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La racionalidad hace libre al ser humano pues le permite elegir y planificar sus acciones.
La idiosincrasia popular define la “moral” algo así como la actitud de una persona
Este capítulo analiza la acción humana desde la perspectiva filosófica. Es decir, trata sobre
la moral, entendida como una forma de saber racional.
¿Es la moral una señora regañona?
Adela Cortina hace esa comparación: se suele pensar en la moral como una señora
regañona que prohíbe hacer muchas cosas placenteras y que ve todo como pecado.
El pensamiento religioso domina muchas áreas de la vida en nuestras sociedades.
De ello se deriva la frecuente vinculación entre moral y religión.
Religión y moral tienen como fin llevar a las personas a su plenitud vital.
Los principios morales surgen de consensos y deben ser aceptados racionalmente.
La moral se refiere a las acciones del ser humano y estas no son totalmente espontaneas,
Procuramos que nuestras acciones sean encaminados por “un tipo de saber que nos orienta
para forjarnos un buen carácter, que nos permita enfrentar la vida con altura humana, que
nos permita, en suma, ser justos y felices”. Eso es justamente la moral.
La palabra “moral” es de origen latino y se deriva del vocablo griego “ética”. Los filósofos
han creado una distinción: llaman “moral” a la práctica misma, a los principios que guían
las acciones. Se reserva el término “ética” a la disciplina filosófica que estudia la moral.
Ninguna persona nace con una moral ya establecida. Las pautas de comportamiento son
aprendidas de nuestra cultura o grupo social: la familia, la comunidad y finalmente del
mundo entero.
Según Cortina “la moral es un tipo de saber que pretende orientar la acción humana en un
sentido racional, por “razón” entendemos esa capacidad de comprensión humana que
arranca de una inteligencia”. Según esto, necesitamos de la razón para aprender a discernir
entre lo bueno y lo malo; lo correcto y lo incorrecto.
Vale la pena dedicar esfuerzos intelectuales para desarrollar la conciencia moral. En
ese sentido, la conciencia moral cumple tres funciones:
Distinguir entre lo bueno y lo malo. Comprender las diferentes consecuencias que
traerá obrar de una u otra manera.
Orientar las acciones. De forma que sean coherentes con los valores que se
posean.
Autocritica. La conciencia actúa como juez interno que aprueba o reprueba una
acción realizada.
Desarrollo moral
La educación debe propiciar que el niño “piense moralmente por sí mismo que se abra a
contenidos nuevos y decida desde su autonomía que quiere elegir.
Por supuesto, no se debe confundir el sindicado de “autonomía”. Generalmente se piensa
que ser autónomo es hacer lo que se venga en gana. Autonomía significa elegir aquéllos
valores que humanizan y que propician una convivencia social solidaria.