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La biosemidtica: un paradigma de la biologia* Sefializacion bioldgica al borde del caos deterministico J. Eder y H. Rembold “Traduccién de Gertrudis Pays En la ciencia, toda idea nueva pasa por tres etapas. Al principio nadie la cree; después, Ia creen pero no le dan importancia; y finalmente fa creen, fe dan importancia, pero dicen que no es nueva, Michael de Montaigne a bioquimica parte de la quimica biorgénica de las substancias naturales, luego evolucio- ra hacia el examen de los aspectos dinmicos del ‘metabolismo y finalmente conduce a la apoteosis de la biologia molecular de hoy dia. Sus éxitos y logros' confirman que evidentemente existe una “I6gica molecular de los organismos vivos”? Tam- bién explican el papel dominante del paradigma molecular dentro de las ciencias biologicas. Hay ‘que sefialar que el reduccionismo?* como precon- cepeién filoséfica que hizo escuela, se encuentra cen la raiz misma de este impresionante avance. El enfoque molecular se ha considerado a me- ‘udo como una especie de lave universal para entender los fenmenos esenciales de la vida embargo, este optimismo demasiado entusiasta se esta desvaneciendo,* debido sobre todo a que no se ha encontrado respuesta a muchas preguntas. La mayoria de éstas son parte de los objetivos esenciales de la biologia como ciencia auténoma, por ejemplo algunos fenémenos de gran comple- Jidad e integracién como la regulacién dentro de las redes bioquimicas o las interacciones ecolégi- cas, o bien la autoorganizacién, el desarrollo, la morfogénesis, y -como sello 0 de la vida Ia biodiversidad. Crece un cierto temor de que la * Versién ampliada de un documento presentado por H. Rembold en la 22a. Conferencia Etolégica Interna cional, Kyoto, 22-29 de agosto de 1991 biologia molecular, por los problemas ya mencio- nados, puede no cumplir sus promesas.” El blanco principal de la critica es una actitud reduccionista que parece ser la filosofia determinante tras la perspectiva molecular de la biologia.* En muchas publicaciones de areas tan distin- tas como biologia celular, entomologia o ecologia se describe la comunicacién dentro de los siste- mas vivos, y entre unos y otros. En su mayoria insisten en dar un enfoque puramente molecular al estudio de las seiales y sistemas de sefiales. Sin embargo, en nuestras investigaciones sobre inte- racciones quimicas en sociedades de insects, en- tre insectos y plantas, y en sistemas de huésped- Pardsito, nos hemos convencido de que el inter- cambio de sefales en el complejo nivel de orga nismos intactos escapa curiosamente a un enfo- que exclusivamente molecular. Una tendencia si- milar, ain dispersa, se percibe en las publicacio- nes provenientes de otros campos en los que pare- ce surgir una doctrina auténoma de sefiales. Cada vez se hace més hincapié en la idea de que la interconexién por medio de sefales constituye una idea omnimoda de la biologie y un criterio esen- cial de la vida que deberia estudiarse por derecho propio. Teniendo en cuenta que las sefiales pare- cen impregnar toda la biologia, y considerando la nueva cualidad atribuida a este fendmeno, inten- tamos proponer a la biasemidtica como marco integrador y como paradigma. Parece que hemos Iegedo al punto en que al paradigma molecular debe sumérsele otro paradigma complementaro. La primera parte de esta publicacién se conei be como resefia. Inevitablemente incompleta, hace tun bosquejo del desarrollo de un concepto semié- tico dentro de las ciencias biolégicas. En la se- gunda, la biosemitica se define como un concep- Elementos, No. 25, Vol. 4, 1997, pp. 13-24 13 14 to fundamental y un marco omnimodo que integra- ra una amplia gama de fendmenos biol6gicos que hhasta ef momento parecen totalmente inconexos. Se mencionara brevemente como un punto im- portante la cereania del mundo biosemiético con el caos deterministico. En la tercera seccién, se presenta un panorama que explica que la biose- miotica no es s6lo una disciplina mas, sino toda ‘una empresa