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Oscar Vargas
Fundación de Patrimonio Mixto
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PROGRAMA ARQUEOLÓGICO PARA LA DEFENSA DEL PATRIMONIO Y EL FORTALECIMIENTO DEL TERRITORIO EN EL MUNICIPIO DEL CASTILLO - META View project
All content following this page was uploaded by Oscar Vargas on 28 September 2018.
Arqueólogo titular:
RAFAEL RICARDO GALINDO CRUZ (RNA 063)
Arqueólogos Coinvestigadores
Oscar Heladio Vargas
Maryam Hernández Venegas
Laura Julieta Layton
Diego Stiven Guerrero
Isabel Romero Patiño
2 JUSTIFICACIÓN
3 ANTECEDENTES
A continuación, se presenta las diferentes investigaciones realizadas en la zona de interés:
3.1 Antecedentes arqueológicos
En el año de 1990, y luego de haber sido reportado el hallazgo de unas urnas en medio de la
construcción de un acueducto en Fuente de Oro, los investigadores Mora y López
realizaron el rescate de lo que terminó siendo un contexto funerario (Mora y López, 1990).
En el pueblo no se habían reportado otros yacimientos arqueológicos, por lo que la alta
densidad de urnas funerarias podría interpretarse como un cementerio. Así mismo,
identificaron que algunas de las urnas fueron usadas posiblemente primero en contextos
domésticos y otras hechas exclusivamente para uso funerario, lo que podría interpretarse
como evidencias de estratificación social (Mora y López 1990).
Para 1998 se realizó una de las intervenciones más cercanas espacialmente al Castillo, la
que estuvo a cargo de los investigadores Riaño y Moreno. Fue realizada en la Inspección de
Aguas Claras en el Municipio de Granada, y allí se encontró cerámica identificada como
parte de la cultura Guayupe. En el rescate arqueológico excavaron una planta de vivienda
en la que encontraron cerámica de buena elaboración, lo que les permitió afirmar que:
“junto con el registro de un buen número de formas relacionadas como vasijas para servir
y consumir bebidas y comidas; asociados con la interpretación que se realizara de la
evidencia proveniente de contextos funerarios, se podría sugerir la existencia de una elite
en este asentamiento. El sitio donde se recogió el material arqueológico correspondería a
un sector de la población con mayor estatus, un área de residencia dentro de una aldea
considerada como un asentamiento con cierta complejidad en su organización socio-
política y económica.” (Moreno y Riaño 1998).
En una línea crítica a la que plantea que el territorio era homogéneo culturalmente se sitúa
la investigadora Quintero en su trabajo del 2004 quien, además de analizar los estudios
existentes de la zona, realizó prospecciones en las que encontró que no hay uniformidad en
estilos alfareros, identificando variaciones en la producción local, lo que podría indicar
diversidad de grupos en la región entre los que se encuentran Guayupes, Saes y Eperiguas
(Quintero 2004).
Aun así, posteriores estudios como los de Mackenzie (2002), Perez (2002), Acosta y Rozo
(2005), Pinto (2012) y Nieto (2014), siguieron manteniendo la lectura de la zona como área
cultural relativamente homogénea de la cultura Guayupe. Todas estas investigaciones se
hicieron en el marco de proyectos de arqueología preventiva como requisito legal para la
explotación de hidrocarburos y la construcción de infraestructura. A continuación,
describiremos algunos de los hallazgos principales de estas investigaciones.
En los últimos años resalta el trabajo monográfico de Acosta quien tras hacer una larga
revisión de los trabajos en la zona propone una zonificación, donde afirma que la región del
Ariari es de las de mayor potencial arqueológico. Concluye que en esta área “se desarrolla
un patrón de asentamiento más denso, aunque igual bastante disperso, sobre ambas
márgenes del río, además de encontrarse petroglifos en las zonas cercanas al rio Guape.
