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Salmos 3 Y 4

Nuestro estudio hoy nos lleva al Salmo 3. En


nuestro programa anterior terminamos el Salmo 2
y dedicamos bastante tiempo, tanto a éste como al
Salmo 1. En el primer Salmo vimos al hombre
perfecto, mientras que en el segundo vimos al
hombre en rebelión, la rebelión de la humanidad
contra el Dios Todopoderoso, y cómo todo llegará a
su fin con el retorno de Cristo a este mundo. Ahora,
desde el Salmo 2 hasta el próximo Salmo
mesiánico que es el ocho, tenemos una verdadera
escalera; y esta es la sección, como lo es el resto
de los Salmos, que revela que en este libro hay una
organización notable. Es decir, que la característica
más destacable en cuanto a los Salmos es su
arreglo sistemático. Usted puede ver esto al leerlos
en continuidad. Así es que, desde el Salmo 3, hasta
el Salmo 8, tenemos una especie de puente. Nos
gusta pensar en esta sucesión de canciones como
una escalera; uno sencillamente sigue ascendiendo
hasta encontrar la pausa siguiente que es el Salmo
Mesiánico, o sea el Salmo ocho.
Vimos en el Salmo 2, en forma profética por
supuesto, el rechazo del Ungido de Dios y el
Mesías. Y nosotros sabemos algo de eso en la
actualidad. Después de más de 2000 años, Él aún
es rechazado por el mundo. En el Salmo 8 que es el
siguiente Salmo Mesiánico, vamos a ver la profecía
de cuando Él, que es el Hijo del hombre, pondrá
todas las cosas bajo Su control en Su victoria final
sobre el hombre. Ahora, estos cinco Salmos que
tenemos ante nosotros proveen el ligamento que
une a estos dos Salmos mesiánicos, el 2 y el 8.
Describen principalmente al remanente piadoso de
Israel durante el tiempo de la ausencia del Mesías
de la tierra. Y en especial, durante ese fin de las
edades que conocemos como el período de la Gran
Tribulación; así lo llamó el Señor Jesús mismo: el
período de la Gran Tribulación. Tenemos aquí el
registro de todas las penas, los dolores y
sufrimientos, las confusiones y los problemas y sus
pecados. Todo está aquí. También podemos ver
aquí la confianza en Dios y las promesas de Dios,
así como las oraciones que se elevan solicitando
liberación, salvación, de parte del remanente
piadoso.
Encontramos también aquí que todos los santos de
Dios comparten en este mundo las mismas
aflicciones, los mismos sufrimientos,
indiferentemente de quienes sean, dónde vivan o
en qué período de la historia hayan vivido; el
consuelo que estos Salmos proporcionan es para
todos los hijos de Dios. Hay varias maneras de
considerar a estos salmos. En primer lugar la
interpretación principal concierne a la experiencia
personal de David. Después tenemos la aplicación
directa, y creemos que es una aplicación directa a
la nación de Israel, y al remanente piadoso en la
gran tribulación. Pero también tenemos una
aplicación para el pueblo de Dios en todas partes,
en cualquier época de la historia del mundo. Así es
que cuando nosotros observamos los Salmos desde
ese punto de vista, en realidad se convierten en
algo que tiene mucho mayor significado para
nosotros.
Tenemos ahora ante nosotros el Salmo 3. Se le
llamó un Salmo de David, cuando huía de delante
de Absalón su hijo. (El relato histórico lo
encontramos en 2 Samuel 15 al 18) Este título nos
dice mucho acerca de este Salmo. Esto es lo que
David pensaba cuando huía de la ciudad de
Jerusalén cuando su propio hijo se había rebelado
contra él. Por tanto, esto hace de este Salmo algo
muy real, porque es producto de la experiencia
personal de David. Usted se da cuenta que este
hombre estaba en una posición bastante difícil; era
un proscrito, un fugitivo de su propia ciudad, que
se llamaba la ciudad de David, Jerusalén, y de su
pueblo que él gobernaba, porque su hijo Absalón se
había rebelado contra él y estaba tratando de
quitarle la vida. Uno no puede sino sentir simpatía
por David durante esta experiencia desgarradora.
Recordemos que cuando estudiamos la sección
histórica de la Biblia, David estaba huyendo y el
enemigo lo estaba maldiciendo y uno de sus
propios capitanes, Joab le dijo: "déjame que vaya y
le clave mi lanza", pero David se negó. David sabía
que lo que le estaba ocurriendo en su vida era
aquello que el profeta Natán había profetizado y
formaba parte del castigo de Dios por su pecado (2
Samuel 12:11). El profeta le había dicho a David de
parte de Dios: "Yo haré que de tu misma casa se
alce el mal contra ti. Tomaré a tus mujeres delante
de tus ojos y las entregaré a tu prójimo.
Recordemos que David no se saldría con la suya en
cuanto a sus pecados. ¿Por qué sucedería esta
desgracia? Porque David había pecado gravemente.
Pero Dios lo había perdonado a él por medio de Su
gracia, y lo había restaurado; pero él tenía que
cosechar el fruto, de su pecado, y estas
consecuencias le llegaron por medio de la rebelión
de su propio hijo Absalón. Sus enemigos habían
aumentado en gran manera porque las simpatías
de los hombres de Israel estaban con Absalón. En
realidad eso es lo que dice la Escritura, que los
corazones de los hombres iban detrás de Absalón.
Él era un hombre joven, atractivo, y por supuesto
era un político bueno e inteligente, y era capaz de
prometer a la gente muchas cosas que en realidad
no podría cumplir.
Y durante esa época de la rebelión de Absalón hubo
muchos que se levantaron contra David. Y él tuvo
que salir de Jerusalén descalzo y llorando. Y así,
lamentándose, cruzó la corriente de Cedrón; y
pareció que no habría ninguna clase de ayuda para
él. Bueno, con estos antecedentes históricos,
entonces escuchemos lo que David dijo. Tenemos el
primer versículo del

Salmo 3
"¡Señor, cuánto se han multiplicado mis
adversarios! Muchos son los que se levantan contra
mí"
Este fue el clamor que salió del corazón de David
cuando tuvo que abandonar Jerusalén y dijo
entonces en el versículo 2:

"Muchos son los que dicen de mí: No hay para él


salvación en Dios. Selah"
Muchos decían que Dios lo había desamparado, que
no podría esperar alguna ayuda de Él. Pero Dios no
le había abandonado. Cuando alguien dice: "yo no
puedo comprender cómo Dios pudo aguantar a un
hombre como David" nos sentimos inclinados a
decirle: "Bueno, si Dios soportó a David de tal
manera, eso quiere decir que Él puede aguantarnos
a usted y a mí". Sintámonos agradecidos por tener
un Dios como Él. Él soportó al rey David y
perdonará a cualquier persona que se acerque a Él
con una actitud de arrepentimiento. Pero eso no
quiere decir que David no tuvo que sufrir las
consecuencias de su pecado.
Al final del versículo 2 encontramos la palabra
"Selah". Ha habido mucha discusión acerca del
significado de la palabra "Selah". Se menciona 71
veces en los Salmos. Creemos que los Salmos
fueron preparados especialmente para la música,
para ser acompañados por una orquesta, y para ser
cantados por coros. Sin duda que Jerusalén llegó a
ser famosa por todo el mundo y mucha gente
llegaba a la ciudad desde cerca y de muy lejos para
escuchar la música y el canto de estos Salmos.
Creemos que esta palabra indicaba un descanso,
una pausa musical. Creemos que para una persona
que no entienda mucho de música, este término
debe entenderse como una invitación a detenerse,
mirar y escuchar, como algunas señales que
encontramos en la carretera para el tráfico, para
poner mayor atención, mirar, o detenerse. Es que
cuando nos acercamos a estos hermosos Salmos
deberíamos detenernos, mirar y escuchar en
silencio para meditar. Así que la palabra "Selah"
nos recuerda esto. Es lo que debemos hacer al
aproximarnos a la Palabra de Dios. La palabra
Selah probablemente indicaba el final de la primera
estrofa de este salmo. Ahora en el versículo 3 dijo:

"Mas tú, Señor, eres escudo alrededor de mí; mi


gloria, y el que levanta mi cabeza".
David expresó aquí su profunda confianza en Dios.
Él sabía que a pesar de las circunstancias, a pesar
del peligro que le acechaba, Dios estaba alrededor
de él, cuidándole y protegiéndole como un escudo.
Y dijo entonces, en el versículo 4:

"Con mi voz clamé al Señor y él me respondió


desde su monte santo. Selah"
Una vez más, David expresó aquí la certeza que
Dios le había respondido, que Dios estaba atento a
su clamor. Él había clamado y había recibido
respuesta de Dios, y por eso dijo: Con mi voz
clamé al Señor, y Él me respondió desde Su monte
santo. Y una vez más tenemos esta palabra Selah
que marcaba probablemente el fin de la segunda
estrofa. )

Ahora en los versículos 5 y 6 el salmista dijo:

"Yo me acosté y dormí, y desperté, porque el


Señor me sustentaba. No temeré ni a una gran
multitud que ponga sitio contra mí".
A este Salmo se le ha llamado "el Salmo de la
mañana". Es un Salmo muy bueno para dar
comienzo al día. A pesar de todos los problemas y
dificultades que David tenía, confió en el Señor. Él
podía dormir al llegar la noche sin necesidad de
tomar algo parecido a lo que nosotros podemos
tomar en la actualidad para ayudarnos a dormir. Él
simplemente confiaba en el Señor, apoyaba su
cabeza confiadamente sobre las promesas de Dios,
y así podía dormir y descansar.
Luego dijo: y desperté, porque el Señor me
sustentaba. Y además pudo decir que no sentiría
miedo aunque un ejército enorme le acosara. Aun
si todo el mundo estuviera en contra suya, no
tendría temor.
Cromwell fue considerado un hombre muy valiente.
Alguien le preguntó en cierta ocasión: ¿Cómo
explica usted su gran valentía? Y Cromwell
respondió: "Es que yo temo a Dios y es por eso que
no le temo a ningún hombre". Martín Lutero
también asumió la misma actitud. Si hubiera más
temor a Dios en la actualidad, estimado oyente,
habría menos miedo a expresar las convicciones
propias y, por supuesto, con la debida prudencia y
respeto por las opiniones de los demás. Y David
sintió ese valor debido a su temor reverente de
Dios. Escuche lo que dijo a continuación en el
versículo 7:
"¡Levántate, Señor! ¡Sálvame, Dios mío! Tú heriste
a todos mis enemigos en la mejilla; los dientes de
los perversos rompiste".