interdiseiplinaria y casi una filosofia Al no restringirse dinicamente a los horizontes de 1a biologia molecular, revelara un rostro nuevo de la verdad cientifica y contribuird a una pluraliza- cin de la biologia que se avecina, La biosemistica como concepto La semidtica se originé como una rama de las humanidades con un pronunciado sesgo lingiisti- 0. Sus fundadores ya eran conscientes de que este término podia aplicarse a cualquier sistema de signos y sefiales. Los primeros intentos de apli- car los conceptos semidticos a las ciencias biol6- giicas estaban demasiado adelantados para su tiem- po y no cuajaron hasta que surgié un interés reno- vado por los procesos mediados por signos. En las publicaciones recientes aparece una y otra vez la tendencia a definir los procesos bioldgicos como comunicacién mediada por signos y a estudiarlos a Ia luz de este aspecto universal. Difundido de manera muy ubicua, esté evidentemente a la espe- ra de poderse verbalizar y concretar precisamente enel sistema coherente e integrador que tan nece- sario es para la biologfa. La semiética: una doctrina de signos y sefiales El tema central de la semidtica es, sencillamente, los mensajes y sus significados. Dado que todo mensaje se compone de signos, la semiética es la doctrina de los signos y por ello forma parte de la lingiistica, En el hombre, el lenguaje es el sistema de sefiales por excelencia y el sello distintivo de lo hhumano; y la semidtica intenta crear un lenguaje para hablar de signos y de universales del lengua je. La semidtica ofrece una base para la interpre- tacién de lenguajes formalizados asi como una teoria de eédigos, y utiliza estudios comparativos de gramatica para obtener informacién sobre la genealogia del lenguaje. En las humanidades, John Locke, siglo xvu, fue quien introdujo el término semidii- ca en el discurso filosdfico. Sin embargo, el au- téntico fundador y primer investigador sistemé- tico del area fue el fildsofo estadounidense C. S. Peirce, en la primera mitad de nuestro siglo, Fue Ati la propuesta de C. W, Morris? de subdividir la semidtica en sintaxis, semantica y pragmiatica, ade- mas de que fue uno de los primeros en subrayar el extraordinario caricter omnimodo de la semidtica ‘como organon o insirumento de todas las cien- cias. Aparte de la semistica pura, que desarrolla tuna terminologia cientifica apropiada para el mun- do de los significados, la semidtica puede aplicar- se a todo sistema de signos y seftales."."' La con- ciencia de su potencial como herramienta inte- tgradora esti ganando cada vez més terreno en las ciencias bioldgicas. La semistica, como disciplina cientifica, es un fenémeno intelectual vigoroso, De paso mencionaremos la cibemética y la teoria de sistema como dreas afines. finales del La biologia como semiética natural Este universo esté impregnado por signos.” Ya en 1934, la frase visionaria de C.S. Peirce antici- 16 un logro modemo fascinante: en la actualidad, en todas las ciencias bioldgicas esté por surgir un contexto general de la semiética y una concep- cién del significado que no son privativos del hombre. El criteria basico de la vida que la biolo- gia molecular no ha logrado captar— reside en las relaciones sistémicas" y en la intrincada red de interdependencias y comunicaciones interactivas entre todas las actividades que la componen, Los sistemas biol6gicos no son un mero conjunto de estan en esencia deter- minados por la informacién'* y, por lo tanto, por la dindmica semiética de signo y sefal. Estar vivo es una propiedad de los sistemas, es decir, una caracteristica que slo puede atribuirse a entida- des organizadas. Sin embargo, los problemas de la teoria de sistemas son siempre problemas se- miéticos."