Allí se caracteriza también las terrazas cercanas al caño Urichare, en los municipios de
Lejanías, San Juan de Arama, Granada y Fuente de Oro, e igualmente es destacado Puerto
Santander, en Fuente de Oro, en donde se halló un cementerio con gran variedad de urnas
funerarias”. En esta tesis de grado el autor describe el territorio habitado por la cultura
Guayupe “desde la zona de Barranca de Upía hasta el río Guayabero, limitándose entre la
cordillera y el río Metica” y plantea la diversidad de aprovechamiento de ecosistemas
asociándolo a los procesos de complejidad social (Acosta 2015).
Lo que advierten todas las investigaciones descritas hasta el momento es del alto potencial
arqueológico que tiene la región y el asombro que sea justamente la zona del Castillo una
con poca investigación arqueológica. A dicho vacío, que podría explicarse por el intenso
conflicto armado que atravesó el municipio desde la década del ochenta, es que responde
este proyecto de investigación.
380±50
(Mora y Cavelier
Caño La Unión/ Acacías
B.P. (1570±50 d.C.) 1983: 136)
Las primeras informaciones asociadas con el territorio del piedemonte y sus comunidades
indígenas se remontan a las crónicas coloniales, especialmente a las de Pedro Aguado
(1957); en ella se relata cómo las distintas incursiones españolas diezmaron hasta el
exterminio a la población Guayupe:
“porque como todas las compañías de españoles que oro salían antiguamente
a descubrir y venían bajando la sierra iban a parar a descansar en esta
provincia de los Guayupes y pueblo de Nuestra Señora y en aquel tiempo se
hacían esclavos los indios, y además de esto no tenían cuasi por escrúpulo
Otras referencias sobre la zona las realizó el cronista Frai Pedro Simón (1981) coincidiendo
en la descripción de los habitantes del territorio y la crudeza con la que fueron enfrentados
por los conquistadores españoles. En sus Noticias Historiales describe como durante la
expedición llevada a cabo por Jorge de Espira en el piedemonte, este identificó no solo
varios ríos de la zona que “se originan de la cordillera, que siempre llevaban a la mano
derecha”, sino además describió como Espira tuvo que hacer campamento a las orillas del
río Upía, donde encontraron población asentada: “cuando se vieron sobre las barrancas del
rio Opia, en cuya Provincia había algunas poblaciones con razonable copia de comidas, y
así les pareció tierra acomodada para pasar el invierno con mediano sustento”. (Simón
1981).
Siguiendo el camino hacia el sur los expedicionarios se encontraron con unos indios que
eran conocidos como Guayupes, como lo describe Simón: “Estos buscaron vado por donde
pasaron el río muy arriba de las poblaciones, y siguiendo su cordillera y descubrimiento,
fueron a dar a una provincia que tenía un famoso río, llamado por los naturales Canicamare
o Guayare. Los indios, por la noticia que ya había llegado a sus orejas del viaje de los
nuestros, les salieron al encuentro, pretendiendo defenderles el pisar sus tierras, que les
salió al contrario; si bien no se detuvieron en ellos, después de haberlos desbaratado,
pasando a las de otros indios, llamados Guayupes, que ya estaban esperando a los nuestros
con las armas en las manos, desnudos del todo; y para representar su braveza con mayor
ferocidad, tenían entintado todo el cuerpo de jagua, que es el sumo de ciertas macanas, con
que acostumbran comúnmente en todas estas tierras teñirse el cuerpo cuando salen a la
guerra, para representar más su braveza, a que suelen añadir el ir medio embriagados, o
como dicen asomados (como éstos lo estaban), con que dicen se hacen más valientes. Y es
que no teniendo con esto libre del todo el discurso de la razón, están incapaces para conocer
el peligro, y así sin reparar en él, se meten ellos mismos por las espadas y lanzas. Esta
Aunque estas fuentes aportan importante información sobre los habitantes de estas tierras,
solo hasta recientes investigaciones científicas se ha logrado saber más sobre estos
habitantes prehispánicos del piedemonte llanero.