Realmente se siente dolor al ser herido en la


mejilla. Cuando lo golpean a uno en la mejilla, lo
pueden hacer perder el conocimiento. Y David
probablemente lo había experimentado. Y dijo
también que Dios había quebrado los dientes de los
malvados, de manera que ya no le podrían morder
más. Escuchemos lo que dijo en el versículo 8:

"La salvación es de Jehová. ¡Sobre tu pueblo sea tu


bendición! Selah"
Esta fue una gran declaración. Lo que quiere decir
aquí es que el Señor es el autor de la salvación.
David nunca pensó que la salvación fuera como una
moneda que uno podía poner en su bolsillo y luego
perderla. Él nunca pensó que la salvación fuera
algo en lo cual él tenía que trabajar para obtenerla.
La salvación era un don, un regalo de Dios.
Y luego esa maravillosa palabra nuevamente,
"Selah" que nos invita a detenernos, escuchar y
reflexionar. En este Salmo David pronunció algunas
verdades maravillosas acerca de Dios. Por ejemplo,
en el versículo 3 dijo, "Mas tú, Señor, eres escudo
alrededor de mí". Como un escudo, Dios cubre a los
Suyos para protegerles. En Efesios 6:16 se nos dice
que como creyentes debemos tomar el escudo de la
fe, y David sabía algo de lo que podía hacer un
escudo, pues Él lo usaba con frecuencia. Luego dijo
que Dios era también su "gloria". Es decir, que creía
en la presencia de Dios. Recordemos que la nube
de gloria cubría a Israel. Era una señal visible de la
presencia de Dios en medio de Su pueblo. Hoy
nosotros andamos, vivimos por la fe y la gloria de
Dios está con nosotros, estimado oyente. Él se
convierte en una realidad en aquellos que le aman.
Y David también lo identificó como el que levantaba
su cabeza. Ahora, ¿qué quiso decir con esto? Él le
había prometido a David una casa, le dio a él una
bendición, una gloria y un reino, y David dijo aquí:
"Él va a levantar mi cabeza". Y hoy, estimado
oyente, quizás nos sintamos caídos, pero Él nos
puede levantar. Este es un salmo maravilloso, ¿no
le parece?

Tenemos ahora el siguiente salmo, el

Salmo 4
que continúa con la misma idea. También le hemos
dado un título a este Salmo. El Salmo 3 era el
"hombre perfecto rechazado", y ahora aquí
tenemos el "conflicto entre la mujer y la serpiente".
Eso es lo que está ocurriendo en el mundo en la
actualidad. Este Salmo también fue llamado un
Salmo vespertino, ya veremos por qué. Las
divisiones de éste breve Salmo son las siguientes:
En los primeros tres versículos tenemos un
lamento; tenemos luego una corrección en los dos
versículos 4 y 5; y después, para finalizar, tenemos
la confianza en los versículos 6 al 8.
Este Salmo tiene una inscripción musical. Su título
dice: "Al músico principal; sobre Neginot, Salmo de
David". Ahora, ¿Qué es esto de Neginot? Bien,
aparentemente tuvo que ser algún tipo de
instrumento, y la creencia general es que se refería
a un instrumento de cuerdas. Así que
probablemente este Salmo era acompañado por
instrumentos de cuerdas.

Como dijimos, el Salmo comienza con un gran


lamento. El gran refugio del pueblo de Dios en
tiempos de dificultades es siempre la oración. Y
Dios es su escudo; como ya hemos visto.
Escuchemos lo que dice aquí el primer versículo de
este Salmo 4:
"¡Respóndeme cuando clamo, Dios, justicia mía!
Cuando estaba en angustia, tú me diste alivio. Ten
misericordia de mí y oye mi oración".
Esta angustia aquí se refiere a las presiones que
sufrimos en esta vida y que son bastante grandes.
Nos enfrentamos a grandes presiones en la
actualidad y necesitamos el aliento, el estímulo que
encontramos en la Palabra de Dios. Y tenemos la
seguridad que se nos da en el Salmo 145, versículo
18, donde leemos: "Cercano está el Señor a todos
los que le invocan, a todos los que le invocan de
veras". Tenemos también una maravillosa promesa
de Dios en el Salmo 50, versículo 15, donde dice:
"Invócame en el día de la angustia; te libraré y tú
me honrarás". Y en Isaías 65, versículo 24 Dios nos
dice "Antes que clamen, yo responderé; mientras
aún estén hablando, yo habré oído". Y luego el
Salmo 18, versículo 6, es muy personal, pues dice:
En mi angustia invoqué al Señor y clamé a mi Dios.
ÉL oyó mi voz desde su Templo y mi clamor llegó
hasta sus oídos. También tenemos algo en el Salmo
55, versículo 16, donde dice: "En cuanto a mí, a
Dios clamaré y el Señor me salvará". Así también
podemos leer en el Salmo 86, versículo 7: "En el
día de mi angustia te llamaré, porque tú me
respondes". Finalmente en el Salmo 91, versículo
15 dice: "Me invocará, y yo le responderé; con él
estaré yo en la angustia; lo libraré y lo glorificaré".
La Biblia está llena de estas maravillosas promesas,
y ese es el clamor del salmista, que Dios esté con
él. Luego dijo en los versículos 2 y 3, de este Salmo
4:
"Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi
honra en infamia, amaréis la vanidad y buscaréis la
mentira? Selah. Sabed, pues, que el Señor ha
escogido al piadoso para sí; El Señor oirá cuando
yo a él clame".

¡Esto es maravilloso! Dios oirá nuestra oración.


Luego en los dos versículos siguientes tenemos la
corrección, que es una clase de advertencia. En el
versículo 4, de este Salmo 4, leemos:

"¡Temblad y no pequéis! Meditad en vuestro


corazón estando en vuestra cama, y callad. Selah"

Hay que destacar que en la actualidad no


observamos este tipo de temblor ante la presencia
del pecado. Luego dijo en el versículo 5:
"Ofreced sacrificios de justicia y confiad en el
Señor".

El apóstol Pablo expresó este pensamiento en


Efesios 4:26; "Airaos pero no pequéis; no se ponga
el sol sobre vuestro enojo". Ahora llega a la
confianza, la seguridad de la fe, como vemos en el
versículo 6:

"Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el


bien?. Alza sobre nosotros, Señor, la luz de tu
rostro".
Muchas personas están diciendo: "Pues bien, las
cosas van de mal en peor. Nada sale bien en estos
días". ¡Cómo necesitamos que sobre nosotros brille
la luz del rostro del Señor! Luego, en el versículo 7,
dijo:

"Tú diste alegría a mi corazón, mayor que la de


ellos cuando abundaba su grano y su mosto".
David era como nosotros. Su corazón fracasó en
medio de los problemas. Alrededor de él se
encontraban los incrédulos, su propio pueblo, que
se burlaban de él diciendo: "Dios no va a hacer
nada por él". Pero Dios sí que hizo algo por David.
Escuchemos nuevamente el versículo 7: 7Tú diste
alegría a mi corazón, mayor que la de ellos cuando
abundaba su grano y su mosto. David fue
consciente de que Dios era bueno con él. Y
estimado oyente, Dios también es bueno con
nosotros.

Y ahora veamos como concluye este Salmo


vespertino. Leamos versículo 8, de este Salmo 4:
"En paz me acostaré y asimismo dormiré, porque
sólo tú, Señor, me haces vivir confiado".
Estimado oyente, ¿necesita usted un tranquilizante
para dormir? ¿Ha probado alguna vez este Salmo
4? Es mucho mejor que cualquier recurso humano
que uno pudiera utilizar. Qué maravillosos son estos
Salmos para todos nosotros en la actualidad, y qué
significado profundo tienen para el pueblo de Dios
en el día de la aflicción. Si alguna noche, estimado
oyente, si usted no puede dormir porque está
afligido o agobiado por algún problema, levántese y
lea este Salmo 4; medite en estas palabras y
pregúntese si tiene usted una relación con Dios que
le permita dirigirse a Él de esta manera, con esa
confianza, con esa seguridad que Él le está
escuchando. Y es inevitable recordar aquí las
palabras de Jesús, pronunciadas en Mateo 11:28:
Venid a mi todos los que estáis trabajados y
cargados, y yo os haré descansar.

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Salmos 5, 6 y 7
Llegamos hoy, estimado oyente, al Salmo 5, que se
encuentra en esta sección que forma una especie
de escalera entre el primer Salmo Mesiánico, el
Salmo 2, y el segundo Salmo Mesiánico que es el
Salmo 8. En realidad, estos Salmos 3 al 7 nos
cuentan una historia. En primer lugar, estos
representan la experiencia personal del rey David.
En segundo lugar, revelan proféticamente el cuadro
de la nación de Israel durante el período de la gran
tribulación. También tienen una aplicación muy real
para nosotros en la actualidad, por los grandes
principios que son mencionados aquí. Tienen un
mensaje para el pueblo de Dios de todas las edades
y todos los tiempos.
Ahora, al llegar al Salmo 5, nosotros lo titulamos
como "El hombre perfecto en medio de sus
enemigos". Este es un Salmo que fue escrito por
David, y tiene la siguiente inscripción: "Al director
musical; sobre Nehilot". El Salmo 4, que vimos en
nuestro programa anterior, decía Neginot, que se
refería a un instrumento de cuerdas. En este Salmo
5, "Nehilot" se cree generalmente que se refiere a
un instrumento de viento, concretamente flautas.
Como usted ya sabe, David, era el dulce salmista
de Israel, preparó la mayoría de estos Salmos para
la música. Este Salmo probablemente fue cantado
por un coro, y acompañado por flautas. Tratando de
definir el tono y el carácter de este Salmo,
Pridham, un estudioso de la Biblia dijo: "Es una
oración de fe, que surge de un corazón en el cual el
discernimiento de Dios como un escudo y
galardonador de aquellos que le buscan, aparece
expresado junto con un profundo sentido de la
maldad y perversidad que se presenta diariamente
ante la contemplación de los fieles. El disgusto del
alma a causa de la abundancia de la iniquidad, es
una característica importante en su expresión
general". Pridham también pronunció esta
interesante declaración: "Por lo tanto, la paciencia
se ha forjado en la tribulación, y la alegría abunda
en la esperanza segura de libertad, que es
solamente diferida por los consejos de un amor
infalible". Creemos que estas palabras resumen
adecuadamente el contenido de este magnífico
Salmo. Se le ha llamado "Salmo de la mañana" y
observemos como comienza leyendo los primeros
tres versículos:

"Escucha, Señor, mis palabras; considera mi gemir.


Atiende a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío,
porque a ti oraré. Señor, de mañana oirás mi voz;
de mañana me presentaré delante de ti y
esperaré".

Es una oración matutina, en la cual el salmista


eleva su voz a Dios al despertar. La mañana es un
momento muy apropiado para que el corazón se
dirija a Dios en oración.

Observemos ahora lo que dice este Salmo, en los


versículos 4 hasta el 7:
"Porque tú no eres un Dios que se complace en la
maldad, el malo no habitará junto a ti. Los
insensatos no estarán delante de tus ojos;
aborreces a todos los que hacen iniquidad.
Destruirás a los que hablan mentira; al hombre
sanguinario y engañador abominará el Señor. Mas
yo por la abundancia de tu misericordia entraré en
tu Casa; adoraré con reverencia hacia tu santo
Templo".
Este es el consuelo que puede disfrutar las
personas piadosas. Y cuando usted observa
alrededor suyo hoy, puede sentirse como nosotros
abatido al ver como predomina el mal. Es algo que
hace sentir una profunda tristeza interior. Pues
bien, ¿cuál es el consuelo de las personas fieles a
Dios en días como estos? Bueno, el salmista nos lo
dirá. El odio que él siente en su propio corazón
hacia el mal revela que él está de parte de Dios.
Dios también detesta ese mal al mirar a este
mundo controlado por la maldad. Esa maldad que
no agrada a Dios ni a aquellos que conocen a Dios.
El mal no tiene cabida en él. Como dijo Juan en su
primera carta, en el capítulo 1, versículo 5: "Dios
es luz y no hay ningunas tinieblas en él". Por su
parte el profeta Habacuc, cuando Dios le dijo que
los caldeos iban a invadir la tierra de Dios, lo
expresó de manera parecida y dijo en el capítulo 1,
versículo 13: "Muy limpio eres de ojos para ver el
mal, ni puedes ver el agravio". La maldad puede
prosperar por un tiempo, pero se acerca
implacablemente el día que traerá destrucción y
vergüenza eternas a aquellos que practican las
mentiras y la iniquidad. Dios ha expuesto eso con
mucha, pero con mucha claridad; que se acerca un
día de juicio y que el mal de hoy no prevalecerá.
Dios lo ha comunicado en el libro de Apocalipsis,
capítulo 21, versículo 8, que dice así: "Pero los
cobardes e incrédulos, los abominables y
homicidas, los que cometen inmoralidades
sexuales, los que practican artes mágicas, los
idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte
en el lago que arde con fuego y azufre, que es la
muerte segunda". No somos nosotros sino la
misma Biblia la que anuncia que el juicio de Dios
vendrá sobre la tierra.