* En las dltimas décadas, como se han realizado varios intentos por incorporar de leno el aparato conceptual de la antroposemiética a las ciencias bioligicas', la biologia se ha visto cada vez mis invadida por el lenguaje del lenguaje. Sin embar- go, la mayoria de estos intentos ha pasado desapercibida y no han sido mas que una iniciati- vaaislada. Hoy en dia parece que este descuido se debe virtualmente a la importancia para una des- ién y una perspectiva cuyo momento todavia no habia llegado y cuyo posible impacto, por lo tanto, era invisible en aquel entonces. Por medio de conceptos asociados con la cibemética y la informacién, N. Wiener!” ha estado haciendo comparaciones entre un organismo y un lenguaje. En medicina, el término semiética se emplea para designar una doctrina de sintomas que seftalan la existencia de una enfermedad. '* A raiz de la expor- tacién de conceptos semisticos, se han creado un fin de términos especiales, por ejemplo, cito- oosemidtica, semidtica,® fitosemidtica,”: ® inmunosemistica® endosemiética® y protose- imidtica.® Dentro de todo este despliegue de semidticas, Ja inmunosemictica deberia tratarse por separado. Acufado durante los preparativos de un simpo- este término, y el concepio subyacente, se sium, concibieron como un enfoque que podria desen- marafar la intrineada comunicacién entre linfo- tos. Se puso de manifiesto que la interaccién de células en el sistema inmune era efectivamente el terreno idéneo para la aplicacién de los amplios métodos del andlisis semidtico a un problema ac- tual en el reconocimiento biolégico. Cosa curiosa, esta empresa interdisciplinaria se ha Hegado a de- finir como Ia inmunologia al rescate de la semié- tica2* Cabe citar en este momento la teoria de red idiotipica de N. Jere como la opinin unificado- ra que se sitia entre la inmunologia y la semiéti- ca, y que puede describir al sistema inmune como tuna unidad centrada en organismos autorrefe- rentes.”* Su flexibilidad puede considerarse como la gramética generativa del sistema inmune. Otra analogia entre las descripciones del lenguaje y del, sistema inmune compara lo abierto de la gramé- tica generativa de N. Chomsky* con lo concluso del repertorio de anticuerpos. Las interacciones semiéticas, incluidas emi- sién, reconocimiento e interpretacidn profunda de sefiales, se dan de manera ubicua y en todos los niveles de vida. La comunicacién puede estar me- diada por canales auditivos, visuales, quimicos y tictiles** De acuerdo con el punto de vista de que las funciones biolégicas a fin de cuentas serin explicadas sobre la base de eventos mediados por signos (es decir, a un nivel que incluye y a la vez trasciende a la biologia molecular) podria resultar que un organismo pueda definirse de manera distintiva por medio de un nimero suficientemen- te grande de interacciones —Ia biologia, en si mis- ‘ma y en todos sus aspectos, es semistica natural. Estas ideas, al igual que todas las ramificacio- nes biologicas de la semiética que se han mencio- nado hasta el momento y que coexisten hasta hoy, convergen en la biosemidtica, que se concibe como tun concepto integrador tanto como una nueva pers- pectiva. La creacién de la biosemidtica debe ver- se primordialmente como un suceso concentra- dor. Su objeto central son las relaciones semisti cas de todo sistema comunicativo, basado en el reconocimiento, en células, plantas y animales."* * Abarca, por ejemplo, las interacciones puramente moleculares de la protosemidtica, las seftales en la bioquimica celular, la homeostasis de organis- ‘mos intactos al igual que las relaciones intra e interespecies dentro de los ecosistemas."* Ade- més, tendra que adaptar los métodos, las defi- niciones y las terminologias de la semistica pura un contexto biosemidtico mis amplio. Un as- pecto importante es que la biosemiética se ocupa- ra de los sistemas de signos no lineales y dindmi- os, en los que explicitamente se funden energia e informacién, Para facilitar un enfoque experi- ‘mental T. S, Sebeok” propone que un evento biose- migtico puede ser subdividido en seis factores: fuente, canal (visual, quimico, ete.), destino, c6- 6 fo ms 15 16 digo, mensaje y contexto. Otra funcién especial sera también redefinir y reevaluar los conceptos generales de la semistica, por ejemplo, signo 0 significado dentro de un contexto biolégico. Un signo es algo que equivale