4 OBJETIVO
Identificar mediante un análisis regional la presencia de procesos ocupacionales en épocas
prehispánicas en el municipio del Castillo y evaluar la posible presencia de redes de
interacción entre el piedemonte del Meta y el altiplano Cundiboyacense.
5 METODOLOGÍA
La metodología de campo planteada en el municipio del Castillo-Meta, para la recolección
de información a escala regional que permite comprender la distribución espacial de las
diferentes ocupaciones prehispánicas en la zona de estudio, es tomada conceptualmente de
los trabajos realizados por Sanders (1979), Blanton (1982) y Kovalewski (1989) para el
valle de México y Oaxaca. Esta metodología se basa según Drennan (2006 vol 5) en la
inspección sistemática del paisaje en una área claramente demarcada y loteada para lograr
evidenciar restos arqueológicos de la actividad humana.
La metodología presentada se basa en el trabajo realizado por Vargas (2017) en los llanos
Casanareños. Según Vargas las dinámicas climatológicas, geológicas y ecológicas son
fundamentales en la investigación arqueológicas en los llanos del Orinoco (Vargas, 2017).
Para los llanos orientales el clima, el ambiente y los suelos constituyen un factor que
determina la distribución de los recursos y su viabilidad. A su vez estas características
también determinan las áreas donde los humanos pueden asentarse.
Los tipos de relieves presentes en la región son asociados con la presencia diferencial de
vegetación, suelos, recursos hídricos y fauna. La zona del Castillo presenta tres tipos de
macro paisaje:
Para este caso, las zonas de planicie aluvial serán divididas en cuadros de 1km 2 y cada
cuadro será dividido en áreas menores de 1ha; En total la zona de planicie aluvial presenta
una extensión de 15138,353 ha. y un total de 230 cuadros de 1km2.
5.2 Laboratorio
El material arqueológico resultante de las actividades del reconocimiento será llevado para
efectuar análisis de tipo formales y tecnológicos a las instalaciones del laboratorio
arqueológico de la Fundación Patrimonio Mixto en Bogotá. Las diversas investigaciones
realizadas en la zona de lo que hoy día se denomina la zona Guayupe han problematizado
continuamente que parámetros analizar para la clasificación cerámica: el trabajo realizado
por Marwitt (1972) presentó un esquema clasificatorio basándose en los tipos de
temperantes utilizados; posteriormente Morar y Cavelier (1983) presentaron un esquema
Con el material lítico se procederá a determinar aspectos morfológicos tales como bordes
de uso, materia prima, ángulos de corte y forma-tipo de artefacto. El estudio de las materias
primas será fundamental para comprender posibles redes de interacción entre las zonas del
piedemonte y el altiplano. Los materiales recuperados serán marcados y fotografiados y
debidamente agrupados considerando las unidades fisiográficas donde se realicen los
sondeos. Se identificará la frecuencia de aparición de todas las formas presentes en cada
conjunto y se intentará determinar las posibles actividades realizadas.
6 BIBLIOGRAFIA
Aguado, Pedro 1957 Recopilación historial. Tomo I. Biblioteca de la Presidencia de
Colombia, Bogotá: Imprenta Nacional.
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Sin publicar.
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Colombiano de Antropología. Bogotá.
Sanders, William; Jeffrey, Parsons & Santley, Robert; The basin of Mexico: Ecological
processes in the evolution of a civilization. New York: Academic Press.
Para el presente proyecto se plantean charlas sobre patrimonio con las personas de la
comunidad del Castillo que apoyarán las labores de prospección, dictadas por los
profesionales en arqueología; esto se hará con el fin de reforzar temas sobre legislación de
patrimonio, trámites ante el ICANH y procedimientos a tener en cuenta en caso de
hallazgos fortuitos.
Además de esto, se realizará un taller de cartografía social con el objetivo de identificar las
zonas vinculadas a usos funerarios, zonas de aprovechamiento hídrico, zonas de viviendas
y aspectos económicos que nos permitan tener un panorama contrastable con la
información arqueológica recuperada; de igual formar se consultará sobre posibles zonas