Ahora, en los versículos 8 y 9, de este Salmo 5,


leemos lo siguiente:

"Guíame, Señor, en tu justicia, a causa de mis


enemigos; endereza delante de mí tu camino. En la
boca de ellos no hay sinceridad; su interior está
lleno de maldad, sepulcro abierto es su garganta,
su lengua es mentirosa".
Lo que él estaba diciendo aquí era que los
enemigos lo estaban observando. Ellos querían que
él tropezara y cayera, pero él quería glorificar y
honrar a Dios. Por tanto él estaba orando a Dios
que no le dejara tropezar y caer, que lo guiara y
oró con estas palabras: "Endereza delante de mí tu
camino, en la boca de ellos no hay sinceridad; su
interior está lleno de maldad, sepulcro abierto es su
garganta". Por cierto, estas palabras fueron citadas
en Romanos 3:13 por el apóstol Pablo de la
siguiente manera: "Sepulcro abierto es su
garganta; con su lengua engañan". No son
sinceros, no parecen conocer cuál es la verdad
porque no la dicen.
Ahora, los versículos 10 al 12, dicen:

"¡Castígalos, Dios! ¡Caigan por sus mismas


intrigas! Por la multitud de sus transgresiones
échalos fuera, porque se rebelaron contra ti. Pero
alégrense todos los que en ti confían; den voces de
júbilo para siempre, porque tú los defiendes; en ti
se regocijen los que aman tu nombre. Tú, Señor,
bendecirás al justo; como con un escudo lo
rodearás de tu favor".

La oración es el recurso del ser humano cuando ve


la maldad que le rodea. Ora pidiendo aquella guía
que le capacitará para vivir de una manera tal que
no traiga descrédito o desprestigio al nombre de
Dios.
En el versículo 10 el Salmista le pidió al Señor que
destruyese al enemigo. Esta es la primera oración
imprecatoria registrada en los Salmos, es decir, una
oración en la que se expresa un vivo deseo de que
alguien sufra un mal. Más adelante tendremos
oportunidad de desarrollar este tema. Hay ciertas
oraciones que David pronunció en las que pidió a
Dios justicia; le pidió que interviniera y que trajese
juicio. Algunas de ellas fueron muy duras. El
profeta Isaías oró de la misma manera en 64:1-2,
diciendo: ¡Si rasgaras los cielos y descendieras y
ante tu presencia se derritieran los montes,
"Como fuego abrasador de fundiciones, fuego que
hace hervir las aguas! Así harías notorio tu nombre
a tus enemigos y las naciones temblarían ante tu
presencia. Es que la justicia tiene que caer algún
día sobre los transgresores. Las Sagradas
Escrituras dejan bien en claro que Dios tomará
venganza sobre los que practican el mal".
Recordemos que el Señor Jesucristo, en Lucas
18:3-8, mencionó una parábola sobre una mujer
que presentó su caso ante un juez, rogándole: que
oraba diciendo: "Hazme justicia de mi adversario".
4Él no quiso por algún tiempo; pero después de
esto dijo dentro de sí: "Aunque ni temo a Dios ni
tengo respeto a hombre, 5sin embargo, porque
esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea
que viniendo de continuo me agote la paciencia"».
6Y dijo el Señor: «Oíd lo que dijo el juez injusto.
7¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos,
que claman a él día y noche? ¿Se tardará en
responderles? 8Os digo que pronto les hará justicia.
Y así fue que David, en su día, oró por venganza.
Debemos decir que si un creyente hace una oración
de esta clase en esta época, está cometiendo un
pecado. Aquí es donde creemos que una
interpretación adecuada de las Escrituras es
esencial. Hay muchas personas que quisieran quitar
esta porción de la palabra de Dios. Hay incluso
gente que dice que no es una parte de la Biblia
porque esta no es una expresión propia de un
cristiano. En realidad, nadie dijo que lo fuera. Esta
clase de oración será para el pueblo de Dios en la
gran tribulación. En aquel día la gente que se
encuentre bajo la ley pronunciará este tipo de
oración, tal como lo hicieron en el pasado cuando
estaban bajo la ley. Y Dios tiene toda la intención
de oírlos y de traer venganza sobre sus enemigos.
Pero en nuestra época, nosotros tenemos que
actuar de forma diferente. Para nosotros la regla se
encuentra en Mateo 5:44, donde Jesús dijo: 44Pero
yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a
los que os maldicen, haced bien a los que os odian
y orad por los que os ultrajan y os persiguen. Y
esto es algo difícil de hacer, pero eso mismo es lo
que el Señor nos pidió que hiciéramos. Y San Pablo
en Romanos 12:19 escribió: 19No os venguéis
vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a
la ira de Dios, porque escrito está: «Mía es la
venganza, yo pagaré, dice el Señor». Dios estaba
diciendo que Él se haría cargo de las represalias.
Cuando alguien nos da un golpe, nuestra
naturaleza humana nos impulsa a devolver el
golpe. Pero cuando tomamos el asunto en nuestras
propias manos, no estamos viviendo cerca de Él y
por la fe. Dios quiere que confiemos en que Él se
hará cargo de nuestros enemigos.

Recordemos que cuando Él estuvo en este mundo,


fue tratado de una forma brutal, pero Él no
devolvió los golpes recibidos. Y Él quiere que
aquellos que son suyos y que forman parte de la
iglesia en la actualidad, adopten la misma actitud.
No debemos olvidar aquella declaración en la que
Dios dijo: "Mía es la venganza, yo pagaré, dice el
Señor". Dios tiene la intención de hacerse cargo de
esa situación en un día futuro.
Este es también un hermoso Salmo, que será de
gran consuelo al pueblo de Dios en tiempos de
severa persecución.

Y así llegamos al

Salmo 6
Ahora, el Salmo 6 lo hemos titulado: "El hombre
perfecto en medio de la disciplina". Algunos lo han
descrito como un clamor por misericordia. Bien, la
razón es que este hombre ha mirado a su alrededor
y ha visto toda la maldad que lo rodea. También ha
mirado a su propio corazón y reconocido que de
ninguna manera es perfecto ante Dios. Si los
Salmos anteriores han tenido que ver con la
mañana y el atardecer, este Salmo tiene que ver
con la noche más oscura. Este Salmo está dirigido
al director musical, en Neginot, sobre Seminit. Se
nos presenta aquí un término nuevo, Seminit, que
quiere decir "sobre la octava". Algunos creen que
debía ser cantado por voces masculinas y otros,
que debía ser acompañado con instrumentos de
ocho cuerdas. El Salmo 5, como dijimos, era un
Salmo imprecatorio y el Salmo 6, es un Salmo
penitencial, un clamor de arrepentimiento, un
pedido de clemencia, de gracia. Escuchemos lo que
dicen los cuatro primeros versículos:

"Señor, no me reprendas en tu enojo ni me


castigues con tu ira. Ten misericordia de mí, Señor,
porque estoy enfermo; sáname, Señor, porque mis
huesos se estremecen. Mi alma también está muy
turbada; y tú, Señor, ¿hasta cuándo? Vuélvete,
Señor, libra mi alma. ¡Sálvame por tu
misericordia!"
Usted puede ver aquí que el autor fue consciente
de su propia necesidad. Y al hacerlo, surge un gran
clamor de arrepentimiento. Y a continuación,
tenemos su confesión, que podemos leer ahora en
los versículos 5 al 7 de este Salmo 6:

"Porque en la muerte no hay memoria de ti; en el


sepulcro, ¿quién te alabará? Me he consumido a
fuerza de gemir; todas las noches inundo de llanto
mi lecho, riego mi cama con mis lágrimas. Mis ojos
están gastados de sufrir; se han envejecido a
causa de todos mis angustiadores".
Creemos que tenemos aquí un cuadro de David, y
un cuadro del Señor Jesucristo. Tenemos también
un cuadro de Israel en los últimos días, y un cuadro
de los cristianos de esta misma época en la que
vivimos usted y yo. Es un Salmo hermoso. Es un
clamor por misericordia que surge de las
profundidades de la desesperación. Y sólo la
misericordia nos puede salvar. En el Nuevo
Testamento se nos dice una y otra vez que Dios es
rico en misericordia, en compasión. Él tuvo la
compasión para usted y para mí, estimado oyente.
Él tiene mucha compasión y ciertamente la
necesitamos, En Isaías 52:14 el profeta dijo del
Señor Jesús: "Como se asombraron de ti muchos
(pues de tal manera estaba desfigurada su
apariencia, que su aspecto no parecía el de un ser
humano". En el Salmo 69, versículo 3 el Señor dijo:
"Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha
enronquecido; han desfallecido mis ojos esperando
a mi Dios". Y nuevamente, en el Salmo 42,
versículo 3 dijo también el Señor: "Fueron mis
lágrimas mi pan de día y de noche, mientras me
dicen todos los días; ¿dónde está tu Dios?" Y luego
el Salmo 38, versículo 10 dijo: "Mi corazón está
acongojado, me ha dejado mi vigor, y aun la luz de
mis ojos me falta ya". Y por último, en el Salmo 88,
versículo 9 dijo el Señor: "Mis ojos enfermaron a
causa de mi aflicción; te he llamado, Señor, cada
día; he extendido a ti mis manos.
En todas estas expresiones, y sólo hemos
mencionados algunas, el Espíritu de Cristo habla
proféticamente de Su propio sufrimiento, por el
cual Él pasaría en los días de Su humillación.
Y su pueblo, la nación de Israel, ese remanente en
la Gran Tribulación, también tendrá que pasar por
el sufrimiento. En la actualidad, muchos de los
creyentes en Cristo están soportando sufrimientos.
Pero el consuelo es saber que Él ya ha pasado por
el sufrimiento. Y lo ha soportado. No importa lo que
usted esté pasando hoy; Cristo mismo ya lo ha
soportado y Él puede consolarle. ¡Qué maravilloso
es tener un Salvador como el Señor Jesucristo! El
salmista dijo entonces en el versículo 8, de este
Salmo 6:

"¡Apartaos de mí, todos los hacedores de maldad,


porque el Señor ha oído la voz de mi lloro!"
Y aquí tenemos la respuesta a la oración; Como
dice el versículo 9:

"El Señor ha oído mi ruego; ha recibido el Señor mi


oración".
Y en cuanto al Señor Jesucristo, se nos dice en la
epístola a los Hebreos, capítulo 5, versículo 7: "Y
Cristo, en los días de su vida terrena, ofreció
ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que
le podía librar de la muerte, y fue oído a causa de
su temor reverente". Y esa es nuestra confianza
hoy. Dios oirá y contestará la oración cuando
estemos en medio de grandes problemas. ¿No es
acaso un consuelo para usted, estimado oyente?
Puede que usted se encuentre en este mismo
momento en una situación muy difícil. Si así es,
este Salmo es para usted.