a otra cosa en el marco de un lenguaje. La cualidad de ser signo existe sélo en funcion de un sistema de significado. Una molécula es un antigeno, una hormona, o una feromona sélo en funcién, respectivamente, de un sistema inmune, endocrino, o de una relacion intraespecie. No existe un signo absoluto. En todos estos casos se esta- blece claramente una relacin especifica entre un lector y su signo. Esta relacién consiste en una interpretacién, es decir que un signo s6lo puede definirse respecto @ un cédigo determinado. La lectura de signos quimicos, por ejemplo, supone tuna seleccin estructura-antiestruetura por medio de receptores coneretos. Al extender la definicién de significado dandole connotaciones biolSgicas, puede decirse, por ejemplo, que el significado del ADN es el organismo que surge de él. Desde el punto de vista biosemitico, esta declaracién di pa la convencién errénea de que el ADN es un anteproyecto, un conjunto de planos en correspon- dencia directa con el organismo en construccién, En cambio, ilustra y subraya la relacién no s6lo entre significado y ADN, sino también entre significado y un universo de otros tipos de informa- cidn biolégica. Sélo en el contexto quimico y en el medio ambiente bioquimico adecuados, pre- sentes a priori, el significado del ADN puede desplegarse y traducirse en un organismo. El signi- {ficado, como concepto semidtico, reine estos di- versos tipos de informacién en un impecable ata- do conceptual. La comprensién de esta relacién pone en relieve y postula muy imperiosamente el uso del Jenguaje del lenguaje en la descripcién de los sistemas biologicos. Hace unos aiios que se oye hablar de biose- miética.'* M. Florkin, en su capitulo sobre semidtica," por un lado prevé que las interac- ciones semiéticas a nivel de ecosistema serén un problema para el futuro, y por otro hace hincapié ‘en que la protosemidtica es un método de estudio para los fenémenos cuasisemidticos en la interae- cin de atomos y moléculas. T. A. Sebeok, que como lingiista y semislogo indiscutiblemente tie- ne un marcada orientacién bioldgica, es un parti- dario acérrimo de la biosemistica. Cree que la dindmica de la semiosis constituye nada menos que la propiedad crucial que define toda la vida La perspectiva mas atractiva que destaca en todas las publicaciones de Sebeok es ta visién de una ciencia de signos auténticamente comparativa, que abarca ejemplos tan tnicos y especiales como el lenguaje del ser humano y la comunicacién qui- mica a nivel de sociedades de insectos. Pese a lo poco revelador de su titulo, La comunicacién ani- ‘mal, una obra editada por él, contiene una serie de andlisis en los que predomina abiertamente un punto de vista biosemistico, En otros escritos >" la zoosemiética se propone como un area de investigaci6n que abarca tanto la zoologia como la semitica, Ya en 1971, Law y Regnier proponen el tér- ino semioguimico para los compuestos que me- dian interacciones entre organismos. En 1891 se dio también el titulo Semioquimicos® a una mono- sgrafia, y en un simposium celebrado en 1989 la expresién clave era moléculas sefial.* Hoy dia arraigados ya en la erga cientifica, estos neologis- ‘mos demuestran que la sefial quimica se reconoce y se entiende como un fendmeno general. Por Ultimo, debemos citar la Biokommunikation de G. Tembrock® que es totalmente biosemidtica en su contenido y en su filosofia. io La biosemi como perspectiva Una caracteristica atractiva de la biosemidtica es su potencial integrador. En primer lugar, constitu- ye un puente intelectual entre la biologia molecu- lar y la organismica,” ciencias divergentes. En segundo lugar, una semiética general proporciona una justificacién para reintegrar ciencia y huma- nidades en una sintesis superior propia de una doctrina de signos. En tercer lugar, y lo que es mas importante, a biologfa tendré como paradig- ma esencial una doctrina biosemiotica general Surge como fa de gran empuje y vision de futuro, y permitira el estudio de los fenémenos biolégicos dentro de su estructura jerdrquica