocos es- tudiantes tienen la posibilidad de observar unciclo completo de una investigaci6n (ode. una de sus fascs) a lo largo de su carrera: construcci6n del problema, seleccién del sector social en cuestiGn, diseiio de la inves- tigaci6n, cteétera; por lo general, solamente Tegan a conocer fragmentos de varias inves- tigaciones muy diferentes. Esto, asu vez, les dificulta también la lectura de las obras clésicas de la tradicion antropologica, que usuaimente también suelen ser bastante ‘con respectoa su proceso de produc- en" y deestudios contemporaneos, que 14 Bs sabido que éste puede reconstruitse a veces con base a comentarios posteriores de los. autores, resehas y otro tipo de literatura secundaria, pero el triste estado de la mayor parte de las bibliotecas y emerotecas universitariasen el pats, sueke impedic tales intentos de antemano. 76 ESTEBAN KROTZ ‘ostentan esta misma caracteristica. Para al- gunos estudiantes puede ser una fuente adicional de confusién el constatar que a pesar de marcadas diferencias en for- maci6n, nivel académico formal, produc- ci6n y productividad entre los miembros de detcrminado grupo de profesores, todos afirman hacer exactamente 10 mismo, es decir “investigaciGn’ y justificar con ello sin mayor explicitacién su presencia en la insti- tucién, 2. EL TRABAJO EN LAS CLASES A pesar de la variaci6n en las formas exis- tentes de impartir clases, en la mayoria de ellas sc dan y se repiten constantemente cicrtas actividades que constituyen espacios para la investigaci6n antropolégica: hay tex- tos que se deben estudiar (a menudo, como es sabido, solamente se Ieen 0 se “revisan"), hay exposiciones que preparar yque presen- tar (que, como también es sabido, se limitan generalmente al minimo en cuanto a material por trabajar), sc toman apuntes de exposiciones de profesores y compaiieros y de discusiones (aunque pocas veces se repara en el hecho de que nada resulta de la mera toma de los apuntes si no se trabajan, revisan y archivan correctamente después). Ademés, es frecuente que cursos escolares terminen con la elaboracién de un "trabajo final” (donde, a menudo la sola exigencia de ciertas caracteristicas formales minimas presentaci6n, estructura, ortografia, biblio- grafia completa, etcétera- causan extrafieza). En todas estas actividades se dan clementos de investigacién: identificar y formular un problema, buscar la biblio- grafia, estudiar textos especializados, es- tablecer una programacién de actividades, aclarar dudas mediante consultas a obras pertinentes y asesores, desarrollar ideas y estructurar su presentaci6n, formular criterios de evaluacién y aplicarlos, etcétera, 4Se usan estos espacios para la ensefianza de la investigacién? Con respec- toalas exposiciones de estudiantes en clase, €s sumamente frecuente que el profesor atienda Gnicamente lo que se dijo, sin hacer referencia al cdmo de la claboracién y de ta presentacién cosa que contribuye a que muchas veces un obscrvador externo no podria distinguir siesté ante una exposicion de un estudiante que inicia o que termina su carrera. Con respecto a los trabajos finales, el cstudiante que usualmente no recibe critica alguna, sino solamente un resultado expresado.en forma de una calificaci6n, que en muchos casos se refiere a todo su desempefio en el curso. Algo semejante puede afirmarse también para los demas aspectos sefalados: es decir, no se suele tematizar esta caracteristica de tales ac- tividades y se pierde, por consiguiente, un espacio importantisimo para la ensefianza de la investigacion. Parece pertinente anotar aqui que en la medida en que haya todavia cursos, donde el estudiante no recibe al comienzo una clara presentacién de lo que le espera y de lo que se espera de él (programa, objetivos, bibliograffa precisa, forma y criterios de evaluacion y demés), el trabajo en clase no tiene posibilidad alguna de convertirse en espacio para actividades de investigaci6n; tampoco "ALGUNOS PROBLEMAS DE LA ENSERANZA puede esperarse que el estudiante aproveche la clase como tal espacio, si cl profesor mismo no concibe la imparticién de un curso como resultado desu propia in- vestigacién,> 3. LAS "PRACTICAS DE CAMPO" Con respecto a tas lamadas "pricticas de campo", hay que sefialar que éstas no exis- ten en todos los planes de estudio actual- mente vigentes como tales."