Llegamos ahora al

Salmo 7
Alguien ha dicho que sobre este Salmo debería
haberse escrito lo siguiente: "El juez de toda la
tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?"
Antes del Salmo figura la inscripción: "Sigaión de
David, que cantó al Señor acerca de las palabras de
Cus hijo de Benjamín". Aunque no podemos ser
dogmáticos sobre el significado de "Sigaion", se ha
pensado que podría significar "gritar". Aquí
tenemos entonces a David clamando en una
canción. ¡Quién hubiera podido escucharle! Este
Salmo es un lamento en voz alta. Creemos que
revela proféticamente la persecución y sufrimientos
finales del remanente de Israel que temerá a Dios
durante el período de la gran tribulación. Es un
clamor contra quién la Biblia llama "el hombre de
maldad", tema que continúa en el Salmo siguiente.
Observemos la confianza de David en la oración.
Leamos los versículos 1 y 2 de este Salmo 7:
"Señor, Dios mío, en ti he confiado; sálvame de
todos los que me persiguen, y líbrame, no sea que
desgarren mi alma cual león y me destrocen sin
que haya quien me libre".

¿Quién es ese león? Es Satanás, de quién San


Pedro dijo que estaba merodeando. Por ello dijo en
su primera carta, 5:8, "Sed sobrios y velad, porque
vuestro adversario el diablo, como león rugiente,
anda alrededor buscando a quien devorar".

Luego el salmista habló de una persecución injusta;


leamos los versículos 3 y 4:
"Señor, Dios mío, si de algo soy culpable, si hay en
mis manos injusticia, si he dado mal pago al que
estaba en paz conmigo o he despojado al que sin
causa era mi adversario"
El sufrimiento injusto del inocente en este mundo
es algo que no comprendo. Y no propongo
entenderlo pero quisiera decirle lo siguiente,
estimado oyente. Yo sé que hay Alguien que sí lo
comprende, y que Él nos lo explicará algún día. Hay
cosas en mi vida, y estoy seguro que hay cosas en
su vida también que ni usted ni yo comprendemos.
Yo no puedo explicar su problema, porque yo ni
siquiera saber por qué he tenido que pasar por
ciertas cosas. Pero el Señor nos las va a explicar
algún día.
Ahora llegamos a una hermosa parte. Esta no es la
oscuridad de la noche que vimos en el Salmo 6,
sino que es la luz de la mañana. Leamos el
versículo 6:

"¡Levántate, Señor, en tu ira! ¡Álzate en contra de


la furia de mis angustiadores y despierta en favor
mío el juicio que mandaste!"

Aquí el autor pidió que Dios le vengase. Y continuó


diciendo en el versículo 11:

"Dios es juez justo; y Dios está airado contra el


impío todos los días".
Por más que nosotros podamos ver la inmoralidad
en estos días, y que la gente la considere normal,
Dios no la aprueba. Él no está cambiando sus
normas para acomodarlas al pensamiento
contemporáneo. Por todo ello podemos cantar junto
con David, las siguientes palabras del versículo 17
de este Salmo 7

"Alabaré al Señor conforme a su justicia y cantaré


al nombre del Señor, el Altísimo".
Si, es cierto Él fue llamado el Altísimo. Como dijo el
profeta Isaías, Él vive en el lugar alto y sagrado,
pero también está con el humilde y el afligido para
darle ánimo y aliento. Estimado oyente, usted
puede dirigirse a Él con sus propias palabras y Él se
acercará para darle el consuelo y la paz que le dio
al autor de este Salmo.

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Salmo 8
Estimado oyente, en el día de hoy llegamos al
Salmo 8. Llegamos al segundo de los grandes
Salmos Mesiánicos. El Salmo 2 fue el primero, y
este, el Salmo 8 es el segundo Salmo Mesiánico.
Estos se llaman Salmos Mesiánicos porque son
citados en el Nuevo Testamento y hacen referencia
directa al Señor Jesucristo. Ahora, este Salmo 8 es
citado tres veces en el Nuevo Testamento. El Señor
Jesucristo mismo hizo mención de este Salmo.
Recordemos que Mateo 21 registró lo que se llama
la entrada triunfal en Jerusalén; en el versículo 9 se
dice que los jóvenes clamaban en el templo
"Hosanna al Hijo de David", y los principales
sacerdotes y los escribas le dijeron al Señor
Jesucristo: "¿Oyes lo que éstos dicen?" Y Jesús les
dijo: "Sí; ¿nunca leísteis: De la boca de los niños y
de los que aún maman fundaste la fortaleza?" Eso
se encuentra en el evangelio según San Mateo,
capítulo 21, versículo 16. Y Él está citando el Salmo
8:2 que hoy tenemos ante nosotros. Cuando Él
hacía mención de este pasaje de la Escritura, el
Señor Jesucristo les estaba diciendo a ellos que
sería una buena idea si ellos leyeran la Escritura y
entendieran lo que allí se estaba indicando.
La segunda cita se encuentra en la Primera Epístola
del apóstol San Pablo a los Corintios, capítulo 15,
versículo 27, en lo que nosotros llamamos el
"Capítulo de la Resurrección". De allí se tomó esta
cita: "Porque todas las cosas las sujetó debajo de
sus pies". Pues bien, era muy obvio que esta cita
salió de este Salmo y que no se refería a nuestro
tiempo, como el apóstol Pablo en su Primera
Epístola a los Corintios, capítulo 15, versículo 28,
dijo: "Pero luego que todas las cosas le estén
sujetas,..".
En la actualidad no vemos que todas las cosas le
han sido sometidas y ello, con toda seguridad. Sin
embargo, la cita más completa se encuentra en la
epístola a los Hebreos, capítulo 2, y allí está muy
claro que el Salmo 8 se estaba refiriendo al Señor
Jesucristo. Permítanos leer los versículos 5 al 8, de
este capítulo 2, de la epístola a los Hebreos, donde
dice: "Dios no sujetó a los ángeles el mundo
venidero, acerca del cual estamos hablando: Al
contrario, alguien testificó en cierto lugar, diciendo:
¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el
hijo del hombre, para que le visites? Todo lo
sujetaste bajo sus pies. En cuanto le sujetó todas
las cosas, nada dejó que no le sea sujeto; aunque
todavía no vemos que todas las cosas le sean
sujetas. Nuevamente nos llama la atención hacia el
hecho de que nosotros, usted y yo, estimado
oyente, vivimos en un día en que todas las cosas
no están sujetas bajo Su control. Así es que
obviamente este Salmo 8 mira hacia el futuro.

En la carta a los Hebreos, capítulo 2, versículo 9,


seguimos leyendo; Pero vemos a aquel que fue
hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús,
coronado de gloria y de honra a causa del
padecimiento de la muerte, para que por la gracia
de Dios experimentase la muerte por todos. Aquí se
ve claramente que el Salmo 8 hace una referencia
directa al Señor Jesús.
Podemos ver cómo comienza este segundo gran
Salmo Mesiánico, que dice "Cuán grande es tu
nombre en toda la tierra!" Y termina también
diciendo: "¡Cuán grande es tu nombre en toda la
tierra!"

Ahora, eso no es una referencia a la hora presente,


en la cual estamos viviendo. El nombre de Dios no
es considerado hoy muy grande y honrado en todo
el mundo. Uno puede escuchar a personas de todas
las edades y condiciones usando el nombre de Dios
en vano, de forma despectiva o para maldecir. La
verdad es que la gente no está hablando mucho de
Dios. Y lo que se dice, no contribuye precisamente
a su honra ni engrandecimiento.
Hace algún tiempo hubo un programa documental
por la televisión sobre ciertos hombres que habían
escalado el monte Everest. Ellos decían que cuando
lograron alcanzar la cima de la montaña, los
vientos eran terribles y que parecía que la montaña
estuviera hablando y diciéndoles que el hombre en
realidad no era nada. Pero no hicieron ninguna
mención de Dios. Nunca hemos tenido oportunidad
de escalar una montaña como el Everest, pero es
como cualquier otra montaña en el mundo.
Debemos decir que todas las montañas son
sencillamente una acumulación de piedras, tierra,
rocas, y en algunos lugares árboles. Pero las
montañas no hablan, no se enojan, no hacen que el
hombre se sienta pequeño, es Dios quien hace eso,
Y fue Dios, quien en la cima de esa montaña hizo
que esos hombres se sintiesen tan insignificantes.
Pero ellos no se dieron cuenta de lo grande que
Dios era y simplemente hablaban de la naturaleza.
El nombre de Dios, estimado oyente, no es honrado
en el mundo en la actualidad.
El primer versículo del Salmo 8 constituye una
profecía que mira hacia el futuro, un futuro
glorioso. Es un Salmo Mesiánico en el que vemos al
hombre de Dios. Enfatiza la humanidad de Cristo y
su victoria final como hombre. Es un gran Salmo.
En el Salmo 2 vimos el rechazo y la rebelión del
hombre contra Dios, pero aquí en el Salmo 8
vemos que el hombre finalmente logra el control de
este mundo y que llegará el día cuando el nombre
de Dios será honrado en toda la tierra.
El Salmo está dirigido al músico principal sobre
Gitit, Salmo de David. Esto se menciona también
en los Salmos 81 y 84. ¿Pero qué significa? El
término Gitit por lo general se interpreta como una
referencia a un instrumento musical. Era una clase
de instrumento de cuerda, como una lira. Fue en
realidad el erudito judío Raschi quien dijo que esta
palabra provenía de Gat. Era un instrumento
conocido en la zona de Gat, y recordemos que allí
encontró refugio David cuando estaba huyendo del
rey Saúl. Allí probablemente aprendió a interpretar
música en ese instrumento, y más tarde lo
introdujo en Israel. En la Vulgata y la Septuaginta
se tradujo esta palabra como "Lagar", que es un
recipiente donde se pisa la uva para obtener el
mosto. Y opinamos que este nombre tiene un
significado especial. Este es el Salmo que revela el
lagar del sufrimiento por el que el Señor Jesús tuvo
que pasar por usted y por mí. Como hombre,
experimentó la muerte por todos los seres
humanos; tuvo que sentir el sabor de la amargura
del lagar. Más tarde, Isaías 63:3, presentaría al
Señor Jesús viniendo de Edom, con sus vestidos
rojos como los del que pisa las uvas en el lagar. El
jugo de las uvas en sus ropas no era su propia
sangre sino la de sus enemigos. Si la sangre de
Cristo no significa nada para usted, y usted no es
salvo, entonces tendrá que ser juzgado. Es la
sangre de Cristo, o la suya, estimado oyente. Esa
es hoy la posición ante la cual se enfrenta el ser
humano en este mundo.
Ahora, este es un Salmo de David. Y hay quienes
tratan de ver en este Salmo la muerte del hijo,
pensando que éste es un Salmo escrito por David
cuando murió el hijo de Betsabé, y aun otros dicen
que se refiere a cuando murió el gigante Goliat.
Pues bien, mencionamos estas teorías porque este
es un Salmo que aparentemente tiene un
significado muy grande y profundo. Un profesor de
un seminario le dio un título a este Salmo; lo
llamó: "El Salmo de las estrellas y de los lactantes,
es decir los que maman", porque el Salmo recorre
todo el camino desde los cielos ?la luna y las
estrellas?hasta los niños que maman. Y este es un
Salmo que también puede considerarse junto con el
Salmo 19, que habla de la naturaleza, que habla
sobre las Escrituras y el sol. Pero el sol no fue
mencionado en absoluta aquí en el Salmo 8.
Veamos ahora al entrar de lleno en este Salmo 8, lo
que dicen los versículos 1 y 2:

"¡Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu


nombre en toda la tierra! ¡Has puesto tu gloria
sobre los cielos! De la boca de los niños y de los
que aún maman, fundaste la fortaleza a causa de
tus enemigos, para hacer callar al enemigo y al
vengativo".
Creemos que es muy interesante que el Señor
Jesucristo aclaró bien la verdad de este versículo
cuando estuvo en la tierra y dijo, en Mateo 18:3:
De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis
como niños no entraréis en el reino de los cielos. Y
fueron niños los que gritaron "Hosanna al hijo de
David" durante la llamada entrada triunfal de Jesús
en Jerusalén. Ahora, nosotros no la consideramos
una entrada triunfal. Tenemos que esperar hasta
que Él regrese nuevamente a la tierra, y entonces
¡sí que será una entrada triunfal! Esto fue
simplemente un pequeño cuadro anticipado, un
vislumbre del hecho de que Él regresará
nuevamente a este mundo, y que cuando lo haga,
establecerá Su reino. Mientras tanto, tenemos que
convertirnos y volvernos como niños. Y como tales,
debemos dejar de lado toda nuestra jactancia y
venir al Señor con una fe sencilla. ¡Cuán grande es
la fe de un niño!