y contexto pertinentes. La ica y Ia biologia molecular nos proporcionan un extenso muestra- rio de moléculas. Ahora bien, necesitamos urgen- temente el patrén de su contexto. Una enorme gama de fenémenos bioldgicos que hasta el mo- mento parecen inaccesibles, inconexos 0 incompa- tiles seran integrados en un marco teérico unifica- dor. Hoy dia, la biologia, en todos los niveles, puede verse y estudiarse como comunicacién. Sis embargo, la biosemiética no es sélo un concepto ificador sino también una nueva perspectiva incitante para problemas como la complejidad, la diversidad y la interconexién. Al impregnar toda Ia biologia, la sefial es una clave viable para en- tender la vida, Complejidad, diversidad e interconexién Retos para la biosemistica La complejidad, por ejemplo, de un organismo proviene no sélo del nimero y la diversidad de sus componentes moleculares, sino, sobre todo, de sus interacciones sumamente organizadas, re- guladas y -a menudo- impredecibles, y de las interconexiones entre ellas. Por lo tanto, una bio- logia que se centra deliberadamente en el ongax nismo®* cae precisamente en el ambito de la biosemistica y ésta deberia estimularla. La mayor parte de las interrogantes no resueltas de inmuno- logia y neurologia remiten a procesos determina dos por sefales, y por esta razén también deben estudiarse dentro de este contexto. El sistema in- mune y el sistema nervioso, al ser autorreferentes dentro de una estructura de red, representan, cada uno por su parte, un reto especifico para la biosemistica La biodiversidad. Dentro de! ambito actual de las ciencias biol6gicas, gran parte de la comuni- PO UW AU dad cientifica no comprende bien la diversidad, y la subestima:® El meollo filos6fico del reduccio- nismo destaca el cardcter unitario de todos los fenémenos biolégicos y precisamente por eso es incapaz de dar valor a la biodiversidad. Las teo- rfas fisicas de la vida por lo general han restado importancia a la biodiversidad: Esta es la era de la generalidad -la diversidad no esté de moda.* Sin embargo, a medida que los bidlogos se espe- cializan en grupos particulares de organismos,"* parecen destinados a converger en la biosemiética como lenguaje y metodologia comunes. Cuanto més profunda sea la exploracién en las relaciones semiéticas més ripidamente se reconocera que la diversidad es un sello distintivo de vida cuyo tema dominante es la pluralizacién de ta red biose- miética, Al seleccionar determinados grupos taxo- némicos o especies para estudiar el intercambio de seiiales a través de todos los niveles de organi- zacién y dentro de cada uno de ellos, cada clase de animal tendré a su disposicién un repertorio de signos que constituye un sistema que le es propio ©, dicho en jerga biol6gica, especie-especifico. Se propuso el término “etograma”,” como una verbalizacién itil, para designar la imagen cohe- rente de todos los eventos y relaciones biose- miéticas de una especie. El enfoque explicativo de la biosemistica se centrard en las propiedades sistémicas, es decir, en sefiales y relaciones semisticas, y no se basaré s6lo en detalles moleculares. Este esperado renaci- miento de la biodiversidad abarcara sin duda la sistematica y la taxonomia,* o como lo ha dicho E.O. Wibon, el futuro de la investigaciin biolégi- ca basica esté en gran medida en la exploracién de la diversidad. 7 18 2hROTO AINA La interconexién. De acuerdo con su filoso- fia subyacente, la biosemiética es pertinente tam- bién para la protosemistica y la homeostasis en niveles inferiores de organizacién. Sin embargo, al pertenecer a una perspectiva orientada hacia los afloramientos, su preocupacién principal de- beria situarse en el intercambio de sefales en los niveles superiores de integracién como son las relaciones intra e interespecies. Dentro de este Contexto, la simbiosis, el mutualismo, el comensa- lismo y las relaciones presa-depredador precisan © se prestan a una interpretacién semistica. El mimetismo biol6gico también se vale de sefiales de adaptacién para proteger a un organismo