° Hay casos, donde solamente ticne que acreditarse cier- to nfimero de dias de investigaci6n de campoy donde la calidad ylos resultados de las actividades realizadas dependen prin- cipalmente del interés del mismo es- tudiante, Donde existen précticas de campo de alguna manera organizadas como parte de un plan de estudio, éstas aparecen generalmente como materias 0 como réqui- sitos, sin que sé expliciten las razones de tales précticas, los resultados esperados, los criterios de evaluaci6n, las relaciones con Jas demas partes del plan de estudio. Donde sf existen documentos explicativos y hasta normativos al respecto, es dificil encontrar profesores y estudiantes que los tengan presentes... Por consiguiente,’al preguntar entre profesores y estudiantes acerca de los ob- jetivos de las practicas de campo escolares 15 En relacién com esta situacién, llama la atencin ta reducida préctica de trabajo en grupo por parte de los estudiantes y la subutilizaci6n cuantitative y cualitativa de fas tutorfas. NAS alolargo de la carrera, uno puede escuchar las mAs diversas respuestas: se trata de "sobrevivir” en las condiciones usualmente tun tanto precarias del trabajo de campo (lo qué incluye la obtenci6én de un cierto m{nimo de informacién local); se trata de vincular modelos teéricos con datos empfricos; se trata de aprender deter- minadas (Zcudles? épor qué éstas? Zpor qué cnestemomento de lacarrera?), técnicas de investigacion y/o de andlisis de datos empfricos; se trata de conocer diversas. regiones de México; de realizar una ex: periencia existencial... También aqui, ellen guaje cs traicionero y se pueden identificar dos tipos extremos de expectativas en base a él. Por un lado estén aquellos que hablan de la practica de campo escolar como de la realizacién de un "dfa de campo’, déndole el sentido de una especie de recorridé o paseo ilustrado por una regién o un Area desconocida, Por el otro estan aquellos que al iniciar o finalizay un periodo de unas semanas dé estancia en el campo definen su actividad como la de "realizar una inves- tigacién” a la que seguirén otras tantas en periodos similares, Es obvio que en ambos casos se han generado expectativas equivocadas, que contribuyen a crear. una imagen totalmente irreal de la antropologia 16 Hace ya varios athos; cl autor de este ensayo intents, ‘una encuesta entre los coordinadores de.tes liven- ciatutas en antropologfé, que entonces Ie eran co- nocidas, pidiéndoles, entre otras cosas, documentos normativos relatives a la tesis y las pricticas de ‘campo. Tat vez haya sido por el deficiente correo, pero el hecho es que no recibié respuesta alguna, 78 ESTEBAN KROTZ y del proceso formative: en la primera version desaparece por completo el com- ponente "trabajo" del trabajo cientifico en antropologia, quedando solamente la referencia a cierta curiosidad y una manera agradable de satisfacerla, mientras queen la segunda, desaparece la necesidad del proceso formativo mismo de nuevos inves- tigadores, amén de reducir nuevamente la investigacin a la recopilacién de datos empiricos. 4. LA TESIS DE LICENCIATURA En la preparaci6n y realizacin de las ac- tividades conducentes a la presentacin de la tesis de licenciatura -que en todos los planes de estudio es considerada elemento imprescindible- se sintetiza la mayor parte delos elementos mencionados y se agudizan mutuamente los problemas. Esto empieza con el estatuto preciso que los planes de es- tudio confieren a ta tesis -tanto en sus enun- ciados explicitos como en la organizacién de las actividades relacionadas con su im- plementacién. éSe trata de un requisito (més) de la carrera o de una parte integral de ella? des la culminaci6n de un proceso formative o un elemento relativamente aparte y aislado? ise debe desarrollar de manera casi aut6noma por parte