En este Salmo vemos al Señor, como el Creador.


Tenemos la naturaleza, la creación, al hombre, a la
criatura. Y aquí tenemos una relación. Ahora en el
versículo 3, de este Salmo 8, leemos:

"Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna


y las estrellas que tú formaste"
Observemos la frase "que tú formaste". A veces, en
una noche clara, sin nubes, hemos observado la
luna y alguna estrella más brillante que las demás.
Y nos hemos preguntado por qué están situadas en
determinados lugares. Al ser humano podría
parecerle que los astros están situados en el
espacio de una forma aleatoria, en la que los dejó
un prolongadísimo proceso hecho realidad en un
tiempo y condiciones desconocidas. Lo único que
sabemos, por el testimonio de la Biblia, es que el
Creador, por algún motivo que desconocemos,
quiso que estuvieran donde se encuentran
actualmente. De la misma manera que nosotros, en
nuestro despacho o lugar de trabajo situamos
ciertos objetos en ciertos lugares que a otras
personas puede parecerles una ubicación arbitraria,
pero nosotros sabemos que los hemos colocado allí
con un propósito específico. Así también el Creador
dispuso y ordenó el universo de acuerdo con un
plan coherente y lógico.
Así que, de acuerdo con este relato Bíblico, los
cielos y lo que en ellos se encuentra son el
resultado de las manos del Creador. Es interesante
que cuando la Palabra de Dios habla de salvación
en Isaías 53:1, dice: "¿Quién ha creído a nuestro
anuncio y sobre quién se ha manifestado el brazo
del Señor?" Pero cuando la Palabra habla sobre la
creación de los cielos y la tierra, la describe como
la obra de sus dedos, como la labor minuciosa de
una mujer cosiendo de manera minuciosa y
artística.
De la misma manera, Dios expresó Su gloria en la
Creación. Una creación que supera en mucho
nuestra comprensión y despierta nuestra
admiración. Pero nosotros no adoramos a la
creación. A quién adoramos es al Creador. La
admirable obra de Sus dedos nos permite ver Su
gloria y Su poder. Luego dice en el versículo 4, de
este Salmo 8, continuamos leyendo:

"Digo: ¿Qué es el hombre para que tengas de él


memoria, y el hijo del hombre para que lo
visites?".
Hay algunos que todavía están trabajando en esta
cuestión. ¿Qué es el hombre? El hombre es una
criatura muy compleja. Él es un ser humano,
pertenece a la raza humana, y hay algunos que aún
están tratando de averiguar cómo es que llegó
aquí. La Biblia dice que Dios nos creó y nos colocó
sobre la tierra. Y luego el hombre se rebeló, se
apartó por su propio camino, ya no creyó en Dios y
desobedeció. Y ¿por qué tiene Dios se acuerda de
él, piensa en él y le tiene en cuenta? ¿Por qué no le
quitó de en medio y se libró de él?
El ser humano en la historia y en la actualidad ha
resultado ser un fracaso. Usted sabe que a nosotros
no nos agrada escuchar esa evaluación de nuestra
propia especie. Más bien preferimos hablar de éxito
y del progreso de la humanidad. El Dr. McGee,
autor de estos estudios, cree que una de las
profesiones más difíciles de desarrollar es ser un
médico especialista en cáncer. Desde que comenzó
a sufrir de esa enfermedad, se sintió unido a ese
mundo, en el cual la gente tiende a ser pesimista, y
realmente no tiene muchas historias de éxito que
contar. Y utilizó esa forma de pensar y sentir para
concluir que el ser humano, en otros órdenes,
tampoco tiene una trayectoria de éxitos en al
ámbito moral o espiritual, tanto a nivel personal
como en el plano de la convivencia social. En ese
aspecto, ha resultado un miserable fracaso. Ha
convertido a este mundo en un desorden. Y en este
contexto, el salmista se pregunta: ¿Qué es el
hombre para que tengas de él memoria, y el hijo
del hombre para que lo visites? Hace más de 2000
años Él visitó al ser humano en esta tierra y en ese
viaje, murió en una cruz para hacernos saber que
Él nos amaba. No nos salvó únicamente por ese
amor, nos salvó por Su gracia, porque nosotros no
teníamos nada para ofrecerle. Nosotros no éramos
dignos de ser salvos. Sin embargo, Dios vino a esta
tierra. No sabemos si hay otros planetas que están
habitados, y si en ese caso, Él habrá visitado algún
otro planeta. Pero lo que sí sabemos es que Él vino
a nuestro mundo para morir en la cruz con el
propósito de hacer posible nuestra salvación.
Luego, el salmista dijo en el versículo 5:

"Lo has hecho poco menor que los ángeles y lo


coronaste de gloria y de honra".

Cuando el Señor Jesús aparecía en el Antiguo


Testamento se presentaba como el Ángel del Señor,
pero cuando llegó a Belén Él lo hizo de una manera
mucho más inferior, más humilde. Y dice el
versículo 6:

"Lo entronizaste sobre las obras de tus manos;


todo lo pusiste debajo de sus pies"
Al hombre se le entregó el dominio sobre lo creado
por Dios, pero el hombre lo perdió y ya no tiene
hoy el control sobre el universo. La ciencia pensó
que tenía las cosas bajo su control porque
contribuyó al progreso material de la humanidad,
pero ahora vemos que la ciencia ha contaminado la
tierra y a veces parece que la tierra fuera a
convertirse en un gigantesco cubo de basura. Los
seres humanos han utilizado la ciencia de manera
tan incontrolada que son responsables de la
contaminación de la tierra y de la atmósfera. El ser
humano que se ha encumbrado a sí mismo
utilizando a la ciencia tendrá que recurrir a Dios,
que es el único que puede ayudarle para no ser
destruido por los residuos de basura que le
contaminan y destruyen el medio ambiente.

Y ese dominio y autoridad del Señor sobre las obras


de Dios no se hará efectivo hasta que Él regrese a
la tierra.

Continuemos con los versículos 7 y 8:

"Ovejas y bueyes, todo ello, y asimismo las bestias


del campo, las aves del cielo y los peces del mar;
¡todo cuanto pasa por los senderos del mar!"
Dios lo hizo todo. Él es el Creador. En Romanos
1:20, Pablo dijo: 20Lo invisible de él, su eterno
poder y su deidad, se hace claramente visible
desde la creación del mundo y se puede discernir
por medio de las cosas hechas. Por lo tanto, no
tienen excusa, Podemos ver la obra de Dios
simplemente mirando a nuestro alrededor. Leamos
ahora el versículo 9:

"¡Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu


nombre en toda la tierra!"
No en la actualidad, pero algún día el nombre del
Señor será reconocido y engrandecido por toda la
tierra. En nuestra época y como dijo San Pablo en
Romanos 8:22, la creación se queja y sufre como
una mujer con dolores de parto, y nosotros
también sufrimos con ella, esperando el momento
en que Dios nos adopte como hijos, con lo cual
nuestros cuerpos serán redimidos, liberados. Pero
Dios está sobre toda la creación. Él ha desplegado
Su gloria sobre los cielos. Y allí en aquella esfera
celestial se encuentra hoy ese hombre que hace
más de dos mil años vino aquí a este mundo para
nacer en Belén. Él está sentado a la derecha de
Dios. Y solamente por la fe podremos verle.
"Por tanto, ? como dijo el apóstol Pablo en su
Segunda carta a los Corintios, capítulo 3, versículo
18: ? nosotros todos, mirando con el rostro
descubierto y reflejando como en un espejo la
gloria del Señor, somos transformados de gloria en
gloria en su misma imagen, por la acción del
Espíritu del Señor. Y también, el apóstol Juan en su
primera epístola, capítulo 3, versículo 2, refuerza
nuestra esperanza con estas palabras: 2Amados,
ahora somos hijos de Dios y aún no se ha
manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos
que cuando él se manifieste, seremos semejantes a
él, porque lo veremos tal como él es. ¡Qué
perspectiva gloriosa para el hijo de Dios!
Una vez más deseamos recordarle que este es un
Salmo Mesiánico. Enfatiza la humanidad de Cristo y
su victoria final como hombre. Hemos estado, pues,
en la periferia de este hermoso Salmo que canta
alabanzas a nuestro Salvador. Es que el Creador,
estimado oyente, quiere ser su Salvador, El
panorama que predomina hoy nos ofrece en la hora
presente la imagen del aparente triunfo de las
fuerzas del mal, en un mundo que mantiene de
forma precaria un equilibrio que se esfuerza por
mantener las apariencias de la paz, Pero gracias a
Su muerte en la cruz y a Su resurrección, la
historia se encamina hacia el triunfo definitivo de
Cristo sobre el mal. O sea, que hay un futuro
venturoso, glorioso, para los hijos de Dios. Pero en
estos momentos nos preocupa también el presente,
la paz interior, la lucha por la subsistencia, la
calidad de vida, y una vida con un significado, con
un propósito, con metas, con ilusiones; en otras
palabras, una vida que merezca la pena ser vivida.
Dijimos que el Señor de los cielos quiere ser su
Salvador. Y a pesar de los millones de personas que
han pasado por esta tierra y los que viven
actualmente en ella, usted no es simplemente uno
más, una más, un número, una cifra. Usted tiene
un nombre que Él conoce. Usted es alguien mucho
más importante que todas las obras de la creación.
Usted ha sido creado con un propósito eterno. Y
aunque el pecado ha contaminado a la totalidad de
la creación, y todos somos pecadores, usted es
alguien por quien el Salvador murió. Para que
acercándose a Él por la fe, creyendo en Él, usted le
reciba en su vida y se convierta en un hijo de Dios.
Entonces, por su Espíritu, Él comenzará a
transformar su vida. Estimado oyente, le deseamos
esa feliz experiencia.