de sus enemigos. En materia ecolégica, el estudio de la sociabilidad de insectos, y de las relaciones insecto-planta y huésped-parisito constituiré. un reto especial para la biosemidtica. Insectos sociales. Los insectos sociales son el modelo por excelencia en un paradigma biose- miético. En varias ocasiones, a lo largo de la evolucién, la conducta social ha aflorado, Las so- ciedades de insectos constituyen la apoteosis de la integracién biolégica. En retrospectiva, su configuracién resulta ser una de las ideas mas ingeniosas de la naturaleza en el camino hacia la sociabilidad.”” Los aspectos semisticos se encuen- tran en ef nicleo de cualquier agrupacién social, y la organizacién social se basa siempre en cierto tipo de comunicacién mediada por lenguaje, Aho- ra bien, cabe preguntarse si el lenguaje es parte de la sociedad o si la sociedad es parte del lengua- je La respuesta debe ser que el problema de la sociabitidad de los insectos deberia abordarse des- cde ambos flancos, es decir, con el semidlogo y el entomélogo trabajando en estrecha colaboracién. Dentro de los lenguajes y dialectos usados por las sociedades de insectos, el lenguaje quimico resul- ta ser un lenguaje universal, aspecto que ya ha sido tomado en cuenta en el término quimio- sociabilidad.* En las hormigas, abejas, avispas y termitas, la mayor parte de las conductas no tienen significa- do alguno salvo cuando encajan en un patron com pleto de interacciones semiéticas entre miembros de la colonia. Este imperio de hexépodos conser- va su unidad por comunicacién quimica, Se em- plean diversas combinaciones de sefiales quimi: cas y téctiles para actuar como reclamos, para la identificaciOn de parentesco, para estrategias de biisqueda de alimento, etc, Al estudiar las socie- dades de insectos, puede que terminemos por dar- nos cuenta de que estamos tan sélo empezando a ‘comprender las moléculas sefal como son las fero- monas y los aleloquimicos, y que estamos atin muy lejos de llegar al término del camino. Una organizacién social como es el caso de una colonia de hormigas puede desarrollar pro- piedades de un sistema cognitivo para resolver problemas que trascienden la capacidad de los individuos por separado. En su jerarquia hay un alto grado de interconexién o densidad en el sen- de que los individuos son susceptibles de comunicarse individualmente entre si. Las hormigas forrajeras, por ejemplo, se en- cargan de cubrir la necesidad generalizada de alimentos por medio de un sistema de relevos basado en la comunicacién de masas. El lenguaje que se utiliza comprende espirales de retroa- limentacién que van desde las unidades de orga- nizacién inferiores a las superiores. Las espirales crean patrones que afloran tinicamente a nivel de la colonia, y que son dificiles de predecir si se parte s6lo del conocimiento de la conducta indivi dual.” Las abejas productoras de miel representan sin lugar a dudas la apoteosis de la quimiosociabitidad Se ha demostrado que una gran variedad de mo- dos conductuales se regula con seftales feromona- les que tienen su origen en diversas glindulas exocrinas de las obreras o de la reina. El sistema de castas, sobre todo, y la divisién del trabajo resultante hacen gala de una elegancia comunica- tiva que apunta hacia un estrecho vinculo entre las estructuras biosemiticas y la organizacién social.5 Relaciones insecto-planta. Dentro del con- texto de la comunicacién quimica interespecifica, las relaciones mediadas por signos entre los in- sectos fit6fagos y sus plantas huésped representan un tema sumamente gratificante. En el transcurso de la coevolucién insecto-planta, algunas plantas han aprendido a protegerse por medio de semio- quimicos que pueden estudiarse con una perspec- tiva biosemidtica. Las sustancias repelentes en los exudados de hoja son sefiales de contacto 0 que se perciben a distancia, Al modificar la conducta de los insectos plaga, son factores de resistencia y contribuyen a una proteccién parcial de la planta huésped.* Las plantas de cultivo y sus plagas suelen situarse en condiciones agroclimaticas va- riables y responden a su manera a estos factores de tensién. La aparicién de las queromonas fue un avance importante en favor de los insectas. Las indicaciones olfativas de los votitiles de las plan- tas son importantes seflales que guian al insecto hacia su planta huésped.* A falta de una orienta- ccién visual, se hacen esenciales para los insectos fitofagos nocturnos y en algunas ocasiones pare- cen controlar la reproduccién de estos tiltimos. Interacciones huésped-parésito, La enierme- dad de Chagas es causada por un flagelado pardsi- to, el Trypanosoma eruci, que se desarrolla y re- produce en un insecto como huésped intermedio. La relacién huésped-parésito entre el chupasan- are, Rhodnius prolivus y el T. cruzi es un fenéme- no claramente biosemitico, en el que las hormo- nas del insecto y sus cambios titulares actian como sefiales. En un insecto sano, éstas regulan su desarrollo. En uno parasitado, en cambio, parece controlar también al pardsito, de tal forma que el T. cruci depende de que la regulacién endocrina de su huésped esté fisiolégicamente balanceada y sineronizada . El Azadirachtin™ es un metabolito de plantas que afecta al sistema hormonal del insecto. Sin embargo, al hacerlo también altera de forma perdurable el ajuste tan cuidadosamente sincronizado entre el parisito y su huésped medio, Al tratar a un inseeto con Azadirachtin se er le afecta de tal manera que pierde su identidad biosemistica y, por lo mismo, ya no es atractivo ni viable para el parisito.® La sefial perdida y el fundamento bioquimico de este fendmeno toda- via no se conocen. Estudiarlos dentro del para- ddigma biosemidtico puede guiarnos hacia los méto- dos para combatir otras enfermedades causadas por tripanosomas, El hecho de presentar un concepto biosemidtico ‘general en este momento parece tener tres venta- jas significativas. La primera es que una gran can- tidad de informacién hasta ahora inconexa, al igual ‘que proyectos de investigacién aislados se unifi- carn debido al potencial integrador que tiene la perspectiva biosemiética. La segunda es que con una especie de retrospectiva conceptualizadora, los resultados y logros anteriores pueden reinter- pretarse a la luz de la semiética. La tercera, y la mas importante, es que de la nueva forma de * Jo habitual surgirdn sin lugar a dudas nuevos ques experimentales. Un gran nero de problemas y éreas de inves- tigacién existentes se presta a ser examinado, estu- diado ¢ interpretado con la biosemistica, Entre ellos destacaremos" las cascadas de seftales intra- celulares vinculadas a la accién hormonal y a los sistemas de segundo mensajero, sefializacin hor- monal en general, formacién de patrones, autoor- ganizacién y morfogénesis, células nerviosas y redes neurales, conversion de seales basadas en coscilaciones de calcio, reacciones de oscilacién cn general, redes inmunolédgicas, comunicacién intercelular en el Dictyostelium y propagacién de sefiles en el corazén, Como ya se indies, el estu- dio biosemiético se centraré en los niveles superio- res de integracién. 19 20 La biosemiética y el extraiio mundo del caos Hasta hace poco la ciencia se fundaba en el su- puesto de que el mundo fisico estaba ordenado y gobernado esencialmente por la causalidad y el determinismo. Luego, como una derivacién de la fisica clasica y de las matematicas de la era de las computadoras surge la teoria del caos como una de las areas mas interesantes y enigmaticas de la iencia en los tiltimos treinta afios.*:** La detec- cin del caos en los sistemas deterministicos est por establecer una nueva doctrina de interco- nexiones y dar una respuesta inesperada a la vieja ccuestién de la previsibilidad. El conocimiento acu- cioso del caos deterministico influiré de manera profunda en todos los conceptos cientificos de la naturaleza en general.” Sin embargo, la ciencia de lo no lineal por excelencia es la biologia. Aqui, el campo de la dinémica no lineal tiene impli- caciones especialmente interesantes y la teoria de! aos esté empezando a arrojar una prodigiosa luz sobre fenémenos antes inexplicados.® Puede que surja una conducta castica e impredecible al igual que una sensibitidad pronunciada a condiciones iniciales en sistemas y procesos que son suma- mente complejos, irreversibles, y que distan del equilibrio, que poseen espirales de retroali- mentacién y que, por estos motivos, tienden a una conducta erratica y s6lo pueden entenderse en funcién de su historia, En tales sistemas, las cade nas causales no pueden ser rastreadas més alké de tun punto terminal debido a que se pierden en la insondable complejidad del organismo. La si- guiente seleccién de ejemplos ilustra que los pro- ‘cesos no lineales no son en absoluto excepciona- les en biologia. Al contrario, son ubicuos y repre- sentan una caracteristica esencial de la vida. + En medicina y fisiologfa, los procesos itera- tivos que comprenden ritmos fractales. parecen ser normales. El ritmo de un corazén sano y la actividad de un cerebro sano son caéticos. Los resultados actuales indican que las enfermedades dindmicas como las fallas en ritmos cardiacos y el camino hacia una muerte sibita no son una bifur- cacién del caos fisiol6gico, sino que se caracteri- zan por una pérdida de la variabilidad fractal del ritmo cardiaco. Las periodicidades patolégicas su- madas a una pérdida del equilibrio entre orden y variabilidad también son caracteristicas de! pro- ceso de envejecimiento, En el cerebro, la activi- dad caética autocontrolada en la que participan millones de neuronas parece esencial para la per- cepcién y el reconocimiento rapidos.*" Reciente- mente hemos asociado algunos trastornos, como la epilepsia y la esquizofrenia, con una pérdida de flexibilidad caética en el cerebro.” + Los bidlogos también perciben caos en las cambiantes poblaciones de animales. Las fluctua- ciones irregulares, que siempre fueron dificiles de explicar, ahora pueden describirse con las mate- maticas no Tineales.* + La evolucién biol6gica requiere variabilidad genética. El caos proporciona un medio para es- tructurar los cambios fortuitos con lo que pone a la variabilidad bajo el control de la evolucién, + Una presa que escapa al ataque de su depre- dador puede emplear el control de vuelo caético como factor sorpresa para evitar la captura. + En miltiples especies de mamiferos, el mo- delo de ramificacién irregular de las estructuras anatémicas, por ejemplo, el arbol bronquial, es congruente con un proceso de autosemejanza morfogenctica descrita en la escala de Fibonacci. + El caos deterministico es pertinente para la dindmica de las reacciones oscilatorias que se ob- servan en cualquier nivel de organizacién biologi- cay que pueden volverse cadticas porque poseen un elemento de retroalimentacién. Las oscilacio- nes son importantes, por ejemplo, para la glicdli- sis en las funciones del reloj biol6gico, en la trans- misin de sefiales intra e intercelulares, y en la diferenciacién celular.** + La naturaleza emplea también el caos de manera constructiva, Segiin las leyes de la termo- dindmica, el orden no deberia provenir del caos En vista de la autorganizacién biolégica —que tam- bién es tema de la sinergética" —resulta, sin em- bargo, instruetivo hacer una distincién entre dos aspectos esencialmente diferentes. Un aspecto generalmente esperado que describe una explo- sién abrupta del caos tras condiciones de orden iniciales. El caso mas 0 menos inesperado remite a la observacién de que el caos puede también conducir al orden, Sorprendentemente, este tipo de fenbmenos parece ser la regla en biologia, en la que la formacién de patrones temporales y espa- ciales puede darse en sistemas dinamicos que dis- tan del equil Las implicaciones biolégicas de la teoria del aos y de la biosemistica en su calidad de doctri- na de signos y seflales estén estrechamente inter- conectadas, La naturaleza est repleta de sistemas dinamicos que distan del equilibrio, compuestos de individuos interdependientes e interactivos. El

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