del es- tudiante o debe ser guiada en todos sus detalles por un asesor? Sabemos que desde el punto de vista de los estudiantes existen expectativas bastante variadas, donde sc en- cuentran, entre otros, los siguientes elemen- tos o una combinacién de ellos: profundizar en una tematica antropolégica espeeifica, integrarse como colaborador aprendiz a la investigaci6n de un profesor, estudiar una teméatica particular de interés personal, realizar una sintesis de lo aprendido durante la carrera, conocer los pormenores de una problemética social particular en una region especifica del pafs, elaborar una nueva teorfa sobre determinado fenémeno social, demostrar la destreza en el manejo de métodos y técnicas propias de la antropologia, cumplir al m4s bajo costo posible con cl iiltimo requisito que impide la titulaci6n, formular una toma de posicién personal y existencial en el maremégnum de las teorfas sociales, recopilar una serie de datos y organizarlos de algin modo al co- nocido ritmo de vals "marco te6rico -datos empiricos- conclusiones" (adornado a veces con el preludio de los agradecimientos y cl coda sobre técnicas y métodos de inves- tigaci6n)... De nuevo, fo importante aqui no estanto lo que explicitamentesefiala un plan de estudios (que, ademds, generalmente no sucle contener indicaciones cualitativas sobre la tesis), ni lo que algunos profesores pucdan opinar sobre el asunto, sino cul es la praxis comin y/o mayoritaria en una es- cuclao en un departamento, Lomismovale, dicho seade paso, parala pequeiia parte inicial de todo el proceso de la tesis, cs decir, la claboracién y la presentacin del ya famoso "proyecto de investigacion’, que participa plenamente en Ia confusi6n roinante acerca de la tesis y el visto usual- mente como un requisito burocrdtico, y pocas veces como preparacién real de una investigacion y elaboraci6n de una impor- tante gufa de fa misma. ALGUNOS PROBLEMAS DE LA ENSENANZA Parece que es posible distinguir tres modelos que de hecho se dan en el proceso de claboracién de tesis: 8) El modelo del "hacer algo’: el estudiante trata de cumplir de alguna mancra com una soric de criterios difusos mediante la iéa, de datos empiricos y la entroga-de algan tipo de escrito ‘voluminoso, cuya aprobaciéa -rclativa- mente fscit- depends uo en Gitiea instan- cia de corrclactoncs de fucrzas eatre tos profesores, de capacidades revéricas y ‘Apancided del esas 9 de factones ‘b) Et modelo de “supervisiéa®: cl estudiante iatenta realizar un trabajo de tipo ‘monogréfico relativamente aislado y recibe de vez. en cuando, en el campo 0 fuera de él, la asesorfa més 0 menos adecuada por parte de un profesor, cuyos c)EI modelo de “incorporacién": el es- tudiante participa en diversas etapas de la carrera y especialmente a su final como colaborador-aprendiz en una inves- tigaci6n realizada (no solamente “dirigida’) por un profesor; a cambio de integrarse en diversos momentos como miembro de un equipo de profesionales y aprendices con diferentes grados de calificacién, obtiene una vision global de un proceso conereto de investigacion cientffica en antropologia y un entrenamiento-en sus diversas partes y aprende el "manejo" de fa tradiciGn dis- NA.35 ‘ciplinaria, con respecto a una pequefia parte de fa realidad fenoménica. Hasta donde tengo conocimiento, en ninguna ioatiacion relacionada con la doconcia en ciencia existen estudios (comparativos) sobre estos modelos, aunque sf se discuten a veces (mis no siempre en estos términos) entre profesores y estudiantes, S. ACTIVIDADES DE ESTUDIO EXTRACURRICULARES Para completar | el panorama es pertinente mencionar aquf una serie de actividades que ‘no forman parte de la carreta misma, pero que sf guardan cierta relacién con ella y ‘constituyen espacios para actividades de in- vestigacién, En primer lugar ésté el trabajo social, requisito legal para la obtencién de tun tftulo profesional en México, Lamen: tablemente, incluso en los casos donde este requisito no.se ha reducido a un mero tramite y donde de becho se realizan ac- tividades a todas luces idénticas