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RTM - Radio Transmundial, EEA - Evangelismo en
Acción). Todos los derechos reser
Salmos 9 y 10
Amigo oyente, en nuestro estudio, regresamos hoy
al libro de los Salmos y vamos a considerar el
Salmo 9. Dijimos que el recorrido entre estos dos
Salmos Mesiánicos, desde el Salmo 1 hasta el
Salmo 8 fue como haber estado subiendo por una
escalera de la ladera de una montaña, llegando a la
parte más alta en el Salmo 8. Y a partir del Salmo
9 será como si estuviéramos descendiendo por el
otro lado de la montaña. El descenso se efectuará
por siete Salmos que relatan una historia profética.
En esta sección estamos percibiendo un vislumbre
del remanente judío en los tiempos finales, y
también una vista fugaz del llamado "hombre de
maldad", una persona sin ley que aún aparecerá
sobre la tierra.
El Salmo 9 y el que le sigue, el Salmo 10, están
unidos estrechamente. Hay cierta estructura
alfabética aquí, y también un acróstico que no se
puede notar en nuestra traducción, pero que puede
verse en el idioma original hebreo. Por lo tanto el
lector puede notar que en versiones como la
Septuaginta y la Vulgata se ponen estos dos
Salmos juntos, considerándolos como uno solo. Y
aquí se nos dice en el título del Salmo que está
dirigido "Al director musical; sobre Mut-labén,
Salmo de David". Ahora, ¿Qué quiere decir esta
palabra? Bueno, su significado es "muerte del hijo",
un tema que muchos autores identifican con el
Salmo 8, como ya indicamos anteriormente.
Creemos que generalmente se acepta que este
término forma parte del título de este Salmo 9. Y
vemos que el Salmo es atribuido a David, el
llamado dulce cantor de Israel. Algunos ven en este
Salmo la muerte de Goliat. Otros lo identifican con
la muerte del hijo de Betsabé. Pero su significado
es: "muerte del hijo, del primogénito". Opinamos
que se refiere a lo que ocurrió en la tierra de Egipto
cuando el pueblo de Israel fue liberado de la
esclavitud por medio de la muerte de los hijos
mayores de cada familia de Egipto.

El Salmo comienza con una nota de alabanza.


Leamos los dos primeros versículos de este Salmo
9:
"Te alabaré, Señor, con todo mi corazón. Contaré
todas tus maravillas. Me alegraré y me regocijaré
en ti; cantaré a tu nombre, Altísimo".
Y este Salmo comienza con una alabanza, de la
misma manera en que lo hizo el Salmo 7. Tal como
en ese Salmo 7, en este Salmo 9 la alabanza es
una anticipación a la victoria inminente tan
maravillosamente predicha en el Salmo 8, que
llegará cuando todas las cosas serán puestas bajo
el control de Aquel que fue hecho un poco menor
que los ángeles. En realidad la primera sección del
Salmo es un pronóstico profético cuales serán las
condiciones en el mundo cuando el Hijo del hombre
haya recibido el trono en justicia y en paz. En vista
de la liberación futura, tenemos esta gran canción
de alabanza, a la cual se unirá la población de la
tierra en aquel día. Tenemos un cuadro de esta
escena en el libro del Apocalipsis, cuando una gran
multitud de la nación de Israel, la iglesia, y los
veinticuatro ancianos participarán juntos de un
tiempo de alabanza a Dios.

Escuchemos lo que dicen los versículos 3 y 4, de


este Salmo 9:

"Mis enemigos se volvieron atrás; cayeron y


perecieron delante de ti. Has mantenido mi
derecho y mi causa; te has sentado en el trono
juzgando con justicia".
Una vez más nos trasladamos a la época del reino
mencionada en el Salmo 8, cuando todas las cosas
son colocadas bajo el control del Señor. Martín
Lutero lo expresó de la siguiente manera: "uno con
Dios constituye una mayoría". Y él no estaba tan
preocupado de que Dios estuviera de su lado, sino
que quería asegurarse de que él estaba en el lado
de Dios. Para David lo importante era que su causa
fuera la correcta. Estimado oyente, debiéramos
asegurarnos de que estamos del lado de Dios.

Entonces el salmista habló sobre el futuro juicio.


Veamos ahora los versículos 5 y 6:
"Reprendiste a las naciones, destruiste al malo;
¡borraste el nombre de ellos eternamente y para
siempre! Los enemigos han perecido; han quedado
desolados para siempre; y las ciudades que
derribaste, su memoria pereció con ellas".
Esta es una declaración muy severa del juicio que
se aproxima. Y a veces nos preguntamos "¿Es que
no se predica sobre juicio en la actualidad?" Pues
bien, lo diríamos de esta manera ? que se ha
predicado lo suficiente de cierta clase de juicio.
Pero, debemos notar dos cosas: una, es que hay
muy pocos mensajes basados en el tema del
infierno. La mayoría de los sermones que se
escucha en la actualidad, son de consuelo para el
pueblo de Dios. En realidad, hay muchos sermones
que están siendo dirigidos hacia aquellos que
parecen tener cierta clase de complejos, o que
están buscando a alguien para poder desahogarse.
Sin embargo, hay algunos que consideran el tema
del infierno, pero se nota demasiada dureza,
demasiada severidad en el predicador; y pensamos
que antes de predicar sobre el infierno, uno debería
analizar su propio corazón, para asegurarse de que
el tema le afecta realmente, es decir, que su
corazón esté sensibilizado y se conmueva porque
muchos seres humanos están perdidos.
Ahora, el salmista dejó bien en claro aquí que los
enemigos de Israel iban a ser conquistados. Sería
la victoria de Dios para el remanente que estaría a
favor Suyo. Creemos que tenemos aquí "la muerte
del hijo", del primogénito o hijo mayor en Egipto.
Creemos que esto nos lleva al mismo lugar donde
nació el anti-semitismo, que comenzó allá en la
tierra de Egipto. Un nuevo rey en ese país esclavizó
a la nación elegida por Dios y trató de exterminar a
toda la raza. Lo cual habría frustrado la gracia y el
propósito de Dios para la redención. Fue a partir de
aquella época que las naciones han sido enemigas
de Israel. Y continuarán odiando a ese pueblo hasta
que llegue el día de su liberación. En la hora actual,
existe un sentimiento de odio hacia los judíos.
En el siguiente pasaje, el reino, el trono de justicia
es establecido. Leamos los versículos 7 y 8 de este
Salmo 9:

"Pero el Señor permanecerá para siempre; ha


dispuesto su trono para juicio. Él juzgará al mundo
con justicia y a los pueblos con rectitud".
Frente a aquellos que juzguen con mayor o menor
acierto, la justicia humana siempre ofrecerá
altibajos. Aquel que es justo, y Aquel que hace las
cosas con justicia infalible es Dios. Lo justo no es lo
que usted y yo apreciemos o consideremos.
Después de todo fue Dios quien separó la luz de la
oscuridad. Él es el que declara lo que es
verdaderamente justo. Es que alguien tenía que
hacer las normas y Dios fue el que las estableció
para todo el universo y Él es quien lo dirige.
Opinamos que Él tiene esa prerrogativa en la
actualidad.
Vamos a omitir la lectura de algunos versículos y
entonces veremos un cuadro de las condiciones
existentes antes de que Cristo venga a establecer
Su reino. Leamos el versículo 13:

"Ten misericordia de mí, Señor; mira la aflicción


que padezco a causa de los que me aborrecen, tú,
que me levantas de las puertas de la muerte"
Todos necesitamos la misericordia, la compasión de
Dios. Hemos dicho que habrá justicia cuando Él
venga. Pero es que la justicia ya ha sido establecida
en la persona del Señor Jesucristo cuando Él llevó
sobre sí mismo la carga, la culpa de nuestros
pecados y nos ha atribuido Su justicia. Así que la
misericordia, la compasión nos ha sido otorgada en
la persona de Jesucristo. Leamos ahora los
versículos 14 y 15:

"Para que cuente todas tus alabanzas a las puertas


de Sión, y me goce en tu salvación. Se hundieron
las naciones en el hoyo que hicieron; en la red que
escondieron fue atrapado su pie".
Miremos a las naciones del mundo en la historia,
grandes imperios que parecían invulnerables, y
como se han hundido irremisiblemente. Y otras, en
la actualidad, parecen haber emprendido una
decadencia irreversible. Leamos los versículos 16 y
17:

"El Señor se ha hecho conocer en el juicio que


ejecutó; en la obra de sus manos fue enlazado el
malo. Higaión. Selah. Los malos serán trasladados
al seol, todas las naciones que se olvidan de Dios".

Aquí tenemos un importante principio que Dios ha


establecido. Continuemos leyendo el versículo 18:

"El necesitado no para siempre será olvidado, ni la


esperanza de los pobres perecerá perpetuamente".
Dice aquí que los pobres no siempre serán
olvidados. Sin embargo, así sucede en la
actualidad. Por supuesto que hay programas
sociales para aliviar la pobreza en el mundo. Pero
en muchos casos la codicia humana y la corrupción
han desviado los fondos y en otras ocasiones, la
ayuda resulta insuficiente debido al hambre que
asola extensas regiones del tercer mundo. Pero los
necesitados recibirán la verdadera justicia cuando
el Señor Jesús venga. Cuando Cristo vino a la tierra
por primera vez, se sujetó a la voluntad de Dios.
Pero ya que Él es Dios, cuando venga otra vez va a
hacer Su propia voluntad. Estimado oyente, los
necesitados están esperando mucho de los seres
humanos y, en realidad, teniendo en cuenta su
situación crítica, no les queda una opción humana
mejor. Pero la verdad es que solo Dios satisfará no
sólo su necesidad física, sino también su necesidad
espiritual. Y dice el versículo 19 de este Salmo 9:

"Levántate, Señor; no se fortalezca el hombre;


sean juzgadas las naciones delante de ti".

Y las naciones serán aun juzgadas, de acuerdo con


lo que nuestro Señor dijo en Mateo 25:31-46; En el
versículo 32 de ese capítulo dice: y serán reunidas
delante de él todas las naciones; entonces apartará
los unos de los otros, como aparta el pastor las
ovejas de los cabritos. Continuemos leyendo el
versículo 20:
"Infunde, Señor, tu temor en ellos; ¡conozcan las
naciones que no son sino hombres!"

Y hay algunos que piensan en el presente que ellos


están actuando en el lugar de Dios. Recordemos
que la inscripción colocada en el principio de este
Salmo es Mut-labén, que quiere decir "la muerte
del hijo". Si usted cree que el hijo es Goliat o
Faraón, o ambos, ellos son como pequeñas figuras
del Anticristo que aun ha de venir. Él será el
hombre de Satanás y se colocará en la posición de
Dios. Pero Dios finalmente le vencerá.

Ahora llegamos al

Salmo 10
en el cual veremos al hombre de Satanás, el
hombre de la tierra, y este tema identifica
estrechamente al Salmo 10 con el Salmo 9.

Y vamos a destacar algunos puntos sobresalientes


de este Salmo 10. Observemos como se describe a
ese malvado. Leamos los versículos 1 al 3:

"¿Por qué estás lejos, Señor, y te escondes en el


tiempo de la tribulación? Con arrogancia, el malo
persigue al pobre; será atrapado en las trampas
que ha preparado. El malo se jacta del deseo de su
alma, bendice al codicioso y desprecia al Señor"
Hay dos cosas que caracterizan al malo en estos
versículos: el orgullo y la jactancia. La primera es
el orgullo. Cuando uno mira a su alrededor aquí en
este mundo, uno querría saber quiénes son los
malos. Muchos de los poderosos de este mundo
están llenos de orgullo y no tienen ningún lugar
para Dios en sus vidas. En segundo lugar, en ellos
se destaca de una manera especial la jactancia,
que es una alabanza propia desordenada y
presuntuosa. Se jactan de ser capaces de resolver
los problemas de este mundo. Pero estos
problemas los superan, causan su caída y son
reemplazados por otros que vuelven a prometer lo
mismo, y así se va repitiendo el ciclo. Aquí, pues,
tenemos un cuadro de los malvados en general y,
concretamente, en este Salmo se identifica al
malvado conocido en la Biblia como el Anticristo,
que será como un falso Mesías. El desmedido
orgullo le pondrá en evidencia. En el versículo 4, de
este Salmo 10, leemos:

"El malo, por la altivez de su rostro, no busca a


Dios; no hay Dios en ninguno de sus
pensamientos".

De estas palabras podría deducirse que el


Anticristo, en realidad, será un ateo.
En los días del rey David comenzaron a surgir por
primera vez en la historia los ateos. En los tiempos
más antiguos no había ateos porque los seres
humanos se encontraban demasiado cerca de los
orígenes de la revelación. Después de todo, Noé
conoció a alguien que a su vez había conocido a
Adán. Al estar las personas tan próximas a los
tiempos de la creación, no presentaban tendencias
a dudar de la existencia de Dios. Cuando se
entregaron los Diez Mandamientos, no hubo
ninguna de esas leyes que se refiriera al ateísmo.
Sin embargo hubo dos mandamientos contra el
politeísmo: el primero y el segundo, que se
encuentran en Éxodo 20:3 y 4. El primero decía:
No tendrás dioses ajenos delante de mí. Y el
segundo, prohibía hacer ídolos ni figuras de lo que
hay en el cielo o en la tierra. Y no hubo
mandamientos contra el ateísmo porque no había
ateos. Sin embargo, David se refirió al ateísmo en
varias ocasiones.

En resumen, el Anticristo se caracterizará por el


ateísmo que profese, y por estar lleno de orgullo y
jactancia. Leamos ahora los versículos 5 y 6:

"Sus caminos son torcidos en todo tiempo; tus


juicios los tiene muy lejos de su vista; a todos sus
adversarios desprecia. Dice en su corazón: No
caeré jamás; nunca me alcanzará la desgracia".
Estas reflexiones también caracterizan al hombre
de nuestro tiempo: la jactancia de su prosperidad y
su autosuficiencia. Por lo tanto, no siente ninguna
necesidad de Dios.

Observemos algo más que caracterizará al


Anticristo. Leamos el versículo 13:

"¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón


ha dicho: Tú no habrás de pedir cuentas".

No solo no creerá en Dios, sino que también le


despreciará. Claro que es contradictorio despreciar
a alguien que no existe: aparentemente, Él tiene
que existir, para generar esta clase de amargura y
odio.
Al decir «Tú no habrás de pedir cuentas» estaba
afirmando que no habría un juicio. Hay muchísimas
personas que, como una expresión más de nuestra
cultura contemporánea están diciendo que no hay
Dios, o que si en realidad existe, se encuentra
demasiado lejos como para preocuparse por ellos.
Por lo tanto, confían en que no habrá un juicio.
Pero, estimado oyente, las leyes de Dios han sido
quebrantadas y la humanidad ya está soportando
las consecuencias de esa ruptura. Por ello, y como
afirma la Biblia, el juicio de Dios sobre la tierra es
inevitable. Y cuanto más nos acercamos a él,
menos cree el ser humano que vendrá.
Dios es probablemente la persona más impopular
del mundo en el día de hoy. ¿Por qué? Porque los
malvados poseen más poder que nunca. Nos
estamos moviendo hacia el momento en que la
maldad del hombre conducirá a la aparición del
"hombre de maldad", el Anticristo final.
Concluyamos este Salmo 10 leyendo los versículos
16 al 18:

"El Señor es Rey eternamente y para siempre; de


su tierra desaparecerán las naciones. El deseo de
los humildes oíste, Señor; tú los animas y les
prestas atención. Tú haces justicia al huérfano y al
oprimido, a fin de que no vuelva más a hacer
violencia el hombre de la tierra".
Aquí el hombre de la tierra sería el Anticristo. Y así
llegamos al final de este Salmo 10. Estos Salmos
son notables porque amplían muchas verdades que
encontramos histórica y proféticamente en otras
partes de las Sagradas Escrituras.
Y estas últimas palabras que nos recuerdan la
sensibilidad de Dios hacia los más débiles
miembros de la sociedad humana, como son los
desfavorecidos, los oprimidos y los que viven en
soledad por la pérdida de sus seres queridos, nos
recuerdan las palabras del Señor Jesucristo, en el
relato de Lucas 4, cuando se presentó en un lugar
de culto religioso y manifestó que el Espíritu del
Señor le había ungido para anunciar buenas
noticias para los pobres, para proclamar libertad a
los cautivos, dar vista a los ciegos, a poner en
libertad a los oprimidos, y para anunciar el año
favorable del Señor. Estimado oyente, un Dios que
fue capaz de entregar a Su Hijo para morir en una
cruz por sus pecados, para poder redimirle,
liberarle y transformarle, es sensible a su situación
actual. Le sugerimos que se dirija a Él en oración,
con la confianza de que Él le oye, la seguridad que
Él atenderá su ruego, y la certeza de que satisfará
la necesidad de su alma.

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Salmos 11 y 12
Estimado oyente, llegamos al Salmo 11. Y como ya
hemos indicado anteriormente, nos encontramos en
una serie de Salmos que comenzó con el Salmo 9,
y finaliza con el Salmo 15. El remanente judío
durante el tiempo de la Gran Tribulación es
presentado ante nosotros. Pensamos que es la
interpretación fundamental de esta sección. Tiene
un significado y un mensaje para el pueblo de Dios
de todas las épocas, y esta aplicación práctica de
estos Salmos es para usted, tanto como para mí,
Estos Salmos pueden hablar a nuestros corazones,
y esperamos que así sea en el día de hoy.
Debemos decir que los Salmos 9 y 10 son dos
Salmos que se pertenecen entre sí. Hemos visto
que en ambos se presenta al hombre de Satanás,
aquel que hará su aparición durante el período de
la Gran Tribulación, llamado el anticristo. Tenemos
aquí un cuadro tremendo de este personaje. Una
de las cosas que lo va a caracterizar es por
supuesto, como vimos en nuestro programa
anterior en el versículo 4, del Salmo 10, es que: El
malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios;
no hay Dios en ninguno de sus pensamientos. El
orgullo es lo que lo identificará y será un ateo.
En los días del rey David comenzaron a surgir por
primera vez en la historia los ateos. En los tiempos
más antiguos no había ateos porque los seres
humanos se encontraban demasiado cerca de los
orígenes de la revelación. Después de todo, Noé
conoció a alguien que a su vez había conocido a
Adán. Al estar las personas tan próximas a los
tiempos de la creación, no presentaban tendencias
a dudar de la existencia de Dios. Cuando se
entregaron los Diez Mandamientos, no hubo
ninguna de esas leyes que se refiriera al ateísmo.
Sin embargo hubo dos mandamientos contra el
politeísmo: el primero y el segundo, que se
encuentran en Éxodo 20:3 y 4. El primero decía:
No tendrás dioses ajenos delante de mí. Y el
segundo, prohibía hacer ídolos ni figuras de lo que
hay en el cielo o en la tierra. Y no hubo
mandamientos contra el ateísmo porque no había
ateos. Sin embargo, David se refirió al ateísmo en
varias ocasiones. En resumen, el Anticristo se
caracterizará por el ateísmo que profese, y por
estar lleno de orgullo y jactancia.

Recordemos que en el Salmo 10:13, destacamos


que aquel hombre malvado no solo no creerá en
Dios, sino que también le despreciará. Claro que es
contradictorio despreciar a alguien que no existe:
aparentemente, Él tiene que existir, para generar
esta clase de amargura y odio.
Y decía también en el Salmo 10:13, «Tú no habrás
de pedir cuentas» estaba afirmando que no habría
un juicio. Hay muchísimas personas que, como una
expresión más de nuestra cultura contemporánea
están diciendo que no hay Dios, o que si en
realidad existe, se encuentra demasiado lejos como
para preocuparse por ellos. Por lo tanto, confían en
que no habrá un juicio. Pero, estimado oyente, las
leyes de Dios han sido quebrantadas y la
humanidad ya está soportando las consecuencias
de esa ruptura. Por ello, y como afirma la Biblia, el
juicio de Dios sobre la tierra es inevitable. Y cuanto
más nos acercamos a él, menos cree el ser humano
que vendrá.
Dios es probablemente la persona más impopular
del mundo en el día de hoy. ¿Por qué? Porque los
malvados detentan más poder que nunca. Nos
estamos moviendo hacia el momento en que la
maldad del hombre conducirá a la aparición del
"hombre de maldad", el Anticristo final.

Estos Salmos son notables porque amplían muchas


verdades que encontramos histórica y
proféticamente en otras partes de las Sagradas
Escrituras.
Bien, esto nos lleva ahora a entrar al Salmo 11 que
es un Salmo sobresaliente. ¿Cuándo escribió David
este Salmo? Se presenta como un Salmo de David
dirigido al director musical. No se nos dice en qué
circunstancias fue escrito pero obviamente surgió
en una época en que David estaba sufriendo todo el
peso de la persecución y problemas. Vamos a
transcribir una cita de Stewart Perowne al respecto.
"El cantor está en peligro, y consejeros tímidos y
cobardes, pretenden convencerle de que buscara
refugio huyendo. Pero él lleno de una fe
inconmovible en Dios rechaza su consejo, creyendo
que Jehová, el Rey justo, aun cuando prueba a Sus
siervos, no los abandona. Los justos no necesitan
temer, pero sí los malvados. El Salmo es tan corto y
tan general en su carácter que no es fácil decir a
cuáles circunstancias en la vida de David se está
refiriendo. Sin embargo, la elección debería recaer
entre la persecución de parte de Saúl, y la rebelión
de su hijo Absalón. Delitzsch se decide por lo última
opción y opina que el consejo del versículo 1 de
escapar al monte, proviene de amigos que están
ansiosos de persuadir al rey a que se traslade,
como lo había hecho antes cuando era perseguido
por Saúl, a las rocas que usaban los animales
silvestres (1 Samuel 24:2). La expresión que
encontramos en el versículo 3, donde se hace
mención de la destrucción de los fundamentos,
hasta cierto punto, favorece esa opinión que señala
a la época cuando la autoridad legal estaba
subvertida". Bien, hasta aquí, la interpretación de
Perowne.
Estamos de acuerdo con esta opinión, en el sentido
que este Salmo se refiere a la época en que David
huía de su hijo Absalón. Aquí una vez más,
tenemos una expresión que sale de lo profundo del
corazón de este gran rey David. Veamos lo que dice
aquí en el versículo 1, de este Salmo 11:

"En el Señor he confiado; ¿cómo decís a mi alma


que escape al monte cual ave?"
Este es el consejo que algunos suelen dar a otros
en el día de hoy, de salir a algún lugar para
cambiar de ambiente, viajar, para alejarse de la
gente, de las circunstancias familiares y
profesionales y de los problemas. Aparte del lógico
descanso físico y emocional, esa actitud no
resuelve el fondo de la cuestión. No importa donde
uno vaya, uno nunca podrá huir de sí mismo. Por
eso, el consejo que le dieron a David no resolvería
sus problemas.
En nuestra sociedad tan mecanizada y nuestra
cultura tan monótona, y para huir de todo lo que
nos rodea, nos podemos sentar en un automóvil
para conducir por una autopista durante varias
horas, y aparte del cansancio físico, puede resultar
monótono. El volar en un avión es hoy una buena
experiencia, pero si usted ha viajado por mucho
tiempo a varios lugares en un país o alrededor del
mundo, puede que al verse en el aire sin nada que
ver o hacer se convierta en algo monótono. En
realidad, creemos que es bueno y relajante alejarse
de la vida ajetreada y ruidosa de la ciudad y el
tráfico y pasar un tiempo en un lugar tranquilo.
Pero si usted está tratando de huir de sus
problemas o de una situación que hay que
enfrentar, este no sería un buen consejo, Uno
podría alejarse por un tiempo para poder ver de
lejos una determinada situación, pero no huir de
ella impulsado por el temor. En nuestro relato,
muchos que estaban aconsejando a David que
huyese saliendo del país temían por su vida,
porque Absalón, el hijo del rey, estaba tratando de
matarle. Leamos ahora el versículo 2:

"Porque los malos tensan el arco, disponen sus


flechas sobre la cuerda, para lanzarlas en oculto a
los rectos de corazón".
En otras palabras, aquellos que estaban siguiendo a
Absalón estaban dispuestos a matar a David,
apenas tuvieran la oportunidad. Había mucho
encono, mucho resentimiento en ambas partes. Y
finalmente, cuando Absalón se enfrentó en batalla
contra su padre David, éste no abandonó su tierra.
David se retiró a reconocer el terreno y luego, con
su ejército se presentó a luchar contra su hijo, y
contra aquellos rebeldes que se le habían unido. Y
David les dio instrucciones específicas a sus tres
capitanes, para que trataran bien a Absalón y no le
causaran ningún daño. Absalón había cometido una
gran equivocación al luchar contra su padre David
ya que éste tenía de su lado a soldados veteranos,
y David mismo era un guerrero de mucha
experiencia, y conocía bien las estrategias militares
de su época. Sabía cómo luchar en los bosques y
montañas. Y Absalón y los suyos no tenían tanta
experiencia, y perdieron la batalla. Ya hemos dicho
que no solo había resentimiento en el bando de
Absalón, sino también en el de David, aunque no
en el corazón de David. Pero Joab, uno de los
capitanes de David, cuando se le presentó la
ocasión, clavó un dardo en Absalón y le mató.
La muerte de su hijo quebrantó el corazón de
David. Creemos que David nunca se recuperó de
esa tragedia. Cuando Absalón había tomado el
control del país y David huyó de Jerusalén, había
desaparecido la ley y el orden. Ya no se llevaba a
cabo la adoración del Dios vivo y verdadero. Así
que toda la vida de la nación quedó afectada.
Volviendo a nuestro pasaje, leamos el versículo 3,
de este Salmo 11:

"Si son destruidos los fundamentos, ¿qué puede


hacer el justo?"
Y aún hoy en día esa es una buena pregunta. Es
una buena pregunta para el presente cuando la
autoridad de la Palabra de Dios está siendo puesta
en tela de juicio por todas partes. Ante la
relatividad de la moralidad actual, vemos que la
Biblia condena el pecado. Entonces, cuando las
bases mismas se vienen abajo, ¿qué puede hacer la
persona honrada? Escuchemos al salmista en el
versículo 4:

"El Señor está en su santo Templo; El Señor tiene


en el cielo su trono; sus ojos observan, sus
párpados examinan a los hijos de los hombres".
Dios está observando todo lo que ocurre en la
actualidad. Él nos está probando. Y al único lugar
donde uno puede dirigirse, es a Él. Cuando son
destruidos los fundamentos en los que nos
apoyamos, uno tiene que aferrarse a Dios.

Abraham alcanzó esa posición, Cuando se dice que


Abraham creyó a Dios, simplemente quiere decir
que él puso sus brazos alrededor de Dios y resistió.
Y estos son días en los que podemos creer en Dios
y asirnos a Él, Es una hora en la que aunque no
podamos cantar, podemos alabarle y pronunciar un
Aleluya, por lo que Él es para nosotros. Ahora, en el
versículo 5, leemos:
"El Señor prueba al justo; pero al malo y al que
ama la violencia, los repudia su alma".

El Señor prueba al justo. Dios sabe quiénes le


pertenecen y Él prueba a Sus hijos. Él me prueba a
mí, y lo puede estar probando a usted, estimado
oyente. Y no lo hace para molestarnos, sino que lo
hace para nuestro propio bien y para Su gloria.
Pero al malo y al que ama la violencia, los repudia
su alma. Dios detesta a los malvados que se
aferran a su maldad. No pensamos que Dios ame al
diablo. Pensamos que lo detesta y también a todos
los que no tienen ninguna intención de volverse a
Él. Sinceramente, habría que matizar la frase que
escuchamos a veces, y que expresa que "Dios ama
al pecador pero aborrece al pecado". Dios le ha
amado tanto que entregó a Su Hijo a morir por
usted. Pero si usted persiste en continuar
practicando su pecado, se convierte en un enemigo
de Dios. Y entonces, Dios será su enemigo. Pero
recuerde que Dios quiere salvarle y le salvará si
usted se vuelve a Él y abandona su maldad. Luego
el salmista continuó diciendo aquí en el versículo 6:
"Sobre los malos hará llover calamidades; fuego,
azufre y viento abrasador serán la porción de su
copa".

La copa de la maldad se está hoy llenando y Dios


está permitiendo que se llene, No está haciendo
nada para estorbarlo ni impedirlo. Es evidente que
los malos están progresando. Él permite que la
lluvia caiga sobre justos e injustos. En realidad, a
veces parecería que sobre los injustos cayera más
lluvia que sobre los demás. Pero, recordemos que
ésta es su época. Leamos ahora el versículo 7:

"Porque el Señor es justo y ama la justicia, el


hombre recto verá su rostro".
Es bueno pensar en que el Señor ama la justicia,
En tiempos de dificultades, cuando los fundamentos
son quitados, desde aquí, desde la tierra, podemos
mirar al cielo, porque los que han sido declarados
por Dios justos contemplarán su rostro, le verán
cara a cara. Realmente, tenemos aquí un hermoso
cuadro.

Y ahora llegamos al

Salmo 12
Ahora, pensamos que este Salmo es profético,
como los anteriores. En última instancia, alcanzará
su cumplimiento final en los días de la tribulación
que llegará sobre el remanente piadoso de Israel, y
sobre los no judíos piadosos de aquellos tiempos.
En los primeros versículos de este Salmo
encontramos una descripción de la apostasía que
existirá en esos días. Es que habrá una apostasía
en Israel como nación así como en la Iglesia.
Escuchemos lo que dice el primer versículo de este
Salmo 12:

"Salva, Señor, porque se acabaron los piadosos,


porque han desaparecido los fieles de entre los
hijos de los hombres".
Es muy fácil en la actualidad el llegar a tener el
mismo complejo que tuvo Elías. Él pensar que uno
es la única persona que queda, que es la única
persona que se mantiene fiel a Dios en el presente.
Hay muchas personas que desarrollan un complejo
como ese. Por supuesto tal apreciación de esas
personas no es cierta, pero puede darse el caso en
algunos cristianos cuando ven la influencia del
pecado y la maldad por todas partes. Leamos el
versículo 2 de este Salmo 12:

"Habla mentira cada cual con su prójimo; adulan


con los labios, pero con doblez de corazón".
Este es un día en que los creyentes necesitan decir
la verdad. Es decir que nosotros no debemos decir
una cosa frente a cierta persona, y luego decir algo
diferente a sus espaldas. Eso es hipocresía. Luego,
en los versículos 3 y 4 leemos:

"El Señor destruirá todos los labios aduladores, y la


lengua que habla con jactancia; a los que han
dicho: Por nuestra lengua prevaleceremos,
nuestros labios son nuestros, ¿quién es señor de
nosotros?"
El salmista se estaba dirigiendo contra los
orgullosos en este Salmo. Ellos estaban diciendo:
"Nosotros diremos lo que nos dé la gana", y en la
apostasía de la Iglesia se nota un orgullo como
éste. Y eso habla mucho de lo que está ocurriendo.
Judas, en su epístola, versículo 16, la segunda
parte, predijo la apostasía que vendría a la Iglesia,
y dijo: 16Estos son murmuradores, quejumbrosos,
que andan tras sus propias pasiones, hablan con
arrogancia, adulando a la gente para obtener
beneficio. En otras palabras, en tiempos de
apostasía habrá muchos mentirosos.

Pero ahora veremos a los que pertenezcan a Dios.


Leamos el versículo 5:
"Por la opresión de los pobres, por el gemido de los
necesitados, ahora me levantaré, dice el Señor,
pondré a salvo al que por ello suspira".

El Señor pondrá en un lugar que sea tan seguro


como la hendidura de una roca, a aquellos que se
sienten acosados: les dará la ayuda que tanto
anhelan. Y el versículo 6 dice:

"Las palabras del Señor son palabras limpias, como


plata refinada en horno de barro, purificada siete
veces".
Cuando los malvados se enorgullecen y usan
halagos, nadie les puede creer. Pero las palabras
del Señor son puras. Es por esa razón que
necesitamos pasar más tiempo estudiando la Biblia.
Esta es la fortaleza en la cual Dios nos quiere
colocar. Y luego, en los dos últimos versículos de
este Salmo 12, el 7 y el 8 leemos:

"Tú, Señor, los guardarás; de esta generación los


preservarás para siempre. Rondando andan los
malos cuando la infamia es enaltecida entre los
hijos de los hombres".
Nosotros estamos viviendo en días como esos,
estimado oyente. Y este estado de cosas será una
realidad especialmente en la Gran Tribulación.
Escuchemos al profeta Isaías en 66:5, aquí, y lo
que se dijo a aquellos en Jerusalén, como menciona
Isaías en el capítulo 66, de su libro, versículo 5:
Oíd palabra del Señor, vosotros los que tembláis a
su palabra: "Vuestros hermanos que os aborrecen y
os echan fuera por causa de mi nombre, dijeron:
¡Sea el Señor glorificado (dijeron burlándose) y
veamos nosotros vuestra alegría! Pero ellos serán
avergonzados. Debemos decir que aquí se nos
muestra un cuadro hermoso que describe la
adoración en el templo de Jerusalén durante lo que
pensamos que serán los últimos tiempos,
Recordemos lo que el Señor dijo en Su día cuando
sus enemigos se acercaron a arrestarle, (como
vemos en Lucas 22:53): " Esta es vuestra hora,
cuando reinan las tinieblas". Pasamos por tiempos
en los que el enemigo de Dios tiene el dominio,
pero Dios no permitirá que le ocurra nada a los
suyos, a menos que logre un propósito en sus vidas
que merezca la pena. Y aunque sea una hora en la
cual brille el poderío y la ciencia humana en todo su
esplendor, es al mismo tiempo un tiempo de
oscuridad espiritual. Por eso, estimado oyente, le
invitamos a dar entrada en su vida al Salvador, al
Señor Jesucristo, a aquel que dijo: Yo soy la luz del
mundo. El que me sigue no andará en tinieblas sino
que tendrá la luz de la vida.
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