con las mencionadas bajo los incisos 2 y 3, el cuer- po de profesores de las escueias y depar- tamentos, suele desconocer por completo estas actividades y los estudiantes realizar- Jas sin verlas como auténticos espacios para. el entrenamiento, por lo menos en algunos elementos de la investigacién antro- polégica. En segundo lugar, est4 el contac- to con el trabajo profesional que realizan antropélogos -a menudo ex-alumnog de la misma instituci6n educativa- en los mas diversos Ambitos. Con ellos, muchos ¢s- ESTEBAN KROTZ, tudiantes y profesores entablan algin tipo de relacién, aunque lamentablemente nin- guna instituci6n de docencia mantiene sis- temética y rutinariamente este tipo de contactos, Aqui se da otro espacio para familiarizarse con determinados tipos y aspectos de la investigaci6n antropolégica c incluso a veces, la posibilidad de participar de alguna forma, en una de ellas. Por iltimo, hay que recordar que siempre hay estudian- tes que durante la carrera toman cursos de otras disciplinas, lo que se sucle llamar “cul- tura general"; otros pocos estén volucrados en actividades politicas, de cardcter asistencial, de promocién popular y similares, Aunque estos casos sean notablemente inferiores en némero a los que se observan en otros paises, es obvio que también aqui se trata de actividades, que con frecuencia estén relacionados con tematicas presentes en la carrera y con tipos de actividades investigativas (formular problemas, discfar estrategias para recabar informaci6n, buscar métodos para su andlisis, etcétera), donde lo que se haga ‘como parte de la carrera y al margen de clla podrfan ser cosas que se fertilicon mutua- mente, Reconocer este hecho, parcce scr el primer paso para dar algan tipo de presen- cia organica a estas actividades en clseno de la misma carrera. 6.4 MODO DE RESUMEN Si es cicrto que en estos cinco “espacios" se dan, de hecho, actividades de investigacion cicntifica formativa para el estudiante, en- tonces es sin duda importante reconocerlos en estos términos y tematizar su problemitica. Porque al no hacerlo, se corre el riesgo patente de exponerlo a lo largo de los afios que dura la carrera, a impulsos e influcncias que lo socializan de una manera inadccuada y contraproducente con respec- to a los objetivos del plan de estudio y de toda la formaci6n basica intencionada. ALGUNAS CONCLUSIONES GENERALES Para la discusi6n de este encuentro sobre la problematica de la enseianza de la inves- tigacién en las carreras de antropologia y para la basqueda de soluciones, se formulan ahora las siguientes conclusiones generales a partir de lo expuesto. 1. CON RESPECTO AL PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA a) El problema de la ensefianza de la inves- tigacién antropolégica no es en primer lugar un problema de tipo pedagogico, cosaque vale la pena subrayar en vista de una proliferacién reciente de centros de investigacién, docencia y asesoria educativas en proporcién inversa al deterioro visible de la formaci6n univer- sitaria, durante los altimos lustros cn cl pais. Es, al contrario, un problema que debe enfocarse a partir del andlisis de la situacién de una actividad profesional misma, a partir de a situacién de a co- munidad cientifica ala que es asimilado ‘ALGUNOS PROBLEMAS DE LA ENSERANZA. el nuevo profesional mediante la licen- ciatura. b) Ast, el problema es en primer lugar un problema de la organizacién social y de Ja praxis de la investigaci6n cicntifica de la comunidad antropol6gica (mexicana y més amplia), de la que uoa parte se realiza en los mismos centros de for- macién de los nuevos profesionales, pero donde facilmente pueden reconocerse continuidades de este tipo de centro con los demés. c) Envista dela situacion general, cualquier intento de concebir toda la formacién bésica como una ensefianza de {a inves- tigacién, es decir, como la ensefianza de entrenamiento en una técnica, debe ser comprendido como un esfuerzo a con- tracorriente. Corresponderfa por tanto, también a nuestras asociaciones profesionalcs mantener el dedo en el renglén, por ejemplo, mediante la or- ganizacién de una serie de encuentros seriados y acumulativos entre antropétogos particularmente inte- resados en la problematica y/o la for- macion de un grupo de trabajo al respecto. 2. CON RESPECTO A LA INVESTIGACION EN LAS INSTITUCIONES DE DOCENCIA a) Es urgente reconocer la necesidad dewna ampliaci6n significativa -en los enun- NA3S at ciados de los planes de estudio, cn el con- senso operante de los colegios de profesores, en la préctica docente cotidiana- del concepto de "inves- tigaci6n" en las carreras. Esto no en el sentido de que cualquier cosa que haga un estudiante (0 un profesor) sea lamada i cientifica, pero sf enel sentido de que todas las actividades (0 casi todas), que se realizan a fo largo de fa carrera (incluyesdo, pues, el con- tacto con las investigaciones de los profesores, las miltiples actividades relacionadas con el trabajo rutinario en Jas aulas, las lamadas pricticas de® campo, la preparacién yla realizaci6n de la tesis y una gama de actividades mar- ginales a la carrera), tienen cardcter de entrenamiento para la investigacion cientifica. Esto implica también, dar mas atencién a los procesos de trabajo durante la carrera y no solamente a sus resultados en forma de exposiciones, ‘exémenes 0 escritos. b) De lo anterior se deriva la necesidad de Negara ciertos acuerdos précticos parala difusién de las actividades de inves- igaci6n realizadas en los mismos centros de docencia, que podrfan constituir un mecanismo importante para la socializaci6n delos futuros antrop6logos, abrir o corregir perspectivas, -ademés de reforzar el componente "académico" en cl ambiente universitario, que a veces parece un tanto opacado por otros. ESTEBAN KROTZ ¢) Atencién particular merece la forma de corganizar y de presentar los planes de es- tudio y sus diversas partes. Para muchos estudiantes, la carrera de la licenciatura tiene caracter de una auténtica carrera de obstAculos, no pocos de ellos imprevistos enun comienzo. Contribuye a ello cierta- ‘mente, la ausencia de documentos que razonen las exigencias de materias y re- quisitos a los que se tienen que someter, expliquen la presencia de determinados elementos, expliciten las expectativas institucionales y establezcan los vinculos entre todos estos elementos. Obviamente tal explicitacién -que deberia ser apoyada por otros mecanismos de comunicacién- no constituye un remedio infalible, pero tampoco se puede esperar el surgimien- to de actitudes diferentes sin él 0 algo semejante, Igualmente obvio es que sin un consenso practico por parte del colegio de profesores respectivo, estos documentos no tendrén valor alguno. d) En vista del lugar eminente que tiene ta Investigacion de campo cn la formacién del antropélogo y en la praxis de la inves- tigacion cientifica del gremio, sera necesario discutir por parte de los colegios de profesores ciclicamente ycon detalle, las diversas implicaciones, ven- tajas y desventajas de los diferentes modelos (véase inciso 3.4) que de hecho se dan en los distintos centros de docen- cia, las prdcticas y las expectativas que se dan entre los profesores y estudiantes de la misma institucién. La opcién por una de las alternativas disponibles o la realizacign de un experimento (siempre cuidadosamente preparado y con- trolado) afectaré también las Hamadas *prdcticas de campo’, tendré consecuen- cias para la vinculaci6n de estas partes dela carrera con las materias impartidas en cl aula y necesitardn de una concep- cin clara sobre qué elementos de tipo metodol6gico y de tipo técnico se proporcionardn en qué momentos de la carrera y de qué manera. 3. CON RESPECTO A LA INVESTIGACION EN LA COMUNIDAD ANTROPOLOGICA Tanto para centros de investigacién vin- culados con la ensefianza, como para los que estén separados de ella conviene con- siderar: a) La necesidad de contar con lineamientos de investigacion (a veces también Hamadas "politicas’) explicitos, razonados y accesibles.!" b) La necesidad de contar con informacién ms 0 menos detallada sobre las inves- tigaciones en curso y los resultados par- ciales ya aleanzados, ast como con un acervo completo y sistematizado de las investigaciones concluidas. 17 Podria ser una importante tarea de nvestras or ganizaciones gremiales, establecery actualizar per- manentemente un catélogo (por incompleto que -necesariamente- fucra) de actividades (temas, lineas, proyectos), de investigacién en proceso en instituciones fuera del Ambito académico, ‘ALGUNOS PROBLEMAS DE LA ENSENANZA c) La necesidad de dar més atenci6n a aquellos elementos que hagan transparente para el receptor de los resultados de una investigacién, cl proceso de produccién de ésta, cuestion que se refiere tanto a las actividades colectivas de los investigadores,® como a las versiones escritas de los resultados finales de las mismas. Este aspecto parece particularmente importante para liberar ala antropologia de su difundida asociacién con la imagen de una ac- tividad fundamentalmente centrada en datos empirices (curiosos), en vez de en- contrarse centrada en problemas cientificos y modelos te6ricos. Estas Giltimas cuestiones recuerdan nucvamente que el proceso de socializacion de los nuevos miembros de la comunidad ciontifica de la antropologia, dependeré en buena medida de las estructuras y de la nor- matividad préctica de la investigaci6n efec- tivamente existentes en ésta ultima. Sélo a partir de-ella y de sus resultados, puede darse lo que exigié hace ya més de medio siglo Ortega y Gassct en el texto citado como epigrafe, el cual puede parafrascarse en el contexto del presente ensayo asf: ensefiar la ciencia antropol6gica a partir de la convic- cién por parte del estudiante -y del profesor 18 Lamentablemente parece que en muchos centros e investigaciOn, la atenciGn més sostenida a este tipo de teméticases vista-a veces por los mismosin- -vestigadores,o porel aparato administrativo-como ‘una distraccién de la ocupacién con los fenémenos "concretos* que en éstos se deberian tratar, NA35 de su necesidad para explicar ¢ interpretar los fendmenos socioculturales y,"? asf, con- tribuir a la solucién de algunos de los problemas sociales més apremiantes. BIBLIOGRAFIA CRUZ-GARRITZ, Diana, José Antonio CHAMIZO y Hugo TERRENA, 1988. "Investigaci6n temprana: una altefnativa para la formacién cientifica’. Contactos, vol. II, nlm. 2: B5-89. INCIARTE, Esteban, 1987. "Editorial: la tragedia de Ja pedagogi. Revista Interamericana, de Educacién de Adultos, vol. 10, nim. 12: 5-7. KROTZ, Esteban, 1985. "El objeto, difuso: con- sideraciones sobre el trabajo de campo como parte dela docencia’. Boletin del Colegio de Etn6logos y Antropdlogos Sociales, 3a. época, ati 1-2: 34-29, . 1986 La ensehanza de Ia teoria antiopolégica on Ia licenciatura: laste Inevitable oinstrumento analitico? Ponencia presentadaenel Segundo Congreso Argentino, de Antropologia Social, Buenos Aires. 19 Lacita de Ortega y Gasset aparece en un ensayo de. , Inciarte (1987:6). -En este contexto es inte- resante 1a siguiente observacién proveniente del ‘ecuento de una experiencia de ensehanza de Ia in- vestigacién en el rea de quimica inorgdnica de ta UNAM: "Para que un estudiante decida dedicar muchas horas de su vida a un proyecto de inves- tigaci6n, éste tiene que serle, por lo menos, inte- resante, atractivo ¢ importante. Y desde el punto evista de los investigadores que sugieren un tema, éste debe ser, ademds viable" (Cruz-Gartitzy otros 1988:86) a4 ESTEBAN KROTZ 1988 *Cerca del grado cero: consideraciones. PEREZ TAMAYO, Ruy, 1988a_ “La tragedia de la sobre la problemética metodoligica en la ciencia en México" La Jornada, 20de febrero: antropologia mexicana’. tztapalapa, aio 8, 20. dm. 15:7 18. 198Rb "El ao Kigubre*. Nexos, Vol. 18, niim. LEVI-STRAUSS, Claude, 1970, "Lugar de la 123; 51-52. antropologia entre las ciencias sociales y YACAMAN, Miguel José, 1988. "La ciencia en problemas planteados por su ensenanza’ Mésico: definiciéa de rumbos". La Jornada, 12 Antiopologia estructural: 310 - 344, La de febrero: 20 (parte N15 defebrero:27(parte Habana: Ciencias